Crónicas argentas —3
LA MENTIRA DEL SOLDADO POLTRONIERI
¿EL FINAL DEL FALSO HÉROE?
«En todo tiempo, lo único revolucionario es decir la verdad», Ricardo Veisaga.
La Real Academia española define «mentir» como «decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa». Dice el filósofo Alfonso Fernández Tresguerres, que mentir no consiste simplemente en no decir la verdad: la sinceridad no me obliga a llamar a la puerta del vecino para decirle que me parece zafio, torpe o depravado. Tampoco miente quien dice algo falso, siempre que el propio individuo lo tenga por verdadero. Por eso no cabe considerar mentiras las del niño, incapaz todavía de distinguir lo real de lo posible, lo que, en opinión de Piaget, no sucede hasta muy tarde, ya en la época de la pubertad.
Ni son mentiras las del loco (las del loco «de verdad», no las del histrión o las del narcisista que buscan notoriedad o fama): de alguien que con toda sinceridad se autoproclama hermano pequeño de Jesucristo, con justicia no decimos que miente, si no que delira. Por dónde venimos a dar en que mentir supone, en suma, la intención expresa de engañar. Algo que ya nos había enseñado San Agustín: «La mentira –escribe– consiste en decir falsedad con intención de engañar.»
Esta es seguramente la razón de que nuestros políticos, con exquisita cortesía parlamentaria, en lugar de tildarse de embusteros, se acusan, eufemísticamente, de faltar a la verdad. Observo, con todo, una imprecisión en la definición que proponen nuestros académicos (a menos que yo la entienda mal): ¿Mentir supone siempre un decir o un manifestar? ¿No hay mentira en la ocultación, en el silencio, en el callar según qué cosas?
Hay cuestiones que deben ocultarse, verdades que no deben ser dichas, pero hay otras en las que el silencio es en sí mismo culpable, y el callar sinónimo de mentir. Incluso me atrevería a afirmar que, dejando a un lado casos problemáticos que constituyen ellos mismos genuinos problemas éticos, no es difícil determinar cuáles pertenecen a un grupo y cuáles al otro, al punto que casi todo el mundo (todo el mundo que no sea un imbécil moral y que, por tanto, tenga mínimamente desarrollada una cierta capacidad de juicio moral), casi todo el mundo –digo– es capaz de un discernimiento claro a este respecto.
Mentir –decíamos– conlleva siempre la intención de engañar: miente quien trata de engañar, diciendo o callando. Y esto implica, al mismo tiempo, que mentir no es sinónimo de engañar, porque no siempre el mentiroso, aunque mienta, engaña. Para considerar que alguien miente, no es preciso, pues, que engañe: basta con que lo intente. Si damos por válida la distinción establecida por Gustavo Bueno entre «ética» y «moral», y entendemos la primera referida al individuo en tanto que individuo, mientras que la segunda tendría como referencia al individuo en tanto que miembro de un cuerpo social, esto es, en tanto que ciudadano.
Por tanto, habría que decir que la mentira es mal ético y moral a un tiempo. Pero no hay problema ético que no tenga su propia dimensión moral ni problema moral que no tenga su propia dimensión ética. Pero decir que la mentira es mal ético y mal moral, no significa tan sólo que haya una mentira primariamente ética y una mentira primariamente moral, sino que la mentira misma es simultáneamente las dos cosas.
En cuanto a su dimensión ética, la mentira supone rebajar al otro al papel de mero instrumento, convirtiéndolo en espejo sobre el cual proyectar y ver reflejada la imagen distorsionada de la realidad o de nosotros mismos que la mentira comporta; el otro no es un receptor, sino la caja de resonancia de nuestras propias ficciones.
Pero al mismo tiempo, en cuanto a su dimensión moral, la mentira envenena las relaciones sociales, haciéndolas descansar sobre la desconfianza mutua, con lo que, institucionalizada al orden de norma rectora de la interacción social, la mentira habría acabado por convertirse en seria traba para la supervivencia de la especie misma (una especie particularmente necesitada de «ayuda mutua», como diría Kropotkin).
