TEDROS ADHANOM GHEBREYESUS
El Camarada de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Ricardo Veisaga
El viceprimer ministro japonés, Aso Taro, durante una reciente sesión en el parlamento denunció la descarada influencia de Beijing en el organismo mundial de la salud (OMS), organismo al que están encomendados para derrotar la pandemia del COVID-19. Aso Taro muy indignado dijo:
«La Organización Mundial de la Salud debería cambiar su nombre de OMS a OCS: ‘Organización China de la Salud’. Ese nombre sería más apropiado». Cuatro días después en Estados Unidos, Donald Trump, retuiteaba la intervención del viceprimer ministro asiático, que fue difundida por el canal de televisión taiwanés Formosa News: «Estoy con él (Aso Taro)».
Lejos de ser dos casos aislados y separados por miles de kilómetros de distancia, son parte de una creciente furia contra la Organización Mundial de la Salud, por su nefasta gestión de la crisis sanitaria ocasionada por el virus chino. En tiempos normales la (OMS) pasa desapercibida ante la opinión pública internacional. Muy pocos saben quién la dirige ni conoce detalladamente el alcance de sus funciones.
Tampoco saben que existen una serie de denuncias de la comunidad sanitaria internacional, por su creciente politización de un organismo que debería regirse por criterios científicos. En estos días hay como dos millones de infectados, alrededor de cien mil muertos, y tres cuartas partes del planeta en cuarentena. Cada vez hay más voces que piden la cabeza del jefe de la (OMS), es lógico, alguien debe hacerse responsable y pagar por los platos rotos.
Antes era criticado por la excesiva complacencia con el gobierno chino, ahora es acusado directamente de ser, como diría el finadito Hugo Chávez, un «lacayo» del imperio, pero del imperio chino, ¿se entiende no? Es entendible que otros organismos internacionales que han sido las piezas básicas de la globalización económica mundial, hayan tenido mayor protagonismo que la (OMS).
Pero la República Popular China que está lanzado en la dialéctica contra otros imperios, no dejó de aprovechar la situación. Luego del brote del SARS en 2003, China supo visualizar y entender el importante poder que tenía esta gigantesca burocracia en casos de crisis sanitaria.
El consejero de Estado chino, en la reunión del 17 de julio de 2018 con el jefe de la (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus y otros funcionarios chinos de alto nivel en Beijing, dijo que la atención médica era una parte importante de la gobernanza global y la estrategia de desarrollo nacional de China. Sostuvo «que Beijing estaba dispuesto a profundizar la cooperación con la OMS bajo una serie de iniciativas…».
En numerosos artículos se señala que Tedros Ghebreyesus, probablemente cubrió repetidamente los brotes de cólera en Etiopía y varios artículos se preguntaron en su momento, el extraño nombramiento del difunto dictador zimbabuense Robert Mugabe, quien también fuera otro peón de China, como un «Embajador de buena voluntad», pero muy pocos han profundizado en su ideología marxista.
El actual Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, es un revolucionario marxista financiado por China. Mucho tiempo antes de ser el Jefe de la (OMS), Tedros Ghebreyesus se desempeñó en el buró político u órgano rector del «Frente de Liberación Popular Tigray» (TPLF), de orientación marxista-leninista.
Ejerció como ministro de Salud de 2005 a 2012 bajo el mandato del fallecido Primer Ministro Meles Zenawi, quien fundó la «Liga marxista-leninista de Tigray» (MLLT) en 1983, y que está asociada con el (TPLF). Tedros está tan concubinado con el «Partido Comunista Chino» (PCCh) que él y la organización carecen de credibilidad en esta crisis provocada por el virus chino.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, es miembro y sirvió en el politburó del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), y sus orígenes se remontan a la época de los movimientos estudiantiles de finales de los años sesenta y principios de los setenta en Etiopía inspirados en el marxismo.
