EL SAHARA OCCIDENTAL
CONFLICTOS REGIONALES Y GLOBALES
Ricardo Veisaga
Historia y actualidad: parte 1.
Hace casi medio siglo que el Sáhara Occidental dejó de ser la provincia número 53 de España, pero el futuro incierto del Sáhara Occidental sigue provocando enormes problemas entre los países del sur de Europa, y contribuyendo a la inestabilidad e inseguridad en el norte del África (Magreb) y más al sur prolongándose en el Sahel, que en las últimas décadas se vio convulsionado por el desarrollo del yihadismo y el interés de las potencias mundiales.
El conflicto del Sáhara se prolonga ya por 48 años sin que se pueda ver una salida, las dos partes en conflicto apenas se han movido de sus posiciones originales. Mientras tanto la ONU sigue abogando por una solución política para ambas partes. La autonomía propuesta por Marruecos no sirve como solución, aunque tenga el respaldo de algunas potencias porque no contempla la otra parte. La propuesta para el Frente Polisario no es ninguna garantía.
El Frente Polisario tiene la legitimidad internacional de su lado y la solidaridad de muchos grupos del mundo. Ya que se trata de un proceso de descolonización que no ha concluido y que requiere la consulta a la población saharaui. Por un lado, Marruecos mantiene una posición ambigua, abre negociaciones con el Frente Polisario para lograr una solución, lo que supone reconocer que existe un problema no resuelto, y, por otro lado, mantiene oficialmente un discurso que demoniza al Frente y mantiene la marroquinidad del territorio.
España es responsable por una descolonización mal resuelta y no se trata de un conflicto cualquiera de política exterior, sino que es la resultante de su política interior. La cuestión del Sáhara Occidental es un problema espinoso que puede llegar a complicar la acción exterior española en uno de sus puntos más sensibles, su frontera sur. Además, por ser miembro de la Alianza, especialmente cuando la cumbre de la OTAN en Madrid, ha logrado la ampliación del flanco sur entre sus nuevas prioridades.
El enfrentamiento entre Ucrania y Rusia no es una cuestión ajena a los problemas de las relaciones internacionales. Estamos ante una posible guerra mundial o en los albores de una guerra fría declarada, pero que, de facto, ya está operando. Cada uno de los actores globales o regionales están tratando de reacomodar sus roles en los escenarios político-militares, tratando de encajar su propio papel en el conflicto.
El espacio geográfico-estratégico del mediterráneo-norteafricano, que se ha visto involucrado en los últimos años por el conflicto libio y la explosión migratoria, ha llevado a la región a una situación explosiva. La costa sur del Mediterráneo, está siendo considerada en términos estratégicos, no solo por el control de los flujos militares, sino por las reducciones de las cuotas para el abastecimiento alimenticio y energético como consecuencia de las sanciones contra Rusia.
Desde antes de las tensiones políticas entre Rusia y Ucrania, las dos potencias regionales Argelia y Marruecos se lanzaron en una disputa diplomática, donde no faltó la muestra del músculo militar, en clara y directa competencia, y que está centrada en el Sáhara Occidental.
Breve historia del conflicto.
Este territorio de casi 270.000 kilómetros cuadrados, es relativamente grande, compuesto básicamente de arena y escasamente poblado, solo viven algo más de medio millón de personas. Está ubicado en el borde occidental del desierto del Sáhara en la costa noroeste de África, el territorio se extiende a lo largo de unos 1.000 kilómetros de costa atlántica. Limita con Marruecos al norte, Argelia al este y Mauritania al sur y sureste. Es un territorio inhóspito, pero posee importantes reservas naturales, cuenta con grandes reservas de fosfato y uno de los bancos pesqueros más ricos del mundo.
El Sáhara Occidental tradicionalmente fue poblado por tribus bereberes, fue una antigua colonia española. El primer lugar de asentamiento español fue el pueblo pesquero de Villa Cisneros en 1884, más tarde se ampliaría a las áreas de Saguía el-Hamra y Rio de Oro, que se reunieron en un solo territorio el Sáhara español, la capital fue El Aaiún. En el año 1934, fue convertida en una provincia española, denominada Sahara español, hasta que las Naciones Unidas pidió la descolonización del territorio en 1965.
El reino de Marruecos, que se había independizado en 1959, reclamaba el territorio como suyo, y también Mauritania. En la década de 1950 luego de la independencia y unificación de Marruecos, los marroquíes iniciaron un movimiento nacionalista que tenía como objetivo conformar el Gran Marruecos. La primera víctima fue el Sáhara Occidental con la justificación que esa región históricamente les pertenecía.
