LA YIHAD CONTRA OCCIDENTE
Luego de cumplirse un año del ataque terrorista del islámico Hamas, que constituyó la mayor masacre de judíos desde el Holocausto, empujando todos los sucesos posteriores. Así como la guerra provocada por Rusia con su invasión a Ucrania, ha llevado a una clara división entre Oriente y Occidente, la invasión islámica en Israel del 7 de octubre de 2023, es Israel contra Irán. La guerra de Israel no es solo contra Hamas, sino que es contra Hezbolláh e Irán.
De una guerra local se ha escalado a una guerra regional y global. Mejor dicho, que la cuenta es al revés, la dialéctica de imperios es a nivel global y existen repercusiones a nivel local y regional. No se trata solo de Irán sino también Rusia y China. Luego de recibir más de doscientos misiles por parte de Irán, Israel respondió atacando Gaza y El Líbano, golpeando el objetivo central: Hezbolláh.
Las represalias israelíes contra Hezbolláh fue por su apoyo a la organización terrorista Hamas, que sucedió meses atrás y fue el inicio del conflicto que se extendería hasta llegar a estas proporciones. El aumento progresivo de la guerra llegó a El Líbano, cuya nación está parcialmente ocupado por Hezbolláh, en especial la zona limítrofe con Israel. Ante el ataque de Hezbolláh, Benjamín Netanyahu aseguró que el ataque ha sido un «gran error y que pagarán por ello».
Las fuerzas estadounidenses participaron junto a las israelíes de la intercepción de los misiles atacantes, la mayoría de los cuales no dieron en el blanco. No hubo ningún israelí muerto y los heridos sólo seis. El presidente iraní, Masud Pezeshkian, lanzó una advertencia: «Sobre la base de los derechos legítimos y con el objetivo de lograr la paz y la seguridad para Irán, la región dio una respuesta decisiva a la agresión del régimen sionista». Pero el 3 de octubre manifestó que Israel hasta ahora sólo recibió un «castigo menor».
El Ejército israelí también confirmó que sus fuerzas iniciaron «incursiones terrestres selectivas» en el sur del Líbano. El ataque terrestre lanzado por Israel busca enviar a Hezbolláh más allá del rio Litani, límite fijado por la ONU para el establecimiento de Hezbolláh y se incumplió, y que aleje sus misiles de corto alcance más allá de su territorio.
La muerte del líder de Hezbolláh, Hassan Nasrallah, el 27 de septiembre, parece que fue el acelerador del conflicto que se libra desde el norte de Israel con el sur de El Líbano. Las tropas regulares de El Líbano se han retirado de las zonas próximas a la frontera. Se considera inminente la entrada masiva de fuerzas israelíes en el sur del Líbano, donde opera Hezbolláh.
El jueves 3 de octubre los israelíes realizaron operaciones en Gaza contra grupos palestinos, la población de este territorio es de aproximadamente dos millones y medio de personas, la misma que Cisjordania. Israel tiene en sus fronteras cerca de cuatro millones, setecientos mil palestinos y se encuentra combatiendo en tres frentes en su frontera terrestre: Gaza, El Líbano y Cisjordania. Ese mismo día un bombardeo israelí abatió en El Líbano al jefe de comunicaciones de Hezbolláh, Muhammad Rashid Shafi.
Como era de esperar, el gobierno chino se opuso a las «violaciones de la soberanía libanesa» y Rusia hizo un «llamamiento a las autoridades israelíes» para que cesen inmediatamente las hostilidades y «retiren sus tropas del territorio libanés». El Secretario de Defensa de Estados Unidos, el general Lloyd Austin, dijo estar de acuerdo con la necesidad de desmantelar la infraestructura de Hezbolláh, pero que su país sigue buscando una «solución diplomática» más allá del avance israelí sobre el territorio libanés.
El pequeño detalle es que las fuerzas estadounidenses participaron de las operaciones en apoyo de las israelíes. El Pentágono hizo público el 29 de septiembre que había reforzado su presencia militar en la región. Se habían trasladado a ella numerosas escuadrillas de aviones de combate. El grupo de portaaviones Presidente Lincoln se encontraba también en la zona, mientras que el portaaviones Presidente Truman avanzaba hacia la zona de conflicto a través del Mediterráneo.
