LAS GUERRAS RELIGIOSAS
¿EN EL FIN DE LA HISTORIA?
Ricardo Veisaga
Ataque a las Torres Gemelas, septiembre 11 de 2001.
El mundo político de nuestro tiempo gira en torno a dos derrumbes simbólicos, dos derrumbes que no son metafóricos. El último de ellos de una enorme magnitud, pero a pesar de ello, según mi entender, no va a cambiar el actual orden mundial existente (siempre existió un orden, aun cuando todo parezca desordenado), lo que si puede cambiar es el futuro de nuestra civilización, del racionalismo Occidental a una barbarie oriental.
La caída del muro de Berlín fue el símbolo que precedía el colapso de la Unión Soviética, y con ella el fin de la larga guerra fría. Según Francis Fukuyama, en nuestro tiempo la Historia había entrado en su última y definitiva fase, en la que se imponía la libertad, la democracia, el sistema económico capitalista y el diálogo como herramienta fundamental para resolver todos los desencuentros políticos- ideológico–económicos, a ella debían acudir todo el mundo para resolver los problemas o conflictos, bajo las banderas triunfantes de la democracia liberal.
El primer derrumbe fue el desplome de la Unión Soviética. Pero previamente a la caída del régimen comunista, unos cincuenta años atrás, habían caído también los totalitarismos nazi-fascistas y el imperialismo japonés. Lo que podría interpretarse como el triunfo del racionalismo occidental. Aun cuando ambos totalitarismo fueron una consecuencia evolutiva de filosofías e ideologías occidentales.
Tal como interpretaban la teleología de la Historia y la teoría del Estado de concepción hegeliana, vale citar entre ellos a Giovanni Gentile del fascismo italiano y en Alemania a Rosenberg, quien interpretó a Nietzsche, y fundamentalmente al filósofo nazi Martín Heidegger. En tanto Lenin como Stalin llevarían a la práctica la reelaboración que hiciera Karl Marx del sistema de Hegel sobre el motor de la Historia, en cuya elaboración también quedaría plasmado además de la filosofía clásica alemana, el socialismo francés y la economía política inglesa.
El ajuste de cuentas que le quedaba por hacer al siglo XX fue con la herencia nefasta de Hegel y su filosofía del Espíritu Absoluto. No me ocuparé ahora de Fukuyama, ni de Hegel ni de Marx. El segundo derrumbe, fue para la gran mayoría de las personas una gran sorpresa, se trata del ataque a las Torres Gemelas del World Trade Center de New York, el 11 de septiembre de 2001.
Ya no estaban detrás de ese ataque Hegel ni Marx ni su lucha de clases como motor de la Historia. Hilando más fino se puede decir que estaba Aristóteles, no él, sino a través de la equivocada interpretación de Averroes. Lo que aparecía claramente para algunos era el problema religioso como contendiente principal. ¿Pero que entendemos por religioso? ¿Y para entenderlo es válida la intervención de la Teología en su explicación? La teología no, porque es una nematología y parte interesada, pero sí la filosofía de la religión.
En una sociedad es posible detectar la presencia de múltiples creencias, no todas ellas religiosas, creencias, nebulosas ideológicas, nubes de creencia más que sistemas plenamente organizados, y que por fuerza entran en contacto y relación entre sí, pero que muchas veces son de naturaleza conflictiva, por lo que se ven obligadas a definir sus contornos, a delimitarse frente a los otros, a fundamentarse, en suma.
Gustavo Bueno, utiliza el término «nematología» para referirse a la actividad doctrinal que las diversas nubes de creencias despliegan con el propósito de alcanzar los objetivos señalados. Por lo tanto, las nematologías son aquellas especulaciones-mitológicas, ideológicas, filosófico-mundanas incluso, pero siempre doctrinales encaminadas a establecer, fundamentos y justificar las coordenadas de una creencia determinada, sean estas, por ejemplo, el cristianismo, el judaísmo o islam, y que la supuesta racionalización teológica no es otra cosa que pura y simple actividad nematológica.
Hay que aclarar que ello no significa, que toda actividad nematológica sea de carácter religioso, existen múltiples nematologías de creencias que no tienen nada que ver con la religión, o dicho de otro modo la Teología es nematología, pero no toda nematología es teológica. El liberalismo democrático, heredero del racionalismo ilustrado, tenía reservada a la cuestión religiosa, al ámbito de la vida privada, a la elección individual (cuando no a la sacristía), y a la tolerancia de la diversidad religiosa como fundamento del estado laico.