Es cierto que, en un momento en la historia, en el que el antecedente de lo que luego sería Marruecos, llegaba más allá del río Senegal, y se podría decir que incluso controlaba Gao y Tombuctú, dos sitios claves en lo que se conoce como el Sahel. Los marroquíes pretendían recuperar un supuesto esplender histórico, aprovechando el proceso de descolonización de África luego de la Segunda Guerra Mundial, para ser más exactos, como consecuencia de la dialéctica de imperios.
También Mauritania se sumó a Marruecos en la reclamación de una parte del territorio de la provincia española. El Sáhara, luego de más de dos décadas desde que ambos países lograran la independencia, continuaba bajo control español. Pero ni Mauritania ni Marruecos no tuvieron en cuenta el deseo del pueblo saharaui de ser independientes, y crear un propio estado lejos del control de ambos países.
En 1967 se creó la Organización Avanzada para la Liberación de Saguía el-Hamra y Río de Oro, en el propio Sáhara Occidental, para formar en 1973 el Frente Polisario, que iniciaría la lucha armada por la independencia del Sáhara contra España. En el año 1974 España anuncia sus planes de conceder mayor autonomía a los saharauis y propone celebrar un referendo de autodeterminación en 1975. Marruecos se opuso y comenzó a boicotear el proyecto de independencia del Sáhara Occidental.
Marruecos no encontraba solo en sus planes, Estados Unidos que estaba en plena Guerra Fría, apoyaba la anexión marroquí del Sáhara ya que el Frente Polisario, era apoyado por Argelia que formaba parte del bloque comunista, ideológicamente se alineaba con el marxismo y el bloque soviético. En los últimos años de ocupación española, el gobierno de Mauritania retiró sus pretensiones sobre el sur del Sáhara Occidental dejando vía libre a Marruecos.
La inestabilidad política y la presión de Estados Unidos y Marruecos acabaron con el intento de España por llevar a cabo una descolonización adecuada y celebrar un referéndum en condiciones. España se retiró en 1975 sin haber concretado dicho referendo y Marruecos se anexó el Sahara Occidental manu militari y alentó a miles de marroquíes a establecerse allí. En mi investigación, encontré documentación que indica que unas semanas antes de producirse la Marcha Verde, España ya había negociado la entrega del Sáhara a Marruecos.
El 6 de noviembre de 1975, para la sorpresa de la comunidad internacional, se produce la invasión de 350.000 civiles marroquíes llevando entre ellos unidades militares camufladas, cruzaron la frontera en la llamada «Marcha Verde» para presionar por la reivindicación del reino. Los civiles avanzaron tomando las ciudades más importantes de la ex colonia, desde El Aaiún hasta Villa Cisneros, agrupándose alrededor de Tarfaya.
La invasión marroquí de la provincia española del Sáhara, fue alentada, auspiciada e impulsada por el rey Hasan II, padre y predecesor del actual rey de Marruecos. De acuerdo a fuentes confiables se confirmó que la operación fue coordinada y apoyada por la CIA por orden del gobierno de Estados Unidos. Con la población civil también ingresaron numerosas tropas marroquíes que iniciaron un conflicto armado contra el Frente Polisario.
A escasos 30 kilómetros al sur de Tarfaya se encuentra el paralelo 27, que es la frontera acordada entre el dominio español y el francés hace más de 100 años atrás. Actualmente esa frontera ya no existe, puesto que Marruecos controla la parte occidental de la antigua colonia española. En 1940, después de que España incluyese a Saguía el-Hamra, la región de El Aaiún, dentro de su colonia del Río de Oro, se movería la capital de Villa Cisneros a esta misma ciudad, cuyo nombre significa «las fuentes» o «los manantiales».
En razón de las fuentes o pozos de agua dulce que se encuentran en el lugar los españoles decidieron formar un asentamiento en ese lugar. Por otro lado, El Aaiún se encuentra a solo 18 kilómetros del mar, clave para construir un puerto que sirviera de comunicación. En las últimas décadas la ciudad creció de manera exponencial, y eso se debe a que Marruecos da beneficios a los marroquíes para que se muden a la región.
Es decir, una demopolítica puesta en marcha por Marruecos, similar al realizado por Rusia en Crimea, o como se emplea en muchos lugares del mundo, es decir, la marroquinización del Sáhara, con el propósito de crear una población permanente y asegurarse en caso de producirse algún día un referéndum, que estos voten a favor de permanecer con Marruecos.
