ACUERDO PETROLERO
Ricardo Veisaga
Luego de cuatro días de reuniones y negociaciones virtuales, el grupo denominado «OPEP-Plus», la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros, incluida Rusia, acordaron reducir la producción de crudo en 9.7 millones de barriles diarios (bpd) a partir del 1 de mayo, por un período inicial de dos meses.
Los 23 países se comprometieron a reducir la producción. El ajuste será de 7.7 millones de bpd para los seis meses restantes del año y pasará a 5.8 millones de bpd para los 16 meses siguientes. Este acuerdo significa el mayor recorte de la producción en la historia, alrededor del 10% de la oferta mundial. De esta manera se pone fin a una guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia, la cual devastó los mercados de petróleo.
El presidente Donald Trump se involucró personalmente como mediador, jugando un papel crucial para sellar el acuerdo. Trump presionó al príncipe, Mohammed bin Salman y al Presidente de Rusia, Vladimir Putin, para un «alto al fuego» e intervino para ayudar a resolver un empate entre Arabia Saudita y México, que amenazaba con descarrilar el acuerdo.
En una nota resumió Yergin sobre Trump: «De todos los acuerdos que ha hecho en su vida, este tiene que ser el más grande y más complejo», Y «No solo tuvo que ser un negociador, sino también un mediador de divorcios, después de que la relación OPEP-Plus se separara hace seis semanas».
El 8 de marzo, Arabia Saudita inició una guerra de precios después de que Rusia se negara a apoyar el anterior llamado de la OPEP a realizar fuertes recortes. Después de ese episodio, ambas partes amenazaron con inundar los mercados mundiales con petróleo barato.
Por cuestiones de seguridad nacional en la guerra de precios y la suerte de la industria petrolera de Estados Unidos llevaron a Trump a intervenir. Antes de la pandemia una parte importante de los productores de petróleo de esquisto estaban endeudados. La fuerte caída de precios del petróleo había afectado su flujo de caja.
El precio del crudo del West Texas Intermediate bajó más del 60% desde principios de año. Muchos productores tuvieron que cerrar los sitios de perforación y las plataformas, despidiendo a decenas de miles de trabajadores. Hasta el 9 de abril, el número de plataformas petrolíferas, bajó un 39% en comparación con el mismo período del año pasado.
La revolución del petróleo de esquisto, hizo posible que fuera comercialmente factible que los productores de petróleo obtengan más petróleo y más gas. La independencia energética de Estados Unidos fue el resultado de esta revolución del esquisto. Eso permitió al país aumentar significativamente su producción en la última década, convirtiendo a los Estados Unidos en el mayor productor de petróleo y gas del mundo.
Donald Trump trabajó para salvar el acuerdo y el recorte debería permitirle al mercado ganar algo de tiempo y reducir las posibilidades de que el almacenamiento en todo el mundo se desborde. Aunque hay algunas opiniones que sostienen que este recorte es demasiado poco y demasiado tarde. Luego del acuerdo, Donald Trump declaró en Twitter que la tregua de precios «salvaría cientos de miles de empleos en el sector de la energía en Estados Unidos».
Según se estima, la demanda de petróleo disminuirá en unos 20 millones de barriles debido a la pandemia. Los funcionarios de la OPEP indicaron a su vez que los recortes podrían terminar siendo mucho más altos para equilibrar el mercado. Los productores son conscientes de la magnitud del colapso de la demanda y trataran de igualarlo con más recortes de la oferta.
Como sostuve al inicio de la pandemia, el mundo se estaba ahogando en petróleo que nadie necesitaba. Los tanques en tierra de muchos mercados estaban llenos, obligando a los comerciantes a almacenar el exceso de petróleo en superpetroleros inactivos. Las refinerías cerraban porque nadie necesitaba los combustibles que producían.
