MACEDONIA DEL NORTE
METER LA PICA EN LOS BALCANES
Ricardo Veisaga
Soldados macedonios izando la bandera nacional
Después de la caída del Muro de Berlín, en 1989, tres federaciones euroasiáticas desaparecieron del mapa. La primera de ellas fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la URSS, el imperio que se disolvió en 1991. Posteriormente tras difíciles negociaciones aparecieron nuevos estados, especialmente en el Cáucaso Meridional y en Asia Central.
La segunda federación en caer fue Checoslovaquia, el 1 de enero de 1993, se dividió en dos Estados sin tener que llegar a la violencia, la República Checa (o Chequia) y Eslovaquia. Estas dos naciones desde 2004 están integradas en la Unión Europea. La tercera federación se disolvió en medio de antiguos y graves conflictos étnicos y religiosos, poniendo fin a la República Federal Socialista de Yugoslavia.
Estos conflictos no tienen origen en la caída de la Unión Soviética, esos conflictos se dieron en esa región a lo largo de la historia. Los conflictos étnicos estaban más radicalizados por la adhesión a distintas confesiones religiosas. En el año 395, cuando se produjo la división del Imperio Romano, los territorios que comprendían lo que llamamos Serbia, Montenegro y el norte de Albania cayeron bajo el control o la administración de Constantinopla.
En tanto Bosnia, Croacia y Eslovenia quedaron bajo la tutela de Roma. Estos sucesos, posteriormente, marcarían a los pueblos eslavos que se radicarían en la región. Un hecho importante fue la firma del «Tratado Aquisgrán» en 812, entre Carlomagno y los bizantinos, delimitando los respectivos imperios.
Los albaneses aparecieron en escena antes de la firma del Tratado de Aquisgrán, y esto provocó una nueva disputa que es el antecedente del grave conflicto que aún perdura. Luego de la fractura de Yugoslavia (Kosovo) y el ingreso de Macedonia del Norte como miembro pleno a la OTAN, debería solucionar ese viejo conflicto.
Los albaneses, según su propia versión, recurriendo a la historia sostienen que son los habitantes más antiguos de la región. El nombre de Albania derivaría de una tribu Iliria, que es mencionada por Ptolomeo en el siglo II d.C, se consideran descendientes directos de los ilirios, según los pro albaneses de esta provincia.
En tanto los serbios, según los albaneses, llegaron a los Balcanes a finales del siglo VII y comienzos del VIII y son descendientes de tribus de habla eslava. Pero esta versión no es aceptada por los serbios, estos responden de acuerdo a su historia, que los albaneses son una tribu de origen tracio y que llegaron a la región durante las invasiones entre los siglos VI y VII.
Hace unos años, un periodista amigo, me comentó que en la capital de Macedonia, Skopje, y el resto del país, está dividida en su identidad cultural por el rio Vardar y por dos comunidades. El 60% de los llamados macedonios son cristianos ortodoxos y el 35% son albaneses y turcos musulmanes. El resto son serbios o gitanos, hay que recordar que la Madre Teresa de Calcuta es macedonia de raíces gitanas.
Poner la pica en Flandes, es una frase clásica, antigua, conocida y empleada en las charlas y discusiones políticas, digamos que pertenece al lenguaje político, pero no exclusivamente. Esta frase quiere decir que es «mucha la dificultad para conseguir algo». La pica era o es una lanza larga, compuesta generalmente de una asta con hierro pequeño y agudo en el extremo superior, propio de la infantería española de los siglos XVI y XVII.
Esta arma había sido usada antiguamente por griegos y romanos y fue adoptado por los europeos a fines de la Edad Media y por las tropas francesas e inglesas en el siglo XV y XVI. Pero a las tropas españolas les tocó sacar buen uso de ellas, sobre todo en las campañas de los «Tercios en Flandes», que pertenecía a España desde la mitad del siglo XVI hasta los inicios del XVIII.
Llevar un «piquero», es decir un soldado encargado de la pica para los combates en Flandes, era muy caro para los generales al mando de los Tercios, era muy oneroso poner las picas allá arriba en Flandes. También era difícil en tiempos de Felipe IV encontrar reclutas españoles para alistarse y manejar una pica, los jóvenes no se alistaban voluntariamente y escapaban del servicio militar recurriendo a cualquier pretexto.
Desde la Cumbre de Bucarest en 2008, cuando los griegos vetaron el ingreso de Macedonia en la OTAN, Estados Unidos no cejó de insistir en revertir el veto. En aquel entonces la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice dijo: «Macedonia se encuentra dentro de los criterios de la OTAN y puede entrar a la Alianza».
