¿ES ESTADOS UNIDOS UN PAÍS RACISTA?
JOSÉ L. POZO FAJARNES. DESVARÍOS Y MENTIRAS MATERIALISTAS
Breve aclaración: soy Luis A. Lapaglia, nacido en Nashville, Tennessee, Estados Unidos, hablo y escribo en castellano desde niño, en mi familia se habla castellano desde siempre, personalmente adhiero al sistema filosófico del ya fallecido, Gustavo Bueno Martínez. Junto a un grupo de amigos que nos interesa la filosofía y la política, y que integramos en cierto sentido la Revista Eutaxia, tenemos por rutina seguir publicaciones, artículos y videos, del llamado materialismo filosófico.
Esta breve presentación tiene por objeto indicar que quien escribe esto, no es alguien que conoce los Estados Unidos, por un viaje turístico, por algún curso universitario, por haber participado de un encuentro o un congreso en este país. Nunca me fue ajeno los acontecimientos del llamado mundo hispano (mal llamado latino) en general y en lo particular en Estados Unidos.
Al señor José Luis Pozo Fajarnés, autor del libro de marras, no lo conozco de manera personal, solo a través de artículos, videos y de las películas que suele mencionar obsesivamente. Pozo Fajarnés, luego de protagonizar una serie de videos sobre la Iglesia Católica, en compañía de algunos sacerdotes, en la que se dijeron algunas verdades a medias, y en muchos casos, literalmente «vendieron gato por liebre». Muchos de nosotros tratamos de comunicarnos con él o con los otros participantes.
No fue una labor fácil, nos dirigimos a distintos correos electrónicos, pertenecientes a organizaciones o personas que tenían relación con los nombrados, algunos de ellos contestaron que pasarían nuestro pedido a estas personas, y el resto, simplemente no contestaron. El motivo era para solicitarles, en privado, que nos hicieran una aclaración de ciertas cuestiones, o hacerles notar nuestras discrepancias, si su real gana lo permitía, pero no pudo ser. Este tipo de problemas es recurrente con los llamados intelectuales, dicho en el sentido usado por Ricardo Veisaga, y tiene que ver con que tocan de oído en cuestiones de la vida real.
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Recurrir permanentemente a Samuel P. Huntington, es algo que satura y demuestra que intelectualmente se quedaron en el tiempo, que es cosa del pasado, que no evolucionan y viven desfazados. Una de las primeras cosas que hace el José Luis Pozo Fajarnés, en su exposición, me imagino, que, para defender y promover su libro, es recurrir como ejemplo al racismo de los WASP (White Anglo-Saxon Protestant), pensamos que se trataría de un error o una broma, pero no.
En primer lugar, vamos a referirnos sobre los WASP, es decir, sobre una élite económica, cultural y política, que existió en los Estados Unidos. No se trata de un error el «existió», ya que no existen como clase dominante desde hace unos 70 años en la vida política de Estados Unidos. Eso lo sabe cualquier persona medianamente informada, pero no lo sabe José Pozo Fajarnés.
Este grupo de blancos anglosajones y protestantes de clase alta, en su gran mayoría proveniente de United Kingdom, Reino Unido, formaron una élite política y dominaron la mayor parte de la historia de este país. Estos blancos y cristianos protestantes, defendían valores tradicionales y rechazaban cualquier etnia o cultura ajena a la suya.
Esta denominación de WASP, obviamente, no incluye a católicos blancos, judíos, negros, asiáticos, eslavos, amerindios, gitanos, italianos, turcos e hispanos. También esta denominación es utilizada con similar significado en Canadá y Australia. Su poder socio-político estuvo ligado a los «Big Three», es decir, a las universidades de Yale, Harvard y Princeton, principalmente, pero también es asociada con la «Ivy League».
La «Ivy League» (Liga Ivy o Liga de la Hiedra) es una conferencia deportiva de la NCAA compuesta por ocho universidades privadas del nordeste de Estados Unidos. Y ellas son la Universidad Brown, la de Columbia, la universidad Cornell, Dartmount College, la de Harvard, la de Pensilvania, de Princeton y la Universidad Yale. Pero el término Ivy League se usa más allá de lo deportivo para referirse a estos ocho centros educativos con connotaciones de excelencia académica, elitismo social y selectividad en las admisiones.
Pero ese predominio socio-político en general, fue disminuyendo desde hace un siglo gradualmente, pero de manera drástica en los últimas cincuenta años. Cuando, el que sería años después presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, cursaba estudios en Harvard el 85% de los alumnos de esa universidad, como en la mayor parte de las instituciones estadounidenses, eran WASP, para el año 2000, esta se había reducido al 20%.
En la década de 1950, esta clase social todavía dominaba la vida política, académica y militar, además del mundo empresarial. Pero como consecuencia de la «Gran Depresión» primero, y la Segunda Guerra Mundial después, provocó el cambio y el valor de la meritocracia se impuso sobre la condición social. El mismo presidente Franklin D. Roosevelt, nombró en la mayoría de los cargos en su administración a personas pertenecientes a otros grupos sociales, medida que superaba a la realizada por todos los anteriores presidentes de los Estados Unidos juntos.
John F. Kennedy, fue el primer presidente estadounidense católico y de origen irlandés, que no era WASP. Sin embargo, José Luis Pozo Fajarnés, habla como si aun estuviéramos en los 50 del siglo pasado, eso es «quedarse en el tiempo» y no saber de qué está hablando. Pero sigamos, en el 2012, por primera vez en su historia, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos no contaba con ningún juez de religión protestante, aunque todos sus miembros habían estudiado en Harvard, al igual que el primer presidente negro del país Barack Husein Obama, que es o al menos él cree, protestante.
Barack Husein Obama, un africano-americano, no afroamericano, ya que su padre (legal) era africano y su madre una blanca. El afroamericano es toda persona de padres de origen africano pero nacidos en Estados Unidos, que no es el caso de Obama. El vicepresidente fue Joe Biden, católico, al menos está bautizado, de origen irlandés, el oponente republicano fue Mitt Romney, un mormón, su candidato a vicepresidente fue Paul Ryan, católico. En la actualidad Joe Biden es presidente.
