UCRANIA Y LA GUERRA ASIMETRICA
Ricardo Veisaga
El día 6 de agosto de 2024, para sorpresa de muchos, tropas ucranianas penetraron en el territorio ruso del Óblast de Kursk acompañados de los tanques británicos Challenger 2. Rusia, no había sido invadido desde el 22 de junio de 1941, cuando la Alemania nazi llevó a cabo la «Operación Barbarroja». Digo Rusia con reparos, ya que hablando en sentido estricto no era el Estado o Imperio ruso sino la Unión Soviética (URSS), que tenía una capa basal, cortical y conjuntiva distinta a la de la Rusia actual. Y hoy, ya no existe la URSS, se derrumbó en el siglo pasado.
Dejando de lado esta distinción, que para mí no es discutible, luego de comprobar in situ la situación de la guerra en Ucrania hace poco tiempo, ahora vemos, o al menos eso dicen los medios de casi todo el mundo que Ucrania ha tomado la iniciativa. Una fuerza ucraniana logró penetrar por sorpresa la frontera rusa por una región que fue escenario de una de las batallas más importantes de la Segunda Guerra Mundial, y cuyo triunfo dejó la iniciativa estratégica al Ejército Rojo soviético.
La información que nos llega no es confiable ya que no hay información independiente, ni corresponsales de guerra, puesto que el Ejército ucraniano lo manejó con todo el secreto posible y, por otro, Rusia no permite el ingreso de periodistas extranjeros en la zona. La información que pude obtener de contactos en la región, todo indica que más de un millar [ahora dicen 10.000] de tropas ucranianas penetraron en territorio ruso y avanzaron muchos kilómetros. Los medios en las redes, que normalmente toman partida por uno u otro bando, nos cuentan su propia versión y no son confiables.
Lo poco confiable de lo que está sucediendo nos dice que desde el 6 de agosto las fuerzas ucranianas siguen avanzado, aunque ahora de manera más lenta. ¿Por qué Rusia no puede detener el avance ucraniano en Kursk? Lejos de parar el avance ucraniano, Rusia sigue perdiendo territorio y según el gobierno ucraniano más de mil soldados rusos fueron tomados como rehenes.
En los días pasados el comandante supremo de Estados Unidos en Europa, el general Christopher Cavoli, dijo que Rusia todavía está tratando de formular una estrategia frente a la operación de Ucrania en la región de Kursk. Y que la primera reacción del Kremlin fue «lenta» y «dispersa». Según el general Cavoli, en el Ministerio de Defensa rusa reina la confusión sobre quién debería ser responsable de las acciones militares dentro de Rusia.
Cavoli, sostiene que Moscú carece de tropas disponibles para desplegar contra la operación en Kursk, donde Ucrania dice controlar más de mil kilómetros cuadrados y unas ochenta pequeñas localidades, lo que obligó al gobernador de la región de Belgorod a declarar el estado de emergencia y evacuar a unas 200.000 personas. «El Ministerio de Defensa está a cargo de los combates dentro de Ucrania, pero todavía no de los combates dentro de Rusia. Eso es responsabilidad del Ministerio del Interior, el Servicio Federal de Seguridad y otras entidades nacionales».
Christopher Cavoli, añade que «Rusia no tiene muchas fuerzas disponibles para hacer frente a eso. La escala del despliegue, o la fracción de la fuerza terrestre rusa que está comprometida dentro de Ucrania, es muy significativa». Las unidades que quedan en Rusia y que podrían responder a la incursión ucraniana son soldados reclutas, a quienes, teóricamente y legalmente, se les prohíbe luchar en Ucrania. El general Christopher Cavoli señaló que las autoridades rusas desplegaron muchas unidades aéreas en la región de Kursk, pero no se conoce cuántas fuerzas terrestres estarán disponibles y que efecto tendrá.
El general Christopher Cavoli se mostró impresionado por las innovaciones que Ucrania ha logrado en los aspectos militares, técnicos y tácticos. «Ciertamente hay desafíos, pero Ucrania sin duda tiene la capacidad de afrontarlos», añadió. «En los últimos dos años, ha sido absolutamente notable lo que Ucrania ha podido hacer con la ayuda de quizás 50 países de todo el mundo que se han unido voluntariamente para ayudarlos en su lucha».
