LA DEFENSA DE EUROPA

La Europa que acaba de morir e intenta renacer, tiene su origen en 1989, según creen algunos analistas, eso habría sucedido cuando se derrumbó el Muro de Berlín y otros países detrás del «Telón de Acero» se fueron liberando del yugo soviético. Europa se fue ampliando y la Europa del Este pasó a ser la Europa Central o la Europa del Medio, o la «Mittleuropa» como dicen los alemanes. El hecho de poder expandirse hasta las mismas fronteras de Rusia, y mejor acompañado con la canción «Himno a la Alegría» basada en el cuarto movimiento de la novena sinfonía de Ludwig van Beethoven.

«Come, sing a song of joy. For peace shall come, my brother. Sing, sing a song of joy. For men shall love each other…», esto despertó un «europtimismo» y la creencia de un progreso permanente, y una nueva ideología izquierdista que fue pudriendo Europa desde adentro. Las migraciones externas portadoras de costumbres, religiones y una moral totalmente distinta e incompatible con la europea Occidental ha terminado por cambiar el rostro de Europa. En Europa se instalaron estas creencias manu militari desde Bruselas a toda la Unión Europea.

Es cierto, que ese optimismo ya existía desde hace algunas décadas, el proyecto de una Europa unida, el crecimiento económico y la paz mundial, se convirtió en una utopía que debía ser adoptada por el mundo entero. La Europa posterior que llegaba hasta las fronteras rusas, estaba construida sobre las espaldas del poderío del imperio estadounidense, en la Pax Americana. Europa no tenía que preocuparse de su seguridad, allí estaba la OTAN que cuidaba de ellos y por unas monedas.

Europa podía disponer de energía barata, de la que carece Europa, de obtenerla de una Rusia que estaba necesitada y en la pobreza, estrechar vínculos con Rusia desde Alemania, sin tener en cuenta que en el mundo político donde nosotros y ellos viven, los imperios una vez que se recuperan vuelven por lo que creen suyo. Muchísimas voces de advertencia se hicieron escuchar, pero fue en vano, Europa estaba sumido en un hedonismo barato despreciando a la política en serio, esa política que mueve al mundo. No creían que Rusia seguía siendo un imperio depredador esperando tiempos mejores.

Esa creencia fue reflejada hace 20 años atrás por el checoslovaco, Václav Havel, quien manifestó en una entrevista con el diario izquierdista Le Monde, «el día que acordemos con calma dónde acaba la Unión Europea y dónde empieza la Federación Rusa, la mitad de la tensión entre ambas desaparecerá». El pensamiento poético de Havel fue que, en política internacional, no existe aquella distinción de «amigo-enemigo», sino de «amigo a amigo». Son esas estúpidas y peligrosas ideas de que todo se soluciona con diplomacia, entendida esta no como la otra cara de la misma moneda, es decir, de la guerra, sino como un simple parloteo.

Pero entonces, llegó la venganza de la política y de la historia, ahí lo tenemos a Putin invadiendo Ucrania, ahí lo tenemos también a Donald Trump con su nueva Pax ruso-americana, y las fronteras de esa Europa ampliada fue retrocediendo, pero no solo en Europa sino en Occidente, estamos frente a un mundo Occidental menguante. Europa está obligada a vivir una nueva realidad. Lo bueno de esto es que muchos intelectuales y lideres políticos europeos están pensando en la forma de aceptar el reto e independizarse de la tutela de Estados Unidos en términos de seguridad, y poder enfrentar a Rusia y a su prepotencia.

Europa está asumiendo de a poco su «reame» no solo militar sino intelectual, está aprendiendo a vivir una nueva realidad en donde no cabe mas ese europtimismo, ya que se trata de supervivencia o de realismo. Después del desarme militar e intelectual de 1989, lo que habla Europa en estos días es de rearme. Europa se tiene que armar sin tener en cuenta al socio que acompañó a los países occidentales desde 1945. El sistema de comercio global en el que creía se está acabando y el consenso climático corre la misma suerte. Todo en lo que Europa creía esta liquidada.

Europa que sigue enviando ayuda militar a Ucrania, superior a la estadounidense, basado en datos y no en relatos como los de Trump-Vance, que así lo demuestran, fue dejada de lado por el acuerdo Trump-Putin. Europa debe ahora reagrupar a sus miembros, y en esa nueva reagrupación debería expulsar a los topos como Víctor Orban y a los eslovacos, que son aliados de Putin. También debería replantear su relación con China. La nueva reagrupación de Estados miembros como parte de la OTAN no tiene sentido. Hace poco acabamos de ver la actitud del jefe de la OTAN, Mark Rutte sermoneando a Ucrania, sumándose a la retórica del clan Trump-Vance, y luego también en su visita a Trump.

