

KILMAR ÁBREGO GARCÍA – EL HOMBRE DE MARYLAND
LA ROMANTIZACIÓN DE LA DELINCUENCIA
Augusto Taylor
Donald Trump mostrando una foto de la mano de Kilmar Ábrego García, la M, S, 1 y 3, fueron añadidos para su explicación.
Dijo el secretario de Estado, Marco Rubio: «Tenemos un problema: siguen diciendo “hombre de Maryland deportado a El Salvador”. No, es ciudadano salvadoreño deportado a El Salvador. Eso es desinformación. Todos los días, ayer un senador dijo que era un ciudadano estadounidense secuestrado, y lo publicaron sin verificar. No es ciudadano estadounidense».
Luego de una feroz y vergonzosa campaña mediática llevada a cabo por los medios de prensa sirvientes del establishment, el nombre de Kilmar Ábrego García que se había convertido en un símbolo de resistencia, mejor dicho, de impotencia de los demócratas, que había dejado de ser el nombre de uno más de los ilegales expulsados del país, se había convertido en un emblema. Lo mismo como había ocurrido con el delincuente George Floyd, cuya muerte a manos de un policía fue la excusa para saquera el país e imponer la agenda de la séptima izquierda cultural.
Pero luego de la arremetida del gobierno y algunos medios, sobre todo, en los medios sociales que interesa la verdad, su nombre ya no suena como en las primeras semanas. Kilmar Ábrego García es un salvadoreño, que había ingresado al país de manera ilegal, no llegaba al país huyendo de la Mara Salvatrucha-13, ya que él era uno de sus miembros, durante su permanencia acumuló una serie de denuncias por delincuencia y maltrato familiar. Kilmar, fue deportado por Estados Unidos a su país de origen, ya que él es salvadoreño, y en Estados Unidos no tiene ningún estatus legal, nunca fue residente. Y que, tras una orden judicial que buscaba forzar su retorno, se convirtió en el centro de un forcejeo legal, diplomático y mediático.
Los documentos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) confirmaron lo que la Casa Blanca ya venía insinuando: Ábrego García no era un «padre de familia de Maryland», como lo calificaron algunos medios en su momento. Kilmar era, según los archivos federales, miembro de la pandilla MS-13 y con antecedentes de violencia documentados.
Los demócratas, en su política de odio a su propio país y defender a los inmigrantes ilegales consideraron que se trataba de un hecho injusto y que no era cierto que Kilmar García sea un pandillero. El caso se hizo mas notorio cuando un lamentable senador Demócrata, Chris Van Hollen viajó recientemente a El Salvador para solicitar al gobierno de Nayib Bukele, que devolviera al salvadoreño a suelo estadounidense, como parte de una orden judicial federal en curso. El viaje habría sido potencialmente financiado con fondos públicos, y la reacción desde la Casa Blanca fue inmediata. «La Casa Blanca considera inadmisible que un senador utilice recursos del contribuyente para intentar liberar a un pandillero de MS-13», dijo en rueda de prensa Karoline Leavitt, secretaria de Prensa del presidente Trump.
Los antecedentes del salvadoreño Kilmar Ábrego no son menores. Según una petición de orden de protección presentada por su esposa Jennifer Vásquez, ante una corte del condado de Prince George, Maryland, en 2021, el pandillero habría protagonizado varios episodios de violencia doméstica. En el relato firmado y fechado por la mujer se lee: «Me golpeó, me arañó en el ojo izquierdo, dejándome sangrando». «Rompió mis shorts y mi camiseta… corrí al baño, él corrió detrás de mí y me agarró del brazo». «Tengo miedo de estar cerca de él».