Lo que constituyó un error ontológico, inadvertido por muchos, quizá demasiados incapaces, por no contar con un aparato filosófico con la suficiente potencia para percatarse de los límites internos de la crítica ilustrada, que «pretende destruir la divinidad ignorándola, en lugar de concederle un sentido ontológico ateo en M3 (Tercer Genero de Materialidad)», como señalaron Gustavo Bueno y otros, en la década de los ochenta del siglo XX, en un manual de filosofía para bachillerato, Symploké.
Para aquellos que desconocen sobre el materialismo filosófico (MF), valga la aclaración siguiente:
La doctrina de los Tres Géneros de Materialidad fue ejercitada por toda la tradición filosófica y, explícitamente, aparece ya formulada por Platón. Y en M3 denotamos a objetos abstractos (no exteriores, pero tampoco interiores), tales como: espacio proyectivo reglado, rectas paralelas, conjunto infinito de números primos, «Langue» de Saussure, relaciones morales, identidades sintéticas, que propiamente no se incluyen en un lugar o tiempos propios (el sistema de los cinco poliedros regulares no está ni en Francia ni en Alemania, ni tampoco dentro de la cabeza de los franceses o de los alemanes, es atópico, ni dura ocho años o seis días, es acrónico). También las entidades abstractas pero reales (distancias, trayectorias, númenes, la idea de Dios).
Del lado soviético, el ateísmo científico marxista reducía la religión a superstición o a vil opio del pueblo, como explicación psicológica, que podía ser eliminada por medio de la revolución y la educación socialista y atea. Se trataba del mismo límite interno, tributario del dualismo hegeliano. La cuestión religiosa había quedado durante la guerra fría subordinado a la dialéctica fundamental configurada en el terreno económico y político-institucional.
No tuvieron en cuenta la aparición en escena con toda su barbarie y brutalidad el fundamentalismo islámico. Pensaron que, simplemente al ignorarla, se destruiría la divinidad. ¿Con quién se debe hacer el ajuste de cuentas filosófico-ideológico para procesar esta nueva variable política?
Antes de morir, en el año 632, el profeta Mahoma hizo una peregrinación entre La Meca y Medina y, presintiendo su propia desaparición, proclamó a su yerno Alí como su sucesor espiritual y político. Ese fue el comienzo de una historia llena de odios e intrigas, y tras la muerte del líder máximo de la religión musulmana, la comunidad islámica se dividió, de manera irreconciliable, entre los chiítas y los sunitas.
Alí nombrado por Mahoma tuvo que esperar más de 30 años para convertirse en el cuarto Califa, ya que los hombres más poderosos de la Meca designaron a Abu Baker como el primer líder del Califato, y luego a otros dos califas. El pueblo árabe se levantó y exigió que Alí fuera el cuarto califa, un honor que sólo duró 4 años, al cabo de los cuales, el yerno de Mahoma fue asesinado.
Los orígenes de la tradición musulmana son bastante violentos y aunque los chiitas y los sunitas participan de las mismas prácticas religiosas, rinden culto al mismo Dios y siguen las enseñanzas del Corán, existe entre esas dos corrientes de la religión islámica unas diferencias irreconciliables que durante siglos han perpetuado el odio y la división.
«En los orígenes de la tradición musulmana las diferencias son de carácter sucesionista y comienzan con la definición del heredero de Mahoma. Para los chiitas, el líder espiritual debía ser un descendiente directo del profeta Mahoma, mientras que los sunitas se inclinaban por un hombre estudioso, justo y bueno, que no necesariamente tenía que provenir del linaje mahometano», Peckel.
En la actualidad, tiene muchísimas implicaciones de orden político y económico. Existe un gran problema que tiene que ver con las relaciones entre el Gobierno y la religión en el mundo musulmán. Para los chiítas es de vital importancia la figura del imán. Los líderes chiítas mantienen mucha independencia de los gobiernos, ellos mismos se encargan de tejer un entramado social a su alrededor y reciben el zakat (el diezmo de los creyentes), tienen gran poder.
En cambio los sunitas dependen de la estructura estatal y de las líneas o directrices políticas, la opinión de su líder religioso poco importa, a menos que sea parte jerárquica del poder. Así sucedía en Irak hasta el derrocamiento de Saddam Hussein, en marzo del 2003.
