LOS ERRORES POLITICOS DE VLADIMIR PUTIN (1)
EL ANACRONISMO POLITICO
Ricardo Veisaga
La guerra en Ucrania continúa, pero lo que nos importa en este momento, al menos a nosotros, no son las primicias del combate diario sino el análisis de la estrategia de Putin. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aseguró durante un discurso en el ayuntamiento de Helsinki, en Finlandia que «la guerra de agresión de Putin contra Ucrania ha sido un fracaso estratégico, disminuyendo en gran medida el poder de Rusia, sus intereses y su influencia en los años venideros».
Blinken, recordó que donde Putin apuntó a proyectar fuerza, reveló debilidad: «Donde buscó dividir, está unido. Lo que trató de prevenir, lo precipitó. Ese resultado no es casualidad. Es el resultado directo del coraje y la solidaridad del pueblo ucraniano y la acción deliberada, decisiva y rápida que nosotros y nuestros socios hemos tomado para apoyar a Ucrania».
Lo que no dijo Blinken es que hubo una lectura equivocada de lo que son las guerras en estos tiempos, el comandante en jefe Putin, vive inmerso en las guerras del siglo pasado y no supo interpretar el mundo en marcha. En primer lugar, quiero ocuparme del relato ruso utilizado para justificar su invasión a Ucrania.
La desnazificación
Una propaganda que es parte de la nematología putinesca, una verdadera tomadura de pelo que solo puede ser creída por ignorantes o por aquellos propagandistas, no ya de Putin, sino de la Unión Soviética que hace mucho está liquidada. Es el caso de Santiago Armesilla, un marxista reformista, que, en un encuentro en YouTube, quiso vender la propaganda de desnazificación de Putin.
Lo que dijo el líder ruso al iniciar su «operación militar especial» contra Ucrania durante la madrugada del jueves 24 de febrero, que su acción respondía a la necesidad de «desnazificar y desmilitarizar Ucrania».
«He tomado la decisión de llevar a cabo una operación militar especial. Su objetivo será defender al pueblo que durante ocho años ha sufrido persecución y genocidio por parte del régimen de Kiev. Para ello, apuntaremos a la desmilitarización y desnazificación de Ucrania».
Evocó la memoria colectiva de los ataques de Adolf Hitler a Europa, especialmente la invasión nazi de la Unión Soviética, y la noción de genocidio y limpieza étnica contra un pueblo -que, en este caso, el equivalente a los judíos, serían los separatistas rusos en Ucrania. Para el pueblo ruso, que aun hoy, vive bastante encerrado en si mismo, son muy permeables a la propaganda del gobierno.
Por tanto, la afirmación falsa de que el gobierno ucraniano actual es como el gobierno aliado de los nazis de Ucrania en la Segunda Guerra Mundial o el Ejército de Liberación de Ucrania, el grupo que luchó junto a los nazis, fue un claro intento de moldear la opinión rusa.
En 1941, cuando el ejército nazi ingresó en Ucrania, una parte de la población tomó la decisión de colaborar con los alemanes, mientras que gran parte del país se vio asolado por el sufrimiento y la destrucción. Más de cinco millones de ucranianos murieron en la lucha contra los nazis. Los alemanes mataron a la mayoría de los 1,5 millones de judíos ucranianos.
El gobierno civil alemán nazi fue bautizado como Reichskommissariat Ucrania (Comisariado Imperial de Ucrania), o RKU, y comprendía lo que ahora es Ucrania, Bielorrusia y Polonia. La ocupación alemana duró hasta 1944, y los ucranianos que cooperaron con los alemanes nazis trabajaron en la administración local, se convirtieron en parte de la policía nazi o en guardias en los campos de concentración.
Stephan Bandera
Una de las figuras más importante y controvertida de este nacionalismo ucraniano colaboracionista fue Stepan Bandera, quien primero actuó para facilitar el dominio de la región por parte de los nazis y luego se volvió contra ellos cuando se dio cuenta de que su plan para la independencia de Ucrania no llegaría a buen puerto. Bandera pasó años en un campo de concentración nazi y finalmente fue asesinado por un agente de la KGB soviética en 1959.
