LEE HARVEY OSWALD
Su vida en la Unión Soviética
Ricardo Veisaga
Un periodista le preguntó al juez Earl Warren, Presidente de la comisión encargada de investigar la muerte de John Kennedy, si los registros del caso se harían públicos. «Sí, el momento llegará», respondió, «pero puede que no mientras vivas». Y ese momento llegó. Lo que empezó en la Plaza Dealey de Dallas el 22 de noviembre de 1963, encontrará el esperado final para los últimos documentos federales relacionados con la muerte de Kennedy que serán desclasificados.
Ese momento es el 26 de octubre, cincuenta y cuatro años después de la fecha del asesinato. Para los que esperan encontrar alguna pista en los archivos del gobierno, para conocer al asesino o a los asesinos esta puede ser la última oportunidad.
En 1992 se dictó la JFK Records Act, por la que le daba al gobierno 25 años para desclasificar los archivos relacionados, y el plazo termina este 27 de octubre. Se espera que se publiquen los 3.000 documentos nunca vistos, junto con los 34.000 previamente desclasificados.
Los archivos, muchos de los cuales pertenecen al Comité Selecto de la Cámara de Asesinatos (establecido en 1976 para investigar las muertes del ex presidente y de Martin Luther King Jr.) no van a revelar sobre los supuestos segundos tiradores y tampoco lo que el gobierno, y en particular la Agencia de Inteligencia Americana (CIA), puedan saber sobre el autor de los disparos, es decir Lee Harvey Oswald, antes del asesinato.
¿Quién mató a Kennedy? ¿Fue Oswald de verdad el asesino? ¿Actuó solo como concluyó la Comisión Warren? ¿Conocía la inteligencia estadounidense el plan del asesinato con anterioridad al mismo? ¿Evitaron los líderes estadounidenses una investigación completa para proteger sus secretos?
Según ha comunicado el Archivo Nacional de Estados Unidos, el último lote de documentos incluye información sobre la estación de la CIA en Ciudad de México en la que Oswald se personó semanas antes de la muerte de JFK. También aportará luz al caso de Howard Hunt, uno de los oficiales de inteligencia implicado y condenado a 33 meses en prisión, por el escándalo Watergate.
Howard Hunt es, uno de los nombres que aparecía en las teorías sobre el asesinato. Poco antes de morir, en 2007, Hunt afirmó que había estado implicado en un complot organizado por varios altos mandos de la CIA para matar a Kennedy, un plan al que se refirió como ‘The Big Event’. Entre los documentos a desvelar en octubre hay al menos 332 páginas sobre él.
Las revelaciones incluyen transcripciones del duro interrogatorio de la CIA al desertor de la KGB Yuri Nosenko, quien entregó la ficha de la inteligencia soviética sobre Lee Harvey Oswald. También se encontrará información sobre George Joannides, quien dirigió operaciones financieras con un grupo anticastrista cuyos miembros se pelearon públicamente con el tirador en las calles de New Orleans en el verano de 1963.
Martha Murphy, del Archivo Nacional, advirtió que los documentos por desvelar no satisfarán el ansia de los seguidores de la conspiración, ya que la ficha de la CIA de Lee Oswald, ya fue publicada. La mayor parte fue considerada como «no relevante» por la Junta de Revisión de Registros de Asesinatos que, sin embargo, mantiene que «algo que era irrelevante en 1998 puede ser más tentador hoy en día». Como mínimo, los documentos pueden proporcionar una «hermosa instantánea de la América de la Guerra Fría y los servicios de inteligencia». dice Murphy.
La Records Act de 1992 concede la potestad al presidente -ahora, Donald Trump- de retrasar la publicación de los documentos secretos, en su totalidad o parcialmente, si considera que es necesario por un peligro identificable a la defensa militar, las operaciones de inteligencia, la aplicación de la ley o la conducta de las relaciones exteriores o que el daño identificable es de tal gravedad que supera en interés público a la divulgación.
Lee Harvey Oswald, nació en New Orleans, Louisiana, el 18 de octubre de 1939. No conoció a su padre, Robert Edward Lee Oswald, quien murió antes de su nacimiento y su madre fue Marguerite Claverie de ascendencia francesa y alemana y lo educó en la religión protestante. Antes de cumplir los 18 años, Oswald vivió en 22 residencias diferentes y asistió a 12 colegios distintos.
Fue un niño retraído y temperamental, fue diagnosticado a los 14 años de tener una personalidad esquizoide y tendencias agresivas. También como disléxico, lo cual explica algunos rasgos de su carácter. El 24 de octubre de 1956, se alistó en los Marines, fue operador de radar.
