

NATE VANCE, EL PRIMO VALIENTE DE J. D. VANCE
Nate Vance y el vicepresidente estadounidense J.D. Vance
El diario Pravda haciéndose eco de la entrevista realizada por el periódico francés Le Figaro, dice que las declaraciones de Nate Vance no son válidas y sus argumentos se basan en dos cuestiones, primero porque el batallón «Da Vinci Wolves» (Lobos de Da Vinci) es ultranacionalista o neo nazi. Segundo, que Nate Vance desea escribir un libro.
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El deseo de publicar un libro sobre los años de combatiente voluntario en Ucrania, no impide ni invalida sus opiniones, opiniones vertidas con conocimiento de causa ganada a fuerza de fusil frente al ejército invasor ruso. No es el caso de su primo el veterano de cartón J. D. Vance. Lo ridículo es que lo diga un periódico ligado a las peores atrocidades cometidas por los soviéticos, y el vergonzoso pacto Molotov-Ribbentrop, entre nazis y soviéticos, en donde se brindó por la salud de Stalin y del Führer Adolph Hitler, y el reparto de gran parte de Europa.
El diario Pravda, cuyo significado es «la verdad», es decir, la verdad soviética en su momento y ahora la putinesca. Este periódico fue fundado en 1908 por León Trotski y los exiliados socialdemócratas rusos en Viena. Entre los años 1912 y 1991, o la implosión de la URSS, fue la publicación oficial del Partido Comunista. En los países occidentales se hizo muy famoso por sus declaraciones durante la Guerra Fría. Luego, se iniciaría un debate para que fuera adoptado como órgano oficial del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, pero el intento fracasó y los bolcheviques se apropiaron del nombre Pravda en 1912, pese a las protestas de León Trotski.
El 22 de agosto de 1991, mediante un decreto firmado por el presidente ruso Boris Yeltsin, el Partido Comunista quedaba fuera de la legalidad y todas sus propiedades pasaban al Estado ruso. Esto incluía a Pravda. Semanas después, el redactor Gennadi Selezniov (ahora miembro de la Duma Estatal) vendió Pravda a una familia de empresarios griegos, los Yannikosis.
El siguiente redactor-jefe, Aleksandr Ilyín, entregó la cabecera de Pravda (las medallas de la orden de Lenin) y el nuevo certificado de registro a los nuevos propietarios. En aquel momento, se produjo una importante división en la dirección de Pravda. Más del 90% de los periodistas que habían trabajado para Pravda desde 1991 abandonó su puesto de trabajo.
Los periodistas del diario registraron un nuevo periódico con el mismo título unas semanas después, organizaron su propia versión del periódico, pero fue clausurado después por presiones del gobierno. En 1997, el Partido Comunista de la Federación Rusa adquirió el diario y lo relanzó como su órgano oficial, aunque con una tirada sensiblemente menor a la de la época soviética. Estos mismos periodistas, dirigidos por los antiguos redactores de Pravda Vadim Gorshenin y Viktor Línnik en enero de 1999, lanzaron Pravda Online, el primer periódico en lengua rusa en Internet, del que existen versiones en inglés, portugués y español.
El nuevo diario Pravda y Pravda Online no son lo mismo, aunque los periodistas de ambas publicaciones mantienen contacto. El diario impreso Pravda tiende a analizar los acontecimientos desde una perspectiva izquierdista, de la quinta generación de izquierdas, el comunismo, mientras que el periódico electrónico toma a menudo un enfoque nacionalista pro Putin.
¿Qué es lo que dijo Nate Vance, el primo de J. D. Vance? El periódico francés tituló la entrevista: Le Figaro: primo de J.D. Vance luchó tres años para Ucrania en una unidad radical. Y fue publicado el pasado mes de enero, Nate Vance, de 47 años, regresó a EE.UU. tras pasar un total de tres años en el país eslavo. El «batallón Lobos de Da Vinci» es un grupo de asalto creado en 2014 como parte del grupo nacionalista ucraniano Sector Derecho (Pravi Sektor) declarado por el Tribunal Supremo de Rusia como organización terrorista, sumándose a la campana de Vladimir Putin de declarar al gobierno de Ucrania como nazi.