En los mercados físicos de petróleo, los barriles cambiaban de manos por menos de 10 dólares, y en algunos mercados sin litoral, los productores pagaban a los consumidores para que les quiten el crudo. La gran caída del año 1929, las crisis gemelas del petróleo de los 70 y la crisis financiera mundial no se acercan a lo que estamos presenciando.
El mundo utiliza normalmente 100 millones de barriles de petróleo al día, y una cuarta parte de ese volumen desapareció en pocas semanas. Con la industria aeronáutica mundial en tierra, millones de negocios y fábricas cerradas y miles de millones de personas obligadas a quedarse en sus casas. El mundo ya no tenía suficientes tanques para almacenar el excedente en dos o tres meses.
La capacidad mundial de tanques para almacenar petróleo, está concentrada en unos pocos centros como Róterdam, el Caribe y Singapur, no estaban disponibles para todos los productores. Los que no tenían acceso a la costa, utilizaron la flota de superpetroleros como tanques de almacenamiento flotantes. El mayor propietario de petroleros del mundo, Frontline Ltd., dijo que nunca había conocido tal demanda para contratar buques para el almacenamiento a largo plazo.
En los Estados Unidos, una de las mayores compañías de oleoductos, «Plains All American Pipeline LP», había pedido a los productores de petróleo que recortaran voluntariamente la producción para que no se sobrecargue la red que conecta las cabezas de los pozos con las refinerías, que va a través de miles de kilómetros de oleoductos.
El colapso de los viajes aéreos redujo el uso de combustible para aviones hasta en un 75%, es decir, casi 5 millones de barriles al día. Según la Administración de Información Energética, en Estados Unidos, la mayor fuente de demanda de gasolina son los conductores que usan más de 9 millones de barriles al día.
Pero con los Estados paralizados la demanda se fue al piso. En todo el mundo hay unas 700 refinerías que convierten el petróleo crudo en gasolina, diesel y otros combustibles. En la India, la refinería más grande redujo las tasas de procesado hasta en un 30%.
Mucho de los crudos, especialmente los grados viscosos y sulfurosos que los refinadores encuentran difíciles de procesar, se comercializan con grandes descuentos en los puntos de referencia internacionales. El Western Canadian Select, una mezcla alquitranada extraída de las arenas petrolíferas de Alberta, alcanzó un mínimo histórico de 4.51 dólares por barril el viernes.
Si no se hubiese logrado llegar al acuerdo, la siguiente etapa hubiese sido el cierre generalizado de la producción, la única opción habría sido dejarlo en el suelo hasta que vuelvan días mejores. En Brasil, la empresa Petrobras, redujo la producción en 100.000 barriles por día debido a la falta de demanda. En Canadá, algunos productores cerraron la producción, y Glencore Plc, la mayor empresa de comercio de productos básicos del mundo, cerró su producción en Chad.
Las naciones que integran la OPEP-Plus decidieron reunirse de nuevo el 10 de junio por videoconferencia, para determinar si se requerirán medidas adicionales. Según IHS Markit, los recortes de la producción por parte de la OPEP-Plus, junto con las disminuciones y cierres previstos en los Estados Unidos, Canadá y algunos otros países, probablemente quitarán hasta 14 millones de bpd en mayo y junio.
La dirigencia de Arabia Saudita, creen que más allá del tipo de acuerdo que hagan con Rusia, los rusos seguirán haciendo trampas, socavando los ingresos y la cuota de mercado de Arabia Saudita. El orden mundial posterior a la Guerra Fría se basa en la competencia entre grandes potencias. La guerra por el precio del petróleo entre Moscú y Riad, ha demostrado cómo Rusia ha jugado demasiado en la región.
Los potentados árabes habían sido seducidos por Rusia, porque las economías y los sistemas políticos de Oriente Medio, en su dependencia de los ingresos del petróleo, y en su autoritarismo, tienen más en común con Rusia que con los Estados Unidos. Pero especialmente, por la política de Donald Trump llamada «independencia energética», que inundó los mercados con gas natural y petróleo.
