Conflicto ruso-ucraniano
Los restos del imperio soviético
Ricardo Veisaga
En el norte de Europa están sonando los tambores de guerra, en los últimos meses las fuerzas militares rusas se estuvieron movilizando cerca de la frontera con Ucrania. Este conflicto no es un conflicto cualquiera, es la continuación de la dialéctica imperial entre la Unión Soviética y Estados Unidos, que acaparó la segunda mitad del siglo pasado.
La Unión Soviética comunista no existe más, lo que sigue existiendo es un imperio llamado Rusia, un imperio capitalista y autoritario. Vladimir Putin está enfrentando los conflictos irresueltos de la URSS. Con la implosión de la Unión Soviética se produjo un desmembramiento territorial, muchos de los estados miembros se declararon independientes y otros permanecieron dentro de una Federación.
El derrumbe de la Unión Soviética no escapaba al conocimiento de los líderes mundiales, la caída era inevitable, nada lo podía parar ni siquiera el payasesco levantamiento militar de la gerontocracia rusa que lo único que logró fue acelerar la caída. A ese episodio lo titulé en un artículo publicado, como: «El canto del cisne». Algunos sostienen que el cisne no canta, otros, que lo hacen antes de morir.
El entonces presidente estadounidense George Bush, padre, se opuso firmemente a la caída de la Unión Soviética, temía no al colapso sino a la anarquía que sobrevendría en un extenso territorio con bases que albergaban armamento nuclear, tuvo que aceptarlo porque no había más opciones.
Mijaíl Gorbachov, no fue un traidor como muchos fanáticos marxistas sostienen, fue el médico forense que expidió oficialmente el certificado de defunción. Con el advenimiento de Vladimir Putin al poder, el líder ruso quiere recuperar terreno en especial con los territorios que se ponen a tiro de misil.
Roman Mashovets, el jefe adjunto de la Oficina del Presidente de Ucrania, le dijo a Military Times, que la acumulación de fuerzas rusas, tanques y sistemas de misiles balísticos de corto alcance «Iskander», cerca de la frontera de los dos países podría ofrecer a los rusos una forma fácil de escalar un conflicto en curso.
Durante la segunda mitad de 2021, las fuerzas rusas llevaron a cabo un conjunto de ejercicios de mando y personal a gran escala cerca de la frontera ucraniana. Pero tras la finalización de los ejercicios, las unidades y subunidades que participaron en ellos permanecen en la parte europea de Rusia, a unos 250 kilómetros de la frontera estatal con Ucrania. Sólo el personal regresó a sus bases permanentes.
«Esto permite a las autoridades rusas, en plazos muy cortos, redesplegar personal y formar grupos de ataque de combate listos para acciones ofensivas en el territorio de Ucrania», dijo Mashovets. «Así, si Rusia planea ampliar la agresión, se llevará a cabo un redespliegue adicional de “subunidades” rusas en la frontera de Ucrania».
«Vemos que la Federación Rusa no sólo muestra una agresión militar, sino que libra una guerra híbrida a gran escala contra Ucrania y toda la sociedad occidental», dijo también Mashovets:
«Hay que entender que, con sus acciones y agresiones armadas, Rusia socava diariamente los fundamentos de un mundo democrático, y Ucrania ahora no sólo tiene un conflicto militar con la Federación Rusa por sus territorios, sino que en realidad actúa como un gran muro para proteger a todo el mundo civilizado de la agresión rusa. Este aparentemente “pequeño problema” en el centro de Europa no puede ser ignorado».
El 10 de noviembre, más de 32.000 soldados rusos estaban en Crimea. En total, unos 114.000 soldados rusos están cerca de la frontera ucraniana y en los territorios ocupados de Donetsk, Luhansk y Crimea. En la actualidad, hay 36 grupos tácticos de batallones en constante preparación cerca de la frontera, 31 de los cuales están desplegados de forma permanente. Cada BTG ruso está formado por unos 300-500 soldados.
Crimea es un sitio especial para Rusia para desplegar sus armas nucleares, desde allí puede llevar a cabo operaciones militares en Oriente Medio y África, y afecta a los Balcanes. En los recientes ejercicios militares rusos practicaron como llevar adelante un ataque dentro de Ucrania.
Todo indica, la presencia de agrupaciones de tropas aumentadas y también la reubicación de material, que el ataque se haría desde el oblast de Rostov a la península de Crimea con el objetivo de asegurar el control del corredor terrestre hacia la península de Crimea para la Federación Rusa.