Un documento de mayo de 1957 señala que se le concedió aprobación final para manejar información clasificada, que incluía material altamente confidencial después de cuidadosa verificación de los registros locales que no había revelado ningún dato negativo.
En el Curso de Control y Advertencia de aeronaves terminó séptimo en una clase de treinta. El curso incluía instrucción en la vigilancia de aviones y el uso de radar. Fue asignado primero a la Estación aérea de El Toro, California. Y luego trasladado al Servicio Aeronaval de Atsugi de Japón. Lee Oswald fue entrenado en tiro, y tras el examen fue calificado de pésimo tirador.
Fue juzgado en Corte Marcial luego de dispararse accidentalmente en el codo con una pistola 22 no autorizada y, nuevamente juzgado por pelear con un sargento. Fue degradado de soldado de primera clase a soldado y encarcelado brevemente. Mientras cumplía labores de centinela nocturno en Filipinas, inexplicablemente disparó su fusil en la selva, y nuevamente fue castigado.
El único culpable oficial de la muerte de Kennedy es Lee Harvey Oswald, a quien se le considera actuando en solitario. Disparando con su fusil desde una ventana del edificio en que trabajaba como bibliotecario, cuando John Kennedy cruzaba con su comitiva por la ciudad de Dallas.
Kennedy visitaba los estados sureños buscando respaldo popular en víspera de las próximas elecciones presidenciales. Una de las teorías conspirativas lo relaciona con una conspiración interna y otra a un plan externo vinculada con la Unión Soviética. Lee Oswald aparece como agente secreto, ya sea de la KGB o la CIA, o como miembro de la mafia.
Lee Oswald, vivió en la Unión Soviética más de dos años, país donde trabajó y conoció a su esposa. La decisión de Oswald de residir en la Unión Soviética, tiene relación con sus simpatías políticas que lo llevaron a ser pro-castrista y convencido de la doctrina comunista. Eso no es suficiente para vincularlo con la CIA ni la KGB.
En 1959, un mes después de dejar el Cuerpo de Marines en la base aérea de Atsugi (Japón). Lee Oswald partirá en un viaje a Europa embarcándose en New Orleans en el carguero Marion Lykes, el 20 de septiembre de 1959 con destino a Francia. El 8 de octubre la embarcación con solo cuatro pasajeros, arriba a Le Havre (Francia). Lee Harvey Oswald cruzaría a Southampton donde informa a las autoridades aduaneras que lleva 700 dólares y se dispone a pasar una semana en el Reino Unido para retornar a Suiza.
El 9 de octubre vuela a Finlandia. En este país va al Consulado soviético para solicitar una visa de ingreso, la que le es otorgada el día 14 con validez hasta el día 21 de octubre. Llama la atención que recibiera el documento en solo 48 horas cuando usualmente tomaba una semana, y la sorpresa es mayor cuando se revisa la documentación de los archivos rusos, pues muestra que la solicitud de visa fue realmente firmada y entregada por Lee Oswald el día 13 de octubre, es decir, el visado se le entregó en 24 horas.
Grigori Golub, era el Cónsul de la Unión Soviética en Finlandia, quien ejercía también como agente de la KGB, quien afirmaría posteriormente que en esa época tenía la orden de Moscú, de entregar visas a ciudadanos americanos directamente, según su criterio y sin mayor burocracia y para lo cual él solo confirmaba la reserva hecha en algún hotel en la compañía soviética estatal de turismo Inturist.
Lee Oswald viajaría en tren desde Helsinki a Moscú. En la estación Leningradski fue recibido por un representante de Inturist que lo trasladó al hotel Savoy. En la recepción fue recibido por su intérprete, una chica de 22 años egresada del Instituto de lenguas extranjeras de Moscú y funcionaria de Inturist Rimma Semenovna Shirakova.
Ella describiría a Oswald como una persona más bien callada y cortés, que escuchaba con atención los tours en los que recorría junto a Rimma en automóvil la ciudad de Moscú. A Rimma se debe el nombre Alek, nombre que Oswald usaría durante toda su residencia en la Unión Soviética, pues a Rimma el nombre Lee le parecía extraño.
El primer día y tras el almuerzo, Lee Oswald le pidió a Rimma conversar a solas lo que hicieron en una banca en la Plaza de la Revolucion, en las afueras del hotel. Allí le confesó que no deseaba volver a los Estados Unidos, agregando que su madre se había vuelto a casar y que nadie le prestaba atención en su país de origen.
Expresó también su desencanto hacia los Estados Unidos en el exterior, lo que él pudo apreciar siendo infante de Marina, y que las personas en la Unión Soviética vivían bien y pacíficamente, por lo que desea quedarse a vivir. Ese mismo día presentó una carta dirigida al Soviet Supremo con el fin de que se le concediera refugio y ciudadanía soviética. El contenido de la carta era el siguiente:
Al Soviet Supremo de la URSS.
