UCRANIA Y EL IMPERIO RUSO
Ricardo Veisaga
“President Obama’s foreign policy is based on fantasy”.
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«La política exterior del presidente Obama se basa en la fantasía. Durante cinco años. El Presidente Obama ha llevado una política exterior basada más en la forma que piensa que el mundo debería operar que en la realidad. Era un mundo en el que «la marea de la guerra está retrocediendo» y que Estados Unidos podría, sin mucho riesgo, reducir radicalmente el tamaño de sus Fuerzas Armadas».
La opinión del Washington Post, no hace más que repetir lo que vengo sosteniendo sobre las ideas políticas de Barack Obama, desde que era candidato a presidente, juicios que dejé escritos en su momento. Pero es importante que lo diga uno de los más promocionados periódicos del país. El mundo, en especial el de la política está cargado de buenas intenciones, el pensamiento progre se ha adueñado de la polis, vivimos en el auge del buenismo o del armonismo.
La intervención rusa en Ucrania rompe con las normas internacionales establecidas, normas que sólo sirven para muy poco, hasta que alguien hace lo que quiere, porque puede. Algo que parece inentendible para nosotros los occidentales, pero lo que hizo Vladimir Putin es lo que haría cualquiera que se encontrara en su posición, actitud por la que no se rasgarían las vestiduras ni Tucídides, ni el genial Nicolas Maquiavelo, es decir, por aplicar una política de Poder.
Vladimir Putin no es un loquito, tampoco es un ejemplo de prudencia política, pero posee la capacidad de intervenir y cuenta con cierta impunidad, sabe que Obama es una persona que evita la confrontación y le teme a las soluciones militares, eso sucedió en Siria, donde el propio Obama transformó su famosa línea roja por una vergonzosa línea rosa. Otro ejemplo reciente es el de Irán, donde Obama, pese al clamor de Israel está dispuesto a conceder un status nuclear al régimen teocrático de los ayatolás.
Putin sabe que la OTAN en estos momentos es un tigre de papel, y que Europa no tiene voluntad política ni social para actuar, a lo sumo, para enviar algunos comunicados. Basta recordar lo que dijo el representante Exterior de la Unión Europea Catherine Ashton o el próximo y posible sustituto en el cargo Carl Bildt. Lo cierto es que no hay margen para hacerse los fuertes cuando se depende del gas ruso, y mucho menos para morir combatiendo por Crimea, y reconocer que el siglo XXI recién inaugurado se sigue rigiendo por los mismos principios de todos los siglos que nos antecedieron, el Poder y la Fuerza, lo cual es demasiado para la mentalidad política Occidental postmoderno.
«Quien no extraña la Unión Soviética no tiene corazón, y quien la quiere de vuelta no tiene cabeza». Aforismo de Vladimir Putin. Algunos creen erróneamente que el lider ruso quiere un retorno al comunismo, creer eso es un error, la lucha no es ideológica eso está terminado salvo para los trasnochados. Tanto Rusia, como China, Europa y Estados Unidos son capitalistas a su manera.
Vladimir Putin considera que respecto a Crimea se cometió una injusticia histórica, cuando Nikita Jruschov decidió regalarla en 1991. Su hijo, Serguei Nikitich Jruschov, quien vive en Estados Unidos, jubilado como profesor de Historia, dice que es falso las afirmaciones que se regaló Crimea a Ucrania para compensar a Kiev por las hambrunas de Stalin, o que fuera un regalo a su madre, que era del oeste de Ucrania.
Sostiene que esa decisión no fue política sino económica, ya que en Ucrania había una gran reserva de agua para regar una zona árida de Crimea con agua del Dniéper, las autoridades soviéticas creyeron que sería mejor que el canal a construir estuviera bajo un mismo territorio, era más fácil poner a Crimea bajo control de Ucrania, que a Ucrania bajo control ruso.
Pero, según Serguei, el mayor responsable fue el fallecido presidente ruso Boris Yeltsin, luego de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, el primer presidente de la Ucrania independiente Kravchuk, le preguntó a Yeltsin que hacer con Crimea, «Puedes quedártela», le respondió Yeltsin. Putin quiere ser recordado como el hombre que reunió las tierras rusas y realizó una justicia histórica.
En Sebastopol (Crimea) se encuentra la base naval rusa.
Las naciones surgen de los restos o de los escombros de los Imperios. El primer Estado de los eslavos orientales, la Rus de Kiev en el siglo IX, está en el origen cultural y en la identidad de Rusia y Ucrania, y por ello Kiev tiene una gran importancia para ambos países, allí el príncipe Vladimir el Grande adoptó el cristianismo de Bizancio en el año 988. La Ucrania actual ha sido escenario de diversos conquistadores, como ha sucedido siempre en la historia.