Muchos se preguntarán porque una cantidad de ucranianos colaboraron con los nazis, muy simple, existía la creencia de que los alemanes podrían ser un medio para librarse del terror impuesto por el soviético Joseph Stalin y de esa manera conseguir la independencia. Como olvidar el «Holodomor», o la Gran Hambruna, período en el que unos 3 millones de personas murieron de inanición, de hambre.
Es cierto que la hambruna golpeó a la Unión Soviética en este período, especialmente debido a las políticas económicas del régimen de Stalin, la hambruna en Ucrania fue mucho peor que en el resto de la región debido a una decisión deliberada de Stalin de enviar menos recursos al territorio, apropiándose de sus cereales y prohibiendo el movimiento de personas en busca de alimentos.
El líder soviético había decidido castigar y presionar al campesinado ucraniano, que se resistía a ceder sus fértiles propiedades agrícolas al control estatal, tal y como ordenaba el gobierno de la URSS. El Holodomor sirvió para que aumentara el sentimiento antisoviético que encarnó Bandera en las décadas de 1930 y 1940.
En el 2013, cuando el entonces presidente ucraniano Viktor Yanukovich, un gobierno prorruso, cedió a las presiones de Putin y se negó a firmar un pacto para acercar el país a la Unión Europea, algo que la mayoría de los ucranianos querían. La decisión del presidente provocó protestas en todo el país. En uno de ellos, en la plaza Maidan de la capital ucraniana, Kiev, se manifestaron unas 100.000 personas. Tras meses de tensión, en 2014 Yanukovich fue depuesto y huyó a Rusia.
La referencia a los nazis y los neonazis se volvió muy popular en los medios rusos alrededor de diciembre de 2013, porque en el momento de las protestas de la plaza Maidan, algunos de los manifestantes estaban haciendo cosas como levantar una bandera de Stepan Bandera. Una porción de la población ucraniana recuerda esos intentos de lograr la independencia de Ucrania bajo Stalin, aliándose con Hitler, no por compartir la ideología nazi, sino como actos de patriotas y héroes ucranianos.
Putin tomó represalias por el derrocamiento de su gobierno títere Yanukovich apoderándose de Crimea, y organizando una rebelión en el este de Ucrania liderada por separatistas con el total apoyo de Rusia. En ese tiempo, algunas milicias de extrema derecha comenzaron a actuar para defenderse de los separatistas rusos. Grupos como Pravy Sektor y el Batallón Azov, que suelen llevar las insignias de Stephan Bandera, a quien Putin llama «cómplice de Hitler» y que hoy ostenta el estatus de héroe nacional ucraniano.
Ninguno de estos grupos extremistas ha logrado conseguir parlamentarios en el Congreso Nacional de Ucrania, ni tener representantes en el Ejecutivo. El Estado ucraniano no está controlada por nazis o fascistas, a pese al crecimiento de grupos ultranacionalistas y fascistas en los últimos años, un problema que no es exclusivo de Ucrania, sino que es global. El gobierno elegido en Ucrania está encabezado por un presidente de origen judío, Volodímir Zelensky, cuyos tíos abuelos y miembros de la familia fueron asesinados durante el Holocausto.
Pero Putin no dice nada de la alianza nazi-soviética, el pacto Ribbentrop-Molotov, donde se dieron vivas al Führer y permitió la invasión de Polonia y el inicio de la Segunda Guerra Mundial. El miércoles 23 de febrero por la noche, previa a la invasión, tras intentar comunicarse con Vladimir Putin y ser repetidamente ignorado, el presidente Zelensky hizo un llamado a la población rusa para que evitara que el Kremlin procediera con un ataque.
En su discurso pronunciado en ruso, Zelensky abordó las acusaciones de que su gobierno es nazi, las cuales serían repetidas por Putin horas después, al momento del anuncio de la operación militar. El presidente Volodímir Zelensky, cuestionó el argumento de Putin: «¿Cómo puedo ser nazi?».
«A ustedes (los rusos) se les dice que somos nazis. Pero, ¿puede un pueblo que dio más de 8 millones de vidas por la victoria sobre el nazismo apoyar a los nazis?», manifestó Zelensky. «¿Cómo puedo ser nazi? Explíquele eso a mi abuelo, que pasó por la guerra en infantería en el Ejército soviético y murió como coronel en la Ucrania independiente».
