OSCAR LÓPEZ RIVERA Y LAS FALN

EL IZQUIERDISMO BORICUA

Ricardo Veisaga

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Desde hace varios años, los medios de comunicación y distintos personajes llevaron a cabo una campaña para la liberación de Oscar López Rivera, finalmente concedida por el camarada Barack Obama, tildándoselo como preso político y hallado culpable por asociación de sedición por su supuesta relación con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Los eventos criminales en que se vio involucrado Oscar López Rivera, ocurrieron hace más de cuatro décadas, y es necesario refrescar la memoria de muchos.

En el cuento se dice o se hace pasar a Oscar López Rivera como un abuelito que estuvo preso por ser independentista y que nunca estuvo involucrado en hechos de sangre. El historial terrorista de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), desde octubre de 1974 hasta agosto de 1983, incluye unos 120 atentados dinamiteros, cinco muertes, más de 80 heridos y 3.5 millones de dólares en daños a la propiedad.

Los grupos terroristas puertorriqueños Movimiento Independentista Revolucionario Armado (MIRA) y los Comandos Armados de Liberación (CAL), en 1973 ya habían sido neutralizados. El MIRA fue infiltrado por el policía Rafael Antonio Nieves, produciendo acusaciones por conspiración contra 20 de sus miembros, y los Comandos Armados de Liberación (CAL) se disolvieron luego que el Partido

Socialista Puertorriqueño (PSP) optó por la vía electoral, y le retiró su apoyo públicamente tras la colocación de dos bombas el 20 de mayo de 1972 en el hotel Cerromar de Dorado durante el certamen de Miss U.S.A.

La FALN surgió de la reestructuración de MIRA de Filiberto Ojeda Ríos, conocido como el padrino del terrorismo puertorriqueño, con el objeto de «abrir un segundo frente de lucha en territorio enemigo». Los ataques de la FALN en territorio norteamericano obtuvieron más publicidad internacional que el logrado por sus acciones en Puerto Rico. Filiberto Inocencio Ojeda Ríos, nació en Naguabo el 26 de abril de 1933 y emigró a New York en 1950. Se casó con Blanca Iris Serrano en 1952, tuvieron cuatro hijos, tres de ellos vivieron en Cuba.

Ojeda Ríos estudió música y fue trompetista de la orquesta de Miguelito Miranda, y de 1958 a 1960 con la orquesta de Vicentico Valdés. Mientras tocaba en el Club Morroco, fue reclutado para el Movimiento Libertador de Pelegrín García. Ojeda asistió a un Círculo de Estudio marxista, que lo relacionó con la revolución cubana.

En 1974, Filiberto Ojeda Ríos, reagrupó en New York a los elementos más decididos del MIRA y el CAL, para crear las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), con la asistencia de la misión cubana ante las Naciones Unidas, a través de Julián Torres Rizo, oficial de la Dirección General de Inteligencia (DGI) y Primer Secretario de la misión cubana en New York hasta 1978, quien al siguiente año, fue designado Embajador en Granada hasta la invasión estadounidense en 1983, cayendo en desgracia por su cobardía.

La FALN quería «combatir al imperio desde adentro y con todas las armas», según declaró el terrorista William Morales, y obtener publicidad internacional. El 26 de octubre de 1974, la FALN realizó cinco atentados dinamiteros contra bancos y corporaciones estadounidenses en New York. «Hemos abierto dos frentes. Uno en Puerto Rico y el otro en Estados Unidos», afirmaron en su comunicado.

Rechazaron al Partido Socialista Puertorriqueño (PSP) en 1972, afirmando que:

«para ser verdaderamente revolucionario, un partido debe educar y organizar las masas para tomar el poder a través de un vehículo organizado y disciplinado, un Ejército Revolucionario del Pueblo. Un partido que falla en hacer esto cae en el reformismo y se convierte en un agente de la burguesía para continuar la explotación y opresión del pueblo».

La FALN también se adjudicó las bombas que estallaron en las tiendas en Manhattan el día de Nochebuena de 1972 y el día de los Enamorados de 1973, y las explosiones en la estación de Policía y la Alcaldía de Newark (New Jersey), el 28 de septiembre de 1974, según ellos, en venganza por la represión policiaca contra los manifestantes hispanos en los disturbios en Newark que había incitado el PSP.

El 11 de diciembre de 1974, la FALN, colocó una bomba trampa detrás de la puerta de un edificio abandonado en el 336 E. 110 Street, en el barrio hispano, a ocho cuadras de la casa del dirigente del MIRA Carlos Feliciano Vásquez. Una mujer llamó reportando que allí había un cadáver. El policía puertorriqueño Ángel Felipe Poggi, de 22 años, perdió un ojo y recibió graves lesiones en la explosión, al abrir la puerta de entrada. En un comunicado la FALN señaló que esa era «la respuesta del pueblo puertorriqueño al asesinato brutal de Martín «Tito» Pérez por los animales sadistas del Precinto 25 el domingo, dic. 1, 1974».

