HANS-HERMANN HOPE -VS- JAVIER MILEI
Hans-Hermann Hoppe y Javier Gerardo Milei
«Ahora bien, la evaluación que voy a presentar es una evaluación que hago desde afuera. Yo no hablo español. He estado en Argentina hace años, pero no soy una persona entendida en Argentina». Hans Hermann Hoppe.
Esto dijo el filósofo metido a analista político, el alemán nacido en Peine, en el marco de la XVIII reunión anual de su Asociación, en la 19 conferencia de «Property and Freedom Society» (PFS), llevada a cabo en septiembre de este año en Bodrum, Turquía, ciudad que fue la antigua Halicarnaso, cuna de Heródoto y del historiador Dionisio de Halicarnaso. Hans Hoppe, de 75 años, vive en Estados Unidos es profesor Emérito de la Universidad de Nevada, Las vegas, y preside la «Sociedad de la Propiedad y la Libertad», un reducto anarquista libertario.
Luego de decir que no conoce la política argentina, en un arranque de decencia intelectual se hubiese quedado callado y no opinar sobre algo que no conoce. No quiero decir que para hablar de algo uno debe conocer el problema in situ, muchas veces me ha pasado estar en algunos lugares del mundo y me daba cuenta de que las personas entrevistadas sabían muy poco de cuestiones de historia, de política o economía de su propio país y en la cual viven. El vivir en un determinado lugar no es garantía de saber con propiedad sobre ese lugar.
Pero el promocionado de Hoppe, profesor de Nevada, Las Vegas, es considerado junto al profesor Jesús Huerta de Soto, como los mayores representantes de la Escuela Austriaca de Economía en la actualidad. Si Hoppe se hubiese callado nos hubiese ahorrado un montón de estupideces dichas. Hans Hoppe realizó graves críticas contra el economista y actual presidente argentino Javier Milei, quien se considera su discípulo, y es el primer presidente libertario en el mundo.
Hans Hermann Hoppe expresó que Javier Milei «tiene elementos de showman y payasescos», calificaciones psicologistas que no vienen al caso. Agregó también el alemán que el presidente argentino «bajó algunos impuestos, pero aumentó otros cómo combustibles e importaciones». Como lo veremos más adelante, Hans Hoppe también aseguró «dudo que Milei haya estudiado a Rothbard, pese a que lo nombra con frecuencia». No dejó pasar la oportunidad para criticar, lo que él llama la devoción de Javier Milei por Donald Trump, que según él «Es un bufón, un proteccionista, un nacionalista y un guerrerista». En cuanto a la política exterior de Javier Milei dijo que «Está al nivel de la que hubiera diseñado un estudiante secundario de Estados Unidos».
El anarcocapitalista Hans Hermann Hoppe, se despachó contra el liberal libertario en una conferencia entera, situación que lo vive con envidia personal, que en las filas libertarias (que no es homogénea para nada) haya grandes adhesiones y fascinación por Javier Milei, las que califica de expectativas infundadas, y advierte que los libertarios no deben seguir a Milei. Las críticas del alemán no se limitan al campo de la economía, como ya lo vimos, sino a su política internacional y su pública alineación con Estados Unidos y con Israel.
Esto para Hoppe es apoyar guerras imperiales que asesinan sistemáticamente a personas inocentes. Hoppe se muestra como un miserable pacifista, y en esto se pone en el nivel de los izquierdistas que hablaban o siguen hablando de guerras imperialistas, ocultando las guerras del imperio soviético. El paleolibertario o anarco, rótulo que mejor le cabe, es aquello que dijo Milei hace tiempo al referirse a los «libertarados». Hoppe en otra conferencia propuso su nueva forma de interpretación histórica de los Estados, y de la sociedad, a través de la demolición de tres mitos.
El primero es el mito de que el Estado ha sido la «causa» del progreso de la civilización, el segundo mito es el que sostiene, igualmente, que ha sido un «avance» la transición histórica de las «monarquías absolutas» a los «Estados democráticos», y el tercer mito es el «pensar» que no existe una alternativa a las democracias sociales occidentales según el modelo de los Estados Unidos. Seguramente para Hoppe la causa del avance hacia la civilización fueron las sociedades preestatales.