El documento detalla episodios de agresión frente a los hijos de la pareja, y menciona la existencia de fotos y videos entregados como prueba. La pregunta que deberíamos hacernos es porque los demócratas lo quieren de vuelta a Estados Unidos, cuando este delincuente no tiene ningún estatus legal en el país, país al que ingresó cometiendo un crimen, por la que de inmediato debería ser deportado. Mientras los medios de izquierda y sus aliados demócratas seguían empeñados en su cruzada, se conoció otro caso en el estado de Maryland, que encendía las alarmas.
Rachel Morin, una madre de cinco hijos que fue atacada y asesinada mientras caminaba por un sendero natural en Bel Air, un suburbio de Baltimore. El asesino agresor fue capturado y condenado hace unas semanas, era también un inmigrante salvadoreño que había sido deportado en el pasado y reingresó ilegalmente al país. La madre de Rachel Morin compareció en la Sala de Prensa de la Casa Blanca. Con voz quebrada dijo: «Mi hija Rachel fue asesinada por alguien que nunca debió haber estado en este país. Queremos justicia. Queremos respuestas».
En lo que va del mes, más de 1.200 inmigrantes con antecedentes criminales han sido deportados, según cifras entregadas por ICE. Entre ellos, miembros de MS-13, pero también del Tren de Aragua, otra organización criminal que ingresó con la ayuda de Biden al país. El gobierno de Trump sostiene que el objetivo no es criminalizar la migración, sino impedir que los vacíos legales y los procesos mal gestionados permitan el reingreso de personas con perfiles altamente peligrosos.
La Casa Blanca insiste en que no permitirá que decisiones judiciales aisladas se conviertan en obligaciones diplomáticas o que «jueces activistas» les digan qué hacer. La judicialización de la política, un hecho grave y dañino para la política, como lo explicaba hace unos meses en una exposición el director Revista Eutaxia. El hecho de querer enjaular a la política en leyes es una forma de atacar a la política. Estos jueces activistas si quieren gobernar el país deberían formar su propio partido, el Partido de la Toga, o lo que quieran, pero no pueden imponer su voluntad política sobre el presidente que fue elegido para gobernar el país.
Según documentos presentados por el Departamento de Justicia, facilitar el regreso de Kilmar Ábrego no implica obligar a El Salvador a entregarlo, sino simplemente no entorpecer su posible retorno si el país accede. La Corte Suprema ya dio señales de que el alcance de la orden judicial original podría haber sido excesivo, pero Nayib Bukele en su reciente viaje a Estados Unidos le puso un candado al tema.
El caso de Kilmar Ábrego García, como la de otros, será parte del archivo político de este segundo mandato de Trump como un vergonzoso ejemplo de cómo la oposición política presa de su ideología, ataca la eutaxia del país norteamericano, lo mismo sucede con las historietas migratoria, la capa cortical del Estado, la seguridad, el partido judicial, etc. Xi Jinping en su enfrentamiento a largo plazo con Estados Unidos, uno de sus puntos contempla el caballo de Troya existente en Estados Unidos.
Como es posible que la pareja de Kilmar Ábrego García diga ahora que es inocente, si hace cinco años se refería como a un hombre al que temía. Algún juez debería citarla por haber acusado en falso contra su pareja. El gobierno tuvo que salir, oficialmente, a desmentir y presentar pruebas sobre el prontuario del salvadoreño. En una hoja de entrevistas de campo sobre pandillas del departamento de policía del Condado de Prince George, Maryland, del 28 de marzo de 2019. La policía arrestó a Kilmar Ábrego García y a otras tres personas después de atraparlos en plan de reconocimiento, de andar merodeando por el estacionamiento de un Home Depot en Maryland. El documento dice que Ábrego García es un miembro prominente de una de las pandillas más brutales del país centroamericano.
Según dice el documento, en primer lugar, cuando García fue arrestado en marzo de 2019, él y tres de sus compinches, fueron encontrados en posesión de marihuana y se apuraron en desechar otros varios artículos en la escena. Al acercarse el detective, dos de ellos, rebuscaron en sus cinturones y arrojaron varios objetos desconocidos debajo de un vehículo estacionado. Los cuatro pandilleros fueron detenidos por los agentes, se localizaron dos pequeñas botellas de plástico con marihuana en el lugar de los hechos, los cuatro fueron llevados de vuelta al distrito 1 para ser interrogados.
