JOSE MUJICA
EL RELATO SUDAMERICANO
Ricardo Veisaga
José Mujica, o José Antonio Mones Morelli, ex presidente del Uruguay.
José Mujica, alias José Antonio Mones Morelli, es un verdadero self made man, hecho o construido a sí mismo a partir de un relato. Esto es posible y a menudo sucede en todo el mundo, pero en iberoamérica es tan natural como el agua o como el aire, sólo allí es posible que un guerrillero se levante en armas contra un gobierno constitucional, un gobierno democrático y luego con los años llegue a ser un presidente constitucional, y jurar por la misma Constitución que pretendió liquidar.
¿Pero qué es un relato? Las definiciones académicas dicen que es un conocimiento que se trasmite, por lo general en detalle respecto a un cierto hecho, el término «relato» tiene su origen en el vocablo latino relātus, también se hace extensivo a los «cuentos» y a las narraciones poco extensas. Como género literario, un relato es una forma narrativa cuya extensión es inferior a la «novela».
La Literatura Universal nos muestra a muchos autores que han desarrollado su carrera en el ámbito del relato, por ejemplo, Jorge Luis Borges. Los relatos pueden ser ficticios, o de no-ficción (como las noticias periodísticas), en ambos casos se mantiene el estilo narrativo, aun cuando no sea lo mismo escribir o relatar una obra de ficción, que informar sobre hechos verídicos o supuestamente verídicos. El relato trasciende la literatura y la palabra escrita. La función del relato no es la de «representar», sino montar un espectáculo.
Cuando alguna persona (en este caso un político) le cuenta algo a otro o a otros, está relatando una situación, está construyendo un relato. Cada vez que el incapaz presidente bolivariano Nicolás Maduro, ante la falta de los más elementales alimentos básicos, la falta de papel higiénico, el fracaso de su industria petrolera, lo que hace es endurecer su régimen totalitario y dictatorial, encarcelando a sus opositores políticos, amordazando a la prensa, para consolidar su poder y tratar de disimular el atroz fracaso del modelo populista e intervencionista del Socialismo del Siglo XXI (Chavismo), con sus absurdas y delirantes denuncias está construyendo su relato.
Cuando «la Vieja» Cristina Fernández de Kirchner, viuda del ex presidente Néstor Kirchner «el Tuerto» (la vieja y el tuerto, llamados así por José Mujica) sostiene que su gobierno (ella) construyó un modelo asentado en sus supuestos logros que los describe en sus discursos como si fueran reales o ciertos, está construyendo un relato. No importa que ese relato no sea real, la plebe, las masas, la popular lo compra por real, eso es lo que importa, aunque no sea verificable ya que se basa en la pura ficción o manipulación.
Basta como ejemplo el discurso de la vieja Cristina Fernández de Kirchner ante la FAO, en su intervención ante la oficina para la Alimentación y la Agricultura de la ONU, la presidenta argentina afirmó que la tasa de pobreza de su país no llega al 5%. Según esto Argentina tendría una tasa de pobreza más baja que la registrada en Suiza, Noruega, Finlandia o Dinamarca.
¿Alguien en su sana razón pude creer de verdad que Argentina goza de una situación de bienestar y desarrollo socioeconómico superior a la de los países más ricos del mundo? La verdad es que el gobierno peronista de los Kirchner manipula día a día las estadísticas, por ese motivo la revista The Economist advirtió que la fiabilidad de las estadísticas elaboradas por el gobierno, era absolutamente nula, por tal motivo el prestigioso semanario inglés dejó de tomar en cuenta las mismas.
Mucha tinta ha corrido por la figura del Pepe Mujica, por su forma de vivir, su modo de hablar, su personalidad, mucha gente (incluido muchos de mis amigos, se llenaban la boca hablando de él con admiración), decían que era un modelo para todos los presidentes y políticos del mundo, que era la honradez y otras bobadas por el estilo. También se hablaba lo mismo de Alan García en su primer gobierno, cuando se negaba a pagar al FMI, recuerdo los afiches pegados en las calles de Buenos Aires con la figura de Alan y una leyenda que decía: «Argentina dame un presidente como Alan García».
Los idiotas no se habían percatado que Perón se había anticipado a todos ellos. Mi oficio entre otros quehaceres es la política, no la política práctica, en estos momentos tan desprestigiada, y por lo tanto esas declamaciones poéticas o psicológicas sobre pepe Mujica me resbalaban y aun me resbalan. En el medioevo le preguntaron alguna vez al filósofo y teólogo Santo Tomás de Aquino sobre quien debía gobernar, «si el sabio, el santo o el prudente».
Prudente se llamaba también al político (al ser la prudencia política una de sus mayores virtudes). El gordo Tomás con total seguridad respondió: «que el sabio nos enseñe, que el santo rece por nosotros y que el prudente nos gobierne». Así que si Mujica vivía en la pobreza o donaba casi todo su sueldo (se quedaba con 1200 dólares, en Uruguay es mucho dinero), me importa un rabanito, primero política. La historia está llena de malas noticias sobre las cruzadas moralistas, ejemplo de ello es el monje Savonarola.
Es innegable que la figura del «Pepe» sobresalió sobre sus pares más por contraste que por méritos propios, la popularidad internacional de Mujica fue coincidente en un tiempo donde los gobiernos corruptos se multiplicaban por doquier, a eso se debe la fascinación que despertaba en personas (gente de a pie, periodistas y políticos), de países como España, en Brasil, Argentina y otras latitudes.