Yo, Lee Harvey Oswald, solicito me sea concedida la ciudadanía soviética. Mi visa es válida desde el 15 de octubre y expirará el día 21 de octubre. Yo debo recibir asilo antes de esta fecha. Actualmente soy ciudadano de los Estados Unidos de America. Quiero la ciudadanía porque soy comunista y también obrero y he vivido en la decadente sociedad capitalista donde los obreros son esclavos. Tengo veinte años y he servido 3 años en la Infantería de Marina sirviendo en las fuerzas de ocupación en Japón, donde he visto las acciones de imperialismo militar norteamericano en todas sus formas. No deseo retornar a ningún país fuera de la Unión Soviética. Deseo renegar de mi ciudadanía norteamericana y asumir las responsabilidades de un ciudadano soviético.
He ahorrado el dinero que gané como un privado en el Ejército norteamericano durante dos años, para venir a Rusia con el propósito expreso de buscar aquí la ciudadanía. No tengo dinero para mantenerme aquí indefinidamente ni para retornar a otro país. No deseo retornar a ningún otro país. Solicito que se de rápida consideración a mi solicitud.
Sinceramente, Lee Harvey Oswald.
El diputado Georgadze, secretario del Presídium soviético, envía la carta a la KGB, dos días después es visitado en la habitación de su hotel por un supuesto corresponsal de Radio Moscú, quien buscaba entrevistarlo para saber la opinión de turistas norteamericanos en Rusia. Se trataba de Lev Setyaev, un agente de los servicios de seguridad.
El 20 de octubre sería interrogado por la KGB, por una hora y media. Ese mismo día las autoridades de la KGB consideran «innecesario» otorgar a Oswald la ciudadanía soviética, que dejan impreso en un documento. El 21 de octubre el secretario del Presídium confirma la recomendación de la KGB rechazando las solicitudes de Oswald. Y debía abandonar el país en una semana.
Lee Oswald escogió la presión, se realizó un corte, no demasiado profundo, en su muñeca izquierda en la habitación de su hotel, para luego empapar con su sangre todas las sabanas. Oswald escribiría en su diario de viaje que el hecho sucedió a las 19 horas, pero según la versión oficial de las autoridades de salud de la Unión Soviética, él ya estaba a las 16:00 en el hospital.
A las 15 horas de ese día su intérprete se inquietó porque Oswald no había bajado de su habitación del hotel. Él era muy puntual por lo que telefoneó a su habitación sin recibir respuesta. Entonces se dirigió a la persona a cargo del piso del hotel, y ambas se dirigieron a la habitación, constatando que estaba cerrada por dentro.
Llamaron al personal de seguridad para abrir la puerta. Rimma fue quien solicitó una ambulancia, la que llegó a las 15:30 hs. Lee Oswald estaba sentado en el suelo junto a la tina y con las manos dentro del agua. En la habitación se encontró una nota de Oswald: «Tuve que realizar un camino tan largo para encontrarme con la muerte, sin embargo, yo amo la vida».
Los médicos afirmaron que la herida era de solo unos 5 cm. de largo. El análisis psiquiátrico al que fue sometido concluiría que él no constituía una amenaza para otras personas. Lee Harvey Oswald aprovecharía la ocasión para reiterar que de no recibir el asilo en la URSS repetiría su intento de suicidio.
Luego de la alta médica fue enviado al Hotel Metropol y el 29 de octubre reiteraría su solicitud de asilo en la Unión Soviética. Kruschev había culminado con éxito su primer viaje a los Estados Unidos y su encuentro con el presidente Eisenhower. Nikita albergaba enormes expectativas para que las superpotencias pudieran «coexistir pacíficamente».
A Moscú no le interesaba tener un ex marine con tendencias suicidas creándole problemas con Washington. Y quizás por esa razón se decidieron no expulsar a Lee Oswald, pero sin entregarle la ciudadanía soviética, otorgándole un permiso de residencia temporal.
El 4 de enero de 1960, recibe la orden de trasladarse a vivir a Minsk, actual capital de Bielorrusia, la KGB pensó que sería más fácil rastrear sus actividades y saber en realidad quien era y que buscaba en la URSS. Lee Oswald, escribió en su diario:
«Me dijeron que me enviarían a la ciudad de Minsk. Yo les pregunté si estaba en Siberia y ellos se largaron a reír».