Y se aumentó entre siete y ocho mil hombres la presencia militar terrestre, para dar mayor protección a sus efectivos. Lo que daría un total de cuarenta y tres mil hombres. Esto incrementa el riesgo de que, en caso de conflicto, los estadounidenses sufran bajas en los próximos días. La Unión Europea, condenó el ataque iraní, pero exigió al mismo tiempo un inmediato cese del fuego, y lo mismo hizo el Reino Unido. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, mediante su vocero reclamó por un «inmediato cese del fuego», a la vez que destacó que «la soberanía y la integridad territorial del Líbano deben ser respetadas».
Israel esta dispuesto a tomar represalias contra Irán y es seguro que entrara con tropas al sur de El Líbano, las milicias hutíes dijeron seguirán atacando Israel en el Mar Rojo y en propio territorio, lo mismo dijeron las milicias proiraníes de Siria e Irak. No solo se pelea en la frontera de Israel, sino que hay intercambio de drones y misiles con las fuerzas pro iraníes de Yemen, Irak, Siria, y de las de Irán. Israel no solo ataca objetivos de Hezbolláh, sino que cerró un cruce fronterizo entre Siria y El Líbano.
Todo indica que de escalar la guerra Estados Unidos se verá involucrado en la guerra regional y global. La Casa Blanca hizo saber a través de voceros que no se le permitirá a Benjamin Netanyahu bombardear las instalaciones nucleares de Irán. Con lo que está alentando a una respuesta iraní de consecuencias imprevisibles. El 3 de octubre el presidente Joe Biden manifestó que analizaba si se iba a autorizar o no el bombardeo a las instalaciones petrolíferas iraníes, algo que no parece muy coherente con sus declaraciones de que todavía hay mucho por hacer para reducir la tensión en la región.
Por otro lado, si no hubiese eliminado el programa petrolero de Donald Trump, Estados Unidos no tendría ningún problema por el precio del gas y del petróleo, que ante un conflicto generalizado el precio se irá a las nubes. La enemistad de Irán con Israel lleva décadas, no olvidar que Irán apoyó entonces a la OLP, luego a Hezbolláh, también apoyó a Hamas y a la Yihad Islámica, o al régimen de Bashar al-Assad en Siria. El mayor problema es el programa nuclear iraní, Ali Jamenei dijo que Israel debe ser destruido, que debe desaparecer.
Luego del 7 de octubre de 2023, Irán movilizó a todos sus aliados del «Eje de la Resistencia», es decir, a los hutíes de Yemen, las milicias chiítas iraquíes, Hezbolláh. Todo se redujo a no atacarse entre ellos de manera directa. El dio el primer ataque coordinado entre hutíes y Hezbolláh, que dispararon misiles y drones sobre estructuras estratégicas israelíes. Israel respondió atacando tres objetivos cerca del aeropuerto de Isfahán.
Pero la guerra entre los proxis iranies e Israel no terminó, Israel lanzó un ataque contra El Líbano matando al alto comandante de Hezbolláh, Fuad Shukr. En tanto Israel realizó la operación más importante en materia de espionaje y eliminó o dejó inactivo a militantes islámicos explotando beepers, luego eliminó a la plana mayor de Hezbolláh, en especial a Hassan Nasrallah.
Irán lidera el bloque musulmán chiíta, y tiene sus aliados a los que apoya militar y económicamente, Irán tiene gran influencia en el gobierno iraquí y sobre todo en las milicias chiítas que son especialmente fuertes en el sur de Irak. Otro aliado es Siria y Hezbolláh en El Líbano, y tiene buenas relaciones con sus aliados sunnís palestinos, hablamos de Hamas con el que tienen un enemigo común, y una serie de grupos menores que pululan por la región, sobre todo en la Franja de Gaza. Los hutíes de Yemen son otros aliados.
Por otro lado, y lo más importante, Rusia es aliado de Irán, y este es su soporte en la guerra en Ucrania, proporcionándole misiles balísticos y drones. En una guerra abierta con Israel dejaría de proporcionar ese material bélico a Rusia. Irán está a un paso de obtener armamento nuclear. Israel ha descubierto reservas de gas en el Mediterráneo, lo que coloca a Israel como un emergente exportador de gas natural.
Estados Unidos tienen bases militares rodeando Irán, en Arabia saudita, en Yibuti, en Omán, Emiratos Árabes Unidos, en Turquía, Irak, Siria, Jordania e Israel. La cuestión económica es muy importante, por el estrecho de Ormuz pasa el 20% del petróleo mundial, y el 26% del Gas natural liquido GNL). Irán podría atacar y capturar todos los barcos que pasan por allí, lo que aumentaría los precios del gas y petróleo del mundo, lo que podría provocar una crisis económica mundial.
