EZEQUIEL ATAUCUSI
EL REGRESO DEL PESCADITO
Ricardo Veisaga
La mañana del 3 de junio de 1741 dos negros fugitivos aparecieron en las misiones de La Sal y Pichana, en el Perené. Confundidos y asustados informaron a los religiosos que un indio, pretendiendo recuperar la corona que Pizarro quitó a su padre, estaba levantando a todas las poblaciones nativas de la selva. Durante los siguientes diez años, Juan Santos (ese era el nombre del recién llegado) puso en serios aprietos a las autoridades españolas.
El extraño personaje, que se presentaba como encarnación del Espíritu Santo, fue tan escurridizo para las fuerzas militares virreinales como para los cronistas y, a lo largo de la década que duraron sus acciones, apenas se pudo recoger una breve descripción física del caudillo y una frase que podamos atribuirle con alguna certeza. Cerca de dos siglos después, va aparecer en escena otro personaje, pero éste a diferencia de Juan Santos, Ezequiel Ataucusi Gamonal, irá a hacer carrera.
Ezequiel Ataucusi Gamonal, nació el 10 de abril de 1918, en un pequeño pueblo llamado Huarhua, en el Distrito de Cotahuasi, en la provincia de La Unión, del departamento de Arequipa, República del Perú. Los padres de Ezequiel, fueron Mariano Ataucusi Urquizo y Eulalia Gamonal Chacón, ambos campesinos.
Debido a la situación económica familiar, trabajó desde muy pequeño en las minas de sal de Huarhua. Sus estudios se reducen al cuarto año de primaria. Años después se casaría con Dionisia Ospina, con quien tuvo siete hijos. A la muerte de Dionisia, se volvió a casar en 1970 con Silvera Molina, quien cuidó de sus hijos, también tuvo hijos extramatrimoniales.
Ezequiel Ataucusi, zapatero de profesión, se acercó a la religión a través de la iglesia Adventista, pero luego se alejaría de ellos para fundar su propia iglesia, se autoproclamo profeta e inició su prédica por la selva central del Perú. Tras su «hallazgo» de la Biblia se un sintió elegido por Dios.
Recurriendo a un suceso histórico, concretamente al emperador romano, Constantino, quien sellara un pacto con la Iglesia que se conocería como el Edicto de Milán del año 313, Ezequiel afirmaba que la Iglesia habría traicionado la misión divina que tenía en el mundo.
Pero la historia de la salvación se habría recuperado en 1955, cuando Dios (al que Ezequiel y sus seguidores llaman Jehová), reveló al propio Ezequiel Ataucusi sus nuevos designios para restaurar su pacto con la humanidad. Por ese motivo fundó la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal –AEMINPU-, e inició la prédica de la Ley Real o Evangelio, el grupo fue legalizado en Perú en 1969.
Ezequiel Ataucusi, relata su conversión en el pueblo de Picoy, Departamento de Junín, en abril de 1955, «donde se realizó el acontecimiento del refrigerio de la presencia del Señor: Hechos 3:19, recayéndose sobre mí la lluvia temprana y la tardía: Deuteronomio 11:14 y Santiago 5:7 y…»
«Fui conducido al lugar denominado Palomar Sanchirio (Chanchamayo), en el año 1956, allí donde me tuvo instruyéndome de día y de noche sin cesar: Isaías 28:26, donde se realizó que por la primera vez fui arrebatado en espíritu hasta el tercer cielo: Segunda Corintios 12:3 y 4, donde conocí al Padre Celestial, y al Hijo y al Espíritu Santo; quien habló conmigo y díjome: ¿Ezequiel, ya llegaste? Entonces dije, ya llegué Señor, y díjome por segunda vez, solamente te esperábamos a ti para comenzar la obra, y luego levantose el Padre Celestial dirigiéndose hacia una pizarra, y escribió los DIEZ MANDAMIENTOS, LAS DIEZ PALABRAS DEL PACTO».
Ezequiel Ataucusi Gamonal, que apenas medía 1.60 m., compensaba su pequeña estatura al sentirse superior a cualquier otro, ya que según él, Dios había hablado con él y le dejó la tarea de «encaminar a la humanidad». Actualmente su iglesia tiene alrededor de un millón de seguidores conocidos como «los israelitas».
