PESCADO PODRIDO
UNA DE ESPÍAS
Ricardo Veisaga
Desde que la Casa Blanca anunció que canjearía tres agentes de inteligencia cubanos encarcelados –entre ellos uno hallado culpable de conspiración para asesinar– por un súper espía preso en una cárcel de La Habana a quien el presidente Barack Obama llamó «uno de los más importantes agentes de inteligencia que Estados Unidos ha tenido jamás en Cuba». Luego de las liberaciones no se reveló la identidad de este agente, solo hubo silencio, nada se informó acerca de sus logros, salvo algunas especulaciones que atribuyen a su trabajo la detención de algunos espías que trabajaban para Cuba.
Los tres espías cubanos fueron calificados de patriotas y los recibieron en el parlamento cubano, y el subcontratista de la Agencia de Desarrollo Internacional Alan Gross apareció en televisión para hablar de forma exultante sobre su liberación. Pero el extraordinario y secreto espía de Washington ha permanecido anónimo e incomunicado. El hombre que se menciona de manera abierta es Rolando Sarraff Trujillo, ex teniente del Ministerio del Interior de Cuba, encarcelado desde su arresto en 1995, desapareció de la prisión donde estaba, y sus familiares no han escuchado nada de él ni se les ha dicho cuál es su paradero.
El gobierno americano no ha confirmado el nombre de Sarraff, y las personas interesadas o que conocen a Sarraff Trujillo han dado algunas declaraciones que lo único que logran es crear más confusión, lo único que queda claro es que Obama nos quiso o quiere vender pescado podrido por pescado fresco (para decirlo de otra manera, gato por liebre). Rápidamente entró en escena un compatriota mío, Bill Gaede quien asegura existe una poderosa razón para la desaparición de Sarraff: puesto que Sarraff era un falso espía, que le dio a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) información falsa o de poca importancia como parte de un plan de Cuba para perturbar a la inteligencia norteamericana.
«Actuaba por órdenes de Fidel Castro», afirma Bill Gaede, ingeniero argentino, que dice haberle dado información a la CIA de Sarraff y otros agentes cubanos de inteligencia. «No eran genuinos. Estaban llenos de caca». Es más la CIA y el Buró Federal de Información (FBI) sospecharon que Sarraff era un espía falso –un «colgado», en la jerga de la inteligencia– desde el principio, y nunca creyeron nada de lo que informó el grupo de espías. Funcionarios norteamericanos lo llaman un valioso agente ahora solamente para que el canje entre Gross y los espías cubanos sea más apetitoso y digerible para los conservadores.
«No es otra cosa que relaciones públicas», dice Gaede. Otro miembro de la «red de espías», el para nada confiable José Cohen, también ex teniente del Ministerio del Interior, que desertó de Cuba en 1994. Sobre Gaede dice: «Bill Gaede no es una fuente (creíble). Era un enemigo de Estados Unidos. Está al servicio de Cuba», Cohen, en la actualidad vive en el suroeste de Miami-Dade, donde trabaja como vendedor de Amway. «A mí me parece que Bill lo que anda buscando es publicidad. Se burla de la prensa, se burla del gobierno.»
Las palabras de Cohen no dicen nada, un simple argumento ad hominem, en todo caso se trata de las palabras de espías que carecen de confianza dada sus respectivas naturalezas. Al menos Gaete ha preparado secretamente cintas de audio y video en la que usted puede escuchar a agentes del FBI que opinan lo mismo, y el hecho de que el FBI se interesara en Cohen sugiere que por lo menos algunos oficiales norteamericanos sospechaban de él. El FBI no tiene lugar para los desertores, es una agencia que trata de evitar que los espías extranjeros roben secretos estadounidenses.
Lo único que se conoce con cierta certeza es que Gaede, Cohen y Sarraff trabajaron juntos a mediados de los años 90, pasándole información secreta de la inteligencia cubana en La Habana al FBI y a la CIA. Después, la red de espías se disolvió. Cohen escapó de Cuba (misteriosamente), Sarraff fue encarcelado allí (o mantenido a salvo, para cumplir otro papel), y Gaede entró a Estados Unidos donde inició actividades de espionaje engañando a las autoridades. Es posible que los lectores se estén preguntando quien es Bill Gaete. Bill nació en Lanús, Provincia de Buenos Aires, Argentina, fue el tercero de cuatro hijos de Günther y Viera Gaede.
