EUROPA Y LA OTAN
DONALD TRUMP LA PESADILLA EUROPEA
Ricardo Veisaga
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), es una alianza militar intergubernamental con base en el Tratado de Washington, firmado el 4 de abril de 1949. Un sistema de defensa colectiva y en la que sus Estados se comprometen a defender a sus miembros si son atacados por una facción externa.
El cuartel general de la OTAN se encuentra en Bruselas (Bélgica), que es uno de los 29 Estados miembros. Las últimas incorporaciones fueron Albania y Croacia en 2009 y este año Montenegro. Pero hay 22 países que colaboran con la OTAN dentro del programa Asociación para la Paz, con otros 15 países en programas de diálogo.
En junio de 2013 el gobierno de Colombia, pese a no ser un país europeo, suscribió un acuerdo de cooperación y acercamiento con la OTAN, con el objetivo que el país sea un miembro asociado a futuro. El gasto militar combinado de los países miembros de la OTAN supera el 70 % del gasto militar mundial. Su origen se debe a la política expansionista de la Unión Soviética.
La aparición de gobiernos comunistas en Europa Central y en la Europa Oriental aumentaba la presión en Europa Occidental. Y constituían una amenaza para países como Noruega, Grecia y Checoslovaquia, donde el golpe de Praga fue interpretado como un ataque directo a los intereses europeos. El bloqueo de Berlín de abril de 1948, empeoró la situación. En marzo de 1948, Francia, Bélgica, Luxemburgo, Reino Unido y los Países Bajos, firmaron el Tratado de Bruselas, con el que creaban una alianza militar, la Unión Europea Occidental.
Posteriormente crearon una alianza defensiva más amplia y se llevaron a cabo negociaciones entre Estados Unidos, Canadá y la Alianza Atlántica, a las que se invitó a Dinamarca, Islandia, Italia, Noruega y Portugal. Y tuvo como resultado la firma del Tratado de Washington, el 4 de abril de 1949, que establecían las bases de creación de la OTAN. En 1952 se unieron Grecia y Turquía, la República Federal de Alemania en 1955, y en 1982 España.
En 1999 la Republica Checa, Hungría y Polonia. En 2004 Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumania. En 2009 Croacia y Albania. Son aspirantes a la adhesión Bosnia-Herzegovina, Georgia y la República de Macedonia. En 2008, Grecia hizo bloquear la invitación a Macedonia hasta que sea resuelta la disputa sobre el nombre de país, reclamado por Grecia como patrimonio helénico.
La OTAN en sus primeros años fue una asociación política, la guerra de Corea hizo que se transformara en una estructura militar permanente. El curso de la Guerra Fría llevó a los países comunistas a crear el Pacto de Varsovia, en 1955. Este pacto fue la respuesta a la OTAN, poniendo de manifiesto los dos bandos opuestos de la Guerra Fría.
La Unión Soviética en 1954, propuso su unión a la OTAN, con el objetivo de mantener la paz según ellos en Europa, pero los aliados la rechazaron. La alianza de Europa y Estados Unidos, ante una invasión soviética siempre estuvo lleno de dudas, durante la Guerra Fría, en Europa se decía: «rojos antes que muertos». La disputa por el liderazgo llevó al alejamiento de Francia, Europa nunca vio con buenos ojos a Estados Unidos y Gran Bretaña.
En 1958, el general De Gaulle, se quejó del papel hegemónico de Estados Unidos y de su relación especial con el Reino Unido, y en un memorándum al presidente Eisenhower y al primer ministro MacMillan, el 17 de septiembre de 1958, solicitaba la creación de una dirección tripartita, con Francia en igualdad de condiciones, y la expansión de la OTAN en áreas de interés para Francia, como Argelia, país donde intentaban eliminar a los insurgentes.
De Gaulle, consideró la respuesta insatisfactoria, y como respuesta activó una fuerza de choque nuclear y el 11 de marzo de 1959, retiró su flota del comando de la OTAN en el Mediterráneo. En junio del mismo año, prohibió la entrada de armas nucleares extranjeras en territorio francés. Estados Unidos, devolvió el control de las diez mayores bases aéreas en Francia entre 1950 y 1967. Francia se retiró de la OTAN en 1966.