Dicen ser los nuevos emisarios en la Tierra de los hebreos de la época de Cristo. Se visten con túnicas y mantienen los pelos largos, los diputados van a las sesiones vistiendo largas túnicas blancas. Las mujeres llevan un pañuelo en la cabeza y se dejan el cabello largo, y los hombres abundantes barbas. Visten túnicas cuyos colores son revelados por Dios. Tienen prohibidos el alcohol, el tabaco y los denominados alimentos impuros y celebran varias fiestas judías.
Creen en un paraíso regido por la Biblia e inspirado en el antiguo imperio de los Incas. Las enseñanzas de Ezequiel son una mezcla del Viejo Testamento y la cosmovisión de los incas, en la que Perú representa la tierra prometida. Para esta iglesia, Perú es un país privilegiado, es el Israel de Occidente.
Los miembros de la iglesia, afirman que Jesucristo es el Hijo de Dios, y que el Espíritu Santo se encarnó en Ezequiel Ataucusi, a quien llamaban «Cristo de Occidente». Recibía el trato de «mi Señor», y le mostraban respeto y temor. Profetizaban que moriría crucificado después de predicar 1.260 días, como Jesús, y que tras permanecer tres días muerto expuesto en público, resucitaría al recibir de nuevo el Espíritu Santo.
Sin embargo, a pesar de que sus fieles afirmaban que era «la reencarnación del Espíritu Santo», Ataucusi murió como cualquier hijo de vecinos. En junio del 2000 dejó de existir a los 83 años, la muerte fue provocada por una insuficiencia renal. Los médicos de la Clínica Adventista de Miraflores, actualmente conocida como, Good Hope, no pudieron salvarlo. Luego de su fallecimiento, los «israelitas» lo vistieron de oro, piedras preciosas y le colocaron una corona.
Su velatorio duró alrededor de tres días, el mismo tiempo en que Jesucristo fue velado. Esperaron que al tercer día su mesías cumpla la promesa de resucitar, pero no resucitó y a Ataucusi no lo vieron ascender para sentarse a la derecha de Dios padre. Al no suceder tal resurrección, fue cremado como un cordero pascual, entre cánticos, alabanzas y lágrimas de sus seguidores que fueron a despedirlo.
Pese al desencanto, la gente que tiene este tipo de fe, le encuentra rápidamente muchas explicaciones. Decían que fallaban las fechas, o calculaban cuando sería el fin del mundo. También decían que Dios había dado una tregua a la humanidad y como el movimiento no se había expandido a los cuatro cantones de la Tierra, le había concedido la potestad a Ezequiel Ataucusi para que él tome la decisión de cuándo debe llegar el Fin del Mundo.
En el día final Ataucusi se vestirá con la túnica roja y azul, que es como lo representan en imágenes. En resumen Ataucusi tiene la capacidad divina de decidir el fin del mundo. En esto se parece a la figura del Inca, quien tenía la capacidad de detener el tiempo. Cuando «la reencarnación del Espíritu Santo» no resucitó, sus seguidores dijeron que él había resucitado en sus corazones.
Usar el pelo largo era una vieja costumbre en la antigua ciudad de Tahuantinsuyo, y se correspondería con el voto nazareno que aparece en el libro bíblico del Levítico, Jesús era nazareno. Y los sacrificios ofrecidos por los incas a sus dioses serían los que prescribe el Antiguo Testamento. Basándose en estos datos y otros de su pasado cultural, concluyeron que Perú es el lugar de la nueva alianza de Dios, el «nuevo Israel», el pueblo escogido por Jehová.
Comparten una concepción milenarista, común en grupos mesiánicos, los fieles seguidores de Ezequiel, el nuevo Cristo, serán conducidos a Israel y vivirán un milenio en la gloria de Dios. Luego de la feliz estancia, serán llevados en carros de fuego a otro planeta. También existe una «tierra prometida», cuyo lugar sólo conoce el líder. Parecería que ese lugar estaría en la amazonia peruana y para estar preparados, se fueron acercando a ese lugar, lo que se llamó la «emigración a la Montaña».