Luego de arduas negociaciones con Marruecos, se firmó el «Acuerdo Tripartito de Madrid», por los cuales España transmitía el poder administrativo del Sáhara a Marruecos y Mauritania, mientras se decidía el futuro del Sáhara como una nación independiente. La colonia del Sáhara Occidental era uno de los territorios que la ONU consideraba «no autónomos» y cuya descolonización estaba pendiente.
Por tanto, la ONU consideró ilegal esta ocupación y rechazó los acuerdos ya que en teoría un territorio colonizado no puede pasar de un país a otro sin primero consultar la voluntad del pueblo que está siendo sometido. Pese a no ser legal el acuerdo tripartito sobre el Sáhara Occidental, el 26 de febrero de 1976 el gobierno de España comunicó a la ONU que finalizaba su presencia en el Sáhara y que se consideraba sin responsabilidad alguna sobre lo que allí pudiera suceder.
La tierra del Sáhara pasaría a estar administrada «temporalmente» por un estado que pretendía controlar de manera definitiva la región. España técnicamente se había deshecho del Sáhara Occidental y lo había dejado a la merced de Marruecos y Mauritania, aunque el último se retiraría pocos años después. Marruecos lanzó una campaña de colonización del territorio y aumentó la intensidad de la ofensiva contra el Frente Polisario. Sin embargo, la lucha por el reconocimiento de la República Árabe Saharaui continuaba.
España se fue del Sáhara porque fue incapaz de soportar la presión de Marruecos y porque el régimen entraba en su final y al mismo tiempo que el gobernante Francisco Franco estaba próximo a la muerte. Tras intensas negociaciones entre el futuro Rey Juan Carlos I y Henry Kissinger el secretario de Estado estadounidense, debido al pobre estado de salud del generalísimo Francisco Franco, España se dio cuenta de que no tenía el poder suficiente para hacer objeciones a los planes de Marruecos y ordenó la «Operación Golondrina», una evacuación forzada de los últimos residentes españoles de la provincia.
Hay quienes sostienen que Francisco franco, cometió una triple traición, primero a los saharauis, a quienes había prometido un referéndum, a la ONU y al Ejército que estaba en el Sáhara, al que aseguró hasta el último momento que se iba a celebrar un referéndum de autodeterminación y que España defendería el Sáhara Occidental de la invasión marroquí.
Es cierto que España sabía que debían dejar ese territorio, debido al proceso de descolonización llevado a cabo por las potencias luego de la Segunda Guerra Mundial, y por eso consideraba que no era necesario implicar a sus tropas en una guerra, pero no fue capaz de cumplir con la concreción del referéndum.
Tras la marcha de España y a pesar de la condena de la ONU de la invasión por parte de Marruecos, se inició una guerra de 16 años entre el Reino de Marruecos y el Frente Polisario, que se erigió como principal representante de los intereses de los saharauis. La franja oriental del Sáhara Occidental está en manos del Frente Popular Polisario para la independencia de Saguía el-Hamra y de Rio de Oro.
El Sáhara fue admitido en lo que más tarde sería la Unión Africana en 1982, esta admisión fue un duro golpe para Marruecos, lo que provocó que Marruecos se marchase de la organización en señal de protesta. Los esfuerzos de la comunidad internacional por conseguir el reconocimiento del Sáhara Occidental no han cesado desde entonces.
Las Naciones Unidas sigue presionando para celebrar un referéndum, mientras la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) es reconocida por más de 80 países, entre ellos varios países de iberoamérica como México y Ecuador y es miembro de la Unión Africana. La ONU lo considera como unterritorio no autogobernado, pero reconoce su derecho a llevar a cabo un referendo de autodeterminación.
Sin embargo, Marruecos inició una escalada en el conflicto y construyó un muro de forma vertical de norte a sur con el cual consolidaba los territorios del oeste, pero el fin principal era asegurarse las minas de fosfato de Bucraa.
Marruecos, presiona a todo país como sucedió con Suecia cuando llegó a proponer el debate sobre el estatus del Sáhara Occidental en el parlamento sueco, Marruecos amenazó al país escandinavo con diversos chantajes, como el de cerrar la mayor tienda IKEA en África. Suecia tuvo que ceder a las presiones de Marruecos.
Mauritania abandonó sus reclamos territoriales en 1979, y en 1976, el Frente Polisario proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). El Polisario en su lucha contra las fuerzas marroquíes inicialmente tomó la delantera, antes de replegarse hacia el interior. En los ochenta, Marruecos construyó unos muros concéntricos en el desierto, la mayoría de arena, para mantener a los combatientes del movimiento Polisario fuera del territorio donde tenía establecido su control.