En el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, ni un solo juez era un WASP, la mayoría eran católicos y judíos. El Speaker of the House: John Boehner, católico. La líder de la minoría en la Cámara de Representantes: Nancy Pelosi, católica. El líder de la mayoría del Senado: Harry Reid, mormón. El líder de la minoría en el Senado: Mitch McConnell, WASP (Baptista), aunque de Kentucky. Los grandes centros financieros no son monopolio de Boston (New England), lo mismo en la política y en lo cultural.
Ese monopolio ya no existe y han cedido ese lugar al Medio Oeste y a la Costa Oeste, políticamente hablando, con los presidentes Richard Nixon, un cuáquero, y Ronald Reagan, se acabaron los WASP. ¿Entonces, de que está hablando Fajarnés? Que alguien le avise y que regrese al presente, que abandone el pasado, este intelectual nos hace recordar al «día de la marmota», donde todos los días es el mismo día.
En algún momento sostiene José Pozo Fajarnés que los WASP no llaman blancos a los hispanos. Para que se entere este señor y otros igualmente descolgados, cuando una persona debe llenar ciertos documentos oficiales, se pide que se identifique, étnicamente entre otras cosas, y hay algo que siempre me llamó la atención, en la parte que dice «blanco» se pide que se especifique si es hispano o latino, u otro.
Es decir, se hace la distinción entre hispano y latino. Esa acusación a Estados Unidos de racismo que hace el español Fajarnés, es gratuita y barata, creo que le vendría bien enterarse del choque que se daba y se da, entre los descendientes de españoles en Nuevo México y los migrantes que cruzaban la frontera desde México.
Ricardo Veisaga, en un artículo titulado: «El español más antiguo en Estados Unidos. Los caballeros de Vargas en Nuevo México», de 2021, publicado en Revista Metábasis y en la Revista Eutaxia, nos muestra estos choques culturales. A continuación, copiaremos algunos extractos:
«Los hispanos de Nuevo México (Estados Unidos), también llamados Neomexicanos o Nuevomexicanos, son un grupo étnico que reside en el estado de Nuevo México (New Mexico), y en la parte sur del estado de Colorado. Son descendientes de españoles de la región histórica de Santa Fe de Nuevo México, que se ubicaría hoy en los Estados Unidos, en el estado de Nuevo México, el sur de Colorado y partes de Arizona, Texas y Utah.
Lo curioso de estos neomexicanos es que hablan inglés de Nuevo México, castellano de Neomexicano o ambos de manera bilingüe, fuertemente identificados con la cultura de Nuevo México. Son parte de las comunidades hispanas más grandes de los Estados Unidos, junto a los californianos y tejanos, que viven en el suroeste del país desde el siglo XVI. Los descendientes de estas comunidades culturalmente mixtas constituyen una comunidad étnica de más de 340.000 personas en Nuevo México, con otras en el sur de Colorado.
Estos hispanos se identifican con su herencia española, aunque muchos de ellos tengan diferentes niveles de ascendencia apache, comanche, pueblo, navajo, nativo mexicano y genízaro. Nuevo México estuvo asentado en la periferia del imperio español desde 1598 hasta 1821 y perteneció más tarde a México (1821-1848), pero política y económicamente dependían de la Comanchería desde 1750 hasta 1850».
Los hispanos de Nuevo México.
Un hispano de Nuevo México, hace algunos años declaró ante la prensa para sorpresa de muchos, dijo: «No somos mexicanos sino los europeos más antiguos de Estados Unidos». Esta persona que hizo esa afirmación pertenece a la comunidad hispana que quiere y se diferencia de los latinos que viven en Estados Unidos. Cuando muchos norteamericanos creen que el idioma español (Castellano, lo denominan los hispanos de Nuevo México, al igual que la mayoría de los países hispanoparlantes) es cosa de recién llegados.
Sin embargo, en Nuevo México, el castellano tiene raíces más profundas que en cualquier otra parte de este país. El hecho de hablar el castellano tradicional de Nuevo México le da un sentido único de pertenencia a varias generaciones de hispanos en Nuevo México. Mientras muchos ideólogos sostienen que el español es un idioma de los vulnerables, básicamente en opinión de los progres e izquierdistas, en Nuevo México la cultura hispana sufre acusaciones de ser la lengua y la cultura de los opresores.
Se dice con toda razón que Nuevo México es el lugar de los hispanos originales de este país. Sus raíces, como ellos mismos lo dicen, se remontan a Isleta Boulevard, como se conoce en Albuquerque un tramo de lo que hace más de 500 años fue el Camino Real, que unía la Ciudad de México con Santa Fe, cuando España controlaba este territorio. «Y nos une a las raíces originales de los españoles en el Nuevo Mundo», dice Art de la Cruz, un comisionado del condado de Bernalillo.
Nuevo México tiene el mayor porcentaje de hispanos en Estados Unidos. Según un estudio de la Universidad de la Ciudad de New York, el 45% de los más de 2 millones de habitantes se identifica como hispanos que se inscribe para votar y vota en una tasa más alta que el promedio nacional para este grupo.
«Hay una sensación profunda de pertenecer a dos partes, no solo a la histórica de España, pero también hay una conexión con los pobladores originales de esta tierra», dice de la Cruz. Pero, como dijimos anteriormente, no todos los hispanos son iguales en Nuevo México. El 30% del electorado hispano no se identifica como descendiente de ningún país de hispanoamérica, según el mismo estudio.
Los hispanos de Nuevo México no se sienten como que hayan venido de cualquier lugar, simplemente se identifican con España. Cuando la Nueva España se convirtió en México, los habitantes o descendientes de los hispanos todavía se identifican como española, no se identifican como mexicanos. Y cuando Nuevo México se unió a Estados Unidos en 1912, no cruzaron la frontera, la frontera los cruzó a ellos.
Esas claras diferencias crean muchas tensiones entre los habitantes de Nuevo México y los inmigrantes. A muchos hispanos no les gustan los recién llegados. De la Cruz, comentó que incluso sus parientes del lado de su madre, cuyo legado data de la época colonial, tenían dificultades para aceptar a su padre, quien migró de México. «Para ellos no era más que un chico del sur».