Antes de ser asesinado, Alí, el yerno de Mahoma, trasladó la capital de Medina hacia Kufa, una ciudad ubicada en tierras de Irak, la antigua Babilonia, que se había convertido en un importante centro para la religión islámica. Tras la muerte de Alí, el país se convirtió mayoritariamente en chií, y comenzaron a prepararse para la llegada del doceavo imán, aquel que salvaría a la humanidad.
Por más de catorce siglos los chiítas visitaron las tumbas de sus imanes y edificaron construcciones alrededor de los mausoleos, una de las prácticas más criticadas por sus enemigos sunitas y que ha sido empleada como un argumento del wahabismo, una corriente minoritaria del islam, para radicalizar aún más las diferencias entre Chiítas y Sunitas.
En el Irak moderno luego del reparto y división que hicieron los británicos y franceses, los musulmanes chiítas, sunitas y los mismos kurdos, fueron forzados a cohabitar un territorio común y en una nación de la que no se sentían parte. La única manera de mantener un país bajo control y con un gobierno central coherente era implementando un régimen despótico, cosa que Saddam Hussein lo logró.
Saddam Hussein quien era sunita, al llegar al poder en 1979, les dio todo el poder y marginó a los chiitas. Luego de la ejecución de Saddam, la lucha entre ambos bandos recrudeció, Hussein líder sunita fue transformado en un mártir de la causa sunita y sus enemigos chiítas fueron favorecidos por el gobierno de Nuri al Maliki, que es chiíta. Pero el problema no sólo es religioso, también alcanza a las comunidades conformadas por clanes con sus propias ideologías, que fueron permeables a las influencias ideológicas de los yihadistas.
Mapa de la distribución entre sunitas y chiítas.
La cruzada contra el Estado Islámico (EI) reúne Estados y entidades políticas con los intereses más dispares. Algunos de esos Estados no mantienen relaciones diplomáticas entre sí, y sumado a estos Estados están los grupos étnicos como los Kurdos o terroristas como Al Qaeda. El diario estadounidense The Wall Street Journal ha elaborado un excelente grafico para explicar por qué adversarios clásicos como Arabia Saudita, Irán e Israel están ahora en un mismo bando.
Tanto Estados Unidos e Irán quieren un gobierno fuerte en Bagdad para estabilizar el país. Rusia y China países antagónicos de Estados Unidos van a participar de estos esfuerzos por la amenaza terrorista, ambos países en diferente grado han sufrido la agresión de fanáticos islámicos, el caso de Chechenia para los rusos y China de parte de la comunidad de los Iugures sino-islámicos, que suman alrededor de 10 millones. No se debe olvidar que China y Rusia apoyan al gobierno sirio de Bashar al-Assad, decididamente.
Los kurdos, pueblo repartido por Turquía, Siria, Irak e Irán, forman parte del esfuerzo bélico contra el EI a pesar de que estos cuatro países se han mostrado siempre refractarios a cualquier reconocimiento de la soberanía kurda sobre parte de sus territorios. La amenaza del EI es tan grave y cercana que la necesidad de colaboración prevalece en los cálculos de unos y otros.
Flagelación practicada por creyentes chiítas.
Los gobiernos de Siria, Turquía, Irak e Irán están ejerciendo más su política de persecución y represión a los kurdos. El miedo a la alteración del equilibrio actual, a una reconstitución de las fronteras posteriores a la Primera Guerra Mundial, y los intereses estratégicos y petrolíferos tiene fundamental importancia con la situación actual del pueblo kurdo.
El gobierno turco ha aplicado políticas discriminatorias con los kurdos, privándolos de su identidad, designándolos como «turcos de la montaña», prohibiendo su idioma considerado como un dialecto derivado del turco, reprimió sus actividades políticas en las provincias del este, al mismo tiempo que alentaba su migración a las zonas urbanas del oeste, con el propósito de dispersar a los kurdos concentrados en las zonas montañosas.
Después de años de sistemática destrucción de casas y aldeas enteras. Se calcula en 30.000 las personas asesinadas desde 1984 a la actualidad, en millones los habitantes que emigraron y en cerca de 3.000 las aldeas y pueblos destruidos, por lo cual se puede hablar de un etnocidio vigente en el tiempo.
