

DONALD TURMP EL VOCERO DEL KREMLIN
EL FIN DE OCCIDENTE
El vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, advirtió (mejor dicho, amenazó) al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de que no logrará nada «hablando mal» de su homólogo estadounidense, Donald Trump, y lamentó que durante estos tres años le hayan «aconsejado mal» y hecho creer que nunca se equivoca. Lo dice aquel que llamaba a Trump un émulo de Hitler.
«La idea que tiene Zelenski de que va a cambiar la opinión del presidente hablando mal de él en los medios, todos los que conocen al presidente te dirán que es una manera atroz de tratar con esta Administración», dijo Vance en declaraciones al tabloide británico «Daily Mail». El presidente Zelenski había dicho que Donald Trump «vive en una burbuja de desinformación», al mismo tiempo que le reprochaba haber sacado del «aislamiento» al presidente ruso, Vladimir Putin, con este acercamiento entre Washington y Moscú.
El veterano de guerra Vance, cree que Zelenski ha recibido «malos consejos» sobre cómo puede actuar con la nueva Administración estadounidense y ha explicado que la decisión de Donald Trump de acercar posturas con Vladimir Putin «no se basa en la desinformación rusa», sino en su «mucho» conocimiento de geopolítica. Bueno, ¿Conocimiento de la geopolítica? Antes de preocuparse por la geopolítica debería preocuparse por entender algo de la dialéctica de imperios.
Una de las pocas cosas sensatas que dijo el marxista Santiago Armesilla Conde, fue dicho en un canal de YouTube durante una discusión grupal, y hablando de política internacional dijo, cito: «geopolítica para unos y dialéctica de imperios para los seguidores del materialismo filosófico», y como soy un seguidor de dicho sistema no tengo nada más que agregar. Pero si estoy dispuesto a debatir con cualquiera, pero no en Youtube, ya que no quiero alimentar a zánganos que viven de monetizar, la Revista está disponible.
La actitud de Vance es la actitud típica de un matoncito, no diría estas cosas si fuera el vicepresidente de Haití o República Dominicana. Matoncito es un equivalente a lo que los mexicanos dicen: gandalla. ¿Pero quién es J. D. Vance? ¿Qué participación militar tuvo en combates? Vance es una persona cuyo conocimiento de la política es simplemente agonal, puede entender de la pequeña política, como llamaba Antonio Gramsci, a todo aquello relacionado con elecciones, campañas políticas, prebendas, cargos, calendarios políticos, robos políticos, etc.
Pero no tiene o carece de una filosofía política ¿Qué ha escrito sobre lla? no ha escrito nada al respecto, además, sus palabras hablan por él: «Hace veinte años invadimos Irak», escribió Vance en X, en el mes de marzo de 2023. «La guerra asesinó a muchos iraquíes y estadounidenses inocentes. Destruyó las poblaciones cristianas más antiguas del mundo. Costó cerca de 1 trillón de dólares y convirtió a Irak en un satélite de Irán. Fue un desastre no forzado, y rezo porque aprendamos sus lecciones».
La guerra no es una cuestión policial, no de crímenes o robos, aunque sucedan actos aislados de esa naturaleza, la guerra es directamente política, ni continuación por otros medios ni madres. En las guerras no hay inocentes y tampoco asesinatos, si con esas expresiones se quiere referir a matar soldados enemigos el veterano J. D. Vance. El sr. Vance debería saber, ahora que es político, que los reinos no se gobiernan con padrenuestros, eso ya lo sabía el viejo Cosme de Medici, pero no lo sabe él. La «Guerra» no caza bien con la ética ni con la moral, porque la guerra es política, porque antes de que existiera la política y la historia, no había guerras, había otra cosa, la guerra implica la existencia de sociedades organizadas, sin la cual no podrían existir las guerras.
Vance continuó diciendo que «apoyaba la guerra» cuando tenía 18 años de edad, añadiendo que se enlistó en la Marina un mes después de que Estados Unidos invadiera Irak y se fuera al entrenamiento por meses luego de su graduación de la secundaria. Durante la campaña electoral, Vance criticó la carrera militar del gobernador de Minnesota Tim Walz, quien fuera su contrincante en las elecciones de 2024. En ese entonces calificó el despliegue de la unidad de Walz, de la Guardia Nacional a Irak y su implicación en la que sirvió en una zona de combate como «basura de valor robado».