«Tras combatir a Rusia junto a un grupo de nacionalistas ucranianos, volvió a EE.UU. en vísperas de la investidura de Donald Trump, porque no «podía arriesgarse» a ser capturado. El pasado mes de enero regresó, Nate Vance, primo del vicepresidente estadounidense J. D. Vance, quien pasó dos años y medio combatiendo a Rusia «en los frentes más sangrientos» del conflicto ucraniano, como parte del batallón «Lobos de Da Vinci», informa Le Figaro, que publica la entrevista.
En marzo de 2022, tres semanas después de que comenzara la operación especial militar rusa, Nate —que en su juventud pasó cuatro años en el Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos— viajó a la ciudad ucraniana de Lviv. «Vi que la historia se estaba escribiendo ante mí y quería ser parte de ella», confiesa Nate Vance al periódico. «Quería ir para verlo. Por curiosidad. Y por la aventura también. No es muy admisible, pero es la verdad», admite.
Tras pasar un entrenamiento junto con otros voluntarios, regresó por unas semanas a Estados Unidos y luego, en junio de 2022, volvió a Ucrania para participar en combates en el Donbás. Según el medio, Nate Vance se unió a «un grupo de nacionalistas ucranianos que ya estaban en el frente en 2014 durante la revolución de Maidán». «En las pocas fotografías que narran estos tres años pasados en Ucrania, Nate Vance muestra la discreta confianza de un soldado profesional», según lo describe el medio. Asimismo, el diario apunta que varias veces estuvo al borde de la muerte, pero «se salió con la suya».
«Emboscada para Zelenski»
Nate Vance explica que decidió dejar de combatir a principios de enero, unos días antes de la investidura de su primo como vicepresidente de Estados Unidos. «Se había vuelto complicado quedarse. No podía arriesgarme a que me capturaran», se justifica. Nate Vance se mostró frustrado por cómo actuó su primo J. D. Vance durante la escandalosa reunión del líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, con el presidente estadounidense, Donald Trump, a finales de febrero.
Sobre esto, Nate Vance, reconoció «me sorprendió. No soy tan ingenuo como para pensar que los líderes nacionales no debaten a puerta cerrada». Y dice que «cuando hacen eso y ridiculizan a alguien en público, a mí, me decepcionó verlo. Hay una forma mucho más diplomática y directa de decir: “Espera, creo que estamos empezando con mal pie. Tal vez podamos replantear nuestras posiciones y cosas por el estilo. Hay formas mucho mejores de manejar eso”».
«Cuando [J.D. Vance] criticó la ayuda a Ucrania, me dije que era porque tenía que complacer a cierto electorado, que era un juego político. Pero lo que le hicieron a Zelenski fue una emboscada de absoluta mala fe», recoge el medio las palabras de Nate, que recuerda que durante su estancia en Ucrania no pudo comunicarse con su primo, entonces senador. Intentó varias veces dejar «mensajes en su oficina», pero «nunca» supo «nada de él».
En opinión de Nate Vance, la Administración Trump está llevando a cabo una política «equivocada» en relación con el conflicto en Ucrania, porque «no es probable» que Moscú olvide cómo Washington ha apoyado al régimen de Kiev. Las declaraciones llegan en un momento crítico para las relaciones entre Washington y Kyiv. Nate Vance, exmarine y voluntario en el frente ucraniano, ha acusado a su familiar y a Donald Trump de favorecer a Rusia con su actitud hacia Kyiv.
El primo del vicepresidente sirvió durante tres años en el batallón «Da Vinci Wolves», donde fue testigo directo de los estragos de la guerra. Desde su regreso a Estados Unidos, ha denunciado la postura de J. D. Vance, a quien culpa de «emboscar a Zelenski» en el Despacho Oval de la Casa Blanca, acusándolo de ser «desagradecido» por la ayuda militar estadounidense.
«Somos los idiotas útiles de Putin» cuestionando la decisión de su primo de cortar el apoyo a Ucrania. «Cuando criticó la ayuda a Kyiv, pensé que era por estrategia política, pero lo que hicieron en la Casa Blanca fue de absoluta mala fe». Estas declaraciones que han tenido una repercusión internacional, llegan en un momento crítico para las relaciones entre Washington y Kyiv, tras la suspensión de la asistencia militar y de inteligencia.
Pero estos días, luego de que Ucrania aceptara el plan de paz, Estados Unidos dijo que reactivaría la asistencia militar y de inteligencia. El ex marine Nate Vance, dice que Ucrania ha usado bien los recursos enviados por Estados Unidos, y que la desconfianza de su primo es «totalmente injustificada», y lamenta que su primo nunca intentara conocer la situación de primera mano. «Dejé mensajes en su oficina y nunca recibí respuesta», lamentó.