Para los elegidos de Dios y el fin del mundo, queda claro la elección de Perú por Dios, y dicen que: «Jehová restauró a su Pueblo en el Occidente, en el Ombligo de la Tierra, en la República del Perú, en el año de 1968 y se encuentra congregado en la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal». En esto, en la relectura de la historia, son iguales a los mormones y se consideran descendientes directos del pueblo de Israel.
«la tribu de Dan se desplazó hasta el continente americano y dio origen a una nueva generación o Pueblo de Dios en América, estableciéndose en el Cuzco (Centro del Mundo), capital del Tahuantinsuyo, imperio de los incas; INCAS significa: “Israel Nació en el Cuzco en América del Sur”, este pueblo también desobedeció las leyes de Dios y Dios se alejó de ellas, empero, no los abandonó y en sus descendientes se levantaría el Reino de Dios al final de los tiempos (ahora). La ciudad de Macchu-Picchu fue construida con la potencia del Espíritu Santo».
Continuando con la prédica nos advierten del fin del mundo: «El fin vendrá, cuando los Israelitas adoptivos hayan terminado de predicar el Evangelio del Reino a todos los seres humanos…»
«En el año de 1993, el Maestro Ezequiel Ataucusi Gamonal, fundador y compilador de la AEMINPU, el postrer Moisés, obtuvo una prolongación del tiempo de 30 años para predicar el Evangelio del Reino a toda la humanidad, de tal manera que, el plazo que tienen los israelitas para predicar el Evangelio en los cuatro cantones de la tierra vence en el año 2023, de no cumplirse con este último plazo, el castigo de Dios será inminente tanto para los israelitas como para la humanidad entera por su incredulidad y desobediencia».
Por lo expuesto, su misión es difundir que Perú es el espacio de la salvación, y que la democracia es una vía para difundir su prédica, de hecho se manifiestan como un partido teocrático. En algún momento en el futuro se establecerá esa teocracia. Creen que habrá una crisis económica, social, ambiental y política en Perú y en el mundo, y en medio de la desolación, será el mismo pueblo el que les pida a los «israelitas» que asuman el control.
En su doctrina política religiosa, la agricultura ocupa un lugar central, dicen que es una actividad bendecida. Y que la agricultura familiar-artesanal es el motor de la economía, en su campaña política proponen «salarios justos» para los agricultores y crear institutos de investigación agraria en todas las provincias y municipios. Y lo mejor, eliminar la inmunidad parlamentaria, la reducción de la jornada laboral de 48 a 44 horas sin bajar el salario y aumentar el impuesto a la riqueza.
En educación, quieren implantar una cultura moral y ética evangelista en las escuelas. Son conservadores en todas las costumbres y las mujeres deben mantener una vida tradicional ocupándose de la casa y de los hijos. Están en contra del aborto y el matrimonio igualitario. El diputado electo Wilber Cayllahua, se refirió a los homosexuales como «ciudadanos que están enquistados, en su corazón y sangre, con el mal».
No solo en los Andes peruanos, también en el boliviano, existe una tradición de sincretismo, de mezcla de religiones y personajes justicieros de origen divino. Eso está presente en las rebeliones de Juan Santo Atahualpa y Túpac Amaru. Ramón Mujica, antropólogo, sostiene que «las Sagradas Escrituras se convirtieron en el libro profético por excelencia que sirvió a españoles, criollos, mestizos e indígenas por igual para legitimar diversos programas políticos y reformas sociales».
El campesino Ezequiel Ataucusi, cuya lengua materna es quechua, impulsó su propia iglesia con una fusión entre la cosmovisión andina y la evangélica. En sus comienzos cuando recibió el encargo celestial tuvo unos treinta seguidores, hoy se cree que cuenta con un millón de «israelitas». Ezequiel Ataucusi no es un episodio anecdótico en la historia del Perú. Está directamente vinculado a movimientos político-religiosos que se remonta al siglo XVI.
El mesianismo andino cobra vigencia a finales del siglo pasado y ahora, porque los líderes lo empezaron a utilizar como un movimiento político, primero por Sendero Luminoso, una utopía maoísta, opuesta a la de Ezequiel Ataucusi, el mesías del Nuevo Pacto Universal. Ataucusi en su interpretación de los textos bíblicos los acomodó con la realidad de Perú, valiéndose de algunas extracciones que hace de la Biblia, su ubicación geográfica, su escudo.