En el Donbás, donde las fuerzas ucranianas y rusas están intercambiando fuego, hay unos 35.000 soldados rusos. Entre ellos hay oficiales rusos de alto rango. Las tropas rusas y sus mercenarios, recientemente han aumentado el número de disparos. Cada día se producen entre cinco y diez violaciones del alto el fuego.
Rusia ha reforzado las subunidades de vanguardia con grupos de tanques y vehículos aéreos no tripulados y francotiradores. Ucrania ha desplegado drones que compró a Turquía. Los UAV Bayraktar TB2 han estado en servicio de combate en la zona desde la primavera de 2021, estos UAV mostraron su eficacia no solo para la inteligencia.
El 26 de octubre, los drones Bayraktar TB2 fueron utilizados contra una batería rusa. Según la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa, Rusia a desplegado desde principios de noviembre de 2021, un grupo de tropas con un número total de unos 90 mil efectivos y está cerca de nuestra frontera y en los territorios temporalmente ocupados, según el comunicado del Ministerio de Defensa.
Esto incluye las tropas de los ejércitos 8º y 20º de los distritos militares del Sur y del Oeste de Rusia, así como las fuerzas y el equipo de la Flota del Mar Negro de Rusia. Y «Además, cerca de la frontera ucraniana se encuentran estacionadas formaciones y unidades del 4º y 6º Ejército del Aire y de la Defensa Aérea de las Fuerzas Aeroespaciales rusas. En los territorios temporalmente ocupados de las regiones de Donetsk y Luhansk están desplegados dos cuerpos de ejército de las fuerzas rusas», dijo el Ministerio de Defensa ucraniano.
El The Washington Post ya había informado que Rusia está volviendo a acumular tropas cerca de la frontera con Ucrania, y que no se trata de un ejercicio. El portavoz del Pentágono, John Kirby, describió la concentración de tropas rusas «como inusual en tamaño y alcance», pero se negó a ampliar esa evaluación. «Seguimos viendo esta actividad militar inusual dentro de Rusia, pero cerca de las fronteras de Ucrania, y seguimos preocupados por eso», dijo Kirby.
Dijo Kirby «Y no está exactamente claro cuáles son las intenciones rusas. Obviamente, nos gustaría entenderlo mejor. Y no queremos que ninguna acción desestabilice aún más lo que ya es una parte muy tensa del mundo. E instamos a Rusia a que sea clara en sus intenciones y a que cumpla sus acuerdos de Minsk».
«Como han oído decir al secretario de Defensa Austin muchas veces cuando estuvimos en Europa hace un par de semanas, nuestro apoyo a la integridad territorial y la soberanía de Ucrania es inquebrantable», continuó Kirby.
También es preocupante que Rusia haya transformado prácticamente a Bielorrusia en su distrito militar interno. Rusia aumenta su contingente militar en el territorio de Bielorrusia con el pretexto de ejercicios combinados, realiza evaluaciones de las guarniciones militares bielorrusas conservadas para el posible despliegue de subunidades rusas en ese lugar.
Tras la fase activa del ejercicio «Zapad-2021», parte del material ruso quedó en el territorio de Bielorrusia y en las cercanías de las fronteras de Ucrania, lo que permite crear agrupaciones de tropas de choque de forma rápida y encubierta, y crean un cerco estratégico del territorio de Ucrania.
El conflicto entre el gobierno ucraniano y las fuerzas separatistas en la región de Donbás (Ucrania), que se ha mantenido a fuego lento en los últimos años, gracias a los frágiles acuerdos de Minsk, muestra signos de suma tensión. Los líderes occidentales siguen una estrategia temeraria que pueden llevar a malos entendidos por parte de Ucrania.
Estados Unidos y la aliada OTAN están empeñados en armar a Ucrania y otro tipo de acciones que llevan a los dirigentes ucranianos a creer que cuentan con un fuerte respaldo occidental en su enfrentamiento con Rusia y los separatistas respaldados por Rusia. La administración Biden anunció una nueva venta de armas a Ucrania por valor de 125 millones de dólares.
Transacción que quedó en suspenso temporalmente en junio, 60 millones de dólares de ese paquete se entregaron durante la visita del secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, a Kiev a finales de octubre. Turquía, otro miembro de la OTAN, está equipando al ejército ucraniano con drones.
A finales de octubre, las fuerzas de Ucrania lanzaron un ataque con drones que destruyó baterías de artillería rebeldes en el Donbás. Moscú emitió fuertes protestas tanto a Ucrania como a Turquía. Y el presidente Joe Biden expresó repetidamente el compromiso de Washington con la soberanía y la integridad territorial de Ucrania frente a la «agresión rusa».
