Cuadernos de Eutaxia — 5
MOVIMIENTO NACIONALISTA TACUARA
Bandera de Tacuara, la franja roja simboliza la revolución, las franjas negras la revolución nacional, y al centro una Cruz de Malta albiceleste. El lema era «Volveremos vencedores o muertos»
El Movimiento Nacionalista Tacuara, fue una organización política con una ideología de corte falangista, se puede decir que también fascista y en algunos aspectos neonazi, y su tiempo de acción pude ser ubicado entre 1957 y 1966. Si la serie «Cuadernos de Eutaxia» está dedicado a las organizaciones de izquierdas, a cuento de qué viene Tacuara. Su importancia radica en que de esta organización van a surgir muchos actores que van a tener un papel de interés en las izquierdas.
La elección del nombre para los integrantes del grupo no sería difícil, lo que buscaban era que no fuera una sigla y además que fuera fácil de recordar, pero por sobre todo, buscaban algo que representara el pensamiento nacional verdadero (según ellos), que se opusiera a la línea liberal «Mayo-Caseros-Libertadora», es decir Mayo, el mes del primer grito de libertad (históricamente falso), Caseros, nombre de la localidad donde se produjo la batalla en la que fue derrotado el Brigadier Juan Manuel de Rosas y Libertadora, por el movimiento militar de desalojó del poder a Juan D. Perón.
Esta trilogía que buscaban era cambiante de acuerdo a las distintas concepciones ideológicas, por ejemplo, «Mayo, San Martín, Rosas» o «San Martín, Rosas, Perón», que fue el grito que lanzaban los aliancistas cuando ingresaban a la Plaza de Mayo. El nombre del grupo está relacionado con la revista Tacuara de la «Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios» (UNES) y hace referencia a las tacuaras, que son unas cañas fuertes que eran usadas como lanzas, un instrumento típico de los indígenas y que en el siglo XIX fue un arma típica de los caudillos federales del interior del país.
En el año 1957, fue creado oficialmente el grupo «Tacuara de la Juventud Nacionalista», en el famoso bar «La Perla de Once» del barrio porteño de Once, el nombre responde al nombre de la plaza «11 de septiembre de 1852» fecha del estallido de una revolución llevaba a cabo en reacción a las condiciones políticas del vencedor de la batalla de Caseros, Justo J. de Urquiza.
En la década de 1920 el bar La Perla fue un lugar de encuentro de jóvenes intelectuales, entre ellos Jorge Luis Borges, que acudían al local a escuchar al filósofo y escritor Macedonio Fernández. En 1957, algunos miembros de la (UNES) decidieron crear el Movimiento Nacionalista Tacuara. Diez años más tarde, en 1967, Rodolfo Galimberti decidió abandonar el movimiento Tacuara para formar su propia organización «Juventudes Argentinas para la Emancipación Nacional» (JAEN).
La edad de los jefes variaba entre los 21 y los 24 años, y se evitaba el tuteo entre ellos. El tratamiento era de usted, y usaban el pelo muy corto. El estilo de vida era austero, los miembros del movimiento exhibían en las solapas una cruz de Malta celeste y blanca o la estrella federal de ocho puntas, de color rojo punzó o un crucifijo que colgaba del llavero.
La bandera del Movimiento Nacionalista Tacuara poseía tres franjas horizontales: las dos de los extremos superior e inferior eran de color negro y simbolizaban la revolución nacional, la central era roja y representaba la revolución social. Sobre esta franja había una Cruz de Malta celeste y blanca. En la portada de la revista llevaba un escudo con un águila feudal germana. Tacuara fue la más popular organización de militancia juvenil de fines de los ’50 y los ’60.
El grupo fundador estaba conformado por Luis Demharter, Alberto Ezcurra Medrano Uriburu, Horacio Bonfanti, José Luis «Joe» Baxter, Oscar Denovi y Eduardo Rosa. Otros militantes fueron Juan Carlos Lucero Smith, Enrique Grassi Susini, Benítez Moreno, Luis Bandieri, Alberto Sáenz, Rodolfo Domínguez, Manuel García. Luis Demharter sería el primer jefe de Tacuara, pero debido a problemas legales y policiales motivaron que tuviera que dejar la escena política, lo que ocasionó que el mando recayera en Alberto Ignacio Ezcurra Medrano Uriburu. Al año de su fundación en 1958 el grupo pasó a llamarse Movimiento Nacionalista Tacuara.
Tacuara obtuvo notoriedad en 1958 en los disturbios provocados contra los partidarios de la educación laica en torno a la sanción de la ley de educación. La mayoría de sus miembros eran jóvenes, hijos de familias de la alta y media burguesía de Buenos Aires, que apenas habían terminado el secundario y militaban en la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios, entonces rama de la Alianza Libertadora Nacionalista. Tacuara heredaba las formas de la UNES, que tenía una estética y las influencias del Fascismo italiano y del Nacionalsocialismo alemán.