Ahora bien, no cabe cooperación alguna sin la confianza que la mentira diluye y desactiva, por eso con razón afirmaba Santo Tomás de Aquino que: «Los hombres no podrían vivir juntos si no tuvieran confianza recíproca, es decir, si no se manifestasen la verdad.» Y siglos más tarde, Montaigne (otra vez Montaigne) sostendrá que: «En verdad, la mentira es un vicio maldito. No somos hombres ni estamos unidos entre sí más que por la palabra. Si conociéramos todo el horror y trascendencia de la mentira, la perseguiríamos a sangre y fuego, con mucho mayor motivo que otros crímenes.»
Ahora bien, decía Alfonso Fernández Tresguerres: «Que alguien mienta buscando un beneficio (cualquiera que éste sea) puede resultar comprensible, aunque no necesariamente justificable, pero que alguien lo haga sin más razón que la mentira misma es, cuando no entra directamente en el campo de la psicopatología, una de las singularidades más notables de la naturaleza humana, como el caso de aquel sastre del que afirma Montaigne que “nunca le oí decir una verdad, aunque le conviniese”».
Antes de ingresar en el tema, debemos decir algo del veterano de guerra de Malvinas (VGM), Oscar Ismael Poltronieri, este veterano de guerra nació en Mercedes, Buenos Aires, el 3 de febrero de 1962, y es el único soldado conscripto vivo en recibir la máxima condecoración militar Argentina: la Cruz al Heroico Valor en Combate —según la Ley 22 607 de 1982—, por su hazaña y heroísmo durante la batalla del Monte Dos Hermanas (Mount Two Sisters).
La historia oficial
Oscar Ismael Poltronieri, pertenecía al Regimiento de Infantería Mec. 6, en calidad de CC62. La historia oficial dice que Oscar Poltronieri estuvo en combate en la Batalla del «Monte Dos Hermanas», donde él inicialmente y después dos morteristas, el cabo Juan Antonio Barroso y el soldado Mario Javier Romero (armados con un mortero pesado), cubrieron la retirada del pelotón del subteniente Aldo Eugenio Franco con Poltronieri operando su ametralladora FN MAG, luego de que los hombres de Franco habían cubierto el retroceso de los defensores del «Dos Hermana Norte» a pesar de los fuertes y precisos disparos navales británicos.
El Capitán de Navío, Peter Gallaway, del crucero ligero HMS «Glamorgan» recordaría las comunicaciones de esa noche con el oficial naval que acompañaba a la compañía “Yankee” del Batallón de Comandos 45, en el combate final contra los hombres del subteniente Aldo Franco:
«Estábamos apoyando a los comandos de los Marines Reales, que estaban inmovilizados por una unidad de ametralladoras (subteniente Aldo Eugenio Franco y su sección de tiradores) y pidieron fuego, lo que significa que querían que sacáramos la ametralladora y lanzamos las primeras cinco rondas en el aire … podías escuchar su voz resonando en la sala de operaciones y una pequeña palabrota salió, “lo golpearon” como si no esperara que lo hiciéramos … Podías escucharlo corriendo con los Marines Reales y cuando se tiró a tierra dijo “Dios mío, hay otro más”, y pidió fuego nuevamente y es un proceso de cálculo muy complicado, pero creemos que también golpeamos a esa ametralladora con las segundas rondas. Fue así de rápido y cuando llegaron a la tercera ametralladora (operada, supuestamente, por Oscar Poltronieri) dijo que los muchachos querían intentarlo ellos mismos con sus cohetes antitanque».
Se dice que Poltronieri se ofreció a quedarse a cubrir la retirada de sus camaradas, se negó a las insistencias de retirarse. Su fuego detuvo el avance del peloto del teniente Andy Shaw de la Compañía Yankee -a pesar de un impacto bastante preciso de un misil antitanque Carl Gustav, ordenado por el mayor Richard Davis- primero con el disparo preciso de su ametralladora y luego de un fusil abandonado. Antes de abandonar la posición, Poltronieri, casi fue alcanzado, esta vez, por un misil antitanque LAW disparado a corta distancia por el cabo Graham Bell, del pelotón del teniente Shaw.
No contento con su defensa en Dos Hermanas, Oscar Poltronieri, tomó nuevas posiciones más tarde esa mañana en el valle entre Monte Longdon y Monte Tumbledown, uniéndose a los hombres del escuadrón de Exploración de caballería Blindado 10, y volvió a abrir fuego durante el día con una ametralladora y fusil, lo que obligó al 3° pelotón del teniente David Wright de la Compañía A del 3° PARA (3° Batallón de Paracaidistas) abandonar la cumbre oriental de Longdon.