Martín Pérez, músico boricua de 31 años, luego de ser arrestado apareció ahorcado en su celda. Después que una investigación interrogó a 18 testigos, un gran jurado determinó que la muerte de Pérez fue suicidio. La FALN explotó una bomba en un maletín que dejaron en un pasillo del restaurante Fraunces Tavern en el área de Wall Street, el 24 de enero de 1975, durante la hora de almuerzo, matando a cuatro personas e hiriendo a otras 55.

En el comunicado No. 4, el Comando Central de la FALN dice: «los blancos de nuestro ataque eran los banqueros, bolsistas, e importantes ejecutivos corporativos de monopolios y corporaciones multinacionales. Estos no son amigos de la clase trabajadora. Pero los enemigos de la humanidad en todas partes». Culpando a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), por la detonación de una bomba en un acto socialista en Mayagüez, que mató a dos subversivos.

El boceto de uno de los dos sospechosos del ataque a Fraunces Tavern demuestra los prominentes rasgos faciales de Filiberto Ojeda Ríos, y el otro se parece a Roberto José Todd Pagán, fundador del MIRA. Ojeda Ríos regresó a Puerto Rico en 1976 para fundar el Ejército Popular Boricua-Macheteros, al que aludía en el primer comunicado de la FALN.

El 2 de abril de 1975, la FALN detonó cuatro bombas en Manhattan, hiriendo a dos transeúntes. El 26 de octubre estallaron 12 bombas casi simultáneamente en edificios públicos y comerciales en New York, Chicago y Washington. El 19 de noviembre de 1975, Juan Antonio «Papo» Castillo Ayala, alias Víctor Flecha, quien trabajaba de mozo en un colegio rabínico, fue arrestado por el FBI en New York.

Le secuestraron manuales de guerra del ejército y recortes de periódico sobre los recientes atentados de la FALN. Castillo Ayala fue liberado el 25 de enero de 1976, ya que el caso M70-2144 al 2163 pendiente en Puerto Rico desde 1970, había sido archivado el 15 de julio de 1974 por el Juez Superior, Carlos Maldonado Casillas. Castillo Ayala regresó a la isla, y Filiberto Ojeda lo incorporó a los Macheteros.

La oficina del gobernador Rafael Hernández Colón, señaló en un comunicado a Filiberto Ojeda como miembro de la FALN «entrenado en sabotaje y terrorismo en Cuba», añadiendo que la FALN tenía 10 miembros organizados en células de tres personas en New York, Chicago y Washington, y que estaban en contacto con los terroristas norteamericanos del «Weather Underground» y con la Dirección General de inteligencia (DGI) de Cuba.

De 1974 hasta el 3 de noviembre de 1976, las FALN realizaron 60 atentados dinamiteros. Cuando la policía de Chicago ocupó una de sus casas de seguridad en el 2659 W Haddon Avenue, encontraron documentos de la FALN, 211 cartuchos de dinamita y 50 libras de nitrato de carbón, luego que un drogadicto que estaba vendiendo dinamita en la calle señalara a las autoridades el lugar que escaló para conseguirla.

Siguiendo las huellas digitales encontradas, se ordenó el arresto del jefe de la FALN Oscar López Rivera, de 33 años; su esposa Ida Luz «Lucy» Rodríguez, de 26; el lugarteniente de la FALN, Carlos Alberto Torres, de 24; y su esposa Marie Haydée Beltrán Torres, de 21, quienes se marcharon a la clandestinidad. «Lucy» Rodríguez trabajó para la Agencia de Protección Ambiental del gobierno federal, y nunca había estado en Puerto Rico, como la mayoría de los miembros de la FALN nacidos en Estados Unidos y se sentían frustrados y marginados de la sociedad.

Los terroristas puertorriqueños, muchos desempleados, vivían de asaltos a bancos y carros blindados, del narcotráfico, y del secuestro de ricos delincuentes boricuas como Raymond Márquez, el «Rey de la Bolita» en el barrio hispano de New York, quien tuvo que pagar a la FALN un jugoso rescate por su libertad. El FBI y la Policía de Chicago establecieron una conexión entre Carlos Alberto Torres y el cubano narcotraficante Luis «Cuba» Valdez, distribuidor de la droga proveniente de Cuba, según reportó el Chicago Sun-Times, abril 16, l979, página 14.

