ÍÑIGO ERREJÓN: EL IZQUIERDISTA VIOLADOR
EL HIPÓCRITA PIJO PROGRE VIOLADOR
Iñigo Errejón, al centro de la foto con cara de yo también.
Íñigo Errejón Galván nació en Madrid, en diciembre de 1983, en el seno de una familia de izquierdistas. Al nacer Íñigo, su padre José Antonio Errejón Villacieros, ya entonces era un conocido militante socialista del Partido de los Trabajadores de España (PTE) y la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT) de ideología marxista-leninista maoísta, que era dirigida por José Sanroma Aldea, cuyo alias era «camarada intxausti», y uno de los centenares de maoístas que abandonaron el Libro Rojo de Mao por el coche oficial.
José Errejón Villacieros, fue un burócrata en la Administración del Estado, en su etapa post maoísta, y trabajó en varios ministerios. Fue centro de una escandalosa polémica cuando su hijo el violador serial, Íñigo, pese a estar jubilado le colocó a dedo en un Consejo Asesor en la Asamblea de Madrid. Errejón Villacieros conoció a la futura madre de nuestro Íñigo, la bióloga y activista María Ángeles Galván, Angy, cuando militaban en la «Joven Guardia Roja», una organización juvenil maoísta, también militó en PODEMOS.
En favor de Íñigo Errejón, digo que habría que ser menos severos y compadecerse de él, ya que su vida estaba determinada fatalmente a lo que iba a suceder, que otra cosa podía resultar el niño pijo con semejantes progenitores, unos maoístas reciclados en militantes del PSOE. En algún lado se ha publicado que la noche en que se presentó en sociedad al partido PODEMOS, en 2014, nuestro personaje tuvo una cena familiar.
En la sobremesa, el padre de la criatura Errejón Villacieros le dijo al monstruito: «Mira hijo, para desempeñar esa función/tarea de avanzada de la unidad popular, Podemos tiene que defender un programa político articulado en torno al eje de la construcción del pueblo. Se trata de un mandato determinado, un encargo preciso para impulsar a un nivel superior la tarea constructiva». ¿Puede haber mayor maldad en un padre que pedirle esto a un hijo? Y para colmo de males, fue publicado en Viento Sur, el último resuello del trotskismo español.
Íñigo Errejón se educó en un colegio calificado como elitista en Pozuelo de Alarcón, por cierto, como cabe a todo proletario y luego estudió Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense. Es esta facultad una verdadera cueva o un bunker izquierdista, de dónde surgió el núcleo fundacional del partido PODEMOS con Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Rita Maestre y Carolina Bescansa, entre otros impresentables. Su curriculum vitae está conformada por la tercera generación de izquierdas, la anarquista, la cuarta, la socialdemócrata, la quinta, la comunista, la sexta, la maoísta y coronada con la séptima generación de izquierdas, el último recipiente de las izquierdas, la izquierda cultural marcusiana.
Errejón, con todo ese bagaje de izquierdas como mochila, fue un fervoroso defensor de las dictaduras izquierdistas de iberoamérica, que están contenidas en la izquierda cultural actual mezcladas con las generaciones anteriores de las izquierdas. Trabajó en el Centro de Estudios Políticos y Sociales (CESP), eso de trabajar es un decir, y otros organismos dependientes del gobierno venezolano de Hugo Chávez, germen del partido PODEMOS y su financiación (igual que Irán). Los memoriosos recordaran su defensa del régimen venezolano, cuando dijo que en Venezuela se come tres veces al día, eso constituye toda una declaración de principios del violinista Errejón.
El anuncio de la dimisión de Íñigo Errejón se produjo un día después de que la periodista Cristina Fallarás compartiese en Instagram una denuncia anónima con el testimonio de una mujer que acusaba a «un político que vive en Madrid», que «nunca saca la cabeza los días del 8M», al que calificaba de «verdadero psicópata» y «monstruo» además de llamarle «maltratador psicológico» y relatar parte de lo que le ocurrió con Íñigo.
La publicación, que no señalaba explícitamente a Íñigo Errejón, pero que acusaba a un político de ejercer comportamientos machistas, generó una ola de reacciones en el espacio político de las izquierdas, esto fue suficiente para el partido Sumar del que era el portavoz, y tomara la decisión de iniciar acciones antes de que el escándalo se propagara. El grupo liderado por la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, decidieron apartar a Errejón de Sumar. Luego de conocerse la noticia hubo nuevas denuncias contra Errejón.