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La historia no oficial
Un día el conductor de TV Juan Carlos Mareco conoció su historia, lo entrevistó y le consiguió trabajo en La Serenísima. En 2002, al borde del abismo, estaba decidido a vender sus medallas. El periódico Clarín desempolvó su historia, el por entonces presidente argentino Eduardo Duhalde lo invitó a la Casa Rosada, y hasta Mauricio Macri, al frente del club de futbol Boca Juniors, lo convocó a recorrer el estadio La Bombonera.
En algún momento llegó y consiguió un empleo en el hospital militar de Campo de Mayo. Allí y entonces se habría granjeado la simpatía de varios oficiales, quienes probablemente hayan incentivado la construcción del relato y la búsqueda y consecución de la condecoración, hoy puesta en serias dudas por el ex oficial Jorge Pérez Grandi, y sus ex compañeros de Regimiento.
Poltronieri es el único civil de la historia argentina en recibir -junto al fallecido soldado Félix Aguirre del BIM N° 5 de Rio Grande-, la Cruz al Heroico Valor en Combate, la más alta condecoración existente, que también recibieron otros 18 ex combatientes militares. Por ello, el Ejército se ufana en contar en sus filas al soldado argentino más condecorado desde las guerras por la libertad del continente, aunque entonces, no existía Argentina como Estado.
Además, recibió una distinción de las fuerzas armadas británicas (lo que es falso) y del Congreso Nacional argentino. Sobre su historia se escribieron infinidad de artículos periodísticos y fue tema de varios documentales y programas especiales de televisión. Inclusive un proyecto de Ley de mayo de 2018, de autoría del ex diputado nacional el salteño Alfredo Olmedo, declara el 11 de junio «Día del Altruismo y el Coraje» en homenaje a Oscar Poltronieri y la fecha del Monte Dos Hermanas.
La emotiva historia del soldado, del Rambo argentino, degradaría, si se comprueba la gravísima y fidedigna denuncia de Jorge Pérez Grandi y sus ex camaradas, en una monumental estafa histórica, otro fraude patriota, muy probablemente fogoneado por oficiales de dudosa honorabilidad que buscaron en la maniobra, aprovechándose de la inocencia de Oscar Poltronieri, la gloria que no supieron merecer en las Islas Malvinas. En suma, un papelón más de la institución militar, específicamente, de la Junta Militar, el Poder Ejecutivo y Gabinete de entonces, y de cada uno de los comandantes de las Fuerzas Armadas y del Estado Mayor Conjunto, y gran parte de la oficialidad.
En el año 2021, a 39 años de terminada la guerra de las Islas Malvinas, el oficial retirado Jorge Pérez Grandi, que participó en la batalla del monte Dos Hermanas, el 11 y 12 de junio de 1982, denunció que el Ejército Argentino, condecoró a un soldado nacional por valerosas acciones de combate cuando en realidad, ni él ni su unidad habrían tenido participación alguna en ese episodio.
Jorge Pérez Grandi, un ex militar que fue herido en 1982 en el combate del monte Dos Hermanas, denunció ante el Ministerio de Defensa que el soldado Oscar Poltronieri altamente condecorado por heroicas acciones en esa batalla, no habría participado de la misma. Ni él ni el Regimiento de Ejército al que pertenecía.
El grave reproche consiste en una misiva personalizada que el teniente y abogado Jorge Pérez Grandi envió al ministro de Defensa de la Nación, Agustín Rossi, en que le pide conformar una comisión que investigue y determine quiénes fueron los reales participantes de aquel recordado combate. Y que eventualmente se retiren las condecoraciones y diplomas a aquellos integrantes del Ejército que las tienen de forma fraudulenta y engañosa, en virtud de hechos bélicos de los que nunca tomaron parte.
El ex militar Jorge Pérez Grandi se refiere en particular al conocido caso de la alta condecoración que esgrime el soldado veterano de guerra clase 1962 Oscar Ismael Poltronieri, quien con sólo 18 años combatió en Malvinas y fue condecorado con la «Cruz al Heroico Valor en Combate» por una hazaña en la batalla del Monte Dos Hermanas, sostenida por los propios Oficiales del Ejército de su unidad de revista.