Lo cierto es que Ucrania en ocho días controla más de 1.000 Km2 y Rusia ganó 1.360 Km2 desde el 1 de enero de 2024, según datos basados en fuentes rusas. Se habla de que Rusia habría retirado tropas de la línea del frente en la región ucraniana de Donetsk, donde seguir avanzando es prioridad del Kremlin, lo que sabemos es que en la región de Kursk había tropas de soldados reclutas con poca capacidad de combate. Los días pasados el Kremlin estuvo desplazando soldados apostados en Bielorrusia y reclutando nuevos soldados.
La audaz operación en Kursk es el mayor ataque contra territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial, las últimas noticias dicen que la operación llegó a implicar a unos 10.000 soldados ucranianos apoyados por blindados y artillería. No creo que ese número sea cierto, ya que Ucrania carece de soldados y no pueden retirar tropas del frente del Donetsk o del Óblast de Kharkiv. Ucrania ha enviado a Kursk tanques y vehículos blindados para apoyar a las fuerzas.
Según el presidente Zelensky, los prisioneros rusos serán utilizados para un futuro canje de prisioneros. El Estado Mayor ucraniano dijo que las tropas desplegadas en Kursk destruyeron un avión ruso Su-34 utilizado para lanzar bombas planeadoras contra posiciones y ciudades ucranianas en primera línea. El presidente Zelensky indicó que la operación Kursk también pretende levantar el ánimo del país tras 900 días de guerra y movilizar a la población haciendo una declaración rotunda sobre la capacidad militar de Ucrania.
El canal de televisión ucraniano 1+1 publicó el miércoles un vídeo que, según dijo, procedía de Sudzha, una ciudad rusa situada a unos 10 kilómetros de la frontera. El video mostraba columnas militares rusas quemadas en las carreteras de la zona, así como soldados ucranianos entregando ayuda humanitaria a los residentes locales y retirando banderas rusas de un edificio administrativo.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano declaró que Kyiv no tiene intención de ocupar territorio ruso que dice tener bajo su control, y que su objetivo es impedir que Rusia dispare misiles contra ucrania desde Kursk, tampoco hablaron cuando piensan abandonar la región. La ofensiva ucraniana puso a la artillería rusa fuera del alcance de las aldeas fronterizas que estuvieron bajo fuego durante meses. Según el presidente Zelensky, Rusia había bombardeado pueblos fronterizos de la región septentrional de Sumy más de 2.000 veces desde el 1 de junio.
Lo que no se puede evitar es señalar que la invasión ucraniana supone un duro golpe para la credibilidad de Vladimir Putin, que es fundamental en el sistema político autoritario de Putin y en su capacidad para hacer la guerra contra Ucrania. Aunque es probable y lógico que el avance ucraniano se ralentice, Rusia se verá obligada a disminuir su presión en el este de Ucrania ante la necesidad de enviar refuerzos a Kursk. Las constantes noticias sobre los avances rusos en Donetsk habían alimentado la impresión de una victoria rusa inminente.
Vladimir Putin había logrado éxito al poder afectar la percepción de mucha gente y de los políticos. La táctica de Rusia en el este de Ucrania, en realidad, donde ha estado avanzando lentamente y a un costo muy alto para sus propias tropas, no tiene mucho futuro. Las conquistas territoriales en los nueve meses de la ofensiva han sido escasas si se comparan con los miles de kilómetros de la línea del frente, y si se toma junto con los cientos de miles de soldados rusos perdidos, no parece ser para nada una táctica militar exitosa.
Sin embargo, esos avances rusos permanentes alimentaron el pesimismo entre los ucranianos y en el extranjero. Los aliados de Ucrania se preguntaban si valía la pena ayudarla a recuperar sus territorios o si era mejor iniciar negociaciones y hacer algún tipo de concesiones para apaciguar a Rusia. Digamos que la táctica militar inadecuada de Rusia pasó a ser una estrategia ganadora para la percepción de los políticos. Sin embargo, la capacidad de Rusia para librar una guerra a largo plazo es limitada.