Lee Harvey Oswald arribaría el 7 de enero a Minsk, estaba solo y sin pasaporte, él lo arrojó en la oficina de un representante de la embajada americana en Moscú. En la estación de Minsk sería recibido por dos funcionarios soviéticos de la Cruz Roja y lo trasladaron a su hotel. Oswald se alojaría inicialmente en el Hotel Minsk, en la habitación 453 del 4° piso, un recinto que hasta hoy conserva la apariencia que tenía en los sesenta.
En su diario escribe: «El boleto a Minsk costó solo 150 rublos por lo que dispongo de mucho dinero y también muchas esperanzas. Le escribí cartas a mi hermano y a mi madre, diciéndoles que no quiero volver a hablar con ellos nunca más. Estoy comenzando una nueva vida y no deseo conservar ni una pizca de mi pasado».
El 8 de enero escribiría sobre su encuentro con el Alcalde de la ciudad, Vasili Sharapov, quien le prometió un apartamento de manera gratuita y le advirtió sobre «personas incultas que a veces ofenden a los extranjeros». El 10 de enero el agente que lo seguía reportaba lo siguiente:
«A las 11 de la mañana Lee Harvey salió del Hotel Minsk y partió a las tiendas GUM. Allí ingresó a la sección de artículos eléctricos y preguntó algo a un vendedor (ya hablaba algo de ruso, que aprendió como autodidacta), sacó dinero de su bolsillo y se dirigió a la caja. Pero no hizo efectivo el pago y guardó el dinero de nuevo en su bolsillo para comenzar a pasear por el primer piso del edificio, de un lado para otro. Sin embargo, regresaría al mismo lugar donde pagaría 2 rublos y 25 kopecks por un enchufe eléctrico, el que puso en su bolsillo y subió al segundo piso. Allí pasó un tiempo en la sección de vestuario y revisó con atención los trajes a la venta para dejar luego con rapidez las tiendas GUM. Regresó al Hotel a las 11:25».
El 11 de enero visita la fábrica donde sería empleado por el Estado como trabajador metalúrgico a partir del día 12. Se trataba de la fábrica Lenin (en la actualidad es una Sociedad Anónima abierta, del holding Горизонт «Horizonte», con participación de capitales chinos y nueve áreas de negocios), de equipos de radio y aparatos electrónicos y se encontraba muy cerca de su casa.
Posiblemente la elección de la fábrica se hizo con el propósito de detectar rápidamente si Oswald poseía conocimientos específicos de electrónica, lo que lo descubriría como un agente secreto. Se cuenta que escuchaba en su radio la entonces no censurada Voice of America y que cuando sufrió un desperfecto fue incapaz de repararlo y se la entregó a sus colegas.
Lee Harvey Oswald junto a su amigo Aleksandr Ziger, a la derecha.
Este y otros hechos llevaron a los servicios secretos a la convicción de que Lee Oswald no era espía y que no poseía secretos militares. Lee Harvey Oswald escribiría sobre su trabajo:
«Trabajo como obrero en metales, hago revisiones. Tengo un salario mensual de 700 rublos. El trabajo es simple y aprendo, además, ruso con rapidez. Todos me tratan amistosamente y con buena voluntad… Vivo a cuerpo de rey y muy satisfecho. El 5 de cada mes recibo un cheque de la Cruz Roja por 700 rublos. ¡O sea, 1400 al mes (unos 360 dólares de hoy), casi igual que el director de la fábrica! … Lo que no me gusta es el retrato de Lenin que nos observa cuando practicamos gimnasia entre las 11:00 y las 11:10».
En su círculo de amigos, entre los cuales se cuenta su jefe de sección, Aleksandr Ziger, un judío de origen polaco que hablaba inglés con fluidez, y que residió con su familia en Argentina desde 1938 hasta 1955, hasta regresar a la URSS. Otro de sus amigos fue su supervisor, el doctor en física y matemáticas, Stanislav Shushkevich, quien sería el primer Presidente de Bielorrusia.
En realidad, solo cumplió roles de Presidente, pero fue Presidente del Parlamento bielorruso. Firmaría junto con el Presidente de Rusia, Boris Yeltsin, y el de Ucrania, Leonid Kravchuk el documento del 8 de diciembre de 1991 que dio fin a la Unión Soviética y creó la Comunidad de Estados Independientes (CEI), tras la caída de la Unión Soviética (URSS).
El Alcalde Sharapov cumple su promesa y Lee Oswald escribe en su diario:
«Recibiré un pequeño apartamento de una habitación, con cocina y baño y situado a solo 8 minutos a pie de mi trabajo. Hay una vista preciosa desde los dos balcones hacia el rio. Me saldrá casi gratis, solo 60 rublos al mes. Un sueño para cualquier ruso».