Esa política llevó una presión a la baja en los precios de la energía, razón por la cual en 2016 los miembros de la OPEP (pero en realidad Arabia Saudita) y Rusia acordaron limitar la producción al servicio de precios más altos. El acuerdo estabilizó los mercados energéticos. El nivel del precio del barril de petróleo ayudó a los saudíes y a los rusos a invertir en la transformación social y a proseguir las guerras, por ejemplo, Ucrania, Siria, Yemen, Libia.
Rusia, elevó su perfil regional y su influencia al trabajar con Arabia Saudita. Putin quería que todos creyeran que podía empujar a los saudíes, como lo hizo con los turcos y los egipcios, a alejarse de los Estados Unidos. Los saudíes esperaban que Estados Unidos atacara a Irán luego del ataque a las instalaciones de petróleo saudíes en septiembre de 2019, pero no fue así.
Vladimir Putin ofreció vender a los saudíes el sistema de defensa aérea S-400, el mismo sistema de armas que compró Turquía. Todo parecía ir sobre rieles. Los saudíes en la reunión de la OPEP+ que incluye a 10 no miembros del cártel del petróleo, incluida Rusia, a principios de marzo. En esa reunión los saudíes dijeron que dada la pandemia global había menos demanda de los productos y querían sacar un millón de barriles del mercado.
Los rusos rechazaron la propuesta, argumentaron que querían evaluar todos los efectos del nuevo virus en la economía mundial antes de reducir la producción. Esto no tenía mucho sentido ya que el coronavirus estaba obligando a las economías a deprimir la demanda de petróleo y gas. En realidad Rusia no quiso recortar la producción ya que estaban más interesados en perjudicar a los productores estadounidenses de esquisto y arrebatarles la cuota de mercado a los saudíes.
Esto fue lo que hizo enojar a los sauditas. Los funcionarios saudíes se habían propuesto que los rusos, Estados Unidos y otros competidores reduzcan la producción proporcionalmente. Vieron que los rusos querían que ellos redujeran más que los demás. Debido a ello los saudíes se retiraron de la reunión con la promesa de aumentar la producción a 10 millones de barriles por día y comenzó a ofrecer grandes descuentos en su petróleo.
Esta medida implementada por los saudíes fue para obligar a los rusos a volver a la mesa de negociación, pero los rusos dijeron que podían aguantar los precios bajos, los saudíes lo mismo y los precios mundiales del petróleo cayeron en picada. Esa pelea por el petróleo provoca daño a los Estados Unidos, pero la economía este país no depende exclusivamente del petróleo y el trabajo masivo de la gente depende de otro tipo de industrias.
China tal vez podría haber sido un ganador en tiempos normales, ya que podrían poner en marcha su economía post-virus con un petróleo barato. Pero con las economías devastadas no hay compradores, sumado a esto el recelo que ahora provoca por ser causante inicial de la pandemia. En estos momentos, más allá del acuerdo, los lazos ruso-saudíes es cosa pasada y el fin de las pretensiones rusas.
México había bloqueado al principio el acuerdo, pero su presidente, Andrés López Obrador, dijo el viernes 10 que había acordado con el presidente Donald Trump que los Estados Unidos compensarán lo que México no puede añadir a los recortes propuestos. «Estados Unidos ayudará a México y nos reembolsará en algún momento posterior cuando esté preparado para hacerlo», dijo el presidente Trump ese mismo día.
México había ofrecido reducir la producción en 100.000 barriles por día, pero la OPEP quería un mayor sacrificio. Estados Unidos acordó llenar el vacío y reducir su producción entre 250.000 y 300.000 barriles por día, «lo cual ya hemos hecho, por cierto», dijo Trump. «La producción de Estados Unidos ya se ha recortado, porque somos una economía impulsada por el mercado, y el petróleo es muy impulsado por el mercado», agregaría.