Putin también mencionó el término genocidio para describir una situación falsa de aniquilamiento de la población rusa en Ucrania, apelando al mismo tipo de sentimiento que ya ha utilizado en otras ocasiones para justificar incursiones militares rusas en áreas vecinas. En 2008 hizo lo mismo con Georgia y en 2014 con Crimea. El genocidio es una acusación muy grave, pero en este caso, por supuesto, no se produjo ningún genocidio.
La actitud de Vladimir Putin de presentarse como el protector del mundo ruso, es una justificación común en la política exterior del gobernante ruso, y esta acusación infundada de genocidio refuerza su afirmación ante audiencias nacionales de que él es el protector de los rusos étnicos en toda la ex Unión Soviética. No hay que olvidar que Putin ha emprendido una guerra étnica, como la desarrollé en otro artículo.
Errores de Putin.
1)- La desmilitarización y neutralidad de Ucrania
Anteriormente, el presidente ruso había dicho que estaba preocupado por la seguridad nacional del país, dada la expansión de la alianza militar de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en Europa del Este. Quería garantías de que Ucrania no sería admitida en la Alianza, lo que, en teoría, le permitiría a Estados Unidos instalar bases militares en la región vecina al territorio ruso.
Vladimir Putin, al hablar por teléfono con su colega francés, Emanuel Macron, afirmó que la solución de este conflicto armado «es posible sólo si se toman en cuenta de manera incondicional los legítimos intereses de seguridad de Rusia». Entre las exigencias preliminares que mencionó Putin está: «reconocer la soberanía rusa sobre Crimea, desmilitarizar y desnazificar el Estado ucranio, y el compromiso vinculante de su declaración de neutralidad».
La neutralidad de Ucrania fue uno de los principios clave en la mesa de discusión entre Ucrania y Rusia. Rápidamente, el estatus de neutralidad obligaba a Ucrania a abandonar sus deseos de entrar en la OTAN y a renunciar a albergar cualquier tipo de instalación de la Alianza Atlántica en su territorio. Ucrania exigía garantías de seguridad a los cinco países del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) más Turquía, Alemania, Canadá, Israel o Polonia para evitar que Rusia lance otra invasión.
Este tratado de garantías que pedía Ucrania debía funcionar como el artículo 5 de la carta de la OTAN, que establece que, en caso de un ataque armado contra uno o más de ellos, los otros países pueden tomar las acciones que consideren tanto conjunta como individualmente.
Se considera, en las relaciones internacionales, que un país neutral es aquel que no toma partido por ninguno de los bandos enfrentados en una guerra y se mantiene al margen de la misma. Una política neutral es la que se dirige a mantener la neutralidad ante futuros conflictos. En este caso concreto, todos los países que no entraron en guerra contra Rusia ni con Ucrania al iniciarse la invasión son neutrales.
En Europa, en estos momentos, son cinco los países que son considerados neutrales, ellos son: Austria, Finlandia, Suecia, Irlanda y Suiza. En otros lugares, además de Europa, hay países neutrales como Panamá, Costa Rica y Turkmenistán. Y otros neutrales pero que no son reconocidos como tales: México, Laos, Camboya, Japón, Serbia y Moldavia. También dentro de Europa tenemos al Estado Vaticano. Si Moldavia llega a ser incorporada a la OTAN dejara de ser neutral, es el caso de Finlandia ahora al ser miembro de la Alianza.
Aquellos que se dedican a esa entelequia llamada derecho internacional, hablan de diferenciar dos modelos de neutralidad con consecuencias distintas. Por un lado, la neutralidad reconocida por el derecho internacional, es decir que, un Estado con neutralidad permanente es aquel que asume este estatuto del que derivan derechos y obligaciones, y debe respetar esta condición que está vinculado a cumplir dicho compromiso respecto de terceros Estados, por ejemplo, Suiza o Austria.