También, como dijimos antes, valores de la cosmovisión andina como el destino del hombre dado al trabajo, tanto en este mundo como en el otro. Y una narrativa inca muy ligada a un discurso de identidad, lo que hizo que miles de hombres y mujeres andinos, que se encontraban marginados en medio de la migración del campo a la ciudad, la pobreza extrema y el conflicto armado de los 80s, ávidos de esperanza adoptaron esta religión.
En 1989, cuando ya tenía decenas de miles de seguidores que vivían en la selva y en las sierras, en comunidades, Ataucusi, autoproclamado representante de Cristo en la tierra y difusor de una filosofía evangélico-incaica, fundó el Frente Popular Agrícola FIA del Perú, que se conoce por su acrónimo (Frepap), un partido agrario, teocrático y mesiánico del que fue candidato presidencial tres veces antes de morir.
Uno de sus objetivos era lograr poder político para que el estado no le arrebataran las tierras donde sus seguidores habían levantado las colonias. El Frepap fue fundado como brazo político de la organización religiosa, la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu). Aeminpu fue fundada en 1968 en el Perú y unos años después tenía representación en otros países sudamericanos, hay quienes sostienen que también en Estados Unidos y Europa.
Como asociación, Aeminpu propugna una estricta adhesión a la «Ley Real», a los Diez Mandamientos y, en particular, al día sábado, así como a la separación del «mundo», formando grandes comunidades en las áreas selváticas del Perú, bajo un movimiento llamado «Fronteras Vivas» y viviendo de la tierra. Su expansión se pensó desde el campo a la ciudad, con una fuerte influencia en la zona amazónica.
Ezequiel Ataucusi Gamonal, que falleció el 21 de junio de 2000, intentó alcanzar la presidencia con el FREPAP, partido político cuyo símbolo es un pez, en alusión a que él contaba que ese animal acuático lo salvó de morir ahogado en un río cuando solo era un niño. Antes de su muerte, nombró a su hijo Ezequiel Jonás Ataucusi Molina como el «príncipe heredero», en una ceremonia donde un sacerdote de la congregación lo ungió, para oficializar la sucesión.
Ahora, el Frepap, liderado por su hijo, se convirtió en la tercera fuerza más votada de un atomizado Congreso tras obtener el 8,25% de los votos a nivel nacional. Los «israelitas» con sus túnicas, cabellos hasta la cintura y barbas prominentes ya se pasean por el palacio legislativo de Lima. Obtuvieron 16 bancas y con ello la llave del poder. Esos 16 escaños serán los árbitros de la política del presidente Martín Vizcarra.
Los legisladores de las túnicas, recién electos, aseguran que trabajarán sin descanso todos los días del año salvo las tres semanas del año que son «sagradas». En especial en el periodo en que los fieles de la Aeminpu celebran la ceremonia del holocausto durante siete días seguidos, de sábado a sábado. Durante la fiesta queman hasta incinerar un toro y dos corderitos previamente macerados.
Le cantan al dios de Jacob, apoyándose en la música del Himno Nacional o El Cóndor Pasa. Y en medio de charangos y quenas, en el entusiasmo (Dios dentro de uno) gritan hasta el delirio cuando escuchan una grabación del Mesías de los Andes recitando «sus diez mandamientos». El largo camino al Congreso se inició en 1990, logrando apenas 73 mil votos y no obtuvieron representación en el Congreso, pero hicieron conocer la figura del «pescadito», símbolo que continúa vigente.
En las elecciones de 1995, Ataucusi volvió a postularse y superó los 56 mil votos (1.1%). En aquella época no existía la valla electoral y fue gracias a ese detalle que logró representación en el Congreso, logrando un escaño Javier Noriega Febres. A Noriega Febres, se lo acusó falsamente de ser cabecilla de un comando de sicarios, responsables de asesinatos en la organización religiosa, es decir de hacer limpieza interna, durante el régimen de Fujimori.