El frente fue un movimiento socialista, secreto e incondicional a la Liga marxista-leninista de Tigray (MLLT). El (TPLF) es una de las ramas del Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), un movimiento marxista altamente represivo y que estaba integrado por el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray, el Partido Demócrata de Amhara, el Partido Demócrata Oromo y el Movimiento Democrático del Pueblo Etíope del Sur.
El jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) había elogiado al fallecido revolucionario marxista Mugabe en Twitter. Y esta misma profunda ideología marxista es el vínculo que lo ha llevado, como lo describió el propio Tedros en 2014, a una «relación fructífera e integral» con el Partido Comunista Chino.
El también llamado «Dr. Tedros», en realidad no es doctor en medicina, como tampoco lo fue el otro marxista leninista, Ernesto «El Che» Guevara. Pese a ello, fue nombrado para ese prestigioso cargo con el apoyo del régimen comunista chino, con quien ha tenido una relación larga y efusiva, basada en parte en el apoyo de infraestructura y el financiamiento del Dr. T.
Etiopía, el país de Tedros Ghebreyesus, como muchos sabrán, es un país gobernado por marxistas desde el siglo pasado y es parte del proyecto chino llamado «Belt and Road», una iniciativa china que es parte esencial de sus planes de dominio mundial, que sirve para expandir la influencia económica y política de China.
En 2014, mucho antes de ser nombrado jefe de la Organización Mundial de la Salud, el propio Dr. Tedros describió los regalos que Etiopía recibió de China:
«China se ha convertido en el mayor inversor extranjero y el mayor socio comercial de Etiopía. Etiopía es ahora uno de los principales mercados en África para productos, equipos, tecnología e inversión chinos. Desde 2006, China, a través de diversos mecanismos, ha brindado una gran cantidad de apoyo financiero para la construcción de varios megaproyectos de Etiopía. Estos incluyen el primer Express Toll Way y la primera planta de energía eólica operativa, el ferrocarril de vía ligera de Addis Abeba y otros desarrollos ferroviarios modernos, así como el Hospital Tirunesh-Beijing y el Instituto Confucio. Son ilustraciones vívidas de nuestra relación fructífera e integral».
Es común que los gobiernos de izquierdas estén entregando sus naciones a China para obtener ganancias financieras a corto plazo. Pero no sólo las izquierdas, Italia, uno de los países de la Unión Europea es uno de esos que se ha entregado a los planes de China, y que, resultó ser uno de los dos países más afectados de Europa por el virus, justicia poética, dirían algunos.
En julio de 2018, el Dr. Tedros se reunió con funcionarios chinos de alto rango para «aumentar la cooperación en el cuidado de la salud», en la que el consejero de Estado chino, como dijimos antes, sostuvo que la atención médica era una parte importante de la gobernanza global y la estrategia de desarrollo nacional de China.
Dijo también que Beijing estaba dispuesto a profundizar la cooperación con la (OMS) en virtud de una serie de iniciativas, como su proyecto conjunto «Health Silk Road», varios planes de desarrollo de salud entre China y África, así como el plan de acción quinquenal de salud y empleo de la organización, y el crecimiento económico inclusivo. El Dr. T. (Tedros) agradeció los comentarios de Wang, diciendo que su cooperación mejoraría los estándares de salud en los países involucrados en la Iniciativa Belt and Road.
¿Mintió el Dr. T. y China? Obviamente que sí, China ya había ocultado el otro coronavirus, el SARS, en 2002-2003 y el Dr. Tedros Ghebreyesus ocultó varios brotes de cólera en Etiopía. Mentir es parte cotidiana de la vida humana, todos mienten en mayor o menor medida, pero mentir cuando está en juego la economía mundial y las vidas humanas, es un verdadero crimen.
No vamos a descubrir América, si decimos que los izquierdistas son expertos en el arte del mentir, siempre fue parte de su narrativa y una forma de imponer su retorcida agenda para el control del poder. ¿Por qué los ciudadanos deben confiar ahora en personajes como estos?
