VLADIMIR PUTIN
LA HISTORIA OFICIAL
Ricardo Veisaga
Dice la letra del tango Volver: «Tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse con mi vida», pero Vladimir Putin no creo que sea un aficionado al canto y mucho menos del tango, eso sí que en sus tiempos de KGB con seguridad hacia cantar a otros a capella, sin música.
Tampoco creo que sea una persona miedosa, con cierta seguridad puedo aventurarme a sostener que Vladimir Putin es uno de los pocos líderes mundiales con agallas, pero a veces cae en el extremo de la virtud del valor, que es la temeridad. En estos últimos tiempos están circulando algunas historias que no encajan con la historia oficial del jefe del Kremlin. Me refiero a su historia biográfica, estos rumores llevan algunos años, pero habían caído en un extraño silencio luego de la muerte de Antonio Russo.
Antonio Russo, periodista italiano de Radio Radicale, corresponsal de guerra, quien fuera hallado muerto el 16 de octubre de 2000 en una ruta en las cercanías de la ciudad de Gombori, en Ujarma, a 35 km al noroeste de Tbilisi, capital de Georgia. Antonio Russo, quien había accedido a una copia del video de Vera Putina, apareció asesinado a balazos y con las manos atadas.
También se descubrió que habían entrado a robar en el departamento de Russo en Tbilisi, lugar donde residía desde hace dos meses (o querían simular como móvil del crimen el robo). En el momento de su asesinato Russo estaba informando sobre los refugiados chechenos al este de Georgia, y sobre blanqueo de dinero llevado a cabo por las mafias, y en especial interesado sobre la presunta madre de Putin.
Es preocupante cuando aparecen en torno a la historia de un supuesto Vladimir Putin (bastardo), algunos muertos, entre quienes intentan investigar sobre la veracidad de otra historia, que de ser cierto causaría mucho daño a la credibilidad del jefe ruso. Además de Russo, hay otro periodista y un empresario checheno, ambos muertos en un llamativo y extraño accidente aéreo.
Extrañamente cuando viajaban a Tbilisi para entrevistarse con el periodista que había grabado a la supuesta madre de Vladimir, por primera vez. Otro hombre con el mismo nombre del periodista que dio la primicia fue muerto a balazos en una arteria de Bakú (Azerbaijan) con una Makarov, arma predilecta usada por los sicarios rusos (supuestamente fue muerto por un error).
La historia oficial dice que el ruso Vladimir Putin nació el 7 de octubre de 1952 en Leningrado, RSFSR,URSS (ahora San Petersburgo, Federación Rusa), en el seno de una familia soviética, hijo de Vladímir Spiridónovich Putin (1911-1999), un antiguo oficial de la Marina Soviética, y de María Ivánovna Pútina (1911–1998), trabajadora de una fábrica.
Sus dos hermanos mayores, nacidos en la década de los años 1930, fallecieron; el primero a los pocos meses de nacer, y el segundo de difteria durante el Asedio de Leningrado. En el libro «En primera persona», basado en entrevistas concedidas en el año 2000 por Putin a tres periodistas rusos —Natalia Guevorkián, Natalia Timakova y Andréi Kolésnikov—, en la misma habla de sus humildes comienzos, incluye los primeros años en un apartamento comunal en Leningrado.
Estudió en la Escuela Nº 193, ubicada al frente de su residencia, en el callejón Báskov, y allí comienza a practicar judo y sambo. En 1970 ingresa en la Facultad de Derecho de la Universidad Estatal de Leningrado, de donde egresa con honores en 1975 con una tesis acerca de la política de Estados Unidos en África.
Al finalizar su carrera universitaria, Putin fue reclutado por el KGB y después de graduarse, enviado a su Escuela 401, localizada en el barrio peterburgués de Ojta, donde ese mismo año de 1975 terminó unos cursos para agentes operativos y obtuvo el grado de oficial (teniente de Justicia). Trabajó en el contraespionaje en la filial leningradense del KGB y en 1979 hizo en Moscú un curso de capacitación de seis meses, tras lo cual regresó a su ciudad natal.
Cinco años más tarde, ya con el grado de mayor de Justicia, retornó a la capital rusa, esta vez para estudiar durante un año —con el apellido falso de Plátov— en el Instituto Andrópov del KGB (hoy, Academia de Espionaje). En 1985, el año en que terminó sus estudios en la Academia de Espionaje, fue enviado a la República Democrática Alemana, donde sirvió en Dresde.