El testimonio en cuestión describía un patrón de comportamiento que apuntaban a Errejón Galván. Si bien es cierto la denuncia carecía de pruebas concretas, dentro del partido era un secreto a voces, donde ya circulaban rumores sobre los presuntos comportamientos inapropiados de Errejón. Un mes antes de las elecciones generales de 2023, una joven denunció en la plataforma X una agresión sexista, señalando directamente a Errejón. Sin embargo, no hicieron nada.
Es decir, el mentado: «hermana yo sí te creo», no aplica cuando acusas a uno de los nuestros. La líder de Sumar, Yolanda Díaz, anunciaba que se había iniciado una investigación: «Esta semana, Sumar ha iniciado un proceso para recabar información sobre los testimonios surgidos en redes sobre Íñigo Errejón. Como resultado del proceso, hoy deja todos sus cargos», apuntó. «Nuestro compromiso contra el machismo y por una sociedad feminista es firme y sin excepciones», agregó Díaz.
El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, justifica que lo hace por el «desgaste» personal y psicológico que han supuesto estos años, presentó su dimisión como diputado del Congreso de los Diputados y anunció que deja la política. Lo hace luego de admitir a Sumar la veracidad de las acusaciones en las redes sociales. «Llevo tiempo trabajando en un proceso personal y de acompañamiento psicológico, pero lo cierto es que para avanzar en él y para cuidarme, necesito abandonar la política institucional, sus exigencias y sus ritmos», informó en un comunicado en sus redes sociales.
La secretaria de Comunicación de Sumar, Elizabeth Duval, dijo que Errejón reconoció «hechos moralmente reprobables» y «comportamientos machistas». Elizabeth Duval dijo que en Sumar están «consternados» y lamenta que Errejón no cumpla con los «estándares de ejemplaridad feminista, que se le debe exigir a cualquier cargo político, a cualquier cargo público, pero particularmente a un cargo político de izquierdas». La portavoz dijo: «Espero contribuir a reparar errores con esta decisión».
En tanto, Íñigo Errejón, sostuvo: «Termino la etapa más importante de mi vida. Una etapa dura y apasionante. Con aciertos de los que estoy orgulloso y errores que espero contribuir a reparar con esta decisión». Cuando se hizo público la denuncia en redes sociales, una multitud de usuarios se hicieron eco de estas declaraciones y señalaron directamente a Íñigo Errejón. El mensaje de X más difundido en el que se identificaba al político de Sumar por su nombre y apellido fue eliminado más tarde, pero hasta entonces ya había acumulado 229.000 visualizaciones.
El presidente de VOX, Santiago Abascal, dijo: «Este hatajo de miserables son los que quieren enseñar educación sexual a nuestros hijos. Los que hablan en nombre de la mujer. Los que sueltan violadores y pederastas por las calles. Y los que les encubren», desde VOX señalaron que Íñigo Errejón era «ese» que denunciaba «los privilegios de la casta mientras él cobraba por no acudir a su puesto de trabajo en la Universidad de Málaga». «Errejón es ese que decía que en Venezuela se vivía bien ‘porque se comía tres veces al día’ cuando la realidad es que a él lo financiaba Maduro», manifestó Santiago Abascal.
«Errejón es ese que pedía que dejaras de consumir carne en beneficio del planeta mientras él subía fotos a Instagram de una buena barbacoa. Errejón es ese que nos daba lecciones de machismo y patriarcado todos los días, mientras ahora él dimite acusado de maltrato a mujeres. ¿Quién le votaba? ¿A quién vota Iñigo Errejón? Ni una lección de la izquierda. Son la hipocresía hecha persona», agregó.
Cristina Fallarás, la periodista que difundió la primera denuncia, afirmó que desde que se publicaron recibió mensajes de otras cuatro mujeres, entre ellas la actriz y presentadora Eliza Mouliaá, que subió un post a su cuenta de X con el siguiente mensaje: «Hola, yo soy victima de acoso sexual por parte de Íñigo Errejón y quiero denunciarlo». En declaraciones al periódico El Confidencial, Cristina Fallarás aseguró que «hay mujeres que tienen terror a poner su identidad y el cuerpo cuando van a denunciar».
Eliza Mouliaá, recibió muchos mensajes de apoyo, pero también fue objeto de críticas en la red social. «¿Por qué no lo hiciste antes?», algo repugnante. Elisa Mouliaá es una conocida actriz que obtuvo la fama al formar parte de la serie Águila Roja, emitida en Televisión española. También trabajó en otros papeles -como en El Internado-, y participando en programas de televisión como Zapeando, de La Sexta, en el que está desde 2024.