Oscar Poltronieri pertenecía a la Compañía B del Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 6 del Ejército con asiento en Mercedes, provincia de Buenos Aires, ciudad de donde es oriundo. Básicamente, Pérez Grandi le transmite la duda al ministro Agustín Rossi en tanto él mismo, como jefe de la 2ª sección de tiradores de la Compañía C del Regimiento de Infantería N° 4 de Monte Caseros, Corrientes, tomó parte de ese combate e incluso fue herido por la artillería británica (triple fractura expuesta en pierna izquierda y pierna derecha atravesada por una esquirla), y no la Compañía B del Regimiento de Mercedes.
El hoy abogado exige que se encuentren las razones por las que los oficiales del RI 6 han sostenido durante tantos años una supuesta presencia heroica en combate que no sería cierta. Y saber por qué promovieron y apoyaron la distinción de Poltronieri, uno de sus subordinados, por un arrojo que sería ficticio y antojadizo. El militar sostiene vehementemente que ese combate contra el Comandado 45 de la Marina Real británica, sólo fue protagonizado, del lado argentino, por dos secciones de tiradores: la conducida por él mismo y la que estaba al mando del subteniente Marcelo Llambías Pavaz.
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El ex corresponsal militar, el periodista Nicolás Kasanzew, quien merece mi respeto, en una entrevista otorgada hace años, dijo:
—Para empezar, quiero decir que yo no lo presencié, mi opinión se basa en que yo escucho, leo y creo en la opinión de todos sus camaradas sin excepción y sus jefes, que dicen exactamente esto, que no fue el Rambo que se describió. Cuando salió la noticia de la historia de Poltronieri, todos quisimos creer en ella, porque estábamos ávidos de que un héroe, un soldado, un hombre de pueblo, analfabeto, hubiera hecho tal milagro de coraje. No cerraba mucho esa historia, pero todos quisimos creerla, además, si el Ejército lo había condecorado, bueno, eso era el sello que nos permitía creer en esas escenas poco creíbles.
Oscar Poltronieri hablaba de una manera confusa y muchos se lo atribuíamos a que era analfabeto, que era un hombre de pueblo, no muy desarrollado, pero en realidad poco a poco se fue haciendo claro que ese relato no era posible que hubiera acontecido. Nadie se puede quedar con una ametralladora MAC durante seis horas, la MAC tiene una cadencia de tiro rapidísima, sin un servidor con una cantidad inmensa de municiones, toda una serie de incongruencias que poco a poco fueron asomando. Por ejemplo, yo entrevisté a Poltronieri al volver de Malvinas, no lo conocí en Malvinas, y él me decía que les tiraba a los ingleses, les pegaba, pero ellos caían y luego se levantaban y seguían atacando porque tenían chalecos antibalas. Primero, los ingleses no tenían chalecos antibalas, y segundo, que una ametralladora MAC perfora cualquier chaleco antibalas.
Pero todas esas cosas eran incoherencias, bueno, las dejábamos ahí en ese mar de confusión, nadie quería romper el fuego con un héroe por más que hubiera contradicciones en su relato. Un día, un amigo mío, le pagó el viaje a Oscar Poltronieri a Malvinas, porque quería que Poltronieri le contara en el lugar, in situ, todo lo que él había pasado, y volvió totalmente decepcionado, a mí, personalmente me dijo: «No me pudo contar nada». Durante muchos años se siguió alimentando ese mito, Poltronieri cada vez más contaba cosas descabelladas, ya desde el punto de vista del sentido común o más heroica si se prefiere, que él paró a 600 soldados, que lo había condecorado el ejército inglés, cosa que nunca ocurrió, hasta que hace, relativamente poco tiempo, los mismos camaradas de Poltronieri, salieron a testimoniar que era falso su relato. Eso empezó a pasar hace unos años, ahora ha recrudecido mucho, como ha crecido mucho esta leyenda apócrifa de Poltronieri, que, además, yo creo que ha disparado a los soldados a salir a hablar de él, una irritación profunda que siente, porque él (Poltronieri) ha apoyado la causa de los movilizados.