Vladimir Putin con sus padres oficiales.
Pero tras la Caída del Muro de Berlín, y el comienzo de la Reunificación Alemana, fue llamado de regreso a la Unión Soviética y destinado a su alma máter como asesor de asuntos exteriores del rector, Stanislav Merkúriev. Fue este quien lo contactó con Sobchak, quien se convertiría en su mentor político.
Vladimir Putin continuó oficialmente en el KGB, aunque, según él mismo relató, después de comenzar a trabajar con Sobchak (en 1990 pasó a ser asesor de este, que era presidente de la Diputación de San Petersburgo) y presentó en dos oportunidades su dimisión, que la hizo definitiva el 20 de agosto de 1991, cuando su jefe intervino contra el intento de golpe de Estado para defenestrar a Mijaíl Gorbachov.
Putin es un dirigente ruso atípico. Llegó al poder relativamente joven, es abstemio (no bebe alcohol), deportista: practica la lucha rusa (sambo) y el judo (arte marcial y deporte de combate japonés) desde los 11 años, juega al tenis, practica esquí. Además, domina el alemán y el inglés.
Estaba casado con una ex profesora escolar, Liudmila Shkrebneva, a la que conoció cuando estudiaba filología española y con la que tuvo dos hijas, María y Yekaterina. Pero ahora con seguridad llevan otros nombres, son las hijas del actual presidente ruso, pero poco se sabe de ellas, se pueden cruzar con cualquier habitante de Moscú u otra ciudad rusa y no sabrían de quien se trata realmente.
Lo poco que se sabe de ellas es que estudiaron en la Universidad de San Petersburgo, y según el diario Pravda, no existen fotos recientes de ellas. El ex agente del KGB, servicio de inteligencia soviético, ejercitó el secreto en plena guerra fría durante sus estancias en Dresde (Alemania del Este) y Leningrado, hoy San Petersburgo.
El deseo de Putin es que sus hijas vivan «una vida normal». Y así es, salvo por investigaciones que suele hacer la prensa cada tanto. Según The New York Times y The Wall Street Journal, María, la mayor de las dos hijas, cursó estudios orientales. Se la relacionó con Yoon Joon-won, surcoreano hijo de un ex militar destinado en la embajada que Seúl tiene en la capital rusa.
Yekaterina, estudió en San Petersburgo biología y geología, también tuvo su pretendiente: Jorrit Faassen, ejecutivo holandés de la estatal Gazprom. Hasta ahí se puede contar. Un poco más se podría decir de Liudmila.
La familia de Vladímir Putin suele estar en la sombra, lo que origina numerosos comentarios, el blanco predilecto de la prensa ha sido Liudmila, la esposa de Vladimir Putin, quien durante los últimos cuatro años se retiró de la vida pública, se dijeron muchas cosas, que Putin la había abandonado, que había desaparecido, que estaban divorciados, que había sido recluida en un convento o que estaba embarazada. ¿Embarazada con 54 años mientras su marido se dejaba ver con una bella gimnasta, o una joven fotógrafa o una hermosa espía malograda?
Pero para desagrado de muchos, Liudmila reapareció para las elecciones presidenciales y la pareja fue inmortalizada votando en marzo de ese año, también participó en la toma de posición de su marido en el mes de mayo, permaneció de pie durante la ceremonia al lado de la esposa del presidente saliente, Dimitri Medvedev, Svetlana y de Náina viuda de Boris Yeltsin.
Convertida nuevamente en primera dama de Rusia, salió junto a su marido al patio del Kremlin a recibir los honores militares de la guardia presidencial. Liudmila Pútina siempre cumplió sus labores de primera dama y solo dejó de aparecer en público después de que su marido abandonara el Kremlin en 2008 y se convirtiera en primer ministro.
A partir de entonces, rara vez se la vio, en 2011 en solo dos ocasiones, para un concierto con motivo del 80 aniversario del nacimiento del fallecido Yeltsin y para las celebraciones de Pascua. Liudmila Pútina es filóloga de profesión, profesora de alemán, y mientras Putin era primer ministro ella era directora del Centro de Desarrollo de Comunicaciones Interpersonales.
