RICARDO IORIO – LA BATALLA CULTURAL
JUSTO QUE TE VAS
Gonzalo Fernández Enciso
Un sábado a la noche, mientras compartíamos con amigos del encuentro que tuvimos en la ciudad de Birmingham, Alabama, uno de los participantes, Eduardo Lize, estaba escuchando música, la canción me pareció muy familiar y le pregunté si era Ricardo Iorio, Lize, sonriendo me respondió que no, y agregó: se parece al tano, ¿no?
El cantante era Cristian Luccisano, Alberto D’Andrea en guitarra, y Nicolás Gómez en batería, esta banda fundada en 2013 se llama «Homenaje» y se formó para rendir tributo a otras bandas. Y en este caso a Ricardo Iorio. Luego, Eduardo, me preguntó si me gustaba el heavy metal. En realidad, me gustan muchos géneros musicales, y del heavy no soy precisamente un fanático, pero me gustaba Ricardo Iorio. No solo por algunos temas sino por su militancia.
Hablamos de muchas cosas, y en estos días, siguiendo el consejo de Ricardo Veisaga que nos pedía que nos involucráramos más con la revista, aquí me tienen escribiendo estas líneas. Hablamos mucho sobre la batalla cultural disparada sobre la izquierda y la progresía. Y en ese sentido, Ricardo Horacio Iorio, fue un adelantado. El mítico cantante había nacido en Ciudadela, partido de Caseros, provincia de Buenos Aires, y el 24 de octubre de 2023, a los 61 años, murió en Coronel Suárez, Buenos Aires.
El tano Iorio, fue fundador de las bandas V8, hermética y Almafuerte, esta última en homenaje al poeta Pedro Bonifacio Palacios, conocido como Almafuerte, que decía: «no te des por vencido ni aun vencido», y Ricardo Iorio nunca se dio por vencido. En una entrevista con el Presto, dijo: «Es hora de retirarse porque uno hizo los deberes». El Presto le preguntó: «Estos últimos tiempos te he visto en varias entrevistas, casi como despidiéndote. Es una postura… —Es lo lógico, aparte, pobre el ignorante que teme a la muerte, porque es el momento que más lucido debemos estar». Y agregó: «quien no piensa en la muerte es muy infeliz».
Así era Ricardo Iorio, desde muy pequeño supo del trabajo arduo, ayudaba a su padre a vender verduras. Su padre Alfredo era hijo de inmigrantes sicilianos, y con orgullo decía que su madre Elda Pedraza era de ascendencia tehuelche, los tehuelches, aonikenk o patagones son un pueblo indígena de la Patagonia argentina. Así también lo recordó su amigo, el periodista Beto Casella, en su programa radial.
«Para mí, un sabio de la vida, ¿no? Nada que no haya dicho estando en vida hasta ayer. En mi caso personal, teníamos tantas coincidencias, desde lo generacional porque teníamos una edad más o menos parecida. El origen, el Conurbano, el viejo tano en el Mercado de Abasto, acompañar a tu viejo de chiquito a recorrer entre las naves del Mercado de Abasto para comprar la papa, la lechuga, viendo a tu viejo cargar como changarín esos cajones de lechuga, de tomate», recordó sobre su historia de vida que lo unía con Ricardo Iorio.
En su adolescencia ayudaba a su padre en el mercado repartiendo papas, por lo cual se ganó el apodo de «Papero». Se casó con Ana Mourín en 1987 con quien tuvo dos hijas y de quien se separó en 1999. Ana Mourín se suicidó en el año 2001. Desde el 2000 hasta su fallecimiento convivió con Fernanda García, con quien se casó en septiembre de 2012.
Ricardo Iorio, como muchos personajes del ambiente musical, cometió muchas locuras, y su educación más allá de la formal fue propia de un autodidacta. Toda su adolescencia y juventud se dedicó al espiritismo, leyó con mucha dedicación a Allan Kardec, pero como dice Iorio, no mantuvo relaciones con ellos y nada de hacerse leer las manos. Esta cuestión del espiritismo y que los otros integrantes de la banda V8 se unieran al evangelismo, llevó a la ruptura de la banda.