El general Charles De Gaulle fue un personaje sobrevaluado, tuvo una actuación intrascendente en la Segunda Guerra Mundial, cuyo papel fue meramente moral, simbólica, que en una guerra tiene poca importancia. Francia se reintegró al Comité Militar en 1995, y el presidente Sarkozy al comando integrado, coincidiendo con la cumbre del 60º aniversario de la Alianza del 3 y 4 de abril del 2008, celebrado entre Estrasburgo y Kelh, en la frontera franco-alemana.
Macedonia y Bosnia y Herzegovina, son actualmente los únicos países con un Plan de Acción de membresía, y junto con Georgia fueron nombrados «países aspirantes» de la OTAN el 7 de diciembre del 2011. El 28 de marzo la mayoría del Congreso votó a favor de que Montenegro se una a la Alianza. Washington ratificó de forma definitiva la solicitud de Podgorica el 11 de abril con la firma de Trump. El representante del gobierno montenegrino Vesko Garčević anunció que «el país ya es prácticamente parte del bloque».
Oficialmente Montenegro es el miembro número 29 de la OTAN, y esta le garantiza a Montenegro la independencia frente a Serbia y neutraliza los sentimientos proserbios. Tras el acceso a la OTAN, la frontera entre Serbia y Montenegro queda protegida por el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, según el cual los países de la Alianza están obligados a prestar ayuda militar en caso de ataque a uno de sus miembros. Montenegro tiene 620.000 habitantes y su infraestructura militar no es sólida, y en la práctica no representa un refuerzo para la OTAN, pero se trata de un gesto político que indica el éxito y el desarrollo de la OTAN.
El representante de Rusia ante la OTAN, Alexander Grushko manifestó que la adhesión de Montenegro puede suponer «un nuevo error de la Alianza, que coloca líneas divisorias en Europa». Los temores de un aumento de la influencia rusa aceleraron el proceso de inclusión de Montenegro. Georgi Engelgardt sostiene que: «La idea de luchar contra la influencia rusa en los Balcanes supone una línea de actuación que existe por sí sola, independientemente de las dimensiones reales de la influencia rusa».
La entrada de Montenegro en la OTAN cierra a Serbia la salida al mar, los grandes envíos de material desde Rusia solo son posibles por mar, y deja sin opciones a Rusia cuando necesite reforzar la colaboración militar con Serbia. La infraestructura conjunta ruso-serbia dependerá de los países de la OTAN. La entrada de este país en la OTAN no cambiará el equilibrio global de fuerzas, pero supone un golpe a los intereses de Rusia en la región.
La actitud abiertamente antirrusa de Montenegro no es bien visto por Moscú. Este país se ha convertido en un lugar en el que invierten dinero muchos ciudadanos rusos, es posible esperar alguna prohibición no oficial para las empresas, sobre todo las relacionadas con las estructuras estatales. La ampliación de la OTAN hacia el este, en el espacio postsoviético, había quedado estancada como sucedió en Georgia y Ucrania.
Ucrania comenzó su proceso de adhesión en enero de 2008. Suecia y Finlandia no forman parte de la OTAN, pero participan activamente en sus ejercicios militares. El actual sistema de defensa de la OTAN no ofrece protección a Rumanía, Bulgaria, Grecia y Turquía, y podrían ser alcanzados por misiles provenientes de Irán, y su emplazamiento fue interpretada por Rusia como dijo el Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, en abril de 2007, como «El avance de la infraestructura militar de la OTAN hacia nuestras fronteras».
Alemania quiere llegar a ser, en el ámbito militar, una potencia global comparable a la que ya es en el terreno económico. El conflicto en Ucrania, la guerra en Siria, la crisis de los refugiados (responsabilidad de la Merkel) y la irrupción del terrorismo yihadista en su territorio, sumerge a Alemania en el realismo político. Ángela Merkel en una reunión con su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), apostó por elevar de forma notable el gasto militar en los próximos años.