Orlando Romero, es un prestigioso historiador y columnista local, Romero escribía desde 1998 una columna de opinión en el periódico The New Mexican. Fue galardonado por el gobierno español con la Orden de Isabel la Católica, por su labor en promover la herencia hispana, el lenguaje, la historia, la cultura, tradiciones y costumbres hispanas de Nuevo México.
Romero vive en un pequeño pueblo llamado Nambé, ubicado en el norte rural del estado, en una cómoda vivienda de adobe típica del lugar, que él mismo construyó. Para llegar a Nambé hay que atravesar un desierto llamado en tiempos de la conquista como La Jornada del Muerto, en Nambé se encuentran los pueblos y las casas de los hispanos de Nuevo México, estos pobladores son descendientes de los conquistadores españoles.
El historiador Orlando Romero afirma que los hispanos de Nuevo México son los europeos más antiguos del país. «Mi familia llegó aquí en 1598», dice. Orlando Romero sostiene que su gente, los hispanos de Nuevo México, son «los europeos más antiguos» del país. Llegaron a estas tierras cuando Estados Unidos no era siquiera una idea en la mente de nadie. Y llevan 423 años continuos hablando un español, que por el aislamiento geográfico y cultural en el que vivieron por siglos, terminó volviéndose un dialecto distinto a los de sus vecinos.
«No somos mexicanos», insiste, como lo sostienen también muchos hispanos en Nuevo México. Estados Unidos tomó el control de la región en el siglo XIX y en 1912 Nuevo México fue admitido como estado en la Unión. Se promulgó una constitución estatal que, a diferencia de todas las demás en el país, otorgaba prerrogativas legales especiales para proteger el idioma de los hispanos. Aunque muchas de esas protecciones no se cumplieron, dice Romero.
Pero la idea de Nuevo México como un estado con un vínculo especial con España se mantuvo. El historiador Orlando Romero insiste, en que, si bien es importante para su comunidad reivindicar su herencia de españoles, eso no debe ser visto como una forma de discriminación contra los mexicanos. Para Romero, la historia de Nuevo México es una de convivencia de muchas comunidades: la anglosajona, la indígena y la hispana.
Pero los hispanos que llegan a Nuevo México, especialmente los mexicanos, no ven con buenos ojos a los hispanos, lo ven como extraños y eso crea muchas tensiones. El gobierno estadounidense hizo mucho hincapié en la «hispanidad» de Nuevo México porque significaba un buen negocio. La capital, Santa Fe, se convirtió en un destino turístico importante, atraída por su arquitectura colonial.
Pero el idioma ha generado mucha controversia, se ha sostenido por mucho tiempo, que en Nuevo México se hablaba un castellano similar al que hablaban los conquistadores. Damián Vergara Wilson, profesor de lingüística española en la Universidad de Nuevo México en Albuquerque, dice que afirmar que los hispanos de este estado hablan un castellano como el del Siglo de Oro español, «tiene parte de verdad y parte de mito».
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Recomiendo leer el artículo completo en Revista Metábasis o en Revista Eutaxia. Pero José Luis Pozo Fajarnés en su mentalidad maniquea, cree que los buenos son los hispanos y los malos los WASP, ¿Los WASP? Pobre, lamentablemente se quedó en el siglo pasado. También nuestro intelectual nos habla de los «negros», y entonces como ya estamos advertidos o curados de espanto, nos preguntamos ¿de qué siglo? Ya que Fajarnés vive perdido en el tiempo.
En su afán por cargar contra los WASP, idealiza y miente sobre los negros y el racismo. La cuestión de los «negros» como dice José Pozo Fajarnés, aquí los llamamos «morenos» en castellano, ya que podemos terminar en la cárcel si decimos negros, o en inglés «nigger», que es un término peyorativo racista dirigido a la gente de piel negra, especialmente hacia los afroamericanos.
Un derivado de la palabra (nigga) es de cotidiano uso entre los afrodescendientes en escuelas, lugares de empleo, en la plaza pública y en el hogar. La palabra se originó en el siglo XVI como una adaptación del sustantivo español negro, descendiente del adjetivo en latín niger, era un término de uso neutro, y ha sido corrientemente usada por autores de los siglos XIX y XX incluyendo a Charles Dickens, Mark Twain, Rudyard Kipling y Agatha Christie, entre otros muchos.
Pese a su regular uso educado, vulgarmente podía usarse de forma despectiva y, para mediados del siglo XX, en los Estados Unidos, su uso se consideró peyorativo y racista. Debido a que el término es considerado extremadamente ofensivo, y es usualmente reemplazado por el eufemismo «the N-word» (la palabra con N). Sin embargo, la variante nigga es usada entre afroamericanos. Lo cierto es que es más un problema cultural y no racial, es decir, los afroamericanos quieren que todos los estadounidenses aceptan su vagancia, su inclinación al robo, al mal gusto y a vivir del Estado, es decir, su cosmovisión.
En el artículo titulado: «Ferguson. El mito del racismo» del 2014, Revista Eutaxia, cita algunas cosas respecto al racismo:
«Recomiendo leer al periodista «negro» Jason Riley, autor del importante artículo «The other Ferguson tragedy» y del libro: Please Stop Helping Us, y en especial el capítulo «The enemy within».
Riley dice que los negros (comerciantes, dependientes, clientes, transeúntes) no se fían de los negros, especialmente de los jóvenes vestidos de raperos; y hacen bien en no fiarse, habida cuenta de sus pavorosos índices de criminalidad: los negros son el 13% de la población total y la mitad de la población reclusa, son los responsables de la mitad de los asesinatos perpetrados desde 1976. «El rostro del crimen violento en Nueva York, (…) como en todas las demás grandes ciudades americanas, es casi exclusivamente negro o moreno», dice Heather MacDonald.