Irán ocupa el tercer lugar como reserva de petróleo del mundo y el segundo en gas detrás de Rusia. China es uno de los mayores compradores de petróleo. Irán tiene 88 millones de habitantes, y es el segundo detrás de Pakistán en Asia. Si bien es cierto, que tiene una media de 33 años de promedio de población, esto puede derivar en una crisis migratoria, y ciento de miles abandonarían el país.
El ataque de Hamas a Israel fue el inicio de algo que recién podremos dimensionar en un año, por ahora, estamos presenciando el primer combate abierto de la yihad contra Occidente que los ayatolas estuvieron persiguiendo desde 1979 con la Revolución Islámica, Estados Unidos, es el «gran Satán» para los islámicos e Israel el servidor de Satán. En la región se va a realizar un nuevo diseño como sucedió luego de la caída de Saddam Hussein el 2003.
La segunda guerra del Golfo y la caída de Saddam Hussein no logró materializar la occidentalización de la región, lamentablemente se entregó a Irak a las manos de Irán. Ni la «primavera árabe» trajo democracia y sociedades libres, al contrario, sirvió para entronizar a fundamentalistas como Los Hermanos Musulmanes. Tampoco estas guerras van a servir para cambiar la mentalidad de estas sociedades atrasadas. En algún momento, y creo que demasiado tarde, Occidente va a entender que hay un ataque coordinado contra el mundo libre.
Irán es un enemigo natural de Occidente, por ahora, este conflicto lo sufre Israel. Lo mas grave es que muchos países y organizaciones que aceptan la séptima generación de izquierdas, ven con mucha simpatía a estos regímenes que de existir en esos países no tendrían lugar. En cambio, el antisemitismo ha aflorado en los lugares menos esperados. Pero lo mas grave es lo evidente de la mediocridad de la clase politica de Occidente, al menos de los países lideres.
El gobierno estadounidense no quiere asumir su papel de potencia de Occidente, no solo se trata del desastroso papel de Joe Biden, que impide a los ucranianos a utilizar armas de largo alcance y deja servido a la población y a las tropas ucranianas para que Rusia los vaya cazando poco a poco. En Trump y Vance hay mas de lo mismo, no piensan como estadistas sino como simples mercaderes. Lo mismo sucede con Israel, se dice aliado de Occidente y tiene como primer socio comercial a China que es el enemigo de Occidente.
La alianza oriental entre Rusia, China, Corea del Norte e Irán tiene a todos los dirigentes occidentales acojonados. Tampoco se dan cuenta de lo que sucede con grupos como Hamas que tienen poca aceptación entre la gente árabe y mucha aceptación en las universidades europeas y estadounidenses. Si Israel se decide a atacar a Irán, se va a paralizar la producción petrolera y eso afectará a Occidente y mucho más a los países del llamado tercer mundo, y el peor perjudicado será China, que como dijimos antes, es el mayor comprador de Irán, cuya venta se hace, por la alianza, a un precio menor al del mercado.
En el ataque de abril llevado a cabo por Irán, fue un fracaso, Israel fue apoyado por Estados Unidos y varios países árabes, es importante el enfrentamiento religioso entre sunitas y chiítas. Lo que nos permite corroborar la alianza de facto que existe entre Occidente y países árabes frente a Irán. Israel logro salir indemne gracias a su defensa antimisiles, la Cúpula de Hierro y otros avances tecnológicos respecto a la región, por lo que las víctimas son mínimas en relación a la cantidad de misiles.
Es indudable que Israel tiene una superioridad militar, tecnológica y de inteligencia sobre Irán, pero eso no impide que algunos misiles que puedan atravesar las defensas puedan provocar daños importantes, y ni hablar si tienen carga nuclear, por tanto, Israel debe eliminar a Irán, esta es su oportunidad histórica, al enemigo no se debe permitir continuar siendo una amenaza.
Es lamentable el pedido de Estados Unidos de que la respuesta israelí no vaya dirigido al programa nuclear de Irán. Israel no se debe dar el lujo de creer esas tonterías, nada le garantiza que en poco tiempo no haya ataques de misiles con carga nuclear, ni tampoco química o biológica. Parece que Biden quiere que Israel soporte, como sucede con Ucrania, por los temores y miedos de una dirigencia cobarde.