No puede ser, argumentó, que Estados Unidos emplee en defensa el 3,4 % de su producto interior bruto (PIB) y que Alemania gaste apenas un 1,2 %. Dio a entender, además, que lo que tenía en mente iba más allá del 2 % del PIB en gasto militar que la OTAN exige a sus miembros (y que en la actualidad apenas cinco la cumplen).
Berlín quiere equiparar su capacidad militar a la económica (cuarta potencia por PIB, tercera por exportaciones) y a su creciente influencia política, especialmente en Europa. Para ello, incrementará el presupuesto un 15 % e invertirá 130.000 millones en equipos militares en 15 años.
El presupuesto de la Bundeswehr (el ejército), es el noveno mayor del mundo, entre Japón y Corea del Sur, y su ejército ocupa el puesto vigésimo octavo por número de efectivos, entre Marruecos y Afganistán. Alemania se sitúa en el puesto 18 del Índice de Fuerza Militar elaborado por Credit Suisse, que incluye las 20 mayores potencias militares, superando la mayor economía europea tan solo a Indonesia y Canadá.
La legislatura, que planeaba reducir de forma significativa el número de efectivos, pasó al olvido. La ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, anunció sus planes para abrir nuevas plazas en las fuerzas armadas y dotarlas de más recursos. En abril, arrancó el inicio de una nueva unidad de defensa cibernética que, cuando esté a pleno rendimiento en un par de años, contará con unos 13.500 empleados, entre militares y civiles.
En mayo de 2016, Ursula Von der Leyen anunció que aspiraba a ampliar en 7.000 soldados, o un 4 %, el grueso del ejército. «El ejército tiene que modernizarse en todos los aspectos», subrayó Von der Leyen para justificar su iniciativa. Sus planes, dijo son un «punto de inflexión» para las fuerzas armadas y pretenden dar carpetazo a un política de «permanentes recortes», que se inició con el fin de la Guerra Fría, cuando contaba con cerca de 600.000 soldados.
La Bundeswehr contribuyó desde 1955 con medios humanos y materiales a 39 misiones militares internacionales. De Kosovo a Afganistán, pasando por Líbano, Camboya, Somalia, Timor Oriental, el Sáhara Occidental, Sudán y Mali. Participando en las operaciones europeas en el Mediterráneo y en la iniciativa internacional contra los piratas en el Cuerno de África.
Pero, salvo excepciones como en las guerras en la antigua Yugoslavia, su papel era más bien discreto. El ejército alemán está dando formación a los peshmergas, los soldados kurdos que combaten al Estado Islámico en el noreste de Irak, con 150 instructores militares. Y hace casi dos años envió a esta milicia fusiles de asalto, pistolas, misiles antitanques, lanzacohetes antitanque, pistolas de bengalas y ametralladoras por un valor cercano a los 100 millones de euros.
Esta decisión fue muy polémica, ya que la exportación de armas a lugares en conflicto está prohibida en Alemania. La Merkel ofreció su apoyo a Francia tras los atentados de París, en los días posteriores a la tragedia el gobierno alemán anunció el envío de 650 soldados a Mali, en el lugar tenía emplazados 200 soldados.
Merkel destinó seis cazas de reconocimiento, una nave nodriza para el reabastecimiento en el aire de los aviones de guerra aliados y una fragata para escoltar al portaaviones francés Charles de Gaulle, estacionado frente a la costa siria. La operación, para la que se destinó 1.200 soldados, supondrá 134 millones a Alemania solo este año. Ante la creciente amenaza de Moscú, a raíz de la anexión de Crimea y del conflicto híbrido que dirige a distancia en el este de Ucrania, en la reciente cumbre de la Alianza Atlántica en Varsovia, Alemania se comprometió a liderar uno de los batallones multinacionales que se desplegaran en los países miembros más próximos a Rusia, los tres países bálticos y Polonia.
Alemania es una de las economías más fuertes en el mundo, pero la condición del ejército se había deteriorado en los pasados años. Quizá porque, la generación nacida y crecida desde los 1950-1960 estaba contra la guerra y el miedo a países con ejércitos más poderosos. En 2011, el servicio militar obligatorio fue eliminado, cuenta con 183.000 personas activas y 145.000 reservistas, y con 710 aeronaves en total. A pesar de ello Alemania es considerada como la séptima potencia militar mundial, y la cuarta exportadora mundial de armas junto a Estados Unidos, Rusia, China, y Francia.