Cristina Fallarás, dijo al periódico El Confidencial: «las mujeres denuncian antes a una desconocida y no antes a los juzgados y a la policía», «Los juzgados, la policía o una abogada son las instancias ante las que se dota este sistema para que denuncien, ¿qué está ocurriendo?». «Al investigar un poco descubrí que había agredido sexualmente a mujeres durante años, y que esto se había denunciado a nivel interno. Y nunca se hizo nada». Una información que la víctima ofrece porque «cada bando» intenta «utilizar a las víctimas del otro». «En ninguno de esos dos espacios han protegido a ninguna mujer de la violencia».
La actriz Elisa Mouliaá, aseguró ante la Unidad de Familia y Mujer de la Policía Nacional a Íñigo Errejón por haber acosado sexualmente de ella. La actriz y presentadora aseguró que le obligó a tener una relación sexual que no consistió, y que le hizo sentir invadida. Según la denuncia, los hechos tuvieron lugar entre finales de 2021 y principios de 2022, en el domicilio del ex portavoz de Sumar en el Congreso.
«Cerró con pestillo la puerta, para impedir que la dicente [la denunciante] pudiese escapar comenzando a besar y a tocar a la dicente por distintas partes del cuerpo, sobre todo la zona de los pechos y de los glúteos […] sin el consentimiento de la declarante», recogen textualmente los agentes que le tomaron declaración. Según dicho documento, la actriz y presentadora relató que «acto seguido» Errejón «empujó a la dicente sobre la cama y el denunciado se sacó su miembro viril». En todo momento, la víctima asegura que se sintió «paralizada».
¿Que decía Íñigo Errejón sobre el feminismo antes de ser desenmascarado? El código de ética de Mas Madrid expone: «Queremos feminismo en cada propuesta política para vivir seguras y en igualdad». También señala: «Nuestra labor política como participantes de Más Madrid tendrá en cuenta el feminismo». Algo que se lo pasaron por el fundillo, manga de hipócritas. Íñigo Errejón Galván, usaba el hashtag #YoSíTeCreo, en el caso de Roció Carrasco, que denunció a su marido Antonio David Flores por violencia machista y maltrato psicológico.
«A pesar de todo, haciéndose cargo, dando la cara, invitando, poniendo la vida en el centro, saliendo a la calle por cientos de miles», decía el hipócrita izquierdista Errejón en el 8M del año 2023. A la máscara Errejón se le caía la palabra feminismo de la boca, en 2022 dijo en el Congreso mientras presentaba una serie de medidas sobre los derechos laborales durante el embarazo, la bajada del IVA en productos de higiene menstrual y el aborto: «El feminismo es el movimiento igualitario más importante de nuestro tiempo».
El caso Íñigo Errejón, es una muestra más del izquierdismo como Evo Morales Ayma, otro violador de menores, Daniel Ortega que se cepillaba a su hijastra menor con el consentimiento de su mujer, madre de Rocío, al golpeador de mujeres, el peronista argentino Alberto Fernández. Esto exhibe las vergüenzas de ciertos políticos que pretenden ocultar el problema debajo de la alfombra, no hacer caso de las denuncias, perseguir a las denunciantes y proteger al delincuente autor de comportamientos que chocan con la «moral» de cualquier hijo de buena madre.
¿Y dónde estaba la ley llamada «sólo sí es sí»? lo de Errejón el pijo progre era un secreto a voces entre sus correligionarios, que sus compinches izquierdistas no lo denunciaran es parte de esas incongruencias de la izquierda, que sufren de amnesia cuando es uno de los suyos, pero se creen con la superioridad moral de dar cátedra al resto de la sociedad y querer imponer leyes tan delirantes como la de «libertad sexual».
Pero ya lo dijo el gran Françoise Revel: «La gran ventaja de ser de izquierdas, es que la certeza sobre la bondad moral de las posiciones propias está al alcance de cualquier imbécil: basta y sobra con ser antinorteamericano siempre, pase lo que pase y ocurra lo que ocurra», y he conocido muchos imbéciles, y siguen medrando a pesar de que esa nefasta ideología fue derrotada filosóficamente y en la política concreta, y enviada al desván de la Historia por inútil y empobrecedora.
Lo del tontuelo Íñigo Errejón es una muestra de la doble moral de sujetos como el propio Errejón, Pablo Iglesias Turrión, Irene Montero, Yolanda Díaz, una encubridora del delincuente Errejón y que se limitaba a mirar para otro lado, hasta que saltó la perdiz. Esas alusiones al heteropatriarcado, los que se burlaban de una forma de vida neoliberal, son los mismos que critican al hombre Occidental y miran a Rusia como salvadores de la humanidad.