Y no exageraba, además su residencia se encontraba en el centro de la ciudad, en la calle Kalinina, número 4, apartamento 24. (Renombrada un año más tarde como Komunisticheskaya (Comunista), nombre que conserva hasta la actualidad. El apartamento sería comprado en 2006 por 13.000 dólares, por Eduart Saguindikof de 67 años. Saguindikof se enteraría poco después que allí residió Lee Oswald.
No existe una placa recordatoria, solo queda un armario que dejó en la bodega del apartamento. El entorno del edificio permaneció casi sin cambios en las últimas décadas por lo que una visita permitiría apreciar el barrio de modo similar a como lo veía Oswald como residente. Lee Oswald escribe en el otoño de 1960:
«Yo comprendo ya ampliamente en que sociedad vivo. Sesiones masivas de gimnasia obligatorias después de reuniones con los trabajadores, que son usualmente de corte político. Visitas obligatorias a conferencias y visitas colectivas a tiendas, de las cuales me exceptúo, y también viajes a la granja colectiva para recolectar la cosecha… Acostumbro a comer en un pequeño café, donde voy al caer la tarde. La comida es modesta y siempre la misma, tanto en ese café como en cualquier otro lugar de la ciudad, pero es barata».
El 1° de mayo el agente que sigue a Lee Harvey Oswald informa a la KGB:
«A las 13:35 él sale nuevamente de casa, toma el trolebús número 2 en la Plaza de la Victoria y viaja hasta la Plaza central. Es el último en bajar. Allí toma rumbo por las calles Engels, Marx y Lenin hasta la panadería en la esquina con Stalin donde compró 200 gramos de galletas de vainilla. Ingresó, además, al Cafe Vesna (Primavera), donde tomó un café con galletas y partió luego a la sala de cine Tsentralni (Central). Allí le echó una mirada al afiche, compró una revista (Znamya yunosti, Estandarte de juventud). Ingresó de nuevo a la panadería, salió de inmediato y tomó el trolebús número 1 hasta la Plaza de la Victoria. Llegó a su casa a las 14:20».
Ese día 1° de mayo Lee Oswald pasaría la noche en casa de su amigo Ziger, quien residía en la calle Krasnaya número 14, adonde se dirigió a las 16:50 hs.
«En la noche fui a una velada con las hijas de Ziger. Había cerca de 40 personas, muchos de los cuales habían residido en Argentina. Bailamos, cantamos y lo pasamos bien hasta las 2 de la madrugada. Ziger me recomienda volver a los Estados Unidos. Es la primera opinión contraria. Yo respeto a Aleksandr pues ha viajado mucho. Él me contó mucho sobre la vida en la Unión Soviética que yo no conocía. Comienzo a sentir dudas».
Lee Harvey Oswald es un asiduo visitante de conciertos de música clásica y asiste a bailes al Palacio de los sindicatos y a la Casa de los oficiales. Oswald acudía a menudo al cine. El 4 de septiembre acude al cine Letni (De verano) a ver el film Veter (Viento), los días 6 y 8 va a ver la comedia de 1959, protagonizada por Brigite Bardot, «Babette se va a la guerra» a la sala Mir (Paz), el 7 asiste a la sala Pobeda (Victoria) para ver Partizanskaya iskra (Chispa guerrillera) y el 9 regresaría a la sala Letni para ver Komandir otryada (Comandante de grupo).
A finales de 1960 conoce en un concierto de música clásica a cuatro chicas estudiantes del Instituto de Minsk de idiomas extranjeros, que viven en una residencia estudiantil de la calle Omski pereulok (actualmente calle Rumyantseva) número 13. Y Lee Oswald se vuelve visitante frecuente junto a un nuevo amigo, Erick, un estudiante de medicina que habla inglés a la perfección.
En enero de 1961 sufre una desilusión amorosa con una chica de nombre Ella que rechaza su propuesta de matrimonio. Por entonces, con el ánimo por los suelos, escribe: «Mi trabajo es aburrido, no tengo donde gastar el dinero que gano. No hay discoteques o un bowling. No hay donde divertirse más que los bailes del sindicato. Basta ya de todo esto».
En febrero comienza a intercambiar correspondencia con la Embajada Americana de Moscú, la razón, quiere regresar a los Estados Unidos. A este hecho se sumaría también otro aún más relevante, descrito en una nota del 17 de marzo de 1961:
«Fui a un baile con Erick. Estaba aburrido pero una hora antes del cierre conocí a una chica que llevaba un peinado francés, vestido rojo y zapatos blancos. Bailamos y le ofrecí acompañarla a casa como otros 5 de sus admiradores. Se llama Marina y nos gustamos de inmediato. Me dio su número de teléfono y partió a su casa con un amigo que había conocido hace poco en un taxi. Yo me fui a casa caminando». Otra nota de marzo del mismo año decía: «Paseamos. Le conté un poco sobre mi mientras que ella me contó mucho de sí misma. Se llama Marina Pruskova».