Años después el Poder Judicial sostuvo que las acusaciones contra Noriega Febres carecían de sustento y declaró fundada la demanda de indemnización por daños y perjuicios que se interpuso contra la Compañía Latinoamericana de Radiodifusión. En el 2000, Ataucusi con 71 años, intentó por tercera vez la presidencia. Esa vez logró 80 mil votos en las presidenciales y en el Congreso, más de 216 mil votos (2.2%), su mejor resultado electoral hasta entonces.
Lograron dos curules para Luis Cáceres Velásquez y su hijo Roger Cáceres Pérez, personajes que se hicieron famosos por unirse a las filas del fujimorismo tras recibir dinero de Vladimiro Montesinos. Ataucusi murió el 21 de junio del 2000, luego de permanecer dos meses postrado, y por lo tanto no se enteró que sus dos aliados que llegaron al Congreso habían pasado a servir los intereses del fujimorato.
Desde entonces. El partido guardó perfil bajo, con apenas victorias a nivel distrital y provincial. En 2011 no llevaron candidatos a las elecciones presidenciales y en 2016 retrocedieron en sus intenciones de postular al Legislativo. Dos años después, en 2018, estuvieron presentes en las Elecciones Regionales y Municipales, logrando cuatro distritos y una provincia, en Huánuco, Loreto y Madre de Dios. Hoy el partido es la revelación de las últimas Elecciones Congresales 2020. Con 16 escaños ganados, el FREPAP, ha regresado al Parlamento tras 20 años.
Como candidato presidencial, a Ataucusi le fue muy mal en las tres elecciones, incluso se dice que mantuvo una reunión con Mario Vargas Llosa, cuando éste se presentó a las presidenciales de 1990, pero después decidió seguir con su propia candidatura. Creo que fue el antropólogo Juan Ossio, quien lo comentó. La reunión habría tenido lugar cuando el Fredemo de Mario Vargas Llosa, estaba en campaña para las elecciones de 1990.
Según Ossio, Mario quería conocerlo, había visto y sopesado las posibilidades de los israelitas como movimiento popular, y pensaba que recibir el respaldo de este segmento importante de migrantes andinos podía ser bueno para su candidatura. Tuvieron un almuerzo, y quien llevaba la voz cantante fue Jeremías Ortiz, que era el presidente de la congregación. Y lo único que Ataucusi dijo al final fue: «No se preocupe, doctor. Yo lo siento en el trono».
Parece ser que Mario Vargas Llosa hizo muchos chistes con eso, porque al final el propio profeta quiso sentarse en el trono y un mes después terminó lanzándose a la presidencia. Y no le fue mal. No ganó, pero puso gente en el Congreso y los israelitas se hicieron más conocidos. Dice Ossio, cuando yo iba a Cieneguilla, veía a empresarios y políticos que iban a visitarlo. Ya no era un personaje ridículo como algunos habían pensado, sino alguien con poder.
Ataucusi fue acusado de violaciones, privación de la libertad, robo y otros delitos menores, pero nunca lo condenaron. Las acusaciones que se hicieron contra el propio Ataucusi surgían de ciertas rivalidades internas o a veces de disidentes de su misma congregación. Como Dios viviente o como Inca, en las casas reales que tenía en las comunidades había mujeres que lo servían.
Se comenzaron a tejer historias de que él se metía con todas estas damas e incluso que había desvirgado a algunas chicas menores de edad. Una de sus primeras seguidoras, Natividad Puchuri, que había sido llevada por sus padres a una de las comunidades en Puerto Bermúdez-Oxapampa, relató a la prensa peruana como Ataucusi la violó cuando tenía 13 años y la mantuvo a su lado bajo amenazas hasta que cuatro años más tarde tuvo una niña, Raquel.
El mesías las abandonó. Cuando Raquel cumplió 14 años fue a buscarla y se la llevó a Cieneguilla, a 40 kilómetros de Lima, donde había levantado su templo. Poco antes de morir les dijo a sus fieles más cercanos que Raquel debía ser la heredera, la nueva líder. Cuando Ataucusi se encontraba mermado por los años y ya no podía digitar nada, sus hijos mayores se quedaron con el liderazgo de la secta.