Los jóvenes de tacuara durante su adolescencia temprana, se formaron con las obras de George Sorel, Jordán Bruno Genta, Ramiro Ledesma Ramos, Oswald Spengler, Charles Maurras y otros representantes del nacionalismo restaurador de los treinta, entre ellos Julio Meinvielle, por su adoctrinamiento directo al grupo. Meinvielle condicionaría el destino de Tacuara, ya que era el principal mentor y líder espiritual del grupo de Alberto Ezcurra. Este cura párroco fue el único de los intelectuales del nacionalismo restaurador de la década de los treinta que, habiendo comenzado como capellán de los jóvenes nacionalistas en los Cursos de Cultura Católica, conservó su influencia directa en el campo del nacionalismo político hasta los sesenta.
Eran tradicionalistas y nostálgicos de un pasado en la que habría reinado el orden y la armonía. Exaltaban valores de la Edad Media y del imperio español, e idealizaban la época de Juan Manuel de Rosas. Entre sus enemigos estaba el liberalismo, la democracia, el capitalismo, el socialismo y el imperialismo estadounidense, el comunismo y los judíos.
A pesar de todo lo mencionado anteriormente, Tacuara fue fundada en un contexto posperonista y su suerte y su destino, estaba vinculado a los vaivenes del peronismo. Tacuara fue heredera de la «Alianza de la Juventud Nacionalista» (AJN). Fundada en septiembre de 1937 por el presidente de la UNES, Juan Queraltó, la AJN también compartía con el nacionalismo de 1930 el rechazo al liberalismo, a la democracia y al comunismo.
Tacuara promovía la restauración de la enseñanza religiosa que había sido abolida en los últimos tiempos del gobierno de Juan D. Perón y la instauración en el país del Estado Nacional-Sindicalista de acuerdo al modelo falangista, así como el combate contra el judaísmo y las izquierdas. Proclamaban la supremacía de la nación y se oponían a lo que llamaban la «democracia liberal», sentían admiración por Benito Mussolini (al igual que Perón) y consumían el conspiracionismo, en especial las supuestas conspiraciones judías internacionales para dominar el mundo, se guiaban en los inventados «Los Protocolos de los Sabios de Sion», un clásico de la literatura conspiracionista.
Guardaban nostalgia por las Potencias del Eje (Tokio-Roma-Berlín) y pesar por su derrota en la Segunda Guerra Mundial. El contacto con algunos criminales nazis que habían huido de Alemania luego de 1945 reforzó la ideología fascista de Tacuara. Sus miembros que en ese entonces no eran de izquierda, compartían con estos un claro sentimiento antiimperialista, anticapitalista, pero eran corporativistas y militaristas.
Resaltaban la Hispanidad como los valores que Iberoamérica había heredado de España, y despreciaban la cultura francesa que apreciaban los conservadores y liberales argentinos. Tacuara sostenía un revisionismo histórico que exaltaba a Juan Manuel de Rosas, que era despreciado por la educación histórica tradicional, y a su vez, repudiaban a próceres como Sarmiento por ser masones y liberales.
En 1958 la conducción aprobó un Programa Básico Revolucionario que repartían en numerosos colegios y que era la plataforma ideológica de los tacuaristas. El programa sostenía «la formación de una aristocracia revolucionaria, capaz de desencadenar un proceso insurreccional para instaurar un estado nacional-sindicalista (de corte corporativista y católico), cuyo gobierno sería designado por Cámaras Sindicales que reemplazarían al parlamento».
En ese Estado tacuarista, la Iglesia católica y las fuerzas armadas serían instituciones de gran importancia, fomentando a través de la educación un «modo de ser marcial» y una «moral católica». El Estado, se haría cargo de los sectores económicos estratégicos, pero sin anular el derecho a la propiedad. Se declaraba que ya no habría «farsas electorales», es decir, que no habría elecciones ni partidos políticos y que la «inmigración sería estrictamente seleccionada y controlada».
La revolución cubana de 1959 fue un punto de inflexión para los movimientos políticos de iberoamérica y Tacuara no fue la excepción. La disputa entre Cuba y los Estados Unidos provocó mucha tensión dentro del grupo. Joe Baxter estaba fascinado por la revolución cubana y creía que ese era el camino a seguir. En los años 60, los miembros de Tacuara comenzaron a vestirse con correaje militares y camisas pardas similares a las de los nazis. También adoptaron el saludo con el brazo extendido.
La cuestión del catolicismo fue central en la constitución del grupo, y el Padre Meinvielle, uno de sus principales referentes en lo ideológico. La mayoría de los militantes de Tacuara eran de Buenos Aires, pero también tenía muchos comandos en diversos puntos del país, como en Rosario, Santa Fe, Mar del Plata y la ciudad de Tandil. A nivel nacional, sus ideas eran difundidas a través de publicaciones propias y de solicitadas en las diferentes publicaciones nacionalistas del país.