Israel, creo que ya decidió atacar a Irán, pero ante las interferencias de Biden, tiene dudas sobre los blancos, y que estos puedan producir resultados negativos en lo político y económico del mundo. Si bien, Israel quiere dar un golpe para reconfigurar el tablero político actual, eso no será posible sin dañar la economía global. Aunque le duela a Joe Biden, en todo caso, no hubiese destruido el plan petrolero de Donald Trump, por cuestiones ideológicas.
Se comenta que el Consejo de Seguridad de Israel recomendó una ofensiva aérea contra el programa de desarrollo nuclear de Irán o su infraestructura petrolera, es una decisión acertada. Son blancos estratégicos que implican consecuencias en la región y en la economía global, en este sentido, Estados Unidos apoya el ataque de Israel a Irán, pero no está de acuerdo con los objetivos elegidos. Creo todos hemos sido testigos de los cruces entre Estados Unidos e Israel, para acordar la planificación, y Biden, de manera artera hizo declaraciones públicas para condicionar la situación.
Joe Biden rechazó la posibilidad de avanzar sobre las instalaciones nucleares, y también cuestionó que la infraestructura petrolera de Irán sea un blanco a destruir. «Si yo estuviera en su lugar (de Israel), estaría pensando en otras alternativas que no fueran atacar los yacimientos petrolíferos», dijo el senil Joe Biden. Las opiniones de Biden causaron muchísima irritación política en Benjamin Netanyahu. Los principales ministros de Israel tienen línea abierta con Jake Sullivan -consejero de Seguridad Nacional-, William Burns -director de la CIA- y Lloyd Austin -jefe del Pentágono-, el premier israelí está considerando el próximo ataque contra Irán.
El jefe de Gobierno israelí Netanyahu, sabe que Irán enfrenta una crisis de liderazgo y que un golpe fuerte puede causar un efecto dominó en la política de alianzas a nivel país que fija el statu quo en el mundo árabe. Esa postura estratégica de Netanyahu, que está dilatando la ofensiva sobre Irán, está atada al blanco iraní a destruir. Si son las refinerías petroleras, el precio del barril va a subir, y ese efecto económico influye en la toma de decisiones de países como Qatar y Arabia Saudita, que obviamente no sufrirán pérdidas.
La situación de Medio Oriente cambió cuando el 7de octubre de 2023, Irán respaldó el ataque de Hamas, ya que su intención era evitar que se firmara un Acuerdo de Paz de Israel con Arabia Saudita, lo que se consiguió, por ahora. Esa fue y sigue siendo la ganancia del régimen iraní. Yahya Sinwar y quienes dieron la orden, creyeron que era el momento de que se les uniera todo el eje de resistencia en contra de Israel, con Hezbolláh en El Líbano, los Hutíes en el Yemen, la Yihad Islámica en Cisjordania, las milicias proiraníes en Irak y Siria, y todo bajo la coordinación de la Guardia Revolucionaria.
Hamas está prácticamente liquidado, es un esqueleto sin músculo, de sus 30 mil miembros, 18 mil fueron eliminados. El grupo terrorista Hamas, en estos 18 años, cometió muchos errores, pero el error fundamental que debilitó a la organización, fue su participación de la guerra civil de Siria para sostener en el poder al dictador Bashar al-Assad. Esa decisión provocó en el campo interno múltiples divisiones que fueron aprovechadas por la inteligencia israelí.
Al desplazarse libremente por territorio sirio, el grupo terrorista Hezbolláh se expuso a múltiples seguimientos satelitales que lograron captar a altos oficiales y tener acceso a sus comunicaciones. Las tropas chiítas iban y venían de Siria a El Líbano como si nada, lo que permitió el seguimiento de cada uno de sus miembros, incluyendo sus propios domicilios. Toda esa cantidad de datos, imágenes y comunicaciones fueron analizadas y procesadas obteniendo patrones claves para entender la composición interna de la agrupación terrorista.
Pero, la superioridad tecnológica infinitamente superior que tiene Israel, no fue lo único, también lo fue la sangría a la que se expuso Hezbolláh al participar en una guerra que no obedecía a su objetivo primario. Esa inmolación innecesaria produjo un gran malestar en lo interno, y en las familias que vieron morir a los suyos para defender a un dictador. Hay que sumar a esto, la confrontación con otros grupos islámicos que fueron parte del conflicto sirio y que veían cómo un actor extranjero intentaba liquidarlos, así Hezbolláh logró ganarse enemigos, y todo por seguir el juego de Bashar al-Assad, Rusia e Irán.
