LOS REACCIONARIOS
CIEN DÍAS DESPUÉS
Ricardo Veisaga
Reaccionario es un término que pertenece a la terminología política, y es usado para referirse a ideologías o personas que desean reinstaurar un estado de cosas anterior al presente. Su origen se encuentra en la Revolución francesa, y quienes se oponían a la Revolución eran contrarrevolucionarios. Con el tiempo esta expresión fue cambiando y usado a conveniencia.
Durante la Revolución francesa no solo se llamaba contrarrevolucionarios a los partidarios del Antiguo Régimen sino también a aquellos líderes que son sobrepasados por izquierda y por tanto considerados traidores. Así les sucedió a los Girondinos que fueron conducidos a la guillotina por los jacobinos, antes que estos últimos corrieran la misma suerte por la reacción Termidoriana.
Por esto el girondino francés guillotinado por los jacobinos en 1972, Pierre Victurnien Vergniaud, dijo: Es de temer que la revolución, como Saturno, acabará devorando a sus propios hijos. Lema muchas veces aplicado a distintos procesos revolucionarios, según el cual «la revolución devora a sus hijos».
Durante la Revolución rusa, los marxistas denominaban así a cualquier grupo disidente o sospechado de desviacionismo reaccionario. Los marxistas llamaran reaccionarios a los anarquistas, los socialistas a los revisionistas como Kautsky o Bernstein, los bolcheviques a los mencheviques, los comunistas de la Tercera Internacional a los socialistas de la Segunda Internacional usando el apelativo de socialfascistas. Los trotskistas y comunistas de izquierda a los estalinistas de los 20. Los maoístas a los seguidores de Kruschev que proponían la coexistencia pacífica, etc., etc.
Por lo mismo se puede calificar de reaccionarios al establishment progre globalista, que se opone a Donald Trump y pretende restaurar en Estados Unidos el Orden Mundial Globalista, usando todos los medios. En estas semanas escuché hasta el cansancio hablar de los primeros 100 días de Trump, deseando en realidad que fueran los últimos cien días. Pero esto de darle importancia a los cien días no es nada nuevo. Nihil Sub Sole Novum (nada nuevo bajo el sol).
El periodo que va del 20 de marzo de 1815, fecha del regreso de Napoleón de su exilio en Elba, hasta el 28 de junio del mismo año, la segunda restauración de Luis XVIII como monarca de Francia, es conocido como «Cent-Jours» o los Cien Días, o también como Campaña de Waterloo. Esta expresión fue usada por el prefecto de París, Conde de Chabrol, en su discurso de bienvenida al rey, y se usa también para referirse a la guerra de la Séptima Coalición. Periodo en que Austria, Prusia, Suecia, el Reino Unido, Rusia y algunos estados alemanes declararon en el Congreso de Viena al emperador francés fuera de la ley, aliándose en su contra.
También se conoce como el nombre de Gobierno de los Cien Días, tanto el periodo como el propio gobierno de Ramón Grau San Martín en Cuba, entre septiembre de 1933 al 15 de enero de 1934. Ante los primeros 100 días de Donald Trump como presidente, todos los medios del mundo (así lo pude constatar en los informes que recibo de Europa y otros continentes), lo hicieron con críticas desde dos puntos, parcializando, mintiendo, ocultando información y desde lo psicológico, desde lo estético, el odio y la impotencia.
No tenía en mente escribir sobre esto, porque no había ni hay análisis políticos críticos sobre el gobierno de Trump, y los argumentos psicologistas me resbalan, no pertenecen a la categoría de lo político. El mismo Donald Trump dejó claro que no le preocupa sus cien días como presidente, «Es una barrera artificial», «No es muy significativo» y agregó en Twitter: «Es un estándar ridículo».
Trump en este tiempo firmó unas 27 órdenes ejecutivas apremiado por las circunstancias. Sancionó 28 proyectos de ley, lo que supera al trabajo de cualquier otro presidente. Mi memoria no registra un solo presidente que cumpliera con su palabra, es más, es un reproche generalizado a las promesas incumplidas de los políticos. Trump cumplió con sus promesas y fue por ellas, si no se hicieron efectivo no fue por él, sino por el establishment, por sus enemigos de dentro y fuera de su partido.
Las cuestiones que dependían de él las cumplió. Así, el 23 de enero lanzó una orden ejecutiva que establecía la salida de Estados Unidos del «Trans-Pacific Partnership» (TPP), un tratado de libre comercio con los países de la región Asia-Pacífico, del que forman parte otras once naciones. El TPP fue negociado por Barack Obama, la retirada del TPP para el país es según Trump «una gran cosa para los trabajadores estadounidenses».