¿Y cuál fue el despliegue de J. D. Vance? Él sirvió en la Infantería de Marina de los Estados Unidos como corresponsal de combate por casi cuatro años, ¿corresponsal de combate? desde el 22 de septiembre de 2003 al 21 de septiembre de 2007. Vance alcanzó el rango de cabo en septiembre de 2005, según un portavoz de la Marina, pero no fue por méritos en combate. En los archivos hay dos artículos de noticias militares publicados en 2005 y 2006 que fueron escritos por el cabo James D. Hamel, el nombre que usó para servir en la Marina.
Cuando Vance tenía alrededor de 6 años, su madre, Beverly, se casó por tercera vez, y fue adoptado por su nuevo padrastro, Robert Hamel, y su madre lo llamó James David Hamel. En abril de 2013, antes de graduarse en Yale, decidió cambiar su apellido al de su abuela, quien lo había criado –Vance. J. D. Vance pasó seis meses en Irak durante su período con la Marina. Pero no estuvo en ningún combate en Irak, él mismo lo dijo:
«Yo serví en una zona de combate. Nunca he dicho que vi un arma de fuego personalmente, pero siempre he dicho la verdad acerca de mi servicio en la Infantería de Marina», dijo el 7 de agosto de 2024. Vance escribió de su época en Irak en «Hillbilly Elegy», diciendo en parte que se sentía «afortunado de escapar de cualquier enfrentamiento real». Imagino que será por aquello vergonzoso de «soldado que escapa sirve para otra guerra», no sé yo.
Esta anécdota me hace recordar a una persona que conocí en Chicago, que siempre decía, y además llevaba indumentaria militar y un gorro que rezaba «war veteran», un buen día le pregunté en qué lugar de Vietnam estuvo desplegado y me dijo que, en ninguno, que había estado en espera en una base en Texas, pero nunca fue movilizado. Bueno, Vance al menos fue movilizado y eso parece que le da derecho a hablar de la guerra, de la geopolítica y a amenazar a la gente que está viviendo cada día en un país en guerra.
Es obvio que cualquiera puede hablar de la guerra y de lo que quiera, y no hace falta haber estado en una, pero no pueden hablar ligeramente de ella ya que él ni su jefe Donald Trump, jamás estuvieron en una guerra y mucho menos participaron de combates prolongados durante días, y tampoco vieron tantos muertos, centenares, como quien esto escribe. Ellos solo verán muertos y escucharán el ruido de bombas, misiles, disparos, en la comodidad de un cine. Pero, vayamos por parte, lo que dijo Vance en Münich sobre la burocracia europea que es asfixiante y que se mete en la vida de los ciudadanos y que son enteramente abusivas, es cierto.
Podemos coincidir en que la libertad de expresión se persigue en Europa en nombre de la corrección política. Que la reciente anulación de las elecciones presidenciales en Rumanía fue irregular y tiene al país en una grave crisis política. Es verdad que la inmigración irregular causa problemas de convivencia. El aumento de violaciones, de crímenes, de la implantación de culturas ajenas a Occidente es lo peor que le pudo pasar, pero acordemos que fue consentida por Bruselas.
Pero toda esta puesta en escena de Vance no fue otra cosa que preparar el terreno para la traición sobre Ucrania. Al hablar y decir que la mayor amenaza para la seguridad europea no está en sus fronteras sino en las élites europeas, fue una forma de evitar hablar de que la verdadera amenaza que es Rusia. Me dedico a la política no partidista, es decir, a su análisis y no me voy a rasgar las vestiduras, pero la actitud de Vance es simplemente cínica, denuncia la anulación de las elecciones en Rumanía como si eso no lo hubiese buscado Donald Trump con Biden.
Hay que terminar con la farsa de solicitar aumento en los gastos de la OTAN si el enemigo no será Rusia ni China. Dije que la política no es una cuestión regida por lo ético y lo moral, que son dos esencias distintas, pero la distinción amigo-enemigo sin recurrir a estos términos Trump los distinguía perfectamente hace unos años. Pero más allá de que Trump lo sepa o no, la dialéctica de imperios presupone, que tanto Rusia como China son los enemigos.