Ricardo Iorio, fue evolucionando a medida que pasaba el tiempo y ayudado por la lectura, ese recorrido fue algo natural en Iorio, ya que él estaba hecho de buena madera, era un buen tipo, muy noble, y a los tropiezos fue avanzando hacia la verdad. En la entrevista con el Presto, dijo: «Callejón a los dos nos bandió el destino (bandearte es tirarte a la orilla) soy un triste peregrino sin derrotero y sin fe, por haberme comido, en mi ignorancia la leyenda negra».
«Un hombre no puede pensar lo mismo a los treinta que a los sesenta, si no es un pelotudo. Yo me comí la leyenda negra del Reino Unido de Gran Bretaña, que es la que dice: los españoles mataron a los indios». En una canción Allá en Tilcara, la letra dice: «Amanecí allá en Tilcara / con los amigos de la indiada. / Llevarme allí, quiso el destino / Junto con quienes mi camino comparten». Respecto a esta canción, Ricardo Iorio señalaba que la escribió «en un momento en el que me comí lo de la Universidad del Partido Obrero, o sea, que creía que los españoles eran los malos y los indios los eran buenos y no que, independizando y dándole tierras y nación a cada pueblo nativo, estamos balcanizando aún más nuestro continente que se comunica con una sola lengua, una sola tradición. La manera de destruir que tiene el anglosajón para con nosotros porque nunca olvidaran la derrota».
Cuando se había curado de indigenismo, un mal extendido entre los artistas, como Abel Pintos, un gran cantante, pero de ideología indigenistas, es obvio que Abel lo sea, que otra le quedaba con un padrino musical como el marxista indigenista de Víctor Heredia. Ricardo Iorio, dijo refiriéndose a una vieja canción: «A sentir indiano, la cambiaria por sentir hispano», para escándalo de la progresía izquierdista.
En 2003 tuvo que afrontar algunos escándalos tras la edición del disco Piedra Libre, donde realiza un homenaje al militar argentino Mohamed Alí Seineldín, condenado por un alzamiento militar. Ricardo Iorio se consideraba nacionalista y anticomunista, no adhirió a ningún partido político. Después de haber sido catalogado de «facho», fascista, Ricardo Iorio declaró: «Para los que nos tildan de facho, ¿está prohibido tener un sentimiento de patria?».
Sus declaraciones respecto a los detenidos-desparecidos, es decir, a los combatientes guerrilleros marxistas que pretendían tomar el poder en Argentina, durante el gobierno militar que liquidó a la guerrilla, los llamó «un puñado de indemnizados». Iorio dijo la verdad, las declaraciones del ex guerrillero Luis Labraña, inventor de la cifra de 30.000 desaparecidos, así lo revela Labraña, mintieron y siguen mintiendo, mientras tanto estos izquierdistas se llenaron los bolsillos.
Pueden consultar en esta misma revista, en Crónicas argentas —2, el artículo titulado «El robo de los marxistas en Argentina. Los desaparecidos – negocio descomunal». Las declaraciones de Ricardo Iorio le valieron el repudio de organizaciones de derechos humanos, es decir, los defensores de los delincuentes y de los izquierdistas, y de distintas personalidades progres. Es cierto que Ricardo Iorio utilizaba un lenguaje directo, no cultivaba la corrección política.
Sus declaraciones causaban críticas de sectores izquierdistas y de lo que Javier Milei llama: la casta. Cuando dijo: «Los que reciben planes no pueden votar» (los planeros son aquellos que viven del Estado, los que reciben planes sociales del gobierno, el peronismo se había llenado de ellos y de esa manera tenía votos cautivos). Es obvio que el voto de un planero es voto comprado. Los kirchneristas se escandalizaron porque recibieron un directo en el mentón.
«Los que reciben planes no pueden votar, loco. Sino tenés comprado el voto. No sean giles, muchachos. Jamás pensé que iba a vivir esto. Sé que estoy viejo, pero yo siempre fui protagonista de mi vida. Y esto va para vos, gil», tiró sin anestesia el pionero del heavy en Argentina. Sobre las feministas dijo: «hay que mandarlas a una isla». Cuando cargaba contra las feministas sabía ser hiriente: «Esas zurdas saben que yo sé… ¿sabés qué es lo que sé yo? Que nunca encontraron un padre de familia como yo, un macho proveedor».