En segundo lugar, Kilmar Ábrego García fue arrestado junto con dos miembros identificados de la MS-13, Christian Hernández Romero y José Guillermo Domínguez, un cuarto individuo no fue identificado en la hoja de entrevista. Los miembros del escuadrón de inteligencia MS-13, del Condado de Prince George, Maryland, dijeron que ellos se toparon con Christian Hernández Romero en múltiples ocasiones y que tiene un extenso historial criminal por múltiples agresiones, ocultación de armas peligrosas, robos y otros delitos.
El documento también dice, que fue declarado culpable de participación en pandilla, en el tribunal de circuito del Condado Prince George, en diciembre de 2018, los oficiales saben que Hernández Romero es un miembro activo de la Mara Salvatrucha con el rango de «Observación» y el apodo de «Bimbo». Tercero, los agentes también entrevistaron al otro compinche identificado como José Guillermo Domínguez, y durante la entrevista observaron tatuajes de calaveras o cráneos que le cubrían las oreja y la boca, los agentes saben que este tipo de tatuajes son representativos de la cultura pandillera hispana.
Los tatuajes simbolizan: ver, oír y callar, o no ver el mal, no oír el mal, no decir el mal. Domínguez tenía un tatuaje de un diablo en la pierna izquierda, que los oficiales saben que solo los pandilleros de alto rango de la Mara Salvatrucha pueden tatuarse con los cuernos, esto representa el poder dentro de la Mara Salvatrucha. Los oficiales contactaron con una fuente de información confiable y comprobada, quien les informó que José Guillermo Domínguez, compinche de Ábrego García, es un pandillero activo perteneciente a la camarilla de los «Marineros», con el rango de «Chequeo» y el rango de «Maniaco».
Además, dice el informe de Justicia de Estados Unidos: «cuando Ábrego García fue arrestado, vestía el uniforme de los Mara Salvatrucha, durante la entrevista del 28 de marzo de 2019, los oficiales observaron que llevaba una gorra representativa de los Chicago Bulls y una sudadera con capucha con rollos de dinero (dólares) que cubrían los ojos, las orejas y la boca de los presidentes que aparecen en las distintas denominaciones. Los oficiales saben que esto es una ropa representativa de la cultura pandillera hispana, y otra fuente confidencial de la policía, informó que Kilmar Ábrego García, era miembro de la Mara Salvatrucha-13 y reveló su rango en la organización, llevar la gorra de los Bulls significa que es miembro activo.
Los oficiales contactaron con otra fuente y lograron confirmarlo, Kilmar Ábrego García es miembro activo, la fuente confidencial que confirmó esta información tiene el rango de «Chequeo», y tiene el apodo de «Chele» y todo esto está completamente verificado. El presidente Donald Trump mostró una foto donde se puede ver los tatuajes en la mano de Kilmar Ábrego García, con inscripciones de pertenencia a la Mara Salvatrucha, al mostrar cada dedo, el gobierno añadió dos consonantes y dos números, para explicar el significado de los dibujos.
Debajo de la «M» hay una hoja de marihuana, debajo de la «S» una sonrisa para significar que están alegres, debajo de «1», una cruz que para los pandilleros explica que es lo primero, y debajo del «3», una calavera o cráneo, que significa muerte y también que Cristo resucitó al tercer día. Estos signos se podían ver dibujados en las colonias, en los barrios, en las paredes de El Salvador era muy normal ver estos símbolos. Lo mismo se puede ver en una foto donde se ve Kilmar Ábrego García junto a su mujer, fue su propia mujer quien se encargó de exhibir una foto con su pareja en Instagram. En la misma se puede observar que la mujer de Kilmar Ábrego García cubrió de corazoncitos la mano para disimular dichos tatuajes, y se puede leer más abajo una leyenda en ingles que dice:
«I miss you so much. I wont stop Fighting. I promise!». KILMARABREGOGARCIA.