La alianza de Rusia, China, Irán, Corea del Norte, el yihadismo islámico y otras malas yerbas hispanoamericanas, así lo certifican. En cuestiones políticas hay que decir las cosas sin recurrir a cuestiones morales, en este caso de Estados Unidos frente a Europa, cuando la única inmoralidad es pactar con Rusia amenazando al pueblo invadido Ucrania, bajo argumentos de moralidad. ¿Es capaz Vance de hacer discursos, en Rusia o China, sobre la falta de democracia y derechos humanos? No, lo que fue a hacer Vance a europa, fue a vender gato por liebre, es decir, el acuerdo con Rusia, previo a llevarse los despejos del muerto.
Pero esto no es una casualidad, esto ya venía de hace tiempo, el velo de la traición ya se dejaba ver cuando el ex presentador de la Fox, amigo y aliado de Trump, Tucker Carlson, entrevistó a Vladimir Putin en Moscú. Entre tantas mentiras que Carlson le permitió propagar a Putin, fue la que hizo sobre Polonia. Vladimir Putin afirmó que el país, que fue invadido por la Alemania nazi y la Unión Soviética en 1939, «colaboró con Hitler». Los rusos, ex soviéticos, no quieren hablar del pacto Ribbentrop- Molotov, entre los soviéticos y los nazis, que les permitió iniciar la Segunda Guerra Mundial y repartirse muchos países, entre ellos los bálticos.
El presidente perpetuo ruso dijo sin que Tucker Carlson le hiciera una mínima réplica, que, al negarse a cederle a Berlín, el Corredor de Danzig, Polonia «fue demasiado lejos, empujando a Hitler a iniciar la Segunda Guerra Mundial atacándolos». Hay que ser verdaderamente bastardos para decir esto. Claro, la culpa fue de ellos, de los polacos, exactamente igual que Ucrania con el Donbás.
Lo que queda claro es que quieren librarse de Volodímir Zelenski, tanto Donald Trump como Putin, iniciaron negociaciones no solo para terminar la guerra, sino para repartirse Ucrania, quieren su territorio, sus materias primas y debilitar más a Europa, una Europa que se suicidó solita, y todo esto debe ser rápido. Actúan como si Ucrania fuese una colonia de Estados Unidos.
El mayor crimen de Zelenski fue negarse a la rendición que le quieren imponer Donald Trump y Putin, a no aceptar acuerdos abusivos y humillantes. Así que la maquinaria para arrasar con toda oposición se puso en marcha, tildar a Zelenski de «traidor» e insinuar que él se robó todo el dinero de los estadounidenses es parte de la misma operación. Trump lo culpa de la guerra y de que ha «hecho un trabajo terrible, su país está destrozado y MILLONES han muerto innecesariamente».
Y de nuevo, el muerto se admira del degollado, cuando habla de acciones militares Donald Trump debería tener prohibido de hablar sobre la misma ¿Qué puede hablar el ciego del no vidente? El actual presidente, se evadió de la guerra de Vietnam por prórrogas educativas y una quinta, ya que sus estudios habían finalizado, por un espolón óseo en el talón, una dolencia menor provocada por una protuberancia en el hueso. ¡Tío Donald, no puedes ser tan cobarde!
En la primavera de 1968, cuando miles de jóvenes eran enviados al frente, Donald Trump acababa sus estudios en Wharton. El mismo día de su graduación, cuarenta soldados estadounidenses murieron en Vietnam, y miles ingresaron en el ejército ese año. Trump, sin tener un historial médico grave más allá de una apendicitis a los diez años, un joven deportista que practicaba tenis, squash, golf, y futbol soccer, recurría a la mariconada de un espolón óseo para zafar de la guerra. En ningún momento, pese a las insistencias de sus opositores, presentó el certificado médico que lo eximiera en aquella época de cumplir con el servicio militar.
Luego de que hablara Trump con Putin, rompiendo tres años de aislamiento, lo que dejó absorto a medio mundo fueron los elogios al Kremlin, sus deseos de visitarse mutuamente, el enarbolar el cuento de que la guerra fue culpa de los deseos de Ucrania de entrar en la OTAN hace una década, el discurso de sus «corre ve y dile» como el vicepresidente J. D. Vance en Münich, los de su secretario de Defensa, Pete Hegseth, ante los aliados de la OTAN. Pero lo más importante quizás quedó en segundo plano.