Tampoco estoy sosteniendo que las sociedades políticas surgieron de la nada, sino que surgieron por anamorfosis de las sociedades preestatales. Seguro que el alemán debe estar pensando en algunas alternativas como Rusia, China, Irán, Corea del Norte o China. Obviamente que desprecia el modelo de Estados Unidos, en la que trabaja y vive. ¡Vaya hipocresía!
Para Hans Hoppe y según las tesis de la Economía de la Escuela Austriaca y los «principios evidentes», los tres mitos mencionados deben ser erradicados de las mentes de los «intelectuales» y de la gente en general, ya que se tratan de tres «creencias falsas». La sociedad civilizada ha avanzado «a pesar» de los Estados y sus Guerras: «Las Guerras entre los Estados han causado, nada más que en el siglo XX, ¡170 millones de muertos!, y la mayoría de dichas personas eran civiles», sentenció Hans H. Hoppe en aquella conferencia.
Hace muy poco un conocido, también se refirió a los civiles o «inocentes». ¿Inocentes? Desde el momento en que una persona nace en un Estado, y el mundo está repartido en Estados, y goza de los mínimos servicios que le otorga ese Estado ya no hay civiles fuera del Estado, ya no hay inocentes, para ser inocentes deberían nacer y vivir en aguas internacionales. Ya sabemos que los libertarios se oponen por principios a las Guerras, es decir, que es como oponerse a la existencia del sol. Lo fundamental no solo en la política internacional, sino para entender como avanza y se mueve el mundo, hay que entender que es la dialéctica de imperios.
Pero Hans Hoppe como muchos libertarios o no, con su enanismo político, pretenden cambiar la Historia. Al hacer su crítica sobre las reformas internas en la Argentina y sobre la política monetaria, aunque apruebe las políticas económicas de Milei, no las considera tan libertarias, lo ve como algo superficial y hasta mentirosa. Según el alemán, esas políticas tibias podrían haber sido aplicadas por cualquier político no libertario. Uno se ve tentado en preguntar: ¿entonces porque no fueron aplicadas hasta ahora?
Las políticas económicas de Milei las considera, directamente, antilibertarias, que van en dirección opuesta. Curioso para alguien que admite que sus conocimientos sobre la política y economía de Argentina es precaria. Sigamos con los dislates: «Sí, Milei abolió el control de los alquileres y algunos otros controles de precios, pero de ninguna manera todos los controles de precios. Sigue habiendo controles de precios, por ejemplo, sobre los seguros médicos».
Es obvio que Javier Milei no ha eliminado muchos controles de precios que están vigentes en Argentina, pero no tiene en cuenta dos cosas, primero, que Milei lleva menos de un año en el poder y, segundo, no tiene en cuenta (porque no sabe nada de la Argentina) la gran cantidad de controles que ha eliminado. Sobre los controles de precios sobre los seguros médicos o prepagas, que menciona, como no sabe nada de Argentina, no se enteró que ya fueron eliminadas. En abril de este año se habían establecido ciertos controles transitorios sobre las prepagas, ante un flagrante abuso monopólico, pero en julio fueron eliminados.
«Liberalizó la legislación laboral y se eliminaron algunas subvenciones, pero ni mucho menos todo». Es verdad que ha liberalizado parte del mercado laboral, no porque no quiera, sino porque no se lo permiten. El problema que existe con los intelectuales sean de la ideología que sea, es que no conocen la vida real y concreta, no tienen calle, y Hans Hoppe tiene menos calle que un pescado, cualquier cliente de un café, en una discusión le daría vuelta a Hoppe como una media o calcetín.
Lo de Hoppe es un ingenuo idealismo académico. Javier Milei no es un rey como Luis XIV, ni la Argentina es una monarquía absoluta como la Francia de entonces, tampoco escuchamos a Milei proclamar «El Estado soy yo». Pero como a Hans Hoppe le gusta las sociedades prepolíticas, creerá que Milei es un jefe de una tribu con todos los poderes. Javier Milei quería eliminarlos de un plumazo, pero carece de mayorías tanto en la cámara de Diputados como en el Senado.