Pero Mujica no fue un gran presidente, pese a ser muy querido por sus seguidores y respetado por sus opositores. Se supo desenvolver con cierta astucia en los tiempos que todo estaba bien, en tiempos de bonanza, cuando había manteca «para arrojar a los techos», frase atribuida a la época dorada de la Argentina, previo a los populismos. No cometió groserías ni la pifió como el conductor de tranvías Nicolás Maduro, ni la «Vieja» (para llamarla como Mujica) Cristina F. de Kirchner, que realizaron el mayor milagro económico de fabricar crisis en el mejor de los tiempos económicos posibles.
¿Pero quién es en realidad José Mujica «el Pepe» o, José Antonio Mones Morelli? ¿Son dos personas distintas o un sólo Mujica verdadero? La edulcorante Wikipedia nos dice que: José Alberto Mujica Cordano, nació en Montevideo, 20 de mayo de 1935, conocido como Pepe Mujica, político uruguayo, y 40º presidente entre 2010 y 2015. Con un pasado guerrillero, fue elegido diputado y senador para posteriormente ocupar el cargo de ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca entre 2005 y 2008.
Fue el líder del Movimiento de Participación Popular, sector mayoritario del partido de izquierda Frente Amplio, hasta su renuncia el 24 de mayo de 2009. Desde 2005 está casado con la senadora y dirigente histórica del Movimiento de Participación Popular, Lucía Topolansky (1944- ), tras una prolongada convivencia. Su padre era un pequeño estanciero que se encontró en quiebra poco antes de morir, en 1940, cuando Mujica tenía seis años.
Cursó sus estudios primarios y secundarios en la escuela y liceo público del barrio donde nació. Terminado el ciclo básico, ingresó a preparatorios de Derecho en el Instituto Alfredo Vásquez Acevedo, ciclo que no llegó a terminar. A la edad de 13 años, y hasta los 17, comenzó a practicar ciclismo corriendo en representación de varios clubes y en todas las categorías. En la década de los sesenta se integró al «Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros», con el que participó en operativos guerrilleros, al tiempo que trabajaba en su chacra hasta que, requerido por la policía, se refugió en la clandestinidad.
Durante el gobierno de Jorge Pacheco Areco la violencia fue en aumento. El Poder Ejecutivo utilizó reiteradamente el instituto constitucional de las medidas de seguridad para hacer frente a la guerra de guerrillas, así como a la creciente oposición de sindicatos y gremios frente a sus políticas económicas.
Participó en enfrentamientos armados y fue herido de seis balazos. Fue apresado cuatro veces y, en dos oportunidades, se fugó de la cárcel de Punta Carretas. En total, Mujica pasó casi quince años de su vida en prisión. Su último período de detención duró trece años, entre 1972 y 1985. Fue uno de los dirigentes tupamaros que la dictadura cívico-militar tomó como «rehenes», lo que significaba que serían ejecutados en caso de que su organización retomara las acciones armadas.
En esa condición, pautada por el aislamiento y por duras condiciones de detención, Mujica permaneció once años. Entre los rehenes también se encontraba Eleuterio Fernández Huidobro, actual ministro de Defensa Nacional, y el líder y fundador del MLN-Tupamaros, Raúl Sendic. Luego del retorno a la democracia salió en libertad, beneficiado por la Ley nº 15.737 del 8 de marzo de 1985, que había decretado una amnistía de delitos políticos, comunes y militares conexos con estos, cometidos a partir del 1º de enero de 1962.
Tras algunos años de la apertura democrática creó, junto con otros referentes del MLN y otros partidos de izquierda, el Movimiento de Participación Popular (MPP), dentro del «Frente Amplio». En las elecciones de 1994 fue elegido diputado por Montevideo. Mujica manifestó sentirse «como un florero» al comenzar su actividad parlamentaria. No obstante, su presencia en la arena política fue llamando la atención de la gente, ya que Mujica supo capitalizar el descontento.
En las elecciones de 1999 fue elegido senador. Simultáneamente, su sector político apuntaba a una estrategia de acumulación. Ese mismo año se publicó el libro Mujica, de Miguel Ángel Campodónico, donde se recogía la vida y pensamiento del guerrillero convertido en político. El 1 de marzo de 2005 el presidente Tabaré Vázquez, lo designó ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca. Fue acompañado en la subsecretaría por Ernesto Agazzi, de profesión ingeniero agrónomo.
En palabras del propio Mujica, «el verdadero ministro iba a ser Agazzi». En los hechos, la actuación de Mujica en el elenco gubernamental se asimiló más a la presencia de un operador político y a un generador de opinión con una novedosa capacidad de diálogo con la sociedad. En particular, se destacó por sus expresiones curiosas, sus comentarios sorprendentes y sus «salidas de tono». Esto gustó en muchos sectores de la ciudadanía, por la franqueza de los planteamientos. Aunque también hubo quienes se quejaron de la supuesta falta de profesionalismo del titular ministerial.
Abandonó el cargo el 3 de marzo de 2008, dejándole el puesto a su entonces viceministro Ernesto Agazzi. Desde entonces regresó a su banca en el Senado y en todos los medios, tanto políticos como de prensa, se mencionó con insistencia su eventual postulación presidencial, más allá del favoritismo del presidente Vázquez por Danilo Astori. Pronto Mujica comenzó a generar hechos políticos que hablaban a las claras de su voluntad de candidatearse a la presidencia, como la visita al matrimonio Kirchner en Argentina.
Esta visita fue muy comentada, dado que en esos momentos, Uruguay y Argentina pasaban por una situación diplomática comprometida, con incesantes intercambios de agresiones entre los gobiernos de las dos orillas; Mujica reivindicó una actitud de acercamiento entre pueblos hermanos. (En especial con el Tuerto y la Yegua, o la Vieja) este agregado es mío.