Carlos Alberto Torres, nacido en Ponce, Puerto Rico, el 19 de septiembre de 1952, de niño se trasladó a New York con su familia y luego a Chicago. En 1973 fue arrestado dos veces por conducta desordenada durante manifestaciones en la ciudad de Chicago. Su padre, el reverendo José A. Torres, fue pastor de la Primera Iglesia Congregacional de Chicago. Carlos Alberto Torres quería ser sacerdote episcopal, y su padre José le dio una carta de referencia con la que se asoció a la Comisión Nacional de Asuntos Hispanos de la Iglesia Episcopal, que desde 1972 dirigía la chicana María T. Cueto en New York.

En la guarida de la FALN en Chicago, las autoridades encontraron una carta de Torres a Cueto, por lo que ella y su secretaria Raisa Nemikin fueron citadas a comparecer ante un gran jurado federal en New York. Ambas fueron representadas por las abogadas Margaret Ratner y Elizabeth Fink del subversivo «Center for Constitutional Rights». Nemikin y María Cueto se negaron a testificar y fueron encarceladas en febrero de 1977 durante 10 meses por desacato judicial.

El obispo de la Iglesia Episcopal de Puerto Rico, Francisco Reus Froilán, activista de las causas izquierdistas, salió en defensa de Cueto.

María T. Cueto usaba su puesto para canalizar dinero de la Iglesia Episcopal a grupos terroristas, incluyendo la FALN, y los gastos de viajes a Torres como miembro sin sueldo de la Comisión. En una entrevista en el San Juan Star, agosto 12, 1984, cuando cumplía una segunda condena por desacato criminal, Cueto dijo:

«encontré que lo que el gobierno estaba haciendo a mi gente era lo mismo que le estaba haciendo a los puertorriqueños en el Este. El gobierno tiene un plan deliberado, y es una cuestión de luchar contra el genocidio. Por lo tanto, la FALN tiene un derecho legítimo de existir».

El rastro de la dinamita encontrada a la FALN en Chicago, condujo hasta un área de construcción en Denver, Colorado, donde residía el chicano marxista Ricardo Romero, miembro fundador de la Comisión Nacional de Asuntos Hispanos de la Iglesia Episcopal. Explosivos usados en New York y Chicago fueron robados cerca de Tierra Amarilla, Nuevo México, foco de actividad política de chicanos izquierdistas como Pedro Archuleta, miembro de la Comisión.

Pedro Archuleta, quien tenía por abogado a José «Abby» Lugo, defensor de los Macheteros, fue encarcelado 10 meses por desacato judicial ante un gran jurado federal de New York, cuando se negó a contestar las siguientes preguntas: «¿Sabe usted cual es el origen de los explosivos que se emplearon en la acción terrorista perpetrada contra Fraunces Tavern? y ¿Robó usted dinamita de las obras de construcción en Heron Dam, cerca de Parkview, Nuevo México?».

En 1977, activistas ligados a la FALN y chicanos izquierdistas crearon el Movimiento de Liberación Nacional (MLN) dirigida por Julio Rosado Ayala en New York, quien fue reportero del San Juan Star, y junto a su hermano Luis, que pertenecía a la Comisión Nacional de Asuntos Hispanos de la Iglesia Episcopal.

Los hermanos Andrés, Julio y Luis Rosado Ayala, veteranos del ejército de los Estados Unidos, fueron encarcelados al negarse a que les tomaran pruebas de la voz, las huellas digitales y caligrafía, para compararlos con grabaciones telefónicas y comunicados de la FALN atribuyéndose atentados dinamiteros.

Los Rosado fueron representados por el izquierdista William Kunstler, quien defendió al terrorista Carlos Feliciano Vásquez del MIRA, y abogado del jefe machetero Filiberto Ojeda Ríos, arrestado el 30 de agosto de 1985 por el robo de 7.2 millones de dólares de la Wells Fargo en Hartford (Connecticut). El 3 de agosto de 1977, Marie Beltrán Torres, dejó una bomba dentro de una sombrilla en la oficina de empleo de la Mobil Oil en New York, la bomba decapitó a uno e hirió a varias personas. Su huella digital apareció en la solicitud de empleo que entregó con nombre falso, para entrar en el edificio.

El 12 de julio de 1978, a William Morales, de 28 años, le estalló una bomba que preparaba en Queens, cercenándole las manos, cegándole un ojo y desfigurándole el rostro. Morales había sido compañero de escuela de Luis Rosado, y su esposa Dylcia Noemí Pagán lo involucró en el activismo político. En su apartamento de la 96 Street, Queens, encontraron 66 cartuchos de dinamita, 530 libras de químicos, tanques de gas propano que usaban en sus bombas, mecanismos de tiempo, armas, mil libras de municiones, y comunicados de la FALN.