Los Gaede emigraron a Rockford, Illinois, en 1959, pero retornaron en 1965 desilusionados de sus experiencias en los Estados Unidos. La familia de Bill Gaete era peronista, Gaede se afilió al Partido Comunista Argentino a la edad de 21 años, cuando servía de subdelegado de FOETRA, el sindicato de Entel, la compañía estatal de teléfonos. Al ser rechazada su aplicación para obtener una visa de residente en Cuba. Gaede llegó a Estados Unidos en 1977 como turista, huyendo del golpe militar de derecha que acababa de tener lugar en Argentina. De ojos azules, rubio y hablando inglés con un acento americano que aprendió durante su infancia en Illinois, donde su padre trabajaba para Coca-Cola, entró a los Estados Unidos con visa de turista en 1977.
Apenas llegado, Gaede trabajó usando el nombre falso de Ricardo Monares en la compañía Caron International de Rochelle, Illinois. Trabajó para las compañías americanas Advanced Micro Devices (AMD) e Intel Corporation (Intel). Durante su paso por AMD, entregó información técnica de la industria semiconductora al Gobierno de Cuba, que este a su vez pasó al Bloque Soviético. En California trabajó para AMD en Sunnyvale en 1979. A principios de 1982, ya había logrado subir el escalafón al puesto de ingeniero. Fiel a sus principios socialistas, en cierta ocasión se definió como un «comunista fanático».
Durante seis años Gaede le dio a los agentes cubanos de inteligencia «maleteros repletos» de secretos de la compañía americana donde trabajaba, AMD, que fabricaba chips para computadoras, por unos $1,000 millones. Gaede recolectó información técnica de AMD y sus proveedores, que ofreció a los cubanos en uno de sus viajes a Buenos Aires. En 1986, fue transferido a la planta de AMD en Austin, Texas. Esto permitió a Gaede trasladar material en el baúl de su coche y entregar la tecnología a agentes cubanos al otro lado de la frontera mexicana. «Les entregué de todo» dice, «Cualquier cosa que se pueda pensar: desde cómo construir circuitos integrados hasta todo lo que se necesitaba para hacerlo. A veces, el baúl del carro estaba tan atiborrado que las cosas casi no cabían».
Tan exitoso fueron estas operaciones clandestinas que Fidel Castro lo invitó a La Habana a fines de 1988 para conocerlo personalmente. Gaede eventualmente viajó en 1990, pero para ese entonces se había (supuestamente) desilusionado del comunismo. El bloque Soviético entero se había desintegrado durante 1989. Los cubanos, quienes no sólo construyeron sus propios chips sino que pasaron la información al resto del bloque soviético, estaban tan satisfechos con el material que organizaron que Gaede y su esposa colombiana, Nila, visitaran la isla.
Viajaron en diciembre de 1992, utilizando varios juegos de pasaportes falsos y una ruta para despistar que lo llevó de España a Austria, Checoslovaquia y Canadá y por último a Cuba. Cuando llegaron, se les asignó un teniente de la división industrial y científica del Ministerio del Interior como guía: José Cohen. Según Gaede, inspirado por las reformas que hacía en la Unión Soviética el líder Mijaíl Gorbachov, ya él se había decepcionado del marxismo. «Me acuerdo que Cohen me preguntó con mucho orgullo, que si pensaba que La Habana era una ciudad limpia y linda. Y le dije que en un país donde no se fabricaban barritas de chocolate, se suponía que no se pudieran encontrar votadas en la calle las envolturas».