El Congreso Extraordinario «Zelmar Michelini» del Frente Amplio, de los días 13 y 14 de diciembre de 2008, además de resolver el programa de gobierno para un nuevo período, proclamó como candidato oficial para las elecciones internas del año 2009. Antes de las elecciones, Mujica recibió el apoyo del kirchnerismo; incluso tenía un mitin programado en Mar del Plata, que debió suspender tras la fuerte crítica de su partido.
Mujica resultó elegido como candidato a la presidencia por el Frente Amplio, tras vencer a sus competidores con un 52,02% de los votos totales. Durante la campaña electoral Mujica apuntó a un cambio de imagen, abandonó su atuendo informal vistiendo en varias oportunidades con traje a medida, aunque nunca usó corbata. El 25 de octubre de 2009, Mujica ganó con una votación cercana a la mitad del total de votos válidos, lo cual le valió disputar el balotaje contra Luis Alberto Lacalle el 29 de noviembre.
Fue electo presidente con un porcentaje superior al 52% de los votos. Mujica y su esposa viven con gran austeridad, desde hace décadas, en una chacra en la zona de Rincón del Cerro, donde se dedicaron al cultivo de flores como actividad económica. Al asumir como presidente de la República, en vez de trasladarse a la residencia presidencial de Suárez y Reyes, el matrimonio decidió permanecer en su residencia, lo que implicó agregarle mejoras en materia de seguridad y en comunicaciones.
Desde fines de 2013, el laureado realizador cinematográfico Emir Kusturica se encuentra abocado a la tarea de filmar un documental sobre la vida de José Mujica, a quien considera «el último héroe de la política». Disculpemos a Kusturica por su ignorancia política.
Su popularidad jamás fue igual en el exterior como en su país, en su país es diferente la gente lo veía gobernar día a día, pero también hay quienes sostienen que el Pepe llevó al extremo un estilo que es propio del Uruguay, no es una invención suya, la gente no sabe que Uruguay siempre fue un país dependiente de sus vecinos y que ha estado exportando ciudadanos debido a sus carencias.
Hay que reconocer que ningún presidente vivió su período de gobierno en una modesta chacra en las afueras de Montevideo, ni tuvo un perro de tres patas, ni recibió a los periodistas montado en un tractor (como si hubiera estado arando todo el día) ni vistió con tanto desaliño. Y que se trasportaba en su Fusca (aunque no lo usaba cuando estaba en funciones, si bien el auto oficial era de todos modos modesto).
Por tradición un presidente uruguayo debe mostrar o aparentar austeridad, sin importar su estatus social, moverse con la menor custodia posible, concurrir a lugares públicos (con gente de prensa esperando, ya pautado), comer en lugares comunes, entrar a conversar a cualquier café. Eso fue siempre así, pero el Pepe lo elevó a la décima potencia como parte de su «relato».
La prensa internacional decía que, al llegar a su chacra, puede verse desde la calle la ropa de Mujica y su esposa, la senadora Lucía Topolansky, tendida al aire una mañana de primavera austral. Sentado a la sombra, a un lado del portón de entrada. Vistiendo un viejo pantalón de algodón arremangado, polo y chaqueta deportiva, acompañado de su pequeña perra Manuela -mestiza y con una pata amputada-.
«No tengo religión, pero soy casi panteísta: admiro la naturaleza», le confesó a BBC Mundo. «La admiro casi como quien admira la magia». El viejo mito de la madre Naturaleza. Suena un teléfono y Mujica saca del bolsillo un viejo celular plegable atado con una banda elástica, la banda se rompe, pero le hace un nudo mientras habla, y lo coloca alrededor de su móvil. «No me disfrazo de presidente y sigo siendo como era», comenta.
Dona casi el 90% de su sueldo para caridad (12.500 dólares mensuales), y según su última declaración de bienes tiene con Lucía Topolansky un patrimonio de unos 200 mil dólares: la chacra, dos viejos autos Volkswagen «escarabajo» y tres tractores. Es un estilo de vida que no ha pasado desapercibido en la prensa internacional y las redes sociales, que lo han llamado el «presidente más pobre del mundo».
Muchas personas escucharon loas sobre José Mujica, como un hombre honesto, el presidente más pobre del mundo, etc., etc. Ser el más pobre del mundo en el Uruguay no es ningún mérito, eso es normal. Pero nunca escucharon que le dijeran «LADRON, ASESINO, GUERRILLERO». Para entender eso, vamos por partes, como dijo Jack «el Destripador», ¿Quiénes fueron los Tupamaros? (abreviación de Tupac Amaru).
El Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), fue un movimiento político de Uruguay que tuvo una etapa de actuación como guerrilla urbana de izquierda radical durante los años 1960 y principios de los 70. Este movimiento surgió a partir de la vinculación de varios grupos dispersos de la izquierda política uruguaya, más el aporte de varios militantes individuales. A pesar de la diversidad ideológica de los primeros tiempos (partido socialista, anarquistas, maoístas) terminó imponiéndose en ellos la visión marxista de la realidad histórica, fueron marxistas-leninistas.
Según el dirigente de la organización Eleuterio Fernández Huidobro, el nacimiento de los tupamaros tuvo lugar formalmente en 1965. No obstante, esto, en 1963 ya habían ocurrido un asalto al Tiro Suizo y otro al Banco de Cobranzas (en el cual fueron apresados Julio Marenales y Jorge Manera). Fue organizado como respuesta a una serie de incidentes entre grupos de izquierda y de ultraderecha a principios de los años 1960, el movimiento tupamaro tuvo, como otros de su tiempo en varios países de iberoamérica, una identificación con la Revolución Cubana de 1959, que influyó en su camino ideológico y en sus acciones posteriores.