Estoy totalmente de acuerdo con Trevor Loudon, quien dijo que es una decisión «equivocada» de Estados Unidos la de financiar a la Organización Mundial de la Salud como un brazo de las Naciones Unidas y, además, como grupo «cuya agenda globalista es contradictoria con el estatus de Estados Unidos como nación soberana».
Loudon también dijo: «Está claro que el Director de la OMS no está buscando los mejores intereses del mundo frente a una pandemia mundial, sino que está actuando como un títere para el partido comunista de China, sirviendo su agenda en detrimento de los Estados Unidos.»
Entre el 22 y 23 de enero, la OMS convocó un comité de urgencia en su sede central de Ginebra. China acababa de poner en cuarentena a los once millones de habitantes de Wuhan y la organización debía decidir si declaraba el nuevo coronavirus «emergencia de salud pública global». Esa reunión quedó con los consejeros y expertos divididos, El Dr. Tedros tuvo la palabra final. En vez de dar la voz de alarma, decidió esperar.
Esperar, a ver que decidían en Beijing, pocos días después, el director general viajaba a Beijing para reunirse personalmente con el presidente Xi Jinping. Mientras el mundo todavía escéptico observaba desde lejos la evolución de la incipiente epidemia, el mensaje que llegaba del líder de la (OMS) era tranquilizador. Había riesgo, sí; pero estábamos en buenas manos.
El clásico «vamos mal, pero estamos bien» que hizo famoso un ex presidente argentino: «Apreciamos la seriedad con que China se está tomando este brote, especialmente el compromiso del alto liderazgo chino y la transparencia que han demostrado», aseguró un descarado Tedros Adhanom Ghebreyesus.
De esta manera se estaba colocando en la trinchera china y en un apoyo total, sin grietas, a la gestión del Partido Comunista, sin que le importaran las numerosas denuncias de descontrol, represión y opacidad en los momentos cruciales de la crisis. El 30 de enero, una semana más tarde se daría la alerta global.
En otra reunión extraordinaria Tedros Ghebreyesus aseguró que China estaba «fijando un nuevo estándar» en el control de epidemias. «Y no es una exageración». No hay que olvidar que el primer equipo de la (OMS) al que se permitió acceder al terreno en Wuhan, con muchas restricciones y limitaciones, tendría que esperar hasta el 13 de febrero.
«China ha comprado tiempo al mundo», sentenció Tedros en la Conferencia de Seguridad de Münich el 15 de febrero, el Doctor T. se mantenía firme en sintonía con la narrativa de Beijing, repetida sin cesar por los medios de prensa cómplices de la globalización económica y los organismos de propaganda del gobierno capitalista-comunista chino.
El Dr. Tedros se quejaba en los medios de la «alarmante inacción» del resto de países. Sin embargo, la declaración de pandemia no llegó hasta el 11 de marzo, cuando ya sumaba más de 120.000 contagios, 4.500 muertes y 114 países afectados. Importaba más su gesto de colaboración de un régimen hermético y autoritario en un momento tan grave. El uso de la política en detrimento de lo sanitario.
Otro tweet famoso del Dr. T. que debería quedar en la historia, fue la del 14 de enero y aseguraba que «las investigaciones preliminares de las autoridades chinas no han hallado evidencia clara de transmisión humano-humano del nuevo coronavirus identificado en Wuhan, China». Es probable que, en ese momento, para aceptar, no hubiera «evidencia clara», pero sí había indicios de lo contrario.
Tedros Ghebreyesus había mutado a ser un defensor a ultranza de mano de la vía dura del régimen para el control de los brotes, y aceptaba ciegamente cualquier cifra o informe que surgiera del partido comunista chino. Sin embargo, dos semanas antes, las autoridades sanitarias de Taiwán sospechaban que el virus se transmitía entre personas. Así lo notificaron a la (OMS) a través de la agencia internacional de regulación sanitaria de la ONU.