También dinero y equipo perteneciente a la Comisión Nacional de Asuntos Hispanos de la Iglesia Episcopal, a la cual Morales perteneció en 1975. William Morales, se declaró «prisionero de guerra», y fue sentenciado, pero logró escapar del hospital Bellevue el 21 de mayo de 1979 con la ayuda de su abogada comunista, la activista lesbiana Susan Tipograph, quien le proveyó un alicate y coordinó la fuga en un auto de los miembros de la «Organización Comunista 19 de Mayo» y del «Ejército Negro de Liberación» (BLA).

Luego del triunfo de la revolución Sandinista en Nicaragua en julio de 1979, desde Cuba le ordenaron a Filiberto Ojeda Ríos reunir a todos los grupos puertorriqueños en un solo mando directivo. El Departamento América del Partido Comunista de Cuba, por razones de seguridad quería una sola representación puertorriqueña. En septiembre de 1979, Filiberto Ojeda Ríos, Juan A. Corretjer y Federico Cintrón Fiallo, jefe de las Fuerzas Armadas de Resistencia Popular (FARP), crearon el Partido Revolucionario de los Trabajadores Puertorriqueños (PRTP), que incorporaba la FARP, la FALN, el Ejército Popular Boricua-Macheteros, y la Organización de Voluntarios por la Revolución Puertorriqueña (OVRP).

La primera acción del grupo fue las detonaciones de ocho bombas en Puerto Rico, Chicago y New York, el 17 de octubre de 1979. El 4 de abril de 1980, once terroristas del FALN que habían robado una camioneta, fueron detenidos mientras aguardaban asaltar un camión blindado en la Universidad Northwestern en Evanston (Illinois).

Carlos Alberto Torres, su esposa Marie Haydée Beltrán Torres, Ida Luz Rodríguez, (esposa del jefe de la FALN Oscar López Rivera), Dylcia Noemí Pagán (esposa de William Morales), Alicia Rodríguez, Carmen Hilda Valentín, Ricardo Jiménez, Elizam Escobar, Adolfo Matos, Luis Rosa y Alfredo «Freddie» Méndez, quienes se declararon «prisioneros de guerra», se negaron a comparecer, y le gritaron «payaso» y «títere» al juez que los sentenció de 55 a 90 años de presidio.

«Lo único que siento es no poder darles la pena de muerte», les respondió el magistrado. Carmen Valentín le dijo al juez Thomas McMilen «Tienes suerte de que no podemos agarrarte en este momento», Dylcia Pagan dirigiéndose a la Corte le dijo: «A todos ustedes, yo les aconsejo que cuiden sus espaldas».

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Frank Connor, víctima mortal del atentado en Fraunces Tavern de New York.

La licencia de conducir de Ida Luz Rodríguez tenía la dirección de una casa en Milwaukee (Wisconsin) donde residía con su esposo Oscar López Rivera, quien logró evadirse antes que las autoridades allanaran el lugar. Decomisando un rifle robado de una armería de la Guardia Nacional en Oak Creek (Wisconsin), y un disfraz de cartero usado en el asalto a un camión blindado en Milwaukee el 24 de diciembre de 1979. William Morales dirigió el operativo contra la armería, pero no pudieron obtener más armamentos porque no aparecieron dos miembros de la FALN supuestos a llevar ametralladoras y explosivos para volar una puerta interior.

El FBI allanó el apartamento de Carlos Alberto Torres y Marie Haydée Beltrán en Jersey City (New Jersey), encontrando una lista con los nombres de 100 ejecutivos de corporaciones estadounidenses, para posibles secuestros por rescate. William Morales huyó a México en septiembre de 1980, y «Freddie» Méndez, quien no sabía hablar español, comenzó a cooperar con el FBI, para que le rebajaran su condena de 75 a 20 años.

Alfredo Méndez confesó los métodos de operación y las casas de seguridad de la FALN, en las que fabricaban escondites para las armas, explosivos, uniformes y documentos tras paneles falsos en los pisos y las paredes, en los marcos de las puertas, debajo de las sillas y dentro de televisores.

Oscar López Rivera, fue detenido el 29 de mayo de 1981 por la policía de tránsito de Glenview, un suburbio de Chicago, al no parar su auto en una intersección y doblar equivocadamente. Se le encontró una pistola, y fue arrestado junto a Wilfredo Santana Pinto, quien fue puesto en libertad. López Rivera fue convicto a 55 años de presidio con el testimonio de «Freddie» Méndez.