Se organizó entonces como un grupo guerrillero, en donde primaba la lucha armada como medio de la toma del poder, y que en un principio no tuvo vinculación con ningún partido político existente. Según, narraron con posterioridad sus fundadores, en los primeros tiempos las acciones del MLN-T eran acciones más de aprovisionamiento de armas y de fondos para una lucha de mayores proporciones.
Sin embargo, la opinión pública de la época quedó hondamente impactada (a favor o en contra) ante la aparición de la lucha política armada en el Uruguay. En el mes de diciembre de 1966, asaltan un local de FUNSA, y en la que resulta un guerrillero muerto; pronto caería la dirección de la organización guerrillera, desarticulándose de momento el movimiento. Luego de ser prácticamente desbaratado por la policía en 1966, el MLN-T se recuperó, comenzando una serie de acciones que combinaban el acopio de fondos y materiales para la organización y la propaganda política.
Las acciones de Tupamaros le dieron un prestigio en el extranjero y en algunos casos con visos románticos, como se puede notar en cierta literatura de la poca y posterior. Por su parte, dentro del país el MLN-T despertó fuertes resistencias. En primer lugar y como era lógico, del sistema político tradicional, por entonces muy deteriorado por la crisis económica desatada desde 1955. Los políticos blancos y colorados condenaron la lucha armada, por más que algunos de ellos, como luego se comprobó, habían mantenido contactos secretos con los tupamaros.
La dictadura militar uruguaya comenzó el 27 de junio de 1973 y se extendió hasta el 28 de febrero de 1985. El movimiento tupamaro comenzó sus acciones guerrilleras en plena democracia el 5 de mayo de 1962 y es derrotado en 1972, el terrorismo comienza diez años antes del golpe de estado y es liquidado antes del comienzo de la dictadura militar.
El líder tupamaro Martínez Platero niega que los tupamaros quisieran «defender la democracia» sino que alentaban «un objetivo socialista clarísimo, procubano» que era «hacer la revolución». Tampoco hay duda de que Pepe Mujica estuvo dentro de este grupo guerrillero. «Robábamos autos de los estacionamientos, especialmente escarabajos, los retocábamos y los volvíamos legales», ahora entiendo de dónde le viene la predilección por los Volkswagen al querido Pepe, tiene dos en su chacra.
Los asesinatos.
Entre 1966 hasta su derrota en 1972, los Tupamaros protagonizaron 32 ataques a propiedades, 45 atentados, 50 copamientos, 7 fugas masivas, 134 robos y 23 secuestros. Fueron muertos 54. Cronología de algunos actos terroristas cometidos en plena democracia (1962-1972) por los Tupamaros.
5 de mayo de 1962 es asesinada a balazos la estudiante de enfermería Dora Isabel López de Oricchio, cuando Raúl Sendic y varios cañeros asaltaron e incendiaron la sede de la Confederación Sindical del Uruguay. 31 de julio 1963: asalto Tupamaro al Tiro Suizo: para apoderarse de armamento. 12 de septiembre 1964: asalto Tupamaro a una sucursal del Banco de Cobranzas. Diciembre de 1966. Asalto a un local de FUNSA. 1 de julio de 1968, ataque de los Tupamaros a Radio Ariel, cuya planta emisora es volada con una bomba.
7 de agosto 1968: primer secuestro de la guerrilla, en la persona de Ulysses Pereyra Reverbell, presidente de UTE. 29 de noviembre 1968: los Tupamaros asaltan el Hotel Casino Carrasco y se apropian de varios millones de pesos. 16 de febrero de 1969: asalto del MLN-Tupamaros a la Financiera Monty donde se alzan con una importante cantidad de valores y dinero en efectivo. 18 de febrero 1969: Asalto al Casino San Rafael de Punta del Este, donde roban un botín de 70 millones de pesos.
Abril del 1969: son asaltadas tres sucursales bancarias de Montevideo por el MLN- Tupamaros. 15 de mayo 1969: el MLN interrumpe la emisión deportiva de Radio Sarandí, donde el legendario Carlos Solé relataba un partido entre Nacional y Estudiantes de la Plata, y emite un comunicado. 20 de junio 1969: El MLN- Tupamaros incendia las oficinas de la General Motors. 8 de julio 1969: los Tupamaros matan al agente Germán Garay Lamas (51, 5 hijos), que se resistió a entregar su arma.
16 de julio 1969: La organización guerrillera OPR33 roba, del museo Lavalleja, la bandera de los Treinta y Tres Orientales, la que nunca más fue devuelta. Septiembre de 1969: es secuestrado por el MLN el banquero Gaetano Pellegrini Giampietro, liberado 72 días más tarde pagando un rescate. 8 de octubre 1969: toma de Pando por el MLN-Tupamaros, donde asesinan a un policía (Enrique Fernández Díaz) y a un civil (Carlos Burgueño).
12 de noviembre 1969: mueren, en el curso de un operativo, el agente policial Juan Antonio Viera. 15 de noviembre 1969. Guerrilleros del MLN asesinan en la plataforma de un ómnibus al agente policial Carlos Zambrano. 8 de marzo 1970: Trece tupamaras presas se escapan mientras asistían a una misa. 5 de abril 1970: El MLN asalta las oficinas de la empresa Mahilos, apropiándose de dinero y lingotes de oro. 13 de abril 1970: el MLN-T asesina al inspector policial Héctor Moran Charquero.