Dice Gaede. «Yo pensaba cómo c… me había enredado en todo. El pueblo se muere de hambre y Fidel vive como un rey». Cohen dice lo contrario, «Él pensaba que estaba sirviendo a un pueblo sufrido. Todo eso es mentira», afirma que llevó a Gaede a recorrer las partes miserables de La Habana, mostrándole cuadras y cuadras de edificios que se caían a pedazos, rodeados por legiones de prostitutas. Quién miente o no, sobre la desilusión con el castrismo, o si ambos fingen, no importa, lo cierto es que los dos se hicieron amigos. Y cuando Gaede volvió a Cuba seis meses después, llegaron a un acuerdo. Cohen y otros oficiales del Ministerio del Interior le darían secretos de inteligencia cubana a Gaede, que a su vez se los pasaría a la CIA.
Bill Gaede
A solicitud de unos agentes cubanos, Gaede se entregó a la CIA el 13 de julio de 1992. El FBI interrogó a Gaede sobre sus actividades en septiembre de 1992 y comenzó a usarlo en una operación de contra-inteligencia en perjuicio de Cuba. Mientras Gaede estaba bajo supervisión del FBI, obtuvo empleo como programador en la planta de circuitos integrados de Intel en Chandler, Arizona. El FBI alega que alertó a Intel sobre la presencia y el pasado de Gaede. Intel niega rotundamente esta versión, argumentando que si la compañía hubiera conocido el pasado de Gaede, «No cabe la menor duda de que no lo hubiéramos empleado.»
Intel dejó cesante a Gaede en junio de 1994, pero para entonces había logrado filmar por completo la base de datos del proceso del Pentium, irónicamente, usando una terminal instalada por Intel. Colocó una cámara y filmó las especificaciones mientras pasaban por la pantalla. Poco después, huyó a Sud América y empezó a vender la tecnología a través de las embajadas de China e Irán. Supuestamente, entrenó y aconsejó a ingenieros chinos e iraníes en los procesos manufactureros norteamericanos. Gaede fue arrestado por las autoridades argentinas mientras intentaba enterrar unos videos y documentos, y luego interrogado por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y la CIA en Buenos Aires.
El jefe de Seguridad de Intel, Steve Lund, se encontró con Gaede en Buenos Aires el 14 de mayo de 1995. Gaede le confesó a Lund haber robado documentos y equipos de AMD y de habérselos entregado a los cubanos. También admitió haber copiado el proceso Pentium de Intel y de haberlo entregado a ciertos países. Según Intel, Gaede envió además un video con la tecnología del Pentium a su rival AMD. Como resultado de estos hechos, Intel presentó una queja civil contra Gaede en la Argentina y una denuncia criminal en el Distrito Federal de San José, en el estado de California. Gaede niega haber enviado cassettes a AMD y acusa a la CIA de haberlo arreglado todo.
Gaede retornó a los Estados Unidos en junio de 1995 y fue arrestado por el FBI el 23 de septiembre. Se representó a sí mismo en la corte federal y se declaró culpable después de llegar a un arreglo con los fiscales. El acuerdo incluye una cláusula recomendando en contra de su deportación a pesar de que era bien sabido de que Gaede estaba ilegalmente en el país. El Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) procedió a deportarlo sin atenerse a esta recomendación. Inicialmente, Gaede prevaleció en su caso de deportación, pero el gobierno apeló la decisión del juez. La Corte de Apelaciones de Inmigración retornó el caso a la Corte de Inmigración, y Gaede fue deportado.
Durante el juicio a Gaede, AMD, el FBI, y la Fiscalía Federal de los Estados Unidos, todas ellas afectadas por estos sucesos, se quejaron de que no había leyes adecuadas para procesar casos como el suyo. Apenas unos meses después del caso de Gaede, el Congreso de los Estados Unidos paso la Ley de Espionaje Industrial de 1996, legislación que sería de ahí en más usada para procesar casos como el de Gaede. Lo que se discute en estos momentos es exactamente qué secretos los tres hombres le dieron a la inteligencia norteamericana, cuán valiosa era la información, y si Washington pensaba que eran genuina o una provocación castrista.