Desde 1960, algunos autores nacionalistas de izquierdas, atrajeron la atención de los tacuaristas. Veían que los verdaderos enemigos de la revolución nacional, estaba del lado de los militantes sindicales peronistas, y comenzó el lento pero seguro camino de derribar mitos que antes exaltaban. El antisemitismo y el comunismo, dejaron de ser los enemigos.
En sus inicios Tacuara se caracterizó por las peleas callejeras con otros estudiantes de distintas ideologías. Las riñas abundaron en los secundarios, en buena medida en el conflicto entre laica y libre que enfrentaba a los que querían una educación católica obligatoria y los que no. En 1959 se produjeron profanaciones en el cementerio judío La Tablada, acompañadas por inscripciones y esvásticas sobre las lápidas.
El secuestro en Argentina por parte del MOSSAD, los servicios de inteligencia israelíes, del exjerarca alemán y criminal de guerra nazi Adolf Eichmann, aumentó la ola antisemita de Tacuara, que negaba ser antisemitas por razones raciales, pero sí admitían ser enemigos del judaísmo en la Argentina, al que acusaban de sirvientes del «imperialismo israelí». Esta situación llevó a la DAIA (órgano político de la comunidad judía argentina) a presionar al gobierno para que actuara.
El 17 de agosto de 1960, tacuaras del Colegio Nacional Sarmiento atacaron a sus compañeros judíos e hirieron de un tiro a Edgardo Trilnik, de 15 años, durante el acto de homenaje a José de San Martín. Le siguieron meses de bombas –de las explosivas y las de alquitrán– contra sinagogas, colegios e instituciones judías, cientos de pintadas, volanteadas y amenazas.
En 1961 Fidel Castro anunció su preferencia por el marxismo-leninismo, algo que de manera sistemática venía negando. Alberto Ignacio Ezcurra y sus seguidores pasaron inmediatamente a ser enemigos de la revolución cubana. Con el paso del tiempo Tacuara fue cambiando al engrosar sus filas, ya no eran personas con doble apellido, ni de clase media y alta, los nuevos eran hijos de obreros y de inmigrantes que traían ideologías distintas.
Su número aumentó y tuvieron que crear brigadas sindicales, lo mismo sucedió con su fuente ideológica ya no se limitaba a Julio Meinvielle, Genta o al Bebe Goyeneche, se sumarian otros como Jacques (Jaime) María De Mahieu, francés, que había llegado al país después de la Segunda Guerra Mundial, en Francia había militado en el grupo monarquista Acción Francesa y fue colaborador de Vichy. En Argentina se dedicó a la formación de cuadros peronistas, y ejerció la docencia en la Universidad de Cuyo.
La relación entre los militantes tacuaristas y el peronismo se fue estrechando. De hecho, en 1961, Alberto Ezcurra Uriburu, como dirigente del Movimiento Nacionalista Tacuara, llegó a rechazar un ofrecimiento de Juan Perón para conducir la Juventud Peronista (JP). Efectivamente, pese a que la militancia tacuarista consideraba que compartía con la base peronista «las mismas banderas», aun desconfiaban del Perón proscripto, de sus auténticas filiaciones ideológicas y de su rol para el futuro político de un movimiento verdaderamente nacionalista.
Esta relación ambivalente con el líder peronista, exacerbada con el progresivo acercamiento a su plataforma militante, se extendió también al resto de los actores nacionalistas de este período. En este sentido, es claro que se interpretaba al movimiento peronista como parte imperfecta del nacionalismo, postura compartida explícitamente por el Movimiento Nacionalista Tacuara. De ahí la relevancia de no perder de vista a sus bases, auténticamente nacionalistas.
Entre 1960 y 1963, Tacuara sufrió dos escisiones, estas se produjeron por razones ideológicas, la conformación del nuevo Tacuara estaba compuesto por jóvenes con una visión más o menos coyuntural, muchos de los nuevos militantes tenían simpatía hacia el peronismo y estaban unidos por una vaga concepción del nacionalismo y un activismo exacerbado. Algunos líderes más antiguos escépticos con las expectativas iniciales, comenzaron a encaminarse al peronismo y la izquierda.
En Tacuara había un núcleo de coincidencias básicas en los primeros tiempos, pero después no hubo unidad ideológica entre ellos. El periodista Roberto Bardini, que en su adolescencia había integrado el Tacuara Revolucionario, escribió: «Salvo en sus inicios, Tacuara nunca fue una organización ideológicamente homogénea. A pesar de sus férreos códigos, en su interior convivieron –mientras fue posible– varias corrientes nacionalistas. Hubo tendencias semiaristocráticas con nostalgias de los años treinta y tendencias ‘plebeyas’; católicas antiperonistas y católicas peronistas; ‘fascistoides’ y ‘socializantes’; golpistas pro militares e insurreccionales populistas. Tampoco faltaron los simpatizantes del anarcosindicalismo».
