

OPERACIÓN TELARAÑA
Columna de humo tras el ataque de Ucrania contra una base aérea rusa en Irkutsk
Al igual que la invasión ucraniana a Kursk, Ucrania vuelve a sorprender con un audaz ataque en territorio ruso, esta vez sobre cuatro bases aéreas militares rusas ubicadas en lugares como en Irkutsk (Siberia) y en la región de Murmansk (noroeste). Belaya en la región siberiana de Irkutsk, a más de 4.000 kilómetros de Ucrania, Olenya en el Ártico cerca de Finlandia, e Ivanovo y Diaguilevo, ambas al este de Moscú. La operación fue llamada como «Telaraña» (Павутина).
El ataque que lanzó el domingo pasado Ucrania fue descripto como un ataque a gran escala con drones, que según la fuente del SBU, más de 40 aeronaves fueron impactadas en la base de Belaya, donde se declaró un incendio. El Ministerio de Defensa ruso confirmó los ataques en un comunicado, reconociendo que se extendieron por cinco campos de aviación. Los drones FPV dañaron aeronaves y provocaron incendios en bases aéreas en Irkutsk, en Siberia, así como en la región norte de Murmansk, mientras que los ataques fueron repelidos en la región de Amur en el Lejano Oriente ruso y en las regiones occidentales de Ivanovo y Ryazan.
El gobernador Igor Kobzev, de la región rusa de Irkutsk donde se encuentra la base aérea de Belaya, confirmó «un ataque con drones contra una unidad militar en el pueblo de Sredny», pero no proporcionó más detalles. Es la primera vez que se ve un dron ucraniano en la región siberiana, dijo el gobernador local. El gobernador de la región de Murmansk, Andrey Chibis, donde se ubica la base de Olenya, declaró que «drones enemigos han atacado el territorio de la región de Murmansk» y que las defensas antiaéreas estaban activas.
Según videos proporcionado por fuentes ucranianas y algunas fuentes propias, vimos varios bombarderos, aparentemente Tu-95, en llamas. En otro video filmado en la base aérea en llamas de Voskresensk, región de Moscú, se escucha que un militar ruso reconocía que la situación estaba fuera de control mientras varios bombarderos ardían en el fondo. La audacia de la jugada de las fuerzas armadas ucranianas es tal que la prensa europea la equipara a los grandes golpes ocurridos en la historia militar, para no ir muy lejos, cuando el servicio secreto de Israel, atacó a Hezbolláh en El Líbano a través de sus buscas.
Lo mismo podríamos decir del hundimiento del buque insignia de la flota rusa del mar Negro, el Moskva, y el bombardeo del puente Kerch, en 2022, más un ataque con misiles al puerto de Sebastopol en 2023. O la mencionada invasión de Kursk, de agosto pasado, que aún no ha terminado. En estos días fue muy mencionada la ofensiva sorpresiva efectuada por la Armada Imperial Japonesa contra la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor en la mañana del domingo 7 de diciembre de 1941 que marcó el mayor desastre conocido del ejército estadounidense. Estados Unidos no lo vio venir y el frente oriental tuvo una pérdida de 188 aviones y 2.403 militares muertos. Un golpe que obligó a Washington a entrar de lleno en la Segunda Guerra Mundial.
Tampoco Rusia lo vio venir y lo ha pagado, demostrando una vez, como lo dije muchas veces sobre lo ineficaz de su autodefensa y la incapacidad de protegerse lejos del frente de batalla. Los mismos blogueros de defensa rusos son los que están haciendo la comparación con Pearl Harbor, de tan duro que ha sido el ataque de la llamada «Operation Spiderweb», es decir, «Operación Telaraña». Según los servicios de inteligencia ucranianos, el plan que fue comandado en todo momento por el presidente Volodímir Zelenski, tardo un año y medio en prepararse, y fue ejecutado por 117 drones comprados por Kyiv, pero enviados a suelo ruso, con un coste de 430 euros por unidad. En otros artículos hice hincapié en el giro en la guerra moderna, cuando un dron de menos de 500 dólares acaba con un tanque de mas de 1 millón de dólares.