Europa está enfrentado a un realismo radical, no se debe olvidar que la presencia estadounidense se encuentra desde 1944, y que las instituciones de la Unión Europea y de la OTAN son parte de lo mismo. En esta situación Bruselas será superada por Francia o Inglaterra que ya han tomado la delantera. Los líderes de la Unión Europea responden a la llamada actual de la Historia, y esta dice «¡rearme!» La historia no ha llegado a su fin, está más viva que nunca.

El proyecto político militar mas importante desde la Segunda Guerra Mundial, debe tocar su fin. Europa debe tener su propia OTAN, el nombre es lo de menos. Además, la OTAN fue uno de los pretextos rusos para blanquear su invasión y ahora una de las exigencias para la paz en Ucrania. Es necesario decirle adiós a la OTAN y crear una nueva sin topos, e invitar a Ucrania a ser parte de la misma. Europa debe rearmarse, eso no se discute, y la pregunta es: ¿Y con que medios se cuenta?

Los jefes de Estado y de Gobierno de Europa han aceptado el reciente plan presentado por la Comisión Europea para obtener 150.000 millones de euros en los mercados financieros con bonos conjuntos, los eurobonos, aunque muchos de ellos quieren que se exploren otras vías de obtención. El plan también contempla dar una mayor flexibilidad fiscal a los Estados miembros para aumentar el gasto nacional en defensa y acercarse así a cumplir con el viejo objetivo de inversión de la OTAN, situado en el 2% del PIB. Pero en una nueva Alianza Atlántica la inversión en defensa deberá superar el 3% del PIB.

Friedrich Merz, candidato a la cancillería en Alemania, está impulsando junto a los socialdemócratas (SPD) un plan para aumentar la capacidad de endeudamiento del país para financiar el gasto en defensa y en infraestructuras. Desde la invasión rusa de Ucrania, los europeos tienen por primera vez el dinero sobre la mesa, los 150.000 millones, y unos objetivos claros en los que gastarlos, como misiles, drones, material antiaéreo, infraestructura o transporte. Y, por otro lado, los líderes europeos ven en el presidente ucraniano, Zelenski, y lo dijeron más allá del veto de Hungría, que «Ucrania debe seguir siendo una nación soberana y democrática. Para lograrlo, debemos garantizar nuestro apoyo financiero y militar. Y debemos actuar con sensatez y calma para garantizar que Ucrania pueda seguir contando con el apoyo de Estados Unidos en el futuro», señaló Olaf Scholz, el aun canciller alemán.

«No cabe duda de que la guerra de Ucrania, el nuevo enfoque de la administración estadounidense hacia Europa y, sobre todo, la carrera armamentística iniciada por Rusia, algo que debe ser obvio para todos, nos plantean retos totalmente nuevos. Y Europa debe aceptar este desafío, esta carrera armamentística. Y debe ganarla», dijo Donald Tusk, primer ministro de Polonia, uno de los líderes en el debate sobre seguridad y defensa en Europa.

En tanto Macron pide a Europa «estar preparados» por si Estados Unidos deja de estar del lado europeo. Macron aprovechó para recordar que Putin inició la invasión a gran escala en 2022 y que el Kremlin violó los Acuerdos de Minsk con la anexión de Crimea en 2014. «A día de hoy no podemos creer la palabra de Rusia». Dijo en un discurso televisado, el presidente francés, Emmanuel Macron, y que «El futuro de Europa no se decide ni en Washington ni en Moscú». «La amenaza viene del Este. La situación de estabilidad posterior a la caída del Muro (de Berlín) ya no existe».

«Estados Unidos, nuestro aliado, ha cambiado de posición en la guerra», afirmó Macron, quien recalcó, además, que «la paz no puede ser la capitulación de Ucrania». Macron insistió en la idea de que Europa debe «continuar ayudando a los ucranianos a resistir hasta que puedan negociar con Rusia una paz sólida» y esta, subrayó, «no puede lograrse a cualquier precio», la postura de Macron es elogiable, lo que es la política, yo que le deseaba que saliera del closet y fuera feliz.