Los kurdos se agrupan en partidos u organizaciones que luchan en lo político como en lo militar. El PKK es el partido más fuerte. (Partido de los trabajadores del Kurdistán) fundado en 1978, y que en 1984 impulsó la organización de guerrillas. Y desde 1995, organiza un parlamento kurdo en el exilio: el PKE (13), proclamado en dicho año en La Haya.
Es la única representación internacional del pueblo kurdo. Compuesto por miembros del FLNK (Frente de liberación nacional del Kurdistán), y brazo político del PKK, y el HADEP (Representantes del movimiento islámico no fundamentalista), compuesto por intelectuales, mujeres y personalidades independientes.
Turquía, Siria, Irak e Irán, en rojo la zona de los kurdos.
En 1958, la monarquía fue derrocada en Irak, esperaron en vano el reconocimiento de su lengua, y beneficios sociales. En 1970 la provincia iraquí de Kirkuk fue disuelta, la ciudad de Kirkuk y sus inmediaciones formaron la nueva provincia de Tamiz, el resto del territorio fue incorporado a una nueva provincia, Salah al-Din (Saladin) cuya capital es Tikrit. Saddam Hussein desplazó a la población kurda y en los 80 utilizó armas químicas letales sobre poblaciones enteras.
En quince años hubo más de 400.000 kurdos muertos en Irak. El régimen reconoce la existencia (no Turquía), de un pueblo kurdo y puede admitir incluso un sistema autónomo de gobierno, siempre y cuando quede supeditado al gobierno nacional. Las principales fuerzas kurdas en Irak son el PDK (Partido democrático del Kurdistán) de centro izquierda, y el UPK (Unión patriótica del Kurdistán).
El gobierno de Siria, fue más abierta al diálogo y al entendimiento con los kurdos. En 1998, el presidente al-Assad concedió algunas demandas. Esta política incomodó a Turquía, que firmó con ésta un acuerdo económico, pero con la condición que Siria deje de apoyar al PKK. En Irán, sufren la fuerte presión asimilacionista del gobierno, y la persecución religiosa de la mayoría chiíta del país.
Los kurdos de Kurdistán son un pueblo de los tiempos bíblicos, dividido entre las fronteras de cinco países; es la nación más grande del mundo, sin territorio propio donde puedan hablar su propio idioma. Se les ha prometido su propio país, desde el rompimiento del Imperio Otomano al final de la Primera Guerra Mundial.
Los combatientes kurdos, son los que opusieron resistencia heroica al EI, ante la defección de las tropas iraquíes. Pero no sólo son hombres los soldados, en el campo de entrenamiento de Zawita (norte de Irak). La coronel Viyan Yusef dice:
«Desde que en junio surgiera la amenaza del Estado Islámico recibimos a diario decenas de mujeres dispuestas a alistarse. Hoy son ellas las que se gradúan». Ella fue de las primeras en ingresar hace 16 años en los peshmergas (tropas kurdas).
El ejército «de facto» de la región autónoma del Kurdistán iraquí abrió sus cuarteles a las mujeres en 1996, pero el peligro de los yihadistas y su alarmante ofensiva del EI, ha significado la apertura definitiva de los cuarteles. «Los terroristas del IS nos odian. Aterrorizan a la población secuestrando a mujeres y niños pero en el fondo nos temen. Dicen que morir a manos de una mujer es una deshonra. A quien le sucede le está vetado el paraíso», dice Viyan, mientras sus subalternas desfilan por una pista de asfalto a un tiro de piedra de la frontera turca.
Unas 1.000 soldados, repartidas en cuatro batallones, integran la división femenina de las fuerzas armadas kurdas. «En la década de 1960 hubo mujeres que formaron parte de los escuadrones, pero no de manera oficial. Ahora tenemos la suerte de contar con un cuerpo», señala la coronel.
Actualmente el reclutamiento se ha disparado a otras regiones del mundo. «Están llegando kurdas que viven en Europa o Estados Unidos preparadas para dar su vida por el país», apunta Viyan orgullosa del eco que ha tenido su labor entre la nutrida diáspora. Leila Yusef se arregla el peinado y se perfila los labios en el espejo retrovisor de un todoterreno. Luce un flamante traje militar. «Quería estudiar un postgrado en Reino Unido, pero esto es más importante. Nuestras familias y nuestra patria están en peligro», cuenta rodeada por una treintena de compañeras.