El vocero del Kremlin, no Trump ya lo sabemos, el otro, dijo que su país se abría a la posibilidad de una solución «a largo plazo» a la cuestión de Ucrania. Pero siempre y cuando se «aborden las razones profundas» de lo que acabó en lo que denominan cínicamente una «operación especial». Eso significa, que no se trata de un alto el fuego, de una retirada, sino lograr que la OTAN no acepte a Ucrania, cosa que Trump ya lo toma como cosa juzgada, además de quedarse con Crimea y otras zonas. Lo grave es que esto considera Trump «realista».
Estados Unidos como potencia o imperio mundial no puede regalarle a Rusia o a cualquier otra potencia enemiga que ponga en riesgo los intereses de Estados Unidos, lugares claves como Crimea, y que sigan retornando a recuperar el viejo y perdido imperio soviético. ¿Y Donald Trump no dice nada cuando Rusia recurre a Irán, a Corea del Norte y otros países enemigos de las democracias libres?
En primera persona pude comprobar la cantidad de problemas que había en Ucrania con los ciudadanos descendiente de rusos, producto de las clásicas tareas de hacer limpieza étnica en los países incorporados a la fuerza por la URSS, como sucedió en Crimea con los tártaros. Estos ucranianos manteniendo lealtades a su etnia trabajan para Rusia, es decir, cometían traición a su nación política, y lo que quiere Trump y Putin es un presidente que sea de esos traidores y leales a Rusia, eso lo fue Víktor Yanukóvich, un hombre del Kremlin.
No sé si Trump compra la narrativa de Putin o, no lo cree, pero se ve obligado por su pésima lectura de lo que es Rusia, pero debería saber que una superpotencia, al menos en los papeles, que luego de tres años no pudo tomar Ucrania, que tuvo que recurrir a su tropa profesional primero, luego a los mercenarios del Grupo Wagner, a los presos de todas las cárceles de Rusia, después reclutar forzosamente a jóvenes sin experiencia de combate, y finalmente a norcoreanos, cualquiera que tenga un mínimo de racionalidad, sabe que Rusia resultó ser un tigre de papel.
Aceptar la narrativa rusa es, mínimamente ser un retrasado mental, por suerte ya no son parte de mi vida esta clase de tipos que repiten estas mentiras, porque no merecen ninguna consideración intelectual y humana. Donald Trump es muy transparente, él respeta a los Estados o Imperios fuertes, al menos en el papel, y desprecia a los débiles. La tragedia en Ucrania se remonta a la división entre aquellos nostálgicos de la URSS y quienes lo veían como una desgracia.
La llamada revolución Naranja de 2004, fue llevada a cabo por miles de ucranianos que querían una mayor integración a Europa, y no importa quienes la fogoneaban o no, lo cierto es que la población quería unirse a un mundo libre. La ocupación de Crimea en 2014 por tropas rusas y la revuelta separatista en la región oriental ucraniana de Donbás, que terminó en la declaración de las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk, orquestadas por Rusia. Las tropas rusas se agruparon en la frontera ucraniana y en el Donbás, listos para invadir.
De ahí a invadir Ucrania, siempre estuvo en los planes de Vladimir Putin, en sus intentos de recuperar la vieja capa cortical y basal del imperio soviético. Así que eso de que Ucrania inició la guerra por ingresar en la OTAN es para débiles mentales, lo mismo de esa estupidez de que Rusia quería ser parte de la OTAN. ¿Y para qué? ¿A quién iban a obedecer esas fuerzas de la OTAN +, a los planes imperiales de Putin o los propios de la OTAN?
Quien pretende interpretar la dialéctica de imperios por el ingreso de Ucrania a la OTAN, es un ignorante, no entiende nada de Política ni de Historia, no sabe cuál es el motor de la Historia y se come cualquier sapo. En estos días, Donald Trump, cuando un periodista le preguntó directamente si consideraba a Vladimir Putin un dictador, evitó responder y en su lugar reiteró la urgencia de poner fin al conflicto. Como siempre se escapa por la tangente, usa frasecitas poéticas, ¡Oh, es hermoso, es grandioso! Y se escapa de Washington a Oregón.