Entre los cinco controlan el 73 % del mercado de exportaciones de armas, Estados Unidos (con un 31 % del mercado en el periodo comprendido entre 2010 y 2014) y Rusia (con un 27 %). Por su parte, China, Alemania y Francia se reparten un 5 % cada uno, del mercado. Según el ranking del Instituto de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés). El país alemán emerge de forma cada vez más clara como un referente en el teatro global, tanto a nivel político como militar. Luego del enojo de Trump, Londres se unió con Washington para aumentar el gasto militar en la OTAN.
El ministro británico de Defensa, Michael Fallon, y James Mattis, instaron en Londres a los otros miembros de la OTAN a incrementar su gasto anual en materia de defensa a fin de realizar «un reparto más justo de la carga» en la alianza militar. Se abordaron asuntos de interés común, como la modernización de la Alianza Atlántica, y medidas para combatir el terrorismo internacional, en este sentido Fallon alertó que «la seguridad es ahora más frágil que en cualquier otro momento desde el final de la Guerra Fría».
Ambos políticos revisaron los actuales «esfuerzos para afrontar la agresión global y el extremismo», y estudiar cómo hacer que la OTAN «sea mejor y más rápida» ante «todas las amenazas de seguridad a las que se enfrenta», según Fallon. Y acordaron la necesidad que entre todos los países miembros de la Alianza se lleve a cabo «un reparto de la carga en el gasto militar más justa», ya que la OTAN «tiene la experiencia y los recursos para combatir el terrorismo internacional». James Mattis ha insistido en la necesidad de que más aliados alcancen el objetivo fijado de destinar a defensa el 2 % de su Producto Interior Bruto (PIB).
El Reino Unido y Estados Unidos se encuentran entre los cinco de los 29 miembros de la OTAN que cumplen con ese objetivo. La ministro de Defensa de España, María Dolores de Cospedal, reconoció que España no tiene pensado llegar al 2 % antes de 2024, cuando se cumple el plazo, pero reafirmó el compromiso de España de gastar el 2 % del (PIB) en defensa antes de 2025. España aporta menos del 1 % (0,9 % junto a Hungría y Bélgica) al gasto de Defensa, lo que lo convierte en uno de los socios de la OTAN que más lejos está del objetivo del 2 % (solo por delante de Luxemburgo, 0,5 %), que ya cumplen Estados Unidos, Reino Unido, Grecia, Estonia y Polonia.
Cospedal, añadió que en su reunión en el Pentágono «(A Mattis) le he trasladado el compromiso español de cumplir con ese porcentaje al que nos comprometimos los estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) dentro de una década», y expresó «Mattis me ha hecho saber que está al corriente del compromiso de España y que ese cumplimiento es importante para el mantenimiento de la Alianza Atlántica».
Al comenzar el año 1945 el presidente Roosevelt decidió que, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, las tropas norteamericanas deberían regresar de manera inmediata a casa. Convencido, de que Stalin se comportaría como un hombre de honor y no aprovecharía la debilidad europea para apoderarse del continente, para ello planeó una retirada escalonada pero rápida, dejando a Europa ante las tropas soviéticas. Roosevelt muere repentinamente el 12 de abril de 1945, tres semanas antes del fin de la guerra. Y el regreso de las tropas no se hizo efectivo.
Harry S. Truman, el sucesor, quedó espantado al conocer los planes de Roosevelt, y decidió mantener las tropas necesarias como para impedir al Kremlin aventuras bélicas en Europa. El fin de la guerra dio como resultado que los Estados Unidos salieran del conflicto como la primera potencia mundial.
Cuadruplicó su potencia industrial y militar, con una enorme diferencia sobre los demás tanto en equipos, y sobre todo como poseedor de la bomba atómica que le daba un poder incomparable. Europa se encontraba en ruinas, los norteamericanos asumieron casi en exclusiva el desarrollo y la defensa del mundo occidental frente a la amenaza comunista.