Tipos como Hoppe y otros intelectuales, creen, alegremente que estas reformas no pasan por el Congreso. Hans Hoppe es de aquellos que no entran a jugar el partido nunca, solo hablan, ni siquiera lo mira desde la tribuna, que en esos lugares algo se aprende, pero no, él vive en una nube junto al Padre eterno, me imagino. Aunque Javier Milei pretenda liberalizar de manera total el mercado laboral y eliminar todos los subsidios, Hoppe, no entiende que esos subsidios son una forma de clientelismo político para los partidos políticos en Argentina. Y el peronismo y la izquierda en general defienden eso privilegios con su vida.
Javier Gerardo Milei llegó a la presidencia de Argentina, sin ningún senador, ni un intendente o gobernadores, y sin partido político, se tuvo que prestar uno para participar en las elecciones. Si Hermann Hoppe hubiese investigado sobre la política, la economía y la historia argentina de los últimos cien años, entendería lo que está haciendo Javier Milei. La Argentina, es un Estado, eso que Hoppe desprecia, porque él está muy bien con los bárbaros de las sociedades prepolíticas, y en la Argentina hay división de poderes.
Javier Milei carece de mayoría parlamentaria para realizar las reformas que el país necesita. La liberalización del mercado laboral que planteó en la Ley Bases, que era mucho más amplia que la finalmente aprobada, fue tumbada en el Congreso por la casta política que no quiere perder sus privilegios. La culpa no fue de Javier Milei sino de los políticos peronistas, los radicales, una mayoría del PRO, enemiga de Milei, de los izquierdistas en general, incluso de algunos disidentes del partido La Libertad Avanza de Javier Milei.
La culpa no fue de Milei como apunta gratuitamente Hoppe, tampoco un mentiroso, el mentiroso fue Barack Obama cuando les prometió a los indocumentados solucionar su problema en cien días, teniendo mayoría en ambas cámaras. Si Javier Milei no los lleva a cabo es porque no tiene mayorías en el Congreso. «Se aprobaron varias desregulaciones, y también se produjeron algunas privatizaciones, pero no demasiadas», dice el felón.
Mas de lo mismo, para privatizar las empresas públicas en su totalidad o algunas en especial, Milei necesita que se aprueben en el Congreso. En la Ley Bases, Javier Milei, planteó la privatización o el cierre de 42 empresas públicas, y el Congreso solo le autorizó la privatización total o parcial de apenas cinco. No le autorizó privatizar Aerolíneas Argentinas, pero en las últimas semanas de septiembre e inicios de octubre, Milei ha iniciado los trámites para privatizar Aerolíneas Argentinas, pero el Congreso tiene la última palabra.
«Se cerraron algunos ministerios políticamente correctos, pero gran parte de su personal fue simplemente desplazado a otros ministerios. Sí, se despidió a algunos funcionarios, pero ni mucho menos a todos. Muchos se cambiaban de ropa», dice Hoppe. Javier Milei no ha despedido a todos los empleados públicos de la república Argentina, porque no tienen autoridad sobre todos los empleados. Hoppe cree que la Argentina es un rancho o un campo y que Milei gobierna con un látigo en la mano.
La Argentina es un país federal, y Hoppe ignora que la clase de los empleados públicos, son herederos de sangre como en las monarquías absolutistas, el supuesto trabajo de estos burócratas inservibles es de por vida, y están amparado por leyes elaborados por la casta política, con pequeñas excepciones, que veían a la política como un negocio, como un botín de guerra. Y darle el gusto a Hans Hoppe con despidos, provocaría demandas contra el gobierno que sería más oneroso que pagar la deuda argentina.
Creo que Hoppe quería que Milei cerrara el país de un día para otro. Milei anuncio despidos de más de 50.000 empleados públicos, pero del gobierno central y no de las provincias, porque no tiene potestad sobre las provincias. La inmensa mayoría de los empleados públicos no trabajan para el gobierno nacional o central. Los empleados que Milei pudo despedir fueron aquellos que tenían contratos temporales, y como todos saben, menos el Hans, antes de entregar el poder los peronistas, pasaron a planta permanente a sus acomodados.
Es decir, que pasaron a formar parte de esa monarquía absoluta burocrática. En este caso lo que hizo Milei es no renovar los contratos cuando llegó el vencimiento. Es obvio que Milei querría despedir a miles de empleados públicos que son militantes políticos. «El presupuesto del gobierno, sí, ha cosechado un superávit, pero el superávit no se ha traducido en una reducción de impuestos. El superávit quedó en manos del gobierno, y es posteriormente gastado por el gobierno».