Alfredo Méndez declaró que fue reclutado por el profesor José López Rivera, hermano de Oscar jefe de la FALN, cuando estudiaba en Northeastern Illinois University. Ida Luz Rodríguez y Carmen Hilda Valentín también asistieron a dicha universidad, mientras Carlos Alberto Torres, Marie Haydée Beltrán, Alicia Rodríguez y Luis Rosa estudiaron en la Universidad de Illinois – Circle Campus.

Alfredo Méndez señaló que las decisiones para las grandes operaciones necesitaban la aprobación del Comando Central de la FALN, que lo integraban Julio Rosado Ayala, del (MLN) en New York; el profesor José López Rivera en Chicago; y el fallecido Juan Antonio Corretjer Montes, secretario general en San Juan de la Liga Socialista Puertorriqueña (LSP). Comentó que los miembros de la FALN en Chicago usaban máscaras cuando se reunían, y a veces dormían con ellas, para ocultar su identidad entre ellos.

El 16 de mayo fueron colocadas bombas en numerosos lugares, una de las llamadas fue realizada al aeropuerto internacional John Kennedy, la persona se identificó como miembro de «Puerto Rican Armed Resistance», brazo armado de las FALN, la bomba explotó en el baño de hombres de la terminal de Pan Am, matando a un trabajador de mantenimiento de 19 años de edad. El 28 de febrero de 1982 en New York bajo el mando de Luis Rosado Ayala, detonaron cuatro explosivos en el distrito financiero de Wall Street. Luis Rosado Ayala era prófugo por un asalto y secuestro en Chicago de diciembre de 1980.

En marzo de 1982, el FBI encontró en una casa clandestina rentada en Pittsburgh por Nathaniel Burns, del «Ejército Negro de Liberación» (BLA), las huellas digitales de Julio Rosado Ayala, de la FALN, de Joanne Chesimard, dirigente del (BLA) y prófuga del presidio desde 1979, y del abogado subversivo Michael Deutsch, defensor de varios miembros de la FALN y del machetero Orlando González Claudio.

El 19 de septiembre de 1982, la FALN detonó un explosivo frente a un banco en New York, y el 31 de diciembre estallaron bombas en el cuartel general de la Policía, en el Centro de Corrección federal, en el edificio de oficinas federales, en el Tribunal Federal de Brooklyn, y un quinto artefacto fue neutralizado. Un policía perdió una pierna y dos del equipo de explosivos fueron gravemente heridos, con pérdida parcial de los dedos y la vista. Luis Rosado Ayala fue identificado por Alfredo «Freddie» Méndez como el que llamó a una estación de noticias para atribuirle a la FALN los atentados.

El 17 de diciembre de 1982, Julio Rosado Ayala visitó Puerto Rico y fue fotografiado durante una reunión con el terrorista Juan A. Corretjer, comandante de los Macheteros, miembro del «Comando Central de la FALN» y dirigente de la «Liga Socialista Puertorriqueña» (LSP); el dominicano Federico Cintrón Fiallo, jefe de las «Fuerzas Armadas de Resistencia Popular» (FARP), y militante del «Comité Unitario Contra la Represión» (CUCRE) y de la LSP, arrestado en 1976 por robo bancario; y Carlos Noya Murati, militante del CUCRE y de la LSP.

El 16 de febrero de 1983, fueron sentenciados a 3 años de cárcel Esteban Guerra, los hermanos Andrés y Julio Rosado Ayala, y los chicanos Ricardo Romero y María Cueto, todos miembros de la Comisión Nacional de Asuntos Hispanos de la Iglesia Episcopal. Las huellas digitales de dos de los acusados y un arma comprada por Andrés Rosado fueron encontradas en el apartamento de seguridad de la FALN donde le estalló la bomba a William Morales. El 26 de mayo de 1983, Morales fue detenido en un café en Puebla (México), mientras esperaba una llamada telefónica de Chicago.

En la balacera murieron su guardaespaldas Adelaido Villalfranco Contreras y un policía. En un tiroteo posterior en la residencia de Morales en Cholula, murió su amante Patricia Judith Vidrio Anguiano, y el hijo de ella, de 13 años, resultó herido, y dos terroristas escaparon. Morales dijo que firmó (no tenía manos) una confesión y dos documentos jurídicos después que fue golpeado y torturado con choques eléctricos por las autoridades mexicanas.

La confesión señala que William Morales y sus compinches fueron a Puebla para poner bombas en una reunión de legisladores mexicanos y norteamericanos. El 11 de diciembre de 1984, Morales fue sentenciado a 12 años de presidio en México por homicidio, y una orden de extradición a New York por una condena en suspenso de 29 a 89 años.