Donald Trump, acordó con el presidente Enrique Peña Nieto, y con el ministro canadiense, Justin Trudeau, iniciar «rápidamente» la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sin salirse de él. El anuncio llegó el mismo día en que la Casa Blanca estaba considerando una retirada unilateral del TLCAN, a cuyo borrador de la orden ejecutiva tuvieron acceso varios medios.
Mediante esta orden ejecutiva, se iba a recurrir a una cláusula incluida en el pacto comercial en vigor desde 1994, que permite la salida de uno de los miembros seis meses después de una notificación formal y previa a los otros participantes. «Trump acordó no terminar con el TLCAN en este momento y los líderes acordaron proceder rápidamente, de acuerdo con sus procesos internos, para permitir la renegociación del acuerdo del TLCAN en beneficio de los tres países».
Esta es la verdad de la milanesa y no las tonterías que dicen por ahí. En los últimos días Trump había acusado a Canadá de perjudicar a los agricultores y productores de leche estadounidenses. «He decidido que en vez de terminar el TLCAN que, como saben, sería un golpe bastante grande para el sistema, lo renegociaremos», agregando de inmediato que, si es «incapaz de alcanzar un acuerdo justo para Estados Unidos, es decir, un acuerdo justo para nuestros trabajadores y empresas, finalizaré el TLCAN». Donald Trump ha eliminado regulaciones innecesarias y para que sea posible crear nuevos empleos (más de 600.000 hasta ahora).
Su énfasis en la protección de las fronteras de la inmigración ilegal las redujo en un 70 %, ha priorizado comprar y contratar estadounidense, lo que beneficia a las empresas estadounidenses frente a los malos acuerdos comerciales. Obamacare, otro de sus leitmotiv, un objetivo que se vincula a la reforma fiscal, pues el dinero ahorrado con la reforma médica daría margen para rebajas de impuestos.
Fueron los propios republicanos los que bloquearon la reforma porque no era lo que ellos esperaban. Cuando Trump decidió no llevar a votación, le faltaban 15 votos para que no fuera rechazado. Los congresistas agrupados en el Freedom Caucus, que agrupa a conservadores y libertarios próximos al Tea Party, acusaron a Donald Trump de venderse a los intereses de Washington y querer colarles una especie de Obamacare rebajado.
En el senado había sido aprobado, Trump quedó «como un líder dialogante y moderado que ha sufrido un revés por confiar en los líderes de su propio partido, y los demócratas tienen que apechugar con un sistema que no funciona». En estos días fue aprobado en la cámara baja, lo que no dice mucho.
El RyanCare, por su principal promotor, el speaker republicano Paul Ryan, Ryan desde las primarias fue uno de los mayores críticos de Trump. El representante del establishment Paul Ryan, era demasiado poderoso para que el candidato Trump, con una mayoría de popes republicanos en su contra, pudiera eliminarlo. Trump no olvidó ni Ryan dejó de complotar para boicotear la presidencia de Trump.
Pero con el Obamacare, Trump le dio a Ryan cuerda suficiente para ahorcarse. Paul Ryan, su futuro político y el establishment republicano quedaron golpeados. Trump puede decir siempre que puso todo de su parte, que respaldó el plan, lo que es cierto. Pero sus enemigos internos se hundieron solitos. Anulada por ahora los enemigos internos queda la externa, el Obamacare es un desastre.
Lo fue desde el primer día, combinando lo peor del intrusismo y la imposición estatal con lo peor del capitalismo de amiguetes de la iniciativa privada, un puñado de gigantescas aseguradoras médicas que tienen clientela asegurada por ley. Y todo lo que siga funcionando mal con el Obamacare será culpa de los demócratas, no de Trump.
Prohibió el uso de fondos del Gobierno para subvencionar a grupos que practicasen abortos, o lo promoviesen en el extranjero. En esta misma línea, ordenó la retirada de la financiación al Fondo de Población de la ONU, una institución neomalthusiana promotora del aborto en todo el mundo y sus esterilizaciones masivas realizadas en China. El reconocimiento del trabajo de los veteranos, la lucha cotidiana en contra del establishment, o el estado profundo.
Para mí la misión de Donald Trump está cumplida desde que evitó el triunfo de los Clinton y su camarilla, origen de todo el odio que le profesa el establishment. Con la llegada de Trump al poder se acaba la dicotomía política implantada desde la Revolución francesa, entre las izquierdas y la derecha. Ahora está dada entre los patriotas, los que reivindican el Estado nacional soberano y los globalizadores.