Las ansias de poder llevaron también a que se pelearan sus hijos y Ezequiel Jonás Ataucusi Molina, se quedó con todo. Ezequiel Jonás como todo hombre poderoso estaba custodiado por decenas de guardaespaldas armados hasta los dientes. Jonás fue víctima de acusaciones de narcotráfico y delitos financieros, pero también salió airoso de los juicios.
Los siete hijos que tuvo con Dionisia Ospina lo recuerdan como un buen padre, excepto por su hija Raquel. Ella fue acusada penalmente por el mismo Mesías por supuestamente practicarse un aborto. Raquel practicaba el modelaje en pasarelas de discotecas. Para Ataucusi eso no era digno de una descendiente del fundador de la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu).
El hecho de que se presentaran como hebreos, provocó mucha inquina en su contra, y ese fue el caso del periodista de Baruch Ivcher, de canal 2, quien fue uno de los más agresivos con Ataucusi. Para un hebreo, era una blasfemia que estas personas se llamaran israelitas y se identificaran con Israel. Sostenía que estaban suplantando lo que es verdaderamente hebreo.
También fue acusado al margen de su discurso religioso, de tener cierta proclividad al fanatismo y la violencia. Les molestaba que hablara de la pena de muerte durante su campaña política. En esto estoy de acuerdo con él, lo que denomino eutanasia procesal. Más fuerte fue el sentimiento de los israelitas de buscar la salvación, y su ideal de expandir el movimiento, y que la congregación sea aceptada voluntariamente por la gente.
Ataucusi se interesó por la política cuando descubrió que era necesario tener el reconocimiento del Estado para su proyecto de crear colonias en la selva. Ya había tenido problemas cuando sus seguidores se habían establecido en algunas zonas y no tenían los títulos legales, porque otros colonos les abrían juicios o surgían conflictos. Para lograr los títulos era necesario tener vínculos con las autoridades.
A medida que se desempeñaba en la política, se daba cuenta de que tipos de mensajes o discursos eran convenientes, y encontró el tema de las fronteras vivas, la política del Estado para la colonización de las fronteras nacionales, que estaban a la deriva. A fines de los 80s, entendió que los israelitas ya no eran el grupo anónimo de antes, sino que ya tenían Centros de Capacitación Bíblica en prácticamente en todas las provincias del Perú y 5, 6, 7 colonias, algunas hasta con 8 mil o 9 mil personas.
Los israelitas, crecieron haciendo campaña entre la población indígena y rural, entre la gente sencilla que encuentra en este movimiento su nueva familia, con la seguridad y protección que no encuentran fuera de la secta. Sus miembros fueron acusados de delitos como asesinatos, desapariciones y bigamia. En 1992 algunos de sus miembros fueron acusados de varios asesinatos que ellos justificaron como «sacrificios rituales israelitas».
Uno de ellos, el chófer del fundador, declaró: «Me siento libre y en paz con mi alma, todas mis actuaciones corresponden a lo establecido en las sagradas escrituras, porque así está escrito». Ese mismo año, dejaron morir desnutridos y sin medicación a más de 50 niños que padecían sarampión, supuestamente por obedecer el mandato divino. En el 2013, la policía brasileña los vinculó sin éxito con las redes de narcotráfico.
Juan Ossio dice ser testigo de cuando Ataucusi se reveló como la encarnación del Espíritu Santo en la Tierra. Estaban en un ambiente de la Casa Real de Cieneguilla, la morada del profeta. Uno de los invitados ajenos a la congregación acababa de preguntarle qué diferenciaba a los israelitas –esos hombres y mujeres andinos que lo seguían ataviados a la manera de los hebreos del tiempo de Cristo– de otras iglesias evangélicas que prometían la salvación de un país en caos. Ataucusi ordenó que uno de sus seguidores leyera fragmentos dispersos de la biblia, según le fuera indicando.
Ossio dice «Por primera vez, desde que inicié mi amistad con él, de manera explícita y sustentada, en una sucesión de citas bíblicas hilvanadas en una secuencia aparentemente muy lógica, aseveró que él era el Hijo del Hombre». Mientras otras congregaciones anunciaban la segunda venida del Mesías, los israelitas lo tenían en casa.