Lo dicho por Hoppe es mentira, el superávit presupuestario del gobierno no se lo gasta posteriormente, si así fuera, no habría superávit presupuestario, el superávit se destina a la amortización de la deuda pública, a la recompra de pesos argentinos para estabilizar su valor. Hans Hoppe parece creer, en línea, con muchos libertarios que la deuda pública es ilegitima, y por tanto debería ser impagada. Desde esta visión tonta solamente se puede creer que es un error utilizar el superávit público para amortizar deuda pública, Hoppe tiene el mismo discurso que los izquierdistas.
A Hoppe le interesa mucho la cuestión moral, pero no se da cuenta que no pagar la deuda es algo inmoral y en términos políticos un grave error. Un Estado tiene obligaciones, no es una mónada leibniziana desconectada del resto del mundo. Siguiendo ese criterio, el gobierno también debería dejar de pagar las jubilaciones o pensiones de los ciudadanos argentinos, ya que también son una modalidad de deuda pública, por la que estuvieron aportando los jubilados obligatoriamente durante toda su vida laboral.
Hay muchos ejemplos de políticos que cometieron esa estupidez de no pagar la deuda pública, movidos por el populismo izquierdista, si Javier Milei hiciera lo mismo, estaría cavando su tumba y hundiendo a la Argentina definitivamente. No puede decretar el default de todos los títulos de deuda pública. La prioridad de la política de Milei es tener las finanzas públicas ordenadas, ya sea en materia fiscal o en materia monetaria, y para lograr esa meta no se puede gastar más de lo que ingresa. Y si ingresa más de lo que se gasta, se debe utilizar ese superávit para amortizar la deuda pública.
«Milei prometió cerrar el Banco central. Se dio cuenta de que el mayor poder que tienen los estados es el monopolio sobre la producción de dinero. Si no poseen ese poder, entonces tendrían que depender únicamente de los impuestos, entonces les es muy difícil reunir el dinero necesario para financiar todo el gasto público. Ahora bien, el Banco Central sigue existiendo». Hoppe dixit.
Que Milei no lo haya cerrado no significa que no lo vaya a hacer, además, Milei ya explicó lo que necesita hacer, previamente, para dar ese paso. Antes de cerrar el Banco Central sin sanear su balance es condenar a los tenedores de pesos a una pérdida enorme de su poder adquisitivo, y ahí lo que estaría cometiendo sería un robo a los tenedores de pesos argentinos. Hoppe no sabe que el Banco Central fue creado por la Ley 12.155 que estableció la creación del Banco Central y la única manera de cerrarlo es con otra ley, y como el Congreso está lleno de estatistas, es imposible.
Hans Hoppe cometió la estupidez de decir que Milei, simplemente, debía «cerrar el banco central y terminar con el peso», y se lamentó que siga circulando. Lo suyo es una abstracción total de la herencia recibida por Milei, por lo visto no sabe nada de la situación heredada relacionada con los pasivos del Banco Central de la República Argentina (BCRA), y echarle la culpa a Milei por el anualizado de la inflación, que dijo que es más alto que el de Turquía, al alemán se le escapó la tortuga.
«La inflación ha bajado, pero analizada es todavía del 250% o así. Eso es una inflación enorme».
A Hans Hermann Hoppe se le escapó misteriosamente el peronismo, ya sea en su versión kirchnerismo, el gobierno de Alberto Fernández y la campaña de Sergio Massa, que se hizo imprimiendo billetitos y multiplicando la base monetaria en Argentina, agregando su desesperado intento de ganar las elecciones con su plan platita. Tomar la tasa interanual de inflación no es válido. La tasa interanual de inflación tiene la inflación interanual acumulada durante el último año, pero para ver de verdad si la tasa de inflación se está frenando o no a un ritmo acelerado, conviene medir los últimos datos de la tasa de inflación intermensual.