30 de mayo 1970: asalto del MLN al Centro de Instrucción de la Armada, llevándose un cuantioso botín en armas. 4 de julio 1970. El MLN Tupamaros mata al agente Armando Leses, que custodiaba la casa de un jefe policial. 28 de julio 1970: Es secuestrado por el MLN el Juez Daniel Pereira Manelli, liberado poco después. 31 de julio 1970: El MLN secuestra al diplomático brasileño Aloysio Días Gomide y al funcionario de la embajada americana Dan Anthony Mitrione. 7 de agosto: el MLN secuestra a Claude Fly, funcionario americano contratado por el Ministerio de Ganadería y Agricultura.
9 de agosto 1970: aparece el cuerpo de Dan A. Mitrione (diplomático americano), ejecutado por el MLN-T. 29 de Setiembre 1970: atentado con bombas contra el Bowling de Carrasco; en la acción asesinan a la humilde cuidadora del lugar Hilaria Ibarra. 8 de enero de 1971: es secuestrado por el MLN el Embajador británico Geoffrey Jackson. 10 de enero 1971: es asesinado el agente Leonardo Villalba. 21 de febrero 1971: es liberado el Cónsul brasileño Gomide a cambio del pago de un rescate.
10 de marzo 1971: el MLN secuestra a Guido Berro Oribe, Fiscal de la Corte, liberado después. 30 de marzo 1971: segundo secuestro de Ulysses Pereira Reverbel. 13 de abril 1971: el MLN secuestra al empresario Ricardo Ferrés. 14 de mayo 1971: secuestrado Carlos Frick Davie, ex ministro de Ganadería y Agricultura. 12 de Julio 1971: es secuestrado el empresario Jorge Berenbau, director de la empresa textil Hytesa; es liberado tras pagar un rescate. 28 de julio 1971: 38 presas se escapan de la cárcel de mujeres.
30 de Julio 1971 Kauslauskas Markeviciute Ildefonso, agente de segunda es ultimado de dos balazos en la nuca en el Parque Municipal Vaz Ferreira en el Cerro. 5 de septiembre 1971: se fugan de la cárcel de Punta Carretas 106 tupamaros y 6 presos comunes. 2 de septiembre 1971: dos funcionarios policiales coraceros que estaban de guardia en la puerta del hospital Pedro Visca son ejecutados por la espalda a balazos por un comando tupamaro. 21 de diciembre de 1971: con una sobredosis de pentotal los tupamaros asesinan al peón rural Pascasio Báez Mena, quien descubrió por pura casualidad una guarida -tatucera-, que estaba ubicada en la estancia Espartaco, en Ruta 9 a unos 10 Km. de la ciudad de Pan de Azúcar. Exhumación de los restos de Pascasio Báez. Henry Engler, autor del asesinato reside en Suecia.
27 de enero 1972: un grupo del MLN-T asesina al Jefe de Seguridad del Penal de Punta Carretas Inspector Rodolfo Leoncino cuando esperaba un ómnibus en la esquina de su domicilio. Siendo sus responsables Alberto Cía del Campo, Carlos López, Eduardo Bonomi (ex ministro de Trabajo y Seguridad Social) y Armando Blanco Katras (Fuente Radio Gral. Artigas). 11 de marzo en 1972: es secuestrado Sergio Molaguero, hijo de un empresario de una fábrica de calzado de Santa Lucía, a quien se torturó y mantuvo en cautiverio por 70 días.
14 de abril 1972: A las siete de la mañana ametrallan y asesinan en la esquina de las calles Rivera y Soca a dos funcionarios policiales (Subcomisario Osear Delega y el agente Juan Carlos Lentes) En el auto quedarán cincuenta balazos. Horas más tarde, dos hombres matan con metralla al Capitán de Corbeta Ernesto Moto en la avenida Roosevelt en la ciudad de Las Piedras. A media mañana Armando Acosta y Lara, ex ministro del Interior y ex interventor de Enseñanza Secundaria al salir de su casa en el centro de Montevideo. Dos francotiradores disparan desde la ventana del primer piso de la Iglesia Evangélica Metodista que está frente a la casa. Hieren a la esposa y a un custodio. Acosta y Lara, muere antes de llegar al Hospital.
18 de mayo de 1972. En un ataque a la casa del comandante en jefe del Ejército, General Gravina, mueren asesinados cuatro soldados que estaban de guardia: Saúl Correa Díaz, Osiris Núñez Silva, Gaudencio Núñez Santiago y Ramón Jesús Ferreira Escobal. El 18 de marzo de 1970, José Leandro Villalba, funcionario administrativo del Ministerio del Interior, sale de su trabajo en horas nocturnas y en la calle reconoce a José Mujica, quien tiene orden de captura, Villalba comunica el hecho a Radiopatrulla.
Radiopatrulla, en el bar La Vía de la calle Monte Caseros, intercepta a Mujica, quien es gravemente herido luego de un tiroteo con la policía y trasladado al Hospital Militar. Mujica, dirigente del MLN-Tupamaros, ordena «ajusticiar» a Villalba y el 10 de enero de 1971, un comando de seis terroristas lo acribillan, dejando sobre su cadáver panfletos que rezaban: «Así se paga la delación». Y Mujica fue el único imputado en el expediente judicial, por un juez en plena democracia y luego condenado por ese homicidio. Villalba comparte un nicho con 18 agentes más, algo triste y vergonzoso, una tumba sin nombre ni flores, sin placas ni honores…… el único premio a haber muerto por su ingrato país.
La derrota de los Tupamaros.
Tras ser derrotados militarmente y encarcelados, aprovecharon una amnistía general y la vuelta a la democracia para convertirse en movimiento político. La coalición Frente Amplio triunfó en las elecciones generales de 2004, con lo cual muchos de los autores de estos crímenes pasaron a ocupar cargos públicos como senadores, diputados o ministros, incluyendo al actual presidente José Mujica.