Pero la mayor virtud de Ataucusi fue competir en las sierras con el grupo Sendero Luminoso, en los 80s. Los seguidores de Ataucusi eran parte de un estrato social igual a la gente que se sumaba a Sendero, de gente que buscaba verdades para mitigar la crisis en que vivían, y esas respuestas mesiánicas era toda su esperanza.
Sendero Luminoso tenía un líder, Abimael Guzmán, el filósofo terrorista, que se autoproclamaba la Cuarta Espada del Marxismo, un iluminado que se proponía arrasar el Estado burgués a la que culpaba de todos los males y las injusticias, para construir una sociedad sin oprimidos. Guzmán que se exhibía como el verdadero intérprete del socialismo, les ofrecía la posibilidad de adueñarse de la riqueza de los poderosos, de los ricos.
Mientras el país se encontraba en medio de un devastador conflicto interno, el creador de la primera iglesia mesiánica de los Andes convenció a miles de pobladores de soñar con un paraíso terrenal a semejanza del Tahuantinsuyo y regido por la Biblia, donde él era la encarnación del Espíritu Santo. Lo suyo era una alternativa a la utopía violenta de Abimael Guzmán.
Ezequiel Ataucusi era el intérprete de la Biblia, el que les podía dar las luces necesarias para comprender el Antiguo y el Nuevo testamento. De encontrar el orden a través de un profeta que les ofrecía llegar a la Tierra Prometida siempre y cuando aceptaran las reglas de su religión. Entre ambas opciones, muchos prefirieron la ruta pacífica. Ambas fueron de corte mesiánico pero la suya no estaba cargada de odio y violencia.
Ataucusi, era un arquetipo para sus seguidores, un hombre de los andes, un humilde campesino, criado en una población quechua hablante, que había vivido las migraciones internas. Trajo alivio a muchos pobres, a los marginales, les ofreció consuelo en la cohesión social del movimiento, de mitigar su hambre en las colonias. Su cosmovisión los llevó a conformar grandes comunidades en las zonas selváticas, alejándose del resto de la población.
Ataucusi brindó un servicio al Perú presentándose como una alternativa pacífica a Sendero Luminoso. Y en eso consiste su importancia en la historia política del Perú. Sin Ataucusi, los senderistas se hubiesen apropiado de mucha gente. En este sentido, luego de algunas investigaciones, puedo afirmar que las iglesias evangélicas, fueron un freno para el marxismo en Latinoamérica. Sólo hay que revisar lo sucedido en Guatemala y el presidente evangélico Ríos Mont.
En cambio la Iglesia Católica, vía Teologia de la Liberación, fue el conducto para la penetración del marxismo. Fueron los responsables de tantas muertes y de la violencia política y social. Un ejemplo de lo que digo, es la actuación de los jesuitas en el continente. Timothy Kaine, senador estadounidense y ex candidato a la vicepresidencia con Hillary Clinton, favorable al aborto y a la agenda LGTB.
Timothy Kaine, es católico, y de joven sirvió durante 1980 y 1981 en las misiones jesuitas en Honduras. En ese tiempo el servicio misionero estuvo marcado por el activismo político de los jesuitas. La labor de Kaine y otros voluntarios norteamericanos se realizó bajo la influencia del jesuita norteamericano más importante de la región, el P. James Francis Carney, más tarde conocido como el «Hermano Lupe» o el guerrillero «Mario».
Carney, nacido en 1924 en Chicago y miembro de la provincia de Missouri de la Compañía de Jesús, llegó a Honduras en 1961. Abrazó el marxismo y la lucha de clases. Carney, en su libro autobiográfico «Sólo díganme Lupe», recuerda que su estudio del libro «Una teología para la liberación», del sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, le ayudó a profundizar su convicción de que esta corriente de pensamiento marxista «es la línea teológica del Evangelio de Cristo».