En cuanto a los mentores ideológicos, el sacerdote Julio Meinvielle, filósofo y teólogo tomista y el antropólogo francés, ex Waffen SS, De Mahieu, era imposible. El francés hacía público su apoyo al peronismo, se sentía cómodo en un movimiento fascista. Su libro más importante es «El Estado Comunitario» y «La economía comunitaria», los títulos hablan por sí mismos. Meinvielle consideraba a Jacques De Mahieu como izquierdista por el contenido de sus libros.
En marzo de 1060, muchos miembros de Tacuara, bajo la influencia de Jacques De Mahieu, se vincularon con la Resistencia Peronista, Meinvielle no estuvo de acuerdo de que el movimiento se vinculara al peronismo y reclamara «Justicia social» para ser más popular, y acusó al núcleo central de «desviaciones marxistas». Meinvielle y los creadores de la Guardia, sostenían que Tacuara había caído en la órbita del marxismo. Estos fundaron la Guardia Restauradora Nacionalista.
Jacques María De Mahieu, en el otro sector, había implantado como dogma el concepto de «Tercera Posición», muy común en esa época con grupos o movimientos políticos de corte izquierdista del mundo, en Argentina había sido popularizado por Perón. Meinvielle consideraba que, en el contexto internacional de la época, era mucho más urgente una actitud pragmática, porque en última instancia, se podría beneficiar a posturas anticristianas, como se daba en la Guerra Fría con el socialismo y el bloque soviético.
Para Meinvielle era deber del cristiano reaccionar y trascender del espectro político, pactar con el mal menor, el bloque Occidental. Así, consideraba inmoral, desde la ética católica y su concepción política, la Tercera posición, puesto que, en el orden internacional, se estaba permitiendo que se beneficiaran ideologías anticristianas, pues al tener estás ideologías un carácter universalista, es inevitable asumir un bando, por lo que, la neutralidad favorece a alguno de ellos y aquello sería un «egoísmo nacional».
Meinvielle sostenía que cuando están en juego los restos de civilización en el mundo, no se puede permanecer neutral en una nación que tiene ligada su existencia y su grandeza a esta civilización. La Guardia Restauradora Nacionalista (GRN), fue la primera división en Tacuara y la que mantuvo la línea más dura, ultracatólica y antisemita, cuyo lema era «Dios, Patria y Hogar», inspirado en el fundador de la Falange Española, José Antonio Primo de Rivera.
El llamado antisemitismo del padre Julio Meinvielle, debe ser tomado con pinzas, no era racista, su aversión al judaísmo fue teológico, de ahí el título de su libro, «El judío en el misterio de la historia». Entendida esa historia, como la historia Sagrada del misterio de la Salvación. De cualquier manera, no estoy de acuerdo con ese planteo teológico antisemita.
Roberto Etchenique y Roberto Estrada fueron los primeros jefes del grupo, luego les sucedería Augusto Moscoso. Otro de los que ocuparon un lugar directivo en la (GRN) se encontraba Juan Manuel Abal Medina, quien poco tiempo después, y por recomendación del padre Meinvielle, comenzó a desempeñarse como secretario privado de otro de los principales ideólogos del nacionalismo argentino, el Dr. Marcelo Sánchez Sorondo, editor de la revista «Azul y Blanco». A pesar del antiperonismo de la Guardia, tanto Juan Manuel Abal Medina como el propio Marcelo Sánchez Sorondo terminarían acercándose al peronismo.
En la primera época de Tacuara, siendo un adolescente pasó por sus filas Rodolfo Galimberti, al igual que Mario Firmenich, quien había militado en la Juventud Católica (rama de la Acción Católica), y fue su compañero en esta última Fernando Abal Medina, hermano de Juan Manuel y Gustavo Ramus. Todos terminaron en grupos de izquierda como Montoneros.
También pasó por Tacuara Juan García Elorrio, católico de izquierdas, que acercó sacerdotes a Tacuara. Luego dirigiría un periódico marxista «Cristianismo y Revolución». Para los ’70 el grupo Tacuara estaba totalmente disuelto, sus miembros tomaron distintos rumbos, y durante la conocida «Masacre de Ezeiza» en 1973, ex integrantes tacuaristas se enfrentaron a los tiros al militar en grupos enfrentados.
La segunda ruptura fue al año siguiente, el grupo liderado por Dardo Cabo, los más cercanos al peronismo, abandonaron el grupo y fundaron el «Movimiento Nueva Argentina» (MNA) que luchaba por el retorno de Perón. Se puede decir que el MNA fue una de las primeras organizaciones peronistas de derecha en el país. Dardo Cabo era hijo del dirigente sindical Armando Cabo, cuyo hecho más relevante sería el Operativo Cóndor, cuando secuestraron un avión y lo desviaron a las islas Malvinas e izaron la bandera argentina, un acto de patrioterismo cursi.