Nate Vance, que ha luchado al lado de los ucranianos contra los rusos, ha destacado que «a los rusos no les importa nada». «Creo que, si intentas tratar con Rusia desde el punto de vista estadounidense, te pasará factura. No piensan necesariamente como nosotros. Me refiero a su clase política. Los he visto personalmente disparar a sus propias tropas en suficientes ocasiones como para que no fuera un incidente aislado», sostiene Nate Vance.
«Ha ocurrido bastante, lo suficiente como para considerarlo una política si las tropas se retiran. Así que esta gente, como política, se comerá a los suyos, por lo que no dudarán en comerse a un presidente o vicepresidente americano. No les importa nada, no les importa lo que pensemos. No son nuestros aliados, y nunca lo serán, al menos durante una generación», ha resaltado.
Como ya dijimos, la administración Trump ha reanudado este martes el apoyo militar y de inteligencia a Ucrania después de que Kyiv respaldara la propuesta de Estados Unidos de alto el fuego, destinada a allanar el camino para el fin de la guerra. El acuerdo se ha anunciado después de más de ocho horas de reuniones entre los funcionarios estadounidenses y ucranianos en Arabia Saudí. El simple hecho de que funcionarios estadounidenses y ucranianos hayan presentado una declaración conjunta supone una mejora en las relaciones entre Washington y Kyiv.
El estadounidense Nate Vance, pasó tres años en Ucrania, de los cuales luchó durante dos y media como parte del ejército ucraniano. Nate Vance participó como parte de la compañía «Honor» en las batallas de Kupyansk, Bakhmut, Avdeevka y Pokrovsk. Nate Vance fue miembro de la 67 Brigada Mecanizada Separada, la unidad de élite que comandaba, el Primer Batallón Mecanizado, que recibió el sobrenombre de «Lobos de Da Vinci» en honor de su héroe Dmytro Kotsiubailo, muerto en 2023.
El comandante Dmytro Kotsiubailo, de 27 años, murió el 7 de marzo de 2023 en Bajmut. A su funeral asistió todo el gobierno, encabezado por el presidente Zelenski, y la primera ministra de Finlandia Sanna Marin. La muerte de Kotsiubailo no fue una más. Está considerado como el mayor héroe del Ejército ucraniano y su funeral estuvo presidido por el mismo presidente, Volodímir Zelenski. El entonces ministro de Defensa, Oleksii Réznikov, y el comandante en jefe de las fuerzas terrestres ucranianas, Valerii Zaluzhnyi, se arrodillaron ante su ataúd abierto, lo que resume el sentimiento del pueblo ucraniano hacia su figura.
También la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, que se encontraba de visita oficial en Kyiv, participó en el oficio religioso que rindió un último homenaje al legendario soldado de 27 años caído en combate. El apodo de Da Vinci, lo aclara su novia Alina MyKhailov, una médica voluntaria. Dice que fue a la guerra «a la guerra inmediatamente después de Maidan», conocida como la «revolución de la dignidad» de 2014 en la que participó como activista del movimiento nacionalista Sector Derecha, y durante la cual eligió su apodo, «Da Vinci».
El apodo es un recuerdo de sus estudios artísticos en el liceo Ivano-Frankovsk y de sus ambiciones como pintor. Cuando Rusia se anexionó Crimea e inició la guerra en el Donbás, se alistó en un batallón de voluntarios creado por el sector de la derecha. Era un excelente soldado, carismático, rápidamente comandó un pelotón, luego una compañía. Fue uno de los veteranos más antiguos en la guerra. Siendo un estudiante, participó en 2014 en la revolución de Maidan, en Kyiv, que desalojó del poder al dictador prorruso Viktor Yanukovich.
Cuando se produjo la invasión rusa de Crimea y del Donbás se unió como voluntario al Ejército ucraniano. Fue herido de gravedad por el proyectil de un carro de combate ruso, parecía que su servicio a la patria había acabado. Tres meses después, ya recuperado de sus heridas, regresó al frente en la región de Donetsk. Desde entonces no ha dejado las armas. Llevaba combatiendo a las tropas invasoras rusas desde 2014 hasta su muerte el 7 de marzo de 2023. En estos nueve años de guerra nunca abandonó la primera línea del frente.