Mujica, que recibió nueve balazos, estuvo preso en 1970 y participó en la masiva fuga de 111 presos, de la Cárcel de Punta Carretas de setiembre de 1971. Fue recapturado y volvió a escapar de ese penal, hasta que, en 1972, cuando las «fuerzas conjuntas» (policías y militares) derrotaron al aparato militar tupamaro, fue detenido y pasó a ser uno de los denominados «rehenes» de la dictadura (1973-1985), que estuvieron presos en diferentes cuarteles del país en condiciones propias de un terrorista.
En 1985, con la restauración democrática, fue liberado en el marco de una amnistía impulsada por el gobierno de Julio Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000). José Alberto Mujica Cordano, «el Pepe», tuvo otro nombre: era José Antonio Mones Morelli, nombre de guerra elegido para actuar en la clandestinidad con un grupo de asesinos tupamaros que jamás se arrepintieron de sus crímenes.
La prensa de entonces informaba: «Del tiroteo en el bar “La Vía” ubicado en Larra- ñaga y Monte Caseros, resultaron dos heridos. Un antisocial y un funcionario policial. El “reo” que resultó herido es José Alberto Mujica Cordano (Alias “Emili- ano”), conocido también como “Pepe”, portando documentos a nombre de José Antonio Mones Morelli».
El 21 de diciembre de 1971, la organización criminal «MLN-Tupamaros» –de la que Mujica fue alto dirigente– asesina al peón rural Ramón Pascasio Báez Mena, quien, al tropezar con un escondite (tatucera) –en la estancia «Espartaco»- es capturado por los terroristas que allí estaban. Reunida la cúpula de la organización, decide su asesinato mediante la aplicación de una inyección letal de pentotal. El peón fue enterrado en las cercanías y se constituyó en el primer desaparecido. Los responsa- bles materiales fueron Henry Engler, Israel Bassini Campiglia, Néstor Sclavo, Con- rado Fernández, Jorge Becca, Gloria Etcheveste y Xenia Itté González.
Es este mismo José Mujica quien, a los robos –cometidos por él y sus compinches– les denomina «expropiación» y a los asesinatos les llama «ajusticiamientos», en típico lenguaje marxista. Y que sin el menor desparpajo llegó a decir que esa lucha, con los asesinatos, robos, secuestros y atentados incluidos, fue por un mundo mejor, por una sociedad más justa, por el bien de los pobres, bla, bla, bla. Blatter, toda la cantinela perversa que nos tienen acostumbrados los zurditos.
Ante el Pepe no estamos ante un señor bonachón, romántico en pos de un mundo mejor, amante de su perra de tres pies, manuela, incapaz de matar a nadie. Sino que estamos ante un inescrupuloso líder de una banda criminal que asesinó, robo, secuestró, etc., etc. José Mujica Cordano y José Mones Morelli, son dos nombres, pero una misma persona, que como a todo actor lo maquillan una y otra vez, de acuerdo al papel a representar, le pintan el cabello, lo bañaran más seguido, le pondrán un saco (sin corbata, para que no parezca una tira de chorizos), que de acuerdo a la ocasión ponga cara de Santa Claus, pero sigue siendo el mismo tipillo.
José Mujica, utiliza un lenguaje vulgar e inapropiado, en entrevistas, charlas y debates, tales como: «Si admiro a los Kung San es porque los tipos laburan dos horas para vivir y lo demás lo pasan de joda y de chusmerío». En 2009 catalogó a Argentina como un país que tiene reacciones de «histérico, loco y paranoico». Además, dijo que los Kirchner «son peronistas» y agregó que «los peronistas son patoteros». Bueno, algo en que coincidir con el Pepe.
En 2013, Mujica protagonizó un nuevo papelón durante una conferencia de prensa realizada en la localidad uruguaya de Florida. No habiéndose percatado de que los micrófonos estaban abiertos, trató a Cristina Kirchner de Vieja entre otras linduras, dijo «Esta vieja es peor que el tuerto», en referencia a la presidenta Cristina Fernández y a su difunto esposo Néstor Kirchner a lo que agregó «El tuerto era más político, esta es terca».
Consultado sobre la posible vuelta al poder de Tabaré Vázquez y cómo su retorno podría incidir en la relación con Argentina, Mujica declaró: «Él (Vázquez) no tuvo problemas con Argentina, tuvo problemas con el Tuerto Kirchner, que era bastante baboso. Dios lo tenga en la gloria». En septiembre de 2009, cuando Mujica era candidato a la presidencia de la república y Tabaré Vázquez presidente en funciones (perteneciente a su mismo partido), este último dijo que los dichos de Mujica son «estupideces que yo no comparto».
«El senador Mujica hace declaraciones de tipo personal: algunas de las cuales están enmarcadas dentro de lo que es el Programa de Gobierno del FA y otras no. De estas últimas hay algunas que son compartibles y otras que no comparto. Sobre todo, aquellas que hace criticando a todo y a todos. A veces con una actitud pontifical en un terreno filosofal quedando preso de muchas de estas expresiones, algunas de ellas que son simplemente estupideces, que yo no comparto. Lo expreso libremente, de la misma manera que lo expresa el senador Mujica».
A pesar de la crisis y desempleo que enfrentaba el país, Mujica llegó a proponer traer inmigrantes ecuatorianos para trabajar tierras uruguayas. «El Uruguay tiene cinco o seis millones de hectáreas que, por el momento, una de las producciones cantadas que tienen es la oveja. La oveja es un animal muy productivo, pero aun en Europa, la oveja precisa pastor; hay que estar… En Ecuador hay tres millones de ovejeros, acostumbrados a vivir en la estepa…Esos tipos, en el norte pobre uruguayo, ¡son Gardel!».