Muchos analistas creen que estos recortes propuestos pueden no ser suficientes para compensar la pérdida de demanda a largo plazo, ya que la pandemia del coronavirus ha diezmado la demanda de energía en todo el mundo. «COVID-19 es una bestia invisible que parece estar impactando todo a su paso», dijo el secretario general de la OPEP, Mohammed Barkindo. «Tendrá un impacto aplastante y a largo plazo en toda la industria».
Rusia depende del petróleo como principal fuente de ingresos y el colapso de los precios causó que el rublo se desplomara. Y el costo de las importaciones aceleró la inflación. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que el presidente Vladimir Putin ve «muy positivamente» y que el acuerdo es una victoria para todos, la economía mundial se habría «sumido en el caos» si el acuerdo se hubiera roto.
La empresa de investigación Rystad Energy estima que el desequilibrio para abril es de 27.4 millones de barriles por día. Y agrega que el almacenamiento mundial de crudo ya está cerca de llenarse hasta el borde, estimando que en promedio el 79% de la capacidad de almacenamiento mundial de petróleo ya está lleno.
Alrededor de 7.400 millones de barriles de crudo y productos están almacenados, incluyendo 1.300 millones actualmente a bordo de buques cisterna en el mar. A pesar de todo, un recorte de 10 a 15 millones de barriles por día es suficiente para apuntalar los precios del petróleo y ayuda a reducir la tensión en las instalaciones de almacenamiento de crudo.
Hace tres años Putin había logrado que la OPEP redujera la producción de petróleo, fue un triunfo, pero ahora tuvo que hacer concesiones profundas, luego que Trump interviniera para acabar con la guerra de precios. Vladimir Putin había llevado a Rusia a tener un papel dominante en la política energética mundial y abrió una brecha entre Estados Unidos y su aliado saudí, ambos productores se reunieron para limitar los suministros.
Este acuerdo es un gran alivio para Rusia, pero también un gran revés. Rusia aumentó la producción en una guerra de precios que estrelló el mercado justo cuando la propagación del virus destruyó la demanda.
La desafortunada decisión de enfrentarse a Arabia Saudita a principios de marzo fue «un error estratégico y ahora estamos pagando el precio, un precio mucho más alto del que podríamos haber pagado», dijo Andrey Kortunov, director del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia fundado por el Kremlin. «Esto parece una victoria para los Estados Unidos, y Rusia termina siendo más perdedora que Arabia Saudita».
De acuerdo a estos recortes, la producción de Rusia para los próximos dos meses caerá al promedio anual visto por última vez en 2003. Rusia acordó continuar con recortes menores hasta mayo de 2022, aunque logró mantener una concesión al mantener el condensado, un combustible ligero del que es un gran productor, fuera de las cuotas. Putin no supo anticipar el impacto de la pandemia en la economía mundial cuando se alejó del acuerdo con la OPEP+.
La decisión de comprometerse con los recortes a la producción de crudo es dolorosa para la imagen política de Vladimir Putin, pero esencial como paso previo para superar la crisis, y aún más por la participación de Estados Unidos en el acuerdo. El acuerdo marca un cambio en los planes de Putin en la influencia global de Rusia, especialmente en el Medio Oriente, como lo sostuve ya hace semanas.
Esta nueva realidad determinará si el nuevo acuerdo es suficiente para revertir la ruta del mercado y limitar el dolor económico para Rusia. La caída del rublo había obligado al banco central a vender dólares para estabilizar el mercado. Dmitry Marinchenko, director senior de Fitch Ratings, dijo: «Es difícil imaginar cómo el presupuesto ruso podría hacer frente a una situación en la que la industria petrolera no aporta ningún ingreso».
Leonid Fedun, el multimillonario accionista de Lukoil PJSC, comparó el acuerdo con el «humillante y difícil» pacto que los bolcheviques firmaron en 1918 para poner fin a la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial. Debido al clima y a la geografía, Arabia Saudita puede abrir y cerrar los grifos con mucha más facilidad que Rusia.