La otra es la neutralidad basada en una decisión política. Esta es una posición adoptada de manera unilateral por un Estado, que libre y soberanamente decide mantenerse al margen de alianzas o bloques de carácter militar y/o defensivo. Ese era el caso de Finlandia, antes de su ingreso a la OTAN y el caso de Suecia hasta que Turquía y Hungría, simpatizantes de Putin, decidan dar su conformidad.
Según el derecho internacional, no existen dos Estados neutrales iguales, puesto que dependen del tratado que hayan firmado para sentar sus bases. Esta neutralidad requiere que el país neutralizado sea «neutral» en el sentido jurídico formal, es decir, que no participe en las guerras de otros países. El acuerdo también puede incluir todo tipo de cosas, como acuerdos económicos, acuerdos fronterizos e incluso acuerdos militares.
Por ejemplo, Austria, uno de los países llamados neutrales, en realidad su neutralidad es forzada, en 1955, la entonces Unión Soviética, exigió la neutralidad de Austria de acuerdo al modelo de Suiza, y expresó su disposición que cuatro países, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética, se comprometieran a mantener la integridad de Austria.
Austria no es parte de la OTAN, pero si es miembro de la Unión Europea desde 1995, su condición de neutralidad está incluida en su Constitución, lo que algunos llamaran neutralidad perpetua, esa condición asumida le impide participar en una guerra, recibir tropas extranjeras en su territorio, ni debe ingresar en pacto militar alguno.
Finlandia abandonó su neutralidad este año, la decisión de ser neutral no fue una decisión libre de sus gobernantes, fue una imposición de la Unión Soviética, con quien había sufrido dos derrotas militares entre 1939 y 1944. Su neutralidad en los conflictos entre grandes potencias fue reconocida por primera vez en un tratado entre Finlandia y la Unión Soviética en 1948 (el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua).
El tratado prohibía a Finlandia a unirse a una alianza militar contra la Unión Soviética, y lo obligaba a repeler cualquier ataque militar a la URSS a través de su territorio. Esta finlandización duró hasta 1992, es decir, hasta el hundimiento de la Unión Soviética lo que le permitió unirse a Occidente y librarse de los rusos, e ingresar en La Unión Europea en 1995 y en la OTAN en 2023. Su neutralidad fue forzada.
Suecia basaba su neutralidad en la tradición y no en un tratado internacional. Durante los conflictos militares de la primera mitad del siglo XIX, mantuvo su estatus proclamado formalmente por el rey Gustavo XIV en 1834. Suecia fue durante mucho tiempo una fuerte potencia militar, pero adaptó la política de neutralidad a sus propios intereses políticos.
Pero ya en 1941 permitió el tránsito de fuerzas alemanas a través de su territorio sueco hacia el frente finlandés, y al mismo tiempo protegió a los refugiados del nazismo. Después de 1945, Suecia optó por conservar su estatus de neutralidad. La seguridad de Suecia dependía en gran medida del estatus de Finlandia y de la política de la URSS hacia Finlandia.
La invasión de Putin a Ucrania llevó a Finlandia y a Suecia a abandonar su neutralidad, el primero ya fue admitido en la OTAN y Suecia está a la espera de que Turquía y Hungría firmen la autorización. La ruptura de la neutralidad de estos países, una vez más, llevo a Putin a lanzar amenazas. No hay que olvidar que tanto Finlandia antes de ser miembro de la OTAN, como Austria y Suecia cooperaban con la Alianza militar desde hace muchos años.
Ucrania aceptó su posición como país neutral cuando obtuvo la independencia en 1991, con el fin de la Unión Soviética. El memorándum de Budapest sobre garantías de seguridad, fue un acuerdo firmado en 1994 para facilitar la desnuclearización de Ucrania, para que Ucrania y otros países de la ex URSS, no las utilizaran a cambio de seguridad e independencia.
A partir de la firma del acuerdo, Ucrania sería defendida por los países firmantes, al menos en los papeles, como Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, renunciando a las armas nucleares que quedaban en su territorio. Sin embargo, Ucrania abandonó su status de neutralidad en el 2014 luego de que Rusia anexionara Crimea e invadiera el este del país. El ministro de Exteriores de Putin, Sergei Lavrov, exigió que adopten el modelo de Austria y Suecia. Ambos son miembros de la Unión Europea que tienen Ejército propio, pero no forman parte de la OTAN.