Gaede dice que el grupo incluía al antiguo compañero de Cohen en la escuela secundaria Rolando Sarraff, un experto en grabaciones de audio del Ministerio del Interior, y su esposa cubana, una matemática del Ministerio del Interior (Las agencias de inteligencia contratan a menudo matemáticos como criptógrafos, creadores y descifradores de códigos, que usualmente son matemáticamente basados). Gaede dice que conoció a ambos cuando el grupo reunía su paquete de secretos. Cohen asegura rotundamente que ni su entonces mujer, ni Sarraff participaron.
El primer lote de información se dividió entre lo que Gaede llama una lista A y una lista B. «Cohen me dijo, denles de inmediato la lista A. Pero sólo si ellos están de acuerdo en trabajar con nosotros sobre una base regular, tendrán la lista B», entre las dos listas estaban los nombres de varios espías y colaboradores cubanos, incluyendo un bien conocido exiliado cubano en Miami, un profesor de la Universidad de Wisconsin, la esposa argentina de un ejecutivo de la IBM y el empleado de una compañía telefónica en Nueva York, los nombres de varios agentes de la inteligencia cubana destacados en el extranjero, los números modelo de tres máquinas cifradoras fabricadas en EEUU que los descifradores cubanos habían penetrado y una descripción de un programa cubano de computación que busca información sobre los antecedentes de los visitantes extranjeros.
Cohen asiente que compartió secretos con Gaede, pero no dice nada sobre el contenido, y reconoce que las listas de las personas eran nombres que la inteligencia cubana intentaba reclutar como espías en vez de agentes confirmados.
«Yo le di información a Bill Gaede», dijo Cohen. «Eso no es mentira. Eso es verdad. Yo no sé lo que él hizo con esa información». Gaede cuenta que la información la llevó a Langley sede de la CIA, en Virginia. Renté un auto, manejé hasta las instalaciones y dije: «Me gustaría hablar con un agente de casos», recuerda Gaede.
«Me despidieron de inmediato. Me mantuve llamándolos y, finalmente, nos reunimos a eso de las 10 p.m., fuera del edificio principal.
Esta dama salió, le dije todo y ella manifestó: ‘Estaremos en contacto’. Pensé que había fallado y que más nunca oiría de ellos». Unos 45 días después, Gaede recibió una llamada del FBI. Dos agentes vinieron a su casa, sin saber que Gaede la había llenado de cámaras y grabadoras ocultas. El hecho de que fuera el FBI el que regresara a él en vez de la CIA, sugiere que los estadounidenses consideraban a Gaede y a sus amigos cubanos como impostores, el FBI es una organización del cumplimiento de la ley a cargo de atrapar espías extranjeros, no una agencia de inteligencia que lleva a cabo espionaje en el extranjero. Y en largas conversaciones durante tres días, los agentes dejaron claro que estaban escépticos sobre los amigos cubanos de Gaede.
Su escepticismo sólo creció cuando Gaede presentó una lista de equipos que los cubanos querían que les suministrara la CIA, como una computadora, un radio de onda corta y códigos, cosas que le darían a la inteligencia cubana un valiosa información sobre las operaciones de la CIA. Gaede se asustó tanto de la visita del FBI que se escondió por varios meses en Europa. Cuando regresó en marzo de 1993, envió a su esposa sola a Cuba para recolectar otro grupo de secretos. Gaede le dio a ella un mensaje para entregar a Cohen: «Ellos no nos creen. Tienen que enviarles algo mejor».
Pero los agentes del FBI –a los que se unieron en esta ocasión dos agentes de la CIA, quienes dijeron poco pero dejaron en claro que compartían el escepticismo del FBI– no quedaron más impresionados con el segundo envío, que consistía más en cartas de agentes del Ministerio del Interior que expresaban su sinceridad, que en secretos. «Hay ciertas formas, ciertos procedimientos, ciertos protocolos, que un genuino agente de inteligencia sigue cuando desea desertar y estos tipos saben eso», dijo uno de los agentes del FBI.
«¿Por qué no envían algo valioso, como una tarjeta cifrada (una clave de los códigos cubanos de inteligencia)? Ellos están en el corazón del Ministerio del Interior, ellos valen más que un general porque están en los detalles día a día que son importantes para nosotros, y ellos no envían nada importante para presentar su caso. Ellos nos envían ‘cartas de amor’, basura filosófica. Alguna de la información es buena, pero sólo levanta más sospechas. Es como si Fidel Castro nos estuviera tendiendo una trampa».