No quiere decir que Putin es un dictador, pero no tuvo empacho en llamarlo así a Zelenski. Y sigue con su retórica psicologista de la guerra: «Queremos detener la muerte de millones de personas. Hay jóvenes soldados que están siendo asesinados. Si vieran las imágenes del campo de batalla por satélite, nunca se ha visto algo así. Están muriendo miles de soldados cada semana», afirmó Trump. «Por eso quiero un alto el fuego y quiero cerrar un acuerdo. Creo que tenemos una oportunidad de lograrlo», traducción, detener la guerra a cualquier precio, si hay que entregar la cabeza de Ucrania en bandeja, hay que hacerlo.
Lo que está haciendo no es entregar solo a Ucrania, sino entregarse a los planes orientales de los sátrapas y dictadores, y darle más aire a países como Nicaragua, Cuba, Venezuela y los deseos de otros dictadorzuelos. Dijo Donald Trump que los soldados ucranianos están «derramando su sangre» en la guerra y son «muy valientes», pero subrayó que Estados Unidos está gastando su tesoro en un país que está «muy lejos» y que, en su opinión, no está tratando a Washington de manera justa, ya que está abusando de la ayuda militar recibida.
La ignorancia de Donald Trump en estas cuestiones es abismal, está «muy lejos» dice, tal vez esa fue la razón para eludir prestar el servicio militar y no ser enviado a Vietnam, ¿Por qué? Porque está muy lejos. Sus asesores deberían comentarle que lo de Vietnam, lo de Corea y otros lugares del mundo donde se combatió a la URSS estaban muy lejos, pero era parte de una estrategia «anti-geopolítica» en moda, de no tomar el Heartland de la tierra sino rodearla, estrategia que resultó vencedora de la URSS y de las tesis geopolíticas.
Lejos está la luna, lo mismo Marte, pero Donald Trump creó durante su primer mandato las Fuerzas Espaciales, pese a que están muy lejos. Cada vez que habla Donald Trump, tratando de justificar lo injustificable, mete la pata. Zelensky reveló en una rueda de prensa que la propuesta entregada por Washington incluía la cesión del 50% de los recursos naturales de Ucrania. Pero el acuerdo no garantiza que Estados Unidos siga apoyando a Kyiv, por ello Zelenski no lo firmó aun, pero será obligado por las circunstancias a firmarlo, así es la vida política, eso deberían aceptar los progres.
Cuando leí esa noticia, la imagen que tuve de todo esto fue la de unos jóvenes malcriados que salen a recorrer la ciudad por las noches buscando homeless que duermen acurrucados en las calles, para prenderle fuego y quitarles los pocos centavos que llevan en los bolsillos. También deberían saber aquellos que les gusta hablar de política, que la PAZ es el orden impuesto por el vencedor o los vencedores. En este caso, de Rusia y Estados Unidos sobre Ucrania.
Acusar a Volodímir Zelenski de no celebrar elecciones es tan pueril, no se podían celebrar elecciones en medio de una invasión y de una ley marcial necesaria. ¿Qué podía hacer Zelenski con tanto traidor adentro? En medio de una invasión terrestre, en medio de bombardeos continuos, interrupción en las líneas de comunicación o de energía. ¿De dónde sacó eso de que Zelenski tiene una popularidad de apenas el 4%? ¿El hizo la encuesta o se la encargó a Putin? Un ex colega de Noruega, compañero de esos meses fatídicos en Ucrania, luego de conocer estas tonterías se comunicó conmigo y se reía, no podía creer tamaña estupidez.
En Ucrania dicen: «Podemos tener diferentes opiniones sobre Zelenski, pero solo los ciudadanos ucranianos tienen derecho de juzgar su actuación», señaló el legislador del partido opositor Holos, Yaroslav Zhelezniak. Y agregó: «Y también de criticarlo públicamente, porque, al final, él es nuestro líder electo». También, agrego yo, pueden criticarlo los enemigos, los que se suman a los invasores rusos. Donald Trump, tiene un problema personal con Zelenski y esto se remonta a la mafiosa familia de Joe Biden, la negativa del gobierno ucraniano a entregar la documentación incriminatoria del delincuente hijo de Biden. Esa se la tenía jurada y como todo rencoroso actúa por despecho.