Antes de Milei había llegado al 25-26% mensual, y hasta ahora, lo dejó Milei al 4.2% lo que constituye el mejor dato desde hace dos años. Pero para Javier Milei y su equipo económico, ese 4.2% sigue siendo altísimo y consideran necesario que siga bajando. Pasar del 25% de inflación a menos del 4%, que es lo que dará la próxima medición, en el marco de la reducción de subsidios, no está nada un mal para un no libertario. Asimismo, Hoppe, cuestionó que la gente todavía no esté usando el oro para pagar gastos corrientes.
Hoppe como cualquier otro charlatán intelectual, cree que ponerle freno a la inflación es algo sencillo: «Y ello a pesar de que reducir la inflación no es algo tan difícil, simplemente hay que cerrar el Banco Central y dejar de imprimir dinero. Entonces la inflación desaparece en una semana».
Lo dicho por Hoppe es otra tremenda estupidez, la base monetaria del Banco Central de la República Argentina, lo que imprime está congelado desde el mes de julio, y esa medida no ha provocado que la tasa de inflación se halla controlado de manera absoluta en una semana. Desde julio, de hecho, tenemos una tasa de interés en un 4.2% mensual, y esto se debe a que el valor del dinero y por tanto la inflación no depende sólo de la oferta monetaria sino también de la demanda monetaria.
Podemos congelar la oferta monetaria, pero si no estabilizamos la demanda monetaria estamos en lo mismo, si la demanda de pesos sigue cayendo, seguiremos teniendo inflación, y en este sentido cerrar el Banco Central no tiene por qué ayudar a estabilizar la demanda de pesos. El Banco Central tiene activos y pasivos, y si por cerrar el banco Central se entiende que los activos se los queda el Tesoro argentino y los pasivos quedan congelados, es decir, una desvinculación orgánica entre los activos y pasivos del Banco Central, que deja de existir, entonces eso no llevaría a la estabilización del peso, sino a su total hundimiento.
El valor de los pasivos del Banco Central depende de los activos, y si el gobierno desvincula activos y pasivos, estos últimos no valdrían nada. Si Hoppe se está refiriendo a vender en el mercado los activos del Banco Central para recomprar pesos, es una operación muy compleja que no se puede hacer en una semana, por más nazi, digo alemán que sea Hoppe. Muchos de los activos que están en el balance del Banco Central ni siquiera tienen salida en el mercado, no pueden venderse en el mercado, como pueden ser los derechos de cobro del Banco Central frente al Tesoro argentino que tienen un carácter trasferible, aun en ese caso, se debería encontrar suficientes inversores en el mundo que quieran comprar al precio que están contabilizados en los activos del Banco Central.
No estamos diciendo que sea algo imposible de hacer, pero de ninguna manera es sencillo. En el caso de que el peso argentino, sea reemplazado por el dólar, para terminar con la tasa de inflación, dejando que el peso se vaya a la hiperinflación, y que los argentinos pasen a utilizar a partir de entonces el dólar, y que la tasa de inflación argentina dependa de la tasa de inflación con dólares, eso podría hacerse, pero eso significaría el empobrecimiento de millones de argentinos que poseen pesos, si bien es cierto que los argentinos no ahorran en pesos, pero todos los pesos que hay en circulación están en poder de los argentinos en la actualidad.
Si el peso pasa a valer cero, los tenedores de pesos se verían arruinados, y eso es lo que Javier Milei quiere evitar por eso están implementando una política fiscal y monetaria, y lo que hace es dar pasos progresivos que lo lleven al cierre del Banco Central, de manera prudente, sin arruinar a los que poseen pesos, sin generar una hiperinflación en el peso, ya que eso sería un robo masivo a los argentinos, y no como el calenturiento de Hoppe quiere.
«Normalmente, bajo una hiperinflación, bajo condiciones inflacionistas, el peso simplemente desaparecería y el dólar lo reemplazaría. Pero eso no ocurrió. Y la razón de que no ocurriera fue simplemente un control de precios sobre las divisas», Hans Hoppe. El alemán tiene un cero grandote en Realpolitik, no entiende un cuerno del día a día de lo político, del mundo real, él sigue metido en su burbuja. Si no hubo hiperinflación en la Argentina por el peso, no fue por el control, por el cepo. La Argentina de hecho, se estaba dirigiendo a una hiperinflación aun con cepo.