«Ser nacionalista es ir a un baño público, tirar el agua, el papel en el tarrito, pasar la escobilla y antes de subirse los lienzos, mirar si no quedó nada desordenado porque el que viene atrás es tu hermano y esta es nuestra casa». Y más frases de Iorio: «A mí me motiva el sentido de poder expresar y recordar de que somos herederos de personas que dieron su vida por esta patria. La onda es mi país y voy a mostrar mi sentimiento nacional. ¿Por qué solo lo voy a mostrar cuando mete un gol Maradona con la mano?».
«¿Será pecado sentirse argentino? No lo sé», «Soy un perro cristiano», «Ser nacionalista es estar orgulloso de habitar este suelo», «Me jode que se diga que soy fascista. No tengo otra arma que un instrumento y una lapicera para escribir».
El cantante tuvo una controversia con la comunidad judía argentina, que es muy particular, históricamente atacada, los peronistas acusaban a los judíos de ser parte de la sinarquía. No es como la comunidad judía en Estados Unidos, que son atacados por dirigentes demócratas de origen islámicos y los zurdos ante el silencio del partido Demócrata, cuando no, con la complicidad de ellos, pero siguen aportando dinero y votando demócrata, mientras el partido Demócrata ataca a Israel, no se entiende es cosa de locos.
«Yo no me considero antisemita, jamás dije eso. Ellos lo consideraron porque defender la nación, para los israelíes, es ser nazi. Hay personas que se ponen bombas en el pecho, suben al colectivo (autobús) y revientan, debe ser por eso, pero a mí me tocó encarnar acá, no soy de Bosnia». Por ese entonces, la DAIA lo había denunciado por promover mensajes de odio y antisemitas, pero la justicia las desestimó.
«Si vos sos judío, no me vengas a cantar el Himno», había expresado a comienzos de este siglo. A pesar de que la Asociación del Futbol Argentino (AFA) no lo reconoció, fue sacado a último momento de una presentación. Ricardo Iorio fue elegido para cantar el himno nacional, previo al partido de la selección argentina campeona del mundo. Ricardo Iorio cargó contra la censura: «Me censuraron porque me identifico con el escudo, la escarapela, las Malvinas y la bandera. Existe la policía del pensamiento y todo aquello que genere conciencia, será prohibido».
Políticamente incorrecto, Ricardo Iorio, no discriminaba ni a sus colegas músicos, tenía frases incómodas que casi siempre lo pusieron en el ojo del huracán. En 2017, en una entrevista con Rock&Pop, Iorio cargó contra la banda La Renga «por su postura política», «La Renga son dueños de una ignorancia enorme… La Virgen de Luján y el Che Guevara, juntos. Hay una ensalada de soretes tan inmensa, que hay que empezar a poner parámetros y definirnos», dijo en la entrevista.
Ricardo Iorio, luego de definir a los hijos o familiares de guerrilleros marxistas que desaparecieron durante el gobierno militar que evitó que triunfara la dictadura marxista y se impusiera el fracaso histórico del marxismo, como un «puñado de indemnizados», indicó que prefería votar a «Aldo Rico que a Victoria Donda». Para los que no saben quién es Aldo Rico, diremos que fue un militar, jefe de un batallón de Comandos que combatió exitosamente en Malvinas.
Victoria Donda Pérez, nació entre julio y agosto de 1977 en la Escuela de mecánica de la Armada (ESMA) durante la guerra de las fuerzas armadas regulares del Estado argentino y los guerrilleros marxistas alineados con Cuba y la Unión Soviética. Su madre, María Hilda Pérez de Donda, se encontraba detenida, luego de haber sido atrapada por las Fuerzas Armadas en el Gran Buenos Aires.
Su padre, el guerrillero izquierdista José María Laureano Donda, fue atrapado por las Fuerzas Armadas y ambos permanecen desaparecidos. La pareja combatiente tenía otra hija, un año mayor, que quedó un año con la abuela materna, Leontina Puebla de Pérez, una de las doce mujeres fundadoras de la Asociación Abuelas de la Plaza Roja, antes de Mayo, y luego fue entregada por la justicia a sus abuelos paternos.
Victoria fue entregada para su crianza al prefecto Juan Antonio Azic, quien cumplía funciones en el la ESMA, y criaron a Victoria como si fuera de ellos. A los 17 años comenzó a colaborar con una olla popular en Dock Sud que se llamaba Arco Iris, en Villa Inflamable. Allí iniciaría su militancia izquierdista, estudio abogacía, y en el movimiento izquierdista de derechos humanos y en el Barrios de Pie, de la misma calaña.