Que Ucrania no ingrese a la OTAN es algo que no puede exigírsele a ningún país, como pretenden que lo haga Estados Unidos, los ucranianos en las últimas tres décadas han tratado de alinearse estrechamente con las instituciones occidentales, como la Unión Europea y la OTAN. A principios de 2014, las protestas masivas en la capital, Kyiv, conocidas como Euromaidán, obligaron al presidente amigo de Putin a dejar el cargo después de que se negara a firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea.
La respuesta de Putin fue anexar la península ucraniana de Crimea y fomentar una rebelión separatista en el este de Ucrania, que tomó el control de parte de la región del Donbass. Pese a un acuerdo de alto el fuego en 2015, las dos partes no vieron una paz estable y la línea del frente apenas se movió desde entonces. Casi 14.000 personas murieron en el conflicto y 1,5 millones de desplazados internos en Ucrania.
La defensa de los residentes prorrusos de Donetsk y Lugansk, una promesa de Putin que no se cumplió, muy por el contrario, están viviendo un infierno. Las exigencias de Rusia de que Ucrania sea un país neutral tampoco se cumplen. El Gobierno de Ucrania insiste en que Rusia no puede impedir que Ucrania construya lazos más estrechos con la OTAN, o interferir de otra manera en su política interna o exterior.
«Rusia no puede impedir que Ucrania se acerque a la OTAN y no tiene derecho a opinar en las discusiones relevantes», dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania. En la vida política nadie puede conceder lo que pretendía Rusia.
Pero la mayor desmentida vertida sobre las verdaderas razones de la invasión de Putin, la acaba de decir el jefe del grupo Wagner: La guerra está basada en «mentiras».
Prigozhin dijo que la versión oficial respaldada por el Kremlin de por qué Rusia invadió Ucrania se basa en mentiras inventadas por los altos mandos del Ejército. Prigozhin estuvo acusando por meses al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y al máximo general de Rusia, Valery Gerásimov, de incompetencia absoluta, pero, su última afirmación va directamente en contra de la justificación de la guerra por Putin, quien dijo cuando envió a sus fuerzas armadas a Ucrania buscaba desmilitarizar y desnazificar un país porque representaba una amenaza para Rusia.
2)- La OTAN, está más fuerte que nunca
El secretario de Estado Antony Blinken dijo que, durante años, el presidente Putin buscó debilitar y dividir a la OTAN, bajo la falsa afirmación de que representaba una amenaza para Rusia. De hecho, antes de que Rusia invadiera Crimea y el este de Ucrania en 2014, la postura de la OTAN reflejaba una convicción compartida de que era improbable un conflicto en Europa y el gasto en defensa de muchos países europeos había disminuido durante años. Pero tras la invasión rusa de Crimea y el Donbass en 2014, esa opinión comenzó a cambiar.
El 28 de abril de 2017, en un artículo que publiqué bajo el título: EUROPA Y LA OTAN. Donald Trump la pesadilla europea, disponible en esta revista. En la misma analizaba la falta de cooperación con la OTAN por parte de los miembros de la Alianza, era vergonzoso lo que aportaban a su mantenimiento, en especial de países que estaban bien en términos económicos. Sin embargo, todo el peso recaía en Estados Unidos.
Dada esas circunstancias yo también fui partidario de la eliminación de la OTAN, los europeos, salvo honrosas excepciones, querían tener asegurada su defensa por nada. No solo eso, sino que estaban haciendo negocios y beneficiando al enemigo, el enojo de Trump en esas circunstancias era totalmente justificadas, salvo está, para sus enemigos.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), es una alianza militar intergubernamental con base en el Tratado de Washington, firmado el 4 de abril de 1949. Un sistema de defensa colectiva y en la que sus Estados se comprometen a defender a sus miembros si son atacados por una facción externa.
El cuartel general de la OTAN se encuentra en Bruselas (Bélgica), que es uno de los 29 Estados miembros. Las últimas incorporaciones fueron Albania y Croacia en 2009 y este año Montenegro. Luego se sumaría Macedonia del Norte y Finlandia. Pero hay 22 países que colaboran con la OTAN dentro del programa Asociación para la Paz, con otros 15 países en programas de diálogo.