Eso no ocurrió, porque Javier Milei saneó el balance del Banco Central, y porque alcanzó el equilibrio presupuestario. No negamos que el llamado cepo tiene otros efectos distorsionadores, pero en este caso, no evita que la moneda de un país sea repudiada por sus ciudadanos en forma de hiperinflación. Sigamos un poco más con el alemán Hoppe, ejercitemos la paciencia:
«Este régimen de control de los precios de la moneda sigue en vigor. Estos controles de cambios son desde luego, un régimen monetario terrible. Dificultan las importaciones, dificultan las exportaciones, distorsionan toda la economía. La dolarización habría sido una solución perfecta que, de hecho, fue planteada por varias personas, entre ellos el propio Milei. Tan solo tienes que decretar que el dólar y el peso compitan en igualdad de condiciones. Puedes pagar tus impuestos en dólares, puedes pagar tus impuestos en pesos, puede pagar sus impuestos en euros, puede pagar sus impuestos en oro… Lo que quieras».
Hans Hoppe vive en hoppilandia y no entiende la realidad política, no solo de Argentina, creo que no entiende ni la casa en donde vive, eso sí en Estados Unidos, vaya con el prepolítico. No entiende que lo que él desea hacer no se hace de un plumazo, partiendo de una Argentina o cualquier estado del mundo, como si fuese tabula rasa, como si fuera una pizarra limpia, sin pasado. Milei no podía hacer nada con un peso que no valía nada, porque el Banco Central estaba en números rojos y porque el Tesoro tenía un déficit monumental.
Esa competencia de monedas dentro del mercado se habría traducido en una fuerte depreciación del peso frente al dólar. Eso solo se puede hacer una vez que el peso este saneado, pero nunca antes. «Se bajaron algunos impuestos, pero se subieron otros, por ejemplo, sobre los combustibles y las importaciones. Y también se han creado nuevos impuestos. Y recordémoslo: los impuestos son un robo en términos del propio Milei». Hoppe no sabe que Javier Milei no quiere incrementar la carga tributaria sobre los argentinos, puede reorganizar esa carga tributaria eliminando algunos impuestos y creando otros que sean menos distorsionadores, pero que el agregado de los impuestos que pagan los argentinos, es ahí donde se compromete a no aumentarlos.
El principal impuesto que pagaban todos los argentinos era el impuesto inflacionario, y ese impuesto se ha desplomado durante los meses de gobierno de Milei. Un Estado como el argentino que no tiene acceso a los mercados financieros, y que no puede aplazar el pago de su gasto público, ese Estado va a financiar su gasto público, o con inflación o con impuestos. La verdadera medida de la presión real que recae sobre los argentinos es el gasto público del Gobierno, ya que ese gasto público se financia mediante impuestos formales o mediante el impuesto inflacionista.
El gasto público durante estos meses de gobierno de Milei ha experimentado una de las mayores caídas de la historia, no solo de Argentina sino de todo el mundo. «Así el Banco Central sigue ahí. La inflación ha bajado. Pero en los últimos meses, ya hemos visto, de nuevo, un rápido aumento de la oferta monetaria. Así que la impresión de dinero por parte del Banco Central continúa».
Desde el mes de julio de 2024, el Banco Central no imprime nuevos pesos, la base monetaria está congelada y, por otro lado, hay que decir, que hasta julio el Banco Central si aumentó de manera notable su base monetaria, pero esa creación de nuevos pasivos por parte del Banco Central, fue dirigida a adquirir nuevos activos de altísima calidad, en especial dólares, por tanto, si se crea pasivos para adquirir activos de altísima calidad eso no tiene una influencia inflacionaria.
La inflación se genera cuando se crean pasivos para conseguir activos de mala calidad, como, por ejemplo, financiar el déficit público de un gobierno insolvente, y si el Tesoro no tiene capacidad para devolver en el futuro ese adelanto financiero que le ha hecho, porque seguirá dependiendo de una continua e interminable impresión de dinero para refinanciar y ampliar el volumen de su endeudamiento, entonces, es ahí, que si estás destruyendo el valor monetario, pero crear moneda para adquirir dólares no es en sí mismo inflación.