Las tropas estadounidenses y ucranianas han realizado ejercicios militares conjuntos (juegos de guerra) en varias ocasiones, y las fuerzas de Ucrania han sido incluidas en los ejercicios militares de la OTAN. De hecho, Ucrania acogió la última versión de esas maniobras en septiembre de 2021. Ucrania está siendo tratada como un miembro de la OTAN de facto aunque no de iure.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, expresó su preocupación por la posibilidad de que Rusia ejecute un «refrito» de su ofensiva militar de 2014, cuando el gobierno de Vladimir Putin se apoderó de Crimea y luego prestó apoyo militar a los secesionistas en el este de Ucrania.
El discurso del presidente Volodymyr Zelenskyy, apuntan a la recuperación de Crimea y la derrota de los separatistas en Donbás. El documento oficial de estrategia de defensa del país, adoptado en marzo de 2021, incluye explícitamente esos objetivos.
La administración de George W. Bush, Jr., alentó al entonces presidente de Georgia, Mikheil Saakashvili, a creer que su país era un importante aliado de Estados Unidos, y que este y la OTAN acudirían al rescate de Georgia si se veía envuelta en un conflicto con Rusia. Washington proporcionó millones de dólares en armamento a Tiflis y les dio entrenamiento a las tropas georgianas. Bush también había presionado a los aliados de Estados Unidos en la OTAN para que otorgaran a Georgia su ingreso en la alianza, aunque sin éxito.
En agosto de 2008, Saakashvili lanzó una ofensiva militar para recuperar el control de Osetia del Sur (una de las dos regiones secesionistas). La ofensiva georgiana infligió bajas a las tropas rusas de mantenimiento de la paz que estaban desplegadas allí desde principios de la década de 1990, y Moscú respondió con una contraofensiva a gran escala que pronto condujo a la ocupación de varias ciudades georgianas y llevó a las tropas rusas a las afueras de la capital.
Saakashvili descubrió que Estados Unidos no iba a librar una guerra en nombre de Georgia, y tuvo que firmar un acuerdo de paz con las condiciones de Rusia. El problema no es Estados Unidos, son los gobiernos de turno, eso no hubiese pasado con Ronald Reagan, y mucho menos con Trump, que no dudó en lanzar misiles a Siria en las narices de las tropas rusas.
Putin se pasó vacilando a Obama y al inepto de su secretario de Estado, John Kerry. Barack Obama, se negó a llevar a cabo la transferencia de armas a Kiev, a pesar de que la legislación del Congreso autorizaba esa medida. Durante el gobierno de Donald Trump se ejecutó múltiples ventas de armas a Ucrania, como los sofisticados misiles antitanque Javelin, a pesar de las protestas de Moscú.
Vladimir Putin dijo la semana pasada que el desarrollo militar de Ucrania, respaldado por Occidente, suponía una grave amenaza para Rusia, dos días después de que el secretario de Defensa de Estados Unidos diera una muestra de apoyo a Kiev y alentara su aspiración a entrar en la OTAN. Luego que Lloyd Austin dijera en Ucrania, que ningún tercer país tenía derecho a vetar su esperado ingreso en la OTAN, allanando efectivamente el camino para que Kiev se incorporara.
Tanto si lo hace como si no, dijo Putin, los intereses de Rusia estaban en el punto de mira. «Puede que el ingreso formal (de Ucrania) en la OTAN no se produzca, pero el desarrollo militar del territorio ya está en marcha», dijo el presidente ruso en el Club de Debates Valdai. «Y esto supone realmente una amenaza para Rusia. Somos conscientes de ello».
Estados Unidos ha sido el respaldo más poderoso de Ucrania desde la anexión rusa de Crimea en 2014 y el estallido de una guerra ese mismo año entre los separatistas rusos y las fuerzas gubernamentales en el este de Ucrania, que lleva más de 14.000 víctimas. Rusia rompió efectivamente las relaciones diplomáticas con la OTAN después de que la alianza expulsara a ocho miembros de su misión en ese país por supuesto espionaje.
Los ministros de Defensa de la OTAN acordaron la semana pasada un nuevo plan maestro para defenderse de cualquier posible ataque ruso en múltiples frentes. Rusia informó la última semana de tres casos en la en los que sus fuerzas interceptaron un barco o un avión estadounidense a punto de invadir sus aguas o su espacio aéreo, aunque Estados Unidos ha rebatido con detalles.
Vladimir Putin también dijo que Joe Biden había hecho bien en retirar las tropas estadounidenses de Afganistán, cuyo nuevo gobierno talibán envió esta semana a Moscú a representantes para mantener conversaciones sobre la reconstrucción del país tras el fin de la presencia de tropas estadounidenses durante 20 años. Es obvio que está bien para Rusia, el desastroso abandono de Estados Unidos del lugar.