Desde el inicio de la invasión rusa a gran escala, Ucrania estuvo superada en términos de poder de fuego militar por Rusia. Sin embargo, pudo desarrollar una flota ágil y considerable de drones de ataque utilizados para atacar al ejército ruso y su infraestructura energética. En marzo pasado, Ucrania había anunciado que desarrolló un nuevo dron con un alcance de 3.000 kilómetros sin proporcionar más detalles, lo que pudo materializarse en esta operación histórica al parecer. Lo cierto es que esta operación es el golpe más devastador de Ucrania contra la fuerza aérea rusa desde el inicio de la invasión a gran escala en febrero de 2022.
Ucrania sostiene que la espera fue compensada porque sus ataques del día domingo causaron daños en el 34% de los bombarderos estratégicos rusos que llevaban misiles de crucero, por un valor total de 7.000 millones de dólares. Mas allá de que realmente sea cierto, es un formidable golpe de propaganda, del que los ucranianos estaban muy necesitados y en un momento clave, cuando Estados Unidos le soltó la mano en favor de Putin.
El ministerio de Defensa de Rusia confirmó el ataque, y sostuvo que los incendios fueron contenidos y no causaron víctimas. El ministerio de Defensa confirmó también que los drones no fueron lanzados desde territorio ucraniano, sino «en las inmediaciones de las bases aéreas». Y agregó «Los sospechosos han sido arrestados». En cambio, Ucrania insiste en que su gente salió a tiempo y está a salvo. Según el popular bloguero ruso Rybar, que acusó a su Ejército de negligencia, Ucrania logró alcanzar 13 bombarderos: ocho Tu-95MS, cuatro Tu-22M y un An-12. «Es una trágica pérdida para toda la flota aérea rusa», escribió en Telegram.
El diario Moscow Times, dijo: «Si se confirma, el mayor premio para Kiev podría ser dañar un A-50, que Rusia utiliza para coordinar sus aviones de combate y detectar misiles de defensa aérea ucranianos. Se cree que quedan menos de 10 de estos aviones en servicio. Este sería el tercero que Rusia pierde desde la invasión a gran escala de Ucrania, tras el derribo de dos más con misiles tierra-aire por parte de Ucrania a principios de 2024».
Entre los aviones que habrían sido eliminados se encontraba la joya de la corona rusa el TU-95, el gran bombardero estratégico conocido como Bear, y el TU-22M3, medios que Rusia utiliza para lanzar misiles de largo alcance contra ciudades ucranianas un bombardero supersónico de largo alcance, el Tu-95, originalmente diseñado para transportar bombas nucleares, ahora lanza misiles de crucero, y el A-50 su avión de alerta temprana y control. La operación fue posible gracias a la infiltración previa de cientos de drones explosivos en Rusia, ocultos en contenedores activables a distancia y colocados cerca de los objetivos rusos.
Según Ukrainska Pravda, un medio ucraniano que posee muy buena información y conectado con los servicios ucranianos, los drones fueron primero contrabandeados a Rusia y posteriormente ocultos bajo los techos de pequeñas estructuras de madera montadas en camiones. Las imágenes proporcionadas por el servicio de seguridad ucraniano mostraron los drones utilizados en el ataque colocados en los techos de cabinas móviles de madera que fueron transportadas por camión hasta los puntos de lanzamiento.
Moscú cree que un ciudadano ucraniano alquiló los camiones en los que Ucrania escondió los drones, según el gobierno ucraniano, se engañaron a los conductores y manipuló a los mandos rusos para que concentrasen aviones en las bases atacadas, tras 18 meses de trabajo, decenas de pequeños drones fueron introducidos ilegalmente en Rusia, almacenados y llevados a al menos cuatro lugares diferentes, a miles de kilómetros de distancia de las trincheras, y lanzados remotamente hacia bases aéreas cercanas.
Las cajas de madera cargadas de drones, llevadas a los alrededores de las bases por camioneros que no tenían ni idea del porte que llevaban, en un momento dado se abrían por una trampilla en el techo y, de ahí, salían los UAV, entraban en las bases y atacaban los aviones que descansaban en las pistas. Por algo el presidente Zelenski dice que esto se estudiará en los libros de Historia. El operativo fue muy efectivo porque no comprometió ni un sólo avión ucraniano. Pero quedan muchas preguntas que posiblemente no sean develadas, ¿quién manejó los drones? ¿Algún piloto que estuvo cerca y que también habría entrado de forma ilegal en Rusia o un militar que lo manejó en la distancia, de forma remota?