Esa foto tiene más de dos años de antigüedad, por tanto, la foto mostrada por Trump no se trata de un montaje como muchos quieren sugerir. También existe otra foto, donde muestra a un Kilmar mucho más joven portando en sus brazos un niño pequeño, y tiene los mismos tatuajes. La gorra con el símbolo de los Chicago Bulls, cuando va con la leyenda que portaba Kilmar Ábrego en una sudadera que decía: ver, oír y callar, tiene un significado especial para los pandilleros de la MS-13, que tiene que alude la pertenencia.
El subjefe de gabinete Stephen Miller, dijo que Kilmar Ábrego García: «… es un individuo increíblemente implicado en el contrabando y el tráfico de personas, un individuo que es un golpeador de mujeres documentado, alguien que ha agredido brutalmente a una mujer, de manera que conmociona la conciencia humana, a eso es lo que el Partido Demócrata va a proporcionar ayuda, consuelo y apoyo, no a los propios constituyentes del senador Chris Van Hollen como la familia Morin, Rachel Morin fue brutalmente golpeada, violada y asesinada, su madre ni siquiera recibió una llamada telefónica del senador Van Hollen o de Kayla H Hamilton, una joven que fue atacada en un restaurante público, violada en un baño, golpeada hasta la muerte y asesinada por un inmigrante ilegal que Joe Biden liberó en el país, ninguna de esas personas despierta simpatías humanas del senador Van Hollen ¿qué tan rota está el corazón de ese hombre, que tan rota su conciencia que no tiene una pisca de empatía o preocupación de esas familias?».
Stephen Miller continuó refiriéndose al caso: «El presidente de este país (Trump) trajo a Bukele, y lo escucharon de él mismo, su opinión es que este terrorista extranjero es un ciudadano y súbdito del El Salvador, y la opinión de Bukele es que su decisión como presidente de El Salvador, y lo que sucede con sus propios ciudadanos que residen en su país y que han sido devueltos a su país, así que no tengo nada sobre el tema de que El salvador desea hacer con uno de sus propios ciudadanos, lo que es importante notar es que la familia había afirmado o afirma anteriormente de que iba a ser perseguido en El Salvador por ella, ya no existe, la pandilla MS-3 ya no existe en El Salvador, así que ese pretexto para no ser deportado ha sido completamente eliminado y remediado, y ya no existe como cuestión de ley o realidad. Yo solo quiero contarles una historia mientras están aquí muy importante, ilustrativa, genuino y mal de las políticas de inmigración de la última administración, que por alguna razón nuestra prensa corporativa en nuestro país nunca se preocupó por cubrir, y ciertamente no provocó indignación, ni emoción de la élite política gobernante de este país, pero esto no es por cierto un incidente aislado, este es el tipo de cosas que descubrimos cada día o cada hora, simplemente ilustra cuan inhumana era la política de la administración anterior (Biden) y cuantas miles de vidas estamos salvando al hacer cumplir nuestras leyes. Entonces, había una niña de catorce años, que descubrimos que fue traficada a través de la frontera, robada de su familia en su país de origen, la administración de Biden no hizo ningún intento de devolverla a su país de origen o devolverla a su familia, o reunificarla con su familia en su país de origen, en cambio la aceptaron en los Estados Unidos con un supuesto patrocinador, ese supuesto patrocinador, fue financiado por nuestros contribuyentes, ese supuesto contribuyente era el mismo inmigrante ilegal que estaba sujeto a la expulsión y a la deportación. Nuevamente la administración de Biden no expulsó al patrocinador, sino que entregó a esa niña al patrocinador que afirmó ser el hermano de la niña, de hecho, no era el hermano de la niña. La administración de Biden no intentó siquiera verificar