En una entrevista con Larry King en diciembre de 2010, muy molesto dijo Putin sobre su vida privada:
«Desgraciadamente, tenemos muchos problemas relacionados con el terrorismo y por eso debemos pensar en la seguridad de los miembros de nuestra familia, ante todo de nuestras hijas. Ellas viven una vida normal, estudian en la universidad, están contentas, tienen amigos, todo bien. Pero sacarlas a la escena pública no es necesario y ellas no lo desean».
El papel de la prensa rusa es muy especial, hace días me decía vía email, un corresponsal europeo asignado en Moscú (a quien veré personalmente en julio próximo), que el periodismo en general está en la mira del Kremlin y tratan de evitar hablar sobre Vladimir Putin, se autocensuran.
Aun así, un reportero de «Moskovski Korrespondent» aireó en abril de 2008 una supuesta relación y boda entre Vladimir Putin y Alina Kabaeva, ex gimnasta, medallista y ahora diputada por Rusia Unida, el partido del presidente. Ambos desmintieron la información. Cerca de 24 horas después, el diario moscovita anunciaba el cierre por «razones económicas».
Los rumores sobre Kabaeva continuaron, una joven cuya indiscutible belleza fue exhibida en la edición rusa de Vogue. Un poco más lejos fue el The New York Post,
diario que publicó que la ex gimnasta dio a luz el segundo de los dos hijos que compartiría con Putin.
Del primero, ella misma ha afirmado que es un sobrino, rumor que se encargaron de desmentir. El día que Liudmila cumplió 55 años, el entonces presidente checheno, Ramzan Kadirov, escribió en Twitter: «Quiero felicitar a la primera mujer de Putin, Liudmila Alexandrovna (…)». ¿La primera? La Red no pudo evitar soltar la lengua.
Pero finalmente el Kremlin anunciaría la finalización del proceso de divorcio entre Vladímir Putin, de 61 años, y su mujer, Liudmila, de 56 años. Varios medios de comunicación ruso informaron de la desaparición del nombre de Liudmila Putina y de cualquiera información sobre el estado matrimonial de Vladimir Putin de la breve biografía oficial del presidente en la página web del Kremlin.
Actualmente sólo se menciona los nombres de las dos hijas de Putin: María, nacida en 1985, y Yekaterina, nacida en 1986. Horas después el portavoz del Kremlin Dimitri Peskov confirmó a la agencia estatal ITAR-TASS el fin del proceso de separación legal de los cónyuges, el inicio del cual la pareja había anunciado en junio de 2013. «Eso significa que el divorcio ha tenido lugar», explicó Peskov sobre el cambio en la biografía oficial del presidente.
La decisión de separarse tras 30 años de matrimonio fue muy pensada y de mutuo acuerdo. «Fue una decisión conjunta, nuestro matrimonio ha terminado», constató entonces el presidente Putin. Después añadió la ex primera dama de Rusia «Fue verdaderamente una decisión común. Nuestro matrimonio está acabado, porque no nos vemos prácticamente. Vladímir Vladímirovich (Putin) está absorbido por el trabajo, las niñas crecieron, hacen su vida, cada uno hace su vida, no me gusta la vida pública y los vuelos me resultan pesados».
Pero en realidad, últimamente Putin ya llevaba una vida prácticamente de soltero. La última aparición oficial de Liudmila Pútina fue el 7 de mayo de 2012 durante la toma de posesión de su marido como presidente. Luego llegó la separación.
El periodista Oleg Kashin -que se hizo famoso como defensor del bosque de Jimki, en las afueras de Moscú, y por ser víctima de una brutal agresión en 2010 por desconocidos que lo esperaban a la entrada del edificio donde vivía- asegura haber descubierto el nombre tras el cual se esconde Yekaterina Pútina (1986), la hija menor del líder ruso.
Oleg Kashin publicó un artículo en su página web en el que asegura haber desentrañado el misterio de la hija menor de Putin, que según trata de probar, es Yekaterina Tíjonova, vicepresidenta de la «Confederación de Rock and Roll Acrobático» y dirigente de la empresa Innopráktika, encargada de construir un nuevo valle del silicio con base en la Universidad de Moscú.
Kashin llegó a esta conclusión después de estudiar diversas publicaciones en Internet. Yekaterina Tíjonova es, además, directora del «Fondo de Desarrollo Nacional Intelectual» y también del «Centro de la Reserva Intelectual Nacional» de las Universidad de Moscú, de cuyo consejo es también miembro.