«La CIA y el FBI creyeron que todo esto lo administraba Fidel Castro», dice Gaede.
«Y, cuando terminaron de hablar conmigo, estuve de acuerdo». El FBI, al tratar evidentemente de construir un caso penal, dijo a Gaede que se mantuviera en contacto con Cohen. Los agentes intervinieron el teléfono de Gaede y le dieron un apartado postal que podía decirle a Cohen que era seguro. Y durante el próximo año, Gaede dijo que lo contactaron varias veces amigos y parientes de agentes del Ministerio de Interior, quienes le ofrecieron secretos nuevos de menor valor.
«Finalmente, todo fue desvaneciéndose», dijo Gaede.
Al sentirse hostigado por el FBI y traicionado por Cohen, Gaede desapareció de nuevo, en esta ocasión en Argentina, donde vendió secretos a Irán y China robados a su último empleador, Intel, incluyendo el diseño de su nuevo chip de computadora Pentium. La inteligencia de Argentina lo vio saliendo un día de la embajada iraní en Buenos Aires, en 1994 lo arrestó y se lo entregó a la CIA para que lo interrogaran. Cohen huyó en 1994 de La Habana –en una balsa, no como parte de una operación de extracción de la CIA, como se informó en algunas versiones fragmentarias de su escape, dijo. «Ojalá hubiera sido una operación», manifestó. «Porque a mí sí me atrapan en el mar, me matan».
Pero da pocos detalles de esa fuga, aunque agrega que lo acompañó otro agente de la inteligencia cubana al que nunca se le ha identificado públicamente y, según presume, vive bajo una identidad asumida con la ayuda del gobierno de Estados Unidos. Cohen agrega que su defección llevó al gobierno cubano a desmantelar su antiguo departamento del Ministerio del Interior y a arrestar a su amigo Sarraff quizás por la sospecha de que él también planeaba desertar, o quizás como una venganza mezquina.
«A mí me parece que el gobierno cubano dijo: ‘No era sólo (Cohen). Esto era una conspiración’», manifestó Cohen. «Querían dar una lección. ‘Tenemos que atrapar a alguien’». Cohen dice que Bill Gaede es un mentiroso malintencionado. «Él ha dicho por ejemplo, que yo era doble agente. Si todo eso fuera así, yo no estuviera en este país, libre, viviendo durante 20 años en este país. Por eso lo que dice Bill Gaede no tiene credibilidad. El que conoce la información que yo entregué es el FBI o la CIA». En las semanas pasadas Bill Gaede colgó en la red información sobre el grupo de espías, en especial de Sarraff Trujillo, con todas las reservas que puedo tener de un espía, no deja de ser interesante y hasta lógico algunas de sus afirmaciones.
«Rolando Sarraff Trujillo, conocido también como ‘Roly’. Mi amigo, mi compañero de armas de hace 20 años. Es el espía que los EE.UU supuestamente obtuvieron el otro día a cambio de los restantes miembros del Grupo de los Cinco espías cubanos. Digo ‘supuestamente’ porque aquí estamos 4 días más tarde y los EE.UU todavía no han confirmado el nombre del agente que obtuvieron. (…) Y a Roly lo llevaron por la puerta trasera en secreto hacia un lugar desconocido. Las agencias de inteligencia, en cambio, sigilosamente filtran su nombre a la prensa.
El The New York Time lo puso en su portada. Ahora, eso no es totalmente inusual. Un espía no se presenta de repente una mañana y termina esa noche en el noticiero. Lo tienen que interrogar, le tienen que hacer preguntas ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Qué información trajo? Pero ese procedimiento es aplicable a espías activos. Roly ha estado en prisión desde hace 20 años.