En virtud de lo mismo la fundación de una alianza teóricamente multilateral como la OTAN, fue más necesaria desde el punto de vista político y propagandístico que desde el militar. Durante los años de la guerra fría Washington corrió con los gastos, pero una vez que esta terminó, la OTAN dejó de obedecer a esa idea defensiva que fue su justificación mientras existió la URSS. La Alianza Atlántica, sin rival, se convirtió en el instrumento con el que se imponía un proyecto transnacional que rebasaba el marco de la política de Washington.
Por tanto, recobrado su capacidad económica, antes o después, los estados interesados en la defensa de Occidente tendrán que pagar equitativamente, es decir, aumentar sus gastos de defensa. La llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos fue la peor noticia para Europa, en principio porque Trump, exige a los países europeos de la OTAN que asuman su propia defensa y que contribuyan a la defensa común.
El objetivo es que los gastos militares alcancen el 2 % del PIB, y que muy pocos de sus miembros lo cumplen. Una pretensión justa y que Europa muy a regañadientes admite la justicia de la pretensión estadounidense. En los últimos años a tónica con ese pensamiento se suprimió el servicio militar en muchos estados de la Unión Europea, confiados en que un pequeño grupo altamente profesionalizada era suficiente al conjunto de la OTAN.
¿Qué fue del patriotismo? Se terminó, la UE sumergida en un internacionalismo ideológico, no fue capaz de articular una política exterior y tampoco una defensa de lo nacional. Cometieron el error de partir de un presupuesto falso, creyendo que estaban a salvo de enfrentamientos entre miembros y para la defensa externa estaba Estados Unidos. Muchos países europeos se aferraron a cierto sentido de culpabilidad, de haber sido protagonistas o cuando no, de artífices de guerras (es el caso de Alemania) sumado a otros elementos abandonaron todo patriotismo.
Lo que sobrevolaba Europa fue un engendro absurdo llamado por los abogados y juristas Patriotismo Constitucional, como si fuera posible ofrendar la vida por un papel. En ese contexto fue difícil encontrar voluntarios para las fuerzas armadas. Ante otro panorama, todo cambió radicalmente. Observadores y medios de comunicación ven la reactivación del servicio militar con horror.
A principios de año el gobierno sueco cuya composición es entre socialista y verde, anunció que para 2018 se recuperará el servicio militar obligatorio para hombres y mujeres, con una duración de once meses y se tendrá en cuenta la motivación y el interés personal. El 72 % de la población del país es favorable a esta medida. En realidad, Suecia puso en marcha una especie de oferta para aumentar en 4.000 soldados los efectivos del ejército, esto es para los nacidos en 1999, unos 88.000, de los que serán elegidos los cuatro millares que muestren mejor disposición.
La creciente presencia de Rusia en el ámbito internacional y en el Báltico, fue el motivo de la adopción de este plan. Rusia despertó el temor de países que habían relajado aspectos en materia de Defensa. En el caso de Suecia, la nueva medida incluye el reclutamiento de las mujeres lo que ocurre en Noruega o Israel. Sus vecinos fineses y daneses también cumplen un servicio militar obligatorio que es popular en esos países.
De hecho, los estadounidenses regresaron a Noruega con un pequeño contingente, y Helsinki –vecinos de los rusos- se apresta a aumentar el gasto militar y el tamaño de su ejército. Alemania aprobó un plan de Defensa Civil que incluye obligar a los jóvenes al servicio militar en caso de «graves amenazas», Alemania lo había eliminado en 2011. También pide el acopio de alimentos.
En Francia, todos los candidatos presidenciales acordaron en reintroducir el servicio militar obligatorio, la propuesta se presentó después de la ola de atentados sufridos en Francia. En los países del norte como Dinamarca, Finlandia, Austria, Noruega y Estonia, nunca se llegó a eliminar la obligación del servicio militar para los jóvenes, la amenaza rusa volvió a activar la prevención.