Todo esto permitió a Israel recopilar información valiosa e infiltrar al enemigo, Irán y Hassan Nasrallah ayudaron al dictador sirio a perpetuarse en el poder, pero Israel pudo informarse siendo un simple observador. Nasrallah era un objetivo de Israel, al mismo nivel que Yahya Sinwar. En el mes de septiembre, Israel hizo colapsar su sistema de comunicaciones cuando hizo explotar remotamente miles de dispositivos pagers con los que los oficiales de Hezbolláh intercambiaban órdenes.
Unos 500 miembros murieron, el gobierno israelí no reconoció la operación, y nunca lo hace, pero no hace falta. Tres días después, la cúpula de Hezbolláh decidió reunirse en un edificio en el distrito de Dahieh, en Beirut. Un caza F-35 guiado desde la base aérea de Hatzerim lanzó su carga mortal. Los comandantes que allí presentes perdieron la vida. Entre ellos, Ibrahim Aqil, buscado por décadas. Una semana después, se produciría el descabezamiento completo de los yihadistas libaneses.
Hassan Nasrallah, creía que un búnker subterráneo de hormigón podría protegerlo, fue a una nueva cumbre con los restos de su desmantelada estructura militar. Esta vez fueron aviones F-15 los que lanzaron las bombas con capacidad para enterrar para siempre al jefe terrorista en un edificio en Beirut. El sábado 28 de septiembre, Israel continuó bombardeando sitios de almacenamiento de misiles, cohetes y armamento, tanto en la capital libanesa como en los asentamientos del sur del país. También llevó a cabo operaciones comando puntuales.
Muchas de esas operaciones tuvieron lugar en los túneles que también Hezbolláh construyó para penetrar en tierra israelí. Se espera que los modernos tanques Merkava atraviesen la frontera de forma masiva, pero Israel no quiere correr la suerte de los rusos en Ucrania, donde sus blindados fueron reducidos a chatarra. Con estos ataques israelíes, se produce una realidad inesperada.
Hamas y Hezbolláh, están viviendo situaciones análogas, mientras Sinwar, el máximo líder terrorista palestino, está escondido prácticamente desconectado del resto de los militantes que consiguieron sobrevivir, los extremistas chiítas de Hezbolláh no tienen un líder que los conduzca con claridad, aunque están mejor preparados que sus compinches de la Franja de Gaza. Este es el mejor resultado para Israel a un año de la peor masacre contra el pueblo judío desde el Holocausto.
Los chiitas iranies querían delinear una nueva realidad militar y política en el Medio Oriente, según sus planes, pero un año después con la destrucción de Hamas como fuerza combatiente, es obvio que la respuesta militar de Israel concluyó con una victoria que no es definitiva, aun no es claro si hay un plan político para Gaza. Pero las cosas han cambiado e Irán sabe que Israel va a atacar, tarde o temprano, e irá por su programa de armamento atómico.
Se sabe en ciertos círculos que Irán esta acelerando conseguir la bomba, entonces esta es la gran oportunidad de Israel de atacar y liquidar ese programa. No habrá otra oportunidad. Desde hace años que el primer ministro de Israel, Netanyahu, está evaluando un ataque sobre este proyecto clave del régimen iraní, pero es necesario tener asegurada la información de inteligencia y el respaldo de Estados Unidos, que tiene la logística clave para llevar a cabo esta operación militar. Joe Biden se niega a este objetivo, y eso influye en la toma de decisiones.
Es cierto que Israel necesita el apoyo de Estados Unidos, pues, necesita de un tipo de bombas de profundidad, pero también cabe la posibilidad de que Israel posea otro tipo de tecnología para superar ese impedimento. En caso de que Irán consiga la bomba atómica, se largara una carrera en busca de la misma en países como Arabia saudita (ya lo mencionó) Egipto y Turquía, lo que desataría un caos internacional.
Si Irán y su subcontratista Hamas, no logran alcanzar nada, tampoco se va a dar una restructuración o remodelación de corte occidentalizado o más liberal en el Medio Oriente. El principal problema existente es el cultural, esos pueblos subdesarrollados y bárbaros seguirán combatiendo sin importar si son derrotados, creyendo en su alá y sus propias mitología y utopías.
Por eso, los que pueden impedirlo, no se deben permitir que constituyan una fuerza armada para seguir provocando daños, crear guerras o impedir las alianzas entre los países de la región que lleven a una paz. Y la paz es el fruto de la victoria, es la imposición del vencedor, es la pax romana o la pax estadounidense, así de sencillo, cuando se entiende de política como una lucha de poder.