Él no tiene información para darle al gobierno de los EE.UU. Él no tiene la menor idea de lo que está ocurriendo en el mundo del espionaje. El gobierno de los EE.UU preferiría tener un desertor del Ministerio del Interior de Cuba con información fresca…quienes son los espías actuales dentro de los EE.UU. Esa es la información que los EE.UU pueden usar. Pero Roly…él no tiene ninguna información de utilidad para darle a los EE.UU. ¿Entonces? ¿Por qué pedirían los EE.UU a Roly? Bueno, no seamos ingenuos. Los EE.UU han estado negociando con los cubanos por un buen rato. En el 2009 Obama declaró que quería establecer relaciones normales con Cuba. Han estado negociando por un año y medio, posiblemente mucho más.
Y Obama supo de entrada que iba a haber protestas de la comunidad cubana en el exilio y de los políticos conservadores ¿Qué es esto de normalizar relaciones con Cuba? Entonces, imagínense que Obama hubiera entregado al Grupo de los Cinco espías cubanos a cambio de nada… ¡No! Él tenía que obtener algo a cambio. Lo están atacando en este momento por lo que hizo. ¿Se imaginan que estarían diciendo si no hubiera conseguido nada a cambio? Pero él no podía conformarse con un Don Nadie.
¿Qué tal que Raúl Castro, el presidente de Cuba, le dijera, «Aquí tienes a José Pérez.»? ¿Qué? ¿Quién carajos es José Pérez? ¿Qué hizo él por la libertad y la democracia? Entonces, buscaron a quien tuviera cierto valor. Y Roly reunía los requisitos mínimos. Estuvo preso 20 años, estuvo en reclusión solitaria la mayor parte de ese tiempo. Entonces, él reunía las condiciones básicas que buscaban. Pero eso no era suficiente. Tenían que agrandarlo para que fuera todo un héroe. Porque la gente preguntaría, perfecto, estuvo preso por 20 años, pero ¿Qué hizo por nosotros?
Entonces tuvieron que inventar la historia, que también filtraron por los medios… Que Roly también ayudó a capturar a gente importante, entre ellos a los Cinco Cubanos, a Ana Belén Montes, y a Kendall y Gwen Myers. Pero ¿Quiénes son estas personas? La mayoría de la gente ahí afuera no tiene idea de quienes son estos tipos. Pero los cubanos en Miami, ellos saben quiénes son toda esa gente. Los bebés en Miami aprenden a decir «Ana Belén Montes» antes de aprender a decir «mamá». Todo el mundo sabe quiénes son esta gente en la Pequeña Habana (Miami).
El espía cubano José Cohen
Pero los Cinco fueron arrestados el 12 de septiembre de 1998. Ana Belén Montes fue arrestada el 21 de septiembre del 2001, 10 días después de la caída de las Torres Gemelas. Y Kendall Myers fue arrestado en el 2009. Entonces uno se pregunta, «¿Cómo es que Roly contribuyó a la captura de toda esta gente si estaba preso desde 1995?» entonces trabajaron el cuentito un poquito más y alegaron de que Roly trabajaba en criptografía. Nos dio los códigos que nos permitió monitorear las conversaciones entre Cuba y estos agentes. Escuchamos y los pudimos detener.
Bueno, si revisas las historias de cómo atraparon a estos agentes, no fueron mediante códigos criptográficos. Fue de otra manera. Por ejemplo, en el caso de los Cinco Cubanos, dice aquí que …la redada fue asistida por las autoridades cubanas cuando cooperaron con el FBI en 1997…Los cubanos entregaron al FBI 175 documentos para investigar el rol de Posadas Carriles en el caso de la bomba terrorista que explotó en La Habana en 1997. Pero el FBI no usó la información para investigar a Posadas. En cambio, la usó para desenmascarar a la red que incluía a los Cinco Cubanos.
Kendall Myers…Basado en información contribuida por el FBI, el Servicio de Seguridad Diplomática condujo una investigación interna… que resultó en la identificación del Sr Myers como el posible agente cubano y que derivó en su arresto. No identificaron a esta gente mediante códigos y mucho menos a través de Roly, pero tuvieron que agrandar a Roly y transformarlo en un héroe. Entonces la pregunta sigue pendiente. ¿Quién es Rolando Sarraff Trujillo en realidad? ¿Qué hizo él por la libertad y la democracia? El lugar más apropiado para iniciar el relato es por conocer a los participantes de esta saga y así entender qué papel juega cada uno. Hagamos eso a continuación, conozcamos a los jugadores.