La línea defensiva más externa se extiende a lo largo de 2.700 kilómetros, y rodeando el 80% del Sahara Occidental ahora bajo control marroquí, está reforzado de alambre de púas y trincheras, formando uno de los campos de minas más grandes del mundo. En tanto la (RASD) solo controla el 20% del territorio en su mayoría desierto vacío. La lucha se prolongó hasta 1991, cuando la ONU negoció una tregua que preveía la celebración de un referendo.
La beligerancia entre Marruecos y el Frente Polisario se reactivó a finales de 2020 tras la incursión de las tropas marroquíes en el paso fronterizo de Guerguerat, una zona desmilitarizada que separa Mauritania de las zonas ocupadas por Marruecos. El Frente Polisario considera que Marruecos rompió el acuerdo de alto el fuego suscrito en 1991 y declaró el estado de guerra en todo el territorio.
El conflicto no ha sido ajeno a las relaciones entre Marruecos y Argelia, la frontera entre ambos países estuvo cerrado desde 1994, y se calcula entre 100 y 200.000 refugiados saharauis viven en condiciones precarias en campamentos alrededor de la ciudad desértica argelina de Tinduf.
En 1991, el Consejo de Seguridad acordó crear la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) como parte de un arreglo que preveía un período de transición para preparar la celebración de una consulta en la que los saharauis eligieran entre la independencia o la integración con Marruecos. Mas de tres décadas después el referendo sigue sin celebrarse.
En primer lugar, hay lógicas discrepancias sobre el censo de votantes saharauis, no sería legítimo que votasen los marroquíes que se asentaron en la región luego de la Marcha Verde, y después por un rechazo frontal de Rabat a la consulta. Marruecos lo único que propone es una vía de autonomía, mientras que el Frente Polisario no acepta otra cosa que no sea un referendo de autodeterminación.
Ante tal fracaso, las cinco potencias del Consejo de Seguridad de la ONU han ido extendiendo el mandato de la Minurso. La misión de la ONU a la fecha no es más que una observadora del alto el fuego y la palabra referendo ya ni siquiera aparece en los textos que se aprueban regularmente en el Consejo de Seguridad. En los últimos años, la Minurso pedía una «solución política que sea realista, viable, duradera y aceptable para todas las partes».
Desde el alto el fuego en 1991 y la firma del Acuerdo Marco el conflicto se encuentra estancado, en medio de procesos de negociaciones infructuosas, y condenados al fracaso por el inmovilismo y la falta de voluntad política de parte de Marruecos. El referéndum fue aprobado por el Consejo de Seguridad para ser celebrado en seis meses desde el establecimiento del alto al fuego. Sin embargo, han pasado ya más de 30 años y todo se ha quedado en una promesa.
En la actualidad, la meneada comunidad internacional, lejos de ejercer su papel de mediador imparcial en el conflicto, fue acomodando su discurso a las tesis de los marroquíes, en la que convenientemente fueron eliminado la alusión expresa al referéndum como solución a la controversia, y evitando asumir un rol más activo en el cumplimiento de un metafísico Derecho Internacional.
Ante la imposibilidad de la ONU, en los últimos años lo que ha prevalecido fue las decisiones políticas de algunos Estados, como por ejemplo de los Estados Unidos, al final del mandato de Donald Trump y la de España, de las que nos ocuparemos ampliamente en la segunda parte. Y que a mi juicio han sido enormes errores. En muchas ciudades del mundo se realizan manifestaciones a favor de los derechos de los saharauis.
Pero esas adhesiones son incapaces de alcanzar logros políticos concretos, mientras las Naciones Unidas se mantiene en su centralidad para avanzar en un proceso político que conduzca a una solución del conflicto del Sahara Occidental. Lo real es que la postura marroquí ha sido fuertemente reforzada con los giros dados por España y Estados Unidos, Marruecos ya contaba con el claro apoyo de Francia, que es uno de las cinco potencias con poder de veto en el Consejo de Seguridad.
Mientras el Frente Polisario no acepta otra cosa que no sea la autodeterminación, Marruecos rechaza la consulta y ofrece como única vía un plan de autonomía, tesis que cada vez cuenta con más aceptación entre los actores internacionales más importantes. El referendo de autodeterminación parece, por tanto, una opción cada vez más lejana.