¿Alguien les dio la información apropiada? ¿Han empleado algún tipo de Inteligencia Artificial? Los aviones no tripulados tienen unos pocos kilómetros de autonomía, así que tenían que estar estratégicamente situados cerca de las bases. Los rusos deberían preguntarse ¿por qué los servicios de alerta de Rusia no saltaron en ningún momento? ¿Es que no son tan sofisticados lejos del campo de batalla, o no tienen una revisión seria, o porque no temen ataques en la retaguardia, o sonaron y nadie detectó el peligro?
«Estos bombarderos estratégicos son capaces de lanzar ataques de largo alcance contra nosotros. Sólo hay 120 y atacamos a 40. Es una cifra increíble», dicen medios ucranianos. Aún no se sabe si esas cuatro decenas de aviones quedaron inutilizados, pero el hecho de que tengan que ser reparados ya supone una alteración importante en los planes de Putin. Los bombarderos estratégicos portadores de misiles como el Tu-95, el Tu-22 y el Tu-160 ya no se fabrican, por lo que repararlos será difícil y reemplazarlos, imposible por el momento, dice en su canal de Telegram el bloguero ucraniano Oleksandr Kovalenko.
La pérdida del avión supersónico Tu-160, dijo, se sentirá especialmente. «Hoy, las Fuerzas Aeroespaciales Rusas perdieron no sólo dos de sus aviones más raros, sino verdaderamente dos unicornios de la manada», escribe. Los bombarderos Tu-95, por ejemplo, son los responsables de un ataque a gran escala con misiles Kh-101 contra Ucrania a principios de este año y se utilizaron ampliamente desde la invasión a gran escala de febrero de 2022. Cada bombardero puede transportar ocho misiles de crucero guiados, y cada misil lleva una ojiva de 400 kilos, a su vez.
El alcance de las armas es de miles de kilómetros, lo que permite a estas aeronaves estratégicas desplegarse con relativa seguridad dentro del espacio aéreo ruso. Es también significativa la pérdida reportada de un A-50, el equivalente ruso del AWACS (Sistema de Control y Alerta Aerotransportada), cuya función es detectar aeronaves y misiles enemigos y enviar esos objetivos a los cazas rusos. Desempeña una función de gestión de los recursos aéreos, que proporciona una visión general y una dirección.
Para Ucrania estos misiles que son lanzados contra sus ciudades son un problema muy serio para su defensa aérea, que no logró interceptar ninguno de los nueve misiles lanzados contra el país la noche del 24 de mayo, la más sangrienta desde el inicio del conflicto, con 12 muertos y 50 heridos. Debido a su maniobrabilidad y velocidad, esos misiles sólo pueden ser derribados con otros misiles, los que salen de los sistemas Patriot de fabricación estadounidense o los SAMP-T franco-italianos. No olvidar que Ucrania se quedó sin misiles SAMP-T a finales de mayo y que, ante la solicitud ucraniana, el secretario de Estado, Marco Rubio, siguiendo órdenes de Donald Trump, dijo: «Francamente, no tenemos».
El uso de drones tan cerca de los objetivos, significa que los sistemas tradicionales de autodefensa rusos, como los misiles antiaéreos de largo alcance S-300/S-400, y sus homólogos de menor alcance, los Pantsir SA-22, son ineficaces. Mas allá de que exagere o no, Kyiv, pone de manifiesto la vulnerabilidad de importantes activos militares en el interior del propio territorio de la Federación Rusa. Una gran cantidad de memes que circulan en las redes sociales ucranianas evidencian la corriente de burla que generó el ataque a 4.600 kilómetros de la línea del frente.
La Operación Telaraña manda otro mensaje no sólo a Rusia sino también a los aliados occidentales de Ucrania, que Kyiv no ha perdido la guerra y que puede seguir peleando pese a las traiciones. Este golpe fue llevado a cabo sin informar siquiera a las autoridades de Washington, las que siguen presionando para que se logre un alto el fuego con Moscú, pero siguiendo la hoja de ruta de Putin. No se usó armamento occidental, sino material producido en Ucrania, que sorprenden por la originalidad de sus productos, y su adaptación al campo de batalla pese a la precariedad.
En la reunión del presidente Zelenski con Donald Trump en el Despacho Oval, el 28 de febrero pasado, durante la vergonzosa humillación, Trump le dijo a Zelenski: «A Ucrania sólo le quedan seis meses», «No tienes cartas» y cosas semejantes. Lo único que debería reconocer Donald Trump, es que él también ya está en la lista de los presidentes estadounidenses basureado y mofados por Putin. Ucrania con toda la adversidad todavía tiene cartas para jugar, y si las fuerzas armadas ucranianas y los servicios secretos pueden hacer una operación semejante, también son capaces de matar a Vladimir Putin.