La OTAN en sus primeros años fue una asociación política, la guerra de Corea hizo que se transformara en una estructura militar permanente. El curso de la Guerra Fría llevó a los países comunistas a crear el Pacto de Varsovia, en 1955. Este pacto fue la respuesta a la OTAN, poniendo de manifiesto a los dos bandos opuestos, a los contendientes en la Guerra Fría.
El 19 de julio de 2018, en otro artículo: TRUMP Y EUROPA, entraba directo en las quejas de Donald Trump sobre la conducta de Alemania y el gas ruso, lo dicho por Donald Trump demuestra su capacidad política para analizar los problemas políticos internacionales, y que hoy le dan la razón.
En una entrevista con la cadena CBS dada a conocer el 15 de julio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó de «enemigo» a la Unión Europea, asegurando que las políticas comerciales que impulsa la Unión Europa perjudican a su país. Además, lanzó duras críticas contra Alemania, acusando a Berlín de haber sacado la «bandera blanca» en su relación con Moscú.
En su breve paso por Escocia, Donald Trump, dijo: «Bueno, creo que tenemos muchos enemigos. Creo que la Unión Europea es un enemigo, lo que nos hacen en comercio. Sí, uno no pensaría eso de la UE, pero son enemigos». Para luego aclarar que «eso no significa que sean malos» y sumó a Rusia y China a su lista de enemigos.
Luego agregó: «Rusia es enemigo en ciertos aspectos. China es un enemigo en términos económicos, por cierto, que lo son. Pero eso no quiere decir que sean malos. No significa nada, en realidad. Significa que son competitivos». Donald Trump aseguró que tiene «un gran problema con Alemania», y reiteró sus críticas a la construcción de un gasoducto entre Rusia y la principal potencia de la zona euro.
«Se supone que estás peleando por alguien y ese alguien le da millones de dólares a aquel contra el que estás peleando… Hay mucha rabia por el hecho de que Alemania le paga a Rusia millones y millones de dólares», dijo. Agregó que también cree que eso es malo para los alemanes. «¿Qué, están ondeando la bandera blanca?», se preguntó.
Donald Trump, tiene entre ceja y ceja a Alemania, lo mismo pienso desde hace mucho tiempo, la Alemania actual es el Cuarto Reich que tiene cautiva al resto de Europa. En el primer día de cumbre en Bruselas, le dijo Trump al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, mientras las cámaras le grababan. «Alemania, en lo que a mí respecta, es cautiva de Rusia porque está recibiendo gran parte de su energía de Rusia», «Tenemos que hablar sobre los miles y miles de millones de dólares que se le están pagando al país del que se supone que debemos protegerlo», declaró.
Alemania, el IV Reich, como buque insignia de Europa, le importaba su propio interés, su política se basaba en tres puntos básicos, productos manufacturados por mano de obra barata china, energía rusa y seguridad brindada por los tontos estadounidenses, un negocio redondo. Hasta que llegó Donald Trump y se acabó la fiesta, luego a Vladimir Putin se le ocurriría invadir Ucrania (se quiso pasar de listo y así le fue) y saltaron todas las alarmas.
La OTAN fue el mayor proyecto político y luego político-militar del siglo pasado y en lo que va de este siglo. Así lo califiqué y aun espero que alguien me señale el error si estoy equivocado. Un instrumento político militar creado, básicamente, por un imperio y que se desarrolla y despliega en otro continente, es decir, extracontinental. Pero en tiempos de Trump era una decadencia y naufragaba en la incertidumbre.
Así en febrero de 2020, en otro artículo: El fin de la OTAN, señalaba una declaración realizada por el presidente francés Macron a la revista The Economist, el 7 de noviembre de 2019:
«actualmente estamos experimentando la muerte cerebral de la OTAN», ante la falta de liderazgo de Estados Unidos. Dijo Macron que el presidente Donald Trump «no comparte nuestra idea del proyecto europeo» y que Estados Unidos muestra signos de «darnos la espalda», especialmente al retirar inesperadamente sus tropas fuera del norte de Siria.