El lanzamiento del MNA fue el 9 de junio de 1961, conmemorando la fecha del fallido levantamiento del general Juan José Valle, acaecido cinco años antes, los simbolismos estaban por todos lados. El Movimiento Nueva Argentina (MNA), de filiación directa y abiertamente peronista, mantuvo una estrecha relación con la derecha peronista, principalmente a través de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), cuyo dirigente, Armando Cabo, era el padre de Dardo Cabo, dirigente de la MNA.
Uno de los casos más graves de antisemitismo fue el atentado de Graciela Sirota, el 21 de junio de 1962. La joven de 19 años denunció haber sido golpeada, subida a un auto cuando esperaba el colectivo (autobús) para ir a la facultad y torturada groseramente con quemaduras de cigarrillos por todo el cuerpo. Para terminar, le grabaron con una navaja una esvástica en el seno derecho. Este caso provocó gran indignación en la sociedad y críticas por la impunidad con la que contaba Tacuara.
Después del caso Sirota, la fama de Tacuara creció enormemente. En New York, el Congreso Judío Mundial denunció ante las Naciones Unidas que el líder nazi de Estados Unidos, George Lincoln Rockwell, buscaba conectarse con Tacuara. Al mismo tiempo, el representante de Arabia Saudita ante la ONU saludaba «la cruzada de Tacuara contra el sionismo» y expresaba su deseo de que el movimiento se extendiera por toda latinoamérica.
En 1963, el gobierno mediante el decreto 3134/63 prohibió en el territorio nacional toda actividad tanto de Tacuara como de la Guardia Restauradora Nacionalista. Sin embargo, Tacuara contaba en ocasiones con la plena colaboración de los oficiales superiores de las Fuerzas Armadas, quienes veían en Tacuara una fuerza combativa como muro de contención frente al avance del peligro comunista y los movimientos juveniles de izquierda, lo que provocó que muchas veces el grupo de Ezcurra recibiera armas y municiones del ejército. También contaban con la complicidad de algunos cuadros nacionalistas de la policía, era evidente cuando dejaban actuar libremente a la organización.
La tercera y última ruptura del Movimiento Nacionalista Tacuara, tuvo lugar en el año 1963. Un grupo de tacuaristas de la primera hora liderados por José Luis Baxter, José Luis Nell, y otros como Caffatti, Ossorio, que mantenían vínculos con los sectores más radicales de la izquierda peronista, plantearon que la revolución nacional que esperaban ya estaba en marcha. Mientras Alberto Ezcurra hablaba de orden y disciplina, Joe Baxter y seguidores hablaban de revolución y subversión.
El motivo más importante de la ruptura debe ser entendido desde lo ideológico, sin embargo, hay quienes han sugerido que la ruptura del «Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara» (MNRT)se debió a las rivalidades personales entre Ezcurra y Baxter, lo que constituye un análisis simplemente psicologista. La ruptura fue por razones ideológicas y la ruptura fue hacia la izquierda. Es así como nace el MNRT y su jefe fue José Luis Baxter, alias Joe, y su hecho más resonante fue el «Operativo Rosaura», popularmente conocido como el asalto al policlínico bancario.
El Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT), estaba fuertemente influenciado por la Revolución Cubana y por la guerra de Argelia. Esta facción luego de abandonar una postura derechista y antisemita, se propugnaba desde un supuesto nacionalismo cercano a la izquierda populista, antiimperialista y una compulsiva necesidad de la lucha armada. Así el MNRT se alejó de una postura anticomunistas, en favor de una revolución nacional contra el imperialismo y la oligarquía.
Para emprender la lucha armada, mantener el entrenamiento de sus miembros, la compra de armas, el MNRT, se dedicó a asaltar las fábricas de armamentos, al Tiro Federal, a la sede de la Policía Aeronáutica en Aeroparque y al Instituto Geográfico Militar. Dentro de este contexto se dará el asalto al camión de caudales en el policlínico bancario del barrio de Flores de Capital Federal, hecho que narraremos en otro artículo.
El MNRT por medio de la lucha armada, típico de los grupos marxistas leninistas, se habían propuesto instaurar un capitalismo controlado por el Estado, un sistema corporativista propio del socialismo italiano de Mussolini. También de la neutralidad diplomática, que cobró vida luego del secuestro del criminal de guerra alemán, Adolf Eichmann por un comando del Mossad israelí, que actuó al margen tanto de las leyes argentinas como del derecho internacional.