de ninguna manera, forma o modo, como no lo hicieron con cientos de miles de menores que fueron colocados en manos de inmigrantes ilegales, sabían que les estaban mintiendo, no les importaba nada que les estuviera mintiendo, este individuo era un inmigrante ilegal que no tenía ninguna relación familiar. Lo que sucederá a continuación no les sorprenderá o entristecerá, él violó a esa niña de catorce años y fue embarazada, así que la administración de Biden, tomó a una joven que fue alejada de su familia, la trajo a Estados Unidos, la reasentó con un inmigrante ilegal por seis años, la sometió a violación y a lo que cualquiera describiría como tortura. Cuando este caso fue presentado a la administración de Biden para su enjuiciamiento, lo rechazaron y ni siquiera procesaron el caso, así que es maldad sobre maldad, sobre maldad…»
Nayib Bukele no puede enviar de regreso a Estados Unidos a Kilmar Ábrego García, porque El Salvador es un país soberano, y, además, El Salvador está en un régimen de excepción que dice que cada persona que lleve tatuados símbolos de las pandillas, va preso. El senador Chris Van Hollen viajó a El Salvador el miércoles 16 de abril para ayudar a liberar a Kilmar Abrego García del Centro de Confinamiento del Terrorismo, o (CECOT) donde el delincuente se enfrenta a un periodo de detención indefinido. Según el senador demócrata Chris Van Hollen, dijo que se le negó una reunión con el hombre de Maryland, que fue deportado «por error».
Los funcionarios salvadoreños no le permitieron reunirse con el hombre de Maryland, y los funcionarios tampoco permitieron que el senador o la familia de Ábrego García hablaran con él por teléfono, dijo. «Le pregunté al vicepresidente si podía reunirme con Abrego García, y me dijo que se tenían que tomar medidas antes de visitar CECOT», les contó Van Hollen a los periodistas desde San Salvador. Agregó: «Le dije: ‘No me interesa hacer un recorrido por el CECOT, solo quiero reunirme con el señor Ábrego García’. Y me dijo que no iba a ser posible». Además, el vicepresidente, Félix Ulloa, le dijo que no le aseguraba que la semana que viene fuera posible.
El director de comunicaciones de la Casa Blanca, Steven Cheung, tildó a Van Hollen de ser una «completa deshonra» y dijo que «debería avergonzarse profundamente de sus repugnantes acciones». «Chris y sus amigotes que se orinan en la cama han mostrado más preocupación y simpatía por un miembro ilegal de la banda MS-13 que por las víctimas de los aberrantes crímenes de los inmigrantes», escribió. Mediante un comunicado, los funcionarios de Seguridad Nacional afirmaron: «Van Hollen hizo más por traer de vuelta a Maryland a un miembro de la banda MS-13, traficante de seres humanos e inmigrante ilegal, que por ayudar a mantener a salvo a sus electores estadounidenses o defender a las víctimas de estas despiadadas bandas».
Para joderla más, el idiota de Chris Van Hollen, dijo que el Gobierno salvadoreño no tiene ninguna prueba de que Ábrego García fuera miembro de dicha banda. Al respecto, sostuvo: «El Gobierno de Trump miente cuando dice que [Ábrego García] era un delincuente o formaba parte de la MS-13». También dijo que «lo secuestraron ilegalmente» y lo enviaron al CECOT. El único ilegal era el pandillero García.
Ábrego García en el CECOT, por sus tatuajes se podría decir que es él. ¡Welcome!
El mes pasado, un grupo de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas lo detuvieron durante un control de tráfico, y fue deportado rápidamente a una prisión. La Casa Blanca se ha negado a solicitar su repatriación y, en su lugar, están luchando en los tribunales para que el hombre continúe encarcelado por ser miembro de una «organización terrorista extranjera», lo que invalida cualquier orden judicial en contra de su deportación.