Qatar, Turquía y Estados Unidos fueron los más críticos con el golpe militar que acabó con el gobierno islamista de Mohamed Morsi y los Hermanos musulmanes en Egipto. Ahora los cuatro países están en el mismo baile. Lo más sorprendente (aunque explicable) encontramos en el interés común entre Estados Unidos y Al Qaeda. El grupo terrorista creado por Osama ben Laden no escapa a las amenazas de su criatura, que se está quedando con la hegemonía en el terrorismo yihadista.
Los cristianos huyeron, con la caída de Mosul, empezó la diáspora, miles de fieles permanecieron varados en edificios a medio construir en el Kurdistán iraquí, ante el invierno que se avecina. Los que pudieron se fueron a Europa. Un pequeño escuadrón de hombres, cansado de poner siempre la otra mejilla, se enfrentan a los que han devastado sus pueblos; saqueado sus casas, mataron y violaron a sus mujeres.
«Lo perdimos todo. Muchos optaron por emigrar, pero las tropelías que padecimos terminaron convenciendo a algunos de la necesidad de defender nuestra tierra y nuestro pueblo», narra el cristiano Odisho Yusef. A sus 58 años Yusef, lidera un batallón de combatientes cristianos asirios que se hacen llamar «Dwekh» (los que se sacrifican, en la vetusta lengua asiria). «Somos un pequeño ejército que integran cristianos procedentes de distintos lugares de la provincia de Nínive.
Tomar las armas no fue una decisión fácil pero no había más remedio que ser realistas». En la última década más de un millón de creyentes ha abandonado Irak, habían rehuido la posibilidad de establecer un grupo armado propio. La ofensiva de los extremistas -que ha expulsado a varios cientos de miles de cristianos, confiscado sus propiedades y ocupado iglesias y monasterios- ha impuesto un cambio de estrategia.
Odisho Yusef
«Hemos armado a unos 40 hombres que se han desplegado en el frente de Dohuk (a unos 80 kilómetros de Mosul). Queremos lanzar un mensaje a nuestra gente. No es momento de exilios. Es tiempo de defender nuestra tierra», dice Emanuel Khoshaba, secretario general del Partido Patriótico Asirio, una de las formaciones cristianas que opera en la región autónoma del Kurdistán. «Todas las armas han sido adquiridas por el partido y los jóvenes que se han alistado han sido entrenados por ex oficiales del ejército iraquí», detalla el político.
El arsenal ha sido sufragado por la diáspora que observa la tragedia desde Europa o Estados Unidos. El aún diminuto pelotón trabaja para acoger a nuevos voluntarios, coopera con los «peshmergas» (tropas kurdas) en los pueblos de mayoría cristiana conquistados por los yihadistas en la provincia de Nínive. «Nuestro grupo es sólo de defensa. Velamos por áreas liberadas como Talessfek y alrededores», aclara Odisho Yusef.
Los combatientes cristianos han perdido el recelo inicial hacia los uniformados kurdos, que a principios de agosto se retiraron de los poblados cristianos a su cargo dejando vía libre a la llegada de los extremistas. «Es cierto que se marcharon, pero
ahora estamos luchando codo a codo», apunta Khoshaba. La propaganda para reclutar combatientes en la Yihad, sea para Siria o Irak, se encuentra traducida a varios idiomas incluyendo el castellano (español). Según el Canciller sirio, son 83 las nacionalidades de las fuerzas del EI.
La propaganda de convocatoria ha recibido el nombre de «Turismo para yihadistas» sobre la base de que Mahoma habría señalado que «el turismo es la Yihad en el camino a Alá». Los yihadistas hispanoamericanos tanto en Siria como en Irak son poco mencionados, pero constituyen una fuerza de hombres y mujeres de creciente significación. Según el Daily Telegraph, considerados como «yihadistas exóticos» por provenir de Argentina, Brasil, Chile, Trinidad Tobago y México.
Otros informes mencionan yihadistas de Colombia y Honduras. La revista de defensa Jane’s, sobre la base de informaciones del 2012, indica que 23 argentinos habrían muerto en Siria probablemente integrantes de Al Qaeda o Al Nusra. Un argentino y una chilena, muertos en las cercanías de Damasco, mencionados como integrantes de un grupo fundamentalista islámico checheno. Asimismo, la revista británica mencionaba sobre la muerte, entre otros, de 150 mexicanos y 36 brasileños.
El financiamiento del EI.