Lee Oswald, que padecía de dislexia, escribía en ruso con errores, como en el caso del apellido de Marina: Prusakova. Marina nació en 1941. Su padre murió en la Segunda Guerra Mundial y ella vivía con su madre y su padrastro en (Arjanguelsk), una ciudad del extremo norte de Rusia. Siendo niña su familia se fue a vivir a Moldavia, hoy nación independiente, en el sur de la URSS y luego a Leningrado, hoy San Petersburgo.
Algunas versiones dicen que Marina se habría desempeñado en Leningrado como prostituta, prestando servicios a extranjeros residentes en los hoteles de la ciudad. En 1955 ingresaría a un Instituto farmacéutico, graduándose en 1959, y dos meses más tarde partiría a Minsk a casa de su tía, quien vivía con su esposo, un coronel que trabajaba para el Ministerio del Interior.
En Minsk comenzaría a trabajar en una farmacia adjunta a un hospital y luego de siete meses conocería a Lee Oswald, quien al poco tiempo cayó enfermo de una inflamación en el oído y fue hospitalizado el 29 de marzo hasta el 11 de abril, Marina lo visitaba pese a que había visto a Oswald solo dos veces.
Lee Oswald, visitaba constantemente a Marina en casa de sus tíos, lo que resultaba sospechoso pues siendo norteamericano la visita podría ser un riesgo para su tío, que incluso podría provocarle la pérdida de su trabajo. El 15 de abril escribe: «Con Marina nos vemos con frecuencia. He creído que es tiempo de formalizar nuestra relación y por eso hoy le propuse casarnos y ella estuvo de acuerdo».
No había pasado más que un mes luego de conocerla y ya le ofrecía matrimonio lo que concretarían el 30 de abril. Ese mismo día escribió:
«Después de 7 días de entregar nuestros papeles en el Registro civil y debido a mi inusual pasaporte nos permitieron casarnos. Dos amigas de Marina hicieron de testigos. En la casa de su tía se organizó una cena para 20 personas, entre amistades y vecinos. Todos, a pesar de mi origen y mi acento, nos desearon felicidad. La verdad es que los rusos se relacionan con desconfianza hacia los extranjeros, que son escasos en la Unión Soviética, incluso los turistas son pocos. Comimos y bebimos toda la tarde, su tío se puso a pelear. Luego nos fuimos a casa, son 15 minutos a pie. A la medianoche ya estábamos en casa.»
Es sospechoso que Marina egresada de un prestigioso instituto y sobrina de un militar bien ubicado en la administración de Gobierno, se fijara en alguien apenas bien vestido y de poca educación y, norteamericano, que lo hacía sospechoso para el tío. Es llamativo que el permiso de las autoridades para el matrimonio se extendiese en tan solo 10 días, es cierto que Oswald era una pequeña celebridad en Minsk, por ser norteamericano y su deserción del llamado mundo capitalista, algo que los soviéticos querían apoyar por tal motivo aceleraron los trámites. En mayo de 1961 escribiría:
«Ella me ama con locura. Este mes hemos paseado en bote por el lago, paseado por el parque al atardecer y también hemos ido de visita donde su tía Valya».
En junio de 1961 Lee Harvey Oswald, o Alka como le llamaba Marina, le cuenta a su ahora esposa que está cansado de la vida en la Unión Soviética y que deseaba volver a Estados Unidos. Marina, sorprendida, le responde que estaba dispuesta a seguirlo. Ella le hace saber a su tío sobre su partida, lo que provocó la ruptura inmediata de Marina con sus tíos.
Marina y Oswald partirán en julio a Moscú para conversar sobre su partida en la Embajada de Estados Unidos. En Moscú no solo completaron sus solicitudes, sino que a Lee Harvey Oswald le ofrecieron ayudarle con dinero. De vuelta en Minsk ambos serían muy criticados en sus trabajos cuando se supo de la decisión de partir a los Estados Unidos.
Entre septiembre y octubre Marina, ya embarazada, parte de visita a Járkov, en el este de Ucrania, para visitar a algunos parientes. El 18 de octubre Lee Oswald escribe erróneamente en su diario que Marina había partido a Los Urales, agregando, además: «Estoy solo ahora y después de varios meses sin hacerlo, he regresado a asistir a bailes junto con Erick. El 18 de octubre, el día de mi cumpleaños, lo pasaré solo en la Opera para ver una vez más mi amada Dama de picas».
Su último Año Nuevo en la Unión Soviética lo pasarían en el apartamento de Aleksandr Ziger. El 15 de febrero de 1962 nace su hija, la niña sería inscrita como June Lee Oswald. Marina recibe en marzo su visa para ingresar a los Estados Unidos y el 24 Marina deja su trabajo, lo que haría Lee Oswald el 18 de mayo.