Rusia se había entretenido con los recortes, evitando el pleno cumplimiento, mientras que Arabia Saudita se llevó la peor parte de los recortes de producción para mantener la estabilidad del mercado. Pero ahora, los productores rusos tienen que ir más allá de recortar los flujos de sus actuales y costosos yacimientos totalmente gravados y revisar los planes para nuevos proyectos. Eso podría tener implicaciones en los años venideros.
Rusia también deberá proporcionar suministros más baratos a los compradores tradicionales en Europa para atraerlos de nuevo después de que Arabia Saudita ofreciera grandes descuentos durante sus cinco semanas de parálisis. Según el petrolero independiente ruso, Dmitry Perevalov, «Esta es la mayor derrota de Rusia desde el comienzo de la década de 2000». «Hemos perdido nuestros mercados y no será fácil recuperarlos».
Mientras la guerra petrolera se extendía y se inundaba los mercados con petróleo, muchos socios de la OPEP, sin recursos y la capacidad para aumentar la producción de crudo, tanto Irán, Irak, Argelia, Libia, Angola y Venezuela, tuvieron que realizar importantes recortes de gastos, incluso mientras se enfrentan a la pandemia del coronavirus.
Los ingresos por petróleo y gas de muchos miembros de la OPEP se prevé que disminuyan entre un 50% y un 85% en 2020, el nivel más bajo en más de dos décadas, lo que tendrá graves consecuencias sociales y económicas en áreas vitales como la atención de la salud y la educación. Irak, es la víctima más destacada de la guerra del precio del petróleo.
El yacimiento de Gharraf, en el sur de Irak, rico en petróleo, detuvo su producción de 100.000 barriles diarios cuando su explotador, el malayo Petronas, repatrió a sus trabajadores a Kuala Lumpur por temor al coronavirus. En el Kurdistán iraquí, que genera una quinta parte de la producción de crudo del país, las restricciones relacionadas con el virus chino sobre los movimientos de personal, junto con la caída de los precios del petróleo, detuvieron la producción y la exploración.
La DNO de Noruega cortó la producción en el campo más grande de la región y redujo el número de plataformas desplegadas, de seis a dos. Irak tiene que mantener vastas milicias en su nómina para luchar contra una insurgencia islamista, pero su alianza con Irán no lo favorece. Las protestas del año pasado obligaron al gabinete del Primer Ministro Adel Abdul-Mahdi a renunciar y permanecer como cuidador.
Argelia, necesita precios del petróleo de más de 92 dólares por barril para financiar adecuadamente sus programas de gobierno. Las protestas sociales del año pasado llevaron a la dimisión del presidente Abdelaziz Bouteflika que estuvo en el cargo durante 20 años. Hace dos semanas Argelia redujo los gastos en 24.000 millones de dólares, incluyendo un 30% en gastos de presupuesto operativo.
El plan de austeridad incluye la reducción a la mitad del gasto en proyectos de petróleo y gas. La medida podría acelerar la disminución de la capacidad de producción, que ya ha disminuido en 100.000 barriles diarios en cuatro años debido a las duras condiciones contractuales.
El mayor productor de petróleo de África, Nigeria, fue otra de las víctimas de la guerra de precios. La semana pasada redujo los precios de sus principales calidades de crudo en 5 dólares por barril, pero con los cierres de los negocios por el virus, la demanda de petróleo está colapsando junto con los precios.
Si su petróleo no se vende no tendría capacidad de almacenamiento, sumado a esto, su precio de producción de alrededor de 29.60 dólares por barril, es más costoso de bombear en promedio que los precios internacionales de alrededor de 25 dólares por barril. El precio del petróleo necesario para equilibrar el presupuesto del gobierno, es de 57 dólares por barril, el más alto entre los principales productores de petróleo de Oriente Medio y África.
Venezuela e Irán, afectados por las sanciones de Estados Unidos, buscaron 5.000 millones de dólares cada uno en fondos de emergencia del FMI, sin suerte. Venezuela ha perdido la mitad de su producción debido a las restricciones norteamericanas sobre su petróleo, que es de muy baja calidad y aún más caro de bombear que en los Estados Unidos.