En esos días, el presidente Donald Trump había suspendido el envío de ayuda militar y la información de inteligencia, lo que permitió que los rusos avanzaran en Kursk, lo que llevó a Macron a decir: «¿Quién puede creer en este contexto que la Rusia de Putin se detendrá en Ucrania? Ante este mundo de peligros, ser meros espectadores sería una locura». Y reconoció que hay dudas sobre el compromiso de Washington con la seguridad europea, y advirtió que «hay que prepararse por si no fuera el caso», y sentenció Rusia: «es una amenaza para Francia y para Europa».

Emmanuel Macron detalló la forma en la que Rusia ha socavado la seguridad europea al influir en las elecciones de países europeos, lanzar ciberataques y protagonizar campañas de desinformación, entre otras acciones. Además, Macron recordó que en Rusia son múltiples los opositores que han sido asesinados o que se han visto obligados a huir de las amenazas del Kremlin.

Anunció entonces, además, que ha abierto «el debate estratégico» para extender a los aliados europeos de Francia la disuasión que ofrece el arsenal nuclear de su país, aunque recalcó que la decisión final sobre el uso de armas atómicas «estará siempre» en manos francesas. El presidente francés Macron propuso debatir la ampliación de la protección nuclear de Francia a sus aliados europeos, y que su país tendría que gastar más en defensa y que seguiría ayudando a Ucrania. Francia y el Reino Unido son las dos únicas potencias nucleares de Europa.

Pero, sobre esto último, eso no es totalmente cierto, ya lo aclararemos más adelante. «Nuestra disuasión nuclear nos protege: es completa, soberana, francesa hasta la médula» y «Sin embargo, respondiendo a la llamada histórica del futuro canciller alemán, he decidido abrir el debate estratégico sobre la protección de nuestros aliados en el continente europeo a través de nuestra disuasión (nuclear)», dijo Macron.

La estrategia de disuasión nuclear de Francia ha sido hasta ahora defensiva y destinada a proteger los propios intereses vitales del país. En los primeros días de la Guerra Fría, el expresidente Charles de Gaulle desarrolló una disuasión nuclear que fue diseñada para ser totalmente independiente de las dos potencias dominantes de la época, la Unión Soviética y Estados Unidos. La disuasión nuclear francesa se basa en el aire y el mar, con aviones de combate Rafale y submarinos nucleares capaces de atacar en cualquier momento, siguiendo únicamente las instrucciones del presidente francés.

La defensa de Europa necesita una cantidad de efectivos para su propia seguridad prescindiendo de Estados Unidos, necesita un Ejército con soldados propios y con un mando unificado. De acuerdo a un estudio elaborado por los think tank Bruegel e Instituto Kiel, se necesitan unos 300.000 efectivos para que los europeos puedan defenderse de amenazas como lo es la Rusia de Putin u otras amenazas. Esos 300.000 soldados saldrían de los ejércitos de los países de la Unión Europea y del Reino Unido.

Ese número es el indicado luego de restar los 100.000 soldados que tiene Estados Unidos desplegados por todo el continente europeo y los 200.000 militares que creen que podrían desplegar con rapidez a Europa en caso de que hubiera un ataque por parte de Rusia contra un país miembro de la OTAN. Este ejército europeo debería estar compuesto por «fuerzas mecanizadas y blindadas para reemplazar a las unidades pesadas de Estados Unidos», lo que supondría crear 50 nuevas brigadas europeas. Además de reclutar y entrenar a estos 300.000 efectivos, tendrían que ser equipados con al menos 1.400 tanques y 2.000 vehículos de infantería.

Esas cifras son a lo que actualmente tienen las fuerzas terrestres de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido juntas. También sería necesario fabricar al año unas 2.000 municiones merodeadoras de largo alcance para poder contrarrestar las capacidades de Rusia. Según el informe en 2024 Moscú incrementó en un 220% su producción de tanques, en un 150% la de vehículos blindados y en un 435% la de munición merodeadora de largo alcance. Para lograr ese objetivo, el informe estima que se debe incrementar en el corto plazo unos 250.000 millones de euros anuales el gasto en defensa, teniendo que pasar del 2% del PIB actual a un 3,5%.

Según el profesor Guntran Wolff, uno de los autores del informe «Aunque la escala sea inicialmente considerable, en términos económicos es manejable en relación con la fortaleza económica de la Unión Europea. Los costes adicionales solo equivaldrían a alrededor del 1,5% del PIB de la (UE). Es mucho menos que lo que se tuvo que movilizar para superar la crisis durante la pandemia de COVID». El analista Guntran Wolff alerta sobre el hecho de que «Rusia podría contar con el potencial militar para atacar a los estados de la UE en los próximos tres a diez años».