El 4 de abril de 1964, la Policía Federal Argentina, informaba que, de enero a noviembre de 1963, los miembros del «Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara» (MNRT) habían protagonizado cuarenta y tres hechos terroristas. El MNRT de Baxter se había acercado a la JP, pero luego de que el asalto al Policlínico Bancario se hiciera público, se dispersó completamente. Tiempo después la Tacuara de Alberto Ezcurra Medrano y la Guardia Restauradora se reagruparon, la desilusión con la revolución que anunciaban y un fuerte llamado vocacional al sacerdocio de Alberto Ezcurra Medrano, generó la disolución del núcleo originario de Tacuara.
Luego de las rupturas, estas emprendieron acciones por separado e incluso llegaron a enfrentamientos en varias oportunidades. Durante el homenaje a los fusilados peronistas del 9 de junio de 1956, el Movimiento Nacionalista tacuara y el Movimiento Sindicalista Universitario (peronista) provocaron un tiroteo en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En el hecho murió la joven estudiante Beatriz Norma Melena y hubo varios heridos.
La Guardia Restauradora Nacionalista (GRN) era considerada como la más peligrosa y violenta que el MNT, se decía que la Guardia recibía más apoyo de parte de las fuerzas de seguridad y de las Fuerzas Armadas. Según el Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE), una fuente poco confiable, la GRN mantenía estrechas relaciones con oficiales del Ejército. Roberto Etchenique, uno de los jefes de la Guardia colaborara con la revista «Azul y Blanco» en una sección donde se daba cuenta semanalmente de las internas de las Fuerzas Armadas.
Como dijimos anteriormente, las divisiones se dieron de acuerdo a la conformación ideológica, político, de cada uno de los grupos, no solo por el escenario político local, sino en virtud de la dialéctica de imperios que repercute en el resto del mundo. Y en Tacuara no fue ajeno dos hechos externos, en primer lugar, la Revolución Cubana, y el accionar de otros movimientos independentistas del llamado Tercer Mundo, como el «nasserismo» en el ámbito árabe. Estos hechos inspiraron en el escindido MNRT de Baxter, como los métodos de lucha y las utopías revolucionarias que buscaban la autonomía nacional en todos sus aspectos.
Pese a que el Movimiento Nacionalista Tacuara (MNT) y el Movimiento Nueva Argentina (MNA) compartían con el Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT) posturas antiimperialistas, no coincidían entre sí con el método de la lucha armada ni con la cercanía del (MNRT) a la izquierda nacional, a grupos peronistas de izquierda y a los movimientos de liberación tercermundistas. Pero la cuestión central fue el peronismo, el escollo principal que terminó por dividir las aguas.
No es de extrañar que militantes de grupos escindidos de la Tacuara madre, acabaran en grupos abiertamente marxistas como, por ejemplo, fueron los casos de José Luis Nell (MNT y luego MNRT), quien al igual que Dardo Cabo (MNA), Alberto Miguel Mansilla (MNT) e Ignacio González Janzen (MNA) terminaron en la agrupación Montoneros, Jorge Caffatti (MNRT), fue asesinado en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) como militante de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP).
Al influjo del panarabismo, en 1962, una delegación de la Liga Árabe sentó bases en la Argentina, con Hussein Triki a la cabeza para iniciar una campaña de hostigamiento contra Israel y el sionismo. Hussein Triki fue un tunecino que colaboró con los nazis en la Segunda Guerra Mundial, y trabajó con el aliado de Hitler, el Mufti de Jerusalén, Haj Amin El-Husseini. Hussein Triki inició el accionar y el discurso antisemita y antisionista, según la Liga Árabe, el propósito de esta entidad en la capital argentina era comunicar, difundir y «esclarecer» la ilegitimidad, violencia y carácter colonial e imperialista del movimiento sionista y las consecuencias nefastas de sus acciones para la población nativa árabe de la Palestina histórica.
Hussein Triki, logró establecer una alianza con Tacuara y la Guardia Restauradora Nacionalista (GRN), subsidiando sus estructuras y actividades. Era el puente entre los antisemitas locales y los neonazis extranjeros, fue quien difundió la idea de que la «lucha» de estos era la de los árabes. Se cree que Tacuara fue financiado en parte por la Liga Árabe. El único libro de Hussein Triki publicado en Argentina se titula «He aquí Palestina. El sionismo al desnudo». Las autoridades luego de evaluar el daño por Triki, fue expulsado en agosto de 1964.
El 30 de noviembre de 1962, el representante palestino de Arabia Saudita en la ONU, Ahmad Shukairy (Shukeiri) saludó a Tacuara e invitó a que otros adoptaran sus principios, fue condenado por varios diplomáticos, el representante argentino Del Solar, dijo que Shukairy aclamaba a los nazis, diplomáticos árabes avergonzados pidieron que lo destituyeran, y fue despedido a mediados de diciembre de ese año.