Los refugiados. Creo que nadie en su sano juicio puede poner en duda que el presidente de Estados Unidos tiene la potestad de decidir quién puede y quién no puede entrar al país, pero los decretos necesariamente deben ser redactados sin cometer los errores que permitan a los abogados de los estados y grupos políticos adversarios agarrarse a los principios constitucionales. Lo que pone en evidencia la incapacidad jurídica del equipo que asesoró a Trump en estos casos.
El primer decreto que la Justicia bloqueó provocó un escándalo mundial y un caos en el país, puesto que personas con permiso de trabajo y estudiantes que regresaban de las vacaciones de Navidad fueron deportados a sus países de origen. El nuevo decreto retiraba a los iraquíes de la lista negra y autorizaba la entrada a Estados Unidos a los titulares del permiso de trabajo y de visado en regla. Para un juez de Hawái, no fue suficiente.
Los abogados del estado de Hawái señalaron que el decreto atentaba contra la libertad religiosa, perjudicaba a los residentes musulmanes del archipiélago, complicaba la vida a los estudiantes extranjeros y causaba un enorme perjuicio a la industria del turismo. Señalaron en particular al caso de Ismail Elshikh, el imán de la Asociación Musulmana de Hawái cuya suegra vio interceptada su entrada en territorio estadounidense.
«El Doctor Elshikh como con todos los musulmanes residentes en Hawái se enfrentan a obstáculos mayores para ver a su familia discriminados por su fe religiosa».
A este punto llegó la confusión para que la suegra de un imán sea más importante que la seguridad del país. También impugnaron la segunda orden ejecutiva de Donald Trump considerada anti-musulmana: Washington, Massachusetts, New York y Oregón. El decreto tal como está redactando, no se dirige a los musulmanes, si no a Estados que colaboran con grupos terroristas. Y la pregunta es ¿Dónde estaban esos jueces en el 2011 Obama prohibió por 6 meses el ingreso de iraquíes a Estados Unidos?
El Departamento de Estado, entonces, temporalmente dejó de procesar las solicitudes de refugiados del país árabe, incluido de quienes «heroicamente» ayudaron a las fuerzas estadounidenses como intérpretes o en operaciones de inteligencia, como comentaron agentes de los servicios de inteligencia de Estados Unidos. También, deberíamos preguntar donde estaban los progres cuando Arabia Saudita, Kuwait, Bahréin y otras naciones se negaron tajantemente a recibir refugiados de Siria.
Lo que sucede en realidad es un desafío en toda regla a la legitimidad de Trump. En este mismo sentido, El magistrado californiano William H Orrick bloqueó el apartado de la directiva del presidente que firmó en enero y que establecía la retirada de la financiación pública a las ciudades santuario. Con esta orden, pretendía garantizar el cumplimiento de las leyes federales sobre inmigración en todo el territorio estadounidense, y así materializar, una de sus grandes promesas electorales. Ciudades que impiden la correcta aplicación de las leyes migratorias del país.
El juez, que fue nombrado por Obama en el año 2012, alega que la orden ejecutiva firmada por Donald Trump viola la Constitución, pues ésta establece que es el Congreso el encargado de elaborar el presupuesto. Chicago una de las ciudades con los impuestos más altos, con una pérdida de empresas y personas constante tiene el desatino de malgastar el dinero de los contribuyentes, de los ciudadanos y residentes legales, demagógicamente en favor de ilegales.
La ciberdefensa. Las políticas de seguridad y defensa del ciberespacio son esenciales para mantener la ventaja estratégica del país, los ataques cibernéticos de Estados o grupos de hackers son continuos y muy peligrosos. La defensa de las infraestructuras vitales del país ocupa a los nuevos responsables en las agencias federales y el Pentágono para arreglar el desastre de la Administración Obama, entre cuyas consecuencias están las continuas filtraciones que dañan a la nación.
Cada vez hay más gobiernos y grupos organizados con capacidad para perjudicar a Estados Unidos; mediante acciones cibernéticas coordinadas al disponer de una capacidad informática de primer nivel, la mayoría de las veces hackeadas a Estados Unidos o lo que es peor, mediante traidores en los propios servicios de inteligencia.
Durante el gobierno de Obama, hubo incidentes cibernéticos graves, silenciada por los medios amigos cómplices del presidente. El reto que tiene Trump es sellar el sistema para que no se repitan los fallos de seguridad cibernética, que pondría a merced de hackers y gobiernos interesados en robar información comercial, militar y de inteligencia.