La guerra de Ucrania, los vuelos de bombarderos y submarinos que invaden el espacio de países europeos, el traslado de misiles rusos con capacidad nuclear a Kaliningrado, no tranquilizan al norte europeo y continúan montando su escudo. El último gran ejercicio de la OTAN se desarrolló en Polonia para probar el despliegue de su Fuerza Conjunta (VJTF).
La OTAN protege a los países bálticos con el establecimiento de la Policía Aérea, y a los países nórdicos, que no pertenecen a la OTAN -salvo Dinamarca-, cuyos países refuerzan sus defensas en medio de debates sobre si unirse o no a la Alianza Atlántica. En conjunto Dinamarca, Noruega, Finlandia, Suecia e Islandia, firmaron el 10 de abril de 2015, una alianza para «defenderse de Rusia», ya que consideran «el desafío más grande a la seguridad de Europa».
El plan de defensa civil de Alemania pide a la población hacer acopio de víveres para 10 días, agua para 6 y medicinas de sobra. En Finlandia, el gobierno recomienda comprar el doble de lo normal para aumentar los suministros, especialmente alimentos no perecederos. Lo necesario para sobrevivir sin salir de sus domicilios durante un periodo de entre dos días y una semana.
El parlamento noruego aprobó con gran mayoría de votos una ley que establece el servicio militar obligatorio para las mujeres. Hasta hoy las mujeres podían acceder al servicio militar de forma voluntaria, actualmente el 10 % de los miembros del ejército noruego son mujeres. Noruega es el primer miembro de la OTAN que adopta esta medida, el ministro de Exteriores noruego Espen Barth Eide expresó estar «orgulloso de que Noruega sea el primer país en el mundo en introducir un servicio militar obligatorio neutral en materia de género».
Barth Eide cree que la incorporación obligatoria de las mujeres beneficiará al ejército no sólo en un sentido simbólico: «Un ejército moderno requiere muchas más cosas que fuerza muscular. Por supuesto que necesitamos muchos otros requerimientos que los tradicionales… si uno pretende tener una verdadera igualdad de géneros, ambos géneros deben tener derechos y obligaciones».
Suiza aprobó el 19 junio de 1997, un documento individual de participación en el programa de cooperación militar de la Asociación para la Paz, un «primer paso» que no cuestiona su neutralidad, según el entonces ministro de Defensa suizo, Adolf Ogi. La Asociación para la Paz dijo entonces es un «traje en el cual nos encontramos cómodos» subrayó Ogi. Prometiendo que «Suiza será un socio con el que la OTAN podrá contar» pero recordó que su país sigue siendo neutral y no es miembro de la OTAN.
La adhesión a la Asociación permite a Suiza -que no es miembro de la ONU y que rechazó ser parte de la Unión Europea- salir de un relativo aislamiento en la escena internacional. En Suiza los militares profesionales apenas superan el 5 % de las Fuerzas Armadas, quienes mantienen en servicio los aviones, los tanques, los sistemas de comunicación y vigilancia. El Ejército se compone de milicias encuadradas en un sistema profesionalizado, con ciudadanos alistados y entrenados que empieza a los 18 años con una duración inicial de 21 semanas a las que se suman 3 semanas por cada año, y dura hasta los 34 años.
El servicio militar es obligatorio para todos los hombres y a los 42 años entran en la reserva, pero siguen realizando ejercicios militares periódicos. Las mujeres lo pueden hacer de forma voluntaria. Los soldados, en activo o no, mantienen en casa su propio equipo, armamento como fusiles de asalto, incluyendo la famosa navaja del ejército suizo y armas personales. Armas que les entrega el Estado en su casa, un derecho estipulado en la Constitución helvética, una vez acabado sus obligaciones militares, tienen la opción de comprar las armas que mantuvieron en su casa por un precio irrisorio.
A los hombres que interrumpen su trabajo para cumplir el servicio militar, su empleador les paga entre el 80 % y el 100 % de su salario regular. Un sistema de compensación por pérdida de ganancia (Fondo de Compensación) permite al Estado el pago de una indemnización al empleador por los días de servicio prestados por el empleado. A aquellos que no tienen empleador (por ejemplo, estudiantes) se les paga directamente dicha indemnización. Los militares también reciben una pequeña retribución financiera por cada día de servicio. Durante sus días de servicio, los militares pueden viajar gratis en todos los transportes públicos.