Por ejemplo, el Estado Polaco-Lituano, la Rusia Zarista, el imperio Austrohúngaro, el imperio Otomano, cada uno de estos ocupantes incorporaban a sus dominios la lealtad de esos pueblos que conservaban sus propias características. Los cosacos es uno de los componentes de la identidad ucraniana actual, estos hombres guerreros que servían a uno u otro invasor, pero sin olvidar el deseo de su independencia.
El Estado ucraniano es parte de la partida que está jugando Europa, Estados Unidos y la Federación Rusa, los primeros quieren ampliar su influencia hacia el Este, impulsada por Polonia, Suecia y también Alemania. En política, cuestiones de esta magnitud como los llamados movimientos populares que vimos actuar no son espontáneos, es la misma estrategia que se ha usado en Europa Oriental y en los Balcanes, en estos momentos Ucrania está dividido en dos zonas con dos poderes distintos, esta situación nos recuerda de alguna manera lo sucedido en Georgia, con Osetia del Sur, Abjasia y en Transnistria, en cuyo territorio está desplegado el 14 Ejército Ruso e incluso hay un consulado ruso.
Parece que el único que tiene las cosas más claras es Vladimir Putin, produce los hechos y sigue avanzando, consciente de la debilidad de la Unión Europea y de la Otan, consecuencia natural de la falta de liderazgo de Obama. Lo que acontece en Ucrania y Crimea no puede entenderse (y de ahí el error de los analistas internacionales) sin tener una visión general de la política de Rusia.
La derrota en la Guerra Fría significó para la Unión Soviética un descalabro en sus tres grandes ejes de su política, conformado por un eje interno Rusia Central, el segundo eje conformado por las repúblicas que se incorporaron voluntariamente o no a la Unión Soviética, como Georgia, los estados Bálticos, Ucrania, etc. Y el externo que engloba a todos los países soberanos que fueron parte del ya fenecido Pacto de Varsovia.
El tercer eje o círculo externo ante la implosión de la Unión Soviética se fueron incorporando a la Unión Europea y a la OTAN. Con Vladimir Putin en el poder y Rusia recuperándose económicamente gracias al ingreso al libre mercado y el eficaz aprovechamiento de sus recursos energéticos, trata de contener al eje intermedio.
Para Rusia resulta imperdonable la pérdida de los Bálticos que es una gran salida al mar, su política se torna ofensiva y agresiva y se lanza sobre el círculo externo, invade Georgia, advierte a Ucrania que no permitiría su incorporación a la Otan. La decisión forzada del entonces presidente Yanukovich de incorporación a la Unión Europea fue la gota que colmó el vaso.
Probablemente el próximo sea Moldavia, y nadie se atreve a cortarle el paso a Putin (eso podría cambiar), recuerden el primer intento de anexión de Austria por Hitler, luego del asesinato de Dollfuss, Mussolini movilizó sus tropas a la frontera alpina con Austria y amenazó con defender militarmente el avance de Hitler y lo contuvo temporalmente.
¿Qué piensa hacer Barack Obama? No puede seguir sufriendo reveses ante el zar Putin, hay una fuerte presión interna para un cambio, ya que por él nos bastan las palabras del ajedrecista y activista político Garry Kaspárov: «Yo todavía sería un ciudadano soviético si Obama hubiese sido presidente en lugar de Reagan».
Putin está decidido a recuperar la Gran Rusia es el paso previo y necesario. En el reacomodamiento del Nuevo Orden Mundial ¿Qué tipo de Pax será impuesta? Eso no lo sabemos.
Pero con seguridad se puede decir que esa Paz resultante, no será la paz religiosa o psicológica, que suelen mencionar los progres o los armonistas o buenistas, sino la que rige desde siempre en nuestro mundo, la Paz Política. Mientras tanto Putin actúa como un verdadero demócrata, o sigue los rituales de la nueva religión llamada democracia.
Soldados “desconocidos” rusos, vestidos en Carrefour.
Pide o simula permiso al Senado para intervenir en Crimea (¿no hacen eso también en el resto del mundo?), invita a la prensa internacional para explicar su visión de los hechos, los extremos de su estrategia expansiva y sin límites, cita tratados y resoluciones, alienta el referéndum en Crimea, es un presidente electo. Invade con tropas sin insignias, sin nombres, ni banderas, vestidas en las tiendas Carrefour, en camiones y tanques sin identificación.
Nos da una muestra gratis de lo que son los soldados desconocidos, pero estos no estan muertos, esto no es otra cosa que el zarismo de Putin, la única diferencia entre el Zar Nicolás II y él actual, es sólo el tiempo. Putin estaa ocupando el espacio que se le permite, ante un auditorio perplejo de la nueva pero vieja Europa, durante la Guerra Fría para los europeos, el lema era «rojos antes que muertos», ahora ya no se trata de ser «rojos» sino de negocios, de eso se trata, esa es la actitud especulativa de la Merkel. El frio se está retirando y con ello llega el alivio, pero en seis meses regresará el General Invierno y el Zar Vladimir es el dueño del gas.
25 de marzo de 2014