Las primeras medidas de Trump fue auditar las cibercapacidades de las agencias del gobierno, evaluar las capacidades reales defensivas y de ataque del Pentágono, el plan para mejorar la infraestructura tecnológica de información y comunicación, y la situación cibernética de otros países, antes de pasar a otras fases, en la que será muy importante los presupuestos necesarios para ciberdefensa, reclutamiento y selección de especialistas informáticos y el desarrollo de ciberarmas defensivas y ofensivas.
También la dirección, control y coordinación efectiva entre el Cibercomando, agencias de inteligencia, las Fuerzas Armadas, el Congreso y la presidencia. Es necesario que el Congreso colabore para financiar y autorizar las medidas necesarias (muy difícil con los traidores del establishment). Hacer América Grande Otra Vez, pasa en gran medida por ser fuertes en el ciberespacio.
EL MURO. A día de hoy, la ampliación del muro sigue siendo un proyecto en fase preliminar para conseguir el crédito inicial, pero como decía antes, Trump ha conseguido un éxito importante, aunque sea de modo indirecto. Sus amenazas de mano dura y deportaciones masivas produjeron una drástica reducción en la entrada de ilegales por la frontera con México. En diciembre del año pasado se arrestó a 60.000 inmigrantes ilegales, en marzo la cifra ha caído hasta los 17.000, la más baja desde el año 2000.
Hay varios factores para esto, la caída en la cantidad de personas que intentan cruzar ilegalmente, y el aumento en el precio que cobran los coyotes que guían a los inmigrantes, subió de 3.500 a 8.000 dólares, por el mayor riesgo que ahora comporta la operación. El 25 enero de 2017, Donald Trump, rubricó una orden ejecutiva para destinar fondos federales a la construcción del muro con México durante una ceremonia celebrada en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés).
La construcción del muro la inició el ex presidente Bill Clinton. Trump dijo entonces que el Gobierno federal adelantará el dinero necesario para iniciar la construcción, pero luego los mexicanos se encargarían de devolverlo. El gobierno quiere empezar la construcción del muro con México en los enclaves fronterizos claves como El Paso (Texas), Tucson (Arizona) y El Centro (California).
Fronterizas con las mexicanas de Ciudad Juárez (Chihuahua), Nogales (Sonora) y Mexicali (Baja California). En el año fiscal 2016, la Patrulla Fronteriza detuvo a 408.870 indocumentados en el límite sur, 64.891 de ellas en el área de Tucson (la segunda con mayor actividad solo por detrás del Río Bravo), 25.634 en la de El Paso y 19.448 en la de El Centro.
La Casa Blanca pidió al Congreso que apruebe una partida de 1.400 millones de dólares para iniciar la construcción del muro dentro del presupuesto para financiar al Gobierno. Pero los demócratas del Congreso se oponen a la inclusión de una partida de fondos para el muro en esos presupuestos y avisaron de que, si Donald Trump no retira su exigencia, dejarán que cierre el Gobierno.
Trump criticó esa postura de la oposición con otro mensaje en Twitter: «Los demócratas no quieren que el dinero del presupuesto se destine a financiar el muro a pesar del hecho de que detendría las drogas y a los malvados miembros de la banda MS-13. (Mara Salvatrucha)».
También aseguró, en otro tuit, que México acabará pagando de «alguna forma» el muro fronterizo, aunque Estados Unidos tenga que adelantar los fondos. La confirmación de Neil Gorsuch, como juez del Tribunal Supremo es un triunfo para Trump, pudo colocar a un juez conservador y constitucionalista en el más alto tribunal de la nación. Esta victoria se extendería si pudiera nombrar en el futuro a los tres jueces con mayor probabilidad de dejar su cargo en su mandato: Anthony Kennedy, de 80 años, Stephen Breyer, de 78, y Ruth Bader Ginsburg, de 84.
Si Trump inclina al Tribunal Supremo hacia una mayoría de jueces que interpreten la Constitución, sin babosadas progres, como hacen los jueces promovidos por los demócratas, sería un éxito. Donald Trump en contra del parecer de algunos de sus colaboradores, que apostaban por un juez más combativo, eligió a Gorsuch, un juez impecable, un originalista y textualista estricto.
Es decir, alguien que defiende que la Constitución no es un texto vivo, que va evolucionando y acomodándose a los gustos de cada momento, sino un texto muerto, que fue fijado para siempre, y ante la cual los jueces deben limitarse a interpretarlo, dejando de lado su creatividad.