Los movilizados son los soldados que fueron trasladados al sur pero que no entraron en combate, ni fueron a las Malvinas, y es una herida profunda muy grande para un soldado combatiente en Malvinas, la pretensión de los movilizados de decir que ellos son iguales. Poltronieri salió a decir exactamente eso, que los movilizados en el continente sufrieron lo mismo que los soldados combatientes en Malvinas. […]
Todos los soldados camaradas de Poltronieri salen a decir ahora, que han creado una página en Facebook, donde testimonian que es apócrifo su relato, en todo caso, Poltronieri fue un soldado más, que tiene su honor haberlo sido. Yo una vez fui invitado con Poltronieri, entre otros, y su jefe el subteniente Esteban Vilgré Lamadrid, al programa de (Alejandro) Fantino, y en un corte le dice Fantino a Vilgré Lamadrid: «contame lo de Poltronieri», y Lamadrid le contesta esto: «Todos mis soldados fueron Poltronieri». Entonces Poltronieri no fue lo que se cuenta que fue. Yo esto lo digo sin regodearme para nada, porque me parece terrible que se conozca, bueno, prefiero que la verdad, aunque duela se conozca, pero es terrible que esto se conozca, porque le va a pegar muy fuerte a la malvinización, porque le va a brindar el pretexto a los desmalvinizadores, ¡Ven, así como mintieron con esto, mintieron con todo lo demás!
Kasanzew, más adelante trata de exculpar o eso es lo que parece, al oficial Vilgré Lamadrid, por la distinción a Poltronieri, y dirá: «Es que sin necesidad los altos mandos, no el subteniente Vilgré Lamadrid, porque un subteniente no tiene el poder de distinguir a nadie. Los altos mandos deben investigar todos esos actos heroicos que habían de soldados conscriptos, porque un pariente de Poltronieri, que era suboficial lo propuso sin investigar, lo condecoraron, eso es exclusiva responsabilidad de los altos mandos, en eso como en tantas cosas».
El pariente de Poltronieri, según dicen, se trataría de un cuñado. En cuanto a Esteban V. Lamadrid, la respuesta que dio en el programa de Alejandro Fantino, fue para salir del paso y no comprometer su carrera, fue lamentable, las cosas deben ser claras y no hablar crípticamente. Bien, ahora, ¿Y ahora qué dice Esteban Vilgré Lamadrid? Porque él también, de alguna manera está aludido. ¿Van a pedir que se esclarezca el caso o seguirán mirando para otro lado? En cuestiones tan graves como esta hay que ser claros y contundentes.
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El soldado C/62, Sergio Gonzalez, del mismo regimiento que Poltronieri, le responde a Nicolás Kasanzew:
«Nicolás Kasanzew: Coincido en cada una de tus palabras, pero discúlpame si en algo te corrijo para que quede aclarado, nuestra profunda irritación, “no fue a causa ni se basa en que apoya a los movilizados”. Si bien es algo que nos molesta, no volcamos todo nuestro enfado por eso. La causa principal de nuestro gran enojo e irritación por la que manifestamos nuestra indignación es, su total e imperdonable falta de respeto hacia nuestros héroes caídos en combate, haciendo creer con sus dichos, que murieron como cobardes, cuando el único cobarde fue él, al no ocupar el puesto que le correspondía. “¡Y NO ESTABA” para brindarle apoyo con su ametralladora a esos compañeros que murieron dando todo en 1ra línea, sumando a todos los heridos! ¡Todo lo deja en evidencia, cuando al replegarse uno de nuestros primeros heridos lo vio a más de cien metros atrás del foco principal del combate! Donde horas después, los pocos que pudimos desaferrarnos de esas posiciones, ya habiendo amanecido, donde supuestamente fue visto por nuestro compañero horas antes, este señor…. ya había desaparecido! Que no te quieran hacer responsable a vos en base a información que nosotros mismos te contamos y nos hacemos cargo, si quieren fundamentos que consulten en la fuente que corresponde y no hablen pavadas. El que quiera seguir siendo cómplice de esas mentiras, puede borrar y censurar todos los vídeos que quieran, pero nadie nos va a tapar la boca».
El veterano de Malvinas, Sergio Gonzalez, ha emprendido hace muchos años una campaña de lucha por la verdad, voy a citar a continuación algunas de sus muchas intervenciones en las redes sociales.