A principios de los 90 la rama de la inteligencia del Ministerio del Interior cubano estaba compuesta por 20 departamentos, cada uno designado con la letra M. la sección encargada de eludir el bloqueo científico y tecnológico era el M-VI. Yo le entregaba información a esta sección. Y llegué a conocer a varios de sus integrantes personalmente dentro de Cuba y alrededor del mundo. El jefe del M-VI era el Coronel Agustín Broche, alias ‘Marcos’.
Debajo de él estaba el Mayor Onelio Beovides, alias René. Debajo de él estaban los capitanes Mario Dortas, conocidos como Ramón…Orlando Boucourt, alias Julián Rosa, Luis Agüero y Baudillo Quintiliano. Yo los llegué a conocer a estos agentes personalmente. Y al fondo del escalafón estaba el analista de la información que yo enviaba a Cuba: el teniente José Cohen
Valdés, alias Pepe. Notaran que Rolando Sarraff no figura en este cuadro. Eso es porque Roly no trabajaba para el M-VI.
Él trabajaba para el M-XV, la sección encargada de escuches, pinchazos, monitoreos y vigilancias. Roly estudió periodismo y no reclutan a periodistas para trabajar en criptología. En cambio había otra persona, la esposa del Teniente Pepe Cohen, la Capitana Lázara Brito González. Ella trabajaba para el M-XI que se encargaba de Criptología. Lázara era una matemática. Si había alguien quien podía entregar códigos criptográficos a los EEUU era ella.
¡Pero jamás lo hizo! Yeso le pareció sospechoso al FBI y a la CIA. ¿Por qué no podía Lázara darle a la CIA una tarjeta criptográfica que le permitiera descifrar los códigos que usaba Cuba para comunicarse con sus agentes en USA?
Pepe Cohen me introdujo a Rolando Sarraff Trujillo en junio de 1992. Formamos una célula, una célula subversiva, una célula contra- revolucionaria. El propósito de la célula era proveer a la CIA con información de inteligencia los siguientes son algunos nombres que Roly y Pepe me entregaron para que yo los entregue a la CIA… Estos eran agentes que trabajaban para Cuba, topos y espías operando dentro de los EEUU. Sin embargo, el FBI y la CIA seguían creyendo de que Pepe, Roly, y Lázara eran parte de una operación… controlada por Fidel Castro y dirigida contra los EEUU.
Las cosas se tornaron más sospechosas cuando el 2 jefe del M-VI, el Mayor Onelio Beovides, alias René, se escapó de Cuba en enero de 1993, aterrizó en Dublín, Irlanda, y fue recogido por la CIA. Estos acontecimientos les parecieron muy sospechosos a la CIA y al FBI. Mucho de lo que ocurriría en los siguientes meses giraría en torno de Roly y René. Para fines de marzo de 1994, las agencias americanas de inteligencia no habían hecho contacto con Pepe o con Roly porque creían que Pepe y Roly eran parte de una operación de contraespionaje del gobierno cubano. Es a raíz de que las agencias norteamericanas no les tenían confianza a este trio cubano que jamás idearon un plan para sacarlos de Cuba.
Ellos iban a tener que salir por sus propios medios. Pepe se escapó de Cuba en una balsa en agosto de 1994. Fue juzgado in absentia y condenado a muerte. Lázara fue detenida brevemente. Roly fue arrestado unos meses más tarde y sentenciado a 25 años de prisión. Entonces desechemos esta noción de que Roly era un santito como algunas fuentes desinformadas alegan hoy en día. Roly era un miembro del PR-2, una célula. Yo fui parte de esa célula. Nuestra meta era de proveer a la CIA de información o tal vez de desinformar a la CIA. ¡Es por eso que lo metieron en prisión! Tuvo suerte queel gobierno cubano no lo ejecutó. Los Estados Unidos también sentenciaron a Ana Belén Montes a 25 años de prisión… y ejecutaron a Julius y Ethel Rosenberg.