«Va más allá de lo que hayamos visto antes», dijo hace unos días el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, refiriéndose al Estado Islámico (EI). Según Hagel, no se trataría de un grupo terrorista, sino de un proyecto de Estado con armas sofisticadas, una ideología totalitaria, y abundante financiación que procede de apoyos externos y la toma de recursos para proseguir su ofensiva y sentar las bases de su califato.
Hasta hace pocos meses ISIS era uno entre grupos armados sunitas radicales que se oponían al régimen de Bashar al-Assad en Siria. Ganó notoriedad por separarse de al-Qaeda, a la que acusó de no ser suficientemente radical. Son la manifestación más violenta de la insurgencia sunita que pretende imponer una versión ultraconservadora del islam, contra lo que consideran una expansión del chiismo liderado por Irán, con fuerte influencia en Irak, en la región.
Irak es el segundo mayor productor de petróleo del mundo después de Arabia Saudita. Y EI controla zonas claves de la industria petrolera iraquí en el norte de Irak: Mosul produce alrededor de dos millones de barriles de petróleo diarios, el grupo tomó en su momento la planta de gas de Shaar y Baiji alberga la mayor refinería de petróleo del país. Desde esa zona, los insurgentes, cortaron el suministro de crudo a Turquía a la vez que intentan controlar las abundantes fuentes energéticas en el Kurdistán iraquí.
El grupo no se plantea destruir las fuentes energéticas que conquista. El objetivo es usar los beneficios para la construcción del Estado islámico o califato. «Una de las razones por las que (EI) ha sido capaz de crecer tan fuertemente es que pudo extraer recursos y militantes de Siria», dice Patrick Cockburn en su libro «The Jihadis Return: ISIS and the New Sunni Uprising». (El retorno de los yihadistas: ISIS y el nuevo levantamiento sunita).
En Irak gana terreno después de la invasión de Estados Unidos y sus aliados en 2003, que se vio marginada y reprimida por gobiernos chiitas, especialmente el del primer ministro saliente Nuri al Maliki. Los mandos militares de Saddam Hussein y funcionarios del Partido Baas, que fueron expulsados de sus puestos después de la invasión, se han aliado con EI.
Theodore Karasik, del centro INEGMAS (Dubái) y Robin Mills, autor del Libro «The Myth of the Oil Crisis» (El mito de la crisis del petróleo), calculan que EI ingresa US$ 1 millón al día por la explotación del petróleo iraquí. El mismo analista sostiene que sumando los beneficios en este país y Siria, podrían conseguir US$ 100 millones al mes. Con visión de mercado, (EI) vende los barriles a US$ 30 (el precio internacional supera los US$ 100 por barril) a través de intermediarios en Turquía y Siria que lo introducen en el mercado negro.
La investigación dice que EI y otros grupos armados están implantando un sistema de impuestos en las zonas que conquistan, al tiempo que promueven actividades ilícitas como el robo de reservas monetarias en bancos provinciales, contrabando de coches y armas, secuestros y controles en carreteras. EI se ha apoderado además de gran cantidad de armas del ejército iraquí y grupos armados sirios contra los que combate.
En Siria algunos grupos desmantelaron fábricas y vendieron las infraestructuras en Turquía. El apoyo sostenido de Arabia Saudita y países del Golfo Pérsico a los sunitas frente a los chiitas y sus aliados está en el origen del éxito económico del EI y otros grupos yihadistas, afirma el periodista Patrick Cockburn. Riyad, Kuwait y otros países, e individuos, han canalizado cientos de millones de dólares a los grupos insurgentes sunitas en Siria.
La posición ideológica que se supuso triunfadora tras la caída simbólica aludida al principio, se encuentra en un callejón sin salida. El liberalismo democrático, una posición desde la que se consideraba que la religión es un problema privado y de elección individual (tratan, de destruir la «divinidad» ignorándola), y que tomar partido por una frente a la otra significaría un retroceso conservador, refiriéndose críticamente a la «cruzada» asumida por Bush Jr., y los republicanos en su campaña contra Irak II y Afganistán, a la que se considera una «narrativa destructiva».
Es el maniqueísmo izquierda-derecha, según las versiones euro-continentales, o liberal-conservador (demócrata-republicano), según las estadounidenses. Estamos ante una nueva variable en la política mundial, que arroja por la borda una de sus bases falsas, una de esas trasnochadas versiones de «racionalidad occidental», de la liberal democrática, del fundamentalismo democrático. Y cuyos líderes mundiales no puedan entender el quid de la cuestión, y eso constituye la mayor señal de su decadencia.