Taiwán, una nación de 23 millones de habitantes, debe recurrir a ese mecanismo para compartir este tipo de información con el mundo, ya que está excluida de la propia (OMS) por presiones de Beijing, que reclama la soberanía sobre la isla de Formosa. «Intentamos obtener más información de la OMS sobre qué estaba pasando en Wuhan, pero la respuesta fue: ‘Ok, nosotros nos encargamos desde aquí», dijo el ministro de Exteriores taiwanés a la agencia Bloomberg.
En la (OMS) son tan disciplinados con China, que, durante una entrevista con un canal de Hong Kong, el representante de la (OMS) no se atrevió a pronunciar la palabra Taiwán. La Organización Mundial de la Salud, acabó ignorando y silenciando a un pequeño país democrático que pudo lidiar con el virus, con pocas centenas de casos confirmados y una docena de víctimas.
Taiwán utilizó la previsión, la tecnología y la transparencia para frenar los casos tomando medidas como cancelar tempranamente los vuelos procedentes de zonas afectadas en China, mientras Tedros abogaba por no limitar viajes o comercio en el inicio de la epidemia y reprendía a los países que lo hacían.
Tampoco la (OMS) ha expresado ningún tipo de reservas sobre las cifras que provee China a la comunidad internacional, cuestionadas por Estados Unidos y muchos otros países. «Ayer, Wuhan no informó de nuevos casos por primera vez desde el comienzo del brote», celebró Tedros en una conferencia de prensa virtual el pasado 21 de marzo. «Wuhan da esperanzas al resto del mundo». Podría haber agregado: ¡Larga vida al régimen!
NBC News tuvo acceso a documentos confidenciales que daban cuenta de que el sistema sanitario de Wuhan, el epicentro de la pandemia del coronavirus, ya estaba colapsado desde noviembre de 2019. Beijing informó hacia el 31 de diciembre a la (OMS) sobre una nueva cepa viral en Wuhan, pero mintió al asegurar que ya estaba bajo control y sin ninguna posibilidad de que fuera a expandirse más allá de la provincia de Hubei, al oeste de Shanghái.
Sin embargo, NBC News logró el acceso a informes secretos de agencias de inteligencia norteamericana que contaban con datos acerca de un colapso en el sistema sanitario de Wuhan ya desde noviembre. La información obtenida por medio de comunicaciones interceptadas, pero sobre todo con imágenes que mostraban un incremento sostenido en los centros de salud de aquella ciudad.
El diario «South China Morning Post», mediante una investigación periodística contradijo la información oficial e indicó que la fecha exacta en que ya se conocía la existencia del nuevo virus era en verdad el 17 de noviembre. Recién el 31 de diciembre una agencia internacional pudo conocer que una nueva cepa estaba haciendo estragos en China. La (OMS) que supo sobre el brote mucho antes que el resto de los países.
El virus tarda semanas en manifestarse y hasta podría haber circulado en personas asintomáticas durante un largo tiempo hasta comenzar a expandirse por la población de Wuhan. Las imágenes satelitales de archivo muestran un mayor movimiento en los centros asistenciales de la ciudad hacia mediados de noviembre, y es porque los casos ya se contaban por decenas y el sistema sanitario ya estaba con problemas de recepción de pacientes.
De acuerdo a la información del diario independiente chino, y tras revisar documentación confidencial del régimen de Xi Jinping, aquel medio pudo saber cuán rápido se propagaba el virus en sus primeros días.
La meteórica carrera de Tedros Ghebreyesus, «The Manchurrian candidate», quien ocupara también las carteras de Salud (2005-2012) y de Exteriores (2012-2016) en Etiopía. Hay que destacar la conexión de China con Etiopía, llamada la «pequeña China» del este de África porque se ha convertido en la cabeza de puente de la influencia china en África y un punto clave en la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda.