La entrega de los documentos y permisos tan solo en semanas, sorprende, porque no solo significaba el regreso de Oswald, sino que también la salida de la Unión Soviética de Marina, ciudadana soviética, altamente inusual y sospechoso. En esos tiempos la norma sería o estar obligados a permanecer en la Unión Soviética, o que Lee Oswald partiera solo y que esperara por largos años la posibilidad de la reunificación familiar fuera de la Unión Soviética.
Lo insólito del hecho hace pensar que la Unión Soviética realmente tenía interés en el matrimonio y en su partida a los Estados Unidos o que incluso Marina Prusakova fuese agente de la KGB. El 19 de mayo de 1962, se registra la siguiente discusión que anticipa las palizas que Marina le daría a Oswald en los Estados Unidos. Marina:
«Haz lo que quieras. Yo no iré contigo. Tú nunca haces nada para ayudarme. Anda a alimentar a nuestra hija» (Llora). -Oswald va a la cocina y más tarde regresa a la habitación. Marina: «Sal de mi vista canalla, perro. Y no me mires asi! Nadie te tiene miedo. ¡Ándate lejos, basura! -Oswald: Muy bien. Marina: «Puedes irte a tu America sin mí y espero que te mueras en el camino».
Una semana después partirán rumbo a Holanda, para embarcar en Rotterdam hacia New Orleans. En los Estados Unidos, Marina se quejaba continuamente por la incapacidad de Oswald para conseguir un trabajo permanente. Incluso se quejó con un ex novio a través de una carta, donde consideraba un error haber unido su vida a Lee Harvey Oswald.
La vida conyugal fue conflictiva, no exentas de fuertes discusiones e incluso castigos por parte de Marina quien lo encerraba en el baño por horas en total oscuridad, frente a lo cual Oswald terminaba tendido y llorando amargamente hasta que Marina abría la puerta y le permitía salir. Las humillaciones incluían las menciones constantes frente a Lee Oswald de un ex novio en Minsk, Anatoli, al que Marina describía como un modelo de hombre.
La última vez que Marina vio a Lee Oswald fue un 21 de noviembre de 1963, en la víspera del atentado. Ambos vivían separados, aunque solo por problemas financieros según la esposa. Alka, como lo llamaba ella, habría concurrido a visitar a ella y a sus hijos a la casa de una amiga de Marina, que la acogía temporalmente.
La amiga de Marina afirmó en su momento que la ciudad esperaba la visita del Presidente John Kennedy para el día siguiente, a lo que Lee Oswald no prestó atención. Marina afirmó que cuando vivían en la URSS, Lee incluso defendía a Kennedy. Al saber del atentado por TV dice que se calmó al ver que la funda del arma que Lee Oswald poseía estaba en casa, sin embargo, cuando la policía apareció descubrió para su pesar que la funda estaba sin el arma.
No obstante, en ese momento no creyó que Oswald pudiera ser el asesino pues ambos tenían una hija de dos años y otra de apenas un mes y ella llevaba 17 meses en Estados Unidos, no se orientaba bien y apenas hablaba un poco de inglés.
Sin embargo, el testimonio de Marina ayudaría a la Comisión Warren a fundamentar que Oswald cometió el magnicidio y que actuó en solitario, versión que desde hace unos años atrás Marina comenzó a desconfiar, pareciéndole una versión hecha a la medida y en la cual ella, cayó como en una trampa. Marina expresaría que aun partiendo de la supuesta culpabilidad de Oswald, al menos se debe considerar que no actuó solo.
Agregando que Oswald no fue el único detenido, sino que, también hubo un tal John Elrod quien afirmó que Lee Oswald era conocido de Jack Ruby, el propietario de un club de striptease quien asesinó a Oswald tras su arresto supuestamente en defensa del honor de la esposa de Kennedy, algo ridículo viniendo de un hombre de los bajos fondos como Ruby.
Marina regresaría a Bielorrusia en 1990 para visitar a parientes y amigos. Marina lleva casi toda una vida junto a Kenneth Porter, de profesión carpintero, un hombre del cual destaca que es muy trabajador, poniendo un contraste con el malogrado Lee Oswald. Ambos tienen un hijo en común a los que hay que agregar a June y Audrey, los hijos de Marina con Oswald.
A su regreso a los Estados Unidos, Oswald se instaló en el área de Dallas y Fort Worth, cerca de su familia. Mantuvo contacto con George de Mohrenschildt y con rusos anticomunistas exiliados, y se vio envuelto en el intento de asesinato del General Walker. En septiembre de 1963, Lee Oswald viajó desde Nuevo Laredo a bordo del autobús 516 hasta la Ciudad de México.