En octubre de 1962, la revista Mundo Israelita realizó un reportaje conjunto a los dos principales líderes del movimiento Tacuara, Ezcurra y Baxter. En dicha entrevista, según lo publicado decían lo siguiente:
«Los dos repitieron durante la entrevista algunos de los latiguillos habituales de Tacuara. Que no eran antisemitas sino antisionistas, porque el sionismo, decían, es una forma de imperialismo. También amenazaron con que el movimiento todavía no había comenzado a agredir y que el día que lo hiciera los resultados serían terribles. A su vez, atacaron verbalmente a la Guardia Restauradora Nacionalista ya que, según ellos, predicaba una especie de nacionalismo conservador, mientras que Tacuara por el contrario representaba el nacionalismo revolucionario. ‘Para ellos -explicaron, con respecto a sus ex camaradas escindidos- Nasser es marxista, pero para nosotros es un soldado de la liberación nacional, egipcia y árabe’. El panarabismo decían que era un ejemplo para el movimiento, ya que quería de la misma forma que ellos la unidad latinoamericana. Finalizaron expresando que estaban completamente de acuerdo con la tercera posición tal como Nasser la entiende».
La entrevista tuvo tal repercusión que fue reproducida íntegramente por el periódico estadounidense The New York Times. También sería cuestionado el periodista Zafrán y el solo hecho de que Mundo Israelita prestara sus páginas centrales para que se expresaran los líderes de Tacuara causó indignación en algunos sectores de la comunidad judía argentina.
La revista Nueva Sion contestó en una nota de tapa que cualquier afán conciliador respecto a Tacuara generaría que los judíos bajasen la guardia, lo que conllevaría un grave peligro, a la vez que expresó en uno de sus artículos, haciendo referencia al Holocausto: «Recuerden que todos aquellos judíos prisioneros del nazismo que, incluso de buena fe, creyeron en la posibilidad de negociar y entenderse con él, en última instancia llevaron como rebaño al matadero a cientos de miles de hermanos y fueron a su vez víctimas de sus ciegas ilusiones»; y se advirtió que Tacuara «emplea las tácticas de la agresión por ahora, porque no tiene suficiente fuerza para recurrir al exterminio».
********
En 1964, en represalia por la muerte de dos militantes del MNRT y uno de la Juventud Peronista en un confuso incidente sindical en el Plenario de la Confederación General del Trabajo (CGT) en Rosario, fue asesinado en la puerta de su casa Raúl Alterman, un joven militante judío de izquierda. No se aclaró el motivo el por qué fue elegido Alterman como blanco del ataque, aunque se supone que su elección fue solo por su condición de judío y socialista.
Luego del asesinato, la organización envió una carta a los padres de Alterman, diciendo: «Nadie mata porque sí nomás; a su hijo lo han matado porque era un perro judío comunista. Si no están conformes que se retiren todos los perros y explotadores judíos a su Judea natal ¿Qué hacen en nuestro país?». El crimen fue un escándalo nacional e inclusive Joe Baxter, antiguo militante del MNRT, salió en el programa de Bernardo Neustadt para repudiar la ideología nazi de Ezcurra y sus ex compañeros de militancia.
********
Alberto Ignacio Ezcurra Medrano Uriburu
Ezcurra, nació en Buenos Aires el 30 de junio de 1937 y falleció de un cáncer el 26 de mayo de 1993, sus apellidos por la línea paterna se entroncaba con doña Encarnación Ezcurra heroína de la Federación, esposa de Don Juan Manuel de Rosas, y por la línea materna su apellido no era tan ilustre, tenía lazos de sangre con José Félix Uriburu, el general nacionalista que derrocó al gobierno populista de Hipólito Irigoyen, golpe militar de la que fue parte el capitán, luego general Juan D. Perón.
Alberto Ignacio Ezcurra era el séptimo hijo de un modesto pero eminente profesor de historia, una de las figuras del movimiento llamado «revisionismo histórico», uno de los fundadores del «Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas», su padre era militante del nacionalismo y escritor de artículos en publicaciones nacionalistas como La Nueva República, Baluarte, Crisol, Nueva Política. Escribió libros sobre historia como «Las otras tablas de sangre», réplica al libro «Las tablas de sangre», de Rivera Indarte, tenía una sólida formación teológica, conocedor de las ideas del monárquico francés, Charles Maurras.
Las influencias de las ideas del padre del futuro jefe de Tacuara, serán muy importantes. La vida de Alberto Ignacio Ezcurra, dicen que era muy austera, lo característico en él era sus lentes de gruesos cristales y marco negro, que usó toda su vida, poseía una vasta y sólida formación, muy estudioso, astuto, inteligente, pero jamás se jactaba de ello. Dicen que su habitación en la casa paterna parecía la de un monje, pintada de blanco y lo único que colgaba sobre la cabecera de su cama era un crucifijo.
En cuanto a sus estudios, lo iniciaría en el colegio católico Champagnat, y luego de egresar ingresó en el Seminario de la orden Jesuita de Córdoba. Al año fue expulsado (no se supo el motivo) y regresó a Buenos Aires, realizó el servicio militar y a la edad de 21 se unió a la «Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios» (UNES). Se ganaba la vida pintando motos en el taller mecánico de otro miembro de UNES, Horacio Bonfanti.