De hecho, China ha invertido mucho en el país. Hay que hacer notar que la línea aérea de Etiopía no dejó de prestar sus servicios hacia China, cuando otros países la habían cancelado, los etíopes siguieron volando hacia muchos destinos en Asia, África y Europa.
En la elección de Tedros se implicó personalmente el entonces presidente chino, Hu Jintao, con el visto bueno de China y una base de 55 votos de la Unión Africana, Tedros llegó a la jefatura de la (OMS). Fue la primera gran apuesta de China por colocar a uno de los suyos al frente de una gran agencia internacional.
El presidente Trump amenazó con congelar los fondos que Estados Unidos otorga a la (OMS), y la acusó de ser una organización «sesgada a favor de China» y que «ha estado muy enfocada con ese país», y de secundar las labores de China desde hace meses para minimizar la gravedad del brote de SARS-CoV2.
Donald Trump dijo que se equivocó al no alertar antes del brote de coronavirus. También reprochó que la entidad criticase algunas de las medidas que su gobierno adoptó al comienzo de la pandemia, como la prohibición de viajes a China y Europa.
«La Organización se equivocó, no avisó a tiempo, podrían haber avisado meses antes, deberían haberlo sabido y probablemente lo sabían», afirmó Trump. Las orientaciones preventivas de la (OMS) no respaldaban el cierre de fronteras ni la restricción de los viajes, aunque muchas naciones, implementaron esas medidas como los Estados Unidos.
Trump recordó que Estados Unidos es el principal donante de la (OMS), que financia la mayor parte de la Organización. Los propios datos de la (OMS), para el periodo 2016-2017 anotan que Washington entregó el 76% de las aportaciones voluntarias, que equivalen a más de tres cuartas partes del presupuesto de la entidad.
En su plan presupuestario presentado en febrero, la Casa Blanca pidió recortar la contribución estadounidense a la (OMS) de 112.6 millones de dólares a 57,9 millones. La senadora por Arizona, Martha McSally, pidió la renuncia de Tedros, y su homólogo de Florida, Rick Scott, pide una investigación en el Congreso sobre cómo manejó la organización la crisis del coronavirus.
Igual postura asumieron los senadores Ted Cruz, de Texas, y Ben Sasse, de Nebraska. También se solidarizó con los senadores, Marco Rubio, al cuestionar a la (OMS). Señalan que el titular de la (OMS) no ha cuestionado a China por la política de ocultar los datos de la enfermedad. Ni ha expresado preocupación, como otros miembros de la (OMS), por la carencia de información transparente sobre lo que realmente ocurrió en Wuhan.
Ya en 2012 la (OMS) también fue blanco de cuestionamientos, el People Health Movement, una organización no gubernamental integrada por cerca de 70 países con el objetivo de difundir políticas sanitarias, criticó la creciente influencia de la industria farmacéutica en ese organismo de la ONU y la gran dependencia de la organización a los donantes privados.
Dijo McSally durante una aparición en Fox Business.
«Nunca he confiado en un comunista. Y su encubrimiento de este virus que se ha originado con ellos ha causado muertes innecesarias por todo Estados Unidos y el mundo».
«La OMS necesita dejar de encubrirlos. Pienso que el Dr. Tedros necesita retirarse. Necesitamos tomar alguna acción para tratar este asunto. Es simplemente irresponsable, es inconcebible lo que han hecho aquí mientras tenemos gente que se muere por todo el globo».
Los oficiales de la (OMS) han promovido una narrativa similar al chino, dijeron que China trajo al mundo tiempo para responder a la pandemia cuando en realidad los funcionarios encubrían los detalles sobre el brote.
Mike Pompeo arremetió contra los funcionarios chinos por filtrar desinformación, tal como la infundada acusación de que el ejército de Estados Unidos introdujo el virus en Wuhan, China. El asesor de seguridad nacional, Robert O’Brien aseveró que el encubrimiento del brote inicial del virus por parte de los funcionarios chinos le costó al mundo unos dos meses de tiempo de respuesta.
9 de abril de 2020.