Los ciudadanos suizos tienen prohibido servir en tropas extranjeras, con la excepción de la Guardia Suiza en el Vaticano. Para los suizos su mejor arma de Defensa es el espionaje, tiene un sistema denominado Onyx, conceptualmente muy similar a Echelon, pero en una escala mucho más pequeña. En septiembre del 2013 se llevó a cabo un referéndum «Por una Suiza sin Servicio Militar».
El 73.2 % de los suizos votaron en contra de la iniciativa que buscaba terminar con el servicio militar y el ejército de milicias. En Suiza había 46 armas por cada cien habitantes (según últimos datos), es el país europeo con mayor número de armas en manos de la población civil y el tercero en el mundo con mayor cantidad por habitante, sólo por detrás de Estados Unidos y Yemen.
Neutral, sí, pero bien armado. Las estadísticas oficiales no cuentan las escopetas y las pistolas de caza o deportivas, suponen que habría 2,3 millones de armas en un país con menos de 8 millones de habitantes. El realismo ha permanecido en la pequeña Suiza, y continúa siendo un país con una preparación militar nada despreciable.
¿Es Rusia el peligro? En principio todo indica que sí, pero insuficiente para justificar estos movimientos. Los noruegos mantienen el grueso de sus tropas a más de 1.500 km de la frontera que comparten con Rusia. Y Suecia que no pertenece a la OTAN firmó un acuerdo de defensa junto a Finlandia, con los Estados Unidos en 2016.
El aumento de efectivos en las fuerzas armadas parece poco eficaz para intimidar al poderoso ejército de Moscú. Aunque nadie lo dice en voz alta, según rumores, el incremento estaría motivado por la presencia de la inmigración musulmana. En la ciudad de Malmö el ejército tuvo que acudir para sofocar varias revueltas islamistas. El portavoz de la policía sueca, Nils Norling, admitió públicamente que no es capaz de garantizar la seguridad de los ciudadanos.
El país en algunas zonas se encuentra con un panorama cercano al caos, y el ejército es una necesidad no muy lejana para enfrentar una revuelta islámica que, de producirse de modo coordinado, pondría en aprietos al estado sueco. Y no es el único país en que tal cosa podría suceder.
En Francia no existe temor por una invasión externa. La candidata Le Pen habló de rearmar a las fuerzas del orden, en salir de Schengen y limitar la inmigración legal a 10.000 personas al año. El aumento de los efectivos militares de Francia no obedece a una exigencia de política exterior. El periodista Éric Zemmour, reveló que los militares franceses esperan una revuelta musulmana que podría degenerar en guerra civil, e indican que la situación está madura.
En distintas ciudades del país hay barrios en los que no se cumplen las leyes de la república, los musulmanes imponen su propia ley la sharía. Zemmour dijo que «los franceses se han vuelto extranjeros en su propio país, las mujeres francesas están consideradas como putas si visten minifalda…el islam no es una religión, es una concepción del mundo que abarca todas las esferas de la vida, es una ley, un derecho y una nación, sí, una nación…»
Francia en 2013, tomó la decisión de «congelar» efectivamente su gasto militar, y redujo los trabajos en defensa un 10 %, para ahorrar dinero para equipamiento tecnológico avanzado. Su actual presupuesto militar está en 43.000 millones de dólares al año, que es el 1,9 del PIB, muy por debajo del gasto marcado por la OTAN. Sus 220.000 fuerzas regulares combinadas con reservistas forman una fuerza de unas 500.000, más de 1.000 aeronaves, y 9.000 vehículos de tierra. Pero lo que hace a Francia un ejército formidable, son sus 290 armas nucleares y su posición en la UE y la ONU (Consejo de Seguridad).