Tusli Gabbard, otro de los corre ve y dile de Trump, recientemente nominada para ser la responsable de la Casa Blanca de los servicios de inteligencia, y cuyas inclinaciones pro rusas o chinas habían sido denunciadas (fundadas o infundadas no lo sé) en el proceso de confirmación del Senado, acusó a Zelenski de ser un dictador por cercenar la oposición, intentar ilegalizar todos los partidos, o de tener un control «absoluto de los medios de comunicación, el Parlamento y de la Iglesia Ortodoxa».
Sabrá Tusli Gabbard, lo que es un país invadido, del papel imparcial de la iglesia ortodoxa que es cómplice de Vladimir Putin. Trump dijo: «se niega a tener elecciones, está muy bajo en las encuestas ucranianas y lo único en lo que era bueno era en manipular a Biden. Es un dictador sin elecciones, mejor que se mueva rápido o no le quedará ningún país». Bien que le gustaría a Trump no tener elecciones.
A Trump lo votaron una gran cantidad de personas o inclinaron la balanza, por la desgraciada política de puertas abiertas con la inmigración, entre otras cosas, pero esta causa migratoria fue la más importante. Una vez finalizado este problema, la gente va a exigir respuestas de otras urgencias, espero por el bien del país que puedan hacerlo. Desde hace mucho tiempo viene repitiendo como un mantra, de que, si él hubiese sido presidente en 2022, la guerra de Ucrania no se hubiese producido. Mentira, cuando él era presidente la guerra ya estaba instalada, ya se había producido lo del Donbás y Crimea estaba tomada.
Ya el ex vicepresidente de Trump, Mike Pence, había declarado entonces en X: «Sr. Presidente, Ucrania no inició la guerra. Rusia lanzó una invasión brutal y no provocada que ha cobrado cientos de miles de vidas. El camino hacia la paz debe construirse sobre la verdad». Además de llamar a Zelenski y decir: «He calls him a “dictator,” hints that there is massive corruption with American money and says he “has done a horrible job”» dijo sobre Zelenski, y: «Además de esto, Zelenski admite que la mitad del dinero que le enviamos está perdida», dijo mintiendo de nuevo.
El presidente Volodímir Zelenski le respondió a Donald Trump, «Lamentablemente, el presidente Trump, con todos los respetos, vive en un espacio de desinformación» dijo en una rueda de prensa en la que ha descartado que los datos dados por el inquilino de la Casa Blanca sean ciertos. En cuanto a aquello de la popularidad de Zelenski, en diciembre de 2024, el Instituto Internacional de Sociología de Kyiv colocó la aprobación del presidente ucraniano en un 52%, y eso en unas circunstancias tan difíciles como las que existen después de tres años de invasión.
Pero para Trump: Es un dictador sin elecciones, un comediante de éxito moderado. Es la vileza miserable de quien no le pide elecciones libres a la dictadura rusa y se lo echa en cara al líder de un país en guerra y bajo la ley marcial. Para decir estas mentiras hay que tener mucha mala leche. Ofrecer a los rusos parte del territorio de Ucrania, aceptar que Ucrania no entrará en la OTAN y prometer la suspensión de las sanciones sobre los que invadieron el país y que llevan tres años sin poder lograrlo, intentando con ataques sobre objetivos civiles, infraestructuras y hospitales es una vergüenza. ¿A cambio de qué?
Siempre hay algo más. Para quienes nos dedicamos a observar con ojos políticos lo que sucede en el mundo, vimos que en la misma semana que Estados Unidos se reunía con Rusia, se hacía entrega de las bombas gigantes a Israel para el ataque a las instalaciones nucleares iraníes, el principal sostén de Rusia en la guerra, además de China y Corea del Norte.
Putin cree que está a punto de repartirse el mundo con Trump, no sea cosa que tenga que decir como en la tragedia Julio César de William Shakespeare, del siglo XVI, y que, viendo a Bruto entre los conspiradores, César dice: ¿Et tu, Brute? Then fall, Caesar «¿También tú, Bruto? Entonces muere, César». Trump le puede pegar un golpe a los ayatolás para sorpresa de Putin, porque a Donald Trump le gusta los débiles para descargar su ira. Confieso que no me desagrada la idea.