Agentes del orden ruso realizaron este lunes pasado un registro en un almacén en Chelíabinsk, desde donde supuestamente partieron los contenedores con drones que el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) utilizó para atacar aeródromos militares rusos. Los propietarios y varios usuarios del almacén fueron detenidos después de que usuarios de internet identificasen la estancia que aparece en las fotos de los drones distribuidas por Kyiv como un espacio de almacenaje.
El canal ruso VChK-OGPU dijo que la persona que alquiló el almacén donde se guardaban los drones salió de Rusia a Kazajistán. Los agentes tomaron muestras para comprobar la presencia de bombas y encontraron restos de un compuesto químico explosivo. Desde este almacén partieron cinco remolques que llevaban contenedores con drones. Al menos dos de estos vehículos tenían matrículas de la región. Los investigadores interrogaron a los conductores de los camiones. Dicen que los vehículos pertenecían a Artem, de 37 años, probablemente ciudadano ucraniano, que recibió un encargo de un empresario que decía ser de la región de Murmansk, de entregar cuatro casas de madera desde Chelíabinsk a la península de Kola.
Según el conductor, mientras conducía, una persona desconocida lo contactó por teléfono y le dio instrucciones sobre dónde y a qué hora detenerse en una gasolinera de la cadena Rosneft, que está cerca de un aeródromo militar en la región de Murmansk. Desde allí se lanzaron los drones. Otro conductor de otro camión perteneciente al mismo propietario, de 61 años, dijo que aparcó cerca del café Teremok en Usolye-Sibirskoye, y cuando se disponía a tomar un almuerzo vio que del remolque empezaron a volar drones como si alguien hubiese atizado una colmena de abejas.
El corresponsal de Russia Today, Andrei Filatov, cree que la corrupción es la culpable: «El cerebro del Ejército esta desquiciado y los mandos intermedios están sumidos en la malversación de fondos». No se trata de corrupción, se trata de los errores políticos de Putin. The Economist asegura que estos drones usaron redes de telefonía móvil rusas para transmitir sus imágenes a Ucrania. Kyiv también manipuló a los mandos rusos para agrupar sus objetivos, varios ataques ucranianos previos a otros aeródromos incitaron a los rusos a trasladar más aviones a las bases atacadas el domingo. Tres días antes, decenas de aviones fueron llevados al aeródromo de Olenya, en Murmansk. Los rusos creían que allí estaban a salvo, pero terminaron en llamas.
El medio ucraniano United 24, con quien mantengo una estrecha relación desde hace tiempo, reveló que la llamada Operación Pavutyna (telaraña) empleó un total de 117 drones kamikazes, controlados por un operador humano, pero que fueron entrenados con inteligencia artificial para reconocer los bombarderos y golpearlos en sus puntos más vulnerables. Según United 24, los drones kamikaze de pilotaje con visión remota (FPV) llegaron a Rusia de forma encubierta y por piezas y fueron ensamblados posteriormente en la ciudad de Cheliábinsk, una ciudad del centro-oeste de Rusia.
Estos drones son pequeños y no tienen mucho alcance, entre 2 y 5 km de media, así que tienen que lanzarse cerca de los objetivos para que sus baterías no se agoten antes de tiempo. El SBU decidió solucionó este problema ocultando los FPV en el techo de falsas cabañas móviles de madera que fueron transportadas hasta las proximidades de las bases en lo que llaman «camiones de Troya». Cuando estos camiones llegaron a los puntos de lanzamiento seleccionados, los agentes del SBU abrieron el falso techo de las cabañas por control remoto y lanzaron los drones contra sus objetivos, luego del lanzamiento, las cabinas se autodestruyen.
Si bien es cierto, que los FPV son pilotados a control remoto por operadores humanos que pueden ir viendo su avance a través de sus cámaras de abordo, el uso de la inteligencia artificial fue clave para el éxito de la operación. Dice United 24: «Ucrania utilizó la inteligencia artificial para garantizar una precisión milimétrica. En la ciudad de Poltava, sede de un museo de aviación estratégica de largo alcance, se entrenaron drones mediante IA para reconocer y atacar aviones de forma que maximizaran la destrucción. Estos drones no actuaban al azar, sino que conocían sus objetivos».