Rusia está agotando lentamente sus enormes reservas de equipo de la era soviética y no logra aumentar su producción militar. Pero sería un gran error dejar a Ucrania luchar en una guerra de desgaste, en medio de las limitaciones existentes y las dudas sobre el futuro del apoyo militar de Estados Unidos. No hay una visión clara en Occidente sobre cómo hacer que Rusia agote sus fuerzas más rápidamente y que pierda la guerra o se siente en la mesa a negociar.
Como dije durante la entrevista con Alejandro Soler en Varsovia, el gobierno de Joe Biden, hasta ahora se limitó a gestionar la guerra, pero no estaba encarada a la victoria. Ni Ucrania ni Rusia fueron capaces de lograr grandes avances a lo largo de la línea del frente de guerra, por tanto, había la necesidad de pasos originales. Aparte de la invasión a Kursk, es esencial para Ucrania destruir las fuerzas adicionales que Rusia planea enviar a Ucrania. Eso se lograría si los aliados permitieran a Kyiv usar misiles potentes de largo alcance, como ATACMS, contra los objetivos militares rusos.
Limitar la superioridad rusa en aviación también es necesario para el curso de la guerra. Miles de bombas aéreas guiadas ayudan a Rusia a abrirse paso a través de las defensas ucranianas. La reciente llegada de los aviones de combate F-16 es un gran alivio, pero han tardado mucho tiempo los aliados en entregarlos. Ucrania, recientemente ha realizado ataques contra aeródromos rusos, y quizá una de las soluciones originales de Ucrania, en esta guerra asimétrica, consista en debilitar la capacidad nuclear de Rusia por medio de ataques con drones contra la aviación estratégica rusa a miles de kilómetros.
Ucrania ya ha demostrado que puede lograr buenos resultados con fuerzas limitadas, es increíble que un país que no tiene una armada clásica deje inoperante a una flota como la rusa del mar Negro, doy testimonio personal de ello en mi paso por Odesa. Ucrania puede repetir el aislamiento de la fuerza aérea rusa en su territorio mediante el uso correcto de las armas, como ya lo hizo al atacar la logística del enemigo en Jerson en 2022.
No hay que caer en el triunfalismo y debemos señalar que Ucrania con esta invasión está poniendo en marcha posibles soluciones asimétricas para detener a Rusia o, al menos forzar a una negociación, pese a los recursos superiores de Rusia y la ayuda lenta de sus aliados. Es posible que el ataque estratégico en Kursk pueda llegar a alterar el frente en el Donbás, pero al mismo tiempo está asumiendo riesgos. La incursión defensiva de Ucrania en territorio ruso no es decisiva para cambiar el curso de la guerra a su favor.
Los ataques de Rusia a Ucrania en 2014 y en 2022 fueron verdaderas invasiones, y tenían la intención de apoderarse, mantener y anexar el territorio ucraniano a Rusia, Ucrania no tiene esos planes sobre el Kursk. Lo que persigue Ucrania es lograr afectos en el campo de batalla luego de la invasión rusa, su movimiento es ofensivo, pero con un propósito defensivo. Ucrania está atacando a Rusia para aliviar la presión sobre sus propias fuerzas en la región del Donbás.
Si Ucrania logra crear una crisis suficiente en Kursk, con una fuerza fuerte, Putin no tendrá otro camino que mover tropas de combate del frente de batalla en Donbás y Kharkiv al nuevo campo de batalla en Kursk para desalojar a los soldados ucranianos que están allí. Existen informes circulando de que Rusia ya está moviendo fuerzas desde la principal zona de conflicto en el sur para frenar el avance ucraniano en Kursk. Lo que creo es que Rusia tratará de frenar el avance ucraniano utilizando reservistas o fuerzas de seguridad internas y un número menor de tropas que están en la ofensiva en el Donbás.
Lo importante para Ucrania es no retirar tropas del Donbás y de Kharkiv y enviarlas a combatir a Kursk, los últimos informes que recibí de colegas, es que Rusia se está fortificando sobre la ruta E 38, lo que estaría significando que Rusia da por perdida la región de Kursk ocupada por Ucrania. Ucrania está derribando los puentes sobre el río Seim (Seym River) afluente del río Dniéper, lo que hace muy difícil para Rusia penetrar el triángulo de la invasión. Desde Tyotkino, los soldados rusos que se encuentran en esa zona no les quedara más remedio que entregarse ante la falta de ayuda rusa.