Rusia, gracias a la URSS, dispone de mil cabezas nucleares, que se mantiene y reemplaza a un coste enorme, y ya sabemos, que Rusia tiene el PIB de Italia, sino fuera por el armamento nuclear Rusia sería irrelevante, ya lo acabamos de ver y lo vi personalmente en Ucrania, a diferencia de Trump y su vice, el veterano de guerra de cartón, que hablan de algo que no vieron ni lo vivieron. La población rusa cae en picada y la que puede se va al exterior, su población está cada vez más envejecida, y con una esperanza de vida muy inferior a la europea.
Tiene una estructura industrial obsoleta, y lo peor es que su aliado ¿permanente? China no pierde ojo y le respira en la nuca. El mundo del siglo XXI será de Estados Unidos, China, Europa e India, y Rusia deberá buscar acomodo y buscar el mejor socio para estar subordinado, por ahora, es subordinado de China. Estados Unidos, puede ser un contrincante si está dispuesto a pelear y abandonar ese psicologismo barato del horror a la guerra y a los muertos.
Donald Trump, dijo en estas semanas de que la Tercera Guerra Mundial «no está tan lejos», si bien ha querido tranquilizar los ánimos al prometer que desde que está en la Casa Blanca «no va a suceder», asegurando que está trabajando para poner fin a los conflictos, como el de la Franja de Gaza o Ucrania. ¿Y quién es él, Donald Trump se cree Jesucristo o el Padre eterno, para quienes creen eso?
«Estoy actuando con rapidez para poner fin a las guerras, resolver los conflictos y restaurar la paz en el planeta. Quiero la paz y no quiero ver a todo el mundo muerto. Y si nos fijamos en los muertos en Oriente Próximo y entre Rusia y Ucrania… vamos a ponerle fin. No hay ningún beneficio para nadie en tener una Tercera Guerra Mundial, y no estamos tan lejos de que eso ocurra», declaró.
La Guerra es una institución de la vida política, es casi connatural a la vida misma, las guerras van a existir siempre. Si se dedicaran a investigar en vez de hablar huevadas, verían que las guerras ocuparon la mayor cantidad de años de nuestra existencia como sociedades políticas. Y que los periodos de tregua, de PAZ no son otra cosa que breves intervalos entre guerras, paz lograda por la imposición del vencedor o los vencedores como sucedió luego de la Segunda Guerra Mundial.
La actual, ya es una paz obsoleta, y que reclama un nuevo orden mundial, un orden político mundial, no el de los pobres ignorantes conspiranoicos, pero incluso durante esa tregua llamada eufemísticamente Guerra fría no cesó la lucha entre los imperios, pero por otros medios, enmascarados como guerras civiles ideológicas. Donald Trump, J. D. Vance, la Historia no tiene un «telos», la Historia va donde lo lleve la codeterminación o la lucha entre imperios. La Historia, como tampoco la vida en general o la particular no tiene un telos.
En la llamada «Serie Roja» en esta revista, nos dedicamos a investigar como fue el imperio soviético y su caída, y hemos observado la conducta del entonces presidente George H. Bush, y su empeño en tratar de respaldar a Mijaíl Gorbachov y lo que es peor, tratar de salvar al imperio soviético que se iba irremediablemente a pique. Un imperio con el cual habían mantenido una guerra a muerte y había costado tanto. Lo de Bush fue un intento rayando con la traición.
De los Bush, no se puede esperar nada bueno, fueron un desastre para la vida política estadounidense, también vimos a Obama agachándose ante Putin, ser basureado por el dictador Vladimir Putin, en cuanto a Donald Trump, cuya política desplegada en el interior del país, califico de lo mejor y apoyo como el que más, pero esto no. En algunos periódicos europeos se ha hablado y traído de nuevo a la palestra la figura de Neville Chamberlain, para igualar con la de Trump.