Si algo debe cambiarse, no compete a los jueces decidirlo, sino al Poder Legislativo. Para cubrir la vacante de Scalia con otro juez originalista, aplazando la hegemonía progre por un cuarto de siglo no fue fácil. La confirmación para el Tribunal Supremo requería una mayoría cualificada de 60 votos, algo imposible para los republicanos en solitario. Trump tuvo que activar la opción nuclear u opción Reid, y ante la cerrazón demócrata cumplió modificando el reglamento para que baste la mayoría simple, como ocurrió (52 votos favorables por 48 en contra).
Con la opción nuclear nos referimos al precedente del demócrata Harry Reid, quien, en 2013, en una situación similar a la actual y gozando entonces de la mayoría, aplicó la opción nuclear para todas las confirmaciones de jueces. Al hacer uso el demócrata Reid legitimó que en el futuro fuera también usada y abrió la puerta a la extensión de la opción nuclear al Supremo que han activado Trump y McConnell.
De hecho, estas son las consecuencias del proceso de politización del Tribunal Supremo, impulsado desde hace años de manera muy intensa por la izquierda. Como ha escrito Charles Krauthammer, el Supremo se ha convertido en una especie de «superlegislatura» que tiene la última palabra sobre las cuestiones de mayor calado social, desde el aborto al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Esta transferencia de autoridad legislativa ha sido aplaudida principalmente por la izquierda, defensora de lo que se conoce como activismo jurídico, y, por mucho que desagrade a los textualistas más estrictos, como el propio Gorsuch, no parece probable que vaya a corregirse.
Política exterior. Un nuevo y realista enfoque ha devuelto el liderazgo mundial a los Estados Unidos, un liderazgo basado en el poder militar, político y económico. Trump propuso un aumento del presupuesto de defensa de 54.000 millones de dólares, hasta una cifra récord de 603.000 millones de dólares. Su lema, Peace through strength (conseguir la Paz a través de la Fortaleza) no es solo palabras.
Los mensajes enviados por Trump llegaron de manera contundente a sus socios europeos, al cuartel general de la OTAN desempolvando una alianza prácticamente obsoleta y exigiendo una mayor contribución. En la próxima cumbre de Jefes de Estado de la OTAN el próximo 25 de Mayo en Bruselas, se van a tratar dos temas fundamentales: el papel de la OTAN en la lucha contra el terrorismo y el aumento de los presupuestos de los Estados miembros. Estos temas suponen un aumento de la seguridad en Europa (avance del terrorismo islámico y Rusia).
El mensaje también fue al interior de la muralla china, el ataque sobre Siria el mismo día en que se reunía con el premier Xi Jinping, parece haber dado algún resultado, la crisis con Corea del Norte ha tomado el máximo protagonismo con una posición de China más crítica con su vecino, llegando a suspender el tráfico aéreo con Pyongyang, como también la decisión de rechazar los barcos norcoreanos que transportaban carbón.
Para Corea del Norte, todas las opciones están abiertas. La presión diplomática de China sobre el Régimen comunista, por un lado, fruto de la buena relación Trump- Xi Jinping y la presión militar de Estados Unidos, cambió la dinámica de colaboración con China. Atrayéndolo a políticas de verdadero aliado y a moverse de una puñetera vez con los norcoreanos, y esto sin perder de vista la manipulación de divisas.
Pero como dice Donald Trump, por ahora no es momento de recordarle a los chinos, no es necesario mostrar la cuerda en la casa del suicida. Trump alcanzó solidos compromisos con la nueva administración de Japón, en cuanto a Corea del Sur, el candidato con mayores posibilidades de ganar estuvo hablando de revisar las relaciones, lo que debería revisarse es otra cosa. Parece que no entendió que la opción es Estados Unidos o los norcoreanos que pretenden fumigarlos. Kim Jong-un más allá de sus alharacas debería saber las consecuencias de sus actos.
La decisión al bombardear la base siria fue un mensaje claro para el Kremlin y – sobre todo- para el premier chino, quien no movió un músculo al ser informado de la acción sorpresa contra su aliado. Esto ha provocado un giro en negativo a la relación con Rusia, a la que también condenó en el Consejo de Seguridad por su apoyo al régimen sirio y por su inacción en acabar con el conflicto en Ucrania. El futuro de al-Assad ahora está en entredicho.
Bombardear la base siria con presencia rusa era algo impensable con el blandengue de Obama. Putin le había agarrado la vuelta a Obama y entró en Ucrania como en su casa, eso se acabó a menos que prefiera una guerra directa. Trump atacó al ISIS en su propio terreno, en acciones directas en coalición con las tropas iraquíes y kurdas en Irak y afganas en Afganistán, debilitando significativamente a dicho Ejército/Grupo terrorista.