Con esos dólares comprados en el mercado, se puede revender fácilmente para recomprar el exceso de pesos que se pudo haber creado. «Tampoco ha habido descentralización del poder, que es un componente muy importante del enfoque libertario. Habría que dar más poder a las provincias y a los ayuntamientos. Pero no, su programa consiste en centralizar más el poder y limitar la autonomía de las distintas provincias que existen en Argentina». Herr Hoppe.
Lo único que existe entre el gobierno central y las provincias son conflictos debido a la voraz necesidad de dinero que tienen los caudillos provinciales, acostumbrados al despilfarro y al clientelismo populista. Las provincias despilfarran el dinero sin control alguno, gobiernos provinciales llenos de corrupción donde hay poca o nula transparencia. Para hacer lo que dice el angelito de Hoppe, se debe pasar por el Congreso nacional, y con un Congreso socialista como el argentino, ya sabemos lo que van a decidir.
No vale la pena seguir con Hans Hoppe, y sobre la gestión heroica de Javier Milei, nos ocuparemos ampliamente en diciembre, al cumplirse un año de su mandato. En cuanto a Hoppe, que es un radical individualista liberal, todo o lo que sea unas cortapisas de los individuos es algo que no cabe tolerar. Por ello para Hoppe un Estado es: «Un gobierno es un monopolista territorial de la coacción y la expropiación de los propietarios particulares, es decir, una agencia que de forma continua y permanente se permite violar los derechos de propiedad mediante la expropiación, los impuestos y las reglamentaciones».
Para Hoppe sólo existen individuos y que todo lo demás a ellos se reduce. Y si sólo existen individuos, la sociedad no es más que un agregado o suma de individuos y el Estado está al servicio de los individuos y de sus absolutos derechos individuales previos a la constitución de la sociedad civil y de la institución estatal, por tanto, los derechos de los individuos son naturales. Por tanto, el Estado tendrá una función de defensa de la libertad individual. Solo cabe un Estado mínimo. Si profundizamos en tal prejuicio estaremos abocados a defender el anarquismo de la propiedad privada. Ya que, según Hoppe, el Estado sobra y que los individuos se bastan por sí mismos.
El Estado es así una institución parásita, explotadora, depredadora de la sociedad civil de propietarios. La sociedad civil es capaz de autosostenerse y autodirigirse a sí misma sin la dirección política, sin el Estado, sin un poder público. El pensamiento de Hans Hermann Hoppe conduce a la supresión de lo político y su sustitución por la administración de las propiedades. Es la absorción de lo político por lo económico. Lo mismo que Karl Marx.
Pero hace bien en diferenciar entre Estado y Gobierno, ya que eso es una peste muy extendida de confundir Estado con Gobierno, el Estado desde el inicio de la sociedad política es algo permanente, no cambia y no se convierte en algo mínimo o máximo, ni se puede acabar con el estado a menos que, querramos regresar a la anarquía de las sociedades tribales o prepolíticas, que desea Hoppe. Lo que cambian son los Gobiernos, cada cuatro, seis y algunos se quieren eternizar. Y ese gobierno pretende, ideología de por medio, agrandarse o achicarse. Es más sin Estado no hay política, lo que habrá será de nuevo antropología pero no historia.
Según Gustavo Bueno, es un prejuicio el creer que el Estado ha de ser mínimo igual que lo es el que el Estado deba ser máximo. El Estado ha de tener la potencia y el tamaño compatibles con el máximo de eutaxia política, núcleo de la acción política estatal, no estatista. El núcleo de la sociedad política es el ejercicio del poder que se orienta objetivamente a la eutaxia de una sociedad divergente según la diversidad de sus capas. Con Aristóteles, Gustavo Bueno afirma que la praxis política debe orientarse a la consecución de la eutaxia política, y que la duración es el criterio objetivo más neutro posible del grado de eutaxia de una sociedad política.
Obviamente que, en estos tiempos, el Gobierno máximo o estatista es un generador de corrupción y distáxico. La única forma de combatir la corrupción gubernamental es eliminando al mínimo, con la ayuda de las tecnologías, las oficinas, agencias y organismos estatales que son fuente de corrupción. La idea del gobierno de Javier Milei no es terminar con el Estado (Gobierno), sino reducirlo de forma considerable, con el fin de revertir la decadencia que sufre el país.