Rusia, China, Turquía y Estados Unidos, la llamaban Macedonia, Reino Unido y Grecia, República ex-Yugoslava de Macedonia o Skopje. El pequeño país balcánico de 25.713 kilómetros cuadrados, aún recuerda el conflicto sangriento de 2001 y que se prolongó durante todo un año. La ciudad capital, en la que los albaneses viven en lugares de la ciudad que no frecuentan los macedonios, quiere vivir en conexión con el mundo europeo.
Desde su independencia en 1991, tiene un conflicto muy grave con Grecia por su nombre, su bandera y su constitución. En Grecia, en la región norte, existe una provincia llamada Macedonia. Mientras los de Macedonia del Norte mantienen el conflicto con Grecia, los albaneses de la zona norte pueden crear conflictos y lanzar rumores de independencia. Los macedonios dicen que los albaneses no son parte de su pueblo y estos quieren unirse a Kosovo.
Matthew Nimetz, un diplomático estadounidense estuvo por más de dos décadas tratando de resolver ese conflicto internacional en torno al nombre Macedonia. Dice Nimetz: «Probablemente he pensado sobre esta palabra más que ninguna otra persona, incluyendo los habitantes de ese país». Matthew Nimetz dijo que durante todo ese tiempo estuvo pensando en una sola palabra: «Macedonia».
Según los griegos el nombre «Macedonia» sugiere que ese país tiene ambiciones territoriales sobre la Macedonia griega, una provincia en el norte de Grecia lindante con la ex nación yugoslava, y que además es un descarado intento de apropiarse de la herencia nacional griega. Macedonia sostuvo que las raíces de su pueblo tienen su origen en el antiguo reino de Macedon, que alguna vez fue gobernado por Alejandro Magno.
Matthew Nimetz comenzó a trabajar sobre la problemática siendo enviado especial del entonces presidente, Bill Clinton, desde finales de 1999 continúa como enviado personal del secretario general de Naciones Unidas.
Macedonia logró ingresar a la ONU aceptando llamarse La Ex-república Yugoslava de Macedonia (FYROM, en inglés). El nombre se utiliza para todo asunto oficial pero no se creó con la intención de ser una solución permanente de la disputa. El ex secretario general de la ONU Ban Ki-Moon una vez se enredó y llamó al país «La Ex-república Yugoslava de Yugoslavia» por error.
En el año 1992, un millón de griegos salieron a las calles en Tesalónica (la capital de la provincia griega de Macedonia) para protestar. El primer ministro griego fue derrocado y reemplazado por Andreas Papandreu, quien prohibió el acceso de Macedonia a los puertos griegos. Porque Macedonia, según Andreas Papandreu, representaba «una amenaza real y presente para Grecia».
Para solucionar el problema del nombre, se habían sugerido una larga lista de otros nombres, que incluían: Nueva Macedonia, Nova Makedonija, Slavo-Macedonia, República de Skopje, República de Macedonia del Norte, República del Norte de Macedonia, pero ninguno había sido aceptado. Pero la elección del nuevo primer ministro en Macedonia, Zoran Zaev, puso fin a un prolongado conflicto y Macedonia necesitaba hallar una solución para poder cumplir con sus objetivos de unirse a la OTAN y la Unión Europea.
Ingresar les daría seguridad, legitimidad, oportunidades económicas, un sentido de permanencia, y calmar las tensiones con las etnias albanesas. En estos días la Alianza Atlántica aplaudió el inicio del proceso de adhesión de Macedonia del Norte, que deja fuera de juego al imperio ruso, un actor de mucha influencia en los Balcanes. Con una ovación de los otros 29 miembros, la OTAN escenificaba que la firma del protocolo de adhesión de Macedonia del Norte a la Alianza era un motivo de alegría, sobre todo con la retirada de Estados Unidos del tratado balístico INF, que podría reactivar una carrera armamentística con Rusia.
Luego de las tensiones provocadas por la seria amenaza de Trump de retirarse de la OTAN, ya que casi nadie cumple con la contribución del 2% del PIB prometida y sobre todo ya que se trata de una prerrogativa presidencial, que ni los Congresistas ni Senadores podrían detenerle si quisiera hacerlo. Rusia ahora debe observar cómo pierde un país en los Balcanes y el cerco se estrecha. Su llegada a 30 miembros, le da ciertamente un balón de oxígeno tal como sucedió con Montenegro en el año 2017, le volvió a ganarle la partida a Rusia en un país eslavo y en una zona de conflicto de Europa, como son los Balcanes.