Provocando pérdidas de valiosos líderes en su organización y dirigentes locales, disminución del terreno que ocupaban y en su capacidad militar. Esto responde a la nueva estrategia contra el ISIS propuesta por el Pentágono y aprobada por Trump, que incluye el aumento de 2.500 militares en Arabia Saudita para apoyar a la Coalición en Irak y Siria.
Se pude debatir o discutir esto, lo que nadie puede negar la existencia de una nueva estrategia en política exterior y seguridad nacional de Estados Unidos. Obama con su debilidad, sus prepuestos de defensa, la no intervención y la retirada apresurada de Irak, el apoyo a grupos sospechosos rebeldes en Siria y Libia, no favorecieron la estabilidad mundial y el terrorismo del ISIS nació y se consolidó en este contexto, en este sentido la doctrina Obama es pasado.
El 13 de abril al ordenar el lanzamiento de la bomba no nuclear estadounidense más potente sobre la región afgana de Nangarhar, donde el IS tiene un vasto complejo de túneles. Fue un mensaje (al menos para los que entienden de política internacional), sobre cuál es el único país que puede permitirse lanzar una bomba de esas características sin que nadie abra la boca. También es una advertencia a Irán que continúa con las pruebas de sus misiles balísticos.
En lo que respecta a Oriente Medio, Trump recibió al Rey de Jordania, al Príncipe Mohammed bin Salman, segundo en la Corona de Arabia Saudita, al presidente de Egipto y al primer ministro de Israel. Su Secretario de Estado, Tillerson, viajó a Israel para reunirse con los palestinos. El 3 de mayo recibió al líder palestino Mahmud Abbas, con el objetivo de facilitar una estrategia que conduzca a un Acuerdo de Paz.
Reforma fiscal. El secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, anunció el plan de reforma fiscal del presidente Trump, que incluye una enorme reducción del 35% actual al 15% en ganancias corporativas y una rebaja de siete a tres tramos en el que se aplica a los trabajadores. La rebaja de impuestos a empresas e individuos, ya presentada (15% para beneficios empresariales, 10%, 25% y 35% para trabajadores, 15% para las compañías gestionadas por su fundador, y un 10% para la repatriación de beneficios de empresas en el extranjero), constituye el mayor impulso comercial al país en décadas.
Arthur Laffer quien fuera el asesor fiscal de la Administración Reagan reapareció públicamente en la cadena CBS para animar al Partido Republicano a adoptar una reforma fiscal agresiva, en la línea apuntada por el documento presentado por la Casa Blanca. Laffer recordó que:
«en los últimos años hemos visto que la recaudación ha aumentado, al calor de las subidas de impuestos aprobadas por Obama, pero el efecto para la economía ha sido negativo. No hay que olvidar que cada dólar que entra en las arcas públicas sale del bolsillo de las empresas y las familias. Por eso, no podemos evaluar el impacto fiscal de la rebaja que propone la Casa Blanca sin tener en cuenta que, por encima de todo, un ajuste así supone un gran estímulo para las fuerzas productivas de la economía».
En su opinión: «hace tiempo que hemos hablado de bajar el Impuesto de Sociedades, el propio Obama habló de hacerlo. Estamos en un 35 por ciento, el nivel más alto de la OCDE. Además, tenemos un sistema global, de manera que no permitimos la repatriación de beneficios obtenidos en el extranjero, sino que aspiramos a gravar también esas rentas empresariales. Por eso llevamos quince años viendo cómo las fábricas y las empresas se van del país».
Trump quiere reimplantar la separación entre banca comercial y de inversión, así lo adelantó en una entrevista con Bloomberg. Dice está estudiando desmontar los grandes bancos de Wall Street con la vuelta a un sistema que separe las operaciones de la banca de inversión de la banca comercial.
«Estoy mirando eso ahora mismo. Hay alguna gente que quiere volver al viejo sistema, ¿verdad? Así que vamos a mirar eso», se estaba refiriendo a lo que en su campaña llamaron una actualización para «el siglo XXI» de la ley Glass-Steagall de 1933, que exigía la separación de las actividades de inversión respecto a los préstamos a los consumidores en la gran banca.