Por tanto, «debemos clasificar esto con un peligro real», esgrime este experto, para quien este es un motivo más para que Europa trate de «evitar una victoria rusa en Ucrania, lo que podría impulsar aún más la agresión rusa». Para tener el ejército propio se debe superar la falta de coordinación militar entre los países europeos. De acuerdo con los datos del Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), en 2024 los países europeos – los Veintisiete más Reino Unido – contaban con 1,47 millones de efectivos militares en sus fuerzas armadas. Sin embargo, según advierte el análisis de Bruegel y Kiel, no existe un mando unificado que les coordine.

«Si cada país intenta defenderse por sí mismo en solitario costará más», alega Guntran Wolff. «La seguridad individual es más cara que la seguridad colectiva. La coordinación más estrecha y la adquisición conjunta (de armamento) son esenciales», esgrime este experto. Una solución sería recabar 125.000 millones de euros anualmente los próximos cinco años a nivel de la UE, mientras los Estados miembro se comprometen de forma gradual a aumentar su parte no financiada por deuda del gasto en ese periodo. «Una gran guerra en Europa sería muchas veces más costosa que invertir en una disuasión efectiva ahora. Todo dependerá de lo efectivamente que se gaste el nuevo dinero prestado», admite.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen expuso su plan para movilizar 800.000 millones de euros para el rearme de Europa: más gasto nacional y un fondo común de Defensa. La presidenta de la Comisión Europea estima 650.000 millones de euros en gasto nacional en un periodo de cuatro años y habilita a los países para usar el dinero de los fondos de cohesión.

«La seguridad de Europa está amenazada de una manera muy real. Estamos en la era del rearme y Europa está dispuesta a aumentar masivamente el gasto en Defensa», dijo Ursula Von der Leyen. La líder del ejecutivo comunitario envió a los Veintisiete una carta con cinco planteamientos para financiar un mayor gasto en Defensa, cifrado en 800.000 millones de euros y bautizado con el nombre de «RearmEurope».

En primer lugar, propuso suspender las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento activando la cláusula de salvaguardia nacional, un mecanismo que excluirá de los cálculos de deuda y déficit las inversiones en industria militar. «Si los estados incrementan su gasto en 1,5% de su PIB pueden crear un espacio 650.000 millones en un periodo de cuatro años», según la dirigente germana.

En segundo lugar, Von der Leyen, plantea un nuevo instrumento que proporcionará 150.000 millones de euros en préstamos a los estados miembros para inversión militar. «Se trata de gastar mejor y juntos». Hablamos de capacidad panaeuropea para defensa aérea, sistemas de artillería (misiles y munición), drones y sistemas antidrones. Von der Leyen también plantea otras vías de financiación como «reciclar» el dinero ya asignado en el actual presupuesto, recurriendo, por ejemplo, al dinero de los fondos de cohesión (ayudas para financiar la infraestructura las regiones más desfavorecidas) para desviar una parte hacia proyectos militares.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló este martes que el año 2030 es el plazo límite para que Europa sea capaz de defenderse militarmente. Este objetivo pasa por elevar la producción armamentística a través de compras conjuntas de material europeo y abriéndose a que la Comisión Europea aplique medidas de simplificación para reforzar la base industrial europea. Para el 2030, Europa tiene que culminar el proceso de rearme y contar con la base industrial y la coordinación en las compras militares para proveer lo que Europa necesite en materia de seguridad.

Bruselas quiere lograr la autonomía respecto a Washington, pero la dificultad siempre está en dar con la tecla para sacar ese dinero. El bloque busca esquivar los futuros vetos de Hungría o Eslovaquia en las conclusiones de los Consejos Europeos, por lo que estas medidas buscan agilizar las acciones y dar la responsabilidad a los estados miembros. De nuevo, deben expulsar a Hungría y Eslovaquia de la Unión Europea y de una nueva OTAN. Otro país que pone trabas es Italia de Giorgia Meloni o la España de Pedro Sánchez.

Está también en consideración utilizar los 210 millones de euros de activos rusos que la Unión Europea mantiene congelados o los cerca de 93.000 millones de euros que aún no han sido solicitados del «Instrumento de Recuperación y Resiliencia» que fue aprobado tras la pandemia de la covid-19, aunque ambas opciones deberán aprobarse en el Consejo Europeo. El peso político internacional de Europa sigue siendo significativo gracias a su presencia en el Consejo de Seguridad de la ONU con Francia y el Reino Unido como miembros permanentes y su capacidad nuclear. Pero no se debe olvidar que el Consejo de Seguridad de la ONU en pocos años puede llegar a ser una pieza de museo. Sin embargo, para consolidar su influencia, necesita una política exterior más cohesionada, capaz de responder a los desafíos globales con una sola voz.