Por supuesto que desconfía Riley de un joven negro con las formidables pintas ridículas de los raperos, porque resulta que concederle el beneficio de la duda le puede costar la vida. Lo mismo declaró hace tiempo Jesse Jackson. El racial profiling, por desgracia, es una ayuda, también o sobre todo para los negros: el 90% de los crímenes cometidos por negros se perpetran contra negros; incluso o especialmente para los jóvenes negros, cuya primera causa de muerte es el asesinato a manos de jóvenes negros.
(Quiero recordar que, a Benji, Benjamin Wilson, no lo mataron los blancos, ni los hispanos, sino dos negros, acabando con la mayor promesa y realidad del basquetbol estadounidense, un verdadero superdotado, que a sus 19 años hacía cosas que Michel Jordan los hacía a los 26).
Es que son pobres, aducen los progres y el establishment negro, al que Riley descalifica con poderosos argumentos (viven de hacer chantaje emocional a los blancos y de la industria del victimismo). Más pobres eran en los años 50, «cuando la segregación era legal y el racismo campeaba por sus respetos», y sin embargo «los índices de criminalidad negra eran inferiores y los negros representaban un porcentaje inferior de la población reclusa».
Es que son víctimas del odio racial, insisten. A lo que Riley replica: «La población reclusa negra refleja la criminalidad negra, no un sistema judicial racista»; sistema judicial, remacha el periodista, «dirigido por un negro», el fiscal general Eric Holder, «que reporta a otro negro», el presidente Obama.
Las víctimas de los pobres negros son pobres negros, sí; pero parece que eso les importa cero a los potentados defensores de los pobres negros. «El liderazgo pro derechos civiles negro es perfectamente consciente de que la criminalidad negra es, en sus raíces, un problema negro que necesita ser afrontado por negros que reconfiguren las actitudes y hábitos negros», afirma Riley.
Y acusa/añade: «Pero el movimiento pro derechos civiles ha devenido una industria, y esa industria no tiene interés en hacer valoraciones realistas de la patología negra (…) La NAACP». La National Association for the Advancement of Colored People (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color) fue fundada el 12 de febrero de 1909 por un grupo de activistas multirraciales estadounidense que respondían al nombre de The Call. (La Llamada), inicialmente se llamaron a sí mismos National Negro Committee (Comité Nacional Negro).
En la dirección predominaban personas de raza blanca, en su mayoría judíos. De hecho, al ser fundada, la NAACP solo tenía un afroamericano en su junta directiva, se trataba de Du Bois. No se eligió a un presidente negro hasta 1975. La comunidad judía contribuyó de forma positiva a la fundación de la NAACP y a su continuo financiamiento. El presidente de la asociación, desde su fundación hasta 1915, fue el liberal y de raza blanca Moorfield Storey.
Storey era un defensor de los derechos civiles, y no solo defendía los derechos de las personas de raza negra, también a los de Nativos Americanos e inmigrantes, y se opuso a las restricciones de inmigración. Continúa Riley, (…) está mucho más interesada en tener a los blancos en vilo que en hacerse cargo de los hábitos autodestructivos de los negros, que explican tanto de sus problemas laborales, sus problemas con la autoridad y los estragos que causa la violencia en sus propias comunidades.
Riley tiene consejos que dar a los jóvenes negros para que dejen de ser sus peores enemigos; consejos que ha tomado prestados del presentador negro de la CNN Don Lemon, Donald Dilworth Lemon, nacido en 1966, periodista de CNN Newsroom y CNN Tonight. 1). Terminen sus estudios. (El abandono escolar negro se mueve en torno al 50%; por otro lado, «al final de la high school el estudiante negro promedio está varios años por detrás del blanco en lectura y cálculo», informa Riley).
Dejan de usar la-palabra-que-empieza-con-N como parapeto contra las críticas. Ocuparse más de vuestras comunidades. Ocúpense en un sentido positivo, no negativo. Es decir, no matéis/robéis/violéis a vuestros semejantes, mejor cooperad con ellos y contribuid a hacer de vuestros barrios lugares habitables.
Dejen de tener hijos ilegítimos y, en vez de arrasar, fundar hogares. (El 64% de los niños negros viven con sus madres, pero sin sus padres. «Una lección de la Presidencia Obama –quizá la más importante para los negros– es que es menos importante tener un hombre negro en el Despacho Oval que en casa». «Como la mayoría de los negros, mis padres lo sabían todo –aunque sólo fuera por las experiencias de algunos de sus amigos y parientes– acerca de la fuerte relación entre hogares rotos y malas consecuencias», abunda Riley. «Y aunque no pudieron salvar su matrimonio, resolvieron salvar a sus hijos»).
Al establishment negro y a los progres, Jason Riley, más que aconsejarlos, les suplica: Please stop helping us, por favor, dejen de ayudarnos. Porque el daño que nos están causando con vuestro ¡lucrativo! paternalismo irresponsable es tremendo.
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La cita anterior está realizada por ciudadanos estadounidense afroamericanos, que conocen su país, la problemática y viven actualizados, no hablan desde la península ignorando la realidad de Estados Unidos.
El autor de este libelo dice, que los WASP llamaban a los mexicanos, «come frijoles», que difícil es entender a alguien que se quedó en el tiempo. Los estadounidenses (no todos) y también los hispanos no mexicanos, llaman a los mexicanos «mojados». Así los llamaba el prócer máximo de los latinos el publicitado dirigente agrícola, Cesar (Cesario) Chávez, a los inmigrantes, cuando se comunicaba con los agentes de migración (la migra) desde una avioneta, «los mojados van por tal lugar…», en ese sentido cumplía bien su rol de estadounidense denunciando a quienes violaban la capa cortical del Estado. Un hispano denunciando a otros hispanos, Cesario Chávez no era WASP.
Pozo Fajarnés no se enteró como los llamaba Karl Marx. El «racismo» de Marx fue desenterrado por el escritor Nathaniel Weyl en su libro de 1979, Karl Marx, Racist. El autor documenta la existencia de cartas y fragmentos de textos en los que Marx muestra la baja estima que tenía por los judíos (aunque él mismo provenía de una familia judía), los negros y los mexicanos. Sobre los mexicanos, el comentario de Marx vino a propósito del anexo de California a Estados Unidos, el cual le complació pues lo consideró un progreso.