Para los que no saben, Neville Chamberlain, fue el primer ministro británico de 1937 a 1940, y se asoció con la política de apaciguamiento hacia la Alemania nazi. Esta estrategia consistía en hacer concesiones a un país extranjero agresivo para evitar la guerra, y fue un error. Pero creo que no son justos con Chamberlain, lo de Donald Trump deja inexistente al británico. El peor error de Vladimir Putin fue el de entrar en guerra, con cálculos erróneos, y quedó expuesto como un simple mito. ¿Dónde? En el campo de batalla. Su mejor carta es Donald Trump, era cuestión de tiempo.
Pero pese a las miserias de muchos de sus presidentes, incluido el progre Jimmy Carter, en Estados Unidos jamás criticaron a un país por no rendirse a unas fuerzas militares invasoras, nunca olvidaron que el soviético Stalin asesinó a cuatro millones de ucranianos en los años del terror y tampoco que Putin lo hace ahora, pero con la ayuda de Trump, que Vladimir Putin es un autócrata dictador, que simula elecciones y se deshace de sus adversarios envenenándolos, tirándolos desde las ventanas de los edificios o enviándolos a campos de concentración, como ocurrió hace un año con Alexéi Navalni.
Rusia históricamente no sabe si es Oriente u Occidente, y jamás cumplió un acuerdo internacional, ahora lamerá sus heridas y una vez se haya recompuesto militarmente, volverá al ataque. Desde el siglo XVII, los rusos fueron incumpliendo de manera sistemática todos los acuerdos internacionales que suscribió.
Desde el tratado de Smolensko en 1634, Andrusovo en 1654, pero vayamos más adelante, el apoyo a la República izquierdista española mientras negociaba con Hitler, el acuerdo con Alemania de 1939, el pacto Ribbentrop-Molotov, por el que se repartieron Polonia y parte de Europa, y todas las cumbres durante la Segunda Guerra Mundial que se las pasaron por donde usted ya sabe, y durante la Guerra fría todos los tratados de control y verificación de armas, y para terminar, el tratado de Amistad, Cooperación y Asociación entre Ucrania y Rusia de 1997, en el que se reconoció la inviolabilidad de las fronteras existentes e impedía que Rusia invadiera Ucrania.
Muchos de los que se llenan la boca ponderando a Donald Trump, como Santiago Abascal, cuando tienen razón, pero callan o retuercen la realidad por conveniencia, al menos la portavoz adjunta del PP en el Congreso de los Diputados ha escrito un contundente mensaje en X, sobre la actuación de Donald Trump sobre Ucrania, sino también por su actuación con la oposición venezolana.
Dice Cayetana Álvarez de Toledo que los dichos de Trump son una «victoria para los enemigos de la libertad», un título que muy pocos merecen tanto como Nicolás Maduro o Vladimir Putin, pese a lo que están encontrando un firme a apoyo en un presidente cuyo discurso y el de su vicepresidente es, paradójicamente, que están defendiendo la libertad. Álvarez de Toledo terminó señalando que el comportamiento de Trump no sólo es una «vergüenza para Occidente» sino que también es una amenaza para la democracia.
Soldado estadounidense voluntario muerto en Ucrania
La siniestra actitud de Donald Trump respecto a Ucrania y el escándalo de Javier Milei con la cripto moneda, pone en graves problemas al futuro de lo que es la derecha política del siglo XXI, tema del que hablaremos pronto. Mi decisión de escribir esto, más allá de lo que esto significa, ante un poder que se muestra amenazante ante la disidencia y en favor de los dictadores, pero como siempre digo que lo único revolucionario en cualquier tiempo es decir la verdad, no nos llamamos a silencio.
Pienso en los niños en Ucrania que interrumpen su juego cotidiano en las calles, cuando suenan las alarmas y minutos después del impacto del proyectil continúan su vida diaria. Pienso en los sufridos hombres y mujeres de Ucrania que han enfrentado la criminal invasión rusa, en tantas vidas propias muertas, cuyo recuerdo pueblan la plaza de la Independencia o Maidan, y las paredes del convento de Kyiv. Y también las ajenas, los voluntarios de otros países.
Pienso en ese soldado voluntario estadounidense, no norcoreano, nombrado Tom, que ofreció su vida en la defensa de un pueblo invadido, en cuya ceremonia de homenaje pude tener la gracia de estar presente.
20 de febrero de 2025.