En 2016, como reconocimiento a su impecable hoja de servicios, fue nombrado comandante de la Primera Compañía de Asalto y se convirtió en el comandante más joven del Ejército ucraniano. «Tenía autoridad y nunca evitaba ir en persona a la batalla», recordaba entonces uno de los soldados a sus órdenes en declaraciones a Kyiv Independent. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reconoció los servicios de Kotsiubailo concediéndole la orden de la Estrella Dorada y el título de Héroe de Ucrania en diciembre de 2021. Fue el primer combatiente voluntario en recibir ese reconocimiento en la historia de Ucrania.
Luego del inicio de la actual invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero de 2022, su leyenda no dejó de crecer entre los soldados y ciudadanos ucranianos. Junto con su novia, la paramédico militar que también sirve en los «Lobos de Da Vinci», Alina Mykhailova, se convirtió en un referente de la fuerza de voluntad ucraniana en su resistencia frente a la agresión rusa.
Durante el funeral, celebrado en el monasterio de San Miguel, el principal monumento religioso de la capital ucraniana que destaca por sus cúpulas doradas y muros azules, el sacerdote lamentó la pérdida de jóvenes vidas en la guerra. «Las hordas de Putin nos están arrebatando a nuestros hijos e hijas más hermosos», afirmó. «Dmytro mostró, por medio de su ejemplo, cómo amar y defender a su país».
Su batallón, los «Lobos de da Vinci», también rindieron un homenaje a su comandante con un mensaje en Telegram: «Murió con un arma en las manos, lanzándose el primero a la batalla. Vivió y murió como un héroe». El presidente Zelenski concedió a Kotsiubailo la Cruz al Mérito de Combate, que entregó a su madre al finalizar el funeral.
Para Alina Mykhailova, politóloga de profesión, elegida miembro del ayuntamiento de Kyiv, y ella misma subteniente del ejército ucraniano, donde comanda el servicio médico del 1° Batallón Lobos de Da Vinci de la 67° brigada mecanizada, dice que la vida se detuvo cuando Dmytro, su compañero y comandante de unidad, murió en sus brazos, acribillado por la metralla.
En Ucrania hay muchos voluntarios que combaten contra los rusos, porque entienden que hay que parar a Putin, he visto muchos de ellos que integraban la Brigada Norman, formada por veteranos de ejércitos occidentales de países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Suecia, Dinamarca, Polonia, Alemania, España, Francia, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Portugal, Italia, Jordania, Egipto y Noruega. Sin olvidar a los voluntarios de Bielorrusia y a los chechenos. Me hubiese gustado incorporarme a ellos, pero debido a mi edad no fue posible.
Entiendo la molestia de Nate Vance, soldado de veras, que estuvo combatiendo en Ucrania, no como muchos que hablan como si hubiesen estado en dicho lugar. Fue la misma indignación que sufrí al oír a Donald Trump y a su ladero J. D. Vance, ninguno de ellos sabe nada de la guerra, uno porque se evadió cobardemente de la guerra de Vietnam y el otro estuvo como reportero, pero nunca entró en combate. Aunque las políticas adoptadas en el país y otras sobre el exterior, las comparta, no puedo ser cómplice con el silencio de semejante emboscada tendida sobre Zelenski.
Cuando Nate Vance dice que los rusos no son confiables, tiene razón. Tampoco Estados Unidos, y voy a dar evidencias, el 1 de agosto, 1991. Veintiún días antes de que Ucrania obtuviera su independencia. George Bush, Sr, presidente de Estados Unidos, dio un discurso ante el Parlamento ucraniano (en aquel entonces, el Soviet Supremo de la República Socialista Soviética de Ucrania). En ese preciso escenario, George Bush llama a la idea de la independencia ucraniana «nacionalismo suicida», en un intento de disuadir al país.
Aunque cueste creer, la actitud respecto a la Unión Soviética fue, cuanto menos, sospechosa, fue el mayor defensor de salvar el imperio soviético y se negaba a reconocer la independencia de los países que habían sido anexados por la fuerza a la URSS. Cuatro meses después, en diciembre, el 92,26% de los ucranianos votaron a favor de emanciparse de la Unión Soviética, con la victoria del «sí» también en las regiones del Donbás.