«¡La mentira en su máxima expresión!… Seguramente y en algún momento habrán escuchado historias sobre el señor “Poltronieri”. quien recibió la máxima condecoración otorgada por la Nación, al heroico valor en combate, el cual usó como pasarela en los medios televisivos, radiales, redes sociales y todo lo que estuvo a su alcance para dar testimonios FALSOS, donde más del 80% de sus relatos MIENTE descaradamente! ¡Engañó a toda una sociedad con sus testimonios fantasiosos e irreales, trasladando todo ese fraude a un libro que continuará “engañando a nuestras futuras generaciones”! Como integrante del Regimiento de infantería Mecanizado 6, compañía B, grupo apoyo de la 3ra sección, abastecedor de la MAG. del héroe JUAN DOMINGO HORISBERGER caído en 1ra línea en el combate de Monte Tumbledown, el 14/06/82 pocas horas antes de cese de fuego, sector donde debía estar posicionada la otra ametralladora, a cargo de (Poltronieri) para brindar apoyo de fuego a sus compañeros, “no estaba” se encontraba a más de cien metros atrás del foco del combate, en el cual sufrimos ocho bajas y más de trece heridos, de una fracción que contaba de 47 efectivos!… ¿Cuándo y en qué lugar fue su acto heroico, donde dice haber salvado a toda una compañía?… En Dos Hermanas (NORTE), solo fue bombardeo y nuestra unidad no tuvo contacto directo con armas automáticas frente al enemigo, lugar donde solo quedó el Mortero 81 mm., del cabo Barroso y su grupo, quienes brindaron apoyo de fuego no solo para nuestro repliegue, sino, además, al RI4 quienes sí, estaban bajo ataque ingles en el sector (SUR) del monte. Jamás se quedó cubriendo nuestro repliegue del Monte dos Hermanas, como tampoco participó en 1ra línea del combate en Monte Tumbledown como manifiesta, por eso, afirmo y confirmo que Poltronieri es un ¡VIL MENTIROSO, USURPADOR DE TÍTULOS! ¡Donde corroboran estos episodios varios testigos, tanto del RI6, como también del RI4 de Corrientes! ¡No solo le bastó con inventar sus relatos, que opacó hasta denigrar faltando el respeto a nuestros únicos y verdaderos héroes caídos en combate, provocando con esto, herir aún más el sentimiento de sus familias, desvirtuando de cómo y donde murieron cada uno de esos soldados!… Con mis compañeros solo buscamos contar la verdad para que toda esta gran mentira no siga propagándose, sacar la venda de los ojos a todos aquellos que aun en su inocencia creen sus fabulas. En mi opinión, creo que desmalvinizan, al engañar a todo un País con historias de ciencia ficción, desacreditando con esto, a soldados que realmente realizaron actos de coraje y valentía, que, durante 39 años, siguen en el anonimato, y varios ya no están entre nosotros. Considerando que, no dar a conocer este tema, significaría encubrir algo de interés público, haciéndonos cómplices de una gran farsa. En lo personal, me siento con la obligación moral, decidido y con total convicción, a seguir luchando para que se haga justicia, doy la cara donde y cuando sea necesario, por el Honor a los únicos héroes, eternos centinelas de nuestras Islas Malvinas. ¡VIVA LA PATRIA!… Desde ya, muchísimas gracias por su atención y difusión. Para más información les dejo nuestro grupo en Facebook. “Malvinas: El Mito que Sustituyo La Historia Real” https://www.facebook.com/groups/460934778468442/
Soldado C/62 González Sergio. Regimiento de infantería Mec.6 Cía. B Gpo. apoyo 3ra. Sección.
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Una respuesta del veterano de guerra, Sergio González, a un defensor de Poltronieri:
«¿Usted lo vio combatiendo en 1ra línea, brindando apoyo de fuego con su MAG a sus compañeros que estaban siendo masacrados? ¿No? Yo tampoco señor… ¿sabe por qué? ¡porque en vez de estar en su puesto de combate, estaba a más de 150 metros a retaguardia! Totalmente fuera de foco del combate principal. Infórmese antes de opinar, escribir por escribir es muy fácil».
«Pregúntale a él amigo, en ese momento del combate me preocupaba más en que no me vuelen la cabeza, que en saber dónde y con quien estaba Poltronieri atrás. Uno de los heridos que se replegó, lo vio con un subteniente llamado Robledo, casi en la base del monte. De 47 efectivos que éramos en esa sección, pudimos desaferrarnos 12 o 13 de la balacera, yo personalmente cuando pase por ahí, ¡Poltronieri ya no estaba más!»