Y agregó que, si el Estado uruguayo ofrece tierra a los indios ecuatorianos, estos «se vienen caminando». Pero omitió explicar qué hacer con esos miles de inmigrantes extranjeros pobres y sin educación, en caso de que el sector de la lana decaiga más tarde. En unos pocos años, estos obtendrían la ciudadanía uruguaya cobrando el paro o podrían permanecer ilegalmente en el país, aumentando la delincuencia y la pobreza.
Con respecto al Ejército dijo que hay que mejorar la imagen de la institución para «que la gente diga: Mirá, los milicos están cambiando, hacen cosas útiles». Para mejorar esa imagen propuso entre otras cosas, que la Fuerza Aérea Uruguaya tenga «80 kamikazes».
El instinto primate de autoconservación de Mujica. En su libro que titula: «Llamen al comisario Otero», Raúl Valariño nos habla de un candidato a presidente que pidió desesperadamente que torturaran a su propia pareja, novia o mujer Lucia Topolansky Saavedra en un acto de altísima cobardía y elemental minoridad intelectual como prueba de un instinto primate de autoconservación, cobardía y conducta indigna para el hombre y para un ser humano.
Recuerdo que cuando volví a Montevideo, detuvimos a un importante miembro de la izquierda uruguaya, una figura muy conocida actualmente, a quien los estadounidenses querían interrogar de cualquier manera. Me negué rotundamente. Lo interrogamos nosotros y había puntos oscuros en sus declaraciones, que comparamos con los de su esposa, también detenida. Casi nada coincidía entre las dos versiones. Lo que señalaba la mujer, dejaba en mala posición a su marido y para aclarar los hechos hicimos un careo entre los dos. Enfrentados ambos en mi despacho, la esposa ratificó sus dichos, dejándolo a él en una posición para ser enviado al Juez, quien probablemente con las pruebas aportadas, terminaría procesándolo.
El hombre, desencajado ante lo que decía su mujer, gritaba desesperadamente: ¡Es una cínica! ¡Tortúrela comisario para que diga la verdad! ¡Hágala torturar y comprobará que está mintiendo para perjudicarme!” (…). El que fue interrogado y pidió la tortura de la mujer fue José Alberto Mujica Cordano, actual candidato a presidente por el Frente Amplio en Uruguay, y la mujer susodicha era Lucía Topolansky Saavedra, su actual esposa. Y luego… Primera Dama.
El episodio es similar al que relata George Orwell en la parte final de la novela 1984, cuando el protagonista va a ser objeto de una tortura consistente en abrir la celda de una jaula de ratas hambrientas sobre su cara y tronchado pide que ello se lo hagan a su pareja. En 2012, la revista Monocle designó a Mujica como el mejor presidente del mundo, destacándolo frente al mandatario de Estados Unidos, en un hecho sin precedentes que causó sorpresa y desconcierto en la opinión pública de Uruguay.
El artículo escrito por un idiota Santiago Rodríguez Tarditi, titula: «El héroe político no reconocido de Sudamérica».
«Contrariando a las creencias populares, el mejor líder del mundo no es Barack Obama», dice el periodista (en eso coincidimos) y agrega que tampoco es Angela Merkel. ¿François Hollande? No tiene chance, dice: Más conocido como Pepe, el presidente uruguayo es responsable de colocar su pequeña nación de solo 3,2 millones de habitantes en el mapa internacional. Desde que comenzó su mandato en 2010, periodistas y locales han estado siguiendo sus políticas progresistas, como su reciente anuncio de legalizar y controlar la venta de marihuana. El periodista aseguró que Mujica «es la personificación de lo que el verdadero socialismo debería ser, lejos de los discursos populistas de Chávez y la demagogia de Kirchner».
Prof. Alexander Torres Mega (Escrito antes de la llegada de Mujica al poder).
“No se trata únicamente de un hombre con aspecto desprolijo y apariencia de mugriento, mezcla de bruto, demagogo y payaso. Es más que una combinación de Cantinflas y Robin Hood con una boca que parece una cloaca como las utilizadas por él y su banda para esconderse. Se trata de alguien con un pasado muy negro y con un alma muy sucia, mucho más sucia que su apariencia física. Un pasado tenebroso (del cual jamás mostró arrepentimiento alguno) y un presente cargado de odio que hoy lo lleva a toda especie de hipocresías con tal de llegar a tomar las riendas del gobierno y completar la tarea revolu- cionaria que se frustró en lo militar, pero avanzó en lo propagandístico.
En realidad, más que negro, un pasado color rojo sangre, que ahora intenta blanquear con un vice que es un anestésico eficaz para adormecer a los círculos dirigentes y captar al centro de la opinión pública. Así, mientras Mujica estimula y consolida a los más fora- jidos, Astori es quien debe captar a los moderados, despistados y confundidos que se ubi- can al medio del espectro ideológico. Este ejemplar paleolítico, populachero, desgreñado y deliberadamente chabacano, disfruta y lucra con mostrarse bruto. De paso, con ello, procura obtener las simpatías del “cascarriaje” diciéndole que es tan ordinario como ellos y que lo voten porque él es su único salvador.