La crisis de liderazgo regional que sufre hoy, Irán, y un ataque a su programa nuclear, va a abrir necesariamente una nueva instancia histórica, Estados Unidos, Qatar y Arabia Saudita están pendientes para asumir ese liderazgo, eso también constituiría un triunfo sobre el Eje Oriental de Rusia y China. Con un Irán fuera de combate, El Líbano, Gaza, Siria e Irak, se varan reducidos en su capacidad de combate y es más fácil liquidar los ataques de los Hutíes que dañan el comercio marítimo internacional.
El primer ministro israelí, esta evaluando todas estas situaciones, pero ya tomó la decisión de atacar, en cualquier momento se decide el qué y cuándo. El sábado pasado arribó a Tel Aviv el general Michael Kurilla, para encontrarse con el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, para trazar una estrategia común destinada a golpear al régimen de los ayatolás en Irán, Hamas en El Líbano y los Hutíes en Yemen, en una operación conjunta que abre la posibilidad de una guerra total en la región.
El jefe del Comando Central de los Estados Unidos, Michael Kurilla, fue enviado por Biden para ratificar el respaldo de Estados Unidos a Israel, y para recomendar que objetivos deberían atacarse con el objetivo de debilitar al régimen iraní y lanzar una ofensiva regional sobre las organizaciones terroristas financiadas por Teherán. Kurilla tuvo experiencia de combate en Siria, Afganistán e Irak, fue condecorado con la Estrella de Bronce, y conoce como funciona la lógica militar de Irán, que opera contra Israel a través de Hamas en Gaza, Hezbolláh en Líbano y los Hutíes en Yemen.
¿Y, Israel no las conoce? Es obvio que Biden no ceja en impedir que Israel ataque el programa nuclear. no se le puede pedir a Biden que entienda lo que son las guerras y cómo actuar con el enemigo, Biden sería incapaz de entender en sus mejores momentos de lucides a Maquiavelo. Parece ignorar que la sociedad iraní sufre el poder dictatorial del régimen fundamentalista que manda en el país desde 1979. El Pentágono ya desplegó portaaviones, submarinos, barcos de apoyo, escuadrones de F22, tropas de elite y todo su sistema de inteligencia -en el terreno y a través de sus satélites-, mientras que el departamento de Estado sigue hablando con Qatar, Arabia Saudita y Jordania, para tener un consenso regional ante la posible escalada.
Que Biden enviara a Kurilla a Israel, eso no significa que Netanyahu cederá en sus posiciones bélicas. El premier israelí conoce la política de Estados Unidos, y entiende que la guerra a gran escala contra Irán pueda afectar las posibilidades presidenciales de Kamala Harris ante Donald Trump. Sin embargo, los que analizamos la política entre Israel y Estados Unidos, sabemos que los objetivos militares y políticos de Netanyahu no coinciden con los intereses reducidos del gobierno de Biden.
La actitud política de los Demócratas fue igual en todo tiempo, así se abordó la cuestión durante la Administración Obama-Biden. Enfocados en Osama Bin Laden, sunita y de ciudadanía saudí, no supieron o no quisieron interpretar sobre la amenaza fundamental que constituía el régimen iraní para la seguridad de Estados Unidos. No quisieron ver el fundamentalismo islámico chiita del régimen. Muestra de ello fue el levantamiento de sanciones y el plan nuclear iraní, así como la paralización de la «Operación Cassandra» de la DEA contra las actividades de narcotráfico y lavado de Hezbolláh en las Américas.
En esta misma revista: revistaeutaxia.com, escribí un largo artículo sobre la complicidad de Barack Obama con los iranies, bajo el título: Proyecto Cassandra. Special Operations Division, del 27 de diciembre de 2017.
Israel, una vez más, necesita del despliegue armado de Estados Unidos, y se sabe, que la Casa Blanca considera aun a Benjamin Netanyahu un aliado a pesar de las grandes diferencias tácticas y estratégicas que tienen para terminar con el régimen de Teherán y sus socios regionales. Es de desear que Netanyahu no se deje imponer por la cortedad política de Biden, la existencia del pueblo de Israel y del mundo libre está en juego. Hace días Irán decidió cerrar el espacio aéreo en el norte del país.
En Israel se aguarda la orden del primer ministro Netanyahu para iniciar un movimiento bélico con final abierto. La guerra nadie la desea, pero no se puede evitar la Guerra por siempre.
Ricardo Veisaga
7 de octubre de 2024.