En la época en que Tim Kaine visitó Honduras diversos países en la región vivían el enfrentamiento entre los ejércitos locales apoyados por Estados Unidos y las guerrillas marxistas, que tenían la esperanza de repetir el éxito de la revolución cubana con la ayuda de la Unión Soviética. En 1979 triunfó el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua y un año después en El Salvador, se levantó en armas el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
En 1983, con el nombre de «Mario», Carney regresó como capellán de una columna guerrillera que ingresó a Honduras desde Nicaragua. Ese mismo año, con el fracaso de la guerrilla hondureña, Carney desapareció. Según sus seguidores, fue detenido y ejecutado por un equipo de militares hondureños y estadounidenses.
El «Hermano Lupe» en sus memorias, dice que no todos los jesuitas compartían su decisión de involucrarse directamente en la revolución, pero la simpatía por los revolucionarios financiados por Moscú era compartida por la gran mayoría durante los años en que Kaine sirvió con los Jesuitas. El 13 de julio de 1981, después que Kaine regresara a Estados Unidos tras su año de misiones, el diario local La Prensa, anunció la detención de cinco seminaristas jesuitas en el Aeropuerto Toncontín de la capital de Honduras, Tegucigalpa.
¿Cuál es el futuro para el partido del pescadito? El nuevo líder del movimiento Ezequiel Jonás Ataucusi, no está a la altura de su padre. Y las peleas con su hermano están a la orden del día. Estos movimientos mesiánicos se debilitan al desaparecer su líder. Muchos ya reconocen que Ezequiel Ataucusi no era el Dios en la Tierra, sino el profeta que iba anunciar a Dios. A pesar de eso, tienen 48 colonias en la selva y la tercera fuerza en el Congreso, y en alza.
El escenario político de cara a las presidenciales de 2021, cuando se elija nuevo presidente y Congreso, es incierto. La fractura social evidenciada en las legislativas que llevó a peruanos anónimos, pobres, marginales, el voto protesta, a decantarse por alternativas políticas cercanas al fanatismo religioso, y a sectores cercanos al ideario militarista, pone a Perú en un grave problema.
Las últimas encuestas advierten de la creciente intención de voto del Frente Agrícola Popular FÍA del Perú (FREPAP) y del partido Unión por el Perú. Del primero nos ocupamos en este artículo. El otro, es el partido fundado por el ex secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar en los 90s y actualmente convertido en un «vientre de alquiler», como se llaman a los partidos que se adecúan al pensamiento del caudillo de turno, ahora representado por Antauro Humala.
Antauro es un mayor del Ejército en retiro y condenado por el asesinato de cinco policías en un intento de golpe en el 2005, además, es el hermano del ex presidente Ollanta Humala, procesado por el caso Odebrecht. Antauro dice que desea fusilar a su hermano junto a los otros ex presidentes acusados de corrupción, también a gays y venezolanos, según sus declaraciones.
El ideario político de Antauro sostiene el «Etnocacerismo», ideología desarrollada por su padre, Isaac Humala, que se puede reducir como un nacionalsocialismo indigenista que cree en la superioridad de la raza «cobriza». Nada extraño en un país donde conocidos intelectuales propugnaron un marxismo indigenista. Otro de los fenómenos de la última elección fue otro ex militar, Daniel Urresti, procesado por delitos de lesa humanidad, y fue el parlamentario más votado de esta elección.
Urresti, llegó al Congreso por otro «vientre de alquiler» llamado Podemos Perú. Urresti es carismático y supo imprimir su sello personal a las demandas de seguridad y orden que necesita el pueblo peruano. No tiene contenido ideológico, lo cual lo convierte en alguien más pragmático. Esto ha sido el resultado de la gran marginalidad existente de aquellos que no pueden acceder a los beneficios del «Milagro Peruano», que se promocionaba en la década pasada.
Por otro lado, los grandes perdedores fueron los partidos tradicionales como el fujimorismo o el aprismo, en medio de este escenario desolador aparece débilmente el Partido Morado cuya representación se reduce a una parte de la élite y clase media urbana de Lima. El presidente Martín Vizcarra, quien adelantó que no buscaría la presidencia, puede llegar a cerrar su gestión presidencial mucho mejor de lo que empezó, si sabe pactar y llevar adelante una buena agenda en medio de la fragmentación parlamentaria.
De no ser así, el camino será allanado para opciones como Antauro Humala u otro Mesías de turno. Por ahora ¡Larga vida al pescadito!
11 de febrero de 2020.