Los medios masivos se empeñaron, desde hace años, en fabricar, proyectar y potenciar una imagen distinta para Mujica: ocultando sistemáticamente su pasado sanguinario. Presentando sus imbecilidades más bestiales como chispazos de geniali- dad emanados de un hombre espontáneo, cuasi sabio, sincero, modesto, austero, idealista… La verdad es muy otra: tiene un pasado de terror y nada hay de espontáneo en sus dichos resaltados por los medios. Estamos ante un fenomenal artificio de propa- ganda que ha sido capaz de transformar a un terrorista en un aparente buen hombre de campo, medio bestia, pero sensible para con los pobres. El mismo que supo dirigir la organización asesina con total desprecio por la vida humana, pisoteando derechos y libertades, atropellando la ley y las instituciones y desconociendo la dignidad del hom-bre, hoy aparece como palomita angelical, financiado por empresarios, la estrella prefe- rida de todos los medios de comunicación y viajando en un avión cedido por una empresa privada. Los mismos que pudieron ser secuestrados o asesinados, hoy le finan- cian la campaña. ¡Qué castigo celestial merecen estos mercaderes!”
Un día después de dejar la presidencia, Mujica se dirigió a la terminal de Montevideo para tomarse un ómnibus con dirección a una localidad del interior, como cualquier hijo de vecino, en compañía de su mujer. Si eso es algo común, normal ¿Qué hacía toda la prensa esperando para registrar el momento en que subiera al bus? La gente normal, común, no avisa a la prensa cuando viaja por trabajo o para visitar familiares, tanto les harían caso. Lo que estaban haciendo los periodistas (que en un 90% son progres) era publicidad, publicidad preparada por los asesores o por el mismo Mujica, para mantener su imagen, su relato, pues, al retirarse de la presidencia decidió medir fuerzas con Tabaré Vázquez, al tratar de lograr la alcaldía de Montevideo para su esposa la senadora Topolansky, quien hoy 16 de mayo de 2015, reconoció su derrota a manos del candidato de Tabaré.
En su campaña electoral dijo: Primero educación, segunda educación, tercera educación… ¿Y qué hizo? Aprobó, tres leyes «socio-morales»: la que despenaliza el aborto, la que permite a gente del mismo sexo casarse y la que regula la producción, distribución y consumo de marihuana, una ley tan complicada de instrumentar que todavía no se aplica. Pero no cumplió lo que prometió. No hubo transformaciones estructurales, aprovechando la buena época, que permitieran a Uruguay convertirse al fin en un país desarrollado.
No logró sacar a la educación de su estancado deterioro. «No pudo impulsar una mejora en la infraestructura vial y ferroviaria para alentar el tan pregonado Uruguay productivo. Aplicó sí necesarias políticas sociales que, aunque sus expertos lo niegan, fueron de tipo asistencialista. Ayudaron, pero no sirvieron para que mucha gente saliera definitivamente de su situación de pobreza. Es que Mujica no cree en la movilidad social ni en la superación personal. Prefiere esa subsidiada “cultura de la pobreza”. Entendió entonces que, si asumía una retórica moderadamente cuestionadora del capitalismo en crisis y ecologista, seduciría a los grupos de “indignados” o similares en todo el mundo. Dos discursos, uno pronunciado en Río de Janeiro y otro ante la asamblea de la ONU, desplegaron su seducción, pese a que sus críticos creen que ambos fueron un catálogo de lugares comunes». Dice el periodista Linn.
Su relato fue muy distinto al de Maduro y de la Vieja, Mujica dixit, siempre amable, dicharachera, eso lo llevó a pensar que podría obtener el Premio Nobel. Al fin y al cabo, lo había logrado Obama, ¿no? También lo soñaba el inefable Joseph Blatter. Para alcanzarlo había que hacer algo que le diera protagonismo internacional ¿Qué hacer? los presos de Guantánamo. «Luego de algunas gestiones contestamos que sí, porque hoy y siempre, con la excepción de los dolorosos años de la dictadura, el Uruguay ha sido un país de refugio y para nosotros esta es una cuestión de principio», contó el Pepe.
«No nos podemos hacer los distraídos ante la formidable tragedia de gente que lleva 12, 13 años sin comunicación con el mundo y detenida sin causa probada, ni haber visto un fiscal o un juez. Sin ningún tipo de garantía. Esta es una vergüenza humana». ¡Claro, lo de Cuba y el régimen Castro-comunista no es una vergüenza! Y obviamente tampoco las cárceles tupamaras, en las que él era vigilante y verdugo.
«Este pequeño Uruguay supo dar refugio (…) a los anarquistas perseguidos y expulsados por otros países, cuando decían que eran terribles terroristas, y acá les daban cobijo y trabajo, y vaya qué fruto le dieron al Uruguay». Es cierto, sobre todo integrando las filas de los Tupamaros. Pero… ¿A cambio de qué? «Yo tampoco hago favores gratis, paso la boleta», aunque luego especificó que «esto hay que hacerlo porque sí».
«No lo hacemos por plata o conveniencia material, es por una cuestión de principios (principios marxistas-leninistas, obvio), pero no tenemos empacho en decir que le pedimos por favor al gobierno norteamericano que haga lo posible porque esos dos o tres prisioneros cubanos que hace muchos años que están allí, que busque la manera de liberarlos, porque también eso es una vergüenza», señaló.
Si bien no aclaró a quiénes se refería, se cree que habría estado hablando de los tres espías cubanos, miembros de la llamada «Red Avispa», que cumplían condenas en cárceles estadounidenses y a los que La Habana considera héroes. Obama, cumplió. Pero no hubo Nobel, ni el relato alcanzó para que su mujer fuera la alcaldesa de Montevideo, pero para algo servirá, la gilada en el mundo es mayoría, la plebe frumentaria, para decirlo en términos rioplatenses «compra un buzón» y «se come cualquiera» ¡viste!
16 de mayo de 2015.