El 7 de agosto capturaron el centro de gas de Sudzha que alimenta el gasoducto Urebgói-Pomary-úzhhorod, hacia el resto de Europa, especialmente a Austria y de esta a Italia. Aptí Alaudínov comandante del batallón checheno estacionado en Belgorod y Kursk, informó a los medios rusos que sus fuerzas no atacaron a los ucranianos a la espera de refuerzos, sin embargo, bloqueros militares rusos dicen que huyeron de la batalla.
Hasta ahora, Rusia tenía la iniciativa en todo el teatro de operaciones y ahora ya no la tiene. No sólo está reaccionando ante las acciones de ucrania, sino que ha demostrado su vulnerabilidad, es lógico entender que Rusia sufrió un grave fallo de inteligencia. Rusia vio a las fuerzas ucranianas concentrándose, pero no fue capaz de descifrar la intención ucraniana y no pudo prever que los ucranianos cruzarían la frontera por la fuerza.
Mas allá de que los drones y otras capacidades de vigilancia han creado un campo de batalla tan transparente que la sorpresa parecer ser que ya no es posible, lo cierto es que estas nuevas armas como las fotografías de las fuerzas militares siguen necesitando interpretación, ya que ninguna de estas armas puede suplantar la mente humana. Para saber si se trata de simples amagues o una intención verdadera es necesario la mente humana para entender su verdadera intención. Y una guerra asimétrica da un plus a la mente humana.
Durante mi estadía en Ucrania, escuché de algunos militares ucranianos que sostenían que los militares rusos no se sienten cómodos en una situación dinámica, y si tenemos en cuenta como fue la respuesta a la invasión ucraniana podemos ver una situación de caos. Ucrania a expuesto la vulnerabilidad rusa y ha cambiado la percepción pública de la guerra, no sólo en los aliados sino también en los rusos.
Vladimir Putin, ha tratado de mostrar una imagen del Ejército Ruso compuesto por recursos ilimitados y con un poder capaz de liquidar a Ucrania y de durar todo el tiempo necesario para que Occidente dude del resultado de la guerra. Pero esta invasión a liquidado esa imagen. La realidad nos dice que la guerra en Ucrania no ha terminado y que simplemente se ha estancado en los frentes de combate. El ataque ucraniano que sólo avanzó unos pocos kilómetros está provocando evacuaciones masivas en la zona de conflicto y le dice a Rusia que la guerra ha vuelto a casa.
También es muy prematuro pensar que esto pueda ser una moneda de cambio por negociaciones de paz, no por ahora, es pronto para pensar que este ataque hará algo para poner fin a la guerra. Para lograr eso es necesario que Ucrania someta a Rusia a mayor presión militar. Putin fue humillado públicamente y es de esperar, dado la naturaleza de Putin, que intente responder con violencia extrema. Eso es lo que ha hecho en las guerras chechenas donde las fuerzas de Putin convirtieron la capital chechena, Grozny, en la ciudad más destruida de la tierra.
El invierno ya está en el horizonte, y la infraestructura energética de Ucrania está sometida a gran presión. Ucrania ha demostrado que puede sorprender a Rusia y penetrar en secciones poco defendidas de la frontera, pero eso no significa que pueda penetrar en líneas defensivas rusas preparadas. Rusia tampoco ha demostrado ninguna capacidad real para lograr una ruptura decisiva de las líneas ucranianas. El costo del avance ruso durante su actual ofensiva, según el Ministerio de Defensa británico, Rusia sufrió más de 70.000 bajas totales sólo en mayo y junio.
Ucrania necesita el apoyo de los aliados y las armas para repeler a Rusia y que sepan que no están solos. Mi experiencia en Ucrania me hizo entender en el terreno cómo la ayuda militar da a Ucrania una oportunidad de luchar incluso contra las armas convencionales más avanzadas de Rusia. Esta es una lucha que está cambiando la naturaleza de la guerra, con el uso masivo de drones y otras nuevas tecnologías, y que podría alterar el equilibrio de poder mundial, sobre todo si la voluntad occidental fracasa y Rusia somete a Ucrania.