La ley fue revocada en 1999 bajo la presidencia de Bill Clinton, quien defendió una rebaja de las regulaciones financieras, y a la que muchos analistas atribuyen parte de la culpa de la crisis de 2008 con la explosión de la burbuja financiera respalda por activos tóxicos hipotecarios. Las declaraciones de Donald Trump provocaron súbitas bajadas en la bolsa de Wall Street, especialmente en los valores de las grandes entidades financieras como Citigroup o Bank of America, aunque luego se recuperaron.
Algunos desilusionados con Trump, que son supuestamente un 2%, es decir nada, su base permanece intacta. Creen equivocadamente que America First significaba, permitirle a Putin que siga moviéndose como lo hizo con Obama, o encerrase en el país y olvidarse del mundo. Creer eso muestra no tener idea de lo que es la política internacional o interestatal. Nadie quiere que las tropas queden empantanadas en ningún país, pero Estados Unidos debe marcar territorio.
El America First nunca estuvo ni estará reñido con el America is Back, no para los votantes que quieren sentirse orgullosos de su país, ni para el Pentágono. La misión que tiene un Imperio en su lucha por el poder mundial (como ha sido siempre y lo será) es mantener el rumbo y acrecentar el poder, la potencia, su propia eutaxia.
¿Recuerdan a aquellos que decían que Trump era un peligro para el mundo? Era peor que el apocalipsis para los que temían que se convirtiera en un tirano, y lo retrataban como un nuevo Hitler manejando el país a su antojo. Para bien o para mal, los límites y trabas a los actos del presidente siguen funcionando. Aun cuando tenga las dos Cámaras en poder de su partido.
El periodismo se había inventado un Hitler tan autoritario, tanto que Donald Trump no encarceló a aquellos que se oponen a sus decretos. Eso es lo que sucede en Venezuela con Maduro, en Corea del Norte o en Cuba, pero los medios progres no lo dicen. ¿No era que iba a levantar campos de concentración? Pero los únicos campos de internación en este país, es el que levantó en los 40 el demócrata Roosevelt contra los japoneses.
Hay quienes siguen llamándolo imbécil, producto de la rabieta o de un infantilismo, bien por ellos, si eso consuela su impotencia. Algunos periodistas reaccionaron contra Trump, calificándolo como un traidor, después que apartara a Steve Bannon del Consejo de Seguridad, parece que no entendieron que la gente no votó por Bannon, ni por el partido republicano, la gente votó por Donald Trump, a ver si se enteran de una puta vez.
La salida del general Flynn de la presidencia del Consejo de Seguridad Nacional, por no haber dicho la verdad al vicepresidente sobre sus supuestas relaciones con Rusia antes de su nombramiento, eso demuestra un error personal de Flynn, en el equipo presidencial se trabaja en equipo y no en solitario y menos en mentirles a tus jefes.
Se critica a Donald Trump por el uso de las órdenes ejecutivas, pero no dicen que los legisladores actúan como enemigos, a quienes no les importa la eutaxia de su país, sino la de su ideología y arruinar Estados Unidos. Una de las órdenes endurece la regulación de las visas H-1B, un permiso de trabajo temporal para contratar profesionales extranjeros, muy importante para los profesionales del país.
Otra que garantizará la recaudación de derechos aduaneros cuando los importadores extranjeros burlen las regulaciones e incumplan la ley, para que se enfrenten a las consecuencias. Y la orden que activa el análisis del déficit comercial estadounidense, para detectar posibles prácticas comerciales abusivas o desleales de otros países. Análisis a cargo de las agencias federales y profesionales independientes, un paso necesario para adoptar medidas legales para la protección económica de la competencia desleal.
Donald Trump rompe la cadena ideológica que impedía que un presidente republicano adoptara determinadas decisiones, como fijar aranceles justos o renegociar tratados comerciales que perjudican al país, imponiendo un nuevo referente, la inteligencia económica y comercial. Ésta será el motor de las decisiones, y no cumplir necesariamente con las tesis de ciertas teorías.
Esa inteligencia económica y comercial a disposición de Donald Trump son hechos, información, datos y análisis fiables para adoptar decisiones estratégicas vitales, de cara a afrontar el dumping que ejercen países como China o Alemania en temas como el acero, la manipulación de divisas, los problemas con los productos químicos, los productos agrícolas, la maquinaria, el petróleo y un largo etcétera, o para impulsar ventajas para el mercado y los productos estadounidenses, saboteados sutilmente en el extranjero.
El deseo de «Compra americano, contrata americano» solo será posible con la ayuda de legisladores que ayuden la tarea del presidente. Hay que mencionar la labor de la embajadora en la ONU, Nikki Haley, que está tratando de limpiar un organismo copado por progres y antisemitas, que financian programas de países poco fiables que amparan terroristas y atacan a Israel.