Justificación de un seguidor de falsos héroes como Poltronieri:
«Poltronieri, es un soldado con problemas psicológicos post guerra, debe recibir ayuda, eso no quita que estuvo en Malvinas peleando codo a codo con sus compañeros. Es cierto los movilizados no están en igualdad de condiciones que los que estuvieron en Malvinas».
Respuesta del veterano de Malvinas, Sergio Gonzalez:
«A la hora de facturar con sus mentiras y lucrar con la causa Malvinas y los nombres de nuestros caídos a quienes denostó… no se lo ve con problemas psicológicos…. ¿más ayuda quiere que reciba? Y a título informativo, no combatió en 1ra línea, brindando apoyo de fuego con su MAG a sus compañeros que estaban siendo masacrados. ¡Porque en vez de estar en su puesto de combate, estaba a más de 150 metros a retaguardia! ¡Totalmente fuera de foco del combate principal!»
«Si… ¡Uno de los primeros heridos en 1ra línea del combate en Monte Tumbledown que se replegó, lo vio más de 150 metros a retaguardia! ¿En Dos hermanas? No se combatió, se replegó toda la compañía, menos el cabo Barroso con el soldado Romero y un mortero 81mm, cubriendo nuestro repliegue y brindando apoyo de fuego al RI4 que estaba siendo atacado por el enemigo».
Cuando los seguidores de Poltronieri argumentan que estuvieron callados y ahora salen a «Desmalvinizar», o sugerir intenciones non sanctas, responde: «hace más de 20 años que venimos luchando con esta causa, el tema es que nos ponen palos en la rueda y nos enconden, para que no salte la bronca. Tema Baruzo, Almada y Continentales no opino ni me interesa. Ya fueron efectuadas las denuncias pertinentes en los siguientes Organismos Oficiales: Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados de la Nación. Ministerio de Defensa. Al jefe del Estado Mayor del Ejército Argentino. A la escuela de Suboficiales Sargento Cabral. Oportunamente quienes fuimos citados a testificar en dicha causa, asistimos a prestar declaración ante el Poder Judicial de la Nación.
Numerosos veteranos de guerra de Malvinas fueron a dar su testimonio oficial ante autoridades correspondiente, no voy a citar a estos veteranos, pero pueden acceder a dichas comparecencias en el link que brinda el veterano Sergio Gonzalez.
Inmediatamente después de terminada la guerra de Malvinas, un grupo de patriotas, en prevención de la desmalvinización que ya se estaba llevando a cabo, formaron la Fundación Operativo Rosario, cuya presidencia ejercía la señora María Delicia Rearte de Giachino, fallecida en 2023, madre del primer caído en Puerto Argentino, Islas Malvinas, el 2 de abril de 1982, del Capitán de Fragata Pedro Edgardo Giachino, durante el Operativo Rosario que recuperó la Islas Malvinas.
En la práctica, estuve al frente de dicho grupo, rodeado de muchísimos veteranos de guerra, entre otros con Luis Alberto Brito, del mismo regimiento que el Rambo argentino, Poltronieri, Carlos Diaz, José Centurión y muchos más que en estos años pasados ya han fallecido. La desmalvinización que a muchos preocupan, ya se daba entonces. En esos tiempos surgieron diversos centros de veteranos manipulados ideológicamente por la izquierda, y también por derecha, como fue el caso de La Casa del Veterano de Guerra.
Este centro estaba a cargo de la mediática Angela María Palermo de Lázzari, pero que bajo cuerda dependía del Ejército. En esos tiempos decíamos «cada día un dos de abril» pero no cualquier 2 de abril. El Estado argentino lleva más de un siglo de populismo que ha degrado al país desde lo material y de lo moral, desde el abandono de valores liberales (término ambiguo con distintas significaciones) que llevó al país de ser en 1895 y 1896, el país más próspero del mundo, por encima de Estados Unidos, Suiza, Alemania, y todos los demás, a ser un país del tercer mundo.
Un país donde se banalizó la verdad, el bien, la honestidad, el trabajo, para jactarse de la «viveza criolla», para ensalzar la corrupción. El 2 de abril de 1982, más allá de los gobernantes de turno, marcó un antes y un después para la nación, fue, como dijo alguna vez el ex padre Jorge Piccinali, capellán en Malvinas, usando una metáfora, «como un alfiler clavado en un cuerpo putrefacto, en descomposición». No todos estuvieron a la altura, pero hubo muchos veteranos que lo estuvieron, Oscar Poltronieri, con seguridad no es uno de ellos. El ejemplo de los pilotos argentinos cuyas proezas son reconocidas inclusive por el enemigo es innegable.