Ucrania ha utilizado tanques británicos Challenger 2 en su incursión en Kursk, el Ministerio de Defensa británico, aseguró que de acuerdo con el artículo 51 de la Carta de la ONU, «Ucrania tiene un claro derecho a la legítima defensa, lo que no excluye las operaciones en territorio ruso» y, por lo tanto, puede utilizar el equipo que tiene a su disposición allí. El Challenger 2 es el tanque de batalla principal del Ejército británico y fue diseñado para destruir otros carros de combate. Ha sido utilizado por las tropas británicas en operaciones en Bosnia y Herzegovina, Kosovo e Irak, y nunca ha sufrido pérdidas a manos del enemigo.
Su tecnología prioriza la potencia de fuego, proporcionada por su armamento principal L30A1 de 120 mm estriado, que ostenta el récord de distancia para la destrucción de otro tanque, y la protección, proporcionada por el blindaje Dorchester 2 diseñado en el Reino Unido. Lo que no ha permitido Londres es que Ucrania use sus misiles de largo alcance Storm Shadow en la incursión dentro de suelo ruso. Otros países aliados también le han prohibido usar contra territorio ruso misiles de largo alcance como los ATACMS, es el caso de Estados Unidos, y los Scalp, de Francia, mientras que Alemania se ha negado en redondo a donar misiles Taurus.
Rusia sigue de mala racha, el bombardero estratégico Tu-22M3 se estrelló en Rusia durante un vuelo programado debido a «problemas técnicos», informó el Ministerio de Defensa. El avión se incendió en el aire y sus pilotos eyectados lograron salir antes de que cayera. Se cree que Rusia tiene menos de treinta aviones Tu-22, usados para lanzar misiles contra Ucrania, a su disposición.
La invasión exitosa en Kursk es un factor importante sobre la política exterior y en especial con el Partido Republicano, donde hay un numeroso grupo que es escéptico sobre la capacidad de Ucrania. Según mi opinión la visión de J. D. Vance adolece del conocimiento de lo que es la dialéctica de imperios como motor del desarrollo del mundo y la construcción de la historia. Ellos creen que Israel es prioridad, y no se dan cuenta que el futuro de Occidente se define en Ucrania, no en Israel, país cuyo principal socio comercial es China, enemigo declarado de Estados Unidos.
Rusia se maneja en su política exterior en base a mitos, uno de ellos dice que Ucrania es una entidad inventada por la OTAN y el campo de batalla para atacar Rusia, y que Rusia se está defendiendo de su agresor Ucrania. Vladimir Putin que trata de manipular la Wikipedia dice que Ucrania es una creación artificial, no un Estado soberano. El territorio ucraniano es históricamente ruso. El pueblo que allí vive ha expresado libremente su voluntad política de reunificarse con Rusia, y el deber patriótico de Rusia es liberarlo y protegerlo.
La verdad es que Ucrania es un Estado soberano con identidad propia y una larga historia. La negación de la condición de Estado y de la soberanía de Ucrania es otro de los discursos desinformativos habituales que los comentaristas del Kremlin llevan años propagando. Cuando Rusia intentó justificar la apropiación ilegal de tierras por medio de la celebración de referendos fraudulentos en los territorios temporalmente ocupados de Ucrania, el sistema de desinformación del Kremlin volvió a activarse.
El 24 de febrero de 2022, Rusia realizó una invasión a gran escala a Ucrania, país que se está defendiendo desde entonces. La mentira que atribuye a Ucrania el papel de agresor responde a la manipulación clásica pro-Kremlin, que muestra a Rusia como víctima para alejar el foco de la agresión perpetrada por Rusia. Otro gran mito y que acaba de derrumbarse es la del poderoso Ejército ruso. Eso lo sostuve en numerosas veces para burla de mis amigos.