Karl Marx creía que los mexicanos y toda iberoamérica estarían mejor en manos de los estadounidenses, ya que consideraba que la cultura española era «degenerada» y los mexicanos eran todo lo malo de los españoles, pero «a la tercera potencia». (Esto es un tanto irónico, pues justamente la mayoría de los movimientos comunistas en iberoamérica han sido estimulados por ideas «antiyanquis»).
Los españoles están completamente degenerados. Pero, con todo, un español degenerado, para un mexicano, constituye un ideal. Todos los vicios, la fanfarronería, bravuconería y donquijotismo de los españoles a la tercera potencia, pero de ninguna manera lo sólido que éstos poseen. La guerra mexicana de guerrillas, una caricatura de la española, y aun las huidas de los regular armies infinitamente superiores. En esto, empero, los españoles no han producido ningún talento como el de Santa Anna.
(Carta de Marx a Engels, 2 de diciembre de 1854, tomado de Karl Marx, Friedrich Engels, Materiales para la historia de América Latina, Cuadernos de Pasado y Presente, Siglo XXI Editores, 1980, p. 2)
Su colaborador Friedrich Engels, apuntaba a su vez: «¿O acaso es una desgracia que la magnífica California haya sido arrancada a los perezosos mexicanos, que no sabían qué hacer con ella?; ¿lo es que los enérgicos yanquis, mediante la rápida explotación de las minas de oro que existen allí, aumenten los medios de circulación, concentren en la costa más apropiada de ese apacible océano, en pocos años, una densa población y un activo comercio, creen grandes ciudades, establezcan líneas de barcos de vapor, tiendan un ferrocarril desde Nueva York a San Francisco, abran en realidad por primera vez el océano Pacífico a la civilización y, por tercera vez en la historia, impriman una nueva orientación al comercio mundial? La “independencia” de algunos españoles en California y Tejas sufrirá con ello, tal vez; la “justicia” y otros principios morales quizás sean vulnerados aquí y allá, ¿pero, ¿qué importa esto frente a tales hechos histórico-universales?».
José Luis Pozo Fajarnés, dice: «Los anglosajones de Inglaterra no son iguales a los estadounidenses, no hay monarquía, no hay aristocracia, tienen una organización política diferente, pero… igual son anglosajones». Palos porque bogas y palos porque no bogas. De acuerdo a la lógica fajardiana, podemos concluir: como Fajarnés era un militante marxista sigue siendo un marxista, y sus peleas con el incorregible marxista Santiago Armesilla Conde, era solo una pelea interna en el Kremlin.
Sostener que la guerra civil en Estados Unidos fue por una cuestión racial es un disparate total, a Abraham Lincoln, le importaba muy poco la esclavitud eso lo dejaba a consideración de los estados, y solo usó la cuestión racial al final para ganar la guerra. Y para no variar, Fajarnés, repite la misma acusación falsa de que los ataques a los monumentos y estatuas hispanas se debe a los WASP, lo cual es una verdadera leyenda negroanglosajona.
Ricardo Veisaga, en numerosos artículos ha explicado donde y como se origina ese ataque a la hispanidad. La migración mexicana es en un 90% indigenista, a diferencia de los migrantes de Centroamérica, que masivamente no son indigenistas, y si lo son, es en grupos minoritarios con ideología marxista. Cuando se dijo desde el entorno de Pozo Fajarnés, que México era la reserva de la hispanidad, eso constituyó una verdadera mancha imborrable, claro, no sabían de que hablaban.
Eso es hablar de lo que no se conoce o se sabe. En cambio, podemos decir que el indigenismo y el socialismo es parte del ADN de los mexicanos, y una vez en Estados Unidos, militan o votan por el partido Demócrata, la izquierda estadounidense, y trasmiten a los «güeros» o «gabachos», como los llaman. Eso de «gringos», Fajarnés, es anacrónico. A ver si te enteras, te actualizas y retornas al presente, al menos por honestidad intelectual.
En el terreno político el aporte hispano es izquierdista, por el sur los mexicanos y por el este, los puertorriqueños, y el 80% de ellos militan en el partido Demócrata. Los funcionarios electos, tanto en los condados, en los estados, donde hay grandes poblaciones hispanas son mexicanos o boricuas (de Puerto Rico) de izquierdas, aunque eso va cambiando de a poco. Podría escribir un artículo completo aportando nombres y cargos políticos, pero no en este artículo.
Los ataques a la hispanidad vienen de ellos, son los que metieron el indigenismo en los partidos políticos. El indigenismo no fue una bandera de la quinta generación de izquierdas, el comunismo, sino que es posterior, es propio de la séptima generación de izquierdas, la marcusiana. Pero eso de séptima generación de izquierdas es difícil de entender en personas que se quedaron en la sexta y desconocen cómo funciona el mundo en marcha, y repiten lugares comunes. En Estados Unidos hay unos 38 o 40 millones de hispanos que lo que más quieren es ser estadounidenses, y saltan el muro o cruzan el desierto, dejándose la vida en el intento.
A veces, ser hispano en este país es motivo de vergüenza, cosa que no entiende Fajarnés, porque eso no se conoce cenando con la mujer en New York. Decir que «en New York todos hablan español» es una mentira total, estimados lectores para el año 2022 en New York había 8.336.000 personas, y hablaban castellano 2.000.000, cifra muy importante, pero lejos de ser «todos». ¿De dónde saca eso? Se lo habrá dicho el mesero donde cenaba en New York. ¿Así es como se documenta?
En cuanto al nacimiento de los hispanos (por lo cual debería temblar el Imperio estadounidense), en el 2021, nacieron alrededor de 14,1 niños por cada 1.000 de la población hispana, un aumento que no se daba en siete años anteriores. La tasa de fertilidad en los Estados Unidos en 2022 fue de 56,0% por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 44 años. De todos los nacidos vivos en los Estados Unidos durante 2020-2022, promedio, el 24,3% eran hispanos, el 51,5% eran blancos, el 14,4% eran afroamericanos, el 0,7% eran indios americanos/nativos de Alaska y el 6,4% entre asiáticos/isleños del Pacífico.
Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, del 1 de julio de 2022, los blancos hispanos representaban aproximadamente el 59,3% del total. Estos son datos y no macaneos. El intelectual José Luis Pozo Fajarnés también se ocupa del trato a los chinos en California, y es tanta su ignorancia que no se enteró de lo que pasó con los chinos en Panamá. Eso no importa, los culpables son los WASP.
La noticia de que se había encontrado oro en California llegó a China y miles de chinos buscaban la forma de embarcarse para llegar a la «montaña dorada», muchos terminaron en Panamá. Muchos eran traídos mediante un contrato de trabajo, pero otros eran prácticamente secuestrados e inclusive algunos chinos —en combinación con extranjeros— se dedicaban al contrabando de sus ciudadanos. Se les engañaba o se les obligaba. Lo que hizo que The London News, en 1850, señalara que estos barcos que traían chinos se les conociera con el nombre de «infiernos flotantes».
Los chinos fueron ubicados en el poblado de Matachín, cerca de los ríos Chagres y Obispo. Apenas llegaron, 32 enfermaron y murieron, mientras que en una semana 80 sufrían de disentería, malaria, fiebre amarilla y desnutrición.
En el contrato de trabajo se estipulaba que se les debía proporcionar raciones de té, tallos nacidos de bambú, arroz de montaña, ostras secas, jibia (sepia), repollo salado, fideos, opio y templos para sus oraciones. La droga era almacenada junto con su comida en el comisariato de la compañía. Los sacerdotes chinos, quienes habían acompañado a los culíes en el viaje, eran los responsables de preparar las pipas para fumar opio. Dos veces al día, un cocinero chino les llevaba té y después de beber una pequeña taza continuaban con sus labores.
Aunque los chinos eran trabajadores tranquilos pronto empezaron a tener problemas con los irlandeses (¿No los WASP?) quienes se consideraban superiores y aborrecían del consumo del opio. Uno de sus líderes escribió una carta a un sacerdote católico de New York acusando a la compañía de tráfico de drogas que terminó publicada en el New York Herald. El escándalo llevó a los accionistas a descubrir que el opio costaba a la empresa 150 dólares diarios.
Ordenaron la suspensión inmediata del suministro argumentando que la compañía estaba registrada en New York y ahí el expendio de opio estaba prohibido. En unas cuantas semanas el opio almacenado se agotó y los pedidos habían sido suspendido. Ahí empezaron los suicidios en masa. Berta Chen en su libro «Cómo, cuándo y por qué llegaron los chinos a Panamá», lo describe así:
«El primer día, el capataz Sean Donlan contó 125 obreros chinos que estaban colgados de sogas, de bejucos gruesos o de sus propias coletas. Los siguientes días, alrededor de 300 yacían muertos. Unos habían afilado pacientemente delgados palos, los cuales convirtieron en estacas que usaron para atravesar sus gargantas. Otros se dirigieron al mar donde se sentaron en la arena silenciosa y, sin moverse, esperaron a que la marea subiera, los cubriera y los arrastrara a las profundidades de la eternidad para morir ahogados. Unos cuantos se habían cortado las venas y contemplaron como la sangre brotaba de sus muñecas y manchaba de rojo sus manos que minutos antes habían sostenido el pico y la pala. Otros habían colocado sus propios machetes al frente y sin pensarlo mucho se tiraron sobre las afiladas puntas. Algunos habían negociado con los malayos, dándoles sus pocas posesiones para que los decapitaran o mataran a tiros y así su muerte fuese inmediata. Otros se habían amarrado grandes piedras alrededor del cuello, que sostuvieron fuertemente entre sus brazos mientras se lanzaban al río para terminar con su sufrimiento. Otros habían enrollado sus coletas alrededor de sus cuellos hasta asfixiarse. Unos cuantos se negaron a comer y beber y se dejaron morir por inanición».
De acuerdo con Berta Alicia Chen en sus libros, los primeros grupos organizados de chinos que llegaron a Panamá lo hicieron en 1852. Invito a Fajarnés que nos muestre algo similar de los WASP con los chinos. No vamos a desarrollar detalladamente la matanza de chinos en Torreón, Coahuila, México, por falta de espacio, y que sucedió entre el 13 y el 15 de mayo de 1911, cuando fueron asesinados 303 personas, casi la mitad de la comunidad china en Torreón.
Los maderistas acusaron a los chinos de connivencia con Porfirio Díaz y la turba saqueó los comercios de la ciudad y cometieron actos de extrema violencia contra la comunidad china, se asesinaron adolescentes, niños y mujeres. Como podrá entender el señor Fajarnés, que estas cosas suceden, lamentablemente, en muchos lados y no precisamente los autores son los WASP.
Lo preocupante es que a un materialista filosófico le sude la idea de Estado de Gustavo Bueno, que vea bueno o aliente con su discurso las migraciones ilegales y se la sude su capa basal, conjuntiva y cortical de un Estado soberano. Me imagino que Pozo Fajarnés debe alentar o ponerse contento por los moritos y otros sujetos semejantes que ingresan en España. A cien años del nacimiento de Gustavo Bueno no dejan de sorprendernos sus discípulos.
En el encuentro de Alabama, tuvimos la oportunidad de leer y comentar el artículo del filósofo José Manuel Rodríguez Pardo, sobre: «Gustavo Bueno, un filósofo “desconocido” en el centenario de su nacimiento», publicado en Revista Eutaxia, febrero de 2024, es ahí donde terminamos de cerrar nuestras sospechas de como viene la cosa. Es lo más común y normal escuchar como estos intelectuales hablan de Estados Unidos y los hispanos, y no dan o no pegan una, hablan por boca de ganso. Lo mismo sucede con el castellano o español.
Ricardo Veisaga, escribió un artículo ilustrativo sobre la misma: «El español en Estados Unidos. Presente y futuro», 2020, publicado en esta revista y en Revista Metábasis. El castellano o español mostrado en su verdadera realidad, alejada de las mentiras propaladas por los intelectuales y los hispanistas políticos. Molesta a los hispanistas políticos, a esos idiotas útiles del izquierdismo, que se diga la verdad, que se diga que el español o castellano, lejos de avanzar va en franco retroceso en Estados Unidos.