En 2003, cuando tenía 26 años y dudando de su identidad, se comunicó con la agrupación HIJOS de… y con Abuelas de Plaza de Mayo. Luego de unos exámenes se estableció su verdadera identidad. Luego integraría el Movimiento Libres del Sur, formada por partidos de izquierda. En el 2003 se unió con el electo presidente, el kamarada Néstor Kirchner, «el Tuerto», integrándose en el Frente para la Victoria.
En 2007 fue elegida diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, al año siguiente abandonó el bloque junto a varios partidos políticos, entre ellos el Socialismo, Diálogo para Buenos Aires y Libres del Sur, cuando abandonaron el bloque oficialista. Victoria Donda dijo que Néstor Kirchner seguía con «la vieja política», como si ella no fuera parte de esa nefasta ideología izquierdista que sumió en la miseria por donde estuvo.
En 2011 su movimiento se incorporó al Frente Amplio Progresista del socialista Hermes Binner, renovando su banca de diputada. Donda fue una de las que presentó una denuncia contra la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, «la Yegua» y contra el secretario de Comercio Guillermo Moreno por «asociación ilícita, malversación de caudales públicos, defraudación contra la Administración Pública y delito contra el orden económico y financiero por su accionar en la falsificación de las estadísticas del INDEC».
Cuando falleció el nefasto socialista Hugo Chávez, alias pajarito, el socialista Hermes Binner, dijo que si hubiera vivido en Venezuela habría votado por Enrique Capriles para eliminar a Hugo Chávez. Victoria Donda dijo que de vivir en Venezuela lo hubiera votado a Hugo Chávez. El 4 de enero de 2021, se hizo pública una conversación entre Victoria Donda y su empleada doméstica, Arminda Banda Oxa, en la que Donda le ofrecía un cargo en el instituto que presidía, el INADI, o un plan social a cambio de que renunciara al trabajo en su casa.
Arminda Banda Oxa, mediante su abogado, presentó una denuncia contra Donda por incumplimiento salarial. Además, ambos alegaron que ella estuvo trabajando durante más de 10 años en «negro», es decir, no registrado. La denuncia llamó la atención de los medios de comunicación y las redes sociales debido a que Donda era, desde hace ya mucho tiempo, funcionaria pública o activista política por los derechos humanos.
«Apoyamos un nuevo amanecer cargando la patria al hombro. No hablamos de nacionalismo ahora porque Kirchner dijo que hay que ser nacional, o porque echamos a De La Rúa o a los piqueteros, nosotros seguimos siendo ultra nacionales sea quien sea el presidente».
En 2010 había brindado una serie de entrevistas con su amigo el conductor Beto Casella, donde dejó entrever un lado más íntimo. Pero en un momento se puso a hablar sobre la cumbia como género musical y -como era de esperar- generó controversia. «Entonces sepan ustedes los cumbia, los giles, los que dicen la yuta, la yuta… La yuta existe por ustedes, soretes. No por nosotros. Mulos, gatos, no saben ni hablar. Vayan a estudiar, hay que estudiar negro», respondió Iorio.
«… hay que estudiar amigo ¿Otro tecito por favor? Esta vez con edulcorante». «Si alguien en otro país, en Europa, escucha a los tragaleches argentinos que dicen tantas pelotudeces, van a creer que somos todos así… no es así. Existen la gente y las personas, muchachos». «Fumarse gente pelotuda también es perjudicial para la salud».
En el lenguaje delincuencial «la yuta» es la policía, y sorete es la materia fecal. Mas allá de eso, es verdad que el ambiente donde se cultiva el género musical conocido como Cumbia, es un ambiente pobre en lo social, moral y lo cultural, a muchos les va a doler esto, pero es irrefutable. Y para ir más lejos, agregó: «a los que no les dan de tomar la leche cuando son bebes después escuchan cumbia».
«El que quiera escuchar que escuche, y el que no que se vaya a la concha de su madre», Iorio no tuvo empacho en autoproclamarse como «anti- Montonero», los guerrilleritos izquierdistas peronistas. «Lo mío es anti-montonero, anti-Lorenzetti, lo mío es anti-que ‘el chorro es una víctima’». El chorro es sinónimo de ladrón, y que en la Argentina socialista, la doctrina zaffaroniana se ponía de lado del chorro, del delincuente.