El Frente Polisario
El Frente Polisario es el sucesor del «Movimiento para la Liberación del Sáhara», que tuvo existencia durante la década de 1960, liderado por Mohamed Sidi Brahim Basir, quien desapareció a manos de la policía territorial española durante una insurrección en 1970, en El Aaiún.
Grupos de estudiantes saharauis en Marruecos, obreros y soldados del Sáhara español, refugiados de Mauritania, formaron el 10 de mayo de 1973 en la localidad de Zuérate (Mauritania) el Frente Polisario, de tinte socialista y arabista, tomando como modelo la revolución de Argelia, que tenía como objetivo independizarse del dominio español. Su primer secretario general fue su primer líder fue Brahim Gali.
El Frente fundaría después el «Ejército de Liberación Popular Saharaui» como su rama militar, contando con el apoyo militar del gobierno de Libia de Muamar el Gadafi. El día 20 de mayo de 1973 realizan su primer atentado contra cinco agentes indígenas de la Policía Territorial en Janquel Quesat, al norte de Edchera. El periódico «20 de Mayo» llevaría su nombre por el día de esta acción terrorista.
Sus atentados terroristas seguirían este modelo de la estrategia de guerra de guerrillas, la primera en el mundo organizada en el desierto y a gran escala. El 5 de mayo de 1974 El Uali Mustafa Sayed, fue nombrado secretario general del Frente Polisario en su segundo congreso. Desde ese momento hasta la salida de los españoles, el Frente Polisario fue el responsable de acciones terroristas contra los propios españoles y saharauis.
Los objetivos fueron civiles, militares, económicos (Fos Bucraa) y políticos, como contra las patrullas de Mahbes y Esmarna, Tifariti, Ahmed Uld Brahim, o Antonio Martín. En octubre de 1975 mostró su apoyo al grupo terrorista FRAP en las ejecuciones de septiembre de ese año. El 1 de mayo de 1977 el Polisario asaltó la ciudad minera de Zuérate, Mauritania, secuestrando a seis técnicos franceses en minería de hierro y matando a dos civiles.
El Polisario secuestraria a dos civiles más en octubre quienes serían liberados en diciembre. El 20 de mayo la organización atacó El-Khanga, donde había un puesto español atendido por un equipo de Tropas Nómadas (saharauis con personal auxiliar), que fue invadido y se incautaron rifles.
Una Misión de visita de la ONU, encabezada por Simeón Aké, que se llevó a cabo en junio de 1975 concluyó que el apoyo saharaui a la independencia (a diferencia del dominio español o la integración con un país vecino) equivalía a un «consenso abrumador» y que el Frente Polisario era la fuerza política más poderosa del país. Con la ayuda de Argelia, el Polisario estableció su sede en Tinduf.
Desde el año 1975 la organización establece su base en Tinduf, Argelia. A pesar del Acuerdo Tripartito de Madrid del 14 de noviembre de 1975, considerado nulo por la ONU, la guerrilla continúa combatiendo a los dos países vecinos que se habían repartido el territorio, Marruecos en el norte y Mauritania en el sur.
El 27 de febrero de 1976, el Polisario proclama desde Bir Lehlu (Sahara Occidental) la «República Árabe Saharaui Democrática» (RASD) y como primer presidente a El Uali, considerándose por muchos países un gobierno en el exilio. El 8 de junio de 1976, alrededor de doscientos guerrilleros saharauis atacan Nuakchot, la capital mauritana, después de haber recorrido más de 1000 km por el desierto.
El Uali estaba entre ellos, y muere al día siguiente en la retirada. El 10 de junio de 1976, Mahfoud Ali Beiba asume de forma interina el cargo de secretario general del Polisario, hasta la celebración del III Congreso del movimiento, que nombra el 30 de agosto a Mohamed Abdelaziz como nuevo secretario general.
Desde la retirada española de su antigua provincia, se sucedieron ataques y secuestros a bancos pesqueros canarios (españoles) que faenaban ilegalmente en la costa saharaui bajo bandera marroquí, documentados en el periodo de 1977 a 1987, algunos de estos ataques fueron atribuidos al Frente Polisario e incluso reivindicados por este, como el ataque al patrullero Tagomago de la Armada.
Algunos atentados son atribuidos a militares marroquíes, dichos por los mismos supervivientes de dichas acciones, como el ataque al pesquero Mencey de Abona o al Cruz del Mar. A finales del año 2000 el Ministerio del Interior de España, a través de la Oficina de Atención al Ciudadano y Asistencia a las Víctimas del Terrorismo, había atendido peticiones de víctimas de los atentados del Frente Polisario, dentro de la Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo.