Kashin agregó dos coincidencias: la fecha de nacimiento de la hija de Putin y de la dirigente múltiple, y el hecho de que la abuela materna de Yekaterina (la ex suegra de Putin, se llamaba Yekaterina Tíjonovna Shkrébneva). Según el periodista, tanto el nombre real de la hija menor como el ficticio son un homenaje a la abuela.
Oleg Kashin reconoce que puede estar errado ya que no es la primera vez que encuentran a las hijas de Putin, pero hasta ahora todo ha resultado falso.
«Siempre hay posibilidad de equivocarse, pero en este caso es muy pequeña: una variante en un millón que no sea hija de Putin», dice, explicando que son muchos los hechos relacionados y que sería muy raro que todos fueran erróneos.
Vera Putina (79 años) dice que ella es su madre, y él es su hijo. Es su «Vova», como le decían a su niño, también llamado Vladimir Putin. Vova tenía su apellido porque Platon Privalov, su amor, el padre de la criatura, era un hombre casado y lo dejó cuando lo supo.
Tuvo a Vova con ella hasta que él tuvo 9 años, cuando la convivencia con su nuevo marido, Georgy Osepashvili, se hizo insoportable y para tratar de salvar la situación lo llevó a Rusia, a la casa de sus padres. «Mis padres tenían que dar a Vova a los padres adoptivos», tenía unos nueve años de edad en ese momento, dice Vera, «siempre me sentí culpable, pero no tenía otra opción».
Según Vera, los padres adoptivos de Vova, Spiridónovich y Maria Putina, eran una pareja sin hijos, además parientes lejanos de sus padres. También sostiene que Vova había asistido por tres años a la escuela en Georgia, pero aún no había aprendido el ruso.
Vera Putina y Vladimir Putin.
Unos ocho años más tarde de esa entrevista, los reporteros del periódico británico Daily Telegraph, encontraron registros en la ciudad más cercana que muestran que un niño de nombre Vladimir Putin había asistido a la escuela en el pueblo de Metekhi. Según Vera, los abuelos lo tuvieron con ellos poco tiempo, pronto lo entregaron a los parientes de San Petersburgo.
Vera, nacida en un pueblito de los Urales rusos, Metekhi, ubicada a una hora de Tbilisi, la capital de Georgia. Lo dijo por primera vez en 1999, después en 2008 – durante la guerra entre Rusia y Georgia- y nuevamente en estos días, al periódico alemán Die Zeit. Si la señora Vera tuviera razón, si el presidente Vladimir Putin en realidad fuera su hijo, cambiarían muchas cosas y algunos hechos históricos tomarían nuevos sentidos a la luz de estas carencias, como su relación con Georgia, el país de origen de su padrastro y en donde él mismo fue criado.
La historia oficial dice que fue el hijo de Vladmir Spiridonovich Putin y María Ivánovna, que su madre lo dio a luz a los 41 años y que se crió como hijo único porque sus dos hermanos mayores ya habían muerto antes de su nacimiento, uno durante el sitio alemán a Leningrado (hoy San Petersburgo).
Su madre era ama de casa, su padre, un empleado que sirvió en el Ejército (Putin marchó con su foto el 9 de mayo, durante los homenajes por la victoria sobre los nazis). En el libro dice Putin «Mis padres nunca me dijeron nada acerca de si mismos», en especial su padre, a quien describe como «hombre silencioso» (silent man), sin embargo, describe con detalles como su padre luchó valientemente en la Segunda Guerra Mundial.
El único lustre familiar proviene de su abuelo paterno, que fue cocinero de Lenin y Stalin. ¿Tuvo Putin un antepasado italiano pintado por Jan Van Eyck, fue su abuelo cocinero de Lenin y Stalin, o un oficial moldavo asesor de Pedro el Grande, fue su antepasado?
Putin dijo: «Por lo visto, (mi abuelo) cocinaba bien porque después de la Primera Guerra Mundial le invitaron a trabajar a las afueras de Moscú, donde vivían Lenin y toda su familia», en su libro-entrevista «En primera persona». Cuando murió Lenin en 1924, «al abuelo lo trasladaron a una de las dachas (casa de campo) de Stalin, donde trabajó largo tiempo», añade la única biografía autorizada de Putin.
¿Y sus raíces italianas? Los aficionados a la genealogía remontan su árbol familiar a la Italia renacentista, a los tiempos de Pedro el Grande, otra historia empezó a correr tras aparecer en la «investigación» y lleva a Brujas, donde el pintor flamenco retrató en 1434 a un mercader italiano, Giovanni Arnolfini.