La cuenta oficial de Facebook del cantante y bajista publicó un video del pasado 2 de abril cuando en el medio de un show, Iorio hace referencia a un cántico popular al que le cambia la letra y en vez de decir «baila la hinchada, baila, baila de corazón, somos los negros, somos los grasas, pero conchetos no», recitó Ricardo Iorio: «somos los negros, somos los grasas, pero mapuches no». Acto seguido, alentó a sus seguidores a que repitan el verso, quienes cumplieron el pedido del artista. Los mapuches son una etnia de Chile y que pasaban la cordillera de los Andes, para lo que ahora es Argentina, y se dedicaban a masacrar a las etnias nativas de la región, a robar, a tomar cautivas blancas, a asolar los poblados.
Iorio era bastante pesimista con el ser humano: «El ser humano no cambia. El que fue idiota de chico va a ser idiota de grande y el que fue p*to de chico va a ser p*to de grande, y lo mismo el que fue chorro o vigilante». Y en otro momento volvió a confirmar su pensamiento: «Chorro se nace, esto es hereditario».
«El otro día me para en la calle un turro y me pide si no le podía dar una moneda, y cuando lo miro mal me dice… ¡Esto es mejor que robar! Y yo lo agarré y le dije… ¡Que mierda me estás diciendo, que si no te doy la moneda vas a salir a robar! ¡Algunos se cortan la mano antes de plantearse la posibilidad de vivir del choreo la concha de tu madre!».
«Un tipo que a los 16 años está fumando paco y mirando películas pornográficas cada 4 horas no tiene sentimientos por las criaturas. No tiene amor…es más, ve a un padre de familia y cree que es un gil, ve a un hombre trabajando y dice: ‘es un gil laburante’. Es una conciencia repugnante…me da ganas de agarrar un chumbo (un arma) y salir a matarlos». «Yo voy a creer en los políticos el día que cobren lo mismo que un maestro».
A los comunistas les agarró tirria: «Prefiero a José Larralde que al Che Guevara». Bueno, Ricardo, cualquiera con un dedo de frente no puede respetar al marxista del Che Guevara. «Los paraguayos son más patriotas que nosotros», se solía quejar. Tampoco dudaba en ponerse en contra a gran parte de la sociedad, «Prefiero engancharme viendo animales que mirando a Tinelli». Marcelo Tinelli fue un exitoso conductor televisivo, un pelotudito que se encargó de lavarle el cerebro a generaciones de argentinos.
«Hablo del amor verdadero, no del amor de Francella del domingo al mediodía para que nuestros niños menores de 12 años vean un montón de putas en bolas y en bombacha y que la nenita que es gordita se sienta que es una infeliz ante la sociedad. El amor es sembrar, cosechar, producir, tener hijos». Guillermo Francella es un actor argentino, que hacía series estupidizantes y bobitas. En todo caso, Ricardo Iorio, se justifica siempre: «Yo no soy así… Yo quedé así».
Ante la violencia generalizada en Argentina y protegida por la justicia kirchnerista, solía decir: «Podés ser el más grande jugando a la computadora, pero cuando salís a la calle viene un negro de villa Carlos Gardel, te pega un cachetazo y vos le das la bicicleta». Pero: «La vida es puta, porque hoy me dice que si y mañana que no. Mas si la vida fuese prostituta, con plata arreglaríamos todo».
«Mi voz representa a los hombres gruesos, después los otros que vayan a ver a Babasónicos si están en su derecho». «Diez pesos, bueno, cobramos eso, y nunca nadie va a entrar gratis, porque esto no es el Perro Santillán, o Boca. Acá no hay Obra Social, esto es pasión de uno. Y una tirada de goma vale 30 pesos, así que un concierto a 10 pesos es un regalo. 500 pesos costaban la entrada de Luis Miguel. A mí hay giles que me dicen “pero vos, Iorio, hacés música para el pueblo”. Nooo, hermano, Tetamanti es música del pueblo, que tiene triple platino. “muévete que muévete de aquí p’allá, esa es la más linda, la más bonita…”. Ese es el pueblo, cumbiamba. Nosotros somos sólo un pobre puñado de gente artística, nada más».