Según la «Federación de Científicos Americanos», Estados Unidos y Rusia poseen en la actualidad aproximadamente el 88% del inventario total de armas nucleares del mundo. Se estima que Francia tiene 290 cabezas nucleares y el Reino Unido 225, según la Federación. Pero se mantiene en secreto que en Europa hay armas nucleares escondidas por pedido de Estados Unidos. Y la presencia de estas armas nucleares de Estados Unidos en territorio europeo vuelve a tener una importancia capital.

El armamento nuclear es lo que inclina la balanza y hasta ahora, es la carta que es usada por parte de Rusia como amenaza al resto del mundo, que lamentablemente tanto Estados Unidos como Europa han comprado. Es entendible lo de Rusia, ya que Rusia en un combate casi tradicional está perdido, tiene graves problemas para abastecer tropas en combate, y como se supo hace unas semanas, Vladimir Putin está mandando a los abuelos al frente de guerra, los rusos mayores de 50 años hasta 70 años, se alistan como soldados contratados.

En la guerra de Ucrania el perfil demográfico de los soldados rusos es muy cambiante y eso está documentado por la base de datos reunida a lo largo de tres años por el medio de investigación independiente ruso Mediazona, en colaboración con el servicio ruso de la BBC y otras organizaciones y publicado este martes por el Financial Times. Los hombres rusos desde los 50, 60 o 70 años están luchando y muriendo en los frentes ucranianos, estos hombres son reclutados como «voluntarios» bajo promesas de sustanciosos salarios y bonificaciones económicas.

La presencia de armamento nuclear en Europa, cobra trascendencia en momentos como este, ya que Europa debe desarrollar su propia defensa al margen de la OTAN mientras esta Alianza sea funcional a Estados Unidos, al país de Donald Trump. Como dije anteriormente, hay armamento nuclear al margen de Francia y Reino Unido, que se encuentran «ocultas» como parte de los acuerdos de la OTAN, los detalles de sos acuerdos deben estar muy bien clasificados.

En Europa, sólo dos naciones cuentan con arsenales nucleares independientes, Francia y el Reino Unido. Según estimaciones del «Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo» (SIPRI): Francia tiene aproximadamente unas 290 ojivas nucleares, de las cuales 280 están desplegadas y operativas, principalmente en submarinos y aviones con capacidad nuclear. Reino Unido mantiene un arsenal de unas 225 ojivas, de las cuales unas 160 están activas, integradas en su Sistema Trident, basado en submarinos nucleares de la clase Vanguard. Estos dos países, Francia y Reino Unido, en conjunto suman unas 515 ojivas nucleares, y representa una fuerza disuasoria significativa en el contexto de la seguridad continental.

Estos reclutas de la tercera edad descansan mientras reciben entrenamiento de asalto de combate bajo la supervisión de oficiales del Distrito Militar Sur de Rusia.

Hay que decir que ni Francia ni el Reino Unido comprometen plenamente sus arsenales a la estrategia nuclear colectiva de la OTAN. Francia, en particular, ha mantenido una postura de independencia estratégica desde la época del general Charles de Gaulle, mientras que Reino Unido colabora más estrechamente con Estados Unidos, aunque conserva el control soberano de sus armas. Sin embargo, de acuerdo al programa de reparto nuclear de la OTAN, esto permitió que armas nucleares estadounidenses sean almacenadas en países europeos no nucleares, y están listas para ser utilizadas por aviones de la Alianza en caso de guerra, bajo estrictos controles de Washington.

Según el «Center for Arms Control and Non-Proliferation» y de otros centros de investigación, dicen que Estados Unidos mantiene alrededor de 150 bombas nucleares de gravedad B-61 en Europa. Estas bombas tácticas, están diseñadas para ser lanzadas desde aviones de combate como el F-35A o el Eurofighter Typhoon, y están distribuidas en cinco países: Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía. Ningún país que tiene almacenadas estas bombas lo va a reconocer de manera oficial, pero no deja de ser un secreto a voces desde la Guerra Fría, el lugar donde se encuentran ubicadas también son conocidas.