En este caso el cuadro «La boda de Arnolfini» cuelga en la National Gallery de Londres y se estudia en muchas escuelas de arte como lienzo modélico de retrato, simbolismo y detalles. Según Moskovski Komsomólets «Después de contemplar el cuadro, no queda más remedio que creer en la reencarnación del alma, o suponer que representa un antepasado del presidente Vladimir Putin», al comentar el asombroso parecido.
Jan van Eyck, dice: «captó la mirada fría y el semblante duro del comerciante que caracterizan al número uno del Kremlin, y el gesto prudente de la señora Arnolfini encaja con la imagen –que tiene la opinión pública de Liudmila Pútina–». La prensa burlonamente ha comentado que el perro del cuadro se parece a Tosia, el caniche de la primera familia de Rusia, aunque es de color blanco y en el lienzo es negro.
El diario moscovita dijo que el parecido entre Arnolfini y Putin llevó a la propaganda oficial, a circular como versión oficial que los antepasados de Putin emigraron de Italia y uno de ellos sirvió al zar Pedro el Grande. Medios periodísticos de Chisinau, capital de la república de Moldavia, han escrito que Vladimir Putin desciende del militar Vlad Putine.
La biografía oficial distribuida por el Kremlin no menciona y ni da detalles de su niñez, y solo dice que Putin nació el 7 de octubre de 1952 en Leningrado, hoy San Petersburgo, «hijo único de una familia obrera». En ese libro Putin muestra dos fotos de niño con su abuela y una vecina, una tercera en sus años escolares y otro par más de cuando era un adolescente.
Quienes desconfían de la versión oficial sostienen que, cuando Vladimir Putin llegó a ser director de los servicios secretos rusos cambió su historia de vida porque su verdadero origen podría ser un obstáculo para su futuro en la política. Hay agujeros negros en su historia oficial, no hay fotos de su primera infancia, las más antiguas que se le conocen son de los años 60, cuando ya estaba en San Petersburgo. Lo más extraño, sin embargo, es que el Kremlin no hayan hecho nada potente para dar por terminado el episodio.
Los muertos.
Ziya Bazhayev, caminaba a través del aeropuerto internacional Sheremetevo de Moscú, en la mañana del jueves 9 de marzo de 2000, faltaban 17 días para las elecciones presidenciales. Ziya era de Chechenia y el jefe de la «Alliance Group». Una firma petrolera rusa.
Ziya Bazhayev
Artyom Borovik caminaba a su lado, Borovik fue un periodista ruso que había informado desde las líneas del frente en la guerra Soviético-afgano, escribió varios libros sobre el ejército soviético en el extranjero, fundador de las revistas de investigación Sovershenno Sekretno y Versiya.
Las cuales fueron muy críticos con el gobierno, en uno de sus artículos que apareció poco tiempo antes de su muerte, había citado al presidente interino ruso que había dicho: «Hay tres modos de influir sobre la gente: el chantaje, el vodka y las amenazas de muerte». La frase se la atribuyen a Vladimir Putin.
El ejecutivo petrolero y el periodista, ambos de 39 años se conocían de hace muchos años y ese día planeaban viajar a Tbilisi, capital de Georgia, fletaron un avión de corto recorrido un Yak-40 para el viaje, la tripulación estaba integrada por dos guardaespaldas y los demás asientos estaban vacíos, la tripulación constaba de cuatro personas, y el piloto era un hombre experimentado que al momento del vuelo, tenía acumulado unas siete mil horas en la cabina.
El checheno Rustam Daudov quien trabajaba en la primera posición de la oficina de representación de Chechenia en Tbilisi, había tomado contacto unas semanas antes con el ejecutivo Ziya por teléfono e invitó a Ziya y a Borovik a realizar el viaje para encontrarse personalmente, para mostrarles el video y entregarles una copia de la misma.
Borovik nunca había hablado antes con Daudov, pero Ziya tenía un conocimiento mutuo con Daudov y lo consideraba un informante creíble. Los motores en el Yak- 40 empezaron a funcionar a las 8:43 a.m. y el avión comienza el desplazamiento por la pista, acelera durante casi un kilómetro para poder despegar, y se levanta a unos 50 metros de altura, pierde altitud y explota al impactar contra el asfalto, todos murieron a bordo del avión.