El 29 de junio de 1983, fueron arrestado en Chicago Alejandrina Torres (esposa del reverendo José A. Torres y madrastra de Carlos Alberto Torres), Edwin Cortés, Alberto Rodríguez y José Luis Rodríguez, y allanados dos apartamentos de seguridad, donde encontraron armas, miles de balas, documentos de identificación falsos, chalecos a prueba de bala, disfraces, 24 detonadores y 21 libras de dinamita. El FBI estuvo vigilando por 6 meses el lugar con micrófonos y una cámara que grabó 130 horas de video.

Alquilaron un apartamento vecino y filmaban cada vez que los oían entrar. Desde uno de los teléfonos interceptados, Alejandrina Torres, llamó a William Morales a Puebla el 19 de mayo, revelando la pista que condujo a su arresto. Torres, Cortés y Alberto Rodríguez asumieron su propia defensa y no reconocieron la autoridad de las cortes estadounidenses.

En octubre de 1985, fueron sentenciados a 35 años de prisión por posesión de armas, explosivos y conspiración para atacar dos instalaciones militares en Chicago y la planificación del asalto de un colector de tarifas del tránsito público. José Luis Rodríguez, sostuvo que no era miembro de la FALN, fue sentenciado a 5 años de probatoria por conspiración sediciosa. Parte de la evidencia incluyó un video que demuestra a Edwin Cortés y Alejandrina Torres fabricando bombas.

El 18 de agosto de 1983, detonaron un explosivo frente al Centro de Computadoras de la Marina en Washington. El 19 de abril de 1984, fueron sentenciadas a dos años por desacato criminal a Sylvia Baraldini, de 36 años, militante de la «Organización Comunista 19 de Mayo», y Michelle Miller, de 38 años, dirigente del «Nuevo Movimiento en Solidaridad con la Independencia y el Socialismo» de Puerto Rico.

Se encontró en el apartamento de ambas una copia carbón de un comunicado de la FALN atribuyéndose las explosiones del 28 de febrero de 1982, poco después que éstas se efectuaron. Sylvia Baraldini, asistente legal de la licenciada comunista Susan Tipograph, también fue convicta por el intento de asalto de un camión blindado en Danbury (Connecticut), en 1980.

Pamela Fadem, de 32 años, de Austin (Texas), del grupo terrorista Weather Underground, fue sentenciada a 3 años de probatoria por desacato criminal, al no testificar ante el gran jurado. Sospechada de participar en el robo de explosivos en Austin (Texas) en 1980, que fueron usados por la FALN y algunos posteriormente encontrados en casas de seguridad de la Organización Comunista 19 de Mayo y el «Praire Fire Organizing Committee» (una escisión del Weather Underground), en Pennsylvania, New Jersey y California.

En 1985, el argentino Claude Daniel Marks, de 36 años (actualmente activista en contra de Donald Trump, en California), Robert Bruce McBride, 40 años, Donna Jean Willmott, 36 años, Joan Ann Sokolower, 38 años, y Karen Myra Shain, 38 años, miembros del «Praire Fire Organizing Committee», conspiraron con el jefe de la FALN, Oscar López Rivera, para planear su fuga de la penitenciaría federal de Leavenworth (Kansas), usando ametralladoras, granadas, un arma antitanque liviano y un helicóptero.

Oscar Rivera López incluyó en el plan de fuga al asesino Grailing Brown, del «Ejército Negro de Liberación» (BLA), a Richard Cobb, y a un preso que los delató a las autoridades, a quien el FBI le pidió que continuara como encubierto hasta producirse los arrestos el 3 de julio de 1986. Marks y Jaime Delgado, consejero en Northeastern Illinois University, se reunieron con un agente encubierto del FBI, quien le vendió explosivos falsos a Marks y le colocaron un micrófono en el carro. Daniel Marks descubrió que era interceptado y se marchó a la clandestinidad.

El FBI determinó que Oscar López Rivera se comunicaba con los conspiradores a través de mensajes enviados por medio de su cuñada Dora García López y la chicana Viola Salgado, asistente legal de su abogado y las visitas, filmadas secretamente. López y Brown fueron trasladados a la prisión federal de Marion (Illinois). El señor López Rivera planificó dos intentos de fuga de la cárcel federal donde se encontraba.

En uno de ellos, de acuerdo al testimonio de testigos y grabaciones de sus propias declaraciones, Oscar López Rivera pretendía, como parte de su plan, volar la cárcel en donde se encontraba utilizando explosivos plásticos más poderosos militarmente conocidos, acribillar a balazos con armas automáticas a los guardias penales en las torres de vigilancia y lanzar granadas a aquellos guardias que lo persiguieran en su fuga.

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El concejal Roberto Maldonado de Chicago y la hija de Oscar López Rivera.