Italia, tiene unas 70 bombas nucleares en las bases de Aviano y Ghedi, Bélgica tiene unas 20 bombas en la base de Kleine Brogel. Alemania tiene 20 en la base de Büchel. Y los Países bajos almacena unas 20 en la base de Volkel. Turquía tiene unas 50 en la base de Incirlik, aunque su número exacto ha sido objeto de especulación debido a tensiones políticas recientes. Estas bombas nucleares, están custodiadas por fuerzas estadounidenses en tiempos de paz, y para su uso requieren la aprobación tanto de Washington como del país anfitrión para ser utilizadas en un conflicto.

Este total de 150 ojivas nucleares es solo una pequeña, pero importante fracción del arsenal nuclear estadounidense, que asciende a unas 5.328 ojivas nucleares de las cuales 1.679 están desplegadas, según la «Nuclear Threat Initiative». La importancia de estas ojivas nucleares desplegadas en Europa es importante, pese a su cantidad, es que, en una hipotética guerra nuclear, Rusia no solo debe concentrarse en Estados Unidos sino en un abanico más amplio.

El despliegue de armas nucleares estadounidenses en Europa comenzó en la década de 1950 bajo la administración de Dwight D. Eisenhower, como parte de la estrategia de disuasión frente a la Unión Soviética. En su apogeo, en 1971, se estima que había unas 7.300 ojivas estadounidenses en el continente. Pero, al entrar en vigor el «Tratado de No Proliferación Nuclear» (TNP) y el fin de la Guerra Fría, este número se redujo notablemente. Las bombas B-61 han sido modernizadas a la versión B-61-12, más precisa y adaptable, lo que refleja el compromiso de Estados Unidos de mantener una presencia nuclear táctica en Europa frente a las crecientes tensiones con Rusia, al menos hasta la llegada del nuevo Trump pro Putin.

En cuanto a Rusia, posee el arsenal nuclear mas grande del mundo, posee un total de 5.977 ojivas. No obstante, alrededor de 1.500 fueron retiradas y están pendientes de desmantelamiento. De las restantes, aproximadamente 1.588 están desplegadas, es decir, instaladas en misiles o almacenadas en bases con fuerzas operativas.

En 2024, en plena guerra por la invasión de Ucrania, Polonia expresó su interés en unirse al programa de reparto nuclear, y le solicitó a Estados Unidos alojar armas nucleares en su territorio para fortalecer su flanco oriental frente a Rusia. Aunque esta propuesta aún no se ha materializado, subraya cómo la percepción de amenaza en Europa del Este podría alterar el equilibrio nuclear en el continente.

Con un total aproximado de 665 ojivas nucleares en Europa, 515 de Francia y el Reino Unido, más las 150 de Estados Unidos, el continente sigue dependiendo en gran medida del paraguas nuclear estadounidense. Pero creo que hay un enorme error de evaluación, en una guerra nuclear con la primera centena de ojivas nucleares lanzadas, será el fin de la Historia. En estos días de rearme intelectual, hay voces en Alemania y otros países han comenzado a plantear si Europa debería desarrollar su propia capacidad nuclear, sobre todo frente a un Estados Unidos que podría reorientar sus prioridades hacia Asia o reducir su presencia en la OTAN.

Los países que tienen armas nucleares en el mundo son nueve: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia, Corea del Norte, Paquistán, India e Israel. Europa debe tener su propio arsenal nuclear independiente, más con la incertidumbre sobre el compromiso futuro de Estados Unidos con la OTAN, mejor dicho, con Europa, bajo cambios políticos de los gobiernos de turno, como los de la administración Trump.

El único que no cambia es Rusia, ya sea la Rusia bolchevique, la Unión Soviética, que en 1918 firmó un tratado con Alemania por el que se comprometía a reconocer la independencia de Ucrania, retirar sus fuerzas y cesar la propaganda en territorio ucraniano. Al mismo tiempo, Kyiv firmó un acuerdo con Alemania para intercambiar recursos naturales, en especial grano y carne, a cambio de la presencia alemana sobre el terreno para proteger su independencia.

Luego de un año, el acuerdo naufragó, Alemania se retiró, el Ejército Rojo ruso entró en Ucrania y el Estado de Ucrania dejó de existir. Tuvieron que pasar 104 años desde entonces hasta la invasión rusa de 2022 para que Europa reconociera por fin que Ucrania le pertenece poniéndola en la vía del proceso de adhesión a la Unión Europea. Moscú nunca cambia realmente, no importa si son los Romanov, los bolches, Putin o los que vengan, pero Europa debería hacerlo, debe cambiar.

19 de marzo de 2025.