Con tan solo 24 años, Oswald intentaba su segundo acto de defección y dirigirse a Cuba. Buscó ayuda para obtener una visa para llegar a La Habana, Cuba, en las delegaciones diplomáticas de Cuba y la Unión Soviética en la Ciudad de México.
Lee Oswald tuvo una aventura con una empleada del consulado cubano Silvia Tirado de Durán, quien tuvo que dejar su empleo poco después de su detención por las fuerzas de seguridad mexicanas debido a su supuesta relación con Oswald. La pista mexicana apenas fue investigada por la Comisión Warren.
En 1965, Elena Garro, novelista mexicana, primera mujer de Octavio Paz y feroz anticomunista, le comentó al diplomático estadounidense Charles Williams Thomas, una historia que llenaría de dudas el resto de sus años de vida. Garro -fallecida en 1998- relató que en el otoño de 1963 había conocido a Lee Oswald en una fiesta de intelectuales simpatizantes de Castro, en la que había otros dos norteamericanos.
Elena Garro aseguró que no supo quién era Lee Oswald hasta que vio su foto en la prensa, una vez cometido el asesinato de Kennedy. En aquella fiesta se encontraba el diplomático cubano Eusebio Azque, que gestionaba las visas en la embajada y que Garro aseguró haberle oído hablar de su deseo de que alguien asesinara a John Kennedy, ya que era una amenaza para la revolución y la supervivencia del régimen cubano.
Elena Garro dijo que estuvo presente Silvia Tirado de Durán, joven de 26 años, y de notable belleza, pariente suya y que trabajaba a las órdenes de Azque en el consulado cubano en Ciudad de México. Los informes de los interrogatorios de la policía secreta mexicana prueban que, al ser interrogada, tras el asesinato, se le preguntó repetidas veces si había tenido relaciones íntimas con Lee Oswald, lo que indica que tenían conocimiento del hecho.
También existe una información de la CIA de 1967 en la que un informante de la Agencia cuenta cómo Silvia Tirado de Durán le contó que había tenido una aventura con Lee Oswald. Allí murió la pista mexicana y Thomas, dos años después se suicidaría pegándose un tiro en la sien, en Estados Unidos.
Lee Oswald en principio fue detenido por la muerte del policía J. D. Tippit, ya en la comisaría la policía se dio cuenta que tenía en custodia al sospechoso del asesinato del presidente. Se descubrió una huella palmar de Lee Oswald en un fusil Carcano M91/38 hallada en el Texas Book Depository, lugar desde donde presumiblemente se hicieron los disparos. Como también huellas dactilares de Oswald en las cajas de cartón y en bolsas de mano en el piso en el que trabajaba.
Lee Oswald negó en todo momento la autoría, y afirmó en público que era un patsy (término mafioso para describir a quien se trata de culpar por un crimen que no cometió), como un chivo expiatorio. Las investigaciones del comité duraron hasta 1978, y en 1979 emitieron el informe final.
El comité concluyó que el presidente John F. Kennedy fue probablemente asesinado como resultado de una conspiración. El comité fue incapaz de identificar otros francotiradores o la extensión de la conspiración. Lee Oswald jamás llegó a juicio. En Estados Unidos es presuntamente inocente la persona hasta que un jurado no dictamine su culpabilidad, cosa que jamás ocurrió.
Los escoltas del Servicio Secreto afirmaron siempre que escucharon tres disparos y que pasaron sobre sus cabezas provenientes del Depósito de Libros antes de impactar a Kennedy y desecharon las hipótesis de otros tiradores. Hasta la fecha se mantiene la conclusión de la Comisión Warren como la aceptada oficialmente.
Lee Oswald no fue el primero en querer asesinar a Kennedy, aunque sí, al menos eso se cree, fue el único en conseguirlo. El jubilado Richard Paul Pavlick quien trabajó durante años en el servicio postal. Persiguió al todavía candidato a lo largo de todo el país y cuando llegaba a una ciudad le enviaba una postal con una dedicatoria cada vez más enloquecida.
Richard Pavlick compartía las teorías conspirativas y veía a John F. Kennedy como un peligro para el país: «Los Kennedy compraron con dinero la Casa Blanca», y también «lo único que quería era enseñarle que la presidencia de los Estados Unidos no está en venta».
La detención del terrorista aficionado fue una casualidad. Al parecer, un agente de tráfico detuvo a Paul Pavlick para pedirle la documentación del coche y lo vio tan nervioso que le pidió que abriera el maletero. Lo que encontró fue dinamita en grandes cantidades.
6 de abril de 2017.