El espionaje es penado severamente en todos los países y en Cuba no es una excepción. También descartemos la idea de que las agencias de inteligencia confiaron en Roly. Jamás movieron un dedo para sacarlo en dos años. Y finalmente acabemos con la mitología de que Roly contribuyó con información…mucho menos de índole criptográfica, para atrapar a los Cinco Cubanos, a Ana Belén Montes o a los Myers. Digámoslo como es. A Roly lo están usando para propaganda. (..) El único tema que queda por resolver en todo este asunto es el paradero de René. No ha aparecido en Cuba ni en Miami. Tal vez la CIA todavía lo está sumergiendo en el agua en uno de sus sitios negros.»
¿Qué méritos tiene Sarraff Trujillo? No logró destruir ni hacer daño a la familia Castro, ni al Ministro del Interior, ni al grupo político de su entorno, ni a los generales ni coroneles. El New York Time le dio una gran cobertura y dejó fluir cierta información, este periódico que contribuyó en hacer de Fidel Castro una leyenda, eso me huele mucho más a podrido. Para lo único que sirvió Sarraff Trujillo es para que Obama soltara tres espías reales y aun viejito gagá, que no me sorprendería que fue preparado para plantarlo en Cuba y luego usado, esto se fue cocinando hace mucho tiempo.
Para romper un código de cifrado no es necesario el Roly ¿No es suficiente la Agencia de Seguridad Nacional? Me huele más a un agente preparado por los servicios castristas, en ese mundo y en especial en Cuba no es usual que dejen vivo a un traidor. Siempre matan a los verdaderos traidores, los que mantienen vivos son para presentarlos al enemigo como infiltrados para que los acepten. Hay que recordar que el G2 ha plantado agentes dobles a manos llenas.
En una carta abierta Sarraff Trujillo dijo: «Yo sigo firme en mi profunda convicción de defender mi verdad, honor y dignidad, aún en las peores circunstancias, porque es lo que me exige y necesita mi conciencia con la que sigo estando en paz. Si puedo ser útil en este proceso bienvenido sea, pero cualquier propuesta o condición que considere indecorosa será inaceptable para mí, no puedo ir contra mi propia naturaleza.» Que dignidad puede tener un tipo que hizo carrera sirviendo al dictador Fidel Castro, espiando a sus compatriotas, y más aún si fuera verdad que se pasó «honestamente» de bando, un traidor. Hay muchísimos presos en Cuba que no tenían la posibilidad de escribir ninguna carta abierta. Los casi 20 años de preso en la Villa Marista que se lo crean los idiotas.
Rolando Sarraff Trujillo es hijo de un coronel, los padres de Rolando Sarraff Trujillo, fueron agentes de la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior
de Cuba hasta que se jubilaron. El teniente coronel Rolando Sarraff Elías, tanto como Odesa Trujillo estudiaron en una escuela selecta del KGB para agentes especiales cubanos. Su hermana Vilma Sarraff, que reside en Tarancón (Cuenca) España, explicó que las informaciones sobre su doble vida «son fantasía, la única persona que puede decir si es cierto o no es el propio Roly». Para esta bióloga, casada con un español y que se dedica al turismo, su hermano siempre ha sido «un hombre extraordinario, de gran formación y cultura, que no quiere protagonismos y con quien se han violado todos los derechos humanos».
Rolando Sarraff Trujillo, junto a sus padres en la prisión de Villa Marista
Vilma como Katia la pequeña de esta familia de abuelos libaneses, viven en España desde hace 20 y 16 años, respectivamente. Katia Sarraff es médica y se ha establecido en Palma de Mallorca. Los cinco miembros de la familia estudiaron en la Universidad de La Habana. Sus padres y Rolando hicieron Periodismo. Sarraff Elías llegó a ser corresponsal de Prensa Latina. Mientras espera inquieta sus noticias, Vilma Sarraff afirma que «me da lo mismo lo que sea Rolando, siempre será el hombre de mirada limpia de ojos azules que yo quiero y que se merece estar libre». Y los demás a comer pescado podrido.
3 de enero de 2015.