Para acometer su plan, Oscar López Rivera conspiró para asesinar a varios confinados que amenazaron a su cómplice Richard Cobb, asesinar a George Lebosky pues sospechaba que éste pudiera delatarlo, y, conspiró para asesinar al traficante de armas Michael Neece con el propósito de obtener las armas que necesitaba para el plan.

López Rivera puso en ejecución un plan para su intento de escape, lo siguiente: granadas de fragmentación, granadas de humo, granadas de fósforo, ocho rifles M- 16, dos silenciadores, 50 libras de explosivos plásticos C-4, ocho chalecos antibalas, 10 detonadores para usar con explosivos plásticos y 100 peines con 30 balas, cada uno, para uso con armas automáticas.

En el atentado terrorista de enero de 1975 en el bajo Manhattan, en el Fraunces Tavern, la bomba mató a 4 personas e hiriendo a unas 60 que quedaron heridas y mutiladas. Entre los asesinados se encuentran Frank Connor (33), que en 15 años de trabajo en el banco había ascendido de oficinista a asistente de vicepresidente de Morgan Guaranty Trust, estaba casado con Mary y padre de dos niños, Joseph de 9 años y Tom de 11 años.

El cuerpo de Frank Connor quedó tan mutilado que casi no pudo ser identificado. James Gezork (32 años) de Wilmington (Delaware), Alejandro Berger (28 años) quien trabajaba en una compañía química ubicada en Filadelfia y que recientemente se había mudado a los Estados Unidos, su esposa Diana estaba embarazada de seis meses, tres semanas antes se habían mudado desde Uruguay. Y Harold H. Sherburne (66 años) con una carrera en Wall Street de cuatro décadas.

William Newhall estaba almorzando con unos colegas y clientes, cuando la bomba de la FALN detonó justo al lado de su mesa. Frank, Alejandro y James estaban en su mesa, murieron instantáneamente, Harold que estaba en otro piso, murió días después a causa de sus heridas. Ricardo Jiménez apareció en el programa televiso Meet the press, conducida por Tim Roussert.

Tim intentó obtener una disculpa de Jiménez, sin éxito. Tim Roussert, le preguntó a Jiménez si se disculparía ante Joe y Tom Connor que perdieron a su padre en Fraunces Tavern. Respondió Jiménez:

«Si, como he dicho, ya sabes, y espero que ellos entiendan que cuando no hay intención de que algo sea al costo de la vida humana directamente de alguien, usted sabe no teníamos ninguna intención de hacerlo a propósito. Nunca en nuestras intenciones estuvo en lo que usted mantiene repetidamente de aterrorizar a la gente. Nosotros hemos tenido mucha compasión…».

En el 1999, la administración Clinton, buscando congraciarse con el congresista Luis Gutiérrez de Chicago (Gutiérrez fue miembro del PSP y siguió el ideario de personajes comunistas como Juan Antonio Corretjer), le ofreció a Oscar López Rivera clemencia ejecutiva, la cual rechazó, urdiendo la mentira, que ahora se repite, como justificación para el ofrecimiento.

Debido al cambio de la administración Clinton sobre la política contra el terrorismo, la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos realizó una investigación y el resumen de los hallazgos contenidos en el informe 106-488, de fecha 10 de diciembre de 1999, desmiente totalmente a la administración Bill Clinton. La FALN, era un grupo terrorista y Oscar López Rivera era uno de sus líderes principales. Oscar López Rivera fue convicto, luego de celebrársele un juicio, por delitos que envolvían hechos de sangre que provocaron daño físico a personas.

Oscar López Rivera, fabricó bombas, fue parte principal de una organización terrorista dirigida al derrocamiento del gobierno estadounidense y los crímenes que cometió justifican su sentencia. El informe concluye que Oscar López Rivera es una persona violenta, es un terrorista. La razón por la que Oscar López rechazó la clemencia ofrecida por el presidente Clinton fue que esta contenía como condición que Oscar López Rivera renunciara a cometer actos de violencia en el futuro. Oscar López se negó a cumplir con dicha condición.

En su evaluación, el oficial probatorio de Oscar López Rivera concluyó que el remordimiento por los actos cometidos, la rehabilitación y la conducta positiva en él, era mínima o inexistente, que él ha demostrado un sostenido y consistente compromiso con el uso de la violencia y las armas; que está dispuesto a utilizar cualquier medio para obtener su libertad con el propósito de derrocar los principios del gobierno de los Estados Unidos, y que para Oscar López Rivera la vida humana no tiene valor alguno con tal de lograr su propósito.