Sus panegíricos dirán que Alberto Ezcurra era un orador excelente, de gran elocuencia, de claridad de estilo, un lenguaje preciso y gran conocedor de las personas y de las situaciones, capaz de encender voluntades, de firmes convicciones, no tenía «pelos en la lengua» y por lo mismo era admirado y odiado, no se casaba con nadie, para él la verdad no representaba sólo un acto de caridad sino un deber de justicia.
Cuando eran jóvenes integrantes de UNES, solían frecuentar el Instituto Juan Manuel de Rosas, donde escuchaban las charlas del historiador José María Rosa, alias Pepe y de Arturo Jauretche, que enseñaban una versión de la historia argentina distinta a la liberal, tanto Rosa como Jauretche evolucionarían a la izquierda. También frecuentaban la trastienda de la famosa librería «Huemul», y asistían a las conferencias de los nacionalistas católicos como el padre Julio Meinvielle, o del laico Jordan Bruno Genta, quien había dejado atrás el marxismo.
La principal referencia ideológica de esos días fue, la del fundador de la Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, sus obras completas era lectura obligatoria para los tacuaristas. El ideario político de Alberto Ignacio Ezcurra Medrano era de un catolicismo militante pero no conservador (o liberal, como se dice en Argentina), y eso lo diferenciaba de todos los nacionalistas de la época.
Es posible que esa postura política incidiera en no sumarse a la Guardia Restauradora y su afinidad con cierto peronismo, aunque luego regresaría a unirse a la Guardia. A fines de 1964, Alberto Ignacio Ezcurra Uriburu abandonó la vida política para seguir su vocación sacerdotal y dejó a cargo de la organización a Patricio Collins. Alberto Escurra sería ordenado sacerdote, era muy popular pero reacio a hablar de su pasado tacuarista. Lo conocí personalmente al padre Ezcurra y mantuve conversaciones en varias oportunidades, pero jamás de su vida como tacuarista.
Luego del famoso asalto al Policlínico Bancario y el asesinato de Raúl Alterman, muchos militantes de las fracciones de Tacuara fueron detenidos o entraron en la clandestinidad. José Luis Baxter, Joe, uno de sus fundadores, después de conocer a Perón, y de luchar en Vietnam y conocer la china de Mao, se produjo su conversión total a la izquierda revolucionaria, siendo uno de los fundadores del «Ejército Revolucionario del Pueblo» (ERP), junto con Mario Roberto Santucho. Poco tiempo después murió en un accidente aéreo en Francia.
La vida fantasiosa de Baxter será descripta dentro de poco. Baxter fue un self made man, y contaba historias sorprendentes, pero no verificables. Posteriormente José Luis Nell se sumó a las FAR-Montoneros. Nell quedaría cuadripléjico luego de que dos balazos le perforaran la espalda en la «Masacre de Ezeiza» el día del regreso de Perón al país, cuando se enfrentaron en la zona del aeropuerto de ese nombre, próximos al palco de recepción a Perón, y dos años después se suicidaría de un disparo en la boca.
En tanto Dardo Cabo se uniría con el sindicalismo vandorista y crecería su fama por el Operativo Condor, cuando el 28 de septiembre de 1966, junto a otros diecisiete militantes ilusos, secuestraron un avión de Aerolíneas Argentinas para llevarlo a las Islas Malvinas y plantar cuatro banderas argentinas. Sería en uno de los dirigentes más importantes de la organización izquierdista peronista «Descamisados», que asesinarían en 1969 al sindicalista Augusto Timoteo Vandor.
Mas adelante, Cabo, alcanzaría el puesto de editor de la revista «El Descamisado», uno de los medios oficiosos de Montoneros más importantes de la época. Cabo es muerto por efectivos del ejército, mientras estaba en detención, el viernes 6 de enero de 1977. Ex miembros de Tacuara y de la Guardia Revolucionaria Nacionalista, en los años ’70, terminarían colaborando con la Triple A y con grupos parapoliciales de derecha que ejercerían la represión estatal durante la década de 1970.
Podemos mencionara Felipe Romeo y José Miguel Tarquini, quienes fueron editor y jefe de redacción, respectivamente, de «El Caudillo», considerado por sus enemigos izquierdista como el órgano oficial de la Triple A. Federico Rivanera Carlés, a quien se sindica como parte del «Estado Mayor» de la Triple A y que ya en los años 80 fundaría el Movimiento Nacionalista Social, abiertamente pro nazi. Muchos otros, en contraposición, integraron Montoneros y otras organizaciones armadas marxistas revolucionarias, como Rodolfo Galimberti, Abal Medina y muchos otros.
3 de diciembre de 2023.