Te pasas Ricardito, como no te van a odiar “los cumbiambas”, ja, ja, ja! «Puedo improvisar cantando, tocando, no. Invento canciones, invento melodías. Si hay una banda tocando un ritmo, puedo subir y cantar una improvisación. Soy buen improvisador. Payando soy una luz. Soy como el hijo mogólico de ése que canta en los festivales de doma. Viste que se hacen las nueve de la mañana y el tipo sigue, con un pedo de la concha de su madre… (risas). Bueno, ése».
«El cantor es el que canta las cuarenta, el otro es un ladrón. No me interesa el arte como expresión de escapismo, me interesa como documentación inmediata de los hechos que acontecen. Creo que todo lo que sabemos sobre nuestros antepasados es gracias a los artistas que documentaron ese momento, no a los que brindaron escapismo a la masa para su propio beneficio. Esos no quedaron en la historia, son nada más que unos modelos de falsos ganadores».
«El artista jamás debe descender a la arena política», «Que el 25 de Mayo pongan a cantar a Silvio Rodríguez en la Plaza de Mayo me hace cagar sangre». Silvio Rodríguez es un cantante cubano, el bufón de la camarilla marxista leninista de la isla, él nunca tuvo problemas con el régimen, ni vivió las miserias del pueblo cubano, lo que se dice un verdadero hijo de puta.
«Nosotros hicimos la guerra contra la potencia más poderosa del planeta. Ese día, los taxistas, la gente mayor de 40 años, ponía la bandera, mientras los que iban a pelear eran las criaturas. Ahora bien, no eran criaturas, no eran niños, eran soldados de la patria, hijos de puta», en alusión a la guerra de Malvinas.
«Ganó River, ganó Boca, ¿qué te dieron? ¿una casa? ¡Entonces dejémonos de joder! Luchar por tu pueblo no es ir a gritarle en una tribuna “hijo de puta” a un árbitro. Tampoco es cortar una ruta evitando que otros vayan a trabajar. Luchar por el país, es hacer lo que uno realmente siente».
Esos que cortaban las rutas, las calles, son los socialistas, los sindicalistas peronistas, toda esa mierda del pasado decadente, del populismo, de los que quieren vivir del estado y no solo no quieren trabajar, sino que no dejan, pero eso por ahora no pueden con Milei, ya no tienen impunidad para romper las vidrieras, quemar carros y el «que las hace las paga».
«Uno apela a Dios como último recurso. Yo no creo en el perdón que venden las instituciones. Sí en el perdón de un humano a otro. O sea, te perdono, loco, está todo bien. Pero no en el perdón de ese que es un hijo de puta, y que ahora viene a venderte la Biblia, porque lo perdonó Dios después de haberse cogido a cinco chicos de cuatro años, no creo». Una alusión a los pastores evangelistas que muestran sus miserias para ser creídos por los giles.
En una de sus últimas entrevistas dijo: «Me interesa retratar al presente inmediato. Me he armado como guerrero desde chico. Si no voy a otros lugares es porque no me han llamado, pero lo mío es la batalla cultural y te puedo asegurar que tengo las riendas de mí mismo». «Canto porque quise y no vengo de familia de músicos, soy mestizo». Ricardo Iorio decía: «Estudiando la historia uno puede tener mucho más claro los pasos a seguir en el futuro de su existencia».
La lectura, la constación con la realidad fue llevando a Ricardo Iorio a descubrir la verdad, en otros tiempos, Ricardo, hablaba y ponderaba a muchos personajes, pero gradualmente los fue eliminando de su repertorio. En nuevas entrevistas cambiaba el apellido de alguien que había nombrado antes. Juan Perón muchas veces fue reemplazado.
Le hubiera agradado mucho a Ricardo Iorio ver que, en estos tiempos, luego de su muerte, la Argentina está cambiando, que muchas cosas que él despreciaba la sociedad también lo está despreciando, sobre todo en los jóvenes. Cuando muy pocos se atrevían o animaban a denunciar las cosas, ahí estaba Ricardo Iorio levantando su voz, casi en soledad. Mucho perdimos en esos tiempos, pero no importa: «Cuando uno pierde algo, querer ir a recuperarlo es perder el doble», decía el tano Iorio.
Esto es lo que pienso, Milei te hubiera gustado de verdad, una lástima… «Justo que te vas» como dice tu canción.
En el primer link, está la versión o el cover de Luccisano, y el siguiente corresponde a Ricardo Iorio, un poco viejo, pero siempre autentico.
Junio de 2024.