La fiscal general Pam Bondi les dijo a los periodistas que Ábrego García había estado viviendo ilegalmente en el país. «No va a volver a nuestro país». Además, declaró que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, «dijo que no lo iba a enviar de vuelta». «Ese es el final de la historia», manifestó Bondi. Y continuó: «Si quisiera enviarlo de vuelta aquí, nosotros lo enviaríamos de vuelta allí. Bajo ninguna circunstancia, nunca, él se hubiese quedado en este país. Ninguna. Ninguna. Hubiera vuelto, hubiera hecho algún que otro trámite y se hubiera ido otra vez. Es de El Salvador, está en El Salvador, y ahí es donde el presidente planea dejarlo».
La esposa de Kilmar Ábrego García, Jennifer Vásquez Sura, declaró fuera de un tribunal federal en Maryland el 15 de abril que le suplica a Trump que deje de usar la vida de su marido para «artimañas políticas». Los legisladores demócratas Maxwell Frost, de Florida, y Robert García, de California, le escribieron al presidente republicano del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, James Comer, para pedirle permiso para verificar en qué condiciones se encuentra Ábrego García. «Todos debemos unirnos contra el secuestro y la detención ilegal de Kilmar Ábrego García en El Salvador», escribió el infradotado de Frost esta semana. Y agregó: «Senador, estoy dispuesto a apoyarlo y a organizar a otros miembros de la Cámara para que hagan lo mismo».
Según noticias posteriores se informó que Van Hollen se reunió con Ábrego García en El Salvador, y compartió una fotografía del momento en la red social X (anteriormente Twitter) y mencionó que se comunicó con la esposa victima de maltrato del pandillero. Pero no ofreció detalles sobre el estado del pandillero ni sobre los avances para facilitar su supuesto retorno a Estados Unidos. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, publicó imágenes de la reunión poco antes de que lo hiciera el senador estadounidense.
En su mensaje, Bukele afirmó que, tras confirmar el estado de salud de Ábrego García, este permanecería bajo la custodia de El Salvador. El mandatario acompañó su publicación con emojis de las banderas de ambos países y un símbolo de apretón de manos, sugiriendo una colaboración entre las dos naciones, pero seguramente que no con los delincuentes de ambos lados.
Top of FormEl «hombre de Maryland» Kilmar Ábrego García quedó expuesto en los registros policiales como «violento» maltratador reincidente de mujeres, y como dijo Pam Bondi: «Todos los periodistas liberales que llamaron ‘Hombre de Maryland’ a un pandillero deberían disculparse». Este extranjero ilegal, ahora deportado, acusado de pertenecer a la banda MS-13 y que vivía ilegalmente en Maryland, tiene en su haber antecedentes de ser un «violento» maltratador reincidente, según los registros judiciales presentados por su esposa ante un tribunal de distrito del Condado de Prince George, Maryland.
Las acusaciones escritas de violencia doméstica están a disposición de los medios izquierdistas, llamados liberales, presentadas ante el tribunal contra Kilmar Ábrego García, de 29 años, por su esposa, Jennifer Vásquez, en 2021. En la denuncia, escrita de puño y letra por Vásquez, ésta alega que Ábrego García la golpeó repetidamente, escribiendo: «En este momento, tenía miedo de estar cerca de él. Tengo múltiples fotos/vídeos de lo violento que puede llegar a ser y de todos los moratones que [me] ha dejado».
Vásquez alegó que Ábrego García le dio un puñetazo y la arañó en el ojo, dejándola sangrando. También habría tirado su ordenador portátil al suelo. Escribió que otro día, Ábrego García volvió a enfadarse, empezó a gritar y le arrancó la camiseta y los pantalones cortos antes de agarrarla del brazo y dejarle marcas. Vásquez recordó que, en 2020, ya Ábrego García la golpeó dos veces. «En noviembre de 2020, me golpeó con su bota de trabajo», escribió. «En agosto de 2020, me golpeó en el ojo dejándome un ojo morado».