No soportan que se sostenga que la hispanidad es un proceso histórico que empezó con el descubrimiento y la conquista de América, y que materialmente se acaba con la guerra civil entre españoles, y que los llamados libertadores de América no fueron otra cosa que traidores que se levantaron contra su patria. Lo irónico de esto es que el peronista Marcelo Gullo se declara hispanista y a su vez, tiene por ídolo a José de San Martín un traidor a su patria, España.
Los hispanistas nos dicen que debemos unirnos ahora, ya. ¿Unirnos entre quienes y para qué, bajo que ideas? El hispanismo en estos tiempos solo sirve para los marxistas, para los revolucionarios de YouTube como Santiago Armesilla, que tiene buena acogida y publicidad en estos espacios, además de andar bien acompañado por materialistas. Cuando vemos el actuar de los venezolanos (no solo de ellos) que ingresaron en estos años a Estados Unidos, estos nuevos marielitos, da realmente vergüenza ser hispano.
Al final de este artículo dejaré un link, sobre nuestros hermanos venezolanos, videos hechos por otros hispanos, no por un WASP, hay miles de videos sobre esa lacra y otras de grupos hispanos, que se comportan culturalmente peor que los morenos. Y también podrán ver el grado cultural de los intervinientes, en especial, aquel que nos muestra su dominio del español o castellano, el que dice: genti.
Fajarnés, como buen director de cine ¡Por qué produce cada película! El hablar de películas para él es como el pan nuestro de cada día. Nos habla de la película llamada «Caracortada», ese es el nombre usado en iberoamérica, «El precio del poder» en España, una película que fue adaptación de la película llamada «Scareface: The Shame of the nation», de 1932. Pero don Fajarnés nos insinúa que fue aplicado a un hispano, obviamente por algún WASP.
Scareface era un apodo del mafioso Al capone, y el nombre de la mansión verdadera era El Fureidis, o «Paraíso terrenal», y la mansión de la película se encuentra en Montecillo, California y no en Miami. Indignado nuestro autor dice que «en las películas se ven siempre irlandeses como mafiosos, italianos, etc.» ¿Es falsa esa afirmación? Negar que la mafia esté identificada con la mafia como hecho cultural, delictivo y real de Italia, es como afirmar que la pasta es típica de Islandia.
La mafia irlandesa de Chicago amañó las elecciones presidenciales, con el irlandés contrabandista, el jefe del clan Kennedy, padre del futuro presidente John F. Kennedy, además de contrabandista y mafioso era operador del Ejército Republicano Irlandés (IRA). ¿A cambio de qué amañaron las elecciones? Que no investigaran a la mafia irlandesa y a otras mafias, pero lo primero que hizo el bueno para nada de John Kennedy, fue poner a su hermano a investigar a la mafia. Ese fue uno de los motivos de su muerte, entre otros.
No lo mataron por católico, como suelen decir en esos foros. ¿Católico? Los Kennedy eran católicos por bautismo, a John le gustaba las mujeres del prójimo, del próximo y la que venga, además, no tenía problemas en cepillarse y compartir, junto a su hermano Robert, a la rubia platinada Marilyn Monroe. Y esto no es un chisme o un arranque de moralidad, es una cuestión de Estado.
Marilyn Monroe tenía lazos cercanos con varias personas comunistas de Hollywood, situación que preocupaba a las autoridades e incluso a sus cercanos. el FBI revisaba los lazos de la actriz con el comunismo en los años antes de su muerte en 1962. Sus amoríos con Frederick Vanderbilt Field, quien fue desheredado de la fortuna de su familia por su izquierdismo. Field vivía entonces en México y esta situación causó bastante preocupación entre los allegados a Marilyn Monroe y también entre el Grupo Comunista Estadounidense en México.
Marilyn luego de dejar el lecho de Kennedy solía refugiarse en brazos de sus amantes comunistas de Hollywood, al FBI no le importaba con quienes se acostara, sino que al tontuelo de Kennedy le sonsacaba información en la cama y lo compartía con los comunistas. De ahí la ira de Marilyn por la persecución a los comunistas y su odio al director del FBI, J. Edgar Hoover. Bajo la dirección de Hoover, el FBI vigilaba las vidas políticas y sociales de muchas celebridades, incluyendo Frank Sinatra, Charlie Chaplin y el ex esposo de Monroe, Arthur Miller. En la década de los 50, Marilyn Monroe y otros artistas habían solicitado visas para viajar a la URSS. Así que esto, entre otras razones, constituía una buena razón para el asesinato de Kennedy.
Siempre nos pareció poco serio el hecho de querer analizar a un Estado o un Imperio desde la óptica de las películas, una nueva disciplina, algo así como la pelipolítica. Bien, eso es lo que cultiva don José Luis Pozo Fajarnés, bueno no solo él. Al final del video: ¿Es Estados Unidos un país racista?, el señor Miguel Ángel Navarro Crego, dice algo que no se entiende bien que quiere decir, parece decir que habían llegado a la misma conclusión (con Fajarnés): «Uno haciendo un ensayo histórico, en este caso YO, usted, tú, haciendo un ensayo filosófico, de análisis ideológicas…».
El señor Miguel Navarro Crego, interviene en esta presentación porque le gusta oír su voz, es muy propio de él, busca sus cinco minutos de fama y no digamos cuando habla de películas, y también analiza y entiende (eso cree él) los Estados a través de sus películas. Estos señores creen que todas las películas las realiza el mismo director, parece que les da lo mismo el izquierdista Michel Moore, o el conservador Clint Eastwood. Los directores y Hollywood tienen su ideología.