Mi tesis es que, de estar en lugar de Ucrania otros países como Israel o Turquía, el ejército ruso hubiese sufrido una dura derrota. Durante la invasión de 2022, Vladimir Putin creyó que era cuestión de semanas o meses y que la población ucraniana los iba a recibir como héroes. Luego de ser rechazados por un ejército ucraniano casi desarmado, llevamos cerca de los 3 años y no pueden avanzar, pese a la superioridad numérica y en armamentos. Lo que está mostrando la realidad es que Rusia parece ser un Tigre de papel.
Más allá de la retórica rusa, las sanciones han hecho efecto, los rusos no tienen capacidad de desplazamiento y la economía de crecimiento se debe exclusivamente al terreno armamentístico, militar, pero otros sectores de la economía están dañados seriamente. Tan mal está la economía rusa que antes de la invasión a Ucrania, Rusia recibía de Europa 247 mil millones de dólares por la venta de hidrocarburos, hoy apenas llega a los 47 mil millones de dólares, y en unos pocos años no recibirá nada.
La venta a China e India es un pésimo negocio apenas recibe cifras ínfimas, eso provoca que la perdida entre lo que recibe y lo que gasta se haya disparado del 1,8% al 6% del PBI, lo que significa una cifra enorme. La diferencia en soldados de Rusia sobre Ucrania es de 4 a 1 en el frente de combate, pero no los puede desplazar de un sitio a otro donde los necesita. Al inicio de la invasión Rusia contaba con tanques modernos, y el núcleo de ellos eran los T-90, el T-90 es un carro de combate de cuarta generación, Putin los describió como «el mejor del mundo» en 2023.
Para enero de 2024, Rusia había perdido 3.250 tanques, de ellos 2.199 fueron destruidos, 156 dañados, 362 abandonados y 518 capturados. Cada T-90 tiene un costo de 4,5 millones de dólares. Rusia en solo ocho meses perdió 452 tanques y cerca de 200.000 hombres, y Ucrania en menos de una semana ha logrado avanzar casi 40 kilómetros, cerca de 1.000 km2 de ocupación, perdiendo muy poco, digamos que en una proporción de 1 a 100 respecto a Rusia, lo que es una muestra de la calidad de las tropas ucranianas y rusas.
Rusia pierde unos 30.000 hombres por mes. Al inicio de la llamada «operación especial» el 70% de las tropas rusas eran profesionales, luego pasaron a los presos de las cárceles y ahora tienen alrededor del 70 u 80% de reclutas. En su momento, y ahora de nuevo quiero dejar en claro, que más allá de que Rusia pueda triunfar militarmente sobre Ucrania, ya perdió. No puede con un país tan inferior en número de soldados y armamentos, y como último recurso usa la amenaza nuclear constante. ¿Y el Ejército poderoso de Rusia dónde está? Hace un año, decía la periodista Laura Iglesias de la DW en español:
«El ejército ruso no actúa en Ucrania como una potencia militar y tampoco su equipamiento está a la altura de los alardes, los prototipos exhibidos el 9 de mayo en el desfile de la victoria en Moscú no se han visto en Ucrania. Tampoco el tanque Armata [T-14] con su sistema de disparo digital y su capsula protegida para los tripulantes. Tampoco se ha visto el caza furtivo Su-57, promocionado en Rusia como uno de los mejores del planeta. Quienes libran la batalla por Rusia en Ucrania son soldados mal equipados que reciben ordenes de generales que están lejos del frente de combate. Por eso muchos se rinden o huyen dejando atrás muchos más tanques que los donados por sus aliados occidentales, con un ejército ineficaz. Rusia solo puede contra atacar lanzando misiles de largo alcance a objetivos civiles, pero a pesar de los muertos y los daños a su infraestructura, Ucrania se muestra decidido a resistir».
En un video reciente se puede ver como una especie de policía interna dentro del ejército ruso, amarra como castigo a los soldados rusos a los árboles, para que sean atrapados por los ucranianos, eso muestra la calaña de los rusos, que, según los izquierdistas occidentales, lo tienen por el modelo del Hombre puro enfrentado al débil y degenerado hombre Occidental. Eso también decían los nazis.