Además, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) hizo públicos documentos judiciales relativos a Kilmar Ábrego García, que ponen en jaque la narrativa de los demócratas acerca de su inocencia. DHS hizo públicos nuevos documentos que, según afirma, prueban definitivamente que Ábrego García, que fue deportado a la mega prisión salvadoreña «Centro de Confinamiento del Terrorismo» (CECOT) el mes pasado, es miembro de la tristemente célebre banda MS-13.
Ábrego García fue detenido durante la investigación de un asesinato, y se le encontró en posesión de drogas ilícitas en 2019. El Escuadrón de Inteligencia MS-13 de la Unidad de Bandas del departamento de policía llevó a cabo una entrevista con una fuente fiable y probada en el pasado que lo identificó como miembro activo de la MS-13 con la camarilla de los «Westerns». Caso cerrado. Los Demócratas están preocupados por un extranjero que vivía de manera ilegal y no se preocuparon por los Morin, cuya hija Rachel fue violada y asesinada por otro salvadoreño ilegal.
«Tener a un senador de Maryland que ni siquiera reconoció, o apenas reconoció, a mi hija y la muerte brutal que sufrió, dejando a sus cinco hijos sin madre y ahora a un nieto sin abuela, para que él pueda utilizar el dinero de mis contribuyentes para volar a El Salvador y traer de vuelta a alguien que ni siquiera es ciudadano estadounidense. ¿Por qué esa persona tiene más derechos que yo, o que mi hija, o que mis nietos? No lo entiendo», afirmó la madre de Rachel.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), redobló la apuesta, afirmando que Ábrego García tiene un «historial de violencia y no era el honrado “hombre de Maryland” como lo han presentado los medios de comunicación». En un documento de entrevista DHS de 2019 muestra que Ábrego García admitió estar en Estados Unidos ilegalmente y afirmó haber «atravesado el desierto a pie durante muchos días entrando ilegalmente en Estados Unidos cerca de McAllen, Texas, el 25 de marzo de 2012 o en torno a esa fecha». Como resultado, Abrego García ya había sido marcado como susceptible de deportación en 2019.
Un tribunal federal de inmigración de Baltimore determinó que Ábrego García no podía ser puesto en libertad porque «no cumplió su carga de demostrar que su puesta en libertad no supondría un peligro para los demás, ya que las pruebas demuestran que es un miembro verificado de la MS-13». El tribunal sostuvo que «el hecho de que una ‘fuente de información pasada, probada y fiable’ verificara la pertenencia a una banda, el rango y el nombre de la banda del demandado es suficiente para sostener que el demandado es miembro de una banda» y que Ábrego «no había presentado pruebas para refutar esa afirmación».
«Kilmar Ábrego García no es un ‘hombre de Maryland’: es un miembro de la banda MS-13 implicado en la trata de seres humanos que entró ilegalmente en Estados Unidos», publicó DHS en X. «Su deportación a El Salvador siempre iba a ser el resultado final». «Mientras el senador Van Hollen y los principales medios de comunicación difunden la triste historia de un brutal miembro de la banda MS-13, la secretaria Noem apoya a las víctimas de los delitos cometidos por extranjeros ilegales», declaró DHS. «Oímos hablar demasiado de las tristes historias de los miembros de las bandas y de los delincuentes y no lo suficiente de sus víctimas».
En declaraciones a Fox News, la subsecretaria DHS, Tricia McLaughlin, dijo que Ábrego García está «exactamente dónde debe estar, en casa, en El Salvador». «A los medios de comunicación les encantaría que creyeras que se trata de un mimado de los medios de comunicación, que sólo es un padre de Maryland, pero Osama bin Laden también fue padre, y sin embargo no era un buen tipo, y en realidad ambos son terroristas», añadió. «Debería estar en esta prisión de El Salvador, prisión para terroristas, y espero que permanezca allí».
San Diego, California.
18 de abril de 2025.