El otro miserable Pablo Iglesias Turrión, el de las coletas, ahora se hace el distraído y tratando de despegar dice: «Cuando le conocí no era así, jamás imaginé que tuviera un final tan siniestro». No, Iglesias, la izquierda tuvo siempre un final siniestro, un ADN siniestro y entre ellos estás tú. Íñigo Errejón fue el alma gemela de Iglesias y cofundador de PODEMOS, una asociación ilícita, de conducta despreciable, sin valores ni principios, que les daba lo mismo la teocracia iraní o el Socialismo del siglo XXI, o el delirio indigenista del narco violador Evo Morales.
Las acusaciones de acoso, violación y violencia machista contra Errejón, por lo que se ha ganado el rótulo de «un verdadero psicópata», es consecuencia de la impunidad del comportamiento comunista, el despotismo de una ideología dictatorial sin respeto por la vida privada de las personas y su propiedad. Pero, eso sí, no se privan de dar lecciones de moral urbi et orbe.
El «enfant terrible» de la nueva izquierda cultural y cofundador de PODEMOS, mano derecha o, mejor dicho, izquierda o siniestra, entonces de Pablo Iglesias Turrión, campeaba a sus anchas mientras llevaban a cabo auténticas purgas al mejor estilo leninista contra sus críticos y una vida sentimental dudosa. «Tiene muchas novias, pero le duran poco», decían en Mas Madrid, su anterior partido antes de Sumar, sobre Errejón. Tal vez le hubiese ido mejor si se conseguía un novio, total, que vamos hacer diferencia de género.
A este pillo le adjudicaron un contrato como investigador en la Universidad de Málaga, sin importarles que nunca hubiese aparecido por la Universidad. En ese entonces fue denunciado por el sindicato «Manos Limpias». Y ni hablar de las sospechas de financiación irregular que planearon sobre PODEMOS. Luego de ser la mano izquierda de Pablo Iglesias, surgió el distanciamiento, en el firmamento no podían caber dos estrellas. En la asamblea de Vistalegre II lo rajaron como portavoz parlamentario en el Congreso y reemplazado por Irene Montero, la nueva pareja de Pablo Iglesias tras su ruptura con Tania Sánchez.
Porque algo está probado, y es que estos izquierdistas la única revolución que llevan a cabo es la revolución de la bragueta. En enero de 2019, enfrentado a Pablo Iglesias, anunció que concurría a las elecciones bajo la plataforma de «Mas Madrid» creada por Manuela Carmena, lo que provocó una crisis interna en PODEMOS. Errejón y Manuela Carmena presentaron su primer acto público y en las negociaciones para investir a Pedro Sánchez presidente del Gobierno, Errejón lanzó la plataforma «Mas País», otro chiringuito para lucrar, y con escaño en el Congreso y sobre la que hubo sospechas financieras. En el camino, Errejón, le propinó una patada a un hombre de sesenta y siete años, del que fue absuelto.
Íñigo Errejón tuvo varias relaciones sentimentales, fue vinculado con Rita Maestre, conocida como la «asalta capillas» en los años de la Complutense. Después con la periodista catalana Gloria Mena y con la diputada de la CUP Mireia Vehí, a quien conoció en la Cámara Baja. Pero como dicen, a Errejón no le duraban los romances, y como dije antes, hubiese probado con un novio, total estos izquierdistas son bastantes mariconcitos. Pese a todo, el pillo de Errejón se definía como «anarquista y libertario», no me lo imagino como Javier Milei, ni en broma.
El 27 de abril de 2018, ese apeiron que denominaban desde el 15-M como «nueva política en el espacio de la izquierda de este país», adoptaron las banderas de un feminismo muy mal entendido, con toda su parafernalia, con su catecismo, sus salmos, sus liturgias y sus sacerdotisas, sin dejar de lado a los socialistas de Chávez, Maduro y las danzas a la lluvia del cocalero Evo Morales y sus hechiceros, y por cierto, sin olvidar a los muyahidines iranies coránicos que ponían la tela, ya que no solo vive de pan el hombre, hacen falta petrodólares.
En ese día de abril del 2018, luego de que se conociera una sentencia de más de 370 folios dictada por la Audiencia Provincial de Navarra en el célebre caso de La Manada, indignado sumaba su irreflexiva e histérica voz a un grupo de exaltados que recorrían las calles y plazas de Pamplona, y de otras ciudades españolas, al grito de: «No es abuso, es violación». El 4 de mayo, desde la puerta del Sol de Madrid, Íñigo Errejón tuiteaba: «Acompañando a la hermosa manifestación feminista en Madrid. La terrible sentencia de la Manada ha sido la gota que ha colmado el vaso: esto no se va a detener hasta lograr un país sin violencia contra las mujeres».