En 1985 tras el ataque a la patrulla de la Armada Española Tagomago, el ministro de Exteriores Francisco Fernández Ordoñez expulsó de España a todos los miembros del Frente Polisario. En el seno del Frente Polisario existen varias organizaciones, como la Unión General de Trabajadores de Saguía el Hamra y Río de Oro, la Unión Nacional de Mujeres Saharauis, o la Unión de la Juventud de Saguía el Hamra y Río de Oro, que nació en 1984.
En Tinduf están organizados los campos de refugiados saharauis. Por muchos años el Frente Polisario mantuvo en su poder unos quinientos soldados marroquíes como prisioneros de guerra (de los más de dos mil que llegaron a capturar), algunos desde hace más de veinticinco años, si bien fueron liberados después de presiones internacionales por parte de España, Libia o los Estados Unidos.
Los últimos cuatrocientos cuatro prisioneros fueron puestos en libertad, de manera unilateral, el 19 de agosto de 2005. Mientras ciento cincuenta y un prisioneros de guerra saharauis siguen siendo reclamados por el Polisario a Marruecos que niega tener conocimiento sobre ellos.
El 9 de noviembre de 2020, el Frente Polisario denuncia que Marruecos está mandando fuerzas a la zona del paso de Guerguerat y avisa que responderá «con firmeza a cualquier agresión», advirtiendo de que supondría «el fin del alto el fuego» pactado en 1991 y el inicio de «una nueva guerra total en la región».
El 14 de noviembre de 2020, estalló nuevamente la guerra en el Sáhara Occidental al declarar el Frente Polisario roto el alto el fuego, en respuesta a la intervención de unidades militares marroquíes para expulsar a activistas saharauis cuando estos se realizaban manifestaciones y bloqueaban, desde el 21 de octubre, el paso fronterizo de Guerguerat.
A principios de la década de 1970, el Frente Polisario adoptó una retórica socialista inspirada en la revolución de Argelia, en sintonía con la época de la guerra fría árabe de la mayoría de los movimientos de liberación nacional. La Constitución de la república saharaui es una muestra de la ideología de la organización. A fines de la década de 1970, para conseguir apoyos internacionales para la guerra en el Sáhara, se eliminaron las referencias al socialismo en la constitución del país.
Luego de la caída de la Unión Soviética en 1991, el Frente Polisario adoptó una postura pública a favor del libre mercado. Seguir insistiendo en el socialismo era una mala política para su causa, y en un futuro país, causa de mayor pobreza y atraso. Es lo que sucede con los grupos del Kurdistán.
Desde la retirada española, a partir de ese momento, el Frente Polisario, libró una guerra de guerrillas contra las fuerzas marroquíes que duraría 16 años, y en febrero de 1976 proclamaron la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), con el apoyo de aliados como Argelia. Debido a los ataques a Mauritania, el 5 de agosto de 1979, Mauritania cede su parte del Sahara Occidental al Frente Polisario, pero no es reconocido por Marruecos, y se anexiona esa zona el 11 de agosto.
Luego de dicha anexión, la ONU aprueba una resolución en la que reconoce al Frente Polisario como el legítimo representante del pueblo saharaui, mientras que considera a Marruecos como una potencia ocupante. A partir de 1981 y hasta 1987 Marruecos cambia su estrategia militar al construir una serie de ocho muros en el desierto, sembrado con millones de minas, que impide la movilidad de los guerrilleros saharauis, pero que corta el territorio en dos.
La (RASD) era miembro de la Organización para la Unidad Africana (OUA) y es miembro fundador de la Unión Africana (sucesora de la OUA). Ha sido reconocida como Estado soberano por más de 80 países, la mayoría africanos, pero muchos países europeos no la reconocen, pero sí al Polisario como representante legítimo de los saharauis.
El día 6 de septiembre de 1991, cesan los combates, día en el que se acuerda un alto el fuego. La «Misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sáhara Occidental» (MINURSO) es el organismo encargado de velar por el alto el fuego y preparar un referéndum, cuya celebración estaba previsto para 1992 y que no fue celebrado. El conflicto se encuentra en el mismo punto, Marruecos permanece como fuerza ocupante en el 80% de un territorio donde explota los recursos naturales en contra del derecho internacional. Las alianzas de Marruecos con Francia y los Estados Unidos, ambos con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, estiran un conflicto que ha costado miles de vidas y desplazados.