Afirmó Putin, que Afganistán debería descongelar sus activos financieros en aras de impulsar su estabilidad, una postura a la que se opone Washington, que ha dicho que no tiene planes de liberar miles de millones de oro, inversiones y reservas de divisas afganas aparcadas en Estados Unidos y congeladas después de que los talibanes tomaran el poder en agosto.
Las declaraciones del Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, quien afirmó que: «ningún tercer país tiene derecho a veto sobre las decisiones de adhesión a la OTAN». No es sólo la opinión de Estados Unidos. En la cumbre de la OTAN de junio de 2021, los aliados reiteraron su decisión de que «Ucrania se convertirá en miembro de la Alianza con el Plan de Acción para la Adhesión (MAP) como parte integral del proceso». El (MAP) es el documento guía para la adhesión de cualquier país a la OTAN.
El pueblo ucraniano también parece estar a favor de esta medida, ya que el 64% expresó su aprobación en una reciente encuesta realizada por el Instituto Ucraniano para el Futuro (UIF). Tras el colapso de la Unión Soviética, la OTAN se amplió rápidamente para incluir a los países de Europa Central y Oriental que antes habían formado parte del Pacto de Varsovia o de la propia Unión Soviética.
Rusia se opuso. «Esta es la primera señal de lo que podría ocurrir cuando la OTAN se acerque a la frontera de la Federación Rusa. La llama de la guerra podría estallar en toda Europa», dijo el ex presidente ruso Boris Yeltsin durante los bombardeos de la OTAN en Bosnia. Sin embargo, Rusia estaba demasiado debilitada para hacer otra cosa que objetar. Eso cambió en 2008.
La expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas «se tomaría en Rusia como una amenaza directa a la seguridad de nuestro país», advirtió entonces el presidente ruso Vladimir Putin. Al mismo tiempo, apeló a Occidente para que tuviera en cuenta las preocupaciones de seguridad de Rusia. En la cumbre de la OTAN de abril de 2008, en la que el presidente George W. Bush presionó para que se permitiera a Ucrania y Georgia iniciar el proceso de adhesión. No fueron escuchados.
En agosto estalló la guerra ruso-georgiana que hizo que Georgia perdiera el control de Abjasia y Osetia del Sur. Unos años más tarde, se produciría un escenario muy similar. En 2014, las protestas del Maidán en Ucrania provocaron el derrocamiento del presidente prorruso ucraniano Víktor Yanukóvich. Temiendo que Ucrania se desplazara hacia el oeste, Rusia no se arriesgó a perder la estratégica e importante península de Crimea con su puerto de Sebastopol, sede de la flota rusa del Mar Negro.
Entonces Rusia diseñó la anexión de Crimea. Las protestas antigubernamentales en la región sudoriental de Ucrania, el Donbás, con la maquinación de Rusia, pronto se convirtió en un conflicto abierto. Actualmente, la región está controlada por los separatistas apoyados por Rusia y este país ha acumulado con frecuencia grandes formaciones de tropas en su frontera con el Donbás.
Los Estados Unidos defienden el libre comercio, las instituciones democráticas, las sociedades abiertas y condena la fuerza entre naciones (digamos). Rusia es una plutocracia clientelista centrada en el presidente. Sus elecciones son dudosas y sus instituciones tienen como objetivo sostener el gobierno de Putin.
Esto no quiere decir que el presidente ruso sea impopular: Sus índices de aprobación, según fuentes independientes, serían la envidia de cualquier líder occidental. Pero el orden liberal sigue siendo percibido por el gobierno ruso como una amenaza mortal para el statu quo político y económico del país.
Tanto Ucrania, al igual que Georgia, que limitan con Rusia, es un espacio abierto y llano en su mayor parte que junto con Bielorrusia, solía proporcionar a Rusia una amplia zona de amortiguación hacia su oeste. La entrada de Ucrania en la OTAN podría suponer la presencia de tropas estadounidenses e instalaciones de misiles justo en la frontera rusa, evitarlo es vital para la seguridad rusa.
Si Ucrania entrara en la OTAN, un ataque ruso contra ella activaría el Artículo 5 de la Alianza. Si no se invoca el Artículo 5 en tal caso, la OTAN se vería abocada al fracaso. Sin embargo, Vladimir Putin, no quiere esperar al ingreso de Ucrania en la OTAN, si el proceso de adhesión avanza, es muy posible que ataque de manera preventiva, ya lo ha hecho en el pasado.