En una entrevista en «El diario.es», Errejón calificaba a la resolución de la Audiencia de Navarra como: «infame», «inadmisible» y despotricaba contra el gobierno de Mariano Rajoy por no haber escuchado las reivindicaciones del feminismo. Inundaron todos los espacios de la política con dinero público, con idioteces como: «El yo sí te creo, hermana», «las víctimas que no encuentran espacios seguros para la denuncia», «las masculinidades tóxicas producto del heteropatriarcado».
Sin importarles, como buenos revolucionarios, subvirtiendo los procedimientos y garantías del Derecho penal de un Estado democrático y constitucional que ya tenía en el centro el «consentimiento» como condición necesaria y suficiente de la licitud de la relación sexual y que no precisaba de las ocurrencias legislativas de estos izquierdistas. Un sinfín de tonterías mariconas como la «empatía ante todo», el «estar con las víctimas» y «acompañarlas». Estos demiurgos que querían crear el Hombre nuevo del izquierdismo y terminaron con el ruso de siempre, el sátrapa de Putin.
En la historia política contemporánea tenemos ejemplos de este tipo, basta indagar un poco en los regímenes comunista propios de Errejón y sus amigos. En la Cuba de Fidel Castro había campos de reeducación para los homosexuales y el Che Guevara era su mayor represor y verdugo, pero hipócritamente, que se sepa, nunca fue a parar a ese campo Raúl Castro viejo homosexual, recontra probado. El comunismo representa una de las ideologías más criminales de la Historia, pero los pijos progres, los colectivos homosexuales y cierta derecha acomplejada, tipo Partido Popular (PP), miran con simpatía a estos excomunistas.
En su carta de despedida Íñigo Errejón reconoce los hechos, pero no asume la culpa, que imputa exclusivamente al patriarcado, como todo izquierdista siempre culpando a los demás y no se hacen cargo de su miseria, no asume que el problema es con su cabeza y la otra que tiene entre las piernas, hasta en esto es poco hombre.
«En la primera línea política y mediática se subsiste y se es más eficaz, al menos así ha sido mi caso, con una forma de comportarse que se emancipa a menudo de los cuidados, de la empatía y de las necesidades de los otros. Esto genera una subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica con compañeros y compañeras de trabajo, con compañeros y compañeras de organización, con relaciones afectivas e incluso con uno mismo. Yo, tras un ciclo político intenso y acelerado, he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona».
Nihil Novum sub sole, no hay nada nuevo bajo el sol, como siempre los izquierdistas recurren al colectivismo para socializar y diluir las culpas y no asumir la propia responsabilidad por sus actos. Un viejo refrán reza: «somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras». En estos tiempos de tecnología, la hemeroteca mata a Errejón, ¿dónde quedó aquello de?: «no hay denuncias falsas», «el feminismo tiene la oportunidad de cambiarnos la vida».
No me cabe duda que cambiara la tuya. Íñigo Errejón decía: Es violencia machista, no doméstica. Lo tomo Íñigo, lo tuyo no es doméstico, ya que tiene que ver con «un problema público que se produce sistemáticamente contra las mujeres». Es, según su propio discurso, «una vergüenza» referirse a este problema de otra forma. No olvidar que el 8-M es revolución. Sumar cada año reivindicaba en sus redes sociales, con el 8-M, este será la excepción, invitaba «a pesar de todo, haciéndose cargo, dando la cara, invitando, poniendo la vida en el centro, saliendo a la calle por cientos de miles». Repitan: «¡Que viva el 8 de marzo!».
Para Íñigo Errejón el PODEMOS de Pablo Iglesia Turrión era machista y «lleno de testosterona», en 2017, Errejón le disputó a Iglesias el liderazgo de PODEMOS, y lo hizo con una lista alternativa para desterrar una cultura «belicista, masculina y machista». El documento de 28 páginas titulado Feminismo popular. Con nosotras sí se puede, estaba integrado por Clara Serra, Ángela Rodríguez Pam y Rita Maestre, lleno de didactismo, y hoy vale lo que vale un gas corporal. ¡Oh, izquierda, cuantas boludeces se hacen y se dicen en tu nombre!
Bien, Íñigo Errejón, ¡la izquierda te merece!
26 de octubre de 2024