La incursión ucraniana no es un paseo, así lo contaba Ivan, de 43 años, un veterano de la 103 brigada ucraniana, mientras los soldados ucranianos entonaban el Padre Nuestro y golpeaban las cuentas del rosario mientras avanzaban. «Las granadas y los morteros parecen iguales estés donde estés», dice Ivan. Los reclutas más nuevos estaban casi paralizados por el miedo. Pero los hombres caminaban juntos, 10 km al día, cruzando campos y líneas de ferrocarril, cada noche reemplazando a las unidades de vanguardia en posiciones excavadas apresuradamente delante de ellos.
Tres días, tres caminatas, tres rotaciones. La tercera noche cayeron las bombas planeadoras rusas. «Todo ardía. Brazos aquí, piernas allá». Doce hombres de la compañía murieron inmediatamente. Ivan sufrió heridas de metralla en la ingle y el pecho, y fue evacuado a un hospital de la región ucraniana de Sumy.
La operación ucraniana en los seis primeros días al interior de Rusia avanzó más rápido de lo que muchos se atrevían a imaginar. Según una fuente de seguridad ucraniana, el sábado 10 de agosto algunas unidades habían avanzado 40 km dentro de Rusia hacia la capital regional de Kursk. El ataque, rodeado de secretismo, cogió desprevenido al Kremlin. Unos 76.000 habitantes huyeron y las autoridades rusas declararon el estado de emergencia en la zona.
El secretismo fue también para sus aliados occidentales. La falta de una evacuación bien organizada ha indignado a muchísimos rusos. Vladimir Putin lo calificó de «provocación» a gran escala. El relato de los heridos ucranianos sugiere que no fue un paseo. La sala del hospital en Sumy huele a sacrificio. Según los medios, en el pasillo hay vendas de papel de aluminio con quemaduras. En el patio, los pacientes, algunos están envueltos en vendas como momias de pies a cabeza.
Un paracaidista de 28 años de la 33 brigada, llamado Angol, parece un árbol de Navidad. Su brazo izquierdo está inmovilizado en un dispositivo de fijación. Tubos, bolsas y cables sobresalen de su cuerpo. No está seguro de si le alcanzó la artillería o una bomba. Tal vez fue fuego amigo, hubo mucho de eso. Lo único que recuerda es que cayó al suelo y gritó «300», el código de los heridos. Los rusos habían estado huyendo hasta entonces, insiste, abandonando el equipo y la munición tan rápido como podían.
Mykola, un soldado de infantería que dice haber estado en el primer grupo que cruzó a Rusia, cuenta que los pilotos atacaron en cuanto entraron en la primera aldea rusa. En una segunda aldea, el grupo fue blanco de helicópteros. Mykola recuerda que se tiró al suelo y luego oyó el ruido de un helicóptero estrellándose, derribado por un misil antiaéreo ucraniano. El problema de tirarse al suelo de noche es que no puedes ver dónde caes, Mikola, se rompió una costilla y tuvo que ser evacuado.
La seguridad operativa aportó el elemento sorpresa, un aspecto crucial de la guerra. «Enviamos a nuestras unidades más preparadas para el combate al punto más débil de su frontera», afirma una fuente del Estado Mayor desplegada en la región. «Los soldados reclutas se enfrentaron a los paracaidistas y simplemente se rindieron». Pero no todos los soldados eran los más preparados, los tres soldados citados fueron sacados, sin preparación, de las líneas del frente del este, sometidas a una gran presión, con apenas un día de preaviso.
Ucrania debe administrar sus limitados recursos, y un asalto en territorio ruso puede empeorar la situación. Pero la operación ha logrado mejorar la moral que permitió a Ucrania aguantar durante casi tres años. Tanto en las oficinas del gobierno como entre la población civil, parece que han descubierto la vulnerabilidad en el blindaje de Vladimir Putin.
No conozco el futuro y no sé qué puede suceder la semana próxima, es posible que antes de que este artículo sea publicado ya me encuentre de nuevo en Ucrania, y tal vez las cosas hayan cambiado. Así es la Guerra, como hecho concreto, real, que se muestra como una institución permanente en la Historia. No hablo de esa guerra según las coordenadas de los progres, de los ilusos, de los que creen que es posible eliminarla de nuestra existencia. Por más doloroso que sea, es un hecho inevitable de nuestra existencia.
13 de agosto de 2024.