Pero incluso si la OTAN invocara el Artículo 5, el historial de la Alianza es mixto y nunca se ha puesto a prueba contra una superpotencia. Tomando a Ucrania aun fuera de la OTAN sin el paraguas protector de la alianza sería un suicidio. Ucrania tiene derecho a decidir su propia política exterior futura, pero para continuar dando pasos en ese sentido debería tener la certeza de la ayuda de la OTAN, aun sin ser miembro.
Por otro lado Turquía, el socio molesto de la OTAN, sigue jugando su propio juego, su política neo-otomana. Se enoja con la OTAN, se enoja con Rusia, le derriba un avión, luego se disculpa. Se enfrenta a Rusia en Siria, se posiciona en el bando contrario en Libia, le vende drones a Ucrania, etc. En este sentido, el ministro de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, ha declarado que Turquía seguirá adhiriéndose a la política de no reconocimiento de la anexión de Crimea por parte de Rusia.
«Turquía está activamente en contacto con Rusia sobre muchos temas de actualidad, como la situación en Siria, Libia y Karabaj. Hay diferencias en las posiciones, pero las partes se adhieren a la política de diálogo constructivo con la consideración mutua de las cuestiones sensibles en el interés nacional. Esto, en particular, se refiere a Ucrania».
Dijo Cavusoglu, el ministro de Asuntos Exteriores, en una reunión de la comisión parlamentaria en Ankara. Turquía no ha reconocido ni reconoce la «anexión ilegal de Crimea» y seguirá vigilando la seguridad y el bienestar de los tártaros de Crimea, citó Interfax a Cavusoglu.
En cuanto a la situación en el Cáucaso Sur, según Cavusoglu, hay esperanza de cambios positivos tras la victoria sobre Armenia en la guerra por Nagorno-Karabaj. «Con la liberación de los territorios ocupados de Azerbaiyán, la región ha recibido una oportunidad histórica de paz a largo plazo», dijo el ministro de Asuntos Exteriores turco, y añadió que la otra dirección prioritaria de la política exterior de Turquía son los países de Asia Central.
«Nuestro objetivo es aumentar la importancia del Consejo de Cooperación de los Estados Turcófonos (Consejo Turco) como organización internacional», expresó el ministro Cavusoglu. Recordemos que Turquía se posicionó en contra de Armenia que es aliado de Rusia. A finales de septiembre se celebró en Estambul una reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de los países de habla turca, y el 12 de noviembre, la cumbre de los líderes de la organización, y le entregaron la presidencia a Turquía.
Los rusos históricamente persiguieron a las minorías de lengua turcoide. Durante el periodo de Stalin la persecución de los Tártaros de Crimea fue brutal, con el gobierno en manos de Ucrania regresaron a la península, pero con Putin, nuevamente marchan al exilio. Las organizaciones internacionales han declarado la anexión de Crimea como ilegal y han condenado las acciones de Rusia. Los países occidentales impusieron sanciones económicas a Rusia en relación con la anexión.
Kiev tiene previsto desplegar en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia 8.500 militares y policías y 15 helicópteros. Se ha decidido reforzar la protección fronteriza en las zonas de posible entrada de inmigrantes ilegales, dijo el ministro ucraniano del Interior, Denys Monastyrsky. Según el ministro, es necesario construir una «frontera inteligente» moderna y fiable con Rusia y Bielorrusia como solución integral al problema. Se necesitarán 17.000 millones de jrivnia (650 millones de dólares) para financiar este proyecto.
La situación con los inmigrantes se agravó el 8 de noviembre, cuando varios miles de inmigrantes de Oriente Medio que quieren pasar a la Unión Europea (UE). llegaron a la frontera con Polonia desde el lado bielorruso, e intentaron romper la valla de alambre de espino y entrar en la Unión Europea. El 9 de noviembre, el Seimas (Parlamento) de Lituania adoptó una resolución que introduce el estado de emergencia en la frontera con Bielorrusia a partir del 10 de noviembre.
La Unión Europea acusa a Bielorrusia de haber creado una crisis en su frontera al animar a miles de inmigrantes procedentes de zonas devastadas por la guerra a cruzar a los países de la Unión Europea a través de Bielorrusia. Bielorrusia niega haberlo hecho y Rusia también ha negado haber desempeñado algún papel.
El ministro de exteriores de Ucrania, Kuleba, dijo: «Convengamos en que ahora no hay una crisis migratoria en Bielorrusia: hay una guerra híbrida entre Rusia y Europa», «El deseo de Moscú es crear problemas y obligar al resto del mundo a resolverlos».
Diciembre de 2022.