Turquía, por el momento es miembro de la OTAN, aumentó la inversión en defensa en 2015 un 10 %. Su presupuesto de defensa está en alrededor de los 18.180 millones de dólares. El tamaño de su ejército, incluyendo tropas regulares y reservistas, está por encima de 660.000. La fuerza aérea tiene 1.000 aeronaves. Las fuerzas armadas también 16.000 armas terrestres. Está comprando armamento moderno sofisticado y eso lo convierte en uno de los miembros más poderosos de la OTAN, pero es poco confiable.
Reino Unido, otro miembro de la UE y de la OTAN, tiene un plan para reducir el tamaño de las fuerzas armadas un 20 % entre 2010 y 2018, y recortes en la Royal Navy y la RAF. Pero a cambio prevé modernizar sus naves y el armamento, la Royal Navy está planeando poner en servicio el HMS Queen Elizabeth en 2020. Es un portaviones planeado para llevar 40 F-35B junto con cazas por todo el mundo.
El ejército es todavía poderoso, con entrenamiento superior, equipamiento y sus 160 armas nucleares es su principal fortaleza. Su fuerza regular es de unos 205.000 hombres, y una pequeña fuerza aérea de 908 aeronaves, y una flota pequeña de 66 barcos. El presupuesto de defensa está en 54.000 millones de dólares.
Los Estados Unidos gastan unos 612.500 millones en las fuerzas armadas, un ejército de más de 1.4 millones de soldados, y unos 800.000 reservistas. Su fuerza terrestre activa comprende a bien entrenados hombres y mujeres, su mayor ventaja consiste en ser el líder mundial en la producción de aeronaves, con una flota de 19 portaaviones y doce de ellos operativos en el mundo.
Implementa tecnología de última generación y disponen de unas 7.500 cabezas nucleares. Estados Unidos ha proyectado una formidable fuerza militar por largo tiempo, la Rusia post soviética también, y China, está aumentando su fuerza militar, estos tres se han convertido en pesos pesados de los asuntos globales.
El secretario de Defensa, James Mattis, advirtió a sus homólogos de la OTAN de que si no incrementan sus aportaciones a la organización, Washington moderará su compromiso con la Alianza. «Estados Unidos cumplirá con sus responsabilidades, pero si sus naciones no quieren ver que Estados Unidos modere su compromiso con esta Alianza, cada una de sus capitales tiene que apoyar nuestra defensa común».
Mattis pidió establecer este año un plan y «plazos para un progreso constante» hacia la meta del 2 % del PIB de inversión en defensa, fijado en la cumbre de Gales en el 2014. También dijo que la OTAN «es una fuerza de estabilidad en Europa», y que «ayuda a preservar las normas basadas en el orden internacional a nivel global y, en última instancia, a mantener la paz y defender los valores compartidos».
El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, comentó que el jefe del Pentágono «expresó un muy fuerte compromiso con la OTAN, el vínculo transatlántico y la importancia de reforzar a la OTAN». «Eso fue muy celebrado en la reunión, porque todos los demás ministros expresaron el mismo compromiso con el vínculo transatlántico, porque todos entendemos que estamos más seguros y somos más fuertes juntos».
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció haber dicho que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), era obsoleta, pero después de las últimas reuniones, ya no lo es. Trump anunció que se abocará a trabajar más cerca de sus aliados de la OTAN, para reforzar la alianza y «adaptarla a los desafíos del futuro». Señaló, además, que la organización debe trabajar en conjunto para resolver el desastre que está ocurriendo en Siria.
El 12 de abril fue la primera reunión entre Trump y el secretario Stoltenberg, quienes siguen manteniendo conversaciones telefónicas. En un mundo político donde la política exterior se desarrolla en un enfrentamiento entre Estados, es de suma importancia las alianzas militares. Por eso Rusia metió sus tanques en Georgia, sus soldados fantasmas en Ucrania y puso los pies en Siria.
China podría solucionar el problema de Corea del Norte si realmente lo quisiera, los norcoreanos dependen militar y económicamente de China, pero China necesita una ficha o una pieza para mover en el tablero mundial. Los Estados Unidos del gobierno de Donald Trump, sabe de la importancia de la OTAN, pero eso no significa que sea tomado por tonto y cargar con el muerto. Es más Europa necesita de la ayuda militar estadounidense y no al revés.
28 de abril de 2017.