No sabemos si los operadores de los drones estaban cerca de las bases o no, pero sabemos que controlar FPVs a miles de kilómetros de distancia no es posible con los sistemas de control por radio estándar. Aunque ya existen métodos avanzados que utilizan las comunicaciones por satélite o navegación autónoma preprogramada. Este golpe histórico para Rusia significa pérdidas que no serán reparadas, como dijimos antes, Rusia no fabrica los TU-22M3 desde 1993 y ni tiene repuestos para estos aviones. Tampoco para los TU-95 o Tu-160, y, además, la maquinaria industrial de guerra de Rusia, diezmada por la guerra y las sanciones occidentales, tendrá muchos problemas para construir nuevos bombarderos en un futuro próximo. El daño en lo económico es estimado en 7.000 millones de dólares.
En modo de respuesta, Rusia respondió con su propio récord de ataques. Las fuerzas aéreas ucranianas declararon que Rusia lanzó 472 drones durante la noche del domingo, el mayor número en una sola noche desde el comienzo de la invasión, junto con siete misiles. En una inusual admisión de bajas militares, el ejército ucraniano informó que un bombardeo ruso con misiles contra una unidad de entrenamiento mató a 12 soldados y 60 heridos. El ataque ocurrió a las 12:50 p.m. El comandante de las fuerzas terrestres ucranianas, Mykhailo Drapatyi, presentó posteriormente su renuncia tras el ataque. Mykhailo Drapatyi era un comandante respetado cuyo liderazgo permitió a Ucrania recuperar territorio en el frente oriental por primera vez desde la contraofensiva de 2022.
El hecho de que Ucrania haya sido capaz de dañar o destruir un número tan elevado de los aviones de Rusia en el interior del país refleja el desarrollo de su programa de ataque en profundidad, así como el notable grado en que los agentes encubiertos de Ucrania son ahora capaces de trabajar dentro de Rusia. Desde el inicio de la invasión total de Rusia, las operaciones de Ucrania se han ampliado en alcance, ambición y sofisticación. Los países occidentales prestaron cierta ayuda al programa de ataque en profundidad de Ucrania. El 28 de mayo, Alemania se comprometió a financiar drones de largo alcance ucranianos, pero gran parte de la tecnología y la planificación de las misiones es autóctona.
Esta operación quedará situada entre las acciones de ataque más importantes de la guerra moderna. La misión llevó 18 meses de preparación, Rusia esperaba ataques con drones de ala fija más grandes por la noche y más cerca de la frontera con Ucrania. Los ucranianos invirtieron las tres variables, lanzando pequeños drones durante el día y lejos del frente. Ucrania ya había lanzado drones desde dentro de Rusia anteriormente, pero la diferencia estaba en la escala y la naturaleza combinada de las operaciones.
Según una fuente de inteligencia ucraniana afirmó que era poco probable que los conductores de los camiones supieran lo que transportaban. Comparó este aspecto de la operación con el ataque de 2022 al puente de Kerch, donde una bomba oculta en un camión destruyó parte del puente que une Crimea con el continente. «Este tipo de operaciones son muy complejas, y los actores clave deben permanecer necesariamente en la ignorancia», afirmó. La fuente describió la operación como una jugada de ajedrez en varias fases, en la que primero se animó a los rusos a trasladar más aviones a bases concretas mediante ataques ucranianos a otras.
Tres días antes del ataque, decenas de aviones se habían trasladado al aeródromo de Olenya, en la provincia de Murmansk, según informes publicados en ese momento, y que ya comentamos. Fue precisamente aquí donde se causaron los mayores daños. Las fuerzas armadas occidentales no han dejado de tomar nota. Durante muchos años las potencias occidentales han concentrado sus propios aviones en un número cada vez menor de bases aéreas, para ahorrar dinero, y no han invertido en hangares o refugios reforzados que pudieran protegerlos contra drones y misiles. Los propios bombarderos estratégicos de Estados Unidos son visibles en imágenes de satélite públicas, a la vista de todos.
«Imaginemos, en el día del partido, contenedores en estaciones ferroviarias, en buques portacontenedores de propiedad china en puertos o en alta mar, en camiones aparcados en propiedades aleatorias… vomitando miles de drones que salen en estampida y, como mínimo, destruyen las joyas de la corona de la [Fuerza Aérea de los Estados Unidos] Eso, advierte, sería “totalmente factible”». escribió Tom Shugart, del CNAS, un grupo de expertos de Washington.