Artyom Borovik
El padre de Borovik, un prestigioso periodista, acusó al servicio secreto ruso de ser los causantes del accidente. Rustam Daudov, luego de un periodo en Turquía de regreso a Georgia, le preguntaron a la esposa si sigue siendo seguro después de la publicación del artículo en Turquía (sobre la historia de Vera), ella dice que teme por la seguridad de sus tres hijos, Daudov la tranquiliza y continúa buscando formas para dar a conocer la historia de Vera Putina, él cree en la anciana de Metekhi.
En octubre, un colega en la representación chechena en Tbilisi le dice a Daudov, que él sabe que hay un experimentado corresponsal de guerra que estuvo cubriendo los conflictos de Ruanda, Bosnia y Kosovo, y que en ese momento estaba investigando en Chechenia, el reportero se llama Antonio Russo y está dispuesto a viajar a Georgia para ver el video sobre Vera Putina.
En la tarde de octubre 15, Russo se encontró con Rustam Daudov en su oficina, era domingo y hablaron de la infancia de Vladimir Putin, Russo tenía 40 años, de rostro bronceado y el pelo largo recogido por una coleta, después de dos horas, Daudov le entrega al italiano el video, Antonio Russo agradece ese material y se marcha. Muy temprano a la mañana siguiente, el cuerpo de Russo es encontrado con las manos atadas, al lado de una carretera a unos 35 kilómetros al este de Tbilisi, no lejos de un pueblo llamado Ujarma.
Según la autopsia, el periodista había muerto alrededor de las dos de la mañana, la causa de la muerte se debe a serias lesiones en los pulmones, como consecuencia de varias costillas rotas. «Fue secuestrado y luego atropellado por un camión. Fue un asesinato profesional. El asesino sabía exactamente lo que estaba planeando, que quería ponerse en marcha para mostrar a sus colegas los resultados de sus informes», dijo un miembro italiano del Parlamento Europeo.
Su ordenador, teléfono móvil y las cintas del video desaparecieron de la habitación de su hotel. Dos agentes de policía de Georgia que trataron de investigar la muerte de Russo, terminaron muertos, uno se «suicida» y el otro fue envenenado.
El periodista italiano Antonio Russo, a la izquierda.
Para su protección Daudov y su familia se cambiaban de casa cada dos o tres semanas, durante 2001-2002, el hijo de Rustam Daudov de 16 años informó que era seguido por desconocidos en un coche en el camino a la escuela. Cuando su hermano menor llega a casa cuenta una historia similar, los padres les prohibieron a sus hijos salir de la casa por su cuenta.
El 7 de septiembre de 2003, a las 1:30 a.m. la policía encontró un cadáver en el centro de la ciudad de Bakú, se determina que el hombre murió de 5 disparos efectuados a corta distancia, no lejos del puente Gagarin, el oficial encontró casquillos de bala vacíos que corresponden a una pistola Makarov, predilecta de los sicarios.
«Estamos convencidos de que no fue un robo, la víctima al parecer fue a dar un paseo, durante el cual le dispararon, probablemente fue un acto dirigido, todavía no sabemos nada acerca de un posible motivo», la víctima era un checheno cuyo destino fatal fue llevar el nombre de Rustam Daudov.
A unos cientos de metros de la casa de Vera, una mujer está barriendo el camino delante de su casa, su nombre es Dali Gzirishvilli, tiene más o menos la misma edad de Vladimir Putin, ella dice que no está de acuerdo con la política del presidente ruso, pero luego sonríe y comenta que ella fue a la escuela con él, durante el verano, ella solía jugar con «Volodya» en el rio, y la pesca era su pasatiempo favorito.
Rustam Daudov piensa y formula tres preguntas «En primer lugar ¿Por qué la KGB hace más de una visita a Vera Putina en Metekhi, como los residentes de la aldea han confirmado? En segundo lugar, si no es su hijo ¿Por qué Putin nunca trató de encontrar al hombre que realmente es el hijo de Vera Putina? Tercero ¿Por qué no hace público el servicio secreto ruso, los resultados de la prueba de ADN de Vera Putin?»
Eso solo lo puede responder el hombre fuerte de Rusia, gélido como la Siberia e intimidante, sólo él sabe las razones que tendrá sus sentimientos ¿Será que el corazón solo entiende las razones del corazón, como decía Pascal? Porque aún no mandó a cerrar la boca para siempre a una anciana que pide por favor que la llame madre.
17 de mayo de 2015.