Oscar López Rivera era parte de la espina dorsal de una organización terrorista que asesinó a un número de personas, plantó más de 130 bombas y estuvo directa y personalmente envuelto en estos ataques con bombas y ataques incendiarios desde la década de los 70 del siglo pasado, era un reclutador de terroristas, entrenador en la fabricación y uso de bombas, sabotaje y otras técnicas de la guerra de guerrillas.

Estableció a través de la nación, guaridas y fábricas de bombas en donde escondió cientos de libras de explosivos, detonadores, aparatos de detonación retardada, armas, municiones, silenciadores, escopetas recortadas, disfraces, documentos de identidad robados y alterados, al igual que dinero producto de robos, así como vehículos de motor hurtados. Oscar López Rivera no fue un preso político.

Oscar López Rivera, que en enero recibió el perdón de Barack Obama, permanecerá aislado en la residencia de su hija hasta el próximo 17 de mayo, fecha del indulto. La hija del independentista, Clarisa López estuvo acompañada en la conferencia de prensa por Susler, por la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, el hermano, José López, la presidenta del Concejo Municipal de New York, Melissa Mark Viverito, y el congresista estadounidense Luis Gutiérrez.

La alcaldesa dijo que la llegada a Puerto Rico de Rivera significa «el triunfo de una vida dedicada a la patria y la justicia». Roberto Maldonado, concejal municipal de Chicago, anunció que acaba de presentar una medida que le dará el nombre de Oscar López Rivera, al lado oeste del bulevar Luis Muñoz Marín. Maldonado representa el distrito 26 de Chicago, que es en el que viven la mayoría de los puertorriqueños de la ciudad.

El alderman Maldonado hizo el anuncio acompañado de Clarisa López Ramos y José López Rivera, hija y hermano, respectivamente de Oscar López Rivera. Junto a ellos estuvo la presidenta del Concejo Municipal de New York, Melissa Mark Viverito.

Los puertorriqueños participarán el 11 de junio, en la quinta consulta de estatus celebrada en la Isla desde el nacimiento del Estado Libre Asociado (ELA) en 1952. Así lo garantizó el gobernador Ricardo Rosselló, al poner su firma en la «Ley para la Descolonización Inmediata de Puerto Rico» que viabiliza la consulta, la primera en que la frase «Estado Libre Asociado» no aparece en la papeleta. El congresista Luis Gutiérrez presentó el proyecto 900 de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que impulsa un plebiscito federal en Puerto Rico entre la independencia y la libre asociación.

Ya que según Gutiérrez «La asimilación ya no es la única opción ante el Congreso. Mi proyecto propone la libre asociación y la independencia. Eso es lo que proponen los puertorriqueñistas». Su medida se suma al proyecto 260 de la comisionada residente en Washington, Jenniffer González, que impulsa la admisión de Puerto Rico como estado 51 de Estados Unidos, dependiendo de los resultados del plebiscito local del 11 de junio y de cara a enero de 2025.

Después de recibir críticas de los sectores estadistas por proponer una legislación a favor de la soberanía política mientras reside y representa un distrito en Chicago, Gutiérrez salió en defensa de la diáspora boricua y habló en español en el hemiciclo para acentuar que ese es el idioma vernáculo de Puerto Rico. Luis Gutiérrez afirmó que «desde mi infancia en el destierro en Estados Unidos escuché la canción “Preciosa” y vine a entender que el tirano, la negra maldad es el colonialismo norteamericano. Lo dijo Rafael Hernández, la conciencia cantada de mi pueblo».

«El puertorriqueño es su diáspora de Nueva York a Chicago. Todos somos puertorriqueños. Como escribió nuestro poeta nacional, Juan Antonio Corretjer: ‘yo sería boricua, aunque naciera en la luna’. Y, añado con todo el respeto, ‘sería boricua aún si viviese en la luna’».

Los independentistas fueron ideológicamente marxistas-leninista, impulsados desde la Cuba castrista, en un contexto de cierto triunfalismo revolucionario, hoy hecho añicos. Los grupos terroristas puertorriqueños no querían la independencia de Puerto Rico, sino convertirla en un satélite más del castrismo. Los puertorriqueños tienen el derecho legítimo de decidir dada las circunstancias jurídicas e históricas de su nación, en ser una nación política soberana o un Estado más de la Unión, con plenos derechos al igual que los demás estados.

Pero esa decisión no debe ser llevada a cabo por medio del terror de las armas. El uso del terrorismo es la mejor arma de aquellos que en un plebiscito no superan el 10%. Celebro la decisión para definir de una vez por todas su estatus. Espero que Roberto Maldonado también les dedique un espacio en Chicago a las víctimas de las FALN, pero me temo que a este paso levanten otra a los autores del 9-11.

14 de mayo de 2017