Durante esta guerra de precios, los pesos pesados como Arabia Saudita, Rusia y los Emiratos Árabes Unidos, ofrecieron importantes volúmenes y descuentos en el mercado, aplastando el precio del petróleo al contado. Pero los países cuyos ingresos nacionales dependen del petróleo, como Libia, Angola, Nigeria, Irán y especialmente Venezuela, llevan la peor parte.
La catastrófica gestión de la riqueza petrolera venezolana, en primer lugar, por Hugo Chávez y ahora por Maduro, luego de la nacionalización, el mal manejo de PDVSA y el abandono de la mayoría del personal calificado y experimentado, donde la criminalidad, la anarquía y el mercado negro han corrido sin freno
Los miles de millones de dólares que desde entonces se han prometido a diversos partidos para asegurar y mantener el poder se desvanecerán a través de los ahora profundamente descontados ingresos del petróleo. Entre el 95% y el 99% de todos los ingresos de exportación son obtenidos por el petróleo, que representa hasta el 70% de todos los ingresos del Gobierno.
Con la caída del crudo Brent cayendo a 30 dólares, Venezuela se ha visto obligada a recortar aún más los precios para atraer a los clientes que rompen el embargo con descuentos de hasta 23 dólares por barril en el crudo Merey. Estos precios del crudo Merey dejan a PDVSA en una situación desesperada, luchando sólo para cubrir los costos operativos.
Venezuela, al igual que Irán, son economías basadas únicamente en el petróleo, lo que significa que las sanciones comerciales de los Estados Unidos redujeron los ingresos críticos de exportación a un mero goteo. Las sanciones llevaron a la producción diaria de Venezuela a caer a 865.000 barriles por día en febrero, mientras que las ventas de petróleo cayeron a un mínimo de 34 años.
De continuar así, no quedará ningún ingreso para que Maduro mantenga a los trabajadores del gobierno y las fuerzas armadas de su lado. Otro gran problema es el apoyo ruso a través de la empresa estatal Rosneft, como lo expliqué hace semanas. Rosneft no sólo estaba proporcionando un apoyo financiero vital, sino que estaba manejando más de la mitad del petróleo proveniente de Venezuela y llevándolo al mercado.
Venezuela cada vez más desesperada se vio obligada a entrar en tratos de petróleo por alimentos. Venezuela entró en un acuerdo con la empresa mexicana «Libre Abodoro SA», intercambiando más de 7.2 millones de barriles de crudo con grandes descuentos por entregas desesperadas de maíz y camiones cisterna desde el mes de diciembre, con otros 2.4 millones de barriles para cargar este mes.
El gobierno estadounidense está investigando a esta turbia empresa mexicana. Rusia en las actuales condiciones no podría mantener a Maduro a flote, mientras también se enfrenta a las presiones económicas en casa, no es un resultado contemplado por Rusia cuando voló la OPEP +. El control del poder por Maduro está actualmente colgando de un hilo.
En estos días ha circulado la noticia en altos niveles del gobierno estadounidense, que el régimen de Nicolás Maduro estaría buscando un acuerdo con Estados Unidos para dejar el poder. Para que se lleve adelante el acuerdo es imprescindible que se haga según las propuestas estadounidenses y no las de Maduro.
Para Estados unidos, en estos momentos, hacerse cargo de Venezuela no es una buena posibilidad, poner de pie a un país que depende del petróleo es el peor escenario. Un cambio en el régimen según las condiciones de los Estados Unidos llevaría a las eliminaciones inmediatas de las sanciones, pero creo que Estados unidos dejará al muerto (Maduro) por un tiempo en el cargo.
La política nunca cambia mientras los Estados sigan existiendo, no cambia la lucha por el poder, ni la búsqueda de su eutaxia. Sólo cambian las circunstancias y las relaciones de poder.
14 de abril de 2020.