Desmalvinizar fue esconder a los soldados que regresaban del combate, esconderlos vergonzosamente. Entonces, me parece una barbaridad que personas que se suponen que reivindican la gesta de Malvinas, único gesto de dignidad del estado argentino en su existencia, digan ahora, que no buscar la verdad, en este caso del falsario Poltronieri y de todos aquellos oficiales y suboficiales, de altos y bajos rangos, que llegado el caso poco importa si son altos o bajos, contribuyeron a la mentira y a la falsedad, sea «Desmalvinizar». Malvinizar es sinónimo de Verdad.
Desmalvinizar no consiste en no dar elementos a los desmalvinizadores, sino callar la verdad. Espero que ahora con un nuevo gobierno se investigue como corresponde, porque la mentira ya no es solo un problema ético y moral, sino político. Porque en una sociedad política como lo es la argentina (o cualquier otro) por sobre la ética y la moral está la política, pero la política entendida no como politiquería, sino como la búsqueda de la eutaxia del Estado.
El final de 2023, también es una oportunidad histórica para los argentinos, alejado la izquierda peronista del poder político, momentáneamente, para pelear por la verdad. Los griegos antiguos sabían que no basta la catarsis, sino que es necesario la metanoia, es decir, el cambio de mentalidad. ¿Qué es la vida actual de Poltronieri? Seguramente debe seguir contando historietas, dicen que aprovechó su tiempo de fama para lucrar y obtener propiedades, hay quienes los enumeran, yo no puedo negar ni afirmar nada, no me consta.
El trabajo de esclarecimiento que hacen los veteranos de Malvinas, ex compañeros de Poltronieri, fue lo mismo que ha sucedido en la política argentina, me refiero a aquello que Javier Milei, llama principio de revelación. Cuando Javier Milei presenta un proyecto de ley, todos los miembros de la «casta política» muestran la «hilacha», se exponen públicamente, quedan retratados.
Ustedes podrán comprobar la gran cantidad de personas que salen a defender a Oscar Poltronieri, es decir, salen a defender la mentira (lo semejante busca lo semejante). Entiendo que estas personas son el producto de una educación populista y sin valores, y están adoctrinados en una historia mentirosa, falsa. Entiendo que la gente en Argentina y en Iberoamérica en general, no están preparados o carecen de madurez intelectual y honestidad histórica.
El drama de iberoamérica que lleva desde la aparición de las nuevas repúblicas, es la mentira histórica como arma política, ese es su signo de Caín. Se inventaron historias que no existen, se tergiversa, se apropian de la cultura ajena al carecer de una propia, hay millones de personas que creen que San Martín, Belgrano, Güemes y muchos más, son argentinos, o que la independencia se hizo en favor de Argentina, cuando la Argentina como Estado no existió hasta la segunda mitad del siglo XIX.
Pero eso no es un monopolio de Argentina, se puede continuar con cada país de iberoamérica. Creer que San martín era argentino, es como creer que el «hombre de Pekín» era chino, o Maquiavelo italiano.
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Hace poco tiempo, al pasar por Londres, en una escala rumbo a Ucrania, esperaba encontrarme con Poltronieri corriendo por las calles londinenses, MAG en mano, él solito, conquistando la capital del ex imperio británico. Escribo esto desde otro campo de batalla, donde se está enfrentando Occidente contra Oriente, un Oriente bárbaro con valores distintos a los nuestros. La Rusia del autócrata Putin, el amigo de los peronistas kirchneristas, de los fanáticos iranies, de Corea del Norte, del imperio depredador chino, de Chávez, de Maduro, de Lula, del comunista Petro, de Daniel Ortega, de los innombrables Evo Morales y su sucesor Luis Arce Catacora.
No se puede mirar más para el costado, ni patear la pelota al lateral como si no pasara nada, algunos de los supuestos malvinizadores están ocupando cargos en este nuevo gobierno, y espero que actúen en consecuencia, hay que tratar de acabar con la mentira y eso no es Desmalvinizar.
Como bien dijo el gran Alfonso F. Tresguerres: «El silencio es en sí mismo culpable, y el callar sinónimo de mentir».
Ricardo Veisaga
Kharkiv, Ucrania.