Deberían recordar lo que dijo Robert Redford, sobre una de sus películas: «No quisiera categorizar, pero si fuera necesario los ubicaría en la izquierda», «Desde ahí puedo manejarme con más congruencia y honestidad. Después de todo, el cine siempre ha tenido un matiz de izquierda». El director Robert Altman, dijo en una entrevista con Rolling Stone: «Por supuesto que como cineastas debemos estar comprometidos con las ideas de izquierda», «Es nuestro compromiso con las causas y las clases populares», y la actriz y activista Janeane Garofalo, sostiene: «quien se dedica al entretenimiento y no es de izquierda es un idiota».
Más idiotas (comprobados empíricamente) son todos aquellos seguidores de una ideología que fue derrotada intelectualmente y en la realidad empírica, y que ahora yace en el cementerio de los perdedores de la Historia. En Hollywood, la militancia de izquierda no es nada nuevo, desde tiempos de Charlie Chaplin gran parte de los guionistas, actores y productores era simpatizantes de esa ideología, y que tuvo su momento más álgido durante los años cincuenta, la conocida hoy como «cacería de brujas» del senador McCarthy.
Que Dios lo tenga en su gloria al senador McCarthy. Una vez que cayó el Muro de Berlín, y se abrieron los archivos del KGB, resultó que muchas de esas «víctimas de la paranoia» sí recibían transferencias de la Unión Soviética para actuar como espías, entre ellos el guionista Donald Trumbo, que participó en Espartaco.
La invasión estadunidense a Irak indignó a la izquierda hollywoodense. Durante la entrega de los Óscares en el 2003, el gordito Michael Moore atacó al presidente Bush y posteriormente el mexicano Gael García Bernal, otro idiota del tercer mundo, afirmó que «si Frida Kahlo viviera hoy, también estaría en contra de la guerra», esto en referencia a alguien que toda su vida apoyó a la dictadura estalinista.
Otras celebridades de Hollywood que se manifestaban en el pasado por la izquierda fueron Barbra Streisand, Julia Roberts, Susan Sarandon, Whoppi Goldberg, Danny Glover, Warren Beatty, Nick Nolte, Jessica Lange y Jack Nicholson. Entre los directores la tendencia es casi total: Ridley Scott, Sam Mendes, Rob Reiner, Steven Soderbergh, Brian de Palma, Spike Lee, Martin Scorcese y David Cronenberg, Michael Moore y muchos más que se declaran simpatizantes de la izquierda. Jane Fonda la simpatizante del Vietcong merece otro artículo.
No vamos a nombrar a los actuales porque necesitaríamos algunas páginas más. En la vereda de enfrente tenemos a Bruce Willis, Adrien Brody, Robert Duval, Mel Gibson, Clint Eastwood, Jon Voight. Mostrar una postura no-progresista equivale a recibir el desprecio de los medios. El legendario John Wayne, una leyenda del cine, tuvo que hacer la Alianza para la Preservación de los Ideales Estadounidenses (MPA, por sus siglas en inglés). Con un sesgo profundamente conservador, anticomunista y antifascista (porque el fascismo, hay que decirlo, es de izquierda nacional, es estatista), y varias estrellas de Hollywood acompañaron a Wayne en la labor, algo impensable en estos tiempos.
También hubo figuras anticomunistas como Walt Disney, John Ford, Cecil B. DeMille, Gary Cooper, Barbara Stanwyck, Ginger Rogers, King Vidor y hasta el futuro presidente, Ronald Reagan. El cine no es monolítico en ideas y por lo mismo no se puede pontificar o sacar conclusiones sobre un Estado o un Imperio por unas películas. Esa actitud no confirma la tesis de que las películas definen lo que es un Estado, sino la estupidez de quienes la formulan.
Al final del video, en su intervención el profesor Marcelino Suárez Ardura, al comentar la creencia expuesta por José Fajarnés, de que son los WASP quienes derriban las estatuas, dice: «Aquí el derribo de estatuas es un aviso a navegantes, porque esas estatuas son los que forjan la ideología de esos que están creciendo en número en los Estados Unidos», con respeto señor Ardura, no hay nada de eso.
Esos que están creciendo, y la mayoría de esos que «están creciendo» la verdad es que solo están vegetando y un poquito más, la mayoría de los hispanos en Estados Unidos, culturalmente, son cero a la izquierda, y eso se sabe al convivir con ellos y no hablando desde la península.
En cuanto al patriotismo de los hispanos que insinúa Pozo Fajarnés, solo le diré que una semana antes del 4 de julio, día de la Independencia estadounidense, por donde existan comunidades hispanas, en cualquier lugar de este extenso país, por las noches no dejan dormir, se gastan el dinero que no tienen para explotar fuegos de artificio, obviamente que los «hueros» o los «gabachos» no lo pueden creer, ni ellos realizan semejante celebración.
Para consuelo de Fajarnés y su hispanismo militante, le diré que no se trata de patriotismo neo gabacho, solo se trata de una excusa para beber alcohol y «ponerse pedo», para eso no hay quien los supere, ni los rusos ni los polacos.
Luis A. Lapaglia
Nashville. Tennessee, junio de 2024.
P.D: Este es el link prometido, adjuntado abajo. No está hecho por ningún WASP sino por hispanos. Aquellos ilusos que hablan de los hispanos en Estados Unidos, directamente no saben de lo que hablan. El director de la Revista Eutaxia se ocupó de los migrantes venezolanos que han llegado por cientos de miles, que han recibido dinero, ropa, permisos de trabajo, atención médica, tarjetas para el autobús, y estos tipos no se preocupan por buscar trabajo, se dedican a robar, muy bien etiquetado en el video como: malandros.
Total, viven del Estado y de la estúpida política migratoria de Joe Biden, lean el artículo: «El Tren de Aragua». Por último, la gente honesta y decente de este país espera que Donald Trump gane las elecciones y corra a todos estos delincuentes. Los hispanistas políticos creen ingenuamente, por no decir otra cosa, que los hispanos viven en total armonía. En realidad, viven de la misma manera que cuando llegaron los españoles al nuevo mundo, enfrentados unos a otros. ¿Con estas milicias hispanas quieren hacer una revolución? ¿Con estos nos piden que nos unamos? ¿En nombre de que, de un hispanismo político que es pura fantasía?
Permítanme al menos que me ría. ¡Ja!, ¡ja!