La paradoja de la vanguardia Suní en la región (Egipto, Turquía y Arabia Saudita), para combatir contra otros suníes (EI).
La clave para entender intelectualmente el problema no está en el racionalismo liberal e ilustrado del siglo XVIII. Tampoco está en Hegel. Está más atrás: en los fundamentos escolásticos de occidente, que se perfilaron y delimitaron de manera dialéctica contra el islam. A través de Santo Tomás de Aquino en su disputa contra el averroísmo, armado de la filosofía griega.
De la correcta interpretación de los sucesos de nuestro tiempo, dependerá el futuro que construiremos. ¿Qué jefe de Estado tendrá la capacidad para decirlo con solvencia y con todas sus letras, sin temer con ello parecer un conservador o reaccionario sino más bien un racionalista y un realista político?
El armar y dar entrenamiento a la oposición del gobierno sirio, no debe ser de agrado de China y Rusia, ni ven con buenos ojos los países que albergan a los kurdos, el protagonismo que está adquiriendo este pueblo en el campo de batalla. No hay que obsesionarse con el Estado Islámico, que no es esencialmente mejor o peor a Boko Haram, a Al Qaeda, etc. El verdadero problema es el islam que está viviendo una guerra civil.
Shakespeare escribió que la vida «es un cuento lleno de ruido y furia contado por un idiota» («Tale told by an idiot, full of sound and fury, signifying Nothing». Macbeth, Act. V. Esc. V).
Muchas veces me quedaba pensando que el idiota podía ser cualquiera. Pero siempre mantuve la epojé y me detuve sobre el líder más carismático del mundo ¡Qué digo, del universo! Que nos relata un cuento con mucho ruido y pocas nueces, digamos que nos hace el cuento. Que nos hablaba de un «mundo sin fronteras». ¿Un político, dice esto? Cualquiera, medianamente informado sabe porque lo aprendió en el colegio (no necesita ir Harvard), que la Polis se circunscribía a un territorio determinado, que tenía límites y sus guardianes, sus guerreros.
Pero esa antigua duda quedó despejada en estas últimas semanas. Da vergüenza ajena oír al comandante en jefe de la hasta ahora mayor potencia mundial, proferir incoherencias, sostener que sólo atacará por el aire sin poner soldados en la tierra. Para que unos días después, su subordinado, su empleado, el jefe de Estado Mayor, sostenga en una conferencia de prensa lo contrario.
Shakespeare no pudo prevenirnos sobre la identidad del idiota, pero (por suerte) nos dio señales, pistas, nos dibujó la especie (no es una especie en vías de extinción), al contrario, se multiplican geométricamente, están por todos lados ocupando los puestos más importantes, son los ciegos que guían a los que ven:
«La vida no es más que una sombra en marcha, un mal actor que se pavonea y se agita una hora en el escenario y después nadie vuelve a saber de él, un cuento, etc…» («Life’s but a walking shadow, a poor player /That struts and frets his hour upon the stage / And then is heard no more. It is a tale / Told by an idiot, etc…»).
El éxito de esos versos de Macbeth, que el escritor Faulkner y otros no menos geniales que él, lo recogieron como inspiración de sus obras por su carácter enigmático. ¿Qué es lo que, con el ruido y la furia, no significa nada? ¿La vida o el cuento? ¿El idiota o la vida? O la vida del idiota.
Con ese interrogante llevando en nuestros hombros el cuento y al idiota, como la piedra que cargaba eternamente Sísifo castigado por los dioses, recorremos por esta tierra más de las veces sin entender, por qué hay tanto idiota suelto y no encerrados, ponderados y exaltados por la plebe como grandes hombres de la Historia.
Tratando de pasar desapercibidos, resguardándonos en lo posible de los idiotas y sus idioteces, y soportando estoicamente las consecuencias que nos toca vivir en suerte ¿suerte? Como animales políticos que somos, algunos más animales que otros. Consientes que «los últimos, siempre serán últimos y nunca los primeros». Y evitando ser en la vida como la describe Shakespeare, «como una sombra en marcha, como un mal actor que se pavonea y se agita…». Conscientes que no somos los actores principales en esta tragedia, que sólo somos simples (pero sufrientes) espectadores, de una opereta que se teje entre bambalinas y se exhibe en el escenario.
Septiembre 21, de 2014.