5 de diciembre, 1994. Con Bill Clinton, sucesor de Bush, se firmó el Memorándum de Budapest, tan nombrado desde la invasión a gran escala rusa de Ucrania. En él, a Ucrania se le prometía respeto a su integridad territorial a cambio de que el joven país renunciara a su armamento nuclear presente (heredado de la Unión Soviética) o futuro. Sin embargo, desde la primavera de 2014 en Crimea, el Memorándum se selló de tal manera que fuera poco más que papel mojado.
En el constante intento de aplacar a Rusia, Ucrania es la víctima fácil. Es el mismo caso del presidente de Estados Unidos, George Bush juniors, que se enamoró de Putin y Ucrania nunca obtuvo un Plan de Acción de Membresía para el acceso a la OTAN. Tampoco ayudó a Georgia, luego de darles cuerda, y en un momento de gran debilidad de la Rusia de Putin. En esos momentos, un amigo que estaba destinado en Turquía como corresponsal, fue enviado inmediatamente a Georgia, y él se dirigió al encuentro de un batallón de tanques rusos.
Se los encontró en un camino de tierra en muy malas condiciones, muy angosto y donde apenas cabía un tanque y con zanjas profundas a los costados. Los tanques estaban estacionados sin saber cómo continuar, me cuenta mi amigo, que uno de los tanquistas lo llevó casi a la fuerza ante el comandante de tanques. Muy asustado y sin oponer resistencia fue ante él, la urgencia del comandante era su teléfono celular, mucho más moderno y que tenía cobertura en esa zona. El jefe le pidió su teléfono para comunicarse con sus superiores.
Esto es una muestra de cómo estaban las fuerzas armadas rusas, si en ese momento Bush hubiese ordenado el envió de la aviación, hubiesen hecho una carnicería con todos los tanques, eran presa fácil. Pero Bush Jr. no hizo nada, es como ahora, Rusia sigue solicitando soldados coreanos y enviando desde hace unos dos meses, a rusos mayores de 60 años al frente bajo jugosos contratos. Ucrania tiene cerca de 40 millones de habitantes y Rusia más de 144 millones. Sin embargo, no puede reponer combatientes, Rusia pierde casi 1500 soldados por día.
A Putin solo le queda la amenaza nuclear, pero esa decisión no es algo fácil de tomar, China también saldría perjudicada, es decir, el mundo donde vivimos no lo soportaría, sería el fin de la historia. El genio de Little Marco nos dice que la invasión de Rusia a Ucrania «es una guerra indirecta entre potencias nucleares, Estados Unidos y Rusia». ¿Y ahora se enteró? Eso es dialéctica de imperios señor secretario de Estado. ¡Bravo, Marco Rubio está aprendiendo! Ahora la pelota está sobre tejado ruso y si se niega ¿Qué van a hacer ustedes?
Durante la presidencia de Barack Obama, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, apretó en directo junto con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov un botón con la palabra «reinicio», «Perezagruzka» en ruso. Bajo este paraguas se produjeron interesantes avances en la relación entre ambas potencias, como el nuevo tratado START para la reducción de arsenal nuclear o presión conjunta sobre Irán. Entonces llegó marzo de 2014, y Ucrania se vio otra vez en el papel de víctima.
«Pequeños hombres verdes» —soldados rusos— empezaron a llenar Crimea. Ante la anexión rusa de la península, «Barack Obama aconsejó a las democracias occidentales que reaccionaran con cautela, lo que sólo reforzó la sensación de impunidad de Rusia», y las sanciones que se colocaron sobre Rusia no sirvieron en ningún caso de disuasión.
Cada breve período de tratar de atemperar las relaciones o intentos de acercarse al Kremlin podría continuar indefinidamente, pero fue inevitablemente seguido por una nueva guerra, asesinatos políticos, interferencias electorales e intentos de desmantelar el orden internacional.
Con Joe Biden, pese a los más de 119.800 millones de asistencia (tanto militar como financiera o humanitaria), la ayuda fue llegando, pero siempre tratando de no escalar la guerra a Rusia. Tanques, aviones militares, misiles de largo alcance. Lo que, en la práctica, convirtió al conflicto en Ucrania en una guerra de desgaste, prolongándola en el tiempo. Solo hubo gestión de la guerra, pero no intención de ganarla. Y con el tío Donald vamos a continuar con lo mismo.
11 de marzo de 2025.