Rusia contaba con la influencia de la élite conservadora y nacionalista macedonia, pero el apoyo popular en el país para entrar en la Alianza era masivo, ni la propaganda ni los hackers pudieron revertir esa tendencia. El ingreso de Macedonia del Norte a la Alianza no fue fácil. Muchas veces estuvo a punto de descarrilar el proceso. Los políticos locales, que internamente usaban «República de Macedonia», no querían ceder un nombre que les ayudaba a crear una identidad nacional alrededor del líder macedonio por excelencia Alejandro Magno.
Tanto Zoran Zaev, de Macedonia del Norte y Alexis Tsipras, de Grecia, pudieron concebir el acuerdo de Prespa, que allanaba las diferencias y abría el mundo a la República de Macedonia del Norte. La llegada de Macedonia del Norte a la OTAN fue precedida por una disputa por proxy, entre el bloque Estados Unidos-Unión Europea y Rusia, que ganaron los primeros. Esta nueva pica de la OTAN en los Balcanes puede ser el anticipo de la batalla por Serbia.
Luego del conflicto militar y del bombardeo sobre Belgrado dejaba cerrada la incorporación de Serbia a la OTAN, pero el gobierno actual de Belgrado quiere ingresar en la Unión Europea. Algo que Rusia no lo soportaría, Serbia es uno de los aliados tradicionales de Moscú por afinidades culturales y religiosas, y dejaría a Rusia con una influencia mínima en Europa más allá de la propaganda.
Bruselas ya dijo que para 2025 el país podría unirse al bloque, lo que da margen para solucionar el gran obstáculo para la adhesión, es decir, la solución del problema de Kosovo que, aunque no pone condiciones, parece casi de cajón que debe pasar por un reconocimiento de la región como país autónomo.
De hecho, el ejemplo de la solución de Grecia y Macedonia del Norte sobre el nombre, abre las expectativas de que es posible resolver disputas sin recurrir a la guerra. Una muestra de la tensión existente entre Moscú y Belgrado ha quedado graficada en las recientes visitas de Aleksandar Vucic a Rusia y de Putin a Serbia.
Rusia, no tiene nada que ganar con la resolución del conflicto y sí mucho que perder. Serbia depende del veto ruso en la ONU para que no se admita a Kosovo. Si Belgrado reconoce a Prístina, se queda sin una de sus grandes bazas.
La ministra de Defensa de Macedonia, Radmila Šekerinska, señaló que su país se convertirá en miembro pleno de la OTAN en los próximos meses. «Este documento estratégico está realmente en la agenda de toda la reforma de defensa de la República de Macedonia. Es un paso de suma importancia para la garantía de nuestra entrada en la OTAN, dejó claro la ministra. El gobierno macedonio aprobó la estrategia de desarrollo de defensa y ejército. «Hace un año felicitó a Montenegro por su adhesión a la OTAN y deseó convertir Macedonia en el 30° miembro de la alianza y este deseo ya se convirtió en una realidad ante nuestros ojos», expresó.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, destacó también que el ingreso de Macedonia muestra que «la OTAN mantiene abiertas sus puertas para los países que responden a los estándares de la Alianza, que observan los valores de la OTAN». «Hemos aumentado la cooperación con Georgia; de este modo, seguiremos apoyando a Georgia en su camino hacia la incorporación en la OTAN», añadió.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, declaró que el ingreso de Macedonia a la OTAN ayudará a contrarrestar las «acciones malintencionadas» de Rusia. «Este acuerdo permitirá a vuestros vecinos unirse a la OTAN y la UE bajo el nombre de República de Macedonia del Norte; esto también fortalecerá a los Balcanes ante la influencia malintencionada de Rusia», dijo el jefe de la diplomacia estadounidense.
Para Rusia, es Estados Unidos quien interfiere en la nación balcánica y presionó a la oposición en Macedonia para que el país ingrese en la OTAN. Se trata, dice Rusia, de una continua injerencia de Estados Unidos y la Unión Europea en los asuntos domésticos de Skopje, cuyo nivel ya «ha superado todos los límites imaginables ya que el objetivo de arrastrar a Macedonia en la OTAN debe lograrse a cualquier precio», aseveró en su momento el Ministerio de Exteriores de Rusia.
Para la ministra de Defensa de Macedonia del Norte, la decisión sobre el futuro de Macedonia la tomaron los ciudadanos que votaron en el referéndum del 30 de septiembre y eligieron el camino europeo del desarrollo del país. «Deciden los votos de los que participaron… Una gran mayoría de los que fueron a votar apoyaron la idea de una Macedonia europea».
No importa lo que diga Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea, es parte de la retórica politica, lo que importa es la comprobación, una vez más, de la lucha por el poder mundial en una inevitable dialéctica de imperios o Superestados.
11 de febrero de 2019.