También cuestionó el principio fundamental de la «defensa colectiva», que significa una ayuda mutua entre aliados. «Existe un riesgo considerable de que a la larga desaparezcamos geopolíticamente, o al menos que ya no tengamos control sobre nuestro destino», y agregó Macron, que Europa debería comenzar a actuar como una potencia mundial estratégica.
También agregó que los miembros europeos de la Alianza «deberían reevaluar la realidad de lo que es la OTAN a la luz del compromiso de Estados Unidos». Ángela Merkel, salió rápidamente respondiendo al francés asegurando que no comparte la visión «radical» de Macron. Además de considerar dicha opinión de inoportuna. «No creo que sea necesario un juicio tan inoportuno, incluso si tenemos problemas, incluso si tenemos que recuperarnos».
Durante la reunión de líderes de la OTAN en Londres, el 3 de diciembre, el ministro de Exteriores alemán Heiko Maas reiteró el compromiso de su país con Estados Unidos y con la alianza transatlántica, en una reunión conjunta con el secretario de estado estadounidense Mike Pompeo. «EE.UU. sigue siendo el principal aliado de Europa y el principal aliado de Alemania fuera de Europa», declaró Maas.
En Moscú, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, en su página de Facebook, escribió sobre las palabras de Macron: «Estas son palabras de oro, sinceras y que reflejan lo esencial, una definición precisa del estado actual de la OTAN».
Ese mismo día el presidente Trump, en la reunión, sentado junto al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el líder republicano lanzó críticas contra su homólogo francés al considerar como «desagradable» e «irrespetuosa» la frase que utilizó Macron, que dijo que la OTAN está en «muerte cerebral». La frase fue peligrosa, porque, según Trump, «nadie necesita más a la OTAN que Francia».
Creo que Trump se quedó corto, no es solo Francia, el mundo Occidental necesita de la OTAN. Ya hace tiempo que vengo sosteniendo que nuestro mundo político está enfrentado entre Oriente y Occidente, es necesario conformar una alianza occidental para enfrentar la alianza oriental de Rusia, China, Corea del Norte, Irán, Bielorrusia y todos lo gobiernos de iberoamérica alineados con el eje oriental.
Los europeos son muy buenos para quejarse, pero no para poner dinero, estos tontos se creyeron el mito de la Paz perpetua y de pronto apareció Rusia invadiendo Ucrania, poniendo nuevamente las cosas en su lugar, no hay fin de la historia. Europa puede ser fuerte económicamente pero militarmente son débiles, y encima carecen de materias primas energéticas.
Antony Blinken dijo hace poco: «Los aliados se comprometieron a gastar el 2% del PIB en defensa y desplegaron nuevas fuerzas en el flanco oriental de la OTAN en respuesta a la agresión de Rusia». «La Alianza ha acelerado su transformación desde la invasión a gran escala de Rusia, no para representar una amenaza o porque la OTAN busca el conflicto. La OTAN siempre ha sido, y siempre será, una alianza defensiva. Pero la agresión, las amenazas y las amenazas nucleares de Rusia nos obligaron a reforzar nuestra disuasión y defensa».
«Hoy, debido a la invasión, los aliados de la OTAN están comprometidos con una mayor disuasión y defensa, con un gasto de defensa mayor y más inteligente, con vínculos más profundos con los socios del Indo-Pacífico.» Rusia, es decir, Putin trató por todos los medios de fracturar no solo la OTAN sino también la Unión Europea. Pero su imprudente invasión obró el milagro, Putin lo hizo, le dio un sentido a la OTAN y también a su crecimiento, a su ampliación.
Vladimir Putin no quería a la OTAN en Ucrania y ahora está más presente que nunca, no solo en Ucrania sino en los países de la región, en dinero, en adiestramiento militar, en armas. Las armas de la OTAN se quedarán en la región por décadas, lo mismo que sucedió con el armamento soviético en los países bajo su órbita.
Ucrania pasó de ser un país muy débil militarmente, a ser hoy uno de los países más fuertes militarmente, no solo por el armamento recibido sino por tener mayor experiencia en combate probado en el terreno, en toda Europa, desde 1945, dicho esto sin temor a equivocarme.
1 de julio de 2023.