Si Milei es un anarcocapitalista o no, que cuernos importa, lo que importa es la eutaxia de la Argentina, y en este sentido Milei es un héroe porque casi en solitario pudo lograr dar una batalla cultural que no solo es con los izquierdistas sino también con idiotas como Hoppe. Si lo que hace Javier Milei es apropiado o no para un «ancap» importa un pepino. Javier Milei dijo una vez que era un anarcopolítico en lo filosófico y un minarquista en política, y sabe diferenciar entre lo que son los deseos y la realidad, entre la teoría y la práctica.
Cosa que Hans Herr Hoppe no sabe, si por esas cosas de la vida el intelectual Hans Hoppe, fuera presidente de Argentina, no duraría una semana en el poder, en primer lugar y lo más suave, sería echado del poder mediante un juicio político, se tendría que ir de la casa de gobierno en un helicóptero como quieren hacer los peronistas izquierdistas con Milei, y que por ahora siguen tragando hiel y comiendo pochoclos o rosetas de maíz, porque no pueden.
En cambio, un delirante como Hoppe sería corrido a las patadas o colgado del balcón de la Casa Rosada por idiota. Milei es un minarquista o un liberal libertario, cosa que tampoco me importa mucho, es un héroe que le abrió la cabeza a millones de argentinos y se atrevió a dar el combate contra la podredumbre peronista y a todos los gobiernos que gobernaron el país en el pasado, una vez alejados del orden liberar que hizo de Argentina, entre 1985 y 1986, el país más rico del mundo, y sin banco central, y eso es un dato y no un relato, como cree el marxista Armesilla Conde.
La actitud de Hans Hoppe es la típica de los liberales argentinos, ahora, muchos de ellos están resentidos por la aparición de Javier Milei. También se le escuchó decir barbaridades al nivel del peronista Guillermo Moreno, un delincuente que ya está condenado por la justicia argentina, no es raro en un peronista que por naturaleza son irracionales, pero lo raro es en el discípulo más famoso de Murray Rothbard.
Hans Hermann Hoppe, habló en la conferencia del Property and Freedom Society, con una pésima información y con un desconocimiento total, no solo de la política argentina, sino de cómo funciona un país en la única realidad realmente existente. No se puede hablar de algo que no se conoce. Desconoce la realidad de un presidente constitucional que tiene minoría en ambas cámaras, y habla como si Milei, fuese un monarca absoluto, que puede hacer lo que se le da la gana.
Es obvio que Hoppe no sabe cuántos legisladores tiene el oficialismo en Argentina, e ignora lo que Milei está logrando en el primer año de gestión con toda la casta política y los medios en contra, hacer lo que quiere Herr Hope solo serían compatibles con un rey absoluto, o con un jerarca del Kremlin que hace y deshace sin pedirle permiso a nadie. Hoppe autor de «Democracia, el Dios que falló», prueba de que Dios falló y eso es por su existencia, y más allá de su gusto, la Argentina tiene un sistema democrático y republicano y Milei nunca se propuso eliminarlo.
En 2025 habrá elecciones legislativas y si la mayoría acompaña se podrán privatizar más empresas y si esto no ocurre, no. Además, la composición del Senado no será alterado por lo que la casta política seguirá manejando la cámara alta. Una vez más, el alemán habló como si Milei fuese el primer presidente de Argentina o un gobierno que recibió un país sin endeudamiento ni déficit fiscal. Decir que el gobierno de Milei ha acumulado poder central y no ha avanzado en la descentralización del poder, es falsedad o mala leche. La Argentina está recuperando un esquema federal como no había tenido probablemente en un siglo.
El economista germano-estadounidense también se las trae, Hans Hermann Hoppe, siempre se ha manifestado de manera rotunda contra las sociedades democráticas y a favor de la discriminación, por ello es muy popular, muchos grupos neonazis de Estados Unidos y europeos, lo tienen cómo uno de sus máximos ideólogos. Espero que Hoppe si tiene un poco de vergüenza pida disculpas por las estupideces vertidas en Turquía, insisto en que Hoppe debió haber hablado en un programa de televisión llamado, por ejemplo: «Hablemos sin saber». Solo nos faltaría el emérito rey Juan Carlos de España para que le ordene: ¡Porque no te callas!
22 de octubre de 2024.