Y la silenciosa labor del secretario de Estado Tillerson, y del vicepresidente Pence. Para no olvidar aquello de que «quienes tomaron Normandía no fueron los que desfilaron en París». Es necesario para Donald Trump, legisladores fieles y no legisladores que son más peligrosos para el país que los yihadistas, rusos, chinos y coreanos juntos. Los necesita para sacar adelante la reforma fiscal, y lo mismo para llevar a cabo su plan de infraestructuras, el New Deal con el que busca que millones de americanos se incorporen al mercado laboral.
Los enemigos políticos de Trump tanto los demócratas como republicanos están destruidos, sin mensaje y a duras penas mantienen un movimiento de resistencia anti-Trump, que terminará por destruir al país. No tienen por ahora una sola figura, solo los medios y los activistas, los jueces progres, y tampoco se sabe en qué consiste esa oposición salvo en destruir a lo anarquista.
El presidente Steve Schwarzman, del inversor institucional mundial Blackstone, que dirige el comité de asesores económicos de Trump, esperaba que como presidente todo Estados Unidos trabajara para él. En estos primeros cien días habrá comprobado Schwarzman, que no es ni va a ser así, más bien todo lo contrario.
Esa obsesión con los Cien Días tiene antecedente en el periodo de la presidencia de Franklin D. Roosevelt, quien tomó el cargo durante la Gran Depresión y aprobó 15 grandes proyectos de legislación. Algo que como dijo Doris Kearns Goodwin, «Algo en lo que sí podrían estar de acuerdo todos los presidentes que han sucedido a Roosevelt es que no es justo». Y no es justo porque la Gran Depresión generó un clima tan especial que nadie podía oponerse a Roosevelt, como nadie se opuso a George Bush y su Acta Patriótica luego del 9/11.
John Kennedy en el día de la toma de posesión abrió el paraguas y declaró: «Todo esto no se realizará en los primeros 100 días, ni estará terminado durante los primeros 1000 días», Obama quiso seguir el ejemplo de Kennedy, pero se aprovechó de los hispanos para someterlos de ida y vuelta, prometiéndoles que arreglaría la situación migratoria de millones de indocumentados en Cien Días (con las dos cámaras a su favor), terminando en convertirse en el presidente que más inmigrantes deportó, pero no importa parece que fue con vaselina, ya que los hispanos terminaron votando a su sucesora.
Algunos idealistas y buenistas dirán que la actitud de Trump o Estados Unidos es arrogante o prepotente ¿Y qué? El mundo político siempre fue así y lo será, despabilen. Un super estado o Imperio no le queda más camino que seguir avanzando y marcando territorio. Así se escribe la historia y se construye el mundo ¿Con que derecho? dirán los progres, con el derecho de la fuerza.
Un derecho que te da el gastar 600.000 millones de dólares en las Fuerzas Armadas, por ser el país más poderoso militar y económico del mundo. Un país que se da el lujo de emitir dólares sin sufrir inflación. Luego de la crisis de 2008, Estados Unidos duplicó la cantidad de dólares existentes en el mundo, si esto lo hace Europa o cualquier otro país se dispara la inflación completamente, esto es lo que se debe entender sobre las relaciones reales económicos de poder.
La importancia que tiene el campo financiero es brutal, mueve a escala mundial unos 700 mil billones de dólares al año por unos 70.000 millones de los servicios. El dólar juega un papel fundamental en el mercado de divisas, señoreando completamente por ahora (no conozco el futuro, usted tampoco), lo que importa es hic et nunc. Y la producción China a nivel de guerra de divisas no pinta nada.
Este año 2017 finaliza el acuerdo ruso-chino firmado con fecha de caducidad, tendiente a suplantar el dólar por el yen en el mundo, ese acuerdo fue un fracaso total. Cuando China mira por sus intereses o el euro, o cualquier otra moneda, para financiarse inmediatamente recurre al dólar y por tanto está mirando por los intereses de Estados Unidos. el 70% de dólares existentes en el mundo están fuera de Estados Unidos.
Estados Unidos no es un país productivo, China es productiva, pero para el mercado económico mundial es cuestión de financiación. Todo ahorro chino viene a este país, está financiando y potenciando el mercado financiero internacional del dólar. La guerra de divisas, la guerra comercial, es la clave de la política actual. De las transacciones económicas en el mundo un 80% se hacen en dólares y del 20% restante, un 4% es para la moneda china y el resto para el euro. Esto es así desde el gobierno de Nixon.
4 de mayo de 2017.