El ataque ucraniano coincidió con otros incidentes en la frontera ruso-ucraniana. Investigadores rusos informaron que «explosiones» provocaron el colapso de dos puentes en las regiones fronterizas de Kursk y Bryansk durante la noche. En Bryansk, un puente vial se desplomó sobre una vía férrea, lo que provocó el descarrilamiento de un tren de pasajeros que se dirigía a Moscú y la muerte de al menos siete personas. En la vecina Kursk, un puente ferroviario también colapsó, descarrilando un tren de carga y lesionando al conductor, según informaron las autoridades. Ambas regiones comparten frontera con Ucrania.
Valentin Chatelet, experto en seguridad de Atlantic Council, dijo que la operación de este domingo es especialmente significativa porque muestra la determinación de Kyiv para interrumpir la cadena de mando que permite a Rusia continuar con su invasión a gran escala. «La operación ‘Tela de Araña’, conocida informalmente como el ‘Pearl Harbor ruso’ ha expuesto deficiencias sustanciales en la seguridad operativa y las defensas aéreas de Rusia dentro de su territorio. También ha puesto de manifiesto vulnerabilidades significativas en la infraestructura aérea critica rusa».
El simple hecho de que Ucrania demostrara capacidad para golpear instalaciones de ese nivel estratégico dentro de Rusia podría tener implicaciones en su doctrina nuclear. Rusia ha incluido tradicionalmente a su aviación estratégica como pilar clave de su disuasión atómica. Que esta aviación pueda arder en llamas por un enjambre de drones lanzados desde un camión comercial, plantea preguntas incómodas sobre la credibilidad del escudo nuclear ruso y añade una capa de tensión a las ya frágiles negociaciones de Estambul.
Volodímir Zelensky celebró la brillante operación de Ucrania contra la aviación rusa y dijo: «Pasará a los libros de historia». El presidente recordó que su país se está defendiendo en medio de la invasión de las tropas de Putin, que ya lleva más de tres años. «Rusia empezó esta guerra, Rusia debe ponerle fin», esto último va dirigido a todos esos idiotas que compraron el relato ruso, empezando por Trump y su falso soldadito Vance. Zelenski escribió en un mensaje en Telegram que es «Un resultado absolutamente brillante. Un resultado independiente de Ucrania. Un año, seis meses y nueve días desde el inicio de la planificación hasta la ejecución efectiva. Nuestra operación de mayor alcance hasta la fecha».
El presidente Zelenski aseguró que todas las personas involucradas en la preparación del plan fueron evacuadas a tiempo del territorio ruso, enfatizando la seguridad y eficacia del operativo. En su mensaje, reiteró la postura de Ucrania al expresar que el país tiene el derecho de defenderse y está comprometido a presionar a Rusia para poner fin a la guerra iniciada por Moscú. «Ucrania se está defendiendo, y con razón: estamos haciendo todo lo posible para que Rusia sienta la necesidad de poner fin a esta guerra. Rusia empezó esta guerra, Rusia debe ponerle fin».
Volodímir Zelensky detalló, además, que «se utilizaron un total de 117 drones en la operación. Y trabajó un número correspondiente de operadores de drones», subrayando que «el 34% de los portadores estratégicos de misiles de crucero en los aeródromos fueron alcanzados», lo que representa un golpe considerable a la infraestructura militar rusa. El mandatario también agradeció al jefe del SBU, Vasil Maliuk, por el éxito alcanzado.
En el norte de Ucrania, en tanto, la presión rusa continúa. El Ministerio de Defensa de Rusia anunció el domingo la toma del pueblo de Oleksiivka, en la región de Sumy. Las autoridades ucranianas ordenaron evacuaciones obligatorias en 11 localidades el sábado, ante el avance de las fuerzas rusas en la zona. El jefe del Ejército ucraniano, Oleksandr Syrskyi, señaló que las fuerzas rusas concentran sus principales esfuerzos ofensivos en Pokrovsk, Toretsk y Lyman, en la región de Donetsk, así como en el área fronteriza de Sumy. El miércoles pasado, el presidente ucraniano Volodímir Zelensky dijo que Rusia estaba concentrando 50.000 soldados en vista de una ofensiva contra Sumi.
La operación militar ucraniana no va a parar los avances de Rusia en el frente, pero es otro motivo de